24/06/2025

El pianista Luis Fernando Pérez, en el VIII Festival Clasclâs, de Vilagarcía de Arousa

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa


Concierto en el Auditorio de Vilagarcía de Arousa- día 26, a las 21´00 h-, con el pianista Luís Fernando Pérez quien nos ofrecerá la suite Iberia de Isaac Albéniz, un pianista que tuvo como primer maestro a Andrés Sánchez-Tirado antes de ingresar en la Escuela Superior Reina Sofía (1993), en donde seguirá los dictados de Dmitri Bashkirov y Galina Egyazarova y en el espacio camerístico con Marta Gulyas, ampliando en la Hochschule für Musik (Koln), con Pierre Laurent Aimard, antes de ampliar con Alicia de Larrocha, Carlota Garriga obteniendo un master con Carmen Bravo de Mompou, en la Academia Marshall, de Barcelona. Recibió clases magistrales de Leon Fleisher, Andras Schiff, Bruno Leonardo- Gelber, Menhem Pressler y Fou Tsong, galardonado con los premios Ibla (Franz Liszt, de Italia); Enric Granados (Barcelona) o el Alicia de Larrocha. Imparte la docencia en centros de prestigio, que compagina con los compromisos concertísticos y es profesor titular del Centro Superior Katarina Gurska, la Ac. Frank Marshall (Barcelona), realizando actividades en preferencia en certámenes como las de Schleswig-Holstein; Le Roque d´Anteron; Santander o la Quincena Donostiarra. Fue solista con primeras orquestas desde las nacionales a la Ferenz Liszt (Budapest); O. Sinfónica de Varsovia, O.C. Mannheim o las europeas de primer rango, mientras destaca por sus aportaciones discográficas como la Suite Iberia (Isaac Albéniz), Sonatas de Antonio Soler; Nocturnos, de Frederic Chopin; Goyescas y los Valses poéticos, de Enric Granados; Manuel de Falla y compositores actuales, que le hicieron merecedor del Choc du Disc (2012) y un Diapasson D´Or.

La suite Iberia (12 nouvelles impressions en quatre cahiers) de Isaac Albéniz en su integral, comenzando por el Primer cuaderno a partir de la Evocación, dedicada a Mme Jeanne Chausson, un tenue y acaparador preludio, dentro de un deslumbrante universo que prepara una serena melodía de talante nocturno, gracias a un refinado desarrollo armónico y una serie sincopados compases que evocan una lejana copla, próxima a la jota o un fandango, quizás un estilo de fandanguillo, elaborado con un aire bitemático. Etéreas armonías observan un ideario impresionista, estableciendo un ambiguo paisaje modal y fluctuante con notas disonantes y un uso expansivo gracias al juego de las dinámicas. La coda culmina la página en un deslumbrante final.  El Puerto, concretamente, el Puerto de Sta María gaditano, indicio que apunta a esa ciudad de la que partiría, camino de La Habana. La exultante brillantez del baile andaluz, el polo, la seguidilla o la bulería, todo un cuadro de jolgorio típico con ritmo de tanguillo gaditano que algo tiene de la guajira cubana o las Cuatro piezas españolas, de Falla. Granados siempre se mostró fascinado por esta pieza, en la que se funden todas esas influencias que se completan con una ensoñadora coda, semejando a un pregón callejero.  El Corpus en Sevilla, descripción de esa fiesta popular para la que usa detalles complejos de resolver, en los que cabe el tantum ergo, del himno Pange lingua o la canción castellana La tarara, en  una especie de leit motiv y el canto de la saeta. Una plasmación de diversos ambientes desde lo íntimo a lo festivo sobre una rica escritura detallista. El autor demanda una lectura de calibrada expresividad, una muestra de la posible asimilación de las corrientes impresionistas, desde el timbre al colorido y la sonoridad, propios de la escuela francesa.

 Del segundo cuaderno, Rondeña, afinidades con el fandango con el que se cantan las coplas de cuatro versos octosílabos y que sirve para abrir este segundo cuaderno que pretende describir la villa andaluza de Ronda, entremezclando ritmos binarios y ternarios, llegando a 164 cambios de métrica que integran un poderío rítmico de atrevidas disonancias gracias al choque de segundas menores y séptimas mayores. La tradición popular entronca visiblemente el folklore andaluz con la guajira cubana, en un carácter distendido que se convierte en un estado melancólico.  Almería, renueva el parentesco con los tiempos precedentes, alcanzando los acentos suaves y cadenciosos de la barcarola. Una rica escritura armónica de auténtica obra maestra exuberante en la que encontramos estilos de taranta almeriense, fandanguillo y carceleras en una rica polifonía, con un quieto balanceo rítmico y adornado. Destaca la copla-expresive et bien chanté-, en la que el autor modera el tempo. Triana, una jubilosa apoteosis de refinada elegancia con un perfumado embrujo de de seguidilla gitana en un pianismo equilibrado que aúna una riqueza tímbrica repartida entre lo popular y lo aristocrático que se confirmaría en su estreno madrileño, en un recital ofrecido por Malats, en el Teatro de la Comedia. Las novedades armónicas y rítmicas reflejan las cualidades de la pieza.

En el tercer cuaderno, estrenado en París, en el Palacio de la Princesa de Polignac, el 2 de enero de 1908, comienza con El Albaicín, barrio morisco apreciado por el autor y página en la que recurre a un ritmo de bulerías con el que describe el añorado barrio, descrito por los modismos arabizantes propios del cante flamenco dentro de un ritmo frenético y punzante, con choques constantes de apretados acordes que con suerte anuncian la Fantasía Bética, de Manuel de Falla. Un ritmo de seguidilla en ciernes, queda interrumpido por otras melodías cercanas al estilo popular de la guitarra flamenca. El Polo, con un humorismo resuelto, parece quedar descrito por un tratamiento ostinato apoyándose en la conocida danza flamenca de origen gitano, del siglo XVII, con pinceladas de ligera tristeza  y un penetrante deje de fatalismo.  Lavapiés, sería inasumible para muchos pianistas por su enrevesamiento en el que se cruzan el juego de manos nada caprichoso por las exigencias de su vuelo de altura a través de sus 264 compases, consumados por agudas disonancias puntuales. Aparece aquí una base rítmica y melódica que devanea entre el tango andaluz o el tango-habanera. Un ambiente verbenero y  chispeante que rezuma casticismos sin remilgos.

