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29/07/2025

Joyas del clasicismo, por el Cuarteto Lucent, en la Igrexa da Universidade, para el LXVII Curso U.I. de Música en Compostela

 Igrexa da Universidade, Santiago de Compostela


Concierto en la Igrexa da Universidade con el Cuarteto Lucent-día 1, a la 20´00 h-, con obras de Juan Crisóstomo Arriaga, Pablo Fragoso, Xavier Montsalvatge y Luigi Boccherini, formación que repite en el LXVII Curso U.I. de Música en Compostela, aunque se presente con dos de los miembros de la anterior cita. Les tendremos con los violinistas Takanori Okamoto y Tabea Heinz, el viola Pol Altamira y Cameron Walls, violonchelo, con ellos, y en colaboración, vuelve el guitarrista Riccardo Guella, añadiendo los apoyos de los  pianistas Juan Carlos Cornuelles y Lily Petrova. Un clásico habitual como es J. C. Arriaga (1806/26), compositor de corta carrera y al que se llegó a considerar como un futuro Mozart, si las desgracias no hubiesen trucado esas expectativas, músico precoz que llegó a componer un intento de  ópera siendo casi un niño antes de disfrutar de trasladarse a París, en donde tendría como profesor a Fetis, mientras estudiaba violín con Baillot. Fue autor de un Sinfonía en Re m., algunas piezas de música sacra y la colección de cuartetos que serán las obras que la posteridad mantendrá como referencia como es el caso del Cuarteto nº 1, en Re m., en sus cuatro tiempos: Allegro, Adagio con espressione; Menuetto y Allegro. Tres fueron los cuartetos que no han quedado que se conservan en el Primer Libro de Cuartetos, ofreciendo  en el Primero ese Allegro que se atiene a la preceptiva más canónica del clasicismo, manejándose con un tema con variaciones, para proseguir en el tiempo siguiente con el mismo patrón. La idea de sus minuettos muestra una actitud común en todos sus cuartetos, y el hecho de optar por el minuetto frente a un posible Scherzo, es un recurso de ese planteamiento en las ideas de un momento que se mantiene fiel al momento histórico, en una fase de transición. Podremos hallar ciertas referencias al maestro Haydn, verdadero impulsor del género camerístico o a Luigi Boccherini, en particular del primero, la importancia de la textura de trato en las cuatro partes instrumentales, con una simplicidad tanto en la elección de los temas como en la resolución de las líneas melódicas.  Segunda obra para este programa, será el estreno del Trío Clásico, de Pablo Fragoso, en el que participará Lily Petrova, obra de la que tendremos el Allegro, su primer movimiento

Xavier Montsalvatge (1912/2002), maestro que fue del curso y músico del que se ofrecieron obras en las veladas concertísticas en la Capilla del Hostal de los RR.CC., y obras para orquestas con nuestras orquestas, tendrá en agenda una composición recuperada con el tiempo, aunque sus orígenes nos lleven al año 1952, se trata de Recondita armonía. Cuarteto con piano, en sus tiempos Allegro con brio; Andante sostenuto; Allegro con brio y Moderato- presto. Recondita armonía- con la participación de  J.C. Cornuelles-, una obra en principio para cuarteto de cuerda, y que tuvo una reelaboración para quinteto que el autor había realizado  después y que llegaría a estrenarse en la Iglesia de San Pau del Camp, en Barcelona, el viernes 2 de junio de 1995, con el Cuarteto Montsalvatge, obra que publicará la firma Boileau. El compositor compañero de trayectoria  de Ernesto y Rodolfo Halffter, de Gustavo Pittaluga, Salvador Bacarisse, Manuel Infante o Fernando Remacha, confesaría en su Dietario negro, de 1934: Me parece que la  música ya es casi una especie de deporte para mí y, como ejercicio hago una sardana que recuerda mucho a Garreta y la instrumento. Empiezo un Quinteto para un premio de 5000 pesetas, convocado por la Generalitat de Catalunya, con un jurado en el que figuran Pau Casals,  Eduard Toldrá y Josep Barberá. He fracasado rotundamente y el premio acabaría siendo declarado desierto una verdadera desilusión. Buena referencia acabarán siendo el Tríptico indiano; Habanera y tango, Colombo triunfante, en años de tanteo que también traerán un compromiso con Galicia propuesto por la Deputación de Ourense merced a la figura de Antonio Fernández-Cid, y que será la obra Meus Irmáns. Hacia 1995, aprovechando precisamente el Cuarteto en ciernes, reutilizará la obra para conformar este Recondita armonía, título que evoca el aria conocida de la ópera Tosca, de Puccini, para violín, viola, chelo y piano. Esta vez, con Albert Nieto, Joaquim Alabau, Santiago Juan y Francesc Gaya, quienes repetirán en Madrid, en la Fundación Juan March, en la  serie Aula de reestrenos, con obras de Cruz de Castro, S. Brottons y J.Oliver. Fechas en las que Albert Nieto, con el Trío Gerhard- Víctor Parra y François Monciero- había completado un monográfico dedicado a Gerhard. Nieto en aquel año, le había propuesto una obra para Cuarteto con piano, para su propio grupo, y el resultado sería esta obra a pesar de verse casi desbordado por otros compromisos, lo que le estimuló a recuperar la obra casi olvidada.

