Museo de Belas Artes, A Coruña
Concierto del Festival Resis que nos invitaba al Museo de Belas Artes de A Coruña con el Cuarteto Gerhard, ofreciendo en programa Liñas de Auga (Cuarteto para cordas II), de Jacobo Gaspar, obra en estreno, junto al Cuarteto de Witold Lutoslawski y el Octavo Cuarteto, en Do m. Op.110, de Dmtri Shostakovich, una atención como viene siendo común de la Ernst von Siemens Musiksftung. El Cuarteto Gerhard, los violinistas Lluis Castán Coch y Joel Bardolet Vilaró, con el viola Miquel Jordá Saún y el chelista Jesús Miralles Roger, se formó en Basilea con Rainer Schmidt y en Berlín con Eberhardt Feltz, para seguir en la Hochschule für Musik und Theater Hannover, en donde realizará un Master, ofreciendo actuaciones en la Elbphilharmonie Hamburgo; en el Concergebouw (Amsterdam), el Staadt Casino (Basilea), en la Musikamera (La Fenice), entre otros prestigioso espacios a los que se añaden certámenes como los festivales de Vilabertrán, Pau Casals, Vendrell, Aix-en- Provence o Verbier. Disponen de registros discográficos que les caracterizan, como Portrait (Kurtag, A. Berg y Schumann), para Harmonia Mundi o el reciente avalado por Ad Astra. Por la elección del nombre, un homenaje a Roberto Gerhard (1896/1970), primer compositor español en apuntarse al serialismo schönbergiano, siempre dentro de una faceta en la que conviven las vanguardias, recuperando igualmente la tradición hispana y los cantos populares, producto de sus estudios con Pedrell, y cuyo ejemplo fue el cuidado monográfico dedicado a su figura en la serie Aula de(Re), estrenos, o el compendio de sus cuartetos, una iniciativa de la Fundación March.
Jacobo Gaspar-Liñas de Auga Cuarteto para cordas II-, servida tras la escucha del cuarteto de W. Lutoslawski, su segundo cuarteto tras el ofrecido por el Sigma Project hace unas temporadas, igualmente nos había sorprendido por obras como Figuras con sólidos e líquidos o Ambar estrenada en el CDMC. El cuarteto en estreno es trabajo de un compositor del que recientemente escuchamos De mar a mar y del que en la temporada 2018, nos había dejado Vía Láctea. Haiku espiral, junto a la obra de Antón Alcalde …That pale blue dot Op. 22, la primera dirigida por Johanna Malangré y la segunda por Paul Daniel. Un músico ganador de galardones como el Premio Xavier Montsalvatge Fundación Autor-CDNC-, o el Jurgenson Competition for Young Composer (Moscú); el especial del público del Isang Yung Prize o la Mención de Honor del Valentino Bucchi-Parco della Música (Roma), el de Composición de Póvoa de Vazrim (Portugal), presentándose como un músico que ambiciona una nueva relación con el sonido y las transformaciones aportadas por las experiencias auditivas en esa línea de trabajo. Via Láctea. Haiku espiral, para orquesta, planteaba un pensamiento dentro de la inmensidad de espacios distanciados de nuestra percepción, remitiéndonos a la forma en cómo apreciamos en la realidad de lo que es un breve Haiku. En De mar a mar, resultaba una travesía marítima a través de tres niveles desde un primero en calma a un segundo que se repartía en diferentes frases e ideas musicales pensadas como ondas hasta llevarnos hacia una resolución en la que destacaba un ruido blanco, emulando el sonido marino desde una entrada de trinos y glissandi, transmitiéndonos la idea de la fluidez del agua. Concierto el de aquella fecha, presentado por la musicóloga y especialista Rosa Fernández. Liñas de Auga, puso un acentuado tratamiento sustentado en los armónicos naturales en sus pasajes esgrimidos por una complejidad tímbrica, un reconocimiento a un ideario estético que ya desde sus comienzos se apoyaba en la fascinación del sonido por sí mismo y la curiosidad que suscitaron compositores como G.Grisey, H.Lachenmann. Luigi Nono o Salvatore Sciarrino.
