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20/08/2025

Clausura del XIII Festival Groba de Ponteareas

 Auditorio Reveriano Soutullo, Ponteareas


El Auditorio Reveriano Soutullo despide el XIII Festival Groba de Ponteareas-día 23, a las 21 h-, con el protagonismo de la formación en residencia, la Orquestra de Cámara Galega, que dirige su fundador Rogelio Groba Otero, que acompañarán a la soprano Laura del Río, en una selección de arias operísticas que abarcan desde G. Friedrich Händel, a Giuseppe Verdi y Giacomo Puccini. Laura del Río estudió en el Conservatori del Liceu de Barcelona, realizando actualmente un master de interpretación en ópera en ese mismo centro, lo que le permitió acceder a la obtención de uno de los prestigiosos premios del Concurs tenor Viñes, además de ser galardonada en certámenes como el Internacional  de Tenerife; el de Nuevas Voces de Ciudad de Sevilla; el Ciudad de Logroño; el Concurso de Zarzuela de Valleseco; el Internacional de Les Corts (Barcelona); el de Nuevos Artistas Pedro Bote; el Ciudad de Albacete y el Concurso Musical Arjau.  En su trayectoria profesional, interpretó roles como Violetta (La Traviata), en el Palau de la Música (Barcelona); Lauretta (Gianni Schichi) de Puccini, en la Berlin Deutsche Oper; Marina (Amadeu Vives), Rosa (Maruxa); Adina, (L´elisir d´amore) de Donizetti, en el Teatre del Liceu (Barcelona); Duquesa Carolina (Luisa Fernanda), de Moreno Torroba; La Coribandi (L´impresario in angustie) y recientemente Mans a l´opera (adaptación de L´Elisir d´amore), en el Teatre del Liceu, Norina (Don Pasquale), de Donizetti;  Marola, de La Tabernera del puerto (Pablo Sorozábal) o Mimi (La Bohème), de Puccini. Presta también atención al Lied y al género de la canción española, que reparte en sus recitales habituales de concierto, desde nuestro país a los compromisos europeos, dentro de una carrera ascendente que incluye esta visita al Festival Groba, de Ponteareas y que incluye citas en coliseos como el Auditorio Alfredo Kraus; el Festival Joven MUSEG (Segovia), organizado por la Fundación Don Juan de Borbón; el Festival BCN (Obertura Primavera) o la Gala Lírica de Montecarlo. Fue becada por la Fundación Life Victoria, lo que le permitió ampliar formación con el pianista Iain Burnside. Trabaja con artistas como los  pianistas Rubén Fernández Aguirre y Celsa Tamayo, puente de encuentro con maestros insignes como Antón García Abril, Dolora Zajick, Miquel Ortega, Manuel García Morante, Jaume Aragall, Carlos Chausson, Isabel Rey, Teresa Berganza, Xabier Sabata, i profesores como Ramón Simó, Marc Rosich, Jordi Godall, Carles Sala, Raimon Molins, Isabel Soriano, Anna Llopart o Toni Sans.

La Orquestra de Cámara Galega, destaca por primicias como la recuperación de la ópera Don Quixote del compositor Manuel García, figura relevante en la historia lírica del XIX y con se realizó en registro en el Teatro de La Maestranza, de Sevilla, para el sello Almaviva, entre tantas de sus actividades de compromiso. Rogelio Groba Otero, promotor de la  formación y concertino, amplió estudios en Londres con Detlev Hann, en la Guildhall School of Music and Drama, fundando esta orquesta en 1995, con la que abordará un capítulo de registros discográficos de los que tenemos constancia desde los comienzos. En 2007, llevó a la OCGA al Spanish Modern Festival, de Viena, dando a conocer la realidad cotidiana de compositores de nuestra tierra, preparando entonces una larga gira que les llevaría a distintos países de Latinoamérica, además de hacer su presentación en el Merkin Concert Hall, de la Fundación Kaufman, experiencia que repetirá en giras por Holanda, Palacio Ducale de Genova o el Museo Reina Sofía. Una actividad de arraigo son las sesiones de temporada dentro del proyecto Ciclo Noites na Cidade de A Coruña. Rogelio Groba Groba, toma protagonismo en el final de festival, con Na Barxa-para soprano y orquesta-, otra suite etnográfica en cinco tiempos: O boi solto; Dille que vivo morrendo; Suaviña; Adeus Suaviña y O pandeiro, fiel a sí mismo, en un apartado que ofrece indistintamente piezas instrumentales y vocales de paradigmas comunes, mantenidos desde los primeros años dentro de un estilo nacionalista, con ejemplos como Cantos de berce, para tenor y soprano; la Cantata Nova Galicia, para voces, coro y orquesta; Cantiga do andar camiño, para coro mixto; Cantar do vento mareiro (texto de Luis Iglesias de Souza), para soprano o tenor y las más exigidas María Pita, Divinas palabras o la Gran Cantata Xacobea, reflejo de una Galicia eterna. Siempre en el espacio indagatorio de las proclamas exigencias etnográficas. Bastante queda a la postre de su nutritiva experiencia como director al frente de la Coral Follas Novas o la Coral El Eco, una corriente de inmersión enriquecedora, que mantendrá hasta sus obras postreras.

Un aparte por el Andante festivo, de Jan Sibelius, composición en un segundo plano tras haber atendido a un encargo del potentado Walter Parvianen, un compromiso de los que ahora entendemos como trabajo alimenticio ocasional. Pieza conmemorativa que tendría un destino distinto, en forma de cantata, pero que no llegó a consumarse. Del mismo quedará un cuarteto que posteriormente ampliará para orquesta y una nueva cantata realizada para un compromiso familiar. Sibelius entre sus dudas y más entregado a las sinfonías y las composiciones verdaderamente sentidas, un compositor fascinado por ciertos pintoresquismos e influencias de querencias mitológicas, cuyo resultado será un conservadurismo aparente en su voluntad creativa, que desplegará en el espacio de un lenguaje meridianamente tonal, con frecuentes atisbos modales, respuesta a una tradición asimilada, repartida entre la serie de obras de menor relieve y las composiciones que proyectarán su carrera a nivel internacional. Obras como El Bardo; el Cisne de Tuonela; Tapiola; la suite El Rey Christian; En Saga; el poema épico Finlandia; Kullervo, de similares intenciones; las Suites  de La tempestad o su contagioso Vals triste.  