Luigi Boccherini (1743/1805)- Quinteto nº 4, en Re M. G. 448,  en sus tiempos: Allegro maestoso; Pastorale; Grave assai y Fandango-, con la colaboración del guitarrista Riccardo Guella, compositor asimilado en la corte de Carlos III, con el Infante Don Luís, quien siempre veló por su protección en el Palacio de Las Arenas de Ávila. Yves Gérard, será quien realice la catalogación de sus obras a partir de 1969, trabajo pues claramente reciente, en el que  toman primacía los Cuartetos de cuerdas, una aproximación a F.Joseph Haydn, su maestro sin pretenderlo, con ejemplos como el G. 223, llamado La Tiranna Spagnola o el G. 204, en Do M., con su peculiar Allegro bizarro. Entramos en la serie de los Quinteto de cuerdas con dos chelos, genuinas obras maestra por su amplitud y cualidades estilísticas, género abordado inmediatamente después de los cuartetos y que relucen de forma especial. Imposible  quedarse a la carta de alguno en concreto, pero no deja de fascinarnos el Quinteto en Do M. G. 324, conocido como La Musica Notturna delle strade di Madrid, muy baqueado en los tratamientos más diversos, desde el cine a la publicidad y demás medios. Los años del período posterior a 1776, traerán el grupo de los importantes Quintetos para guitarra, dos violines, viola y violonchelo G. 445/53, serie de la que llegó a perderse uno de ellos, siendo en conjunto transcripciones de obras precedentes, desde el G. en Re m. G 445, al segundo en Mi G. 446, el siguiente en Si m- a partir del Quinteto con piano nº 2; el cuarto que tendremos- el llamado Quinteto del fandango o el quinto en Re G. 449, hasta llegar al noveno G. 453.

Ramón García Balado

Fotografía © Xaime Cortizo.

28/07/2025

Pioneras del canto: Las grandes voces gallegas de los siglos XIX y XX, por Javier Garbayo y Mª del Carmen Lorenzo Vizcaíno

 Paraninfo da Universidade, Santiago de Compostela


Invitación del LXVII Curso U. I. de Música en Compostela en el Paraninfo da Universidad- día 30,  a las 18´30 h.- para asistir a la conferencia impartida por los profesores Javier Garbayo Montabes y Mª del Carmen Lorenzo, dedicada a las Pioneras del canto: las grandes voces gallegas de los siglos XIX y XX, recuperación de una actividad dinamizada por ambos en la que también se había ofrecido entonces la proyección del filme Doña Francisquita, de Hans Behrendt (1934), con presentación del profesor Xosé Nogueira, en A Facultade de Xeografía e Historia, basada en la zarzuela homónima, con la intervención de Matilde Vázquez. Javier Garbayo, alumno que fue de López Calo, inició su trayectoria como asistente e investigadora en la Universidad de Salamanca, el Instituto Superior de Artes de La Habana y en la de Cuyo (Argentina), ampliando en la Institució Milá i Fontanals (Barcelona). Su labor musicológica se centró en la música gallega, publicando trabajos de investigación mientras ampliaba con la colaboración en el Comité de Redacción del Anuario Musical Revista de Musicología, del CSIC. Formó parte de equipos científicos: Jesús Bal y Gay: tientos y silencios; Os sons da pedra. O ronsel do Mestre Mateo y José Fernández Vide: O trasfegar dun ourensán. Comisarió las exposiciones O universo musical de Andrés Gaos (2019) y esta que se ofrece. Mª del Carmen Lorenzo Vizcaíno, fue también violinista, archivera musical, investigadora y gestora cultural. Se perfeccionó con maestros como  Nonna Chakmishan y Miguel Borrego, culminando como profesora de violín en el Conservatorio Superior de A Coruña, fue miembro de la JONDE y de la EAEM. Presentó su tesis doctoral La música en el Teatro Principal de Santiago de Compostela 1840-1914, publicada por la editorial Andavira y el Consorcio de Santiago bajo el título Ópera y zarzuela en Santiago de Compostela. Las temporadas líricas del Teatro Principal 1840-1940.

