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17/06/2024

Séptimo concierto de alumnos de la EAEM

  Escola de Altos Estudos Musicais, Santiago de Compostela

Llegamos al final de los conciertos de alumnos  de la EAEM, en su propio centro- día 19 a las  20´30 h-, con otros dos participantes, comenzando por Pablo Martínez Peiró, alumno de Jorge Fernández, con Simona Velikova,  que nos ofrecerá tiempos de obras a partir de Franz Joseph Haydn, en su Concierto en Mi b. M. Hob. VIIe. 1, para trompeta, última obra concertante aunque resta la posibilidad de que el Concierto para dos trompas  Hob. VII. 2, perdido, fuese compuesto después. El autógrafo está fechado en 1796, y se conserva en el Archivo de la Sociedad de Amigos de la Música de Viena, con la indicación curiosa de per il clarino, conociendo su estreno el 28  de marzo de 1800, por su dedicatario Anton Weidlinger (1767/1852), un músico que era miembro de la Orquesta de la Ópera de la Corte de Viena, desde 1792, músico que había inventado hacia 1795, una trompeta de llaves en Mi b., llamada al principio organisterte Trompete. No habían faltado con todo los intentos de perfeccionar el instrumento por las continuas presiones de los intérpretes, apurado por mejorar los recursos que planteaban las llegadas de obras que demandan mayores medios expresivos. Un apuro en memorar las posibilidades de instrumentos naturales, heredados de la época barroca, en medio de un clasicismo que imponía sus reclamaciones expresivas. Se fueron pues abandonando aquellos registros facilitando a la trompeta desempeñar un rol distinto en las orquestas, un avance innegociable para la mejora del sistema de pistones, experimentado entre 1811/2, por Heinrich Stölzel y Friedrich Blühmel.

George Philipp Telemann, el galante por antonomasia, dejará el Concierto en Re M., para trompeta, cuerda y continuo, sobre una música luminosa y seductora, especialmente en los movimientos con brio, rápidos para mayor realce y que se plantea en cuatro movimientos, con un Adagio inicial cuidadosamente equilibrado, espejo del quehacer del músico nacido en Magdeburgo, y con importante carrera en Hamburgo, llegando a fundar en Leipzig una orquesta de estudiante que dejará memoria, el Collegium Musicum al tiempo que era nombrado director del Teatro de la Ópera, lo que le ocasionaría enfrentamientos con otro histórico maestro, Kuhnau. Inquieto por carácter, se instalará en Eisenach, ciudad que asociamos con la familia de los Bach, convirtiéndose en pope y señor de las formas renovadas de música en Frankfurt, artista de envidiable evolución, acabaría rechazando la invitación para incorporarse al puesto de Gotha, aceptando en su lugar la plaza de Hamburgo, como kantor, del Johanneseum, repartiendo labores entre las cinco iglesias de la capital. De la obra elegida y gracias a las posibilidades de sus recursos, no estará de menos citar el Allegro brillante, bien desarrollado, pero puestos en materia de sus obras concertantes, igual trato merece el Concierto en La M. para oboe d´amore y cuerda, de timbre apagado que realza el carácter pastoral.

Pablo de Miguel Sánchez, alumno de Manuel Fernández con Eriko Ishimoto,  nos ayudará a descubrir a una compositora, Elsa Barraine (1910/99), a través de su pieza Crepúsculo y Fanfarria, para trompa y piano. Autora de un estilo propio del final del período neoclásico , el de Les Six, Maurice Ravel e Igor Stravinski, recibiendo pronto una aceptación de reconocimiento entre sus colegas de generación, llegando a ganar el prestigioso Prix de Rome, en 1929, por su cantata La vierge guerrière, una trilogía que recibió el título de Joan of Arc, siendo la cuarta mujer en recibir tan prestigioso galardón, después de Lili Boulanger, en 1913; Marguerite Canal, en 1920  y Jeanne Leleu, en 1923. Fue alumna de Paul Dukas, quien formaría a músicos como Yvonne Desportes, Maurice Duruflé, Claude Arrieu y Olivier Messiaen, y la influencia musical le llegaría a través de su propia familia, en concreto por su padre Alfred Barrier. Participó en la Resistencia Francesa en los años crudos, como parte activa de un grupo de señalado compromiso, dentro de una organización que editaba la revista Musiciens d´Aujour d´hui, organizando conciertos y otras actividades, en coparticipación con Roger Désormiére, Louis Durey y miembros de Les Six. EN 1972, el Ministerio de Cultura la nombró Directora de Música y entre sus obras destacan, Avis (1944); L´Homme sur la Terre (1949), ambos sobre la poética de Paul Éluard.

