Pazo da Golpelleira, Vilagarcia de Arousa
Un dúo con larga tradición estable para el VIII Festival Clasclâs, en el Pazo da Golpelleira- día 25, a las 21´00 h-, la viola Isabel Villanueva y el pianista François Dumont, en un programa que anuncia obras de P. Hindemith, Enric Granados, George Enesu y Rebecca Clarke. Isabel Villanueva colabora con artistas como Leonard Eichenbroich, Nikita Boriso-Glebesky, Astrig Sirannosian, Victor Julien-Laferrière, Alexander Sitkovesky, el Trío Arbós, el Cuarteto Prazak, tras estudiar en el Royal College (Londres), la Accademia Musicale Chigiana (Siena), la Haute École de Musique (Géneve), con profesores como I. Sulyga, L. Power o Y. Bashmet, siendo galardonada en certámenes como la Mravinsky Competition o la Yury Bashmet Competition (Moscú). Se maneja con un instrumento Enrico Catenar (Turin, 1670), con cuerdas Peter Infeld de Thomastik-Infeld. François Dumont trabajó con Pascal Imbert, Chrystel Saussac y Hervé Billaut tras estudiar en París con Bruno Rigutto, Dmtri Bashkirov, Leon Fleicher, William Grant Naboré,Murray Perahia, Menahem Pressler o Andreas Staier, iniciando su carrera en citas como el Festival de Radio- France; Le Roque d´Anthéron; L´Esprit du Piano (Burdeos) o el Chopin, de Varsovia. Realizó la integral mozartiana para Anima Records, un especial de obras de Chopin; álbumes de J. S. Bach (Artalinna), otra integral dedicada a la obra de Ravel, y trabajos con primeras orquestas.
Paul Hindemith- Sonata en Fa M, para viola y piano Op. 11, nº 4-, obra de 1919, una indagación imaginativa a través del estilo de las variaciones que tras una Fantasía de aspecto rapsódico sirve como obertura para un tema tranquilo y simple, asimilable a una canción popular en una tendencia popular. El Finale, para consumación de los tiempos que integran la sonata, se permite divagar a través de siete veces sobre un mismo tema, en un encadenamiento sin solución de continuidad, con una sexta variación que resume un fugato a interpretar con una pesantez extravagante, cerrando la última con una coda precisa. Veinte años después volverá a tratar el género de las sonatas para viola y piano, en un planteamiento claramente distinto, aunque conservando la misma tonalidad.
Enric Granados- Sonata para violín y piano, en el tratamiento de Isabel Villanueva- el autor de Goyescas y el vivo espíritu del romanticismo modernista, dejará una serie de obras camerísticas compuestas para ser tocadas por él mismo, aceptando que era en realidad un excelente intérprete dentro de un género musical, del que saldrán obras como el Quinteto Op. 49; el apreciado Trío Op. 50, esta sonata para violín y piano que recibimos con la viola como protagonista, obras que llegarán tras las juveniles Escenas religiosas; los Intermedios (de la Misa de boda de Dionisio Conde); la Pequeña romanza para cuarteto de cuerdas; los tres preludios para violín y piano, algunas de esas obras que tendrán estreno en el Salón Romero de Madrid, en concreto las primeras citadas. La Sonata que nos acompaña, sólo nos quedará uno de los cuatro movimientos proyectados y está dedicada a otro ilustre, Jacques Thibaut.
George Enesco- Pièce de Concert, para viola y piano- compositor rumano dotado de una memoria fabulosa que ensalzará su carrera como intérprete de violín en el máximo rango de virtuosismo, quien no dejó un catálogo de obras de referencia destinadas al violín, además de un Octeto de cuerdas, un Deceto de vientos; un Allegro de concierto para arpa; tríos para violín y chelo o los Konzertstuck, para viola y piano (1906), a los que pertenece la obra anunciada, un trabajo de compromiso para el Conservatorio de París y dedicada a Théophile Laforgue, obra obligatoria para exámenes de aquel año, convirtiéndose en morceax de concurs a partir de la edición de 1908. Su catálogo definitivo fue sustancialmente amplio al que se añadirán obras no numeradas, idea de un compositor que no dudó en recurrir a las fuentes greco-bizantinas tomadas del folklore, elaborando heterofonías complejas como recurso de alternativa, asimilables a las polifonías tradicionales occidentales, un modelo que ayudará a crear escuela.
Rebecca Clarke (1886/1979)- Sonata para viola y piano-compositora e intérprete que se había formado como violinista tras estudiar en la Royal Ac. of Music (Londres) y en el Royal College, de la capital inglesa, conoció una larga etapa en los Estados Unidos, en donde tendría como pareja a James Friskin. En la etapa final de su vida, dinamizó la Rebecca Clark Society, para promover la interpretación de la música en el Royal College of Music (Londres). En sus años de juventud, había sido apreciada por su obra Tears, en colaboración con compañeros suyos, bajo la dirección del maestro Sir Ralph Vaughan Williams. Su Sonata para viola y piano, será una composición referencial presentada para un concurso en 1919, patrocinado por la mecenas Elisabeth Sprague Coolidge, una respetada figura en el mundo de las artes. Precedentemente, otra de sus obras había calado entre los aficionados, se trataba de Morpheus, y que se dio a conocer bajo el pseudónimo de Anthony Trent, estrenada en un recital con la chelista May Muklé. Vendrán nuevos galardones confirmados en trabajos como su Trío con piano, para el Concurso de Coolidge, al que seguirá una Rapsodia para chelo y piano, patrocinado por la prestigiosa Fundación Elisabeth Sprague Coolidge. Mantuvo una regular carrera como solista formando parte del English Ensemble; un Cuarteto con piano, en gira o colaborando con Marjorie Hayward, Kathleen Long y en emisiones de la BBC. Quedan igualmente la importante serie de songs, que mantuvieron su celebridad a lo largo de los años, canciones para el recuerdo como June Twilight; The Seal man o Tiger, Tiger.
Ramón García Balado
Ningún comentario:
Publicar un comentario