La exposición correspondiente a las cantantes homenajeadas, se había realizado en el Colexio de Fonseca, a comienzos del otoño del año pasado, mientras que en el Ateneo de Santiago, en actividad complementaria y en el VI Ciclo Ateneo Barroco (Festival de Música Antiga e Barroca), el Grupo Ars Atlántica, dirigido por el arpista Manuel Vilas, ofrecía su programa Rosa del Ciel, sobre Claudio Monteverdi, con la mezzosoprano Roberta Invernizzi y el tenor Marcello Nardis. Cantates Liricas Galegas fu un proyecto auspiciado por Javier Garbayo Montalbes y Marieta Lorenzo Vizcaíno, con una exposición que recuperaba el recuerdo de 23 cantantes a través de sus aspectos biográficos y artísticos, destacando en especial las figuras de las hermanas Ángeles Ottein y Ofelia Nieto, voces señeras de la primera mitad del XIX,  con muestras de registros fonográficos junto a Matilde Vázquez, Mary Isaura, María Luisa Nache, Lola Rodríguez de Aragón, Inés Rivadeneira o Josefina Cubeiro. Una muestra que permitió también espacio para Benita Moreno, Cristina, Matilde y Elisa Villó, Carolina Casanova de Cepeda, Rosario Salgado de Pereira, Asunción R. Lantes, Dorinda Rodríguez  o Bibiana Pérez, en el siglo XIX; para continuar en el XX con alguna de las citadas, además de Enriqueta Brandón, Honorina Goicoa, María Pardo Topete o Carmen Varela. Una exposición que se hizo posible, gracias a la colaboración de la USC, Amigos de la Ópera de Santiago, el grupo de investigación Organistrum; o Consello da Cultura Galega; la Biblioteca Nacional de España; A Diputación de A Coruña; la Filmoteca Española; la Fundación Juan March; el Museo dels Arts Escénics; la SGAE; el Teatro La Fenice (Venecia) o el Teatro alla Scala, de Milán. Entremedias, las conferencias de J. Garbayo,  Marieta Lorenzo Vizcaíno, Arturo Reverter, Andrea Vitali, Xosé Noriega, en la Sede de la Real Sociedad de Amigos del País, compostelana y una gala dedicada en colaboración con la RFG, con selección de páginas de ópera y zarzuela.

El Concierto Novas Voces da Lírica Galega, disfrutó de la sesión Conversando con…, protagonizada por Diego Martín Etchevarría, director entonces de la RFG, al servicio de las voces de las sopranos Emilia Pérez y Lucía Iglesias, con el barítono Lucas López López, con piezas tomadas de Le Nozze di Figaro; Il Barbiere di Siviglia (Rossini); Il matrimonio secredo, de Domenico Cimarosa y detalles añadidos de Die Fledermaus. Entre aquellos actos, la charla de Javier Garbayo Montabes, dedicada a las cantantes gallegas del XIX, musicólogo que apuntaba su experiencia por el trabajo Ollando ó Mar, a medias con Monserrat Capelán. Maestro especializado en seguir la labor iniciada por Barbieri y Pedrell. Su atención, se había dedicado en particular a las hermanas Villó, Rosario Salgado Pereira, Asunción R. Lantes, Dorinda Rodríguez y Benita Moreno. Marieta Lorenzo Vizcaíno, apostó por las cantantes del siglo XX, más reconocibles por su legado y por vivir una época con mejores posibilidades, como era el caso de Ofelia Nieto, de la que Antón de Santiago publicó una detallada biografía Una gallega en el Olimpo del Bel canto, editada por el Consorcio de Santiago, cantante que se unió a las voces de Josefina Cubeiro; Ángeles Gulín; María Uriz o Matilde Álvarez. Para curiosidad,  esta charla entre ambos, que se abriría con la figura de Benita Moreno (1792/ 1892), quien había debutado en el Teatro La Fenice (Venecia), con La feste della rosa, de Pavesi, con un éxito sobresaliente que proseguirá en Padua, Ravena, Milán, París o Burdeos.  Cristina Villó, una coruñesa que impresionó a la reina María Cristina, quien llegaría a becarla y cuya voz llegó a emocionar a     tras escucharla en la interpretación de un aria. Carolina  Casanova de Cepeda, fue la primera en ocupar la plaza de canto en la Escuela Nacional de Música y Declamación de Madrid, asunto entonces ocupado solo por varones.

