Facultade de Filoloxía, USC
Actividades en el Auditorio da Facultade de Filoloxía- día 1 a las 18´30-, y que se completarán con el concierto, que cierran Soutullo y Vert no 2025. Obra lírica a un século de súa estrea, Encarna. La misterio, que ofrecerán el barítono Pablo Nieves Fuentes, cantante que tuvo experiencias con Alberto Zedda y Helena Lazarska, antes de colaborar con Jordi Savall en O Pórtico da Gloria, con la Capella Antica, el grupo In Itinere, el Coro de la OSG o el grupo Vox Stellae y la As. Lírica Encantados colaborando en obras como el Requiem, de Fauré, la Misa en Si m., de J.S. Bach. Liria Leal Caneiro, soprano que pasó por el Conservatorio Cesare Pollini (Padua), y por el Joaquín Rodrigo, de Valencia, colabora con Patricia Blanco, Isabel Alcobia y Stella Doz (en Terni y Milán), Carlos Álvarez, dejando impronta de sus actividades en ópera como Nabucco, Les Pecheurs de Perles, Tosca, Il segreto di Sussana, de Wolf-Ferrari, Falstaff y obras corales como El Mesías de Händel o el Requiem, de W.A. Mozart, en citas como El Outono Lírico. Carmen Bargiela Casanovas, pianista, recibió una beca Erasmus, para estudiar en el Conservatorio F. A. Bonporti (Trento), siguiendo los magisterios de Elisa D´Auria, Rafaelle D´Aniello, Zlaten Bozuta, Fernando Scafatti, Dragan Opanic o Rabiga Dyussenbayeva. Zarzuela que recurre a libretos de Fernando Luque y Enrique Calonge (1878/1942), un sainete que vio la luz en el templo por excelencia que fue el Teatro Apolo capitalino y que destaca por la serie de curiosos números castizos. El maestro había tenido como primer maestro a su padre, director aficionado de la Banda de Redondela, antes de trasladarse a Madrid, oponiéndose a la voluntad paterna, en donde tendrá como maestros a Fernández Grajal, Pedro Fontanilla, logrando el Premio de Composición, por unanimidad. La colaboración con Vert, será uno de los pilares de su carrera, dejando como primer fruto la zarzuela El capricho de una reina (1919), que se estrenaría en el Teatro Apolo, calificada por conocedores como una parodia de opereta. Para Chispero, no era sino una tal opereta, con injertos de juguete cómico y abundantes retruécanos, para algunos, excesivos en lo relativo a su recepción. Espectáculos vendrán como La paloma del barrio; La pitusa; El cofrade Matías; como la menos apreciada La guillotina, recibida con evidente rechazo. Un período que coincide aproximadamente con la que tendremos, poco después de la puesta de La venus de Chamberí, en el Teatro Martín, un coliseo de segunda fila, además de El regalo de boda, elogiada por El imparcial. La piscina de Buda, en un homenaje a Lleó, zarzuela que obligaría al saludo final cara al público asistente. Trato similar, vendrá por La conquista del mundo, celebrada por un exitoso schottisch, que habría de repetirse tres veces, presentándonos a las puertas de La leyenda del beso, seguro clamoroso éxito, que paseará por todos los escenarios.
Encarna. La Misterio, comienza con un pasodoble tratado por la pianista, tomando la edición para banda de la revista Harmonía, sexto número de la obra que se inicia con La ciencia del toreo, enmarcado entre ciertas dudas para este pasodoble al uso, enérgico y de perfiles aflamencados. Un segundo número, el Dúo de Fufú e Alicante II, un foxtrot animado, entre los juerguistas tangueros del Maxim´s, en donde trabajan Encarna y Alicante II, mozo castizo, número ligero y cómico, con giros armónicos cautivadores. Otros números puramente líricos, de raíz zarzuelística, la romanza de Encarna, pieza íntima en la que se lamenta por un amor indeciso, malamente correspondido. Espacio pensado para una rica orquestación, al que sigue el Dúo de Encarna y Carlos, frente a la Facultad de Medicina, en la que conseguirá el título, mientras ella se resarce de su vida hedonista, número cuidadosamente trabajado por Soutullo y Vert. Mención para la maravillosa mazurka, el dúo de amor, de Castora y Damián, que recupera vivencias de un pasado marginal, pieza que haría las delicias del público de la época. Una segunda parte que recuerda trabajos de zarzuelas pretéritas, comenzando con La casita del Guarda, estrenada en el Teatro Novedades, en marzo de 1925, con libreto de Enrique Calonge. Destaca el Dúo de Amalia y Claudio, pieza similar al dúo anterior, para seguir con el pasaje de Luque y La Gregoria o El amor en la Prehistoria, entremés bufo y de costumbres sin fecha, llevado a escena en el Teatro Apolo, en sesión de El día de los Inocentes. El Dúo de Felipe y Gregoria, mientas son coreados por un nutrido grupo de entusiastas, resulta una popular java ligera y perfectamente articulada, aunque no conservemos el libreto de la pieza, por lo que el argumento permanece como una incógnita, ateniéndonos por necesidad a la hemerografía, que justifica que el entremés, gozó de una buena recepción entre sus congéneres del oficio artístico. Completa la velada la pieza elegida con la Romanza de la fiesta de Román, de la zarzuela La canción de los Batanes, estrenada el 20 de junio, en el Teatro Olimpia, de Barcelona, cuyo libreto pertenece a Fernández de Sevilla (1888/1974) y Anselmo Carreño (1890/1952). Una pieza curiosa y que a la postre, resulta tener una importancia considerable, en la producción de Soutullo y Vert, quizás un preludio de lo que será La del Soto del Parral, según la apreciación de Ignacio Jassa y Enrique Mejías. Para Marcos Amado Rodríguez: A razón pola que esta actividade nace é porqué considero que investigar aos autores e a súa música, non é suficiente. O recoñocento non debe depositarse nunha torre de marfil, a investigación debe ser difundida e transmitida a sociedade. E a música, a mellor forma de transmitila, é facéndola soar. Neste sentido, quería agradecer tanto a Vicerreitoría de Estudantes e Cultura como ao Decanato da Facultade de Filoloxía a confianza e o apoio brindado, así como ás demais persoas que me axudaron a levar a cabo este proxecto a bo termo. Esta actividade atópase tamén enmarcado na miña tesis doutural, que realizo na Universidade de Oviedo e traballo de Fin de Curso de Mestrado, que simultáneamente realicei, nesta propia casa, a Universidade de Santiago de Compostela.
Ramón García Balado