 Richard Strauss con el Concierto para trompa y orquesta, nº 1, Op. 11, género en el que compuso dos obras, con la mente puesta en su padre, notable intérprete del instrumento, trabajo de sus estudios en Munich y que estrenará Bruno Hayer, en la Tonkunstlerverein, bajo la dirección de Gustav Leinohs, con la Orquesta de Meinengen, en marzo de 1885. Su padre era trompa solista de la Orquesta de la Corte de Munich, y siempre quiso influir en su futuro como profesional. El Concierto nº 1, Op. 11, estéticamente obra clásico- romántica, dentro de un posicionamiento conservador, que se distanciaba de ese wagnerismo que tanta influencia ejercería sobre el propio Richard Strauss, mostrando aquí detalles que le acercan a Robert Schumann, en el movimiento central e incluso a Karl Mª von Weber, en el Final, en su resolución impetuosa. Las dos obras de este estilo, mantienen rasgos muy comunes a pesar de los años que las distanciaban.

Ramón García Balado    

06/06/2024

Toshio Hosokawa, M.J. Arenas, S. Sciarrino y Gérard Grisey: confluencia de vanguardias

 Sala Mozart, Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Joan Enric Lluna
 

El Trío Arbós, parte activa de las Xornada de Música Contemporánea , junto a la JONDE y el clarinetista Joan Enric Lluna, acapara mayor atención en la reservada en la Sala Mozart del Auditorio de Galicia- día 8 a las 20´30 h.., acompañándonos de la charla previa de la musicóloga Rosa Fernández- 19´30 h-, en esta labor divulgativa y para muestra, la primera pieza de Toshio Hosokawa- Trío (2013)-, compositor fascinado por las culturas tanto orientales como occidentales llegando a impregnarse en su discurso de lo métodos prestados por la caligrafía japonesa y los aspectos musicales de sus tradiciones Gagaku, profundamente arraigadas en los medios cortesanos. Destaca la apreciación perceptible de la importancia de los silencios y la fugacidad inherente que redundan precisamente en este Trío, que nos sitúa ante una figura chamánica que nos pone al borde de una situación abismal. El violín pretende representar a la mujer  y el chelo al hombre, en un diálogo descriptivo mientras el piano remite al cosmos y la naturaleza. Violín y piano, mantienen una relación que puede sugerir el mundo del Yin y el Yang, principio en los orígenes de ese cosmos taoísta, encarnado en los opuestos en perfecta armonía. Un encargo de la Fundación BBVA para el Trío Arbós, estrenado en el Festival de Música de Estrasburgo.  Hosokawa había triunfado en el Festival de Aix-en-Provenxe con su ópera Hanjo, basada en un texto de Mishima, dirigida por Kazushi Ono, y en esencia, su música resulta el encuentro entre las notas y el silencio, trascendiendo las fronteras culturales y geográficas. La experimentación tímbrica queda  más allá de esos usos instrumentales, siempre con aspectos novedosos en ese culto al silencio  demostrado desde los orígenes.

María José Arenas (1983)- El Aljive, en estreno-, es profesora en el Conservatorio Superior Manuel Castillo (Sevilla) tras seguir la docencia de David del Puerto. El Trío Arbós estrenó su obra Maktub I, primera de una serie con ese nombre partiendo de la siguiente estrenada  por el Cuarteto de La Habana. Hum, fue una curiosidad para waterphone, encargo de Juanjo Guillén, para continuar con La evidencia de los significados; Los aromas exactos; El idioma de las cosas;…aún cuando el mundo existe o …Donde las raíces vuelan- para el Fukio Quartet- ,trabajos para distintos compromiso. El Aljive (2024), para violín, chelo, flauta, clarinete, piano y percusión, nos lleva a un relato de Mariana Enríquez, de su libro Los peligros de fumar en la cama (2017), sobre una historia claramente rocambolesca entre la protagonista y el entorno aterrador en el que vive con la figura de una hechicera y ese aljibe que acapara los relatos circundantes. Los apuntes musicales, ayudan a la complejidad de una situación  remarcada por distintos instrumentos, forjando un diálogo entre temas y subtemas, en un discurso condensado. El fantasma del deterioro colectivo, es el precio resultante del trabajo musical.