El Cuarto cuaderno, estrenado en la Société Nationale de Musique parisina (Salón d´Autogne), el 9 de febrero de 1909, nos aporta Málaga, de la que Malats tendría algo que decir en cuanto lo que debe a la inspiración en el mundo de la copla, presentando una síntesis de recopilación de sus saberes y que se suscribe a los detalles que tratan con un ritmo fluido, esta apreciación de los orígenes de un estilo musical que llega hasta sus entrañas, algo se conserva de una jota malagueña de belleza conseguida que se describe en el final, con sus avanzadas y sutiles armonías.  Jerez, una considerable dificultad técnica especialmente en la mano izquierda y que en su familiaridad, coquetea con las soleares, enalteciendo ese lenguaje popular. La profundizar jonda, se expresa por la abundancia de mordentes y acciaccature.  Eritraña, para conocedores, unas sevillanas aflijías, perfecta conclusión de la suite, una impresión de alegría mañanera en un jubiloso ritmo que remite a las sevillanas, en un extenso tratamiento en cuanto al número de compases.

Ramón García Balado

23/06/2025

Isabel Villanueva & François Dumont, Pazo da Golpelleira, dentro de VIII Festival Clasclâs

 Pazo da Golpelleira, Vilagarcia de Arousa


Un dúo con larga tradición estable para el VIII Festival Clasclâs, en el Pazo da Golpelleira- día 25, a las 21´00 h-, la viola Isabel Villanueva y el pianista François Dumont, en un programa que anuncia obras de P. Hindemith, Enric Granados, George Enesu y Rebecca Clarke. Isabel Villanueva colabora con artistas como Leonard Eichenbroich, Nikita Boriso-Glebesky, Astrig Sirannosian, Victor Julien-Laferrière, Alexander Sitkovesky, el Trío Arbós, el Cuarteto Prazak, tras estudiar en el Royal College (Londres), la Accademia Musicale Chigiana (Siena), la Haute École de Musique (Géneve), con profesores como I. Sulyga, L. Power o Y. Bashmet, siendo galardonada en certámenes como la  Mravinsky Competition o la Yury Bashmet Competition (Moscú). Se maneja con un instrumento Enrico Catenar (Turin, 1670), con cuerdas Peter Infeld de Thomastik-Infeld.  François Dumont trabajó con Pascal Imbert, Chrystel Saussac y Hervé Billaut tras estudiar en París con Bruno Rigutto, Dmtri Bashkirov, Leon Fleicher, William Grant Naboré,Murray Perahia, Menahem Pressler o Andreas Staier, iniciando su carrera en citas como el Festival de Radio- France; Le Roque d´Anthéron; L´Esprit du Piano (Burdeos) o el Chopin, de Varsovia. Realizó la integral mozartiana para Anima Records, un especial de obras de Chopin; álbumes de J. S. Bach (Artalinna), otra integral dedicada a la obra de Ravel, y trabajos con primeras orquestas.

Paul Hindemith- Sonata en Fa M, para viola y piano Op. 11, nº 4-, obra de 1919, una indagación imaginativa a través del estilo de las variaciones que tras una Fantasía de aspecto rapsódico sirve como obertura para un tema tranquilo y simple, asimilable a una canción popular en una tendencia popular. El Finale, para consumación de los tiempos que integran la sonata, se permite divagar a través de siete veces sobre un mismo tema, en un encadenamiento sin solución de continuidad, con una sexta variación que resume un fugato a interpretar con una pesantez extravagante, cerrando la última con una coda precisa. Veinte años después volverá a tratar el género de las sonatas para viola y piano, en un planteamiento claramente distinto, aunque conservando la misma tonalidad.

Enric Granados- Sonata para violín y piano, en el tratamiento de Isabel Villanueva- el autor de Goyescas y el vivo espíritu del romanticismo modernista, dejará una serie de obras camerísticas compuestas para ser tocadas por él mismo, aceptando que era en realidad un excelente intérprete dentro de un género musical, del que saldrán obras como el Quinteto Op. 49; el apreciado Trío Op. 50, esta sonata para violín y piano que recibimos con la viola como protagonista, obras que llegarán tras las juveniles Escenas religiosas; los Intermedios (de la Misa de boda de Dionisio Conde); la Pequeña romanza para cuarteto de cuerdas; los tres preludios para violín y piano, algunas de esas obras que tendrán estreno en el Salón Romero de Madrid, en concreto las primeras citadas. La Sonata que nos acompaña, sólo nos quedará uno de los cuatro movimientos proyectados y está dedicada a otro ilustre, Jacques Thibaut.

George Enesco- Pièce de Concert, para viola y piano- compositor rumano dotado de una memoria fabulosa que ensalzará su carrera como intérprete de violín en el máximo rango de virtuosismo, quien no dejó un catálogo de obras de referencia destinadas al violín, además de un Octeto de cuerdas, un Deceto de vientos; un Allegro de concierto para arpa; tríos para violín y chelo o los Konzertstuck, para viola y piano (1906),  a los que pertenece la obra anunciada, un trabajo de compromiso para el Conservatorio de París y dedicada a Théophile Laforgue, obra obligatoria para exámenes de aquel año, convirtiéndose en morceax de concurs a partir de la edición de 1908. Su catálogo definitivo fue sustancialmente amplio al que se añadirán obras no numeradas, idea de un compositor que no dudó en recurrir a las fuentes greco-bizantinas tomadas del folklore, elaborando heterofonías complejas como recurso de alternativa, asimilables a las polifonías tradicionales occidentales, un modelo que ayudará a crear escuela.