Ramón García Balado

25/07/2025

Apertura del LXVII Curso U.I. de Música en Compostela, en el Salón Nobre del Pazo de Fonseca

Pazo de Fonseca, Santiago de Compostela 


Un saludo a la ciudadanía con la apertura del LXVII Curso U.I. de Música en Compostela, en el Salón Nobre del Pazo de Fonseca con el debido acto protocolario de presentación –día 27, a las 20´00 h-, después de que durante tantos años desde la primera cita en 1958, la convocatoria cumpliese con dichos requisitos en el Hostal de los RR. CC., siempre con el obligado recuerdo de Don Antonio Iglesias, maestro y estudioso que nos dejó tres cuadernos en forma de memoria, que dejaría escritos hasta la convocatoria de 2007, entonces con la participación en las cátedras correspondientes de Isabel Penagos- canto-; José Luís Rodrigo- guitarra-; José López Calo- musicología-;Montserrat Torrent- órgano- ; Antonio Iglesias y Manuel Carra- piano-; Carmen Cruz Simó-polifonía-; Antón García Abril y Maximino Zumalave- sinfonismo y música actual-; Enrique Santiago- viola y música de cámara-; Agustín León Ara- violín- y  Marçal Cervera-chelo-, un recuerdo para aquel primer curso de 1958, que se convocaría a las puertas del otoño y que Antonio Iglesias aportaría unas líneas a modo de tarjeta de visita: En el mes de julio de 1948, encontrándome en los Estados Unidos, fue invitado a asistir a un curso del Berkshire Music Center, en Tanglewood (Massachussetts) dirigido por Serge Koussevizki el apoyo de su Boston Symphony Orchestra y la colaboración de maestros tan prestigiosos como  Darius Milhaud, Aaron Copland, Leonard Bernstein, Gregor Piatigorski, Lukas Foss, Irving Fine, entre algunos que ahora mismo escapan de mi memoria…A mi regreso a España, como quiera que no existiera entre nosotros ningún curso de verano, con ocasión de celebrar alguno de mis recitales en la Sociedad Filarmónica de Pontevedra, hablé con mis excelentes amigos Francisco Javier Sánchez Cantón, José Filgueira Valverde, Iglesias Vilarelle, Martínez Tíscar, Antonio Odriozola, etc…en torno a una posibilidad de repetir aquí lo observado al otro lado del Atlántico y, claro está, a todos les encantó la idea. Abundaría en la misma, unos pocos años después, mi admirado y gran amigo Leopoldo Stokowski, precisamente,  en Pontevedra también, cuando dirigió a su excelente Coral Polifónica en la Catedral de Santiago, con las obras de nuestros polifonistas del Siglo de Oro… La idea sobre la que insistí con terquedad del convencido, pudo llevarnos a imaginarla en el Pazo de Lourizán, con sede en un palacete que, curiosamente, se asemejaba al de Tanglewood, rodeado de un bosque de eucaliptus…Pero la falta de medios económicos, hizo que todo quedase en un caro, muy querido proyecto…Conocí a Andrés Segovia en 1935, en casa de mi maestro José Cubiles  en la Plaza de Oriente madrileña. Pero nuestra amistad se afianzaría honrándome ya por siempre con su gran regalo, precisamente durante mis años de estancia en Nueva York- años 1948 y 1949-cuando vivía frente a Central Park, en un precioso y muy cuidado piso entresuelo; en el bajo de la misma casa, un viejo amigo suyo, le preparaba las primeras cuerdas de nylon, para su guitarra, que comenzaba a comercializar la casa Dupont. ¿Pudieron ser estos posos, los de mi deslumbrante aventura musical de Tanglewood y los afanes educativos del maestro Segovia, los que fortalecieron en su momento el nacimiento de Música en Compostela? Lo ignoro, pero he querido traerlos aquí a guisa de unos remotos aunque posibles  antecedentes. Un Curso de Verano dentro del páramo  español en el cual destacaban los festivales de Granada, el de Santander o la Quincena Donostiarra. Antonio Iglesias, añadirá con el paso de los años trabajos de investigación acordes con el curso y que realmente valdrá la pena citar: La revisión de la Suite Iberia, de Isaac Albéniz, publicada por la Fundación CaixaGalicia y editada en el XVI Cuaderno de Música en Compostela (2006) o la obra para piano de Manuel de Falla (segunda edición) y Noches en los jardines de España, por iniciativa de la Editorial Alpuet.

