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18/11/2024

Doña Francisquita, un filme de Hans Bherendt, dentro del ciclo Cantantes Líricas galegas dos séculos XIX e XX

  Facultade de Xeografía e Historia, Santiago de Compostela


Punto de encuentro en el ciclo dedicado a Cantantes líricas galegas dos séculos XIX e XX que nos  invita a descubrir un filme prácticamente desconocido y realizado en 1934, a partir de la zarzuela Doña Francisquita (Amadeu Vives), con presentación del profesor de la USC Xosé Nogueira Otero, en la Facultade de Xeografía e Historia – día 20, a las 18´30 h.-, una zarzuela que entonces, tuvo como protagonista a Matilde Vázquez, en el rol de Aurora (la Beltrana). Fue Matilde una cantante realmente  popular y  admirada durante aquellos años, por su participación en películas entre las que destacaron Prim, esta que nos afecta en esta cita, La última falla (1940), de Benito Perojo o Todo por ellas (1943), de Adolfo Aznar. Junto a Luisa Fernanda o La Picarona, se añadirían Los claveles, La chulapona, alternando papeles de soprano con los de mezzo d´utilité, gracias a su espléndida voz dotada de un notable color y volumen, se decía que su canto resultaba poco ortodoxo, temperamental e intuitivo, gracias a su fogosidad permanente como argumento preciso, que la llevaría al final de su carrera, a una exageración redundante en cuanto a la acentuación de los detalles escénicos, en beneficio de un vibrato demasiado intenso. Sus mejores resultados, los había dejado para los sellos Parlophon y Odeón.

Hans Behrendt (1889/ 1942) realizó en 1934 Doña Francisquita, un alemán tras una vida precipitada desde sus estudios en la Ac. de Arte Dramático Ernst Busch, en Berlín, interesándose por las artes Rex (Federico II, de Prusia), período en el que compaginaba oficios de actor con los de director. En esa escénicas y el mundo del cine en sus orígenes, probando con Bobby E. Lüthge, en un biopic Friederich necesidad de aventura llegará a nuestro país en 1934, antes de seguir en Viena (1936), para realizar Fräulein Lili, en el Theater der Josefstadt, y continuar posteriormente en Bruselas y en la Francia de Vichy. Años convulsos que supondrán la amargura del secuestro que le trasladará a Alemania por su condición de judío, y que acabará con sus días en el campo de concentración de Auschwitz (Polonia).

 Behrendt fue uno de aquellos alemanes que contribuyeron a la consolidación  del mundo del cine en nuestro país, entre otros como el suizo Arthur Porchet (Hogueras de la noche); los franceses Raymond Chevalier (Dale de betún), o Jean Gremillon (La Dolorosa o ¡Centinela alerta!) y los latinoamericanos Carlos Sanmartin (Cantos de ruiseñor) y Adelqui Millar (Madrid se divorcia). No menos importancia tendrá la representación alemana incorporada a la industria española y entre la que aparecen Adolf Trotz (Alalá, 1943), nuestro Behrendt y Doña Francisquita o el muy activo Max Nossik (¡Alegre voy!). La mayoría de aquellas producciones, dispusieron de financiación alemana bajo el soporte de Ibérica- Filmes S.A. En gran medida, una cantidad considerable destacaron por su calidad para las posibilidades de entonces y otro ejemplo sería el filme del francés Harry d´Abbadie d´ Arrast, con el realizado a partir de El sombrero de tres picos (Pedro Antonio de Alarcón), que dispuso de la colaboración de Eleanor Boordman, Hilda Moreno, Alan Jeayes y Víctor Varconi, con ilustración musical de Rodolfo Halffter, recurriendo a un estilo de folklorismo musical. La productora había sido fundada por David Oliver, en Barcelona, un judío polaco (1880/1947), cuya familia se había establecido en Bremen en 1905 antes de exiliarse en Barcelona en 1934 y huir a Inglaterra con el comienzo de la Guerra Civil. Allí probará proyectos con Alexander Korda.