Rebecca Clarke (1886/1979)- Sonata para viola y piano-compositora e intérprete que se había formado como violinista tras estudiar en la  Royal Ac. of Music (Londres) y en el Royal College, de la capital inglesa, conoció una larga etapa en los Estados Unidos, en donde tendría como pareja a James Friskin. En la etapa final de su vida, dinamizó la Rebecca Clark Society, para promover la interpretación de la música en el Royal College of Music (Londres). En sus años de juventud, había sido apreciada por su obra Tears, en colaboración con compañeros suyos, bajo la dirección del maestro Sir Ralph Vaughan Williams. Su Sonata para viola y piano, será una composición referencial  presentada para un concurso en 1919, patrocinado por la mecenas Elisabeth Sprague Coolidge, una respetada figura en el mundo de las artes. Precedentemente, otra de sus obras había calado entre los aficionados, se trataba de Morpheus, y que se dio a conocer bajo el pseudónimo de Anthony Trent, estrenada en un recital con la chelista May Muklé. Vendrán nuevos galardones confirmados en trabajos como su Trío con piano, para el Concurso de Coolidge, al que seguirá una Rapsodia para chelo y piano, patrocinado por la prestigiosa Fundación  Elisabeth Sprague Coolidge. Mantuvo una regular carrera como solista formando parte del English Ensemble; un Cuarteto con piano, en gira o colaborando con Marjorie Hayward, Kathleen Long y en emisiones de la BBC. Quedan igualmente la importante serie de songs, que mantuvieron su celebridad a lo largo de los años, canciones para el recuerdo como June Twilight; The Seal man o Tiger, Tiger.

Ramón García Balado

22/06/2025

El Cuarteto Bennewitz, para el VIII Festival Clasclâs, de Vilagarcia de Arousa

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa

Concierto del Cuarteto Bennewitz en el Auditorio de Vilagarcía de Arousa- día 24, a las 21´00h-, dentro del VIII Festival Clasclâs, con obras de F.J. Haydn, Leos Janacek y Antonin Dvorak, grupo apreciado por la homogeneidad de su sonido y el cuidado del carácter emocional y equilibrado, proyectando sus resultados gracias a las acostumbradas participaciones en concursos y actividades de temporada, citas como el Concurso Osaka (2005), el Concurso Paolo Borciani (2008), logrando galardones como el Premio Praga, el otorgado por la Sociedad Checa de Música de Cámara (2004), y el Premio de Mejor Interpretación de Música de Cámara del Año (2019). Su presencia en los principales auditorios en la República Checa, es una constancia de su vida  cotidiana, que se extiende hasta los Estados Unidos, el Wigmore Hall, el Musikverein vienés, el Konzerhaus (Berlin), el Frick  Collection neoyorquino o los prestigiosos festivales de Salzburgo y Lucerna, colaborando con artistas como Jean- Yves Thibaudet, Alexander Melnikov o Veronika Hagen, con los que realizaron importantes registros fonográficos, sellos como Grammophon o The Strad.

F. Joseph Haydn- Cuarteto para cuerdas en Fa M. Op. 77, nº 2 (Hob.III.82)-, con seguridad el más polifónico en cuanto a su escritura muy lineal, apreciado como una de sus obras de mayor hondura, equiparable a las Sinfonías nº 102 y nº 104, con la abundancia de ideas en lo relativo a su valor expresivo, comenzando con un Allegro moderato  que tras un brillante pasaje, entremezcla un motivo de semicorcheas destinadas a un papel fundamental en el desarrollo, que valdrá como segundo tema, enunciando una idea variada que quedará confiada al violín. Incisivas semicorcheas, surgen del intercambio de cada uno de los instrumentistas. Un tiempo plagado de recovecos que terminarán reforzados por un Fa b napolitano, aspecto que el autor describirá como un enfoque común en l´istesso tempo, hacia tres acordes en fortissimo.  El Menuetto, ocupa la segunda posición, detalle que no sucedía desde el Op. 64 (nº 1), indicado Presto ma non troppo-en la edición de Artaria-, y que muestra un nuevo aspecto en la forma de Scherzo. Una pulsación binaria que deberá destacarse, se ubica en un primer plano para probar con una idea camino de una segunda parte, que recupera la idea del comienzo. La coda basada en el minuetto, se cierra en un pianissimo, culminado con un da capo.  El Andante, sería para Reginal Barret-Ayres, en los aspectos finales de su discurso sonoro, la muestra de un tema a la vez circular y repetitivo, suponiendo un talante dinámico de nuevos derroteros.  El Vivace final, nos traslada a la  situación que nos venía proponiendo el cuarteto dentro del estilo de forma sonata, en la que nos encontraremos con una polonesa a la húngara, en su acelerada carrera de consumada energía.

Leos Janacek- Cuarteto de cuerdas nº 2, (Cartas íntimas)-, obra confesional a la que pretendía titular Cartas de amor, en dedicatoria a Kamila Stösslová, en una obra que reclama una profunda actitud de concentración por parte de los intérpretes, merced a su particular ideario y la unidad de su lirismo encantador, confiado al primer violín mientras la viola se decanta por el dramatismo propuesto por el relato. El autor quiso subtitular el cuarteto como Recuerdos de Pisek, antes de optar por el ya conocido, en lo fundamental, un enigma que cobra razones por la serie de abundantes sentimientos encontrados.  El Andante resulta agitado por su escritura en forma rapsódica reafirmada curiosamente por la claridad expositiva de los solistas, desde el comienzo con la viola, que toma un detalle de la frase de la gitana en el Diario de un desaparecido; un aire sombrío resultará un contraste frente al espíritu del tiempo, que se anima a la postre en un con moto naturale y un grave iniciado en un fortissimo.  El Adagio se ofrece en la tonalidad de su ópera Katya Kabanová, una especie de tonada apacible y profunda, tratada por cada uno de los integrantes del cuarteto.  El Moderato, conserva ese aire apacible de cierto estilismo ruso: Dolcissimo; Presto largamente; un nuevo Presto agobiante con agudos acelerandos que se cierran con un Adagio.   El Allegro- rondó, vale como un tema danzante que sirve como recapitulación y en el que se recurre a distintas arias de sus óperas: Katya Kabanobá o De la casa de los muertos, en forma de epílogo, un resumen de cuadros autobiográficos. Cuarteto estrenado en su domicilio en Hukvaldy, poco antes de su presentación pública que se realizará tras la muerte de Janacek.

