Amosando publicacións coa etiqueta Música en Compostela. Amosar todas as publicacións
Amosando publicacións coa etiqueta Música en Compostela. Amosar todas as publicacións

29/07/2025

Joyas del clasicismo, por el Cuarteto Lucent, en la Igrexa da Universidade, para el LXVII Curso U.I. de Música en Compostela

 Igrexa da Universidade, Santiago de Compostela


Concierto en la Igrexa da Universidade con el Cuarteto Lucent-día 1, a la 20´00 h-, con obras de Juan Crisóstomo Arriaga, Pablo Fragoso, Xavier Montsalvatge y Luigi Boccherini, formación que repite en el LXVII Curso U.I. de Música en Compostela, aunque se presente con dos de los miembros de la anterior cita. Les tendremos con los violinistas Takanori Okamoto y Tabea Heinz, el viola Pol Altamira y Cameron Walls, violonchelo, con ellos, y en colaboración, vuelve el guitarrista Riccardo Guella, añadiendo los apoyos de los  pianistas Juan Carlos Cornuelles y Lily Petrova. Un clásico habitual como es J. C. Arriaga (1806/26), compositor de corta carrera y al que se llegó a considerar como un futuro Mozart, si las desgracias no hubiesen trucado esas expectativas, músico precoz que llegó a componer un intento de  ópera siendo casi un niño antes de disfrutar de trasladarse a París, en donde tendría como profesor a Fetis, mientras estudiaba violín con Baillot. Fue autor de un Sinfonía en Re m., algunas piezas de música sacra y la colección de cuartetos que serán las obras que la posteridad mantendrá como referencia como es el caso del Cuarteto nº 1, en Re m., en sus cuatro tiempos: Allegro, Adagio con espressione; Menuetto y Allegro. Tres fueron los cuartetos que no han quedado que se conservan en el Primer Libro de Cuartetos, ofreciendo  en el Primero ese Allegro que se atiene a la preceptiva más canónica del clasicismo, manejándose con un tema con variaciones, para proseguir en el tiempo siguiente con el mismo patrón. La idea de sus minuettos muestra una actitud común en todos sus cuartetos, y el hecho de optar por el minuetto frente a un posible Scherzo, es un recurso de ese planteamiento en las ideas de un momento que se mantiene fiel al momento histórico, en una fase de transición. Podremos hallar ciertas referencias al maestro Haydn, verdadero impulsor del género camerístico o a Luigi Boccherini, en particular del primero, la importancia de la textura de trato en las cuatro partes instrumentales, con una simplicidad tanto en la elección de los temas como en la resolución de las líneas melódicas.  Segunda obra para este programa, será el estreno del Trío Clásico, de Pablo Fragoso, en el que participará Lily Petrova, obra de la que tendremos el Allegro, su primer movimiento

Xavier Montsalvatge (1912/2002), maestro que fue del curso y músico del que se ofrecieron obras en las veladas concertísticas en la Capilla del Hostal de los RR.CC., y obras para orquestas con nuestras orquestas, tendrá en agenda una composición recuperada con el tiempo, aunque sus orígenes nos lleven al año 1952, se trata de Recondita armonía. Cuarteto con piano, en sus tiempos Allegro con brio; Andante sostenuto; Allegro con brio y Moderato- presto. Recondita armonía- con la participación de  J.C. Cornuelles-, una obra en principio para cuarteto de cuerda, y que tuvo una reelaboración para quinteto que el autor había realizado  después y que llegaría a estrenarse en la Iglesia de San Pau del Camp, en Barcelona, el viernes 2 de junio de 1995, con el Cuarteto Montsalvatge, obra que publicará la firma Boileau. El compositor compañero de trayectoria  de Ernesto y Rodolfo Halffter, de Gustavo Pittaluga, Salvador Bacarisse, Manuel Infante o Fernando Remacha, confesaría en su Dietario negro, de 1934: Me parece que la  música ya es casi una especie de deporte para mí y, como ejercicio hago una sardana que recuerda mucho a Garreta y la instrumento. Empiezo un Quinteto para un premio de 5000 pesetas, convocado por la Generalitat de Catalunya, con un jurado en el que figuran Pau Casals,  Eduard Toldrá y Josep Barberá. He fracasado rotundamente y el premio acabaría siendo declarado desierto una verdadera desilusión. Buena referencia acabarán siendo el Tríptico indiano; Habanera y tango, Colombo triunfante, en años de tanteo que también traerán un compromiso con Galicia propuesto por la Deputación de Ourense merced a la figura de Antonio Fernández-Cid, y que será la obra Meus Irmáns. Hacia 1995, aprovechando precisamente el Cuarteto en ciernes, reutilizará la obra para conformar este Recondita armonía, título que evoca el aria conocida de la ópera Tosca, de Puccini, para violín, viola, chelo y piano. Esta vez, con Albert Nieto, Joaquim Alabau, Santiago Juan y Francesc Gaya, quienes repetirán en Madrid, en la Fundación Juan March, en la  serie Aula de reestrenos, con obras de Cruz de Castro, S. Brottons y J.Oliver. Fechas en las que Albert Nieto, con el Trío Gerhard- Víctor Parra y François Monciero- había completado un monográfico dedicado a Gerhard. Nieto en aquel año, le había propuesto una obra para Cuarteto con piano, para su propio grupo, y el resultado sería esta obra a pesar de verse casi desbordado por otros compromisos, lo que le estimuló a recuperar la obra casi olvidada.

Luigi Boccherini (1743/1805)- Quinteto nº 4, en Re M. G. 448,  en sus tiempos: Allegro maestoso; Pastorale; Grave assai y Fandango-, con la colaboración del guitarrista Riccardo Guella, compositor asimilado en la corte de Carlos III, con el Infante Don Luís, quien siempre veló por su protección en el Palacio de Las Arenas de Ávila. Yves Gérard, será quien realice la catalogación de sus obras a partir de 1969, trabajo pues claramente reciente, en el que  toman primacía los Cuartetos de cuerdas, una aproximación a F.Joseph Haydn, su maestro sin pretenderlo, con ejemplos como el G. 223, llamado La Tiranna Spagnola o el G. 204, en Do M., con su peculiar Allegro bizarro. Entramos en la serie de los Quinteto de cuerdas con dos chelos, genuinas obras maestra por su amplitud y cualidades estilísticas, género abordado inmediatamente después de los cuartetos y que relucen de forma especial. Imposible  quedarse a la carta de alguno en concreto, pero no deja de fascinarnos el Quinteto en Do M. G. 324, conocido como La Musica Notturna delle strade di Madrid, muy baqueado en los tratamientos más diversos, desde el cine a la publicidad y demás medios. Los años del período posterior a 1776, traerán el grupo de los importantes Quintetos para guitarra, dos violines, viola y violonchelo G. 445/53, serie de la que llegó a perderse uno de ellos, siendo en conjunto transcripciones de obras precedentes, desde el G. en Re m. G 445, al segundo en Mi G. 446, el siguiente en Si m- a partir del Quinteto con piano nº 2; el cuarto que tendremos- el llamado Quinteto del fandango o el quinto en Re G. 449, hasta llegar al noveno G. 453.