Ramón García Balado

Culmen del XIII Festival Groba de Ponteareas

 Auditorio Reveriano Soutullo, Ponteareas


Concierto en el Auditorio Reveriano Soutullo de Ponteareas-día 21, a las 21´00 h., con interpretaciones pianísticas de Zee Zee, realizadas por Ferenz Liszt, tomadas de lieder de F. Schubert, a  partir de dos de sus lieder, de fundamentales ciclos de su catálogo. El primero Der Müller und der Bach, perteneciente a Die schöne Müllerin (La bella molinera), D. 795, ciclo por excelencia de los grandes ciclos, realizados a partir de poemas de Wilhelm Müller y que tendría su origen en un juego literario de sociedad, fruto del entretenimiento de jóvenes talentosos intelectuales, durante el transcurso del invierno de 1816/7, en Berlín. Dos fuentes contrastadas procedentes de testigos de primera mano, proporcionarían información al respeto: una del crítico y novelista Ludwig Rellstab, cuyos poemas serán utilizados en el Schwanengesang (1828), y la segunda que corresponde a los poemas de Müller, editados en Berlín. Aquellos jóvenes se daban cita en los salones privados del consejero Friedrich August von Stägemann, acompañado por su seductora pareja Elisabeth y su hija, en las tardes de los jueves en la Bauhofstrasse. Serán las protoschubertiadas que supondrán un preámbulo de escuela que traería imitadores. Der Müller und der Bach, ocupa el lugar 19, de Die schöne Müllerin, un Lied dialogado al gusto del autor, estructurado en los pasajes ABA, en el que las dobles corcheas de la sección B, apuntan al encuentro de los personajes en liza.  El otro Lied, Liebesbotschaft, pertenece al ciclo Schwanengesang (El canto del cisne), del año 1828, un ciclo que como unidad y por opiniones autorizadas, se constata por la ausencia de un clima común y de un hilo conductor, como sucede en otros de sus ciclos. El Lied elegido Liebesbotschaft (Mensaje de amor), ocupa el primer lugar del ciclo, remitiendo a la poética de Rellstab, al que había conocido en 1825  y que será una de sus últimas composiciones. Sobre el murmullo del agua, se eleva la frescura de una encantadora melodía que podrá recordarnos al estilo de Die schöne Müllerin.

Félix Mendelssohn, con  el Octeto para cuerdas Op. 20, del que serán intérpretes Amaury Coeytaux y Veriko Tchumburidze (violines); Lausha Fang (viola); Henri Demarquette (chelo) y el Elaia Quartett, obra de su estancia en el Palacio Recksche, un foro de diálogo y cambio de impresiones de las que serán consecuencia este octeto, dedicado al joven violinista Eduard Rietz, aunque no llegase a conocer la fecha de la primera ejecución pública, previa a la ofrecida por Baillot, en el Conservatorio de París, el 17 de marzo de 1832, ante un Mendelssohn perplejo a la vista del ambiente cultural que le rodeaba, lo que redundó a la postre en su propia gratificación. Cuatro tiempos comenzando por el Allegro moderato ma con fuoco, de sublime elegancia en su intensidad y con una dilatada exposición que se elevará hasta la cuarta cuerda al aire, del violín. El Andante, ayuda a posicionarnos ante una atmósfera que remite a una balada medieval, con un tema principal, de una siciliana, expuesto en fragmentos dispares, en unas frases errantes que modulan sin una meta aparente. E.Wolf, un biógrafo del autor, quiso descubrir un coro de ángeles que evocaban el cielo, con un lenguaje dulce y claro, por el que pasaba un soplo de ensueño íntimo. Todas las penas terrenales serán apaciguadas por la belleza divina.  El Scherzo (Allegro leggierissimo), remite al texto de encabezamiento: Las nubes y los vapores resplandecen en la cumbre de los montes; el viento acaricia las copas de los árboles y los cañaverales ¡todo se desvance! Ejemplo de la magia del autor que encontrará su más perfecta manifestación en la Obertura de El sueño de una noche de verano, scherzo mágico que ha quedado para la posteridad con arreglo a los criterios como tempo vivo, ritmo incisivo, interrumpido, staccato inmaterial, notas breves repetidas, sonoridades en miniatura, difractadas acordes atenuados y misteriosos, brumosos, que convergen finalmente en un calderón que interrumpe este discurso. El Presto, ávido de novedades en un recuerdo a la obertura de La flauta mágica. La recapitulación del fugato con un nuevo contrasujeto en valores largos sobre un arpegio de Mi b intenso. Conciertos dados junto a este Octeto Op. 20, precisamente en la Gewandhaus, de Leipzig, incluirían la Sonata para violonchelo Op. 58, de Niels Gade, partitura editada por Breitkopf & Härtel, de Leipzig, los Dobles cuartetos de Ludwig Spohr, o la Obertura de una noche de verano, que tardará en llegar en unos meses. Durante toda su corta vida, el músico simboliza el choque estético entre dos universos. Nunca una obra camerística había brillado hasta ese nivel, por su juventud, de arrebatado pasión y fogosidad. Vitalidad y encanto en cuanto a su libertad de concepto, sus inéditas sonoridades, su maestría formal, su riqueza temática que seguirán siendo fundamentales a lo largo de toda su vida. Robert Schumann apreció la obra por su fascinación  asentando: Ni en los tiempos antiguos, ni en nuestros días, puede encontrarse una perfección mayor  en un maestro tan joven.