Entre las producciones basadas en sainetes o zarzuelas llevadas a cabo en España, recordaremos títulos como Carceleras (José Buch, 1932), uno de los primeros en abrir brecha y que inauguró el período sonoro; La Dolorosa (Jean Grèmillon), mano a mano con Doña Francisquita: La farándula (1935), de Antonio Momplet; La Reina mora (1936), de Eusebio Fernández Ardavín; Bohemios (1937), de Francisco Elías y para mayor énfasis, La verbena de La Paloma (1935), sainete de Ricardo de la Vega y Tomás Bretón, que dirigió el muy prolífico Benito Perojo, cuyo éxito arrasaría en taquillas

Doña Francisquita, comedia lírica de Amadeu Vives sobre libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw, destinada al estreno en el coliseo por excelencia del género, el Teatro Apolo- 17 de octubre, de 1923-, a mayor gloria de María Isaura, Cora Raga, Felisa Lázaro, Beatriz Carrillo, Ricardo Güell o Antonio Palacios, tendrá como antecedentes la intención de componer una obra inspirada en los madriles confiada a esos libretistas desde la adaptación libre de La discreta enamorada de Lope de Vega, coincidiendo en fechas con el fallecimiento de Gerónimo Giménez, en la absoluta indigencia, personaje con el que había colaborado en varias ocasiones. Una lenta elaboración prevista para un desarrollo en cuatro actos, que poco contribuyeron a las pretensiones del autor, dejando los dos primeros en uno. En su interés, se decidirá por un joven intérprete, Juan de Casenave, jaleado por títulos como Balada de carnaval o el tratamiento de Bohemios en forma de ópera; para el rol femenino, la citada María Isaura, con solvencia en el mundo operístico. Aventura en la que igualmente tuvo argumentos el empresario argentino Francisco Delgado, del que se contaría una jocosa y chocante anécdota.

En su evolución, habremos de tropezarnos con el fatídico asunto de un fatal accidente sucedido poco antes del estreno, que obligaría a la participación de cuatro colegas a completar la orquestación de la zarzuela. Joaquín Turina, se responsabilizó del final del primer acto, después de La canción del ruiseñor y del principio del Segundo; Conrado del Campo, optó por el Segundo acto, en su final, además del dúo de La Beltrana y de Fernando. Pablo Luna, orquestó el coro de románticos, dejando a Ernesto Rosillo, para el dueto de Francisquita y Francisca, del Primer cuadro del Acto segundo, que sólo se cantó en la noche del estreno, descartándose por su interés escaso. Chispero, en su sagacidad, supo destacar la canción de Francisquita, llevando a los aficionados al éxtasis, en un murmullo de admiración. Mayor trato se llevó La canción del ruiseñor, de la que se aceptada que Vives, devolvía a Madrid aquel himno genial que, de ser nuestro pueblo un poco más aficionado a la canción conjuntada, quedaría como un auténtico himno obligado. Casenave, hubo de bisar tres veces la romanza Por el humo se sabe dónde está el fuego. El coro de románticos y el bolero de Candil, hicieron pareja en el éxito logrado. Una recepción que logrará una de las cifras más reseñable de difusión, representándose en dos décadas 5.210 funciones, repartidas entre Madrid, Barcelona y Buenos Aires, con cálculos que superarían los quince millones de las pesetas de entonces, y que inevitablemente arrastraría parodias de la misma: Doña Francisquita, la maleva (Ivo Pelay), con ambiente arrabalero porteño además de otras en inglés y el francés. Una primera se estrenó en Montecarlo, en 1933, obra de André de Badet y René Gilbert. Ladislao Vajda, curioso director de cine, dirigió otra en 1953, con Mirtha Legrá y Armando Calvo.

Ramón García Balado

12/11/2024


 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

 

Canciones de amor y cuna: Simona Sͮaturová (soprano) e Ivan Kláns (piano), en el Ciclo de Lied, de Amigos de la Ópera de Santiago

