Paraninfo da Universidade, Santiago de Compostela
Concierto que completa la serie de sesiones confiadas a los alumnos de la EAEM, en el Paraninfo da Universidade. Día 11, a las 19´30 h., comenzando por Esther Fernández González, quien siguió la docencia de la chelista Barbara Switalska, contando con el acompañamiento pianístico de Eriko Ishimoto para la transcripción de Adagio del Concierto para violonchelo y orquesta nº 2, en Re M. Hob. VIIb.2, de Franz Joseph Haydn, obra de su período en la corte de los Estherhazy y producto de su buena relación con Anton Kraft, un dotado virtuoso con el que mantenía excelentes relaciones aunque deberá esperar hasta 1806, para conocer su edición gracias al editor André quien la ubicará en el catálogo como Op. 101, dejando ciertas dudas en lo relativo a su datación, aspecto que veremos como es sabido, en gran cantidad de sus obras, especialmente en las concertantes. Nikolaus Kraft, hijo del citado sabrá contribuir a oscurecer algunos de esos aspectos. Ya en 1953, el descubrimiento del manuscrito autógrafo, ayudará a esclarecer tantas dudas. Tres movimientos en la obra comenzando por el Allegro molto para llegar a este Adagio y completar con un Allegro. El Adagio, en La M., avanza con un motivo rítmico de tres notas que resumen el período conclusivo del tema principal del primer movimiento, un tiempo lento y apacible recreado dentro de una atmósfera meditativa y primordial para el ejercicio de la solista. Haydn en Estherhazy, durante pasaría tres década de su vida, en el ostentoso palacio de la familia, con su pabellón de caza, junto a un lago y que en su estilo, imitaba el modelo del Versalles de Luís XIV, con más de 200 habitaciones y una ingente cantidad de personal para su cuidado, desde guardabosques a lacayos. El maestro asumiría oficios en materias musicales desde óperas a obras instrumentales o las dedicadas para banda, disponiendo de escogidos profesionales que engrandecerán su figura permitiéndole abordar un capítulo esencial de sus trabajos musicales, en los que también tendrían cabida los espectáculos con marionetas y otros entretenimientos, quedaría la sorpresa de adivinar de donde sacaría el tiempo para tantos compromisos, en los que tampoco faltaría su dedicación más personal para las músicas camerísticas. Hacia 1790, el príncipe sería sucedido por su hijo al que parecía no tentarle mucho este mundo musical y nuestro hombre no dudará en responder a las invitaciones recibidas por distintos países europeos, llegando a visitar Londres en donde era admirado y respetado, realizando productivas giras y recibiendo además el título honorario de la Universidad de Oxford, mientras asistía a los juegos de las Highlands escocesas, preparando su vuelta a su residencia acostumbrada con los Estherhazy.
César Frank- Sonata para chelo y piano, en La M., obra maestra dedicada en un principio al violinista Eugène Ysaÿe , quien la estrenará en el Círculo Artístico de Bruselas en diciembre de 1886, con Mme Bordes-Pène, quienes repetirán al año siguiente en París, en la Société Moderne; también Ysaÿe con su hermano Théo, o Raoul Pugno, contribuirán a su divulgación. Para la historia, el mito de su asimilación a la obra proustiana Pour les chemins de Swan, la Sonata de Vinteuil, y el músico de ficción Monsieur Vinteui, prendado de Odette de Crécy, en resumen, obra clave del género vista desde cualquier perspectiva de tratamiento y obra tardía de madurez, coincidente con otras en esta línea de E. Lalo o C. Saint-Saëns, en lo relativo a la renovación de la escritura. Dos tiempos: Allegro moderato, relativamente breve, no encuadrable como introducción y resuelto en dos temas aunque sin desarrollo, un primero sobre acordes de séptima al piano que presenta el elemento armónico, preparando la entrada de la idea inicial ligera y cantarina, elevando a la cuerda a una célula cíclica con un ritmo ostinato y un segundo tema en manos del piano, al que responde la chelista, amplio e inspirado, cubierto de rápidas semicorcheas. Ambos temas se reúnen en la conclusión en un estado apacible, hacia una coda que se manifiesta cual cierre de hoja de un álbum. El Allegro, será para su colega Vincent d´Indy, una pieza en forma de Lied en tres partes, en respuesta a otro que aceptan la idea de una forma de Allegro de sonata, marcando sin duda un ánimo apasionado y hasta trágico que se aprecia por su ritmo anhelante y entrecortado, que se encuentra ya en su Quinteto o en el Preludio, coral y fuga. Cuatro compases acordes del teclado, valen como transición a un segundo tema, basado en una célula cíclica, imponiendo una frase lírica previa a un desarrollo, reapareciendo un diálogo apasionado y una reexposición modificada que concluye en la coda entusiasta e impetuosa con largos trinos de la chelista.