Antonin Dvorak- Cuarteto para cuerdas en Sol M. nº 13, Op. 106, compuesto en Praga tras su etapa americana, obra que le ocupó relativamente poco tiempo, antes de ser editado por Simrock, en Berlín. El Cuarteto Bohemio lo dio a conocer en la Sala de la Isla Zofin- Karel  Hoffmann, su yerno Josef Suk, Oskar Nekbal (también compositor) y Hanus Wihan- que llevaban trabajando desde 1892. El Allegro moderato, abre con un tenso enunciado a cargo de los violines, en saltos de sexta, hacia un segundo tema de actitud diferente, en una frase lírica. Destacan los colores modales que acompañan a la viola y al chelo en lo que resulta una arquitectura renovadora.  El Adagio ma non troppo, quizás una de sus páginas más bellas que recurre a una melodía de apariencia sencilla a la par de un valor rítmico similar. La cima quedará en manos del chelo con un fffgrandioso y un appasionato abocado a un pasaje en ppp, un calderón sobre acorde de Mi.  El Scherzo, Molto vivave ofrece un ritmo incisivo con un trio en forma motu perpetuo, en manos de la viola, que nos traslada a un Poco meno mosso, y el retorno al tempo primo que revive los colores de la obra en su conjunto y en el que los pianissimi surgen de manera conclusiva.  El Finale quedará como un Andante sostenuto con seis compases de introducción en un Allegro con fuoco, y persistentes cambios de tempi en yuxtaposición de secuencias ternarias que remedan aires contagiosos de danza, inspirados con claridad en las furiant, y que preparan una corta secuencia que retoma la idea melódica del Allegro inicial. El moto cantabile de cierre, es amplio en su desarrollo, usando ideas escuchada a lo largo del cuarteto.

Ramón García Balado

20/06/2025

Helix Trío en el VIII Festival Clasclâs de Vilagarcía de Arousa

 Salón García, Vilagarcía de Arousa


Concierto del VIII Festival Clasclâs, de Vilagarcía de Arousa, - día 22, a las 21´00 h., con el Helix Trío que fue elegido por el Ensemble 2024 para permitirles la participación en el Festclásica que les facilitará el poder incorporarse a los principales eventos del país durante la temporada siguiente, siendo galardonados con el Premio BBVA, de Música de Cámara Monserrat Alavedra de Catalunya y el Premio Fillipo Nicosia (2024), recibiría otras consideraciones como el ORPHEUS Swiss Chamber Competition (2022) o el Concurso La Flama (2023), de Barcelona, sobresaliendo como uno de los fiables en cuanto a ese futuro que es ya una realidad. Formado en 2022, en la Hochschule für Musik FHNW, y que fueron invitados a participar en el Piano Trio Fest (Berna) y en el Swiss Chamber Music Festival (Adelboden), debutando en el Palau de la Música Catalana en 2023, participando además en las IMS Prussia Cove Masterclasses y en la Ac. Internacional de Cámara de Vich. Son sus miembros el violinista Jaume Angelés, el chelista Iago Domínguez Eiras y la pianista Paula Belzunegui. Sesión para un programa en la que disfrutaremos de obras de Joaquin Turina, Dmtri Shostakovich y Franz Schubert.

Joaquín Turina, con el Trío para piano nº 2, en Si m. Op. 76, obra concluida en febrero de 1933, será entregado por su autor en La Haya, para el Trío Neerlandés, el mismo que venía ofreciendo con frecuencia el Op. 35, con el que lograría el Premio Nacional de Música y que se puso en atriles en la Sociedad Anglo-Hispana de Londres, en una dedicatoria a la Real Infanta Doña Isabel de Borbón- obra de talante especialmente clásica, dejando una buena impresión . El Trío Pichot, lo dio a conocer en Francia y el Trío Sandor, en Alemania y España. Este Op. 76, está dedicado a Jacques Lerolle y en su esencia, se resuelve en tres tiempos. El primero muestra una actitud clásico- española dentro de la forma sonata y tras tres compases lentos de introducción, anuncia un Allegro moderato con aspectos que recuerdan a Brahms; el Allegretto, prepara un segundo tema particularmente grato, en el reparto de los tres solistas con un lento central de colorido hispano protagonizado por el chelo, cerrando con una vuelta a la primera sección. El segundo movimiento resulta un Molto vivace conciso y expresivo dentro de la forma A-B-A, con una sección principal escrita en 5/8, evitando lo que podría ser una especie de zorcico, usado a veces por el autor. El último tiempo, no deja concesiones a la regularidad acentuado como broche adornos que completan el ciclo, sobre dos temas característicos procedentes del primer tiempo. Año en el que Turina compondrá los Tres poemas Op. 81, para voz y piano que completará  en Madrid y que tendrán su estreno dos años después, a cargo de la insigne Lola Rodríguez Aragón, en A Coruña, sobre tres poemas de Bécquer: Olas gigantes; Tu pupila es azul y Besa el aura.