Lieder y canciones entre piezas para piano para el Ciclo de Lied, de Amigos de la Ópera de Santiago, a cargo de la soprano de Bratislava Simona Sͮaturová, acompañada por el pianista Ivan Klánský, en el Auditorio de Galicia- día 15, a las 20´30 h., un programa que nos lleva de compositores eslavos de élite, a detalles de Debussy, A. von Zemlinski  o R. Strauss y obras para piano de R. Schumann y F. Chopin. Simona Sͮaturová sigue la estela de voces como Edita Gruberova y Lucia Popp, tras estudiar en el Conservatorio de Bratislava con Ileana Cotrubas y Mageete Honing, en Amsterdam, ofreciendo su primer concierto con la Wiener P. O., con Herbert Blomstedt, y en roles operísticos como Donna Anna, en La Monnaie, o Konstanze, en la Semperoper. Participó en una ópera en rescate: Das buch mit sieben siegeln (F. Schmidt), dirigida por Fabio Luisi, y fue artista residente del Théâtre La Monnaie. Mozartina por preferencia, cuida hasta el límite los repertorios eslavos, grabando registros para Supraphon: Moravian Duets (Dvorak) o la ópera Ariene (B.Martinu), trabajos que amplía con sellos como Hannsler y Sonny/BMG. Sus compromisos artísticos se consolidan en coliseos como la Ópera de Frankfurt, el Teatro Nacional de Praga o el Châtelet, de París. Ivan Klánský estudió en la Academia de Artes de Praga con Frantisek Rauch y en el Conservatorio de la capital checa  con Valentina Kameniková, y participó en concursos como el J.S. Bach de Leipzig y el de Santander, grabando discos para productoras como Naxos, Supraphon o Edictio Onta. Fue presidente de la Sociedad Checa Chopin y del Concurso Internacional de Piano Frederyk Chopin. Fundó el Trio Guarneri con Cenek Pavlik y Marek Jerie, al que pudimos escuchar en certámenes y festivales celebrados en nuestro país, como el Clásclás, de Vilagarcía de Arousa, en 2023.

A.Dvorak- selección de Canciones de amor Op. 83, piezas relacionadas con las 18 de Cyprise (cipreses), sobre poemas de Gustav Pfleger-Moravsky, de 1865, nacidas bajo la influencia sentimental de la actriz Josefa Germáková, con cuya hermana terminaría casándose. Piezas primerizas y sencillas que no llegaron a editarse y que le serviría en lo melódico para otras posibilidades, desde alguna ópera o composiciones camerísticas. Estas Pisnê milostné (Canciones de amor), de 1888, mantienen la sencillez extrema que para expertos son precisamente esa querencia por conservar su ánimo, aunque con diferencias ostensibles en cada una de ellas. Josef Suk- Canción de amor Op. 7-, fue compositor deudor del propio Dvorak, artista que destacará como violinista y maestro de coro, ejerciendo la docencia en Praga, precisamente bajo la influencia de Dvorak, siendo fundador del mítico Cuarteto Bohemio, junto a K. Hoffmann, O. Nedbal y O. Berger. Recibió la consideración honoris causa, de la Universidad de Brno y será B. Martinu uno de sus señeros alumnos, destacando precisamente como uno de los fundadores de la moderna escuela checa. La pieza que recibimos vendrá como una adaptación para el programa de la jornada.  Karol Szymanowski-Trzy kolysanki Op. 48 (tres canciones de cuna), del año 1922 a partir de poemas de Iwaszkiewicz y una extensión de otras precedentes, en las que destacan el  uso de tratamientos armónicos descendentes y los cuidados melismas, entre ostinatos y un meticuloso cromatismo. La Primera expresa un modalismo de perfiles avanzados, la Segunda, destaca por el uso del tritono con acordes paralelos y la Tercera sugiere el eco de la tradicional kujawiak (estilo de mazurka).  Bohuslav Martinu (1890/1959)- Canción de cuna H232-, destacó también en el género de canciones, muchas sobre letras de poetas folklóricos checos  (sus nuevas Spalicêk), muchas relativamente secundarías. Obras muchas de juventud compuestas en Praga, como es el caso de Pisnicky na jednu strámku H. 294, siempre anteriores de su llegada a París (1923) y que dejará un ramillete de un centenar de nostálgicas melodías, recurriendo a poetas de una tradición claramente asimilada.

A. von Zemlinski- selección de Walzer Gesängen nach toskanischen Volkslieder von Ferdinand Gregorovius, Op. 6-, cantos de valses sobre canciones populares toscanas del citado Gregorovius, en estilo Liebesliederwalzer de H. Wolf que remiten al espíritu romántico, resueltos de forma delicada y fresca, a excepción del cuarto. La relación de sus títulos son: Liebe Schwalbe; Klagen ist der Mond gekommet; Fensterlein, machts bist du zu; Ich gehe des Nachts; Blaues Sternlein y Briefchen schrieb ich.  C. Debussy-Nuit d´étoiles (Banville), Belle nuit y Claire de lune (Verlaine), ubicándonos en el período simbolista de juventud, el de Fêtes galantes, o el siguiente de Proses lyriques, preparando la llegada de las Trois chansons de Bilitis (Pierre Louÿs). Se aprecia el uso de artíficos armónicos que manifiestan una ambiciosa pretensión renovadora. Richard Strauss, que cerrará la gala con tres delicadezas puramente irresistibles: Morgen!, encanto intemporal del ciclo que completa loa Vier Lieder Op. 27, un obsequio para su estimada Pauline y que le elevará a primero entre los grandes del género. De los Fünf Lieder Op. 39, el tercero Der A Arbeitsmann, piezas de inspiración a partir de poemas de Dehmel, a excepción de uno, el segundo-Bierbaum-, que tentarán una ambiciosa orquestación merced a las posibilidades de sus recursos.