Ramón García Balado

Fotografía © Xaime Cortizo.

28/07/2025

Pioneras del canto: Las grandes voces gallegas de los siglos XIX y XX, por Javier Garbayo y Mª del Carmen Lorenzo Vizcaíno

 Paraninfo da Universidade, Santiago de Compostela


Invitación del LXVII Curso U. I. de Música en Compostela en el Paraninfo da Universidad- día 30,  a las 18´30 h.- para asistir a la conferencia impartida por los profesores Javier Garbayo Montabes y Mª del Carmen Lorenzo, dedicada a las Pioneras del canto: las grandes voces gallegas de los siglos XIX y XX, recuperación de una actividad dinamizada por ambos en la que también se había ofrecido entonces la proyección del filme Doña Francisquita, de Hans Behrendt (1934), con presentación del profesor Xosé Nogueira, en A Facultade de Xeografía e Historia, basada en la zarzuela homónima, con la intervención de Matilde Vázquez. Javier Garbayo, alumno que fue de López Calo, inició su trayectoria como asistente e investigadora en la Universidad de Salamanca, el Instituto Superior de Artes de La Habana y en la de Cuyo (Argentina), ampliando en la Institució Milá i Fontanals (Barcelona). Su labor musicológica se centró en la música gallega, publicando trabajos de investigación mientras ampliaba con la colaboración en el Comité de Redacción del Anuario Musical Revista de Musicología, del CSIC. Formó parte de equipos científicos: Jesús Bal y Gay: tientos y silencios; Os sons da pedra. O ronsel do Mestre Mateo y José Fernández Vide: O trasfegar dun ourensán. Comisarió las exposiciones O universo musical de Andrés Gaos (2019) y esta que se ofrece. Mª del Carmen Lorenzo Vizcaíno, fue también violinista, archivera musical, investigadora y gestora cultural. Se perfeccionó con maestros como  Nonna Chakmishan y Miguel Borrego, culminando como profesora de violín en el Conservatorio Superior de A Coruña, fue miembro de la JONDE y de la EAEM. Presentó su tesis doctoral La música en el Teatro Principal de Santiago de Compostela 1840-1914, publicada por la editorial Andavira y el Consorcio de Santiago bajo el título Ópera y zarzuela en Santiago de Compostela. Las temporadas líricas del Teatro Principal 1840-1940.

La exposición correspondiente a las cantantes homenajeadas, se había realizado en el Colexio de Fonseca, a comienzos del otoño del año pasado, mientras que en el Ateneo de Santiago, en actividad complementaria y en el VI Ciclo Ateneo Barroco (Festival de Música Antiga e Barroca), el Grupo Ars Atlántica, dirigido por el arpista Manuel Vilas, ofrecía su programa Rosa del Ciel, sobre Claudio Monteverdi, con la mezzosoprano Roberta Invernizzi y el tenor Marcello Nardis. Cantates Liricas Galegas fu un proyecto auspiciado por Javier Garbayo Montalbes y Marieta Lorenzo Vizcaíno, con una exposición que recuperaba el recuerdo de 23 cantantes a través de sus aspectos biográficos y artísticos, destacando en especial las figuras de las hermanas Ángeles Ottein y Ofelia Nieto, voces señeras de la primera mitad del XIX,  con muestras de registros fonográficos junto a Matilde Vázquez, Mary Isaura, María Luisa Nache, Lola Rodríguez de Aragón, Inés Rivadeneira o Josefina Cubeiro. Una muestra que permitió también espacio para Benita Moreno, Cristina, Matilde y Elisa Villó, Carolina Casanova de Cepeda, Rosario Salgado de Pereira, Asunción R. Lantes, Dorinda Rodríguez  o Bibiana Pérez, en el siglo XIX; para continuar en el XX con alguna de las citadas, además de Enriqueta Brandón, Honorina Goicoa, María Pardo Topete o Carmen Varela. Una exposición que se hizo posible, gracias a la colaboración de la USC, Amigos de la Ópera de Santiago, el grupo de investigación Organistrum; o Consello da Cultura Galega; la Biblioteca Nacional de España; A Diputación de A Coruña; la Filmoteca Española; la Fundación Juan March; el Museo dels Arts Escénics; la SGAE; el Teatro La Fenice (Venecia) o el Teatro alla Scala, de Milán. Entremedias, las conferencias de J. Garbayo,  Marieta Lorenzo Vizcaíno, Arturo Reverter, Andrea Vitali, Xosé Noriega, en la Sede de la Real Sociedad de Amigos del País, compostelana y una gala dedicada en colaboración con la RFG, con selección de páginas de ópera y zarzuela.

El Concierto Novas Voces da Lírica Galega, disfrutó de la sesión Conversando con…, protagonizada por Diego Martín Etchevarría, director entonces de la RFG, al servicio de las voces de las sopranos Emilia Pérez y Lucía Iglesias, con el barítono Lucas López López, con piezas tomadas de Le Nozze di Figaro; Il Barbiere di Siviglia (Rossini); Il matrimonio secredo, de Domenico Cimarosa y detalles añadidos de Die Fledermaus. Entre aquellos actos, la charla de Javier Garbayo Montabes, dedicada a las cantantes gallegas del XIX, musicólogo que apuntaba su experiencia por el trabajo Ollando ó Mar, a medias con Monserrat Capelán. Maestro especializado en seguir la labor iniciada por Barbieri y Pedrell. Su atención, se había dedicado en particular a las hermanas Villó, Rosario Salgado Pereira, Asunción R. Lantes, Dorinda Rodríguez y Benita Moreno. Marieta Lorenzo Vizcaíno, apostó por las cantantes del siglo XX, más reconocibles por su legado y por vivir una época con mejores posibilidades, como era el caso de Ofelia Nieto, de la que Antón de Santiago publicó una detallada biografía Una gallega en el Olimpo del Bel canto, editada por el Consorcio de Santiago, cantante que se unió a las voces de Josefina Cubeiro; Ángeles Gulín; María Uriz o Matilde Álvarez. Para curiosidad,  esta charla entre ambos, que se abriría con la figura de Benita Moreno (1792/ 1892), quien había debutado en el Teatro La Fenice (Venecia), con La feste della rosa, de Pavesi, con un éxito sobresaliente que proseguirá en Padua, Ravena, Milán, París o Burdeos.  Cristina Villó, una coruñesa que impresionó a la reina María Cristina, quien llegaría a becarla y cuya voz llegó a emocionar a     tras escucharla en la interpretación de un aria. Carolina  Casanova de Cepeda, fue la primera en ocupar la plaza de canto en la Escuela Nacional de Música y Declamación de Madrid, asunto entonces ocupado solo por varones.