Dmtri Shostakovich- Trío para piano nº 1, en Do m. Op. 8- cuya edición se deberá a uno de sus escasos alumnos Boris Titchenko, escrito cuando el compositor era aún alumno del Conservatorio de San Petersburgo en 1923. Un trío para piano y cuerdas qurTardaría en darse a conocer hasta el 20 de marzo de 1925, en la Sala Pequeña del Conservatorio de Moscú, interpretado por Lev Oborin, el violinista Fedorov y el chelista Egorov. Del manuscrito original, faltaban los últimos veintidós compases del piano, que serían reconstruidos por Titchenko, en la edición de 1983. Obra en la clásica forma sonata en un movimiento único que se inicia con el chelo en un Andante, sobre tres notas que se convertirán en leit-motiv, una forma de metamorfosis expresiva de la obra en su conjunto y de una clara pretensión rapsódica en lo relativo a la sucesión de los tempi, a modo de cambio de luminosidad, con una posible mirada retrospectiva y sentida hacia la sensibilidad del siempre añorado Johanne Brahms- especialmente el de la Op. 101, composición en cuatro tiempos y compuesta en un apacible retiro en el Lago de Thun, en 1887, obra emparentada con otras grandes sonatas. Una concentración del pensamiento, fuerza y carácter austero, como elementos f de esta partitura. Aspectos que confluyen en este trío, gracias a su asombrosa densidad marcada por el diálogo entre violín y chelo que encandilan al oyente, merced a sus cambios de tono. El primer tema es enunciado con resolución y emotiva expresividad, para llevarnos a un segundo tema que, para entusiastas, podrá acercarnos al mundo turbulento de Robert Schumann, pendiente de sus estados frecuentes de desequilibrios mentales, un estilo de romance abocado a un desarrollo inesperado de sorprendente evolución que no duda en divagar con esos patrones enfrentados, dejando espacio para la entrada del piano a modo de recapitulación conclusiva en una coda de despedida y con un añadido casi triunfal de atractivo trazo. Composición que por su ansiedad, se resuelve en el espacio de un cuarto de hora. En principio, Shostakovich parecía destinado a una gran carrera como pianista, instrumento al que prestará atención durante toda su vida.

Franz Schubert- Trío para piano en Mi b. M. D. 929-tuvo su primera ejecución en la Musikverein, por los mismos intérpretes del anterior: Bocklet, Schuppanzigh y Linke, recibiendo una gran aceptación, siendo la partitura editada por Probst, en Leipzig, quien no sería especialmente obsequioso con el autor. El Allegro, en forma sonata, muestra tres temas principales en un claro ben marcato, al unísono y con cierto aire beethoveniano, destacando un tema por su pujanza lírica en todas sus posibilidades hacia un desarrollo que observa variaciones entrecortadas por silencios, cediendo protagonismo al chelo, dentro de un nuevo tema en Si m. dubitativo. Un tercer tema ocupará el final de la exposición llegando a un clima de modulaciones entre fortíssimo y pianissimo, previos a una reexposición ben marcato. El Andante con motto, resulta una melodía punzante con ritmo pesante que algo guarda del primer lied, del Winterreise, una melodía que hallaremos en otra de Isaac Berg , especie de canción popular. Un determinismo fatalista, alcanza al tema inicial, que divaga entre piano y forte, entre menor y mayor, cerrando de forma Un poco più lento. El Scherzo: Allegro moderato, resulta de una escritura canónica a dos voces, elevándose a un tema brillante que se desvanecerá paso a paso. El trío, en La b M., aporta un aire de notable poderío. El Allegro moderato, en forma sonata libre, se acerca a un rondó en dos episodios: L´istesso tempo, con ecos del Scherzo y que presume nuevas derivaciones, para resolverse en el segundo tema; el Finale conduce a un Andante conclusivo de evocación nostálgica.

Ramón García Balado

19/06/2025

Motetes de Marcial del Adalid, por el Orfeón Terra a Nosa, dirigido por Luís Martínez, en Bonaval

 San Domingos de Bonaval, Santiago de Compostela


Concierto en San Domingos de Bonaval con invitación abierta- día 21, a las 21´00h-, con el Orfeón Terra a Nosa bajo la dirección de su titular Luís Martínez, en una selección de 18 motetes de Marcial del Adalid, destacando como solistas las sopranos Aida López y Aida  Cruz, con acompañamiento pianístico de Juan Manuel Varela, siguiendo la edición del compositor Marcos Mato, motetes inéditos en un proyecto que cuenta con la colaboración de la Xunta de  Galicia, el Arzobispado y el Museo do Pobo Galego. En la relación de motetes, 3 del Op. 20: Tantum ergo; Ave verum; O salutatis. De los motetes a solo: O Jesus Fili  (A. López) ; Ave Maria (A. Cruz) y Ecce Panis (D. Ferreiro). Tres del Op. 21: Ave Maria; Salve Regina y Ave Maria Stella. De los motetes a solo: O salutatis (A Cruz); Santa Maria (A. López y Agnus Dei (D. Ferreiro). De los motetes a cuatro voces: O salutatis; Tantum ergo; Salve Regina; Ave Maria; Ave verum y Agnus Dei. Marcial del Adalid fue autor de una primeriza  Plegaria a la Virgen, sobre la poética de José Puente y Brañas, una experiencia que venía compartiendo con su primo Marcial de Torres Adalid  y que dejaría como resultados en otro orden el Romance sin palabras, motivo del amplio conocimiento de ese repertorio por parte de ambos en el dominio familiar, en el entorno del Adalid Ramírez de Arellano. Un espacio que se complementará con los trabajos para la voz, cercanos al género de la mélodie o la ópera en su trabajo Inés e Bianca, recuperada en las I Xornadas de Divulgación do Patrimonio Musical Galego da Universidade da Coruña, en 2007, ópera sobre libreto  Achile de Lauzières y que fue interpretada por Gloria Amil (Ines/Bianca); Pablo Carballido (Pedro); Jerónimo Marín (Alfonso); Pedro Martínez Tapia (Diego); Ramón Farto López (Fernando) y Paloma Silva Borrego (Espíritu de Inés), con la colaboración de la pianista Irina Moriatova y componentes del Coro Cantabile.