Para el viernes día 22, en la Igrexa do Convento de Canedo- 12´00 h-, se confirmará el protagonismo de nuevo al Elaia Quartet, con los violinistas Leonie Flaksman, Iris Günther,  Francesca Rivinis (viola) y  Karolin Spegg, violonchelo. Leos Janacek- el Cuarteto nº 2 (Cartas íntimas)- obra confesional en una carta dirigida a Kamila Stösslová, en cuanto a una partitura que exigirá unos intérpretes de gran concentración, que les obligará a impregnarse de la lógica demandada, motivada por una arquitectura unitaria en lo relativo a su discurso. El rol dramático de la obra, lo cubrirá la viola, siempre subida de tono. El Andante inicial resulta agitado y de forma rapsódica, resuelto por una exposición clara, concediendo argumentos a la viola que meridianamente, se acerca en su sensibilidad expresiva, al canto de la gitana en Diario de un desaparecido. Un color sombrío por su talante, que contrasta con el encantamiento que surge en la aparición del texto: Cuando te vi por primera vez, tiempo Con moto naturale, de seis compases, en manos del primer violín. El sentimiento pasivo del comienzo, responde una alternancia de hallazgos emocionales, ansiosos y hasta exaltados, que terminarán en un grave preparado por un fortissimo, que a la postre claudica en un pianissimo, de cuatro compases. El Adagio, es tiempo que recurre a la tonalidad de su ópera Katya Kabanová, elaborado sobre dos temas propuestos por la viola, resumido en un estado de ánimo sereno y apacible, que se traducirá en una tensión solemne, menos común de lo acostumbrado, pero remarcado por un virtuosismo de lectura, en las cuatro voces instrumentales, hacia un final que se asentará en una línea tomada del Andante inicial. El Moderato, respira un aroma eslavo de procedencia rusa, especialmente en sus episodios primero y último. Un  Dolcissimo central, resultará agitado por un Presto largamente, desde el primer violín, en una forma de danza desenfrenada como si de una sarabanda se tratase, en la que intercambian ideas cinquillos y encadenamientos de acordes en el registro sobreagudo, arrastrando dudas en los detalles que basculan en la situación emocional a repartir entre el gozo y la angustia. Un segundo Presto, se inclina hacia un estado depresivo, pendiente de vertiginosos y tensos accelerandos, que fuerzan un diálogo obligado a amainar el grado de exaltación. El final Allegro, podrá parecer un estilo de rondó, inspirado en un tema danzante, que servirá como recapitulación en lo relativo al plano temático, como al puramente personal, recurriendo a escenas vividas, además de material procedente  de arias de óperas suyas, óperas como Katya Kabanová (en el segundo violín, en pizzicatos), un tema del Volga, redención final de De la casa de los muertos, a la par entrelazados como una especie de epílogo, perfecta reflexión en beneficio de este sublime cuarteto y que sería ejecutado en casa de Leos Janacek, en Hukvaldry, entre finales del mes de mayo de 1928. La primera ejecución abierta al público, tendrá fecha posterior tras la muerte del compositor, quien había dejado este mundo a causa de una neumonía, en Brno, esa interpretación sería responsabilidad del Cuarteto Moravo y la primera edición crítica aparecería en 1938, por iniciativa de Hudební Matrice Praha.

Franz Schubert-Cuarteto en La m. (Rosamunda)  D804- obra en la que no dudará en colocar en el Andante, un tema del ballet Rosamunda, mientras que en el Allegretto se apunta a un Lied de 1819, sobre el poema de Schiller, Los dioses griegos. El uso de temas antiguos, respondía a una voluntad del propio músico, empeñado en superar ciertos estados depresivos de años anteriores. Una obra que tuvo su primera interpretación en la primavera de 1824, en la Musikverein vienesa, con una agrupación integrada también por Ignaz Schupanzig como miembro y dedicatario, recibiendo una excelente acogida. De sus  tiempos, un Allegro ma non troppo, con una entrada en pianissimo fluido para abocarse a un denso desarrollo y una ostentosa coda. El Andante, elaborado sobre ricas variaciones procedentes del ballet Rosamunda.  El Minuetto: Allegretto, una insistencia sobre el Lied citado Los dioses griegos, para completar con un Allegro moderato, pretendida reconciliación con el mundo tanteando en una respuesta optimista, ofreciendo en algún momento detalles de aires populares que ayudarán a encauzar la obra.

En el Auditorio Reveriano Soutullo- 21´00 h-, el Trío para piano nº 1, en Re m. Op. 49, de F. Mendelssohn, del que serán intérpretes Amaury Coeytaux (violín); Luka Coetzee (chelo) y Zee Zee (piano), obra en sus tiempos Molto Allegro agitato, un guiño a la memoria mozartiana y en concreto al Concierto K. 466, desde un tema locuaz en menos del chelo que se expresa por una línea melódica reconocible en sus estilismos, marcados por breves pasajes ligados con acompañamiento de negras sincopadas, hacia un estado de reposo que se trazará en un segundo tema dentro de un desarrollo clásico, al alcance de los solistas en su empeño. El Andante con moto tranquilo, acepta las limitaciones de una romanza sin palabras a cargo del violín que recuerda un aire gracioso y sin amaneramientos, una actitud que se aproxima si cabe a ideas chopinianas, como podrían ser las que encontramos en el Estudio Op. 25 nº 7 o un aria de la Norma de Bellini. El Scherzo leggiero e vivace, la perfección enardecida de este forma, es una fantasía que rezuma una inspiración igualmente operística, contagio de las modas del momento histórico, en donde el piano campa a sus anchas. El Finale: Allegro assai appasionato, deslumbrante y tratado en el marco de un rondó-sonata, nos ubica en un estilo bucólico anunciado por un detalle poco tranquilo al que responderán las cuerdas. El Finale, para redondear intenciones, aporta un segundo couplet cantable ampliamente desarrollado.

Dvorak- Quinteto con piano en La M. Op. 81- obra que interpretarán Amaury Coytaux y Veriko Tchumburidze (violines); Lausha Fang (viola); Henri Demarquette (chelo) y Zee Zee (piano), obra en cuatro tiempos desde el Allegro con fuoco, un diálogo auspiciado entre cuerdas y piano, se recrea en un juego mantenido entre tonalidades vecinas que posibilitan la evolución de la idea conductora. El Lento, resulta el núcleo de la obra asegurado por el protagonismo del chelo a través de un extenso primer tema grave y un apunte del piano que enuncia un clima barroquizante. La serie de temas en cascada se completa con otro que se resuelve en una serena ternura.  El Allegro moderato, a modo de scherzo en tres espacios, logra reclamar una mayor atención en los reconocibles como Grazioso y un Pochetino più mosso, de ritmo subyugante que se recrea con aire de furiant.  El Allegro ma non troppo, resulta un resumen acorde sintetizado por el tratamiento expuesto en cada uno de sus pasajes, en particular en el amplio desarrollo, en el que el piano marca la pauta entre pronunciados acordes, preparando la coda de conclusión jubilosa.

Ramón García Balado

19/08/2025

Conciertos del XIII Festival Groba de Ponteareas

  Auditorio Reveriano Soutullo, Ponteareas 


Fiel a su cita en este mes, el Festival Groba de Ponteareas, continúa actividades durante esta semana, reservando para el martes día 19, en el Auditorio Reveriano Soutullo a  las 21´00 h., un programa de compositores de reconocido reconocimiento como es el caso  de Luigi Boccherini, en obra tan representativa como La musica notturna delle strade di Madrid (Quintettino G. 324), que recibimos en interpretación de los chelistas del Elaia Quartet, junto al chelista Luka Coetze, obra repartida entre tiempos que partiendo de Le campane de´ll Ave María y el Tamburo dei Soldati, nos llevan hasta el tamburo y la conocida Ritirata (maestoso), obra del grupo de otras de 1780, los seis pequeños trabajos en forma de quinteto, cobrando el elegido una mayor consideración, capricho en  tiempos descriptivos y que constituyen con la Op. 11, nº 6 (L´Ucceliera), su única incursión dentro de tan peculiar género ya desde el primer tiempo: Ave Maria delle Parrochie, por el sonido recreado de las campanas que sirve de antelación al Minuetto dei ciechi, en el que se imitan los sonidos de la guitarra. La ritiratta (retreta), en forma de variaciones en Do M., el autor volvería a utilizar esas variaciones como tercer movimiento del Quintetino con piano Op. 12, op. 57, que acabará transcribiendo para un Quinteto con guitarra G. 453, motivo que repercutirá en una carta a Pleyer, del verano de 1797, en la que se oponía a la publicación de la Op. 30, nº 6, pues estimaba que fuera de España, no sería comprendida ni apreciada por los ejecutores ni por los aficionados. Sus quintetos serán un absoluto modelo de estilo, que inevitablemente contribuirán a contar con imitadores. Idea nos puede dar los Quintetos para guitarra, dos violines, viola y violonchelo G. 445/53.