Ramón García Balado

Voz, texto y acción: La música escénica de Tomás Marco, en el LXVII Curso de Música en Compostela

 Sala Mozart del Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Actividad del XLVII Curso de Música en Compostela en la Sala Mozart, del Auditorio de Galicia, con la conferencia del compositor Tomás Marco- día 29, a las 20´00 h-, bajo el título Voz, texto y acción: La música escénica de Tomás Marco. Maestro muy ligado a nuestra ciudad por colaborar con una obra en el año  de inauguración del Auditorio de Galicia (1989), con su obra Campo de estrelas, con la ONE dirigida por Odón Alonso, entre el Concierto para piano K. 482- al piano Joaquín Achúcarro y la Sinfonía en Re M (Titán), de G. Mahler, una obra de Marco, que enlazaba directamente con su Cuarta Sinfonía y Pulsar, una alegoría y una evocación sonora. Colaboraciones suyas, dejaron trabajos como Luar, XVII Cuaderno de Música en Compostela (2007), con obras de Luis de Pablo, Carmelo A. Bernaola, Rogelio Groba, Manuel Balboa y J. L. Turina. Dentro del propio curso, en el año 1993, Romanzas romances, en la voz de María Orán, un recital ofrecido en las iniciativas de Compostela 93, con Miguel Zanetti, al piano, que supondría el punto y seguido a Retrato del poeta de 1972, en dedicatoria a Gerardo Diego. La USC, en 1985, le encargará para el Año Europeo de de Música, la obra coral Lúa descolorida, homenaje a Rosalía de Castro, en el centenario de su muerte; Espacio de espejo (1990) para Radio France, en dedicatoria a C.Halffter, se incorporó al programa de presentación de la OSG.

Tomás Marco, jalonando su evolución, pasará por los Cursos de Damstadt, en donde trabajará con Kagel, B.Maderna, König, Ligeti y P. Boulez, período en el compondrá Glanspelenspiel, Requiem, Car en effet…( una expresión oral propia de Boulez), o Albayalde, siendo el Requiem obra inspirada en la poética de R.Mª Rilke. Visitará de inmediato Berlín, mientras asistía a un curso de la Universidad de Friburgo, dinamizado en España proyectos centrados en la obra de John Cage-Indeterminación-o el homenaje a Russolo, en el vigésimo aniversario de su muerte. Vendrá el taller de investigación Alea, con obras como Jabberwocky- Lewis Carol-, para Marco, un galimatías vocal en 29 partes, experiencias que compartirá con el Grupo Zaj, en el Teatro Beatríz, destacando músicos como Juan Hidalgo y Walter Marchetti, en la indagación de  figuras como Cowell, Tudor, E. Satie, y creadores que no venían del espacio musical: Carroll, Schwitters, Suzuki, M. Duchamp, McLuhan o T.Mann.  Aura, quedaría como primer testimonio de su tendencia dadaísta-sobre poemas de Kurt Schwitters, una indagación sobre los recurso fonéticos, estrenado por Arturo Tamayo con Ramón Barce y el autor. La admiración por Varèse, se refleja en Los caprichos, que se dará a conocer en la Tribuna Int.de Compositores de la UNESCO, o Los cantos del pozo artesiano- texto de Eugenio Vicente-, un estilo de drama imaginario. Fetiches, obra pianística, será uno de sus trabajos más divulgados junto al cuarteto de cuerdas Aura, resultado de una riqueza inventiva y un eslabón de bisagra en su evolución. Presentada por el Cuarteto Gaudeamus, se estrenará en Utrech, Premio de Honor del SIMC. Rosa-Rosae, será para Enrique Franco la nueva simplicidad que intenta crear un lenguaje sensorial que profundice en los mecanismos de la psicología de la escucha. Llegarán así Vitral-para órgano y cuerdas-, Premio Nacional de Música; Anábasis, Astrolabio- destinada para la inauguración del Palau de la Música Catalana-, Evos, para el pianista Alexander Hrisanide; Albor, para Diabolus in Musica, que dirigió Guinjoán y dedicada a Webern y Bártók; Angelus Novus (Mahleriana), para la ONE con Frühbeck de Burgos, presentada en el Teatro Real; Hoquetus- Sala Casella de la Ac. F. de Roma; Selene, ópera sobre libreto propio (1974); Escorial o la obra coral Transfiguración, para el coro de la ONE, entre proyectos para la Fundación Juan March, compartidos con Luis de Pablo, Bernaola y C. Halffter.  Autodafé, para piano y grupo instrumental, ganó el Premio Arpa de Oro.

 En los años ochenta y noventa, presentará el Dúo concertante (viola y piano), dedicado a Emilio Mateo y Luciano González Sarmiento; Campana rasgada, que destacaba por el uso del fenómeno de la resonancia; el Concierto Coral, para violín y doble coro, manifiesto del continuo aliciente de las formas concertantes como el Concierto austral; el Concierto del alma, dedicado a Víctor Martín, mientras coordinaba el Concurso Int. de Composión Reina Sofía, preparando Aleluya, para coro mixto o Una música, un homenaje a J. Guillén; Espejo velado; Soleá, Lorenzaccio-A. de Musset- para el Centro Cultural de la Villa. El cuarteto vocal  y cuerdas Milenario, fue encargo del Municipio de Burgos. Espacio sagrado, para piano, dos coros y orquesta, sería continuación de la anterior, con estreno en la Fundación Gulbenkian (Lisboa).  Llanto por Ignacio Sánchez Mejías-Lorca-, será su primer ballet, destacando el rol de primer violín y el del chelo, un trabajo coreográfico con María de Ávila. Cobrarán importancia la serie de sus sinfonías, desde Aralar- la primera- a la segunda Espacio cerrado; la Tercera, para Radio France; la cuarta  (Espacio Quebrado), encargo de la ONE; la  quinta (Modelos de un universo y la Sexta (Imago mundi), que remite a supuestos aspectos de la física moderna del caos, aplicados al comportamiento de las masas sonoras, estructurada en tres partes, resultando cada una un díptico, obra estrenada por Edmón Colomer, con la JONDE, en el Auditorio Nacional. Arias de aire (1986)-flauta y piano-, fue dedicada Jorge Caryevschi, mientras surgían nuevas partituras: como el Triple concierto, para el Cuarteto Arcana; Floreal 2, para flauta sola; La Périphére du paradis, para seis grupos de al menos seis instrumentos, especie de divertimento; Quinteto cantar, un homenaje a Mompou in memoriam, partiendo de su Canción y danza nº 5; Almagesto; la Fantasía sobre fantasía, con mención especial a Roberto Gerhard-encargo de la Oficina Musical de Oporto-, obra para guitarra a la que dará vida Gabriel Estarellas; la Sonata del fuego (1990); Tarots, colección de 22 piezas, con libertad de ordenación, experiencia de la que tenía precedentes; Concierto del agua, para guitarra y cuerdas; Luciérnaga furiosa- flauta y piano-; una curiosa serie de  monográficos con puntos de referencia en el CDMC o la visita a la Universidad de Bloomington (USA); Recondita armonía (Sinfonía de Camara n º 1, para pequeña orquesta, obra pareja de Bastilles y Settecento, encargo del Museo di Castello de Rivoli; Fandangos, fados y tangos, para dos pianistas, dedicada a Daniel Stéfani y estrenada por el dedicatario con Humberto Quagliata; Ceremonia barroca, para coro y orquesta de cuerdas, sobre poemas de Calderón, Góngora, Tirso de Molina o Chilam Balam, un anónimo inca. Obra puesta en escena en la Plaza Mayor de Madrid, durante el estío de 1992; Terramar, para violín y orquesta, que llevaba el subtítulo de Divertimento concertante nº 1: Bis, Encore, Zugabe, Propina. La Sonata da chiesa, para órgano, encargo del Festival de León o Miró, para ocho chelos, destinada al Conjunto Ibérico de Violochelos, capítulo de obras que alcanzan un período de años que se mantiene en la actualidad.