Para Ivan Klánský la Arabesque, en Do M, Op. 18, pieza de un gran año pianístico y que con la Humoresque Op. 20 y Blumenstücke Op. 19, forman una categoría aparte, sin que exita ninguna pretensión de unidad. La forma es la de un Rondó manifestaba con una cascada de semicorcheas en una cantinela suave. Contiene dos momentos que llevan su impronta y la elocuencia que nos deja mudos: no dice nada y lo dice casi todo. Se trata de un episodio meditativo construido como es habitual, sobre un tema descendente, imagen visual de la depresión, rúbrica de su melancolía, con quince compases de transición, que conducen al tema con una libertad armónica desconcertante. El episodio lento, está anotado como Zum Schluss (para acabar) y no es más que una larga suspensión armónica. De F. Chopin, la Balada en Fa M. Op. 52, obra capital en la historia del piano por sus ornamentaciones y originales diseños temáticos, un claro precursor del impresionismo como diría Alfred Cortot, una pieza que se editará en París y Leipzig (1843). Un Andante con moto  que preside cálidos pentagramas, con una melodía a mezza voce, expuesta por la mano derecha, con un delicado acompañamiento por la otra. Pieza que representa el apogeo de su arte pianístico.

Ramón García Balado

 

 

08/11/2024

Do Paseo da Alameda a Cervantes, con la Banda Municipal, entre zarzuela y ópera

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Concierto en el Auditorio de Galicia con la Banda Municipal dirigida por Casiano Mouriño Maquieira, contando con la colaboración de Amigos de la Ópera de Santiago  - día 10 a la 12´00 h., en el que tendrán protagonismo la soprano Esperanza Mara y el tenor Eduardo Sandoval, para esta sesión dedicada a selectas páginas de ópera y zarzuela y un detalle especial para José Fernández Vide, al que la propia Banda Municipal dedicó una gala, también en colaboración con Amigos de la Ópera de Santiago  el Coro Liceo de Vilagarcía de Arousa y la Agrupación Troyanos de Compostela, contando con un elenco en el que destacaron Patricia Rodríguez, Diego Neira, Gabriel Alonso o Tamara Casás, para la ópera Miñatos de Vran.  Esperanza Mara, dedicó desde sus comienzos una atención a las músicas de tradición popular y las formas del Medievo en los  estilos de las antiguas cantigas o los romanceros; Cantemos Xuntos, fue uno de sus primeros trabajos de  pretensiones divulgativas, a partir de un taller de dinamización. Música Medieval en camino fue uno de esos primeros trabajos a los que se añade el llevado a  cabo con Rodrigo Romaní.  El tenor Eduardo Sandoval, tuvo como maestros a Elena Obratsova, M. Olivero o V. Galauzine, iniciando su carrera con Los Cuentos de Hoffmann (J. Offenbach), bajo la dirección de Kemal Khan, para continuar con La flauta Magica (Mozart); Cossì fan tutte, en el rol de Ferrando; La Bohème, en el de Rodolfo, o Paco, en La vida breve, de Manuel de Falla y ya en tiempos recientes, una atención destacada al estilo del oratorio y el Lied sinfónico en obras Das Lied von Erde (Mahler); el Requiem, de Verdi; Las campanas, de S. Rachmaninov; De Profundis (Blanquer), mientras que mantiene sus preferencias zarzuelísticas en títulos como Luisa Fernanda, Bohemios, La Dolorosa o El rey que rabió.