Witold Lutoslawski (1913/94)- Cuarteto de cuerdas-, un espíritu independiente al margen de las corrientes que venía imponiendo Darmstadt, que llegó a presidir la SIMC (Soc. Internacional Contemporánea) en los años 60, recibiendo por ello múltiples reconocimientos sin profundizar necesariamente en el serialismo, pero manteniendo los principios de creación próximos a la tradición polaca o del mismo Béla Bartók, un pensamiento armónico muy libre sobre un imperativo riguroso, y una meticulosidad puntillosa. Un encargo de la Radio Sueca del año 1964, destinado al Quatour Lasalle, que estrenará el 12 de marzo de 1965, quedando también como referencia la versión del Quatour Alban Berg (1965, en EMI Classics), obra en dos tiempos: Introductory movement y Main movement. En su evolución resaltaba por su mérito experimental entre obras como Jeux vénitiens (1961) y Tres poemas de Henri Michaux (1963). Un recitativo avanza el tiempo inicial a cargo del primer violín, seguido de varios episodios separados enmarcados por octavas, con una breve alusión de respuesta en el chelo, para ceder a un furioso tenso que domina durante un largo período para complicarse en un asomo de crisis y un coral con indicación de fúnebre. El final se expresaba en agudo tenso y electrizante, una especie de respuesta al tiempo anterior, con aportaciones recibidas de otras obras suyas ya citadas, según una aleatoriedad controlada, enriqueciendo el sentido rítmico y expresivo. En el prólogo de la partitura impresa (PWN, Varsovia y Chester, Londres), anotaría que el tempo no está establecido sino de manera aproximada, lo mismo que aparece en lo relativo al resto de la obra. Cada instrumentista se hizo cargo de la obra como si fuese solista, aunque en 1964, se aportaron una serie de criterios esenciales en cuanto a esa libertad.
Dmtri Shostakovich- Cuarteto para cuerdas nº 8, en Do m. Op. 110-, obra señera en el capítulo cameristico de talante expresionista y ampuloso por sus mañas y recursos de ejecución, composición del verano de 1960 y una actitud que asume plenamente las herencias beethovenianas y las de Béla Bartók, por obvias razones en una época que acumulaba situaciones poco gratas, que alcanzará tanto a sus obras camerísticas como sinfónicas y la controvertida ópera Lady Macbeth de Mzensk. La serie importante de sus cuartetos, sin llegar a ser obsesivamente innovadores, en particular sobre el tema del serialismo, seguirán la pauta que va desde los clásicos rusos a Miaskowski, Borodin o Stravinski. Los miembros del Cuarteto Beethoven, fueron claros defensores de esas obras mientras que a la sombra se mantiene el fantasma en la distancia de Mussorsgki, tan reivindicado desde hace décadas. El Cuarteto Op. 8, permite una cita de la ópera Lady Macbeth de Mzensk y detalles autobiográficos tratados en cada uno de sus tiempos. El Largo, se anunciaba con una típica entrada con las iniciales DSCH (Re-Mi b-Do- Si), preparando el Allegro en una especie de motto perpetuo, hasta un Fa sobreagudo. El Allegretto, en fff en el primer violín, usaba ideas del Concierto para chelo. Un segundo Largo, resulta una expresión de cólera y desahogo, con una cita de un aria de la ópera citada, para completar otro Largo, que se permite el uso de sordina que nos lleva a un estado de penumbra que se cierra en un morendo grave y amargo. Un bis en la distancia en breve alusión en mirada de soslayo con el Contrapuntus I, de Die Kunst der Fuge, BWV 1080, de J.S. Bach.
Ramón García Balado
Festival Resis/ Fundación Ernst von Siemens
Cuarteto Gerhard
Obras de Jacobo Gaspar, W. Lutoslawski y D. Shostakovich
Museo das Belas Artes, A Coruña