Ramón García  Balado

25/07/2025

Apertura del LXVII Curso U.I. de Música en Compostela, en el Salón Nobre del Pazo de Fonseca

Pazo de Fonseca, Santiago de Compostela 


Un saludo a la ciudadanía con la apertura del LXVII Curso U.I. de Música en Compostela, en el Salón Nobre del Pazo de Fonseca con el debido acto protocolario de presentación –día 27, a las 20´00 h-, después de que durante tantos años desde la primera cita en 1958, la convocatoria cumpliese con dichos requisitos en el Hostal de los RR. CC., siempre con el obligado recuerdo de Don Antonio Iglesias, maestro y estudioso que nos dejó tres cuadernos en forma de memoria, que dejaría escritos hasta la convocatoria de 2007, entonces con la participación en las cátedras correspondientes de Isabel Penagos- canto-; José Luís Rodrigo- guitarra-; José López Calo- musicología-;Montserrat Torrent- órgano- ; Antonio Iglesias y Manuel Carra- piano-; Carmen Cruz Simó-polifonía-; Antón García Abril y Maximino Zumalave- sinfonismo y música actual-; Enrique Santiago- viola y música de cámara-; Agustín León Ara- violín- y  Marçal Cervera-chelo-, un recuerdo para aquel primer curso de 1958, que se convocaría a las puertas del otoño y que Antonio Iglesias aportaría unas líneas a modo de tarjeta de visita: En el mes de julio de 1948, encontrándome en los Estados Unidos, fue invitado a asistir a un curso del Berkshire Music Center, en Tanglewood (Massachussetts) dirigido por Serge Koussevizki el apoyo de su Boston Symphony Orchestra y la colaboración de maestros tan prestigiosos como  Darius Milhaud, Aaron Copland, Leonard Bernstein, Gregor Piatigorski, Lukas Foss, Irving Fine, entre algunos que ahora mismo escapan de mi memoria…A mi regreso a España, como quiera que no existiera entre nosotros ningún curso de verano, con ocasión de celebrar alguno de mis recitales en la Sociedad Filarmónica de Pontevedra, hablé con mis excelentes amigos Francisco Javier Sánchez Cantón, José Filgueira Valverde, Iglesias Vilarelle, Martínez Tíscar, Antonio Odriozola, etc…en torno a una posibilidad de repetir aquí lo observado al otro lado del Atlántico y, claro está, a todos les encantó la idea. Abundaría en la misma, unos pocos años después, mi admirado y gran amigo Leopoldo Stokowski, precisamente,  en Pontevedra también, cuando dirigió a su excelente Coral Polifónica en la Catedral de Santiago, con las obras de nuestros polifonistas del Siglo de Oro… La idea sobre la que insistí con terquedad del convencido, pudo llevarnos a imaginarla en el Pazo de Lourizán, con sede en un palacete que, curiosamente, se asemejaba al de Tanglewood, rodeado de un bosque de eucaliptus…Pero la falta de medios económicos, hizo que todo quedase en un caro, muy querido proyecto…Conocí a Andrés Segovia en 1935, en casa de mi maestro José Cubiles  en la Plaza de Oriente madrileña. Pero nuestra amistad se afianzaría honrándome ya por siempre con su gran regalo, precisamente durante mis años de estancia en Nueva York- años 1948 y 1949-cuando vivía frente a Central Park, en un precioso y muy cuidado piso entresuelo; en el bajo de la misma casa, un viejo amigo suyo, le preparaba las primeras cuerdas de nylon, para su guitarra, que comenzaba a comercializar la casa Dupont. ¿Pudieron ser estos posos, los de mi deslumbrante aventura musical de Tanglewood y los afanes educativos del maestro Segovia, los que fortalecieron en su momento el nacimiento de Música en Compostela? Lo ignoro, pero he querido traerlos aquí a guisa de unos remotos aunque posibles  antecedentes. Un Curso de Verano dentro del páramo  español en el cual destacaban los festivales de Granada, el de Santander o la Quincena Donostiarra. Antonio Iglesias, añadirá con el paso de los años trabajos de investigación acordes con el curso y que realmente valdrá la pena citar: La revisión de la Suite Iberia, de Isaac Albéniz, publicada por la Fundación CaixaGalicia y editada en el XVI Cuaderno de Música en Compostela (2006) o la obra para piano de Manuel de Falla (segunda edición) y Noches en los jardines de España, por iniciativa de la Editorial Alpuet.

Del pasado Curso de Música en Compostela. Podremos resumir en una visión escueta y sencilla visión, algunas de  las actividades realizadas, en las que no faltaron las visita al Museo de Pontevedra, a los edificios Castelao y Sarmiento, con la histórica sesión A la luz de los candelabros, en el que colaboraron alumnos elegidos que tomaron obras desde Albéniz a J. Rodrigo, G. Cassadó, Manuel Quiroga, Turina, Miquel Ortega, el Padre Donosti, hasta D. Scarlatti o J.Nin-Culmell.  El homenaje In memoriam a quien había sido maestro del mismo Manuel Carra, con piezas de distintos autores, a cargo de la exalumna Stefanía Passamonte. La conferencia del Dr . Ernesto Monsalve, con el programa Joaquín Rodrigo: En el centenario de su primera obra.  El concierto de profesores: Stephan Picard y Xunyue Zhang (violines), Stephan Forck (chelo), Ashan Pillai (viola) y el pianista Andrei Banciu, con obras de E. Granados, David del Puerto  y Joaquín Turina, con el Cuarteto Op. 67. Los dos conciertos de alumnos. El Cuarteto Lucent, con el guitarrista Riccardo Guella, que vuelve aunque con distinta formación y que ofreció obras de Enric Granados, Manuel Castillo y Ruperto Chapí. La conferencia de José Sierra: La música de teclado del Padre Soler, con ilustraciones al piano de Josep Colom, que seguiría en la misma fecha al acto de recepción en el Concello. El Concierto de la Orquesta Sinfónica de Galicia, dirigida por Isabel Rubio, en el Auditorio de Galicia, para ofrecernos la Sinfonía nº 12, en Mi M. de Carles Baguer, compositor que había destacado como organista y que había tenido como alumnos a Mateu i Ferrer y a  Ramón Carnicer; Conrado del Campo, con su obra Infierno, inspirada en La Divina Comedia, de Dante, músico que había tenido como preceptor de Jesús de Monasterio; Manuel de Falla, con el Intermedio y Danza, de La Vida Breve, drama en dos actos  y cuatro escenas sobre libreto de C. Fernández-Shaw, para completar  con la Sinfonía nº 5, de Pedro Miquel Marqués García, compositor que será apreciado por su obra El anillo de hierro. Esa sinfonía era una de las obras más apreciadas del compositor, muy bregado por su presencia en teatros y que llegaría a colaborar con músicos como Héctor Berlioz o G. Rossini.