Del pasado Curso de Música en Compostela. Podremos resumir en una visión escueta y sencilla visión, algunas de  las actividades realizadas, en las que no faltaron las visita al Museo de Pontevedra, a los edificios Castelao y Sarmiento, con la histórica sesión A la luz de los candelabros, en el que colaboraron alumnos elegidos que tomaron obras desde Albéniz a J. Rodrigo, G. Cassadó, Manuel Quiroga, Turina, Miquel Ortega, el Padre Donosti, hasta D. Scarlatti o J.Nin-Culmell.  El homenaje In memoriam a quien había sido maestro del mismo Manuel Carra, con piezas de distintos autores, a cargo de la exalumna Stefanía Passamonte. La conferencia del Dr . Ernesto Monsalve, con el programa Joaquín Rodrigo: En el centenario de su primera obra.  El concierto de profesores: Stephan Picard y Xunyue Zhang (violines), Stephan Forck (chelo), Ashan Pillai (viola) y el pianista Andrei Banciu, con obras de E. Granados, David del Puerto  y Joaquín Turina, con el Cuarteto Op. 67. Los dos conciertos de alumnos. El Cuarteto Lucent, con el guitarrista Riccardo Guella, que vuelve aunque con distinta formación y que ofreció obras de Enric Granados, Manuel Castillo y Ruperto Chapí. La conferencia de José Sierra: La música de teclado del Padre Soler, con ilustraciones al piano de Josep Colom, que seguiría en la misma fecha al acto de recepción en el Concello. El Concierto de la Orquesta Sinfónica de Galicia, dirigida por Isabel Rubio, en el Auditorio de Galicia, para ofrecernos la Sinfonía nº 12, en Mi M. de Carles Baguer, compositor que había destacado como organista y que había tenido como alumnos a Mateu i Ferrer y a  Ramón Carnicer; Conrado del Campo, con su obra Infierno, inspirada en La Divina Comedia, de Dante, músico que había tenido como preceptor de Jesús de Monasterio; Manuel de Falla, con el Intermedio y Danza, de La Vida Breve, drama en dos actos  y cuatro escenas sobre libreto de C. Fernández-Shaw, para completar  con la Sinfonía nº 5, de Pedro Miquel Marqués García, compositor que será apreciado por su obra El anillo de hierro. Esa sinfonía era una de las obras más apreciadas del compositor, muy bregado por su presencia en teatros y que llegaría a colaborar con músicos como Héctor Berlioz o G. Rossini.

Ramón García Balado

09/06/2025

Esther Fernández González y Erika Garcia, concierto de la EAEM en el Paraninfo da Universidade