 Marcial del Adalid dejó cuatro series de motetes pertenecientes a un género no abordado hasta entonces, y al que no regresaría en un futuro. El Ave María editado por Antonio Romero o las cuatro incursiones en el espacio religioso que se hallan en las colecciones de las mélodies, pertenecen a un género diferente; estas cuatro piezas son Salve Regina Mater (1854); dos Ave Maria y una Prière (Ecce Panis, que aparecen en el último álbum de canciones, califica  a una de las Ave Maria, como mélodie. Ninguna de estas composiciones tiene que ver con el género motete, lo cual no obsta para que el autor utilice el mismo tema de partida para la Prière y para el Segundo motete del Op. 20, Ave verum. La razón de estas composiciones podrá encontrarse en la tendencia cecilianista dentro de la tendencia en boga auspiciada por Ferenz Liszt, imitando el espíritu de las grandes composiciones legadas por el pasado, cultivadas por músicos como Mariano Vázquez o su muy estimado Juan Guelbenzu. Los símbolos eran muy precisos y por ello, aparece en sus colecciones de motetes a cuatro voces que están en ¾, salvo Ave Maris Stella, nº 3, del Op. 21, mientras que los dedicados al Santísimo están escritos en compasillo, excepto el O Salutatis, en ¾, que inicia la colección de seis motetes a cuatro voces. Los escritos para voz sola con acompañamiento tienen un estilo diferente y son más profanos, tanto en los compases utilizados entre ellos el 6/8, como por la escritura del acompañamiento. Posiblemente esta colección esté inspirada en los Echoes du monde  religiueuse, editados por  Flaxland.  Las obras del autor no se conservan en su totalidad a partir de la fuente original, sobresaliendo las confiadas a la Real Academia Gallega o las que existen por duplicidad alterando cierto número de opus, debido al interés del compositor en lo relativo a recomenzar esa numeración para el editor parisino. Una numeración que pierde cierto sentido, siguiendo la serie de fuentes: Biblioteca Marcial del Adalid; Real Academia Galega; la colección Canuto Berea; la Fundación Barrié; Wessel & Stapleton (Londres).

El género del motete  tendrá una gran evolución el Italia a partir de la seconda prattica, impregnado a compositores como Giovanni Gabrielli, Alessandro Grandi, Giacomo Carissimi, Alesandro Scarlatti  o Vivaldi, aspecto que se reflejará en otros países en cuanto a su variedad temática. Desde mediados del XVIII, dos factores dejarán constancia de su declive, el primero por los condicionantes de cambios económicos y el segundo por la pérdida de poder hegemónico de la Iglesia, que supondría el traslado de esa consideración a un segundo rango, preparando el surgimiento de la corriente cecilianista, con el Motu proprio del Papa Pio X , dictando un nuevo estilo artificial apartado de la práctica vigente. Llegarán nombres como los de Hector Berlioz, Johannes Brahms, César Franck, Ferenz Liszt o Anton Bruckner, para descubrirnos mundos sonoros distanciados de aquellas ancestrales tradiciones, que la posteridad sabrá mantener vivas, en este género que supo reinventarse desde los comienzos en los siglos desde el XIII al XVI, en repertorios como los de Nôtre Dame (Paris), sus valores melismáticos a partir del canto llano original, permitiendo la evolución del motete, hasta los motetes renacentistas que cultivaron músicos como Josquin, Willaert, Orlando de Lasso, Palestrina o William Byrd. Motetes habría que usaría las mismas técnicas musicales de la misa: Canon; ostinato; cantus firmus o paráfrasis. El  establecimiento a cuatro voces, en las que todas participan por igual en la presentación del material motívico, como la norma y el abandono de una línea preexistente, le darán al compositor mayor libertad.

Ramón García Balado

Spanish Brass, para el VIII Festival Clasclâs, de Vilagarcía de Arousa

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa


Actividad del VIII Festival Clasclâs de Vilagracía de Arousa con el quinteto de metales Spanish Brass, en el Auditorio de Vilagarcía de Arousa- día 21, a las 21´00 h-, con un variado programa realizado a través de transcripciones de obras que van desde una página de la Cantata BWV 208, al Falla en suite procedente de El Amor brujo y la Farruca; Albéniz, Tomás Bretón, Ángela Gallego, Jordi Griso, J.M. Serrat y A.Piazzolla. Spanish Brass, son asiduos de festivales, y han recibido el Premio Príncipe de Asturias (1995), ampliando a un primero del Sexto Internacional de Quintetos de Metales Ville de Narbone (20179, además del Bankia al de Talentos Musicales de la Comunitat Valenciana, ampliando con el Premi Espai Ter (Música de Cámara de Torroella de Mongrí y otros cinco de los Premios Carles Santos. Recibieron el Premio Nacional de Música (2020), avalados por más de treinta registros y trabajos: por el dedicado a la obra de teatro de Buero Vallejo, La Fundación; el filme Descongélate; Mira si hem corregut terres; Las cuentas del Monsieur Jules (2020), Spanish Brass (a) LIVE (2021) o Resurrección (2022). Son sus miembros Carlos Benetó y Juanjo Serna (trompetas); Manolo Pérez (trompa); Indalecio Bonet (trombón) y el tuba Sergio Finca. De su patrimonio, la organización de los festivales de viento-metal Spanish Brass Alzira- SBALZ y Brassuround Torrent. Utilizan instrumentos de la marca Shires- trompeta y trombón-; Paxman- trompa- y Melton, en la tuba.