Salvatore Sciarrino (194)- Il silenzo degli ocacoli (1989)-, al lado de Franco Donatoni representa la generación genuinamente postmoderna, con una música  muy personal  y estilísticamente reconocible aunque para algún avezado podrá parecer en los límites de la autocaricatura. La complejidad y la espacialización tienen mucho que decir e igualmente el uso de manipulaciones microtonales.  Il silenzo degli oracoli, es modelo de esas tendencias en las que no disimula la aproximación al pensamiento de maestros clásicos que en lo musical, nos puede  acercar a Gesualdo, Bach o Mozart. De nuevo una basculación entre lo audible y lo insonoro: pianissimi, murmullos, insinuaciones casi imperceptibles o gestos intencionales, que colocan al oyente en una situación límite. Il silenzo degli oracoli, es para el autor ciertamente silencio, algo imprescindible para sonar  tal cual el día y la noche. El sonido queda dentro del silencio y eso es el sonido. Para alivio de todos, el artista en esta sociedad queda abandonado a su suerte, en un silencio que puede convertirse en ensordecedor. Una composición fruto de una sucesión que se transforma de forma intermitente, entre dos mundos autónomos, cada uno con el peso de su propia evolución. En Sciarrino, el timbre y las pequeñas variantes en las complejas estructuras sonoras, monopolizan la atención creativa, confiriendo a su obra un aspecto intimista. La ópera, en el horizonte de sus perspectivas, nos había dejado obras como Amore e Psyque (1972), junto a espectáculos escénicos como Luci miei traditore, del año 1998.  

Gérard Grisey (1946/98)- Talea (1986)-la escuela espectral tendente a superar las tendencias serialistas y el intenso influjo de Pierre Boulez o la matemática impuesta por Xenakis, consiguiendo un determinante arraigo por otros países europeos y de la músicos españoles no quedarán exentos. Nombres como Hugues Dufour,  Tristan Murail o Grisey con la punta de lanza que había sido Derives (1974), una indagación sobre el espectro armónico que marcará una clave de referencia, siempre en confrontación de criterios con sus colegas Ferneyhough e incluso Lachenmann y aceptando precisamente que el planteamiento de Grisey, resultaba más atento a los procesos acústicos. Aspectos de impronta mística marcaron sus inicios junto a O. Messiaen, pero en definitiva sabrá ser un auténtico pionero ya con las Cuatro canciones para sobrepasar el límite, ya en plena opción espectralista antesala de la creación de la fundación del Group L´Itineraire (1973). Talea (cortar ) pone en juego detalles de las músicas ancestrales del Medievo sobre una estructura rítmica repetitiva, a través del discurso musical: dos partes enlazadas entre sí,  sin solución de continuidad, exponiendo aspectos de un mismo fenómeno. Un gesto fortissimo anuncia un pasaje pianissimo descendente y con una segunda parte que estará marcada por un arrebato de pulsiones irracionales, recuerdo del comienzo de la obra más coloreada hasta un final que se transforma en irreconocible

Ramón García Balado      

05/06/2024

Cinco compositores en las Xornadas de Música Contemporánea

 Sala Mozart. Auditorio de Galicia. Santiago de Compostela


Nueva cita de las Xornadas de Música Contemporánea en la Sala Mozart del Auditorio de Galicia-día 7, a las 20´30 h-, con charla previa de la musicóloga Rosa Fernández,- 19´30 h-, manteniendo el Protagonismo de de la JONDE, el Trío Arbós y el clarinetista Joan Enric Lluna. César Camarero (1962), comenzará con Music for a liquid theater (2018), Premio Nacional de Música de 2006, en honor a su trayectoria profesional por el cuidado y meticulosidad en el acabado de sus trabajos de investigación. Music for a liquid theater, es pieza incorporada a su registro más reciente A Liquid Theater fiel reflejo de tales indagaciones de amplio espectro. Un apunte podrá resumir ese ideario: Sus obras están atravesadas por un mundo poético que demanda su descubrimiento. Su vinculación a los poetas como Menchu Gutierrez, Vicente Huidobro o Juan Larrea, explica la propia gestualidad en ese discurso poético-musical. Music for a liquid theater, como en tantos de sus trabajos, se decide por un espacio musical que se plantea de forma singular en el espacio de los conciertos: el violín se halla en la esquina izquierda; el chelo a su derecha flauta y clarinete buscan puntos distintos, incluso entre el público.