Una primera consideración de solidaridad de nuestra Banda Municipal con la Primitiva de Paiporta, formación fundada en 1896, y que cuenta como director a Vivien Gutiérrez, una banda de las consideradas como históricas por su larga tradición que cuenta con coro propio para los programas que lo requieran, además de una escuela de música docente que lleva el nombre de Francisco Llorens, personalidad profundamente arraigada en su trayectoria histórica.  La Banda Primitiva de Paiporta, tuvo el privilegio de estrenar obras de un apreciado compositor, del que nuestra Banda tiene afortunadas referencias, Ferrer Ferrán, hablamos de composiciones como la conmemorativa de su centenario, el pasodoble Al Centen Ario o Ceremonial (2002), y Luces y Sombras (2013), puesta en atriles en el Palau de la Música (Valencia)

Una entrada pues con la ópera con la Sinfonía de Norma de Vincenzo Bellini (1801/ 35) cuya esencia incandescente es el aria Casta Diva, del acto primero y que tendría su estreno en el Teatro alla Scala de Milán, el 26 de diciembre de 1831 y que en nuestro país deberá esperar hasta 1834, para presentarse en el Teatro del Príncipe. Ópera que tendrá como principales personajes a la sacerdotisa Norma; al procónsul Polione; a la joven sacerdotisa Adalgisa; al Gran Sacerdote Oroveso y a la confidente de Norma Clotilde, siempre con el protagonismo del coro como parte fundamental del desarrollo. En trascripción de Casiano Mouriño Maquieira, el lamento de Mimí de en La Bohème pucciciana Si mi chiamano Mimi, ópera que tuvimos recientemente en la temporada LXXII de Amigos de la Ópera de A Coruña, dirigida por J.Miguel Pérez-Sierra con la OSG, y en la que destacaron como cantantes Celso Albelo, Miren Urbieta-Vega, Massimo Cavallieri, Helena Abad, Manuel Mas, Simón Orfila o Pablo Carballido, con la colaboración del Coro Gaos, de Fernando Briones. Ópera que se dio a conocer en el mítico Teatro Regio de Turín, el 10 de febrero, de 1896, antes de que en España, fuese el Teatro del Liceu de Barcelona, la ofreciese en la temporada del año 1898. Bizet no podrá faltar precisamente con su emblemática Carmen y en concreto con la contagiosa Habanera, L´amour est un oiseau rébelle, tan común en recitales como agasajo y bis para completar recitales para halago del público entusiasta. Un estilo artísticamente encuadrado en el género de Opéra-comique, sobre libreto de Henri Meilach y Ludovic Halevy a partir del universal relato de Mérimée, de inspiración española con tintes de cartón-piedra, y que subiría a escena en la Opéra Comique parisina, el 3 de marzo de 1875. Nuestro país, tendrá noticias de Carmen en el verano de 1881, en el Teatro Lírico de Barcelona, para solazarnos con sus peculiares personajes desde la propia Carmen a Don José, Escamillo- el torero de Granada-; Micaela, la muchacha ingenua, Frasquita, Mercedes o el contrabandista Remendado y un nutrido ballet.  Puccini y las desmesuras de la temible Turandot, aquella princesa china gélida e insensible y que de  esta ópera, se elige por su estremecimiento Nessun Dorma, perteneciente al acto tercero, en la voz del príncipe Calaf, hijo del rey Timur y prendado de ella, que canta esta aria en medio de un ambiente fantasmal en la noche de Pekín.

Una canción napolitana de universal aceptación O Sole mio (1898), de Alfredo di Capua, Nápoles vivía entonces el apogeo de los café- cantantes en los qu encontró acomodo un joven Pietro Mascagni, por su parte, el Salón Margherita abría sus puertas al público el 15 de noviembre de 1890, cuyo nombre era un homenaje de  sus fundadores, los hermanos Marino, a la reina Marggerita, siendo el primer templo de la llamada Belle époque italiana, nacido un año después del Moulin Rouge de París. Por los mismos años, conocerán sus glorias las famosas internacionales vedettes como Lina Cavalieri, La Bella Otero, Eugenia Fougere; Cléo de Mérode o Loje Fuller, la americana que inventó La danza del Fuego y la bellísima cantante española Consuelo Tortajada. Otro de aquellos lugares de recreo con historia, será el Café Gambrinus, que albergaba una clientela variopinta. Salvatore di Giacomo, tuvo el beneficio de ser el gran artífice de esta canción napolitana de autor, que crearía un estilo de toque aristocrático y melancólico.