 J. S. Bach, un arreglo de Carlos Benetó y Arnau Bataller tomado de la Cantata de caza Was mir behagt, ist nur die muntre Jagd! BWV 208, compuesta e 1713, como felicitación al cumpleaños del duque Christian de Sajonia, obra que prima el protagonismo de las voces: Diana, Pales, Endimión, Pan y coro, con acompañamiento instrumental de dos trompas, dos flautas de pico, dos oboes, oboe da cacica, fagot, cuerda y continuo, tomando un texto de Salomon Frank, que lo editó en sus Geist- und Weltlische Poesien, zweyter Theil (Jena). Obra en la que predominan arias y recitativos, con coros intercalados. De la obra en cuestión, hay material para este ingenioso trabajo instrumental, aceptando que la pieza estaba pensada para una velada en la pequeña corte del duque, ubicada a poca distancia del suroeste de Leipzig, logrando con este trabajo una muestra aceptable de lo que será su primera cantata profana y que posteriormente tendrá reposición el 19 de abril, de 1716, para homenajear al copríncipe de Weimar Ernst August. Como detalle curioso, el coro final servirá de nuevo para la Cantata BWV 149, aceptando también que según Andreas Bomba, hay detalles que se encontrarán en el Primer movimiento del Primer concierto de Brandemburgo.

Manuel de Falla, suite de El Amor Brujo y Farruca, la universal gitanería en un acto y dos escenas, con trabajo escénico de G.Martínez Sierra (¿María Lejárraga?), tema que sigue coleando en lo relativo a su autoría y que tendría su estreno el 15 de abril, de 1915, en el Teatro Lara madrileño, con el protagonismo absoluto de Pastora Imperio y su compañía, bajo la dirección artística de Moreno Ballesteros, con vestuario y decorados de Néstor. En su orquestación: oboe, trompa, corneta, piano, quinteto de cuerda, para una duración de 40 minutos. Arthur Rubinstein, abundará en su autobiografía My young years, que el espectáculo había sido dado a última hora de la noche, después de una obra de teatro. La combinación de un tema crudo con una condensación de música folklórica presentada en una forma para la que el público madrileño no estaba acostumbrado, no resultaría bien acogida. Una versión final de El Amor brujo, quedará en forma de ballet en un acto con  canciones, que se pondrá en escena meses después, en el Trianon-Lyrique parisino, con La Argentinita, Escudero y Georges Wague, con una orquestación dirigida por el autor.

Tomás Bretón- Seguidillas, de La verbena de La Paloma o el boticario y las chulapas y celos mal reprimidos, sainete lírico por excelencia por el primor logrado de sus números musicales preñados de un destilado costumbrismo colorista. Las seguidillas o el coro Por ser la Virgen de La Paloma, las coplas de Don Hilarión; la Mazurka o el coro ¿Dónde vas con mantón de Manila?, es un perfecto destilado conseguido entre Tomás Bretón y el libreto de Ricardo de la Vega, destinado para su estreno en el coliseo por antonomasia del género que era el Teatro Apolo capitalino, el 17 de febrero de 1894. Quedan ciertas dudas surgidas mientras se componía el sainete lírico, con los empresarios del Apolo, llegando a crear un estado de duda por su resultado en Tomás Bretón.

Jordi Griso- Circus- pieza premiada en el certamen SBAE (2016), músico con formación en el Taller de Música de Barcelona, especializado en jazz, y en la ESMUC, destacando en el ámbito profesional en agrupaciones como la Big Band Academia, el Saxophon Ensemble de Barcelona o el Spanish Metals Quintet. Compositor que estas especialidades consigue convertirse en referencia en certámenes y concursos. Ángela Gallego- Oniwakamaru y la carpa gigante-, obra de 2020, impregnada por modismos orientalistas  e inspirada en la vida de Seito Oniwakamaru. Un mundo sonoro por descubrir, que podrá ayudarnos a comprender las aventuras indagatorias de los impresionistas en los años que les acercaron a tímbricas insospechadas, además de otros planteamientos estilísticos.  Joan Manuel Serrat- Mediterráneo-, canción a la que Ramón Cardo presta atención, aceptando que con sobradas razones, se ha convertido en auténtica tarjeta de visita. La Cappela Mediterránea, de García Alarcón, nos había dejado una personal visión en forma de registro, y que resultaba un punto de equilibrio frente a sus acostumbrados barroquismos que les significan como agrupación. Astor Piazzola- Oblivion  y Libertango-, la primera destinada a un filme de Marco Bellochio, Enrico IV, para dar el salto, según los intérpretes que apostasen por ella. El Piazzolla irresistible de María de Buenos Aires; la Balada para un loco- Amelita Baltar-; las piezas de jazz- tango; las dedicadas a formaciones camerísticas como los quintetos o los nonetos, ya desde 1973, cuando llevó en gira un tradicional quinteto, ofreciendo su primer álbum Libertango, llevado a registro con diversas formaciones en estudio. Piazzolla, innovador bandoneonista que marcará toda una época en la historia del tango.

Ramón García Balado

17/06/2025

Día Mundial das Personas Refuxiadas: Banda Municipal en As Praterías

 Praza das Praterías,  Santiago de Compostela


Concierto de la Banda Municipal, dirigida por su titular Casiano Mouriño Maquieira, en As Praterías-día 19, a las 19´00h-, en una fecha dedicada al Día Mundial das Personas Refuxiadas, dentro del ciclo de  verano, en el que se reserva obras de James Barnes, Van McCoy, Eric Ball, John Barry, Johann de Meij y  Frank Ticheli. James Barnes, aporta la Alvamar Ouverture, músico que se formó como tubista, antes de dedicarse a la composición, realizando una carrera de notable interés que le  permitió dirigir orquestas de prestigio tanto en los Estados Unidos, como en su etapa en Japón, en donde ocupó un largo período con la Tokyo Korei Wind Orchestra, una forma de darse a conocer internacionalmente en latitudes tan distantes. Recibió el American Broadmaster, de la Association Ostwald Award y entre el denso catálogo de sus obras, destacan Hermoso Oregón; la Obertura Los Apalaches Op. 51; Una luz en el desierto; The very American Ouverture Op. 93; Autoum Overture, para oboe y orquesta; La trayectoria  del Caribe; Carnaval of Sâo Paulo; Dreamers; Danzas paganas; Yama Midori (Montañas verdes) y un apartado no menos importante, dedicado a la forma de la sinfonía, repartido entre The tragic Op. 29; Yellowstone Portrait op. 105b; Symponie Requiem Op. 135; for Wenger Op 140- con motivo de una conmemoración, además de le dedicada a la School Lake Braddock, su Sexta sinfonía. Recibió el ASCAP Price, en reconocimiento a su trayectoria confirmada por sus labores en Tanglewood; el Boston Symphony Hall; el Lincoln Center  o el Cargenie Hall.