Mario Davidovich (1934)-Flashback (2000)-, músico argentino y con residencia en los Estados Unidos, siguió las escuelas de dos veteranos maestros de vanguardia, Aaron Copland y Milton Babbitt- compositores que regularmente escuchamos en proyectos desde los frentes más diversos-,  descubriendo  con ellos las posibilidades de los recursos electroacústicos tras integrarse en la Columbia- Princetown- Electronic Music Center. Al tiempo, probó dentro de las posibilidades de las músicas concretas en el Estudio de Música de Colonia y en París. Fue director del laboratorio de la Columbia University poco antes de trasladarse a Harvard. La electrónica se convirtió en uno de sus recursos de referencia tanto a solo como con medios instrumentales convencionales, logrando en sus resultados lo que recibirá el nombre de Synchronisms. Uno de esos trabajos, des precisamente Flashbacks, encargo para el ciclo Meet the Composer, dedicados a las formaciones del San Francisco Contemporary Music Players (California). Flashback es pieza instrumental dentro de estos parámetros con fuertes cambios de dinámica y de texturas, producto de esa labor de investigación. La flauta utiliza tres instrumentos (con piccolo y contralto), además de clarinete bajo, en medio de los recursos electrónicos y percusión.

Gabriela Ortiz (1964)- El águila bicéfala-, compositora de la que tuvimos obras como Altar de bronce, en estreno por Pacho Flores, con la OSG, la temporada pasada y que se añade a obras do otros creadores latinoamericanos como Paquito D´Rivera, Efrain Oscher, Roberto Sierra o Arturo Márquez. Candidata a los Grammy Latinos, un modelo de compositora que incorpora a los estilos vanguardista, esas herencias latinas que se observan en el conjunto de sus obras, en las que no faltan elementos jazzísticos de la generación de los grandes boppers en confluencia con el folklore. El Águila bicéfala, fue una consideración para el Ensemble Ónix, pieza que se basa en un motivo gráfico tomado de tejidos indígenas y un entramado de motivos musicales procedentes del rico folklore mexicano, dentro de la confluencia con los medios avanzados de la actualidad, aprovechado especialmente las posibilidades rítmicas en una vistosa paleta de tímbricas contrastantes.

Inés Badalo (1989)- Rust (2024)- encargo de la JONDE, compositora que y tuvo una obra en las Xornadas y que esta temporada nos ofreció con la RFG Entropía, estrenada por la Orquestra Gulbenkian, dirigida por Nuno Coelho, en la Fundaçao Calouste Gulbenkian de Lisboa. Obra que destacaba por el uso de técnicas extendidas en su instrumentación. Ella misma estudió con Luís Tinoco en la Escola Superior de Lisboa mientras realiza su doctorado en Évora. Rust que sugiere la sonoridad fonética que significa óxido y corrosión, alude a la transformación de los metales evocando el proceso de degradación dentro de un cambio radical que dará lugar a múltiples texturas y colores. Para Badalo, el abanico de posibilidades basado en esos recursos que encuentran en el piano un argumento en su enfrentamiento frente a los instrumentos de cuerda frotada, preparados desde la entrada de la pieza. Rust, se refleja mediante agudos grados de presión auspiciados por la prevalencia de llamadas técnicas extendidas.   Obras suyas tuvieron excelente acogida en citas como las habituales de la Fundación Juan March; el Festival ENSEMS o la Fundación BBVA.