Sergei Rachmaninov, al que escuchamos con la Sonata para chelo y piano en Sol m. op. 19, en interpretación de Luka Coetze (chelo) y Marianna Prejvalskaya (piano), vuelve para ofrecernos el Trío elegíaco: Lento lúgubre; Tempo rubato- risoluto y Tempo Allegro alla marcia, teniendo como intérpretes  a Veriko Tchumburidze (violín); Luka Coetze (chelo) y a la pianista Marianne Prejvalskaya, obra escrita a comienzos de 1892, en Moscú, para recibir su estreno en la Sala Vostryakov, de Moscú, por los músicos David Kreyn (violín) y Anatole Branudkov (chelo), con el autor al piano. Obra en un desarrollo sin solución de continuidad dentro de los cánones clásicos imaginables a partir de ese Lento lúgubre, en la tonalidad de Do m., tema expuesto por el piano que evoluciona en el estilo de Ferenz Liszt, hacia un ambiente musical deseado, en el marco de definición elegíaca: più vivo; con anima; appasionato; tempo rubato, risoluto…Sobresalen los episodios repetidos simétricamente para abocarnos a una forma de marcha fúnebre, que confirma las intenciones del compositor, logrando que el piano, resuene como un instrumento que evocará un tañido fúnebre. Un trío juvenil en el que el teclado es el verdadero protagonista del discurso, dejando que las cuerdas se manifiesten con un presumible talante vocal, particularmente en el chelo. Obra que tardará en editarse, y que verá la luz en 1947, en Moscú, para esperar más de una década en repetir edición.

Erich Wolfgang Korgold- Much Ado about nothing- en versión para violín y piano,  obra resumida en tiempos que desde Maiden in the Bridal Chamber y Dogberry and Verges, nos llevarán a la Scene in the Garden y la Masquerade-hornpipe. Korgold fue un maestro en la historia de las bandas sonoras: Captain Blood; Give Us the Night; The  Prince and the Pauper; The Constant Nyph; The Sea Hawk; Escape Me Never o la importante serie de adaptaciones. Un centroeuropeo de años amargos que se trasladó a Viena antes de encontrar acomodo en Viena, pero con escasa fortuna, lo que le obligó a recibir el conocido reconocimiento en los Estados Unidos. A mediados de los años treinta, había sido invitado por el director Max Reinhardt, quien le confiaría la adaptación de La comedia de una noche de verano de Félix Mendelssohn, verdadero asidero de circunstancias y una prueba experimental de lo que serán los trabajos para el cine. También había dejado su cuño en óperas como The Ring of Polycates o Violanta, entremezcladas con cantatas como Nixie y Gold. Se observan en su  evolución las influencias de Gustav Mahler y Richard Strauss, quien se interesó en su evolución y al que dedicará su obra Straussiana. Trabajos suyos serán, en otro ámbito, Much Ado about nothing, una suite teatral que hará pareja con el ballet Primavera, canciones de éxito popular como Love for Love, sobre texto de Ted Koehler; otra ópera como Die Kathrin (1938); el Concierto para violonchelo y orquesta en Do Op. 35, que le servirá de material para su película Deception o la obertura sinfónica Sursum corda, que le valdrá para la banda sonora de Robín de los bosques.

Maurice Ravel- Sonata para violín y piano, en sus tiempos: Allegretto; Blues. Moderato y Perpetuum mobile. Allegro, composición que se confía a Veriko Tchumburidze (violín) y Marianna Prejvalskaya (piano), obra de evolución dilatada y dedicada a su apreciada Hèléne Jourdan- Morhangue, destinada a su estreno en la Salle Erard parisina, con George Enescu (violín) y el autor al piano. El Allegretto es el tiempo más desarrollado, elaborado sobre cuatro temas, desde el primero con un aire pastoral, expuesto por el piano y un segundo tema muy condensado caracterizado por los stacatti y un tercero muy expresivo. El Blues se recrea en el gusto de las síncopas a modo de ostinatti rítmicos que no disimula la influencia jazzística del blues, perceptible en el tiempo inicial. Una evocación para el autor, que se entretiene con las influencias del banjo y del saxofón. El Perpetuum mobile, movimiento más corto, se inicia sin disimulo con un ostensible motivo en stacatto, tomado del primer movimiento y que se cierra con otra evocación bucólica en un decrecimiento progresivo. Las notas repetidas y los arpegios del violín, desnaturalizan ligeramente al instrumento.

La Igrexa do Convento de Canedo- día 20, a las 19´00 h-, prepara un concierto en el que tendrá protagonismo la chelista Luka Coetze,  quien ofrecerá una curiosidad rescatada por Aslamazyan en revisión junto a la Bulgarian Chamber Orchestra, una Passacaglia, movimiento característico incorporado a la forma de la suite, y      que en su procedencia nos lleva a Händel, constatable en un registro realizado sobre otros compositores barrocos como Antonio Vivaldi o N.Paganini,  una aventura en la que participaron Dina Schneidermann y D. Hristov. Para seguir este patrón, la Ciacconna de Tomaso Antonio Vitali, en versión para chelo y cuerdas, obra que para su recuperación habría de esperar a Ferdinand David, en 1867, tras una labor de investigación en Dresde, un músico de estirpe por su padre Giovanni Battista, quien crearía escuela en Bolonia, especializándose en instrumentos de cuerda, tras estudiar con Cazzati, en San Patronio. Tomaso Antonio (1663/1745), llegaría a ser primer violinista de la orquesta de la corte y hacia 1692, editará de forma tardía la serie de Sonatas en trío de su padre, preparando con ello las que acabaría realizando de su propio quehacer cotidiano, que irán apareciendo entre 1693 y 1695. Dejará obras como el Concerto di sonate per violino e violoncelo Op. 4, estéticamente cercanas al Op. 5, de Arcangelo Corelli. La célebre Ciacconna, motivo de revisiones y especulaciones, se llegó a considerar como apócrifa, pero su importancia servirá como estímulo a muchos músicos de toda época.