Van McCoy (1940/79)- African Symphony, en arreglo de Naohiro Iwai, un compositor que cabría encuadrarle dentro de los estilos del Rhtym & Blues, y que recibiría espacio dentro los llamados race records ya desde finales de los cuarenta, en los que se prestaba atención a la música negra en sus planteamientos reivindicativos, avalados por las unidades estilísticas en lo que se refería a la sociedad americana. Cada sello discográfico mostrará su independencia apoyando a artistas concretos entre los que sobresaldrían Ralph Bass, Jerry Wexler (Atlantic);  Willy Dixon (Chess); Bob Shad; Henry Glover, preparando el camino a Fats Domino, Ray Charles, Aretha Franklin y otros  tantos que comenzaron a conocerse e nuestro país desde mediados de los sesenta. En el Rhtym & Blues, coexistían grandes orquestas, algunas de evolución efímera, pero que dejarán herencia en generaciones posteriores. Van McCoy, se encontraba en esa línea, abierta por músicos como Cecil Gant- I Wonder-; Louis Jordan- Choo Choo Ch´Boogie, destello de buen humor y guasonería, junto a la musicalidad del swing, un entrecruzamiento que no renunciaba a sus raíces. Los estilos vocales, dejarán idea en un personaje como Big Joe Turner- Shake, Rattle and Roll-, Pete Johnson, cercano a Jimmy Rushing, Joe Hunter, Ivory Carr, el pianista de boogie Amos Milburn. El cuadro de instrumentistas en sus propuestas, no le irán a la zaga, especialmente en la cuerda de metales. A caballo, surgirán los estilos del soul,  defendidos por sellos como Atlantic o Stax.

Eric Ball (1903/ 1989)-Resurgam-, fue un compositor especializado para músicas de banda, cultivando también los repertorios corales, nacido en Kingswood, se   trasladó pronto a Surrey y Londres, convirtiéndose en un dotado pianista a la par que organista. Pasó algunos años como oficial en el Ejército de Salvación, integrándose como miembro de una banda que él mismo dirigiría. A partir de 1935, sería director de aquella orquesta del Ejército de Salvación, creando una escuela de formación de intérpretes. Desde 1945, se convertiría en titular de la Brighouse y de la Rastrick Brass Band, momento álgido de su carrera, tras ganar importantes concursos en su país, además de dinamizar la edición de la revista El Bandido Británico. En 1948, tomaría la dirección de la CWS (Manchester Band), obteniendo el premio  British Open, de bandas musicales. Seguirán posteriormente otras como Ransome & Marles Band y la City of Coventry Band. Desde mediados de los 50, decidiría dedicarse exclusivamente a la docencia, en este espacio de las  bandas. De sus obras, destacan Resurgam (1950) ; Journey Into Freedom (1967); The Wayfarer (1976); Tournament for Brass (1954) o los Four preludes (1956). Compuso igualmente cantatas para coro banda y llegó a dar vida a los Virtuosi Brass Band of Great Britain, siendo galardonado con el OBE, de 1969.

John Barry- Out of Africa-, conocida banda sonora que recibimos en arreglo de Johann de Meij, apreciado por enfoque musical claramente reconocible gracias a lo cual dotaría a sus bandas sonoras de un sello propio. Para ello ayudaría el haberse criado en un ambiente familiar, en el que su padre era propietario de un cine, con seguridad la mejor garantía para impregnarse del mundo de las músicas destinadas a los filmes. En 1962, estrenó su primera película James Bond, Agente contra el Doctor No. Durante los años 60, se instalaría en Londres, en donde entablaría amistad con Michael Caine, quien le facilitó el trabajo de la parte musical de Zulú, disfrutando desde entonces de una vida agitada y estimulante. En su horizonte, la influencia de los herederos de G.Mahler, Samuel Barber, el cinéfilo Franz Waxman, apuntando a clásicos del siglo XX, desde Prokofiev a Stravinski o Shostakovich

Johan de Meij-African Harmony- compositor que dejó excelentes impresiones profesionales en nuestra tierra por su colaboración en familia con bandas municipales, en cuanto a labores directoriales, es autor de una saga divulgada entre los aficionados, The Lord of the Rings, galardonada con importantes premios, a la que se añadirán obras como Loch Ness- A Scottish Fantasy, en cinco tiempos; Aquarius Op. 5; Symphony nº 2, The Big Apple (A New York Symhony (1993); T. Bone Concert for trombone and Concert Band (1996) y una extensa serie de trabajos de gran calado que llegan hasta nuestros días y que regularmente se ponen en atriles.  Franz Ticheli (1958)- An American Elegy (1999), maestro que no deja de sorprendernos  y que a mayores destaca por sus trabajos con coro, músico asentado en Los Ángeles, en donde ejerce la docencia en la University of Soutern California, tras haberse formado en su juventud en la L.V. Berkner High School (Richardson, Texas). Recibió reconocimientos como el doctorado en masters de la Michigan University, en donde tendría como principales preceptores a William Albrigth, Leslie Bassett, George Wilson y William Bolcom.

Ramón García Balado

Brunetti, Joaquín Turina y Julián Bautista

 Auditorio Fontán, Cidade da Cultura Concierto bajo el título Turina al lado de dos perlas escondidas , para un cuarteto integrado por el vi...