Zarzuela por todo lo alto, en la que destacará José Fernández Vide por páginas de la citada Miñatos de Vran, comenzando con la balada de tenor de Manuel y la de Maripepa, quixen morrer!   Ruperto Chapí, en arreglo de J.L. Represas, con el número Las carceleras, de Las hijas del Zebedeo, zarzuela estrenada en el Teatro Maravillas, de Madrid, en un estilo de zarzuela cómica, con libreto de José Estremera. Es la Carcelera un tipo de canción o romanza determinada por su ubicación escénica encomendada a una voz central en su enfrentamiento con la orquesta, una obra que resalta con preferencia el protagonismo de la tiple Julia Segovia que era una de las figuras por excelencia del género chico como sabría resaltar la opinión especializada de los años ochenta en foros como El Liberal. Pablo Sorozábal como no podía ser menos, con La tabernera del puerto y la romanza  No puede ser, que interpreta Leandro, el joven enamorado de Marola,  en un arreglo de J. L. Represas, zarzuela en tres actos y calificada como Romance marinero que tendrá su estreno el 16 de marzo de 1936, en uno de aquellos coliseos  históricos, el Teatro Tívoli, de Barcelona, fechas ciertamente inciertas para el país como la historia amargamente sabrá confirmarnos.

 José Serrano, con el mismo arreglista para Que no importa que venga, de Los claveles, la romanza de Rosa con la que pretende burlarse de Fernando, de la misma forma que se ha burlado de otros. Rosa, para sorpresa de cualquier aficionado, fue un rol que cobraría cuerpo en la gallega Matilde Vázquez, en su estreno en el Teatro Fontalba madrileño, el 6 de abril de 1926, y que fue recordada en las charlas dedicadas por la USC a selectas Cantantes Líricas Galegas dos Séculos XIX e XX, la misma cantante de la que tendremos razones en el pase del filme dedicado a la proyección de Doña Francisquita, en el rol de Aurora La Beltrana, el día 20, en la Facultade de Xeografía e Historia, y que es un documento histórico realizado en 1934, por H. Berendt, contando con la presentación de Xosé Nogueira.

Reveriano Soutullo/Juan Vert, con Bella Enamorada, de El último romántico, romanza de tenor y página de gran divulgación auspiciada por el libreto de José Telaeche, para esta zarzuela que en su mejor reconocimiento estará destinada al Teatro Apolo, en la primavera de  1928, en ese primer acto, los parroquianos discuten asuntos de la vida cotidiana en los madriles de 1872, con las guerras carlistas como telón de fondo y alguno de los presentes habla de la situación por la que pasa la condesa Aurora de Téllez Cirón, casada contra su voluntad mientras conserva su amor por Enrique de Corbea.  Federico Moreno Torroba, casi cerrando, con el Dúo de la flor, de Carolina y Javier, en Luisa Fernanda, en transcripción de quien fuera director de la Banda Municipal D avid Fiuza Souto.  Con seguridad una zarzuela que no ha perdido un ápice de su vigencia en los carteles desde el estreno en el Teatro Calderón, de Madrid, el 26 de marzo de 1932 con Sélica Pérez Carpio, Emilio Sagi Barba, Laura Nieto, Faustino Arregui, el actor Manuel Hernández, entre los principales.  Para concluir, el mentado José Fernández Vide (1893/1981), con Miñatos de Vran, con el dúo y coro final de Maripepa e Manuel, un homenaje al compositor como reconocimiento, en el momento en el que la USC recibió el legado del maestro el 24 de septiembre en el Paraninfo da Universidade, con una pequeña exposición rubricada con un apunte musical en manos de la pianista Noemí Salomón, que interpretó A Montañesa, Zaera y el Danzón. Una exposición que se presentó como José Fernández Vide. O trafegar dun ourensán, comisariada por Teresa Bellido, Aitana Catalá y David de la Torre.

Ramón García Balado

29/10/2024

Novas voces galegas, de Amigos de la Ópera de Santiago, en el Auditorio de Galicia

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

 

Programa de temporada en colaboración con Amigos de la Ópera, de Santiago , en el Auditorio de Galicia, con la RFG, dirigida por Diego Martín-Echavarría- día 31, a las 20´30 h, y charla previa de Conversando con…19´45, con el propio director, en un proyecto que prepara oberturas y selecciones de óperas de W.A. Mozart- Le Nozze di  Fígaro-; Gioachino Rossini- Il Barbieri di Siviglia-, D. Cimarosa- Il matrimonio secredo- además de la opereta de Johann Strauss, Die Fledermauss.