Gaspar Cassadó- Suite para chelo solo-, obra testimonial del maestro barcelonés y que se programa con respetuosa frecuencia en homenaje a quien fue figura ya desde sus años de juventud, tras la obtención de una beca en 1908, para estudiar en París, con Pau Casals, antes de consagrarse profesionalmente a partir de 1918. Su temperamento le facilitó medirse con artistas como Harold Bauer, A. Rubinstein, Iturbi, Szigeti, Hubermann o Y. Menuhim y Ketner, dedicándose profundamente a la docencia en Siena (1945 y 1955); Colonia, desde 1958; Florencia, en donde vivió hasta el final de si vida o el Curso Universitario Internacional de Música en Compostela, desde su segunda convocatoria, en la Cátedra de Música de Cámara. Estrenó obras como los Dialoghi- L. Dallapiccola (1960)-; transcripciones de J.Turina; el Concierto para chelo, de Martinu; el Concierto galante, de J. Rodrigo; el Segundo concierto, de Bacewicz (1963) o Prozesion, de Reuter (1957).
Erika García, alumna de Vicente López y también acompañada por Eriko Ishimoto, elige la Fantasiestücke, para clarinete y piano Op. 73, de Robert Schumann, tres fragmentos de profunda impresión personal y que se estrenarán en Leipzig a comienzos de 1850. Cada una de sus páginas está construida en forma de Lied, con su coda correspondiente, llevando a su máxima expresión las sonoridades nostálgicas que ansía ofrecer, remarcando la importancia del clarinete que para los románticos la preferencia se inclina por el instrumento en Si b, dejando también la posibilidad de un tratamiento para violonchelo. Zart und mit Ausdruck (tierno y con expresión), en La m., es una primera página de establece un ciclo elegíaco y con una seductora melodía a cargo de la clarinetista por su diálogo en tresillos del piano, destacando en la sección central el intercambio de los dos instrumentos. Lebhhaft, Leicht (Vivo y ligero, en La M.) resulta un ligero scherzo en modo mayor con un episodio central que se basa en un juego de escalas en tresillos. Rasch, mit Feuer (Rápido y con fuego, en La M.), es una especie de variación conclusiva que recupera elementos precedentes: el primer fragmento en el trío (en modo menor) y el segundo en la coda. Una escritura brillantemente arpegiad
Francis Poulenc- Sonata para clarinete y piano-, obra escrita entre 1956/7, dedicada en 1962 a la memoria de Arthur Honneger y escrita para el clarinetista de jazz Benny Goodman, quien la estrenará con Leonard Bernstein al piano tres meses después de la muerte del compositor, el 10 de abril de 1963, en el Carnegie Hall neoyorquino, antes de ser editada por Chester. El Allegro tristamente, Allegretto, destaca por sus diseños del clarinete, sostenidos por los acordes del piano. En el centro, el movimiento contiene un episodio casi monótono que remarca la intención de la obra, en el que el clarinete toca la misma figura rítmica con un sentido poético de apariencia sombría. La Romanza, resulta una página realmente apacible y plena de dulzura en un estilo melancólico para pasar a un Allegro con fuoco más animado y fogoso que se presenta como final en un estado de ánimo distinto, siendo el piano por su talante percusivo por momentos, quien resuma detalles melodiosos y animados, una divertida conclusión de Poulenc, que se entrega a una despedida en fortissimo.
Bruno Mantovani- Bug-, obra estrenada el 6 de febrero de 1999, por Philippe Soured, su dedicatario en el Festival de Mérie en Francia, y que cuenta con un registro discográfico, D´un rêve parti, con el Ensemble Alternance, en el que también aparecen Les Dances interrompues, D´un rève parti, Appel d´air y Früh. Bug es una metáfora de la desazón causada por los fallos en las computadoras provocado por aquel apocalíptico efecto 2000 que tanto dio que hablar. Obra de elevado virtuosismo y densidad debido a los continuos trinos y glisandi, así como a la variedad de articulaciones, estas dinámicas contribuyen a las contradicciones que se producen en la obra, en sus dinámicas y el perfil melódico. A lo largo de la obra, se suceden rápidos pasajes, momentos de calma hasta que se desata el virtuosismo extremo del fortissimo. En este momento, parece que todo se desintegra con cuartos de tono fundiéndose unos en otros, concluyendo la obra con notas sostenidas, únicas supervivientes de esa melodía microtonal.
Ramón García Balado