Thomás Adès (1971)- Court studies from The Tempest (2005)- serie de piezas procedentes de una de sus ópera. Adès es heredero directo de la escuela de Britten, cultivando un planteamiento ecléctico e imaginativo que se amplía a sus labores como director. Obras suyas fueron programas en temporada por nuestras principales orquestas y dentro de su catalogo, destacan dos ópera, The Tempest y Powder her Face. En concreto, The Tempest, está en el embrión del programa que tendremos, selección de piezas de carácter que vienen a resultar como un estilo de pequeño poema sinfónico a través de cuidadas transcripciones y cuyo estado de ánimo recrea detalles matizados de la propia ópera. The False Duke, hace referencia a uno de sus personajes, Antonio Duque de Milán quien despiadadamente ocupó el lugar de Próspero, exiliado en la Isla Mágica.  The Prince, nos presenta a Fernando, hijo de Alonso, rey de Nápoles, que se enamorará de la hija de Próspero, Miranda, descrito en un pasaje apacible.  The King, nos presenta la gravedad de Alonso en su dolor por la pérdida de su hijo ahogado. The False Duke´s, nos aproxima al final en su músico en el que Antonio acepta ante Próspero su culpa.  The Counsellor, viene a ser el bondadoso Gonzalo, mediador de la posibilidad de que Fernando estuviese con vida ante Alonso, The King´s grief, concluye en un breve epílogo de lamentación. La obra conoció su estreno en el Festival de Aldegurgh en 2005, llevada a escena por el Composers Ensemble.

Ramón García Balado

04/06/2024

Rosanne Philippens: Un Korngold concertante

  Ferrol - Santiago de Compostela días 30 y 31 de mayo

Clausura  de temporada con la con participación de alumnado de la EAEM, dirigida por su titular Baldur Brönnimann en un programa que presentaba tres obras, el Concierto para violín, en Re M. Op. 35, del compositor apreciado por su amplia carrera internacional Erich W.Korngold, en especial por los años destinados al cine en los Estados Unidos; el estreno en nuestro país de Atlas Eclípticalis, de John Cage y la Sinfonía en tres movimientos de Igor Stravinski.  Rosanne Philippens estudió en la Escuela Amstelveen, con Anneke Schilt, para seguir en el Conservatorio de La Haya. Es artista de Channel Classics y se maneja con un Stradivarius Barrere (1727), cesión de la Fundación Elise Mathilde.

El Concierto para violín en Re M. Op. 35 de Erich W. Korngold, es obra impregnada de profundos autoplagios de material procedente de sus bandas sonoras en un momento de excelentes resultados dedicados a sus compromisos para el cine tras dubitativas experiencias profesionales en esa Alemania de amargas expectativas y que dejaría trabajos como su ópera Die tote Stadt. Algo tendría que ver Max Reinhardt en este trasvase a un mundo del que se beneficiará con creces, tras el compromiso de un arreglo para la obra incidental a partir de A midsummer night´s dream (Mendelssohn), preparando su entrada a los trabajos consecuentes con la Warner Bros. Este concierto sobrado de guiños, gozó del estreno a cargo del virtuoso Jascha Heifetz el 15 de febrero de 1947. Tres movimientos en el contexto habitual a partir del Moderato nobile- soberbia lectura de Rosanne Philippens-, para el que recurre sin reparos a la banda sonoro de Another Dawn, filme de 1937- Errol Flynn y Kay Frances- tomando elementos melódicos amplios y detalladamente expresivos a los que  responde una nutrida orquestación, para ceder a un segundo tema procedente de la banda de Juarez (1939), modificando algunos detalles perfilados por sutilezas refinadas.

El Romance, segundo tiempo, destilado de ese melodismo que tan magníficamente le caracterizaba, recupera argumentos de Anthony Adverse (1936), que le supondría un Oscar, ofreciéndonos un tiempo atractivo y contagioso, camino del Finale de notables exigencias interpretativas y que se inspira en la banda de El príncipe y el mendigo, resuelto en dos temas con variaciones sobre un ingenioso tramado constructivo, desde una forma de ancestral giga que presume un estilo de pieza épica con dominio de la sección de metales, para permitir a la solista desplegar sus argumentos más virtuosísticos. Siempre resaltando en conjunto del desarrollo, la importancia de la respuesta orquestal. Un diálogo de fructífero enfrentamiento entre la solista y el grupo orquestal. Obra bien recibida en su estreno con el curioso detalle del criterio del analista Raymond Kendall, quien aguzando el ingenio dirá: falta oro (gold) y sobra grano (korn), una picajosa valoración.