Actividad que culmina la relación de las  dedicadas a As cantantes líricas galegas dos séculos XIX e XX. De Galicia a os Teatros de Europa, América e África y comisariada por Javier Garbayo y Carmen Lorenzo Vizcaino, propuestas por la USC, Amigos de la Ópera de Santiago, o la propia Consellería de Cultura da Xunta de Galicia. Proyecto que nos ha permitido disfrutar del ciclo de conferencias que han impartido Emilio Casares Rodicio, Javier Garbayo, Carmen Lorenzo Vizcaíno, Arturo Reverter, y para el 7 de noviembre, la esperada de Andrea Vitalini, que prestará atención a cantantes gallegos en el Teatro alla Scala de Milán, como responsable del Archivio Storico de ese  coliseo.  El día 20 de noviembre,  se ofrecerá en la Facultade de Xeografía e Historia, de la proyección del filme Doña  Francisquita, a partir de la zarzuela de Amadeu Vives- documento histórico de H. Behrendt, del año 1934, zarzuela en la que había intervenido una diva de entonces, Matilde Vázquez, en el rol de Aurora La Beltrana.

   Diego Martínez-Echevarría, se formó en el Conservatorio J. Guridi (Vitoria), en la SMUC, y en dos centros alemanes: la Hochschule Franz Liszt (Weimar) y en la Hochschule Karl Mª von Weber (Dresde), ampliando en la Ac. Chigiana (Siena). Estuvo al frente de la JONDE (2005/6), como asistente, recibiendo asesoramientos de David Zinman, J. López Cobos, Titus Engel o Bruno Aprea. Cuenta con una experiencia reconocida en cuanto a repertorio en el que tienen cabida títulos menos frecuentes: Die Monchengladbach, de E. Kalman o The Consul, de G.C. Menotti.

Emilia Pérez, soprano, estudia en la Zurcher Hochschule der Kunst, con Martina Jacova, y fue galardonada con los Premios Andrés Gaos, y el V, del Concurso Compostela Lírica (2022), en una carrera que comienza a perfilarse con garantías. La soprano Lucía Iglesias, voz que promete, ofreció galas dentro de las actividades de Festivales en curso, como el de la As. Galega de Compositores, acompañada por su maestro Manuel Burgueras, teniendo una primera experiencia en el Festival Mozart de A Coruña, con Werther, de Massenet, dirigida por Víctor Pablo Pérez. Entre sus premios, el Mirna Lacambra (Otoño Lírico), el Andrés Gaos y el Concurso Spazio Musica. El barítono Lucas López López, dejó sus primeras impresiones en el ciclo As Novas voces galegas (Amigos de la Ópera, de A Coruña), ofreciendo un recital con la pianista  Isabel Romero- obras de H.Wolf, Mompou, W. Alwyn, H. Duparc o F. Buide-, un cantante que actualmente, estudia en la Klavierkamermusik und Liedgestaltkung Zürcher Hochschule der Kunste (Suiza).

Le Nozze di Figaro- Mozart-, ópera no debida a un encargo y una decisión del salzburgués sobre la comedia de  Beaumarchais a raíz de su estreno en la Comédie Francaise, después de una representación con la compañía de Schikaneder, prohibida días antes por el Emperador José II. Il Barbiere de Paisiello, había sido representada con éxito y el estímulo de Da Pontem sería el mejor acicate para abordar esta ópera buffa. Mantendrá once de los dieciséis personajes y los números de piezas suponen un verdadero equilibrio entre arias y conjunto. En las arias los personajes participan en el desarrollo de la acción bajo los aspectos más diversos, con un auténtico reclamo desde la obertura. El singspiel tenía perfiles excesivamente imprecisos y muy vinculados a tradiciones locales y representativas del arte escénico, por su parte, la ópera buffa italiana había dado lugar a una forma de comedia musical fundamentalmente aceptada en toda Europa, las tres grandes en este género de Mozart, la realidad y la idealidad de lo humano parecen haber alcanzado plena validez no solo por su plena actualidad musical, sino también por su dimensión escénica gracias a la síntesis de sus recursos, ya desde el estreno en Praga (1786), que traería como consecuencia el encargo de Don  Giovanni y el imperial de Cossí fan futte. El encuentro con Da Ponte, se había producido a comienzos de 1783, en casa de su protector y banquero, el barón Wetzlar von Plakenstern, siendo Mozart quien le propusiese la realización del libreto de la comedia Le mariage de Figaro ou la folle journée, de Beaumarchais, para una obra que se titularía Commedia per musica. Las premisas de Il Barbiere di Siviglia rossinano llamaba a las puertas.