Ramón García Balado

24/07/2025

Conxita Badía: Corazón y talento al servicio de la voz, en el LXVII Curso de Música en Compostela

 Conservatorio Profesional de Música, Santiago de Compostela


Conferencia impartida en el Conservatorio Profesional de Música- día 28, a las 20´00-, en las actividades de LXVII Curso U.I. de Música en Compostela, a cargo de Monserrat y Mercè Bonet Agustí, nietas de la ilustre soprano, una cantante que formó parte del primer cuadro de profesores en el año inaugural, en el año 1958, con Óscar Esplá, Frederic Mompou y Xavier Montsalvatge- composición-; Andrés Segovia- guitarra-; Higinio Anglés-musicología- y en piano Antonio Iglesias, Amparo Iturbi y Alicia de Larrocha. Aquel primer curso que como recordaría Antonio Iglesias, de una forma u otra, existía una cierta confusión en la manera de conformarlo, clases públicas, clases privadas, conferencias-concierto, lecciones, etc…puedo asegurar que su cuadro docente estuvo asó constituido: Conxita Badía (canto), Óscar Esplá (composición), Federico Mompou y Xavier Montsalvatge (composición), Andrés Segovia (guitarra), Higinio Anglés (musiclogía), Alicia de Larrocha, Amparo Iturbi y Antonio Iglesias (piano), relacionados por el orden alfabético de las cinco materias impartidas. Anunciada también la colaboración de José Iturbi, éste nunca  llego a Santiago…

Conxita Badía, había estudiado música con el maestro Enric Granados, desde su tierna infancia, para finalizar su formación con Frank Marshall, siendo su profesor de armonía el maestro Mas i Serracant, antes de completar en la Ac. Granados. Tuvo conciencia de sus cualidades vocales y a los once años, cantó por primera vez en público, probando como una de las muchachas flor, de Parsifal, en el Palau de Barcelona, en versión de concierto. Por aquellas fechas, comenzó su formación como soprano con la soprano Rosa Culmell (mujer del compositor Joaquín Culmell), quien también conocía a Granados, ocasión en la que también se apuntó al aula de Ramón Guitart, en el Conservatori del Gran Teatre del Liceu. Granados estuvo siempre presente en la evolución de su carrera además de colaborar con la Sociedad Catalana de Música de Cámara, con la que estrenó las delicadas Canciones epigramáticas de Amadeu Vives, en el mes de mayo 17, colaborando con frecuencia con la Orquesta Pau Casals, en la serie titulada Els poets, els musics, o con la Sociedad Obrera de Conciertos, fundada por el gran chelista, alma y vida de El cant dels ocells. Cantó la parte de soprano de El David penitente, de W.A. Mozart, el 30 de abril de 1933 y la parte correspondiente de la Sinfonía Coral, de Ludwig van Beethoven, siendo la primera especializada en Lied, en su tierra, junto a otras voces consagradas a nivel internacional como Carmen Amat, Andrea Fornells, Pilar Rufi o Pepita Paulet, mientras se presentaba en importantes coliseos desde Londres, a Bruselas, París, Lisboa o Suiza.

Llegó a  estar acompañada por Alfred Cortot, en un recital dedicado a Schumann, en La École Normal, siendo invitada por la mezzo Gabriella Besanzoni, pareja de un potentado empresario, para cantar en el Teatro Municipal de Sâo Paulo, en donde trabaría amistad con Heitor Villa-Lobos, cuya música llegó a seducirla, probando otras aventuras Latinoamericanas que le permitiría descubrir la República Argentina-Buenos Aires, en concreto-, donde permaneció unos siete años- desde 1939 a 1946, años históricamente fatídicos para nuestro país- Debutó entonces en el Teatro Colón, el 14 de noviembre de 1939, año cruel para nuestras tierras, estrenando obras avanzadas como Wozzeck, de Alban Berg, dirigida por Fritz Busch o repertorios barrocos como La serva padrona, de Pergolesi, en Montevideo. Largos años de exilio, en los que pudo mantener su amistad con Manuel de Falla y otros consagrados maestros argentinos como Juan José Castro o el matrimonio Ginastera y españoles como Gustavo Pittaluga o Julián Bautista.

Interpretó un amplísimo repertorio que abarcaba desde el Lied al oratorio, la ópera, la canción popular, en sus esencias; el villancico, muchas veces en lugares poco frecuentes, probando con las hoy llamadas músicas antiguas-entonces con un criterio romántico-, pero con agrupaciones que intentaban tentar con criterios medianamente veraces, repertorios elegidos entre obras de los siglos XVI y XVII, en los que descubriría sus peculiaridades. En ella siempre influyeron Granados, Falla o Pau Casals, probando la experiencia de acompañarse por ella misma al piano, aspecto que Wilhelm Kempff sabría reconocer. Vives tras escuchar las Canciones epigramáticas, alabará sus cualidades como cantante de Lied, gracias a su voz fresca y cálida, con una expresión nítidamente vehemente, una dicción graciosa  clara. Las cualidades como profesora de canto, serán patentes en cursos y certámenes, como nuestro Curso U.I. de Música en Compostela, o el Conservatori Municipal de Barcelona, del que se beneficiaron artistas como Francisca Callao, Carlo del Monte, Carme Bustamante y Montserrat Caballé, quien también pasó por el curso compostelano.