 Rogelio Groba en un par de composiciones de las que se verán resultados gracias a la Orquesta de Cámara Galega, la primera Un Adeus (2012), obra del maestro de la que esta formación sabría poner en atriles, en una sesión conmemorativa en homenaje al compositor, ofrecida recientemente en el Teatro Colón, de A  Coruña, lo mismo que recordaremos por Intres boleses: Suite barroca (1978), en sus tiempos: Limiar; Ao xeito de courante; Ao xeito de gavota; Ao xeito de friulana; Ao xeito de minuete y Ao xeito de xiga, composición de la que tenemos registro discográfico con este formación orquestal, dirigida por Rogelio Groba Otero, con Clara Groba Otero, como solista de chelo y Javier Cedrón-violín-, trabajo del que la crítica dejará escrito que Rogelio Groba, era un compositor perteneciente a la Generación del 51, pero por estilo, o quizás no, y por tener una amplia paleta donde caben el neoclasicismo, el neobarroquismo, el romanticismo y el toque modal extraído del folklore, dejará una enorme producción de más de 300 obras, entre las que se encuentran cinco óperas; seis sinfonías u once conciertos para instrumentos solistas. Para el disco citado, se elegirían Intres Boleses (suite barroca); el Concierto nº 2, para chelo y cuerdas (2000), con Clara, como solista; el Concierto arcaico en Re para dos violines y cuerda, que seguía el modelo del Concerto grosso, en cinco movimientos, también en estilo antico, que hacía alusiones, aquí y allá, como en gran parte de su obra, a una evocación de Galicia. Toda esa música se escucha con agrado y en ella se ha de reconocer el oficio del autor, incluso en algunos momentos, de buena inspiración. La interpretación es correcta y los solistas, hijos del compositor, demuestran un talento y un buen hacer, entregándose a los pentagramas paternos. La Orquestra de Cámara Galega, fundada en 1995, desarrolla una intensa actividad que la lleva a interpretar un amplio repertorio, incluyendo la divulgación de compositores gallegos, repartiendo sus actividades en espacios como el Auditorio Reina Sofía; el Palau de la Música (Barcelona); La Maestranza, de Sevilla; el Spanien Modern Musikfestival, de Viena; el Merkin Hall, de la Kaufman Foudation; De Doelen Auditorium, de Roterdam; el Palaccio Ducale, de Génova; la Sala Mozart, de Zaragoza; el Teatro Jovellanos, de Gijón; el Auditorio de Galicia, de Santiago de Compostela o el Metropolitan neoyorquino. Colaboraron con primeros artistas como Teresa Berganza, Juan de Udaeta, José Luis Estellés, Juan Lomba, Anthony Pay, Ara Malikian, Elena Urioste, Milton Masciadri, Rika Masato, Cecilia Lavilla, Guillermo Figueroa, Yedam  Kim, Emmanuelle Balidini, Jesús Reina, André Cebrián, Ji Yoon Cho, David Fernández y desde 2013, por obvias razones, es la formación en residencia de este Festival Groba, de Pontearas, en lo que había sido la VI edición, además de recibir la invitación para el concierto de clausura del Festival Internacional de Música de Nova Gaia, en el 25 Aniversario conmemorativo, acompañando a Elisabette Matos, bajo la dirección de Mario Mateus.

Ramón García Balado

11/08/2025

Conciertos del XIII Festival Groba de Ponteareas

 Auditorio Reveriano Soutullo, Ponteareas

 


Fiel a su cita en este mes, el Festival Groba de Ponteareas, continúa actividades durante esta semana, reservando para el martes día 19, en el Auditorio Reveriano Soutullo a  las 21´00 h., un programa de compositores de reconocido reconocimiento como es el caso  de Luigi Boccherini, en obra tan representativa como La musica notturna delle strade di Madrid (Quintettino G. 324), que recibimos en interpretación de los chelistas del Elaia Quartet, junto al chelista Luka Coetze, obra repartida entre tiempos que partiendo de Le campane de´ll Ave María y el Tamburo dei Soldati, nos llevan hasta el tamburo y la conocida Ritirata (maestoso), obra del grupo de otras de 1780, los seis pequeños trabajos en forma de quinteto, cobrando el elegido una mayor consideración, capricho en  tiempos descriptivos y que constituyen con la Op. 11, nº 6 (L´Ucceliera), su única incursión dentro de tan peculiar género ya desde el primer tiempo: Ave Maria delle Parrochie, por el sonido recreado de las campanas que sirve de antelación al Minuetto dei ciechi, en el que se imitan los sonidos de la guitarra. La ritiratta (retreta), en forma de variaciones en Do M., el autor volvería a utilizar esas variaciones como tercer movimiento del Quintetino con piano Op. 12, op. 57, que acabará transcribiendo para un Quinteto con guitarra G. 453, motivo que repercutirá en una carta a Pleyer, del verano de 1797, en la que se oponía a la publicación de la Op. 30, nº 6, pues estimaba que fuera de España, no sería comprendida ni apreciada por los ejecutores ni por los aficionados. Sus quintetos serán un absoluto modelo de estilo, que inevitablemente contribuirán a contar con imitadores. Idea nos puede dar los Quintetos para guitarra, dos violines, viola y violonchelo G. 445/53.

Sergei Rachmaninov, al que escuchamos con la Sonata para chelo y piano en Sol m. op. 19, en interpretación de Luka Coetze (chelo) y Marianna Prejvalskaya (piano), vuelve para ofrecernos el Trío elegíaco: Lento lúgubre; Tempo rubato- risoluto y Tempo Allegro alla marcia, teniendo como intérpretes  a Veriko Tchumburidze (violín); Luka Coetze (chelo) y a la pianista Marianne Prejvalskaya, obra escrita a comienzos de 1892, en Moscú, para recibir su estreno en la Sala Vostryakov, de Moscú, por los músicos David Kreyn (violín) y Anatole Branudkov (chelo), con el autor al piano. Obra en un desarrollo sin solución de continuidad dentro de los cánones clásicos imaginables a partir de ese Lento lúgubre, en la tonalidad de Do m., tema expuesto por el piano que evoluciona en el estilo de Ferenz Liszt, hacia un ambiente musical deseado, en el marco de definición elegíaca: più vivo; con anima; appasionato; tempo rubato, risoluto…Sobresalen los episodios repetidos simétricamente para abocarnos a una forma de marcha fúnebre, que confirma las intenciones del compositor, logrando que el piano, resuene como un instrumento que evocará un tañido fúnebre. Un trío juvenil en el que el teclado es el verdadero protagonista del discurso, dejando que las cuerdas se manifiesten con un presumible talante vocal, particularmente en el chelo. Obra que tardará en editarse, y que verá la luz en 1947, en Moscú, para esperar más de una década en repetir edición.