Rossini- Il Barbiere di Siviglia-, para el respetable Alberto Zedda, quien tan excelente recuerdo nos dejó a través de varias temporadas del añorado Festival Mozart, de A Coruña, Il Barbiere di Siviglia había sido proyectada junto a Cesare Sterbini para la temporada romana de Carnaval (1816), con el reclamo de Almaviva, o sia, L´inutile precauzione, contando como solista con el español Manuel García, en el papel del Conte d´Almaviva, punto fuerte de la compañía contratada para la ocasión. La estructura de la ópera se concibió para la presencia de García,  y la operación se concretó al asignar al tenor la gran aria Cessa di più resistere. Es idea generalizada que el triunfo obtenido se debió al hecho incontestable de que en esta ocasión, Rossini pudo contar con un texto de alto valor literario y de un perfecto corte dramático. Para Zedda, el valor del libreto no facilitó el trabajo del maestro, quien tuvo que enfrentarse al problema de contrastes entre el realismo de situaciones descritas por diálogos lúcidamente argumentados y la naturaleza abstracta y asemántica de su lenguaje musical. El texto de Beaumarchais se configura claramente como una comedia de carácter. La costumbre de añadir  coro hizo necesario introducir personajes no previstos por el autor del texto. Como sucede casi siempre en la ópera cómica rossiniana, en Il Barbiere entran en conflicto dos géneros de comicidad: la abstracta metafísica de lo comique absolu, adecuada para la parafernalia belcantista, y el realismo deformado de lo comique significatif, ingrediente básico de la ópera bufa tradicional. Rossini comprendió los estímulos y novedades del texto, adaptado por Sterbini y la alternancia calculada de pasajes concertantes y solisticos, permanecerá en el resto de sus obras.

Domenico Cimarosa- Il matrimonio secredo-, opera nacida al amparo de la obra de teatro The Clandestine Marriage, de los actores Garrick y Colman, quienes se habían inspirado en otra obra de cuadritos Le mariage à la mode, que retrataba a la burguesía emergente. Estamos ante seis personajes cómicos paralelos, tomados de otra que vio en Viena y cuya escritura nos acerca a Cossì fan tutte, dejando la puerta abierta a que Cimarosa la conociese. La inventiva musical siempre jugó a su favor gracias a las ideas melódicas y su idea del arte escénico, remarcando las acciones con gracia, a pesar de la  pobreza de los libretos. La orquesta no deja de sufrir limitaciones por los condicionantes del momento, condenado a consolarse con pequeñas formaciones camerísticas, urgencias de los teatros napolitanos. En su base, la ostentación de un primer estilo galante, emparentado con el Rococó, preocupado por una cuidada ornamentación, confiada a las voces de los principales personajes, a los primeros violines de la orquesta y a los vientos, con breves detalles ingeniosos.

Johann Strauss- Die Fledermaus- , opereta para el Theater-an-der Wien (1874), basada en Le Reveillon (Henri Meilach y Ludowic Halévy), un caleidoscopio que reúne perfectamente el conjunto de números con arte consumado, espontaneidad y astucia, desde la contagiosa obertura, que da pie a cantables llenos de encanto y gracejo, por esa variedad y prodigalidad de contagiosas melodías, parejas a Le Nozze di Figaro. Para esa obertura pretendió escribir el típico y manido potpurrí, de cantables de la obra. La opereta había logrado éxitos ocasionales, en especial por sus giras, como la hecha por Unger- Anderson, tiznada de apuntes banales, para el Teatro Lírico de Londres (1911), bajo el título Night Birds o ya en 1942, la de Max Reindhardt- titulada Rosalinda-, en Nueva York, parecida al original, lo que deja constancia de sus continuos saltos de sorpresa. En los orígenes, un Réveillon, era una fiesta de gala que se extendía a lo largo de una noche agotadora en las Vísperas navideñas, una tentadora moda francesa, que podría levantar suspicacias entre los afectos al rígido catolicismo de los vieneses, por muy indulgentes que fuesen.

Ramón García Balado

Doña Francisquita, un filme de Hans Bherendt, dentro del ciclo Cantantes Líricas galegas dos séculos XIX e XX

  Facultade de Xeografía e Historia, Santiago de Compostela Punto de encuentro en el ciclo dedicado a Cantantes líricas galegas dos séculos...