Como maestra solía repetir: No empleéis toda vuestra voz. No se ha de emplear jamás toda la voz. Marcad los silencios ¡Son tan importantes, los silencios…! ¡Son tan  hermosos…! Hay  que dar toda la importancia que tienen las palabras. ¡Y sonreíd…Aquí debéis cambiar el color de la voz!  No alarguéis esta nota, porque lo destrozarías todo…Conxita Badía grabó unos seis registros discográficos, cuya relación debe encabezarse con una Antología Histórica de la Música Catalana (editada por Edigsa), para continuar con el muy personal trabajo dedicado a las Tonadillas de Enric Granados (Gramophone), con el pianista Federico Longás; el Homenaje a Conchita Badía, con el sello RCA-Victor (Buenos Aires); registro ampliamente divulgado y en el que canta obras de Granados, Manuel de Falla, A. Vives, Nin, Millet o Morera, con el acompañamiento pianístico de Donato O. Colacelli y otro editado por Vergara titulado Canciones Sudamericanas, asistida por Pere Vallribera, en el que se luce con canciones de López Buchardo, Carlos Guastavino, Heitor Villa-Lobos, Silvestre Revueltas, entre nombres señeros. Quedan algunos registros que teniendo una menor publicidad, serán un importante legado de su quehacer artístico. El primero, había pasado por el estudio de grabación en el año 1963, acompañada  entonces por una joven Alicia de Larrocha, años de madurez de la soprano, más dedicada a la docencia. Otra muestra será en su período de madurez, el trabajo con el tenor Carlo del Monte, para el sello Ariola- Eurodics (1967), con el título Disset  cançons catalanes, recurriendo a canciones de sus estimados Morera, Xavier Montsalvatge, Eduard Toldrá o Federic Mompou.

Ramón García Balado

29/12/2024

Per la ricuperata salute di Ofelia, de Antonio Salieri, recuperada del ostracismo

 Ernesto Monsalve: Salieri. El hombre que no mató a Mozart


Una cantata conmemorativa  de Antonio Salieri y de la que nos dio precisa noticia el profesor Ernesto Monsalve, que fue invitado del Curso U. I. de Música en Compostela, pues en la cita del año anterior ofreció una ponencia dedicada a Joaquín Rodrigo: En el Centenario de su primera obra, en la Capilla del Hostal de los RR. CC., se trataba  en concreto de su composición Juglares. Recordamos también su conferencia en el Curso 2023, dedicada a Pau Casals, en el 50 Aniversario de su muerte, Monsalve, además de sus oficios docentes y su relación con importantes orquestas, fue dinamizador de programas como El toque maestro y Música maestro. Monsalve puso en nuestras manos recientemente la publicación de su trabajo Salieri. El hombre que no mató a Mozart, editado por Rialp, quizás uno de los estudios más detallistas sobre el compositor, que a lo largo de su carrera, fue entregando títulos operísticos que se han labrado un seguro espacio, como fueron Don Chisciotte alle nozze di Gamace, libreto de G. G. Boccherini (1771); La fiera di Venezia, del mismo libretista; La locandiera (D. Poggi); muy especialmente, por Prima la musica e poi le parole (Giambattista Casti) 1786; Les Danaïdes (F. Du Roullet), en francés o un curioso pasticcio tomado de varios autores Le inconvenienze teatrali (1789) y Falstaff, ossia Le tres burle, tomado de Carlo Prospero De Franceschi.


Para cada capítulo del doctor Monsalve, una motivación de sugerencia, siendo el séptimo el dedicado a Prima la música e poi le parole: Mozart y Salieri ¿amigos o enemigos? Y en cada uno, una sugerencia de audición, que en este caso, nos invita a remitirnos a una propuesta: Per la ricuperta salute di Ofelia, en un registro discográfico firmado por la Heidelberger Sinfoniker, dirigida por Timo Jouko Herrmann, en colaboración con la soprano Diana Tomsche y la mezzo Esther Valentin, recopilación de Cantates et airs d´opera, Strictly Private, de A. Salieri.  Monsalve, en este capítulo, ofrece un estudio de personajes y situaciones que contribuyen a precisar aspectos irrenunciables. La figura de la soprano Nancy Storace, por la que Salieri sintió una especial devoción, desde el momento en el que había triunfado como Dorina, en el estreno de Fra i due litignati il terzo gode, de Giuseppe Sarti, el 14 de septiembre de 1782. Storace cantará roles como la Condesa Bandiera (La scuola de´glelosi), de Salieri; Angelica (Il burbero di buon core y Lilla (Una cosa rara), ambas del asimilado Martín i Soler; Il ritorno di Tobia (F.J. Haydn), quien disfrutaría de su compañía en Austria, al servicio de los Esterházy, de hecho, una de las más significativas cantatas para soprano, Miserere noi, misera patria H. XXIVa, llevó la dedicatoria for the voice of my dear Storace. Mozart y Salieri, sucumbieron a sus encantos, componiendo la cantata Per la ricuperata salute di Ofelia, escrita en septiembre de 1785, un caso tan único en una partitura que permaneció oculta a los ojos del mundo, incorporándose a la maraña de claroscuros en torno a la leyenda y la realidad entre Salieri y Mozart.

Pero cuando el musicólogo alemán  Timo Jouko Herrmann, experto en la figura de Antonio Salieri, en su vertiente alemana, halló en el siglo XXI una copia, de la forma más casual posible, los hechos se reinterpretaron definitivamente…El Dr. Herrmann y el mundo de la musicología, conocía este lied/cantata, porque el catálogo Köchel, de Mozart, de 1882, lo había incorporado bajo el número 477 y la adenda a, como suplemento de la K. 477, que es la marcha fúnebre masónica Maureische Trauermusik. Históricamente había indicios de la referida partitura por anuncios que publicó Wienerblatt (18 de septiembre de 1785), y era conocida la supuesta publicación realizada por Artaria y el impresor de la Corte vienesa Joseph von Zurzböck, que es precisamente la de quien se encontró, en 2015. Sin embargo, hasta este año, no había constancia fehaciente de la misma, porque ningún ejemplar-ni por supuesto el original-, había perdurado hasta nuestro tiempo. Como se sabía que el texto lo escribió el abate y poeta Daponte, el Dr. Herrmann escribió al Museo de la Música  Checa de Praga, donde, según sus archivos, constaba que existía una edición impresa del poema: Me gustaría que me remitieran una copia del texto de la cantata, para incorporarla a mis estudios- diría el alemán-. La respuesta fue fenomenal: A fin de elaborar el escaneo oportuno, necesitamos que nos confirme si quiere el texto o también la partitura- respondería inocentemente la responsable del Archivo de Praga-. Atónito, como no podía ser de otra manera, Herrmann se presentó inmediatamente en la capital checa para constatar, con estupor, que, en unas cuartillas de un papel fino como la seda, se había hecho tantos pliegos y se había abusado tanto del pegamento, que la partitura había quedado oculta a los ojos de cualquier investigador durante siglos. Fue el desenvolver aquella suerte de sábana de papel cuando, por puro azar, fue descubierta…