Estreno en España de Atlas Eclipticalis, de John Cage, modelo de un período en la década de que había roto amarras a partir del Concierto para piano y orquesta y un segundo, en ese caso para piano preparado y orquesta de cámara, con la sana pretensión de liberar a la música del encadenamiento emocional mientras esa generación de músicos se acercaban a los postulados del estructuralismo lingüístico. Cage se había acercado a los postulados de Schönberg, con evidentes resultados como ese distanciamiento a favor de una necesaria emancipación del sonido y el ruido, consolidando una ostensible individualidad, auspiciada por el ojo crítico de Pierre Boulez, en Alea, con obras que se convertirán en ilustraciones de ideas, una música refractaria a dimensiones simbólicas. Obras como la impactante 4´33- un puro desconcierto por su salto al vacío-; Music for Chances o el citado Concierto para piano y orquesta, experimentos cruciales en una trayectoria preclara. Podría hablarse de una saturación de excesos teóricos que plantearán la desaparición del arte. Una inevitable explosión impulsiva surgida en el espacio calificado como annus mirabilis.

Un cuarto de siglo marcado por el distanciamiento de la escuela de Schönberg, quien dirá de él: No es un compositor; es un inventor; cierto que un inventor de genio. Años precisamente de obras como el Cuarteto para percusión- sin instrumentos concretos-; o la que nos afecta esta vez Atlas Eclipticalis- inicios de los sesenta-, un equilibrio incesante entre la teoría y la composición, modelo de distribución entre los sonidos y silencios, en una justa duración que supera la impaciencia de un oyente quizás perplejo. Quizás la invención pueda determinar esta etapa de sus obras, entregadas a una especie de frenesí  que poco deberá a obras precedentes como Imaginary Landscape o las tres Constructions y los ballets para piano preparado desde Bachanale- colaboraciones con Merce Cunningham-, entre otras piezas quizás menores, junto a las Sonatas e interludios (para piano preparado), y Atlas Eclipticalis. La gran tradición sinfónica y orquestal arraiga de refilón, con apuntes dispersos en el último Stravinski o la Segunda Escuela Vienesa, quedando discretamente Atlas Eclipticalis como su testimonio postrero: un equilibrio que presume quebrarse, silencios que puede simular como excesivos cara un oyente menos común de lo acostumbrado, superado por sonidos aislados.

Igor Stravinski- Sinfonía para tres movimientos-, obra de entreguerras, de los años 1942 a 1945, con estreno por la New York Philharmonic, el 24 de febrero de 1946, bajo su propia dirección, y que en principio llamaría Sinfonía de Guerra, aunque de manera evasiva, observando conciencia de los acontecimientos cotidianos, reflejados en cada uno de sus tiempos sobre episodios de la vida en impresiones concretas. No resulta una obra programática ni siquiera neoclásica, como descubrimos en tantas otras. El Allegro de sonata, primer tiempo, presentaba un pasaje ligeramente agresivo lanzado al agudo entre detalles de percusión, en respuesta, con un final repetido in extremis, como punto de cierre que respondían a un encadenamiento de puentes e ideas sorprendentes que contribuyen a una serie de ideas sorprendentes. La Sinfonía en tres movimientos, resulta la obra más rica en el plano sonoro desde La Consagración de la primavera, patrón que recuperamos en esta obra, precisamente por la pertinencia del timbre como función motora y fundamental.

 El Andante,  una especie de pura coreografía  con tintes italianizantes, descritos por la fiorituras de la flauta a caballo de un fondo pulsado de cuerdas, permitiendo un protagonismo a través  de siete compases vacilantes y tensos que nos trasladaba al movimiento final, en el que sí se ofrecen aspectos procedentes  de La consagración de la primavera, en una consentida aceptación de pasajes permanentes a través de densos acordes, en oposiciones rítmicas clarificadoras para las intensiones ansiadas que remiten a la Danza de la tierra, superponiendo armónicamente acordes ya expresados en el primer movimiento. Se trata de un procedimiento que confronta estructuras rítmicas horizontales y verticales cortantes. Un episodio sombrío de instrumentos graves, con ritmos desdoblados, evocan en la coda, una inspiración en La danza del sacrificio, en busca de una notación más fácil para los intérpretes.    

