Auditorio Afundación, A Coruña
Museo das Belas Artes, A Coruña
Dos conciertos que contribuyen a la programación de Amigos de la Ópera de A Coruña, comenzando por la mezzo Andrea Rey, acompañada por el maestro Aurelio Viribay, en el Auditorio de la Sede Afundación-día 20, a las 19´ 00 h., para un programa en preferencia de autores gallegos: Margarita Viso, Juan Durán, Borja Mariño, Octavio Vázquez, Fernando Buide, con la aportación del turolense Antón García Abril, tan relacionado con nuestra tierra por sus actividades en los géneros más diversos. Andrea Rey, se formó en el CMUS Manuel Quiroga (Pontevedra), con la soprano Conchi Rodríguez, para ampliar con el tenor J.Antonio Campo, en el CMUS, de Vigo, antes de trasladarse a la Escuela Superior de Canto de Madrid, para seguir la docencia de Susana Cordón y la repertorista Irene Alfajeme. Se integró en la 4ª edición de Crescendo, un proyecto de la Fundación Amigos del Teatro Real, dedicada a fomentar, incentivar y respaldar el crecimiento artístico y profesional de nuevos talentos. En su repertorio, destacan roles en obras como el Magnificat (J.S. Bach); el Gloria (Vivaldi); el Stabat Mater (Pergolesi) o el Te Deum (Brucker), y en la ópera: L´enfant et les Sortileges (Ravel- libélula y la taza china-); Mme Butterfly- Suzuki- (Puccini); Dido y Eneas-Dido- (Purcell); Suor Angelica- Zia Principessa- (Puccini); tercera dama de La flauta mágica (Mozart) y en la zarzuela: Manuela de La Chulapona (F.M. Torroba) o Dolores, en La Dolorosa (J.Serrano).
Aurelio Viribay, un ejemplo de respetado repertorista, acompañó a ilustres como Walter Berry, Annalisa Stroppa y tantos otros. Fue profesor en la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena, (Wien Kunst Universität) y actualmente es responsable de la Cátedra de Canto, en Madrid, mientras colabora con otros artistas en cursos especializados como Thomas Quastoff, en la Mozarteum Universität (Salzburg). Fue Premio Extraordinario de Doctorado de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid), con su tesis La canción de concierto, en el Grupo de Los Ocho de Madrid. Su presencia en ciclos y convocatorias es una de sus mejores aportaciones, en programaciones como la Juan March (Madrid).
En este programa, el tratamiento de piezas de las 7 Cantigas de Martín Códax, cuatro en concreto firmadas por Margarita Soto: Eno Sagrado en Vigo; Ai ondas, que eu vin ver; Ai Deus, se sab´ora meu amigo y Ondas do mar de Vigo. Borja Mariño, al que tenemos presente por sus muchas aportaciones en estreno y en programas de ciclos especializados, y que para este concierto nos reserva Tres canciones gallegas sobre poetas de toda época: Lúa de vrau (Pura Vázquez); Saudade (Manuel Cuña Novás) y Cantiga de amigo, una mirada hacia el Medievo de Mendiño. Juan Durán, autor de abundantes estrenos con nuestras orquestas y en abundantes proyectos por encargo, aportará su Tríptico Rosaliano (Rosalía de Castro): Cada noite eu chorando pensaba; Tecín soia y Lúa descolorida. Ya en la segunda parte, el compositor con residencia en los Estados Unidos, Octavio Vázquez, siempre bien apreciado en las iniciativas de música contemporánea, tendrá Como chove miudiño (Rosalía de Castro) y En Cornes de la misma poetisa. Fernando Buide, autor de la ópera A Amnesia de Clio, con libreto de Fernando Epelde, repite con Rosalía de Castro con Dous cantares, para completar Antón García Abril, con las Cuatro canciones sobre textos gallegos: Cando vos oyo tocar, Todo é silencio y As de cantar, meniña gaiteira, todas de Rosalía de Castro, y Coita, poema de Álvaro de las Casas, el mundo de las canciones para voz con acompañamiento de las que fueron modelo As canciones Xacobeas, Homenaxe a poesía galega 1992/3, para mezzo y orquesta sobre textos que iban desde Ramón Cabanillas a Valle-Inclán, Cunqueiro, Pedro Meogo o Lois Pimentel y Celso Emilio Ferreiro