Per la ricuperata salute di Ofelia, es una pieza que, en sí misma, no dice nada. Su principal valor se lo otorga el ser el máximo exponente de la buena relación que realmente existió entre Mozart y Salieri. Debe su título al personaje de Ofelia, protagonista femenina de la ópera  La grotta di Trofonio, que Salieri preparaba para Mme Storace-Ofelia-, que sufriría un enfriamiento que estropeó su voz durante los ensayos, impidiendo su estreno a tiempo. Su rol hubo de ser interpretado por otra soprano, mientras ella se encontraba en su apogeo. Treintaiséis días después de caer enferma, gracias al buen cuidado de los galenos, y casi con total seguridad, por los arrumacos de los compositores rivales, la cantante recuperó su voz. Para celebrarlo, Da Ponte, escribió su oda por La recuperada salud de Ofelia, y unidos bajo el mismo paraguas, le pusieron la música del encanto femenino, Mozart, Salieri y un tal Cornetti, que sonó en un apartamento privado, en el siglo XVIII, por primera vez, para dormir en un cajón el sueño de los justos durante 230 años. Una cantata que hasta donde se conoce hoy, será la única colaboración entre Mozart y Salieri, dejando la figura del tal Cornetti, posiblemente como pseudónimo para su Ex. José II, amante declarado de la Storace. Per la ricuperara salute di Ofelia, tan apreciada para este comentario, tuvo una interpretación gracias a la soprano Sara Mª Rodríguez, acompañada al clave por el autor de la biografía, Ernesto Monsalve, en la Real Capilla del Museo San Joaquín y Sta Ana, de Valladolid, a comienzos de septiembre de 2016. En cuanto a la foto elegida, aparecen en la misma Monsalve; la soprano Claire Elisabeth Craig, quien interpretó el estreno mundial que nos ocupa; Timo Jouko Herrmann, descubridor de la cantata y Stefanie Clement, directora- gerente de la editorial Hofmeister, en la Tanzmeistersaal, de la Residencia Mozart, de Salzburgo, en febrero de 2016.  Salieri. El hombre que no mató a Mozart, perfecto testimonio- obsequio, para curiosos de esa compleja trama histórica, plagada de prejuicios y adulteración, que ayuda a poner en su punto aquella baqueteada relación entre Salieri y Mozart, con funestas recreaciones fílmicas como Amadeus, de Milos Forman. Epílogo del estudio en el capítulo De Pushkin a Amadeus, o cómo sobrevivir a dos siglos como villano de un cuento inventado, con propuesta de audición que nos invita a In questa tomba oscura, de Salieri, en interpretación de Krisztina Laki y Gabor Kósa, posible sugerencia para un nuevo trabajo ampliado, por la materia que abarca y que confiamos a Ernesto Monsalve. Los pecados de Alexander Pushkin, en el que nos encontraremos con autores como Rachmaninoff, Tchaikovski, Mussorgski, César Cui, N. Rimski- Korsakov, Mijail Glinka y tantos otros. Pushkin, en su relato Mozart y Salieri, elegido como ópera para estrenarse en el Teatro Solodovnik, a finales  de 1898 y las derivaciones al cine, desde el período mudo al sonoro: Road to Succes, en donde habría materia para explayarse a capricho, pero es tema que, con suerte, podrá tener futuro. Una invitación sobre segundas partes.

Ramón García Balado.

 

09/08/2024

La Capilla del Hostal de los RR. CC., acoge la clausura del LXVI Curso U. I. de Música en Compostela

 Capilla del Hostal de los RRCC, Santiago de Compostela

 

Clausura del LXVI Curso U. I. de Música en Compostela, en la Capilla del Hostal de los RR. CC.- día 10 a las 11´00 h., tras el concierto ofrecido por la OSG, dirigida por Isabel Rubio,  con obras de Carles Baguer, Conrado del Campo, Manuel de Falla y Miquel Marques, en un acto en el que se hará entrega de Diplomas y Premios, con la firme voluntad de emplazarnos para el curso siguiente. Tiempo tuvimos de asistir a la serie de actividades complementarias ofrecidas por los profesores y alumnos, entre charlas y conciertos destacando los de estos últimos en su generosa entrega de confraternización, comenzando por la acostumbrada visita al Edificio Castelao, del Museo de Pontevedra, en la histórica serie A la luz de los candelabros. Las dos propuestas de conciertos de alumnos al Hospital Clínico (CHUS) y al Conservatorio Profesional compostelano, ambos el lunes, día 5 o el excelente del Cuarteto Lucent, con el guitarrista Riccardo Guella, con obras de Enric Granados, Manuel Castillo y Ruperto Chapí. El concierto de los profesores Ashan Pillai, Stephan Picard, Andrei Banciu y Stephan Forck.  Dos charlas profusamente documentadas de José Pérez Sierra, acompañado por Josep Mª Colom, dedicada a la figura del Padre Soler y su entorno artístico de El Escorial o la ofrecida por Ernesto Monsalve, con motivo de Joaquín Rodrigo: En el centenario de su primera obra. Quedará espacio para guardan un detalle con respeto a los dos últimos conciertos del martes y el miércoles, ofrecidos por alumnos en la Capilla del Hostal de los RR. CC. , veladas de apacible confraternización entre los miembros del curso y los entusiastas melómanos entregados a la causa, atentos al nivel mostrado por el dominio y conocimiento de las obras elegidas. Pablo Esteban, pianista del aula de Josep Mª Colom, en un ejerció de dominio técnico en la extensión exigida por la Fantasía Bética, de Manuel de Falla, obra insigne dedicada a Arthur Rubinstein y de la que Ernesto Halffter obtendría argumentos para una ostentosa orquestación. Asoman en su desarrollo apuntes de cante jondo, con preciosismos que nos sugerirían a D. Scarlatti. Modélica respuesta del alumno en consideración a su maestro Colom.  Las Cátedras de viola, cámara y guitarra, en confluencia: Ashan Pillar y Gallardo del Rey, una sorprendente propuesta de Eduard Moya- viola- y Oriana Kemelmajer (Argentina), por las Variaciones geográficas sobre el Cant dels ocells- popular en sus raíces y razón de ser de Pau  Casals. La pieza en sus dilatadas variaciones, discurría en libre antojo por las fronteras más imprevisibles desde la habanera, al tango o al ragtime. Muy libre en su correcto entender.   Diego Arévalo.(1994), alumno del curso , colaborará con una obra  de propia firma, la  Rapsodia para chelo  y guitarra, de la que fueron intérpretes Yena Gook (Australia) y Viaslav Shugaev (Rusia), pieza con atisbos de neoclasicismo en las tendencias innovadoras del siglo XX, y no menos ingeniosa en procedimientos estilísticos por voluntad de criterio.