Ramón García Balado

Rosanne Philippens
Real Filharmonía de Galicia / Baldur Brönnimann
Obras de John Cage, E. W. Korngold e I. Stravinski
Auditorio de Galicia
Auditorio de Ferrol

Publicado en RITMO, edición digital

21/05/2024

Herencia africana: Hannah Kendall, Missy Mazzoli y Florence B. Price

 Teatro Afundación, Vigo

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Florence Price

Desde África en los orígenes para (EN)FOCO, con la RFG con directora asistenta y un primer concierto en la Teatro Afundación de Vigo- día 23, a las 20´00-, para continuar al día siguiente 24 en el Auditorio de Galicia- 20´30 h-, contando además con sesión previa de Conversando con…19´45 h., para tres compositoras dos de las cuales ya estuvieron en las actividades de las Xornadas de Música Contemporánea de 2022, en un programa anunciado como Cartografías do Plural, con moderación de la  musicóloga Rosa Fernández. LA JONDE Focus, dirigida por Fabián Panisello, había elegido obras de Hanna Kendall, Missy Mazzoli, Carlos G. Perales, Jesús Torres y Pierre Jodorowski.   Hanna Kendall, estará en esta ocasión con Tuxedo: Vasco da Gama, con raíces en Guyana y precedentes familiares en tercera generación por un abuelo músico de jazz, y estudios en la Exeter University, en canto y composición, siguiendo los dictados de Joe Duddell, preparando un master en el Royal College of Music, junto a Kenneth Hesketh, y gestión artística en el Royal Welsh College of Music and Drama. Sus primeras aportaciones las realizó en la BBC Radio 3´s Composer of the Week, compartiendo con otras cinco aspirantes ganando en 2015, el Future Womens Price. Su ópera de cámara The Knife of Dawn, sobre libreto de Tessa McWatt, está basada en la vida en presidio del activista Martin Carter, estrenada en 2016 en el Roundhouse.

Su obra The Spark Catcher fue estrenada en los BBC Proms, en 2017, inspirada en la poética de Lemn Sissay,  antes de ser registrada en cd (NMC), esos Proms a los que volverá en 2020, estrenando precisamente esta Tuxedo: Vasco da Gama, para orquesta, que remite al ideario artístico de Jean-Michel Basquiat y que resumen un total de 16 piezas destinadas a la BBC Symphony Orchesta, que dirigía Sakari Oramo, en el Royal Albert Hall, el 28 de agosto de aquel año, pieza densa y abrumadora con detalles acerados de potente energía sonora, dentro de una quietud expansiva. Kendall fue merecedora del Premio Hindemith (2022), de composición que concede el Schleswig-Holstein Music Fest., además de colaborar con el programa DMA (Doctor of Music Arts) de la Columbia University neoyorquina, al tiempo que recibía nominaciones a los Ivor Novello Price, en los The Ivors Classical Awards (2023). Recordamos de ella en las actividades citadas, su obra Vera (2008), en la que cada instrumento solista recreaba ambientaciones sonoras a través de series dodecafónicas.

Missy Mazzoli, quien nos había dejado noticia en un par de ocasiones, la citamos por aquella en las Xornadas Contemporáneas de 2022, incluyendo en programa  Set that on fire (2013), estreno en nuestro país y para no ser menos, en otro concierto de temporada, en enero de 2021, en el que también presentaba obra Sofía Oriana Infante- Gratulantes-, siendo su aportación de entonces Dark with excesive bright, inspirada en la poética de J.J. Milton (Lost Paradise), resulta con la colaboración del contrabajista de la RFG Carlos Méndez.  Con formación en las Universidades de  Boston y de Yale, ampliará en Europa en el Conservatorio de La Haya, siguiendo las docencias de L. Anderser, M. Padding, R. Ayres, D.Lang, M.Bresnick, A. J. Kernis, C. Fussell, R.Cornell, M. Amlin y J.Harbison, mientras preparaba responsabilidades en aventuras directoriales promoviendo la creación del Festival  MATA y participar en iniciativas profesionales en el Mannes College of Music-ambos en Nueva York-, preparando una nueva experiencia como compositora en residencia de la Gotham Chamber Opera; Music Theater-Group, la Ópera de Filadelfia y la Chicago S. O., y colaboraciones con el Kronos Quartet, el MET, el Whitney Museum of Art. La obra elegida en aquella ocasión, remitía curiosamente a la estética  de Basquiat- el neoexpresionismo nacido por aventureros como Julian Schnabel, quien muestra como obra emblemática El estudiante de Praga, por su gestualidad extravagante de grandes lienzos figurativos el arte urbano  de los grafitti, con un Basquiat, y su proyecto SAMO (Same Old Shirt), de 1977-,   un ejercicio de virtuosismo y desafío que requería una actitud de profunda concentración. Mazzoli, recibió cuatro nominaciones Price ASCAP; una beca Fullbright,  para ampliar en los Países Bajos. En su quehacer, busca la confluencia con las tendencias contemporáneas más dispares. Mazzoli, destacó por su participación en trabajos para el ballet como Orpheus Alife, sobre coreografía de Robert Binet y Rosamund Small, para el National Ballet de Canadá o The Listenerss, para solistas, coro y orquesta.