Erich Wolfgang Korgold- Much Ado about nothing- en versión para violín y piano,  obra resumida en tiempos que desde Maiden in the Bridal Chamber y Dogberry and Verges, nos llevarán a la Scene in the Garden y la Masquerade-hornpipe. Korgold fue un maestro en la historia de las bandas sonoras: Captain Blood; Give Us the Night; The  Prince and the Pauper; The Constant Nyph; The Sea Hawk; Escape Me Never o la importante serie de adaptaciones. Un centroeuropeo de años amargos que se trasladó a Viena antes de encontrar acomodo en Viena, pero con escasa fortuna, lo que le obligó a recibir el conocido reconocimiento en los Estados Unidos. A mediados de los años treinta, había sido invitado por el director Max Reinhardt, quien le confiaría la adaptación de La comedia de una noche de verano de Félix Mendelssohn, verdadero asidero de circunstancias y una prueba experimental de lo que serán los trabajos para el cine. También había dejado su cuño en óperas como The Ring of Polycates o Violanta, entremezcladas con cantatas como Nixie y Gold. Se observan en su  evolución las influencias de Gustav Mahler y Richard Strauss, quien se interesó en su evolución y al que dedicará su obra Straussiana. Trabajos suyos serán, en otro ámbito, Much Ado about nothing, una suite teatral que hará pareja con el ballet Primavera, canciones de éxito popular como Love for Love, sobre texto de Ted Koehler; otra ópera como Die Kathrin (1938); el Concierto para violonchelo y orquesta en Do Op. 35, que le servirá de material para su película Deception o la obertura sinfónica Sursum corda, que le valdrá para la banda sonora de Robín de los bosques.

Maurice Ravel- Sonata para violín y piano, en sus tiempos: Allegretto; Blues. Moderato y Perpetuum mobile. Allegro, composición que se confía a Veriko Tchumburidze (violín) y Marianna Prejvalskaya (piano), obra de evolución dilatada y dedicada a su apreciada Hèléne Jourdan- Morhangue, destinada a su estreno en la Salle Erard parisina, con George Enescu (violín) y el autor al piano. El Allegretto es el tiempo más desarrollado, elaborado sobre cuatro temas, desde el primero con un aire pastoral, expuesto por el piano y un segundo tema muy condensado caracterizado por los stacatti y un tercero muy expresivo. El Blues se recrea en el gusto de las síncopas a modo de ostinatti rítmicos que no disimula la influencia jazzística del blues, perceptible en el tiempo inicial. Una evocación para el autor, que se entretiene con las influencias del banjo y del saxofón. El Perpetuum mobile, movimiento más corto, se inicia sin disimulo con un ostensible motivo en stacatto, tomado del primer movimiento y que se cierra con otra evocación bucólica en un decrecimiento progresivo. Las notas repetidas y los arpegios del violín, desnaturalizan ligeramente al instrumento.

La Igrexa do Convento de Canedo- día 20, a las 19´00 h-, prepara un concierto en el que tendrá protagonismo la chelista Luka Coetze,  quien ofrecerá una curiosidad rescatada por Aslamazyan en revisión junto a la Bulgarian Chamber Orchestra, una Passacaglia, movimiento característico incorporado a la forma de la suite, y      que en su procedencia nos lleva a Händel, constatable en un registro realizado sobre otros compositores barrocos como Antonio Vivaldi o N.Paganini,  una aventura en la que participaron Dina Schneidermann y D. Hristov. Para seguir este patrón, la Ciacconna de Tomaso Antonio Vitali, en versión para chelo y cuerdas, obra que para su recuperación habría de esperar a Ferdinand David, en 1867, tras una labor de investigación en Dresde, un músico de estirpe por su padre Giovanni Battista, quien crearía escuela en Bolonia, especializándose en instrumentos de cuerda, tras estudiar con Cazzati, en San Patronio. Tomaso Antonio (1663/1745), llegaría a ser primer violinista de la orquesta de la corte y hacia 1692, editará de forma tardía la serie de Sonatas en trío de su padre, preparando con ello las que acabaría realizando de su propio quehacer cotidiano, que irán apareciendo entre 1693 y 1695. Dejará obras como el Concerto di sonate per violino e violoncelo Op. 4, estéticamente cercanas al Op. 5, de Arcangelo Corelli. La célebre Ciacconna, motivo de revisiones y especulaciones, se llegó a considerar como apócrifa, pero su importancia servirá como estímulo a muchos músicos de toda época.

 Rogelio Groba en un par de composiciones de las que se verán resultados gracias a la Orquesta de Cámara Galega, la primera Un Adeus (2012), obra del maestro de la que esta formación sabría poner en atriles, en una sesión conmemorativa en homenaje al compositor, ofrecida recientemente en el Teatro Colón, de A  Coruña, lo mismo que recordaremos por Intres boleses: Suite barroca (1978), en sus tiempos: Limiar; Ao xeito de courante; Ao xeito de gavota; Ao xeito de friulana; Ao xeito de minuete y Ao xeito de xiga, composición de la que tenemos registro discográfico con este formación orquestal, dirigida por Rogelio Groba Otero, con Clara Groba Otero, como solista de chelo y Javier Cedrón-violín-, trabajo del que la crítica dejará escrito que Rogelio Groba, era un compositor perteneciente a la Generación del 51, pero por estilo, o quizás no, y por tener una amplia paleta donde caben el neoclasicismo, el neobarroquismo, el romanticismo y el toque modal extraído del folklore, dejará una enorme producción de más de 300 obras, entre las que se encuentran cinco óperas; seis sinfonías u once conciertos para instrumentos solistas. Para el disco citado, se elegirían Intres Boleses (suite barroca); el Concierto nº 2, para chelo y cuerdas (2000), con Clara, como solista; el Concierto arcaico en Re para dos violines y cuerda, que seguía el modelo del Concerto grosso, en cinco movimientos, también en estilo antico, que hacía alusiones, aquí y allá, como en gran parte de su obra, a una evocación de Galicia. Toda esa música se escucha con agrado y en ella se ha de reconocer el oficio del autor, incluso en algunos momentos, de buena inspiración. La interpretación es correcta y los solistas, hijos del compositor, demuestran un talento y un buen hacer, entregándose a los pentagramas paternos. La Orquestra de Cámara Galega, fundada en 1995, desarrolla una intensa actividad que la lleva a interpretar un amplio repertorio, incluyendo la divulgación de compositores gallegos, repartiendo sus actividades en espacios como el Auditorio Reina Sofía; el Palau de la Música (Barcelona); La Maestranza, de Sevilla; el Spanien Modern Musikfestival, de Viena; el Merkin Hall, de la Kaufman Foudation; De Doelen Auditorium, de Roterdam; el Palaccio Ducale, de Génova; la Sala Mozart, de Zaragoza; el Teatro Jovellanos, de Gijón; el Auditorio de Galicia, de Santiago de Compostela o el Metropolitan neoyorquino. Colaboraron con primeros artistas como Teresa Berganza, Juan de Udaeta, José Luis Estellés, Juan Lomba, Anthony Pay, Ara Malikian, Elena Urioste, Milton Masciadri, Rika Masato, Cecilia Lavilla, Guillermo Figueroa, Yedam  Kim, Emmanuelle Balidini, Jesús Reina, André Cebrián, Ji Yoon Cho, David Fernández y desde 2013, por obvias razones, es la formación en residencia de este Festival Groba, de Pontearas, en lo que había sido la VI edición, además de recibir la invitación para el concierto de clausura del Festival Internacional de Música de Nova Gaia, en el 25 Aniversario conmemorativo, acompañando a Elisabette Matos, bajo la dirección de Mario Mateus.