Mónica Redondo, en el ciclo Generación ascendente- día 22, a las 19´00 h.-en el Museo das Belas Artes, estará acompañada por el pianista David Serrano. Mónica se perfeccionó gracias a becas como el Certamen Int. de Zarzuela de Vallesco, antes de conseguir primeros premios en convocatorias nacionales, interpretando roles como Dido (Dido y Eneas); Manuela (Agua, azucarillos y aguardiente); Maddalena y Giovanna (Rigoletto); Curra (La Forza del Destino); Estiro (Jason o la conquista del Vellocino); Soledad (La Revoltosa), dirigida por L.M. Pérez Sierra. Probó en el género del oratorio con El Mesías (Händel); Stabat Mater (Pergolesi); o el sinfónico con la Novena Coral, de Beethoven y la Messe de Requiem (Verdi). Debutó recientemente el rol de La Beltrana (Doña Francisquita) en el Teatro Cervantes (Málaga), en donde realizará próximamente el rol de Pepa (Goyescas, de Granados)
David Serrano realizó un master en el Royal College of Music (Londres), perfeccionándose como apreciado repertorista, tras ser alumno de Alexander Kandelaki y Nino Kereslidze y lograr el Premio del Concurso Marisa Montiel, de Linares y la mención de finalista del Concurso Infanta Cristina (Madrid). Compagina las labores docentes con los compromisos concertísticos actuando en Festivales como el Rubens 2024, artista revelación bajo el título Pasión, desencanto y muerte. Concierto con reseñable cuño Latinoamericano, tras una primera parte iniciada con el tintes impresionistas de Claude Debussy, por Beau soir, para continuar con el personalismo de Francisc Poulenc, en pieza tan representativa como Les chemins de l´amour y un quiebro provocativo por el Kurt Weill, de Wie lange noch. Una carta de transición a través de la música española representada por Xabier Montsalvatge, en las populares Cinco canciones negras, un salto cultural de herencias hispanas: Cuba dentro de un piano; Punto de habanera; Chévere; Canción de cuna para dormir a un negrito y Canto negro. Ernesto Lecuona, con la romanza de María de la O, sainete lírico en prosa y verso en un acto, divido en cinco cuadros, sobre libreto de Gustavo Sánchez Galarraga, para ser estrenado en el Teatro Payret (La Habana), el 1 de marzo de 1930, dejando una transcripción para piano y voz del propio compositor, al que seguirá la zarzuela en un acto El Maizal, que se estrenará en el mismo teatro pocos días después.
Para la segunda parte, un reparto entre Carlos Guastavino, en el ciclo de canciones coloniales- Cuando acaba de llover…; Préstame tu pañuelito…Ya me voy a retirar…y Las puertas de la mañana. De este compositor, La rosa y el sauce y Pueblito, mi pueblo. De este estilo de canciones nacionalistas, algunas destacan gracias a sus melodías folklorizantes en la tradición del siglo XIX, que supo armonizar escribiéndolas con acompañamientos elaborados e idiomáticos para el piano, respetando en un todo texto, melodía, ritmo y forma e imitando las sucesiones armónicas y las situaciones cadenciales propias de dichas canciones en su ambiente original. El resultado puede describirse como una imagen casi literal de la canción tal como se la podía escuchar en la tradición, como es el caso de las Cuatro canciones argentinas (1949), piezas que se hermanan con las elegidas para esta velada tan latinoamericana. Será Astor Piazzolla quien ponga el grado superlativo con las piezas claramente representativas: Piano solo; Invierno porteño y Estaciones porteñas. Lo mismo podremos decir de Los pájaros perdidos y Yo soy María. Piazzolla en María de Buenos Aires (1968), gran éxito artístico del que entonces se diría: La poesía de Horacio Ferrer era al tango, lo que al tango era la música de Astor Piazzolla. Llegaba el músico a su altura creativa suscitando en el agudo Quito González Azcona, uno de sus furibundos entusiastas quien llegó a constatar: María de Buenos Aires, no necesita letra: se entiende escuchando la música. Recordaremos la Balada para un loco para hablar de los delirios del amor y que sabrá estremecernos en la voz de Amelita Baltar.
Ramón García Balado