Florence Beatriz Price (1887/1953),- Sinfonía nº 1-, méritos adquiridos por ser la primera compositora negra aceptada como tal en repertorios sinfónicos, tras graduarse en el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra (Boston, Massachusetts), mientras mantenía una vida de equívocos con respecto a la sociedad de un entorno claramente conflictivo. En ese conservatorio, había tenido como maestros a los compositores George Chadwick y Fredercik Converse, probando a escribir su primer trío y una sinfonía, preparando su graduación en 1906.  En Arkansas (1910), recibirá el reconocimiento como responsable del Departamento de Música, período de crecientes conflictos sociales como las leyes segregacionistas Jim Crow.  Se trasladaría a Chicago en donde vivirá un mejor momento junto a Arthur Olaf Andersen, Carl Busch, Wesley La Violette y Leo Sowery, con los que compartirá estudios en el Musical College. Un período precario la obligará a probar en trabajos alimenticios como organista de sesiones de cine de filmes mudos, mientras componía songs de estilos comerciales de segura aceptación. Su encuentro con Margaret Bonds y la soprano Marian Anderson, le abrirá nuevas perspectivas de mayor ambición, presentado obras para los convocados por la Fundación Wanamaker.

La Sinfonía nº 1, será galardonada con un Primer Premio compartido con un tercero por la Sonata para piano, una sinfonía que tendrá su estreno por la Orquesta Sinfónica de Chicago, dirigida por Frederick Stock, el 15 de junio de 1933. Otras obras orquestales, también recibirán un trato de consideración, en interpretación de la WPA Symphony Orchestra (Detroit); la Chicago Women´s Symphony, manteniendo una actividad incesante de obras como himnos; conciertos para violín y piezas camerísticas o canciones. Entre esas obras de arraigo, destacan: Three Negro Dances; Songs to a Dark Virgin; My Soul´s Been Anchored in the Lord o Moon Bridge. La formación europea de sus obras, entronca con las raíces sureñas, ofreciendo un estilo reconocible  en cuanto al uso de ritmos y síncopas inspirados en la tradición de los blues.  Obras suyas fueron redescubiertas con posterioridad, gracias a los fondos de la Women´s Philharmonic (2001), que realizará un registro sobre compositoras de su entorno y el protagonismo de la pianista Karen Walwyn y The New Black Repertory Ensemble, en 2011, que se añadía a los de  2009, recuperados del olvido en una residencia abandonada en St. Anne Illinois, con docenas de partituras, entre dos conciertos para violín y su Cuarta Sinfonía.

 El siempre agudo Alex Ross, no dudó en poner en crítica su legado aludiendo precisamente a ese renacimiento nacido en Harlem y encabezado por Duke Ellington, bien definido por W.E, Du Bois y otros analistas de aquellas escuelas. Eco tendrá en el tratado de Paul Allen Anderson: Deep River (Río profundo) que contribuiría a abundar en el abismo entre los patrones de avanzadilla primeros y las jóvenes tendencias de los Langston Hughes y Zora Neale Hurston.  De Bois había pretendido junto a sus inseparables colegas, una fusión más híbrida de ideas afroamericanas, europeas o americanas sin menores reparos. Otro analista, Alain Locke, tensará la cuerda mostrándose receloso del jazz comercial, apostando abiertamente en sus simpatías por las obras de corte sinfónico que se propone en las obras de William Grant Still; William Dawson y nuestra Florenc Beatriz Price.

Ramón García Balado                                                          

Adolfo Gutiérrez Arenas (Chelo) y Malcolm Martineau (piano), en el VII Clasclás, de Vilargarcía de Arousa

  Pazo da Golpelleira, Vilagarcía de Arousa Un dúo de chelo y piano, Adolfo Gutiérrez Arenas y Malcolm Martineau , para el Pazo da Golpell...