Auditorio de Vilagarcía de Arousa
Concierto del Cuarteto Bennewitz en el Auditorio de Vilagarcía de Arousa- día 24, a las 21´00h-, dentro del VIII Festival Clasclâs, con obras de F.J. Haydn, Leos Janacek y Antonin Dvorak, grupo apreciado por la homogeneidad de su sonido y el cuidado del carácter emocional y equilibrado, proyectando sus resultados gracias a las acostumbradas participaciones en concursos y actividades de temporada, citas como el Concurso Osaka (2005), el Concurso Paolo Borciani (2008), logrando galardones como el Premio Praga, el otorgado por la Sociedad Checa de Música de Cámara (2004), y el Premio de Mejor Interpretación de Música de Cámara del Año (2019). Su presencia en los principales auditorios en la República Checa, es una constancia de su vida cotidiana, que se extiende hasta los Estados Unidos, el Wigmore Hall, el Musikverein vienés, el Konzerhaus (Berlin), el Frick Collection neoyorquino o los prestigiosos festivales de Salzburgo y Lucerna, colaborando con artistas como Jean- Yves Thibaudet, Alexander Melnikov o Veronika Hagen, con los que realizaron importantes registros fonográficos, sellos como Grammophon o The Strad.
F. Joseph Haydn- Cuarteto para cuerdas en Fa M. Op. 77, nº 2 (Hob.III.82)-, con seguridad el más polifónico en cuanto a su escritura muy lineal, apreciado como una de sus obras de mayor hondura, equiparable a las Sinfonías nº 102 y nº 104, con la abundancia de ideas en lo relativo a su valor expresivo, comenzando con un Allegro moderato que tras un brillante pasaje, entremezcla un motivo de semicorcheas destinadas a un papel fundamental en el desarrollo, que valdrá como segundo tema, enunciando una idea variada que quedará confiada al violín. Incisivas semicorcheas, surgen del intercambio de cada uno de los instrumentistas. Un tiempo plagado de recovecos que terminarán reforzados por un Fa b napolitano, aspecto que el autor describirá como un enfoque común en l´istesso tempo, hacia tres acordes en fortissimo. El Menuetto, ocupa la segunda posición, detalle que no sucedía desde el Op. 64 (nº 1), indicado Presto ma non troppo-en la edición de Artaria-, y que muestra un nuevo aspecto en la forma de Scherzo. Una pulsación binaria que deberá destacarse, se ubica en un primer plano para probar con una idea camino de una segunda parte, que recupera la idea del comienzo. La coda basada en el minuetto, se cierra en un pianissimo, culminado con un da capo. El Andante, sería para Reginal Barret-Ayres, en los aspectos finales de su discurso sonoro, la muestra de un tema a la vez circular y repetitivo, suponiendo un talante dinámico de nuevos derroteros. El Vivace final, nos traslada a la situación que nos venía proponiendo el cuarteto dentro del estilo de forma sonata, en la que nos encontraremos con una polonesa a la húngara, en su acelerada carrera de consumada energía.
Leos Janacek- Cuarteto de cuerdas nº 2, (Cartas íntimas)-, obra confesional a la que pretendía titular Cartas de amor, en dedicatoria a Kamila Stösslová, en una obra que reclama una profunda actitud de concentración por parte de los intérpretes, merced a su particular ideario y la unidad de su lirismo encantador, confiado al primer violín mientras la viola se decanta por el dramatismo propuesto por el relato. El autor quiso subtitular el cuarteto como Recuerdos de Pisek, antes de optar por el ya conocido, en lo fundamental, un enigma que cobra razones por la serie de abundantes sentimientos encontrados. El Andante resulta agitado por su escritura en forma rapsódica reafirmada curiosamente por la claridad expositiva de los solistas, desde el comienzo con la viola, que toma un detalle de la frase de la gitana en el Diario de un desaparecido; un aire sombrío resultará un contraste frente al espíritu del tiempo, que se anima a la postre en un con moto naturale y un grave iniciado en un fortissimo. El Adagio se ofrece en la tonalidad de su ópera Katya Kabanová, una especie de tonada apacible y profunda, tratada por cada uno de los integrantes del cuarteto. El Moderato, conserva ese aire apacible de cierto estilismo ruso: Dolcissimo; Presto largamente; un nuevo Presto agobiante con agudos acelerandos que se cierran con un Adagio. El Allegro- rondó, vale como un tema danzante que sirve como recapitulación y en el que se recurre a distintas arias de sus óperas: Katya Kabanobá o De la casa de los muertos, en forma de epílogo, un resumen de cuadros autobiográficos. Cuarteto estrenado en su domicilio en Hukvaldy, poco antes de su presentación pública que se realizará tras la muerte de Janacek.
Antonin Dvorak- Cuarteto para cuerdas en Sol M. nº 13, Op. 106, compuesto en Praga tras su etapa americana, obra que le ocupó relativamente poco tiempo, antes de ser editado por Simrock, en Berlín. El Cuarteto Bohemio lo dio a conocer en la Sala de la Isla Zofin- Karel Hoffmann, su yerno Josef Suk, Oskar Nekbal (también compositor) y Hanus Wihan- que llevaban trabajando desde 1892. El Allegro moderato, abre con un tenso enunciado a cargo de los violines, en saltos de sexta, hacia un segundo tema de actitud diferente, en una frase lírica. Destacan los colores modales que acompañan a la viola y al chelo en lo que resulta una arquitectura renovadora. El Adagio ma non troppo, quizás una de sus páginas más bellas que recurre a una melodía de apariencia sencilla a la par de un valor rítmico similar. La cima quedará en manos del chelo con un fffgrandioso y un appasionato abocado a un pasaje en ppp, un calderón sobre acorde de Mi. El Scherzo, Molto vivave ofrece un ritmo incisivo con un trio en forma motu perpetuo, en manos de la viola, que nos traslada a un Poco meno mosso, y el retorno al tempo primo que revive los colores de la obra en su conjunto y en el que los pianissimi surgen de manera conclusiva. El Finale quedará como un Andante sostenuto con seis compases de introducción en un Allegro con fuoco, y persistentes cambios de tempi en yuxtaposición de secuencias ternarias que remedan aires contagiosos de danza, inspirados con claridad en las furiant, y que preparan una corta secuencia que retoma la idea melódica del Allegro inicial. El moto cantabile de cierre, es amplio en su desarrollo, usando ideas escuchada a lo largo del cuarteto.
Ramón García Balado
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