Ramón García Balado

XIII Festival Groba de Ponteareas

 Auditorio Reveriano Soutullo, Ponteareas

 


Dos primeras jornadas para el XIII Festival Groba de Ponteareas, ambos en el Auditorio Municipal Reveriano Soutullo, con un programa que recuperará obras emblemáticas del compositor, un par de ellas incluidas en esta primera cita- día 17, a las 21´00 h-, comenzando por la Sarabanda sobre un tema de Haendel, recurso a la forma musical a la que han recurrido compositores de toda época y que nuestro músico supo abordar para concederle un perfil propio, esa Sarabanda con ancestros en la época colonial y que irradiaría a toda Europa, en cada cultura con su sello de identidad reconocible, siempre bajo un patrón ternario y con un talante reposado y majestuoso. Pieza abocada a integrarse en uno de los tiempos de la suite, siguiendo precisas transformaciones, que en este caso quedará claramente objetivada. Rogelio Groba, tendrá en estos dos primeros conciertos un marcado signo etnográfico y que en el de esta jornada dominical, estará representada por la Suite grovios-alusión al pueblo grovio asentado por memoria histórica a la localidad de Tui. Obra confiada a la Orquesta de Cámara Galega, que dirige su fundador Rogelio Groba Otero y que como tal suite, ofrece un total de siete movimientos: No  arrolo; Na esmorga; No soidade; No andar, No namoro; Na danza y Na pandeirada. El maestro de Ponteareas, respondería a Manrique Fernández en Diabolus in Música: Dende o meu punto de vista, a música tradicional é a materia prima coa que se pode facer arte, xa que o dato folkórico per se, non se pode considerar unha manifestación artística. Nalghuna ocasión expreino comparando ese dato coa pedra: como tal, a pedra non é mais que pedra, pero nas mans dun canteiro habeleidoso pódese converter en arte. De maneira que o papel do compositor ben poidera ser o de elevar o dato folklórico a categoría artística, sublimar a esencia dese dato que é a expresión da natureza galega, do sentir galego.

El maestro de Gulans, tierra de músicos y bandas populares, en una mirada retrospectiva, facilita la posibilidad de descubrir un eje que va de estructuras sencillas a las más complejas. Una evolución en la que queda adherida la huella del momento psicológico del autor, estimulado por el tiempo histórico que le ha tocado vivir, pero también el enraizamiento profundamente gallego que aflora en la práctica totalidad de su trabajo. Y no solamente porque frecuente el trabajo etnográfico, sino también porque sus obras están empapadas de lo que Enrique Franco llamó Generación del 51, El Groba de trabajos como Cantigas do mar e Intres boleses, llevadas a registro por la Sttutgart Kammerorchester, dirigida por Maximino Zumalave; La Gran Cantata Xacobea y London Voices, con las voces de María Orán, Mabel Perelstein, Antonio Ordóñez, Alfonso Echeverría y Jorge Chaminé, dirigidos por el autor; el Concierto para chelo, nº 1, (Fauno ), dirigido por Andrew Litton, con Matts Lidstrom; el Concierto para dos violines y orquesta (Arcaico), con su hijo Rogelio y Javier Cedrón, o el Segundo para chelo y orquesta (Añoranzas), con su añorada hija Clara.   En programa también el Concierto para piano y orquesta nº 12, en La M. K. 414, de W. A. Mozart, en interpretación como solista de Pablo Diago Busto, perteneciente a una tríada con la que alcanzará su climax, proteico por la agógica y el mensaje propuesto, composición del período vienés y que destaca por la variedad de formas. Una obra que para Hönig será un modelo de divertimento vienés merced a su gracia y  poesía mostrando una inventiva melódica y temática luminosa, auspiciada por la tonalidad de la obra a lo largo de sus tres movimientos: Allegro; Andante y Rondeau- Allegretto. El Andante ofrece una melodía sentimental para ceder al tercer tiempo, ideas que anuncian páginas de Le Nozze di Figaro. El grupo de estos conciertos, se estrenaron en el invierno de 1783,, bajo el formato de suscripción en previsión de un público propicio. Para Alfred Einstein, Mozart quería ofrecer tres géneros completamente diversos en la idea de concierto, distintos en cuanto a la tonalidad pero típicos en el espacio de cada uno de ellas. Un primero más ingenuo y pastoril; el segundo más poético y amoureux y el tercero más brillante y convencional, rico en detalles y refinamientos. Witold, cargando tintas, insistiría sobre este aspecto en concreto, y para Minardi, si bien el tono general refleja la misma medida entre tensión sentimental y gracia del Concierto K. 413, la fisonomía expresiva encuentra aquí una identidad inconfundible en la calidad melódica y riqueza de invención que alimentan el discurso, sin que la riqueza se desborde nunca, estropeando los desequilibrios de la página sonora. La serie de estos conciertos, reclama la importancia de sus destinatarios en sus exigencias para la demanda de gran orquesta o también cono cuatro instrumentos solos: dos violines, una viola y un chelo, indicaciones del propio autor. Las posibilidades de ser interpretados con un simple cuarterto de cuerdas, para Paumgartner, resulta posiblemente precoz a consecuencia de los imaginables ambientes musicales de la época, aunque por esas opciones, con poco gasto de exigencia, aparecerían con relativa frecuencia en las audiciones privadas, recurso fácilmente imaginable. En carta dirigida a su padre, confesaba que era la exacta vía intermedia entre lo demasiado difícil y lo demasiado fácil, obras muy brillantes, agradables al oído y naturales sin caer en la vacuidad. Aquí y allá, deberían satisfacer también a los entendidos, pero siempre de manera que los no entendidos puedan quedar satisfechos, aun sin saber por qué. Vendo entradas a 6 ducados, al contado.