La Cátedra de violonchelo de María de Macedo y Stephan  Forck, otra cumbre por Requiebros, de Gaspar Cassadó-no podría ser menos- en manos de Esteban Barlow (España), asistido por el profesor- asistente Ángel Huibobro. Cassadó, miembro  de Música en Compostela a partir de 1959, con Andrés Segovia. André Gertler y Josefina Salvador, en instrumentos de cuerda. De Cassadó, también, Preludio –fantasía, primer movimiento de la Suite para violonchelo solo, en manos de Emilo Ubach. Pieza también emblemática de quien había formado un trío con Menuhin y Ketner, mientras se dedicaba ampliamente a la docencia desde Florencia a Siena o nuestros cursos de Música en Compostela. De la Cátedra de violín, de Stephan Picard, un apoyo en Joaquín Turina, para un especial tratamiento virtuosístico repartido entre dos de sus obras. El poema de una sanluqueña, en la que la violinista rendiría dotes ante un público entusiasta, en el que no faltarían sus compañeros, Sonja Bogner (Alemania), acompañada por el profesor Andrei Banciu, al  piano. Pieza precisamente dedicada a las muchachas de Sanlucar, un poema de amor según el autor, un punto amargo y una expresión doliente expresada por las cuerdas del violín. También de Turina la Sonata española para violín y piano Op. 82- Vivo-Adagio/Allegro moderato-, de la que dejaron buenas impresiones Abraham Parra Amante (violín) y también el profesor Andrei Banciu, obra presentada para su estreno en el Teatro María Guerrero de Madrid, por Enrique Iniesta, acompañada por el autor y que se maneja con una importante versatilidad expresiva, detalle a favor de los intérprete. La Cátedra de Canto de Mª José Montiel- tan efusiva como de costumbre-, Yuki Urata (Japón), buscándole los entresijos pasionales a Mujer de los ojos negros, de El huésped del  sevillano de Jacinto Guerrero. Yonxi Liu (China), un aire de resuelta canción popular, No quiero tus avellanas- Jesús Guridi-, respirando aires de sus Canciones castellanas. Jimena Ramós, el apacible encanto de A través de mis cristales (Sueños de Oro), de F. Asenjo Barbieri y la mejicana Armida Olaechea, el destilado sentimentalismo de Lágrimas mías, de la zarzuela El Anillo de hierro, de Pedro M. Marques, de quien la OSG nos había ofrecido su Quinta sinfonía. En grupo, con el acompañamiento pianístico de Itziar Barredo, dos irresistibles por su contagiosa popularidad, nada menos que La Habanera, de Don Gil de Alcalá (Manuel Penella): todas las mañanicas vuelve la aurora y se lleva la noche triste  y traidora… y el coro de románticos, de Doña Francisquita de Amadeu Vives. Una despedida calurosa para la tarde del martes.

La tarde del miércoles tuvo como aliciente el estreno de la obra de encargo del curso con las miniaturas características: Promenade, Sicliano, Chotis y Nana, de Juan Durán, en dedicatoria a Gallardo del Rey y digitación de J. M. Dapena, obra obligada para el concurso de guitarra Savarez, y que tuvo su presentación a cargo de Daniel Sánchez y Viacheslav Shugaev (Rusia), quien obtendría el Premio del Curso ante un jurado presidido por Gallardo del Rey, J.M. Dapena y el compositor David del Puerto.  Una velada que nos deparó algunas obras elegidas, destacando la obra de Juan Durán, interpretada por Daniel Sánchez- quien también aportaría Sevilla, de la Suite española Op. 47, de I.Albéniz, pieza sugerente y receptiva junto a las  de las miniaturas de Durán, que también estarían en manos de Viacheslav Shugaev, que añadiría el Elogio a la guitarra, de Joaquín Rodrigo, ejemplo de sus piezas para el instrumento como lo fueron la Zarabanda lejana; Junto al Generalife; Entre olivares o la Sonata Giocosa.

Juan Durán, nos dejó recientes trabajos como el Cuarteto de Cuerda, grabado por el Cuarteto Novecento: Ildikó Oltai, Irina Gruia, Joana Ciobotaru y Millán Abeledo, entre obras de M. del Adalid y José Arriola, un período creativo en el que estrenó la Cantata Terra, con la OSG, para solista- Javier Franco-, coro y orquesta, bajo la dirección de Víctor Pablo Pérez, siendo responsables de coro Carlos Mena y Javier Fajardo. Obra que partía de la poética de Ramón Cabanillas: No desterró; Vento mareiro y Da terra asoballada.  El profesor Gallardo del Rey, mediador con la firma Savarez, especializada en el mundo de la guitarra, para la consolidación de este premio, se graduó en el Conservatorio de Sevilla, en guitarra y música de cámara, siguiendo los cursos de Sáinz de la Maza, A. Segovia y José Tomás y en 1979 obtuvo el Premio de interpretación Luís Coleman, en el Curso I. U. de Música en Compostela, logrando con el paso de los años los de la Fundación Francisco e Inocencio  Guerrero, estrenando obras en la Bienal de Arte Flamenco, con la O. C. Reina Sofía, por el Concierto para guitarra y orquesta, de Manuel Castillo, mientras se aventuraba como compositor con Noches de San Lorenzo, estrenada en El Escorial.

De la cátedra de viola y música de cámara, de Ashan Pillai, el viola Pol Altimira- del Cuarteto Lucent-y el repertorista y profesor J. Carlos Cornelles, se ofreció la Romanza para viola y piano de Lluís Benejam (1914/68), violinista y director con carrera en Latinoamérica, compartiendo experiencias con el chelista Ernesto Xancó, los violinistas Roberto Plaja y J. Rodríguez de la Fuente, con quienes formó en Quito, el Cuarteto Nacional Ecuatoriano, con quienes ayudó a la iniciación de una labor divulgadora. Fue concertino y director de la O. S. Nacional y profesor del Conservatorio Nacional. En su obra está presente un reconocible nacionalismo reflejado en el conjunto de sus composiciones camerísticas, como Lorqueña; el preludio jondo o la Obertura flamenca.

De la cátedra de piano de Josep Mª Colom, dos alumnos, comenzando con Irene Pérez Sanmiguel, en una lectura precisa de la Sonata para piano, de Ernesto Halffter, obra de 1926 y primera de las tres que había tenido en mente como dedicatario a Eugene Cools y en la que trabajaría hasta 1932, pieza dividida en cuatro secciones con un solo tema que le da unidad orgánica, concebida como una serie de variaciones sobre. Obra que fue estrenada por Leopoldo Querol, en 1934. Oriana Kemelmajer (Argentina),  no se resistiría a los encantos de los Valses poéticos, de Enric Granados, dedicados a Joaquim Malats, en la serie de ocho números a partir de la colorista entrada que se repite  en el final, dentro de un gusto típicamente romántico. El talante musical de estas piezas, justifica el título de esta obra de juventud, como expresiones poéticas de un género lírico

Ramón García Balado

La carroza del Real, concierto en familia, primicia del XII Festival Bay y Gay

  Praza Conde de Fontao, Foz Concierto en familia en preparación de las actividades del XII Festival Bay y Gay , con esta invitación en A Pr...