Para el día 18, lunes, a las 21 h., en el Auditorio Reveriano Soutullo, de nuevo el Rogelio Groba de tendencia popular sin obligadas claudicaciones por el ciclo etnográfico Presamarcos, en sus tiempos: Foliada; Cantiga; Muiñeira; Alalá y Pandeirada, obra que estarán interpretada por el Ensemble de la Fundación Groba, integrada por Rogelio Groba Otero (violín); Alba Reirís (chelo) y el pianista Diago Busto. Vista hacia las esencias que emergen del fondo etnogalaico, piedra angular de un grupo considerable de su legado con inspiración tradicional al que Groba sabrá definir como In modo antico, pie de entrada hacia el más personal basado en una sintaxis politonal que muestra su base en el intervalo de cuarta aumentada. El maestro con un apartado indiscutible de su catálogo, dedicó obras genuinas de propio cuño, proporcionando a su tierra un patrimonio renovado y universal. Ensoñaciones juveniles desde Gulans, pequeña villa perteneciente a Ponteareas, un medio eminente rural, ocuparon aquellos primeros años que le permitieron interiorizar los colores locales de una rica tradición que servirá como referencia primordial antes de su traslado a Madrid y posteriormente a Suiza, en donde entrará en contacto con nuevas generaciones y el acceso a estéticas renovadas, de las que surgirán las posteriores confluencias con el arte sonoro contemporáneo. Groba con la RFG, por rememorar algún concierto, nos traslada a finales de 1996, cuando se presentó como director para ofrecernos dos de sus obras: As danzas Gulanesas, Suite para cuerdas, en tres tiempos y la Christmas Symphony (En modo tradicional nº 4), una sesión que se completaba con el Concierto para piano en La  m, de Robert Schumann, con Enrique Pérez de Guzman

Enric Granados- Trío para piano. Op. 50-, quizás un capítulo menor en el catálogo de sus composiciones, un músico al que se apreciará por su período romántico- modernista, a partir de Blancafort sobre libreto de Adrià Gual y el desbordante período de Goyescas (1911/6), con seguridad su obra a caballo entre la ópera y el piano. Las obras camerísticas fueron escritas para disfrute de su propio ego personal, una idea de esas apetencias irresistibles para horas indolentes. Granados era un artista incansable y que sabía aprovechar el tiempo libre para divagar a su antojo, razón que dará argumentos a las sesiones interminables que valdrán como laboratorio de pruebas a proyectos inminentes. Obras significativas como el Quinteto Op. 49, este Trío Op. 50, que paso a paso supo abrirse un hueco en las citas de concierto; la no menos apreciada Sonata para violín y piano, que continúan el estilo marcado por obras juveniles entre las que se encuentran Escena religiosa; Intermedios (Misa de la boda de Dionisio Conde); la Pequeña romanza, para cuarteto de cuerdas; los Tres preludios para violín y piano y alguna que otra pieza casi olvidada. El Quinteto Op. 49 y el Trío Op. 50, se estrenaron en el Salón Romero de Madrid, en 1895, dos obra plenas del espíritu del Romanticismo todavía vigente y con aspectos de un localismo descriptivo. La fecha en la que fueron compuestas, se asimila perfectamente al de los estilos de música de salón- muy común en aquellos años-, aunque marcando la oportuna distancia con la música de otros congéneres. Granados, en el Trío Op. 50, muestra en la parte del piano una especial brillantez virtuosística, muy cercana al Allegro de concierto, motivo que lleva a tener en cuenta la infrecuente regularidad en las programaciones de temporada. El espíritu romántico, impregnará este apartado de composiciones, menos presente en el resto de obras de mayor ambición.

La Sonata para chelo y piano, en Sol m. Op. 19, de Sergei Rachmaninov, tendrá como intérpretes a Luka Coetze (chelo) y a la pianista  Marianne Prejvalskaja, del año 1901 y estrenado en Madrid en dedicatoria a su amigo Anatole Bradukov. Cuatro tiempos comenzando por el Lento, introducido por el piano que nos pone en el clima de la obra durante bastantes compases hasta que el chelo logra el mantenimiento de un tempo de Allegro moderato de una tonalidad deslumbrante y febril. El Allegro scherzando puede aportar ideas procedentes de Schumann y hasta de Chopin, por la Fantasiestücke Op. 73, del primero, en un ambiente de cuento fantástico. El chelo termina imponiéndose por medio de una clara frase melódica, en la tonalidad de Mi b M., que ayuda a iluminar este curioso scherzo descrito por galopadas de inquietantes y obsesivas propuestas por el teclado. Una sencilla reexposición y una coda, recuperan el sentimiento original inquieto y sombrío. El Andante, se asimila a una especie de pausa casi intemporal que con suerte nos acerca a Félix Mendelssohn, por su humor típico, un enlazado de dos melodías expresadas en un principio por el piano para hallar respuesta en la segunda en un ritmo ternario. El chelo asciende entre tresillos rápidos que dejan al piano en una situación de dependencia, en un acompañamiento sereno y meditativo, que recupera la sensibilidad de Mendelssohn. El Allegro mosso de conclusión, recupera la vivacidad del Allegro moderato, mostrando un ímpetu ambicioso siguiendo los dictados de la obra de Rachmaninov, un a modo de rondó- sonata tradicional con una actitud sobria en el piano. El moderato será enunciado por el chelo ayudando a crear entre los dos instrumentos un conflicto necesariamente ilustrativo. Será el chelo quien ayude a dar un mayor cuerpo al colorido de la sonata, siempre forzando al piano a pronunciarse en los registros  de mayor exigencia expresiva. Una sonata que dispone de una coda considerable y que se inicia casi con un aire cercano al Andante. Así hasta  completar una stretta que nos deja una impresión de una cadencia postrera y poderosa, que transfigura los temas principales.

Ramón García Balado

La acordeonista María Zubimendi, en Solos no CGAC

Centro Galego de Arte Contemporánea, Santiago de Compostela Tercer concierto del ciclo Solos n CGAC que protagonizará la acordeonista María...