 Paraninfo da Universidade, Santiago de Compostela


Concierto que completa la serie de sesiones confiadas a los alumnos de la EAEM, en el Paraninfo da Universidade. Día 11, a las 19´30 h., comenzando por Esther Fernández González, quien siguió la docencia de la chelista Barbara Switalska, contando con el acompañamiento pianístico de Eriko Ishimoto para la transcripción de Adagio del Concierto para violonchelo y orquesta nº 2, en Re M. Hob. VIIb.2, de Franz Joseph Haydn, obra de su período en la corte de los Estherhazy y producto de su buena relación con Anton Kraft, un dotado virtuoso con el que mantenía excelentes relaciones aunque deberá esperar hasta 1806, para conocer su edición gracias al editor André quien la ubicará en el catálogo como Op. 101, dejando ciertas dudas en lo relativo a su datación, aspecto que veremos como es sabido, en gran cantidad de sus obras, especialmente en las concertantes. Nikolaus Kraft, hijo del citado sabrá contribuir a oscurecer algunos de esos aspectos. Ya en 1953, el descubrimiento del manuscrito autógrafo, ayudará a esclarecer tantas dudas. Tres movimientos en la obra comenzando por el Allegro molto para llegar a este Adagio y completar con un Allegro. El Adagio, en La M., avanza con un motivo rítmico de tres notas que resumen el período conclusivo del tema principal del primer movimiento, un tiempo lento y apacible recreado dentro de una atmósfera meditativa y primordial para el ejercicio de la solista. Haydn en Estherhazy, durante pasaría tres década de su vida, en el ostentoso palacio de la familia, con su pabellón de caza, junto a un lago y que en su estilo, imitaba el modelo del Versalles de Luís XIV, con más de 200 habitaciones y una ingente cantidad de personal para su cuidado, desde guardabosques a lacayos. El maestro asumiría oficios en materias musicales desde óperas a obras instrumentales o las dedicadas para banda, disponiendo de escogidos profesionales que engrandecerán su figura permitiéndole abordar un capítulo esencial de sus trabajos musicales, en los que también tendrían cabida los espectáculos con marionetas y otros entretenimientos, quedaría la sorpresa de adivinar de donde sacaría el tiempo para tantos compromisos, en los que tampoco faltaría su dedicación más personal para las músicas camerísticas. Hacia 1790, el príncipe sería sucedido por su hijo al que parecía no tentarle mucho este mundo musical y nuestro hombre no dudará en responder a las invitaciones recibidas por distintos países europeos, llegando a visitar Londres en donde era admirado y respetado, realizando productivas giras y recibiendo además el título honorario de la Universidad de Oxford, mientras asistía a los juegos de las Highlands escocesas, preparando su vuelta a su residencia acostumbrada con los Estherhazy.

César Frank- Sonata para chelo y piano, en La M., obra maestra dedicada en un principio al violinista Eugène Ysaÿe , quien la estrenará en el Círculo Artístico de Bruselas en diciembre de 1886, con Mme Bordes-Pène, quienes repetirán al año siguiente en París, en la Société Moderne; también Ysaÿe con su hermano Théo, o Raoul Pugno, contribuirán a su divulgación. Para la historia, el mito de su asimilación a la obra proustiana Pour les chemins de Swan, la Sonata de Vinteuil, y el músico de ficción Monsieur Vinteui, prendado de Odette de Crécy, en resumen, obra clave del género vista desde cualquier perspectiva de tratamiento y obra tardía de madurez, coincidente con otras en esta línea de E. Lalo o C. Saint-Saëns, en lo relativo a la renovación de la escritura. Dos tiempos: Allegro moderato, relativamente breve, no encuadrable como introducción  y resuelto en dos temas aunque sin desarrollo, un primero sobre acordes de séptima al piano que presenta el elemento armónico, preparando la entrada de la idea inicial ligera y cantarina, elevando a la cuerda a una célula cíclica con un ritmo ostinato y un segundo tema en manos  del piano, al          que responde la chelista, amplio e inspirado, cubierto de rápidas semicorcheas. Ambos temas se reúnen en la conclusión en un estado apacible, hacia una coda que se manifiesta cual cierre de hoja de un álbum. El Allegro, será para su colega Vincent d´Indy, una pieza en forma de Lied en tres partes, en respuesta a otro que aceptan la idea de una forma de Allegro de sonata, marcando sin duda un ánimo apasionado y hasta trágico que se aprecia por su ritmo anhelante y entrecortado, que se encuentra ya en su Quinteto o en el Preludio, coral y fuga. Cuatro compases acordes del teclado, valen como transición a un segundo tema, basado en una célula cíclica, imponiendo una frase lírica previa a un desarrollo, reapareciendo un diálogo apasionado y una reexposición modificada que concluye en la coda entusiasta e impetuosa con largos trinos de la chelista.

Gaspar Cassadó- Suite para chelo solo-, obra testimonial del maestro barcelonés y que se programa con respetuosa frecuencia en homenaje a quien fue figura ya desde sus años de juventud, tras la obtención de una beca en 1908, para estudiar en París, con Pau Casals, antes de consagrarse profesionalmente a partir de 1918. Su temperamento le facilitó medirse con artistas como Harold Bauer, A. Rubinstein, Iturbi, Szigeti, Hubermann o Y. Menuhim y Ketner, dedicándose profundamente a la docencia en Siena (1945 y 1955); Colonia, desde 1958; Florencia, en donde vivió hasta el final de si vida o el Curso Universitario Internacional de Música en Compostela, desde su segunda convocatoria, en la Cátedra de Música de Cámara. Estrenó obras como los Dialoghi- L. Dallapiccola (1960)-; transcripciones de J.Turina; el Concierto para chelo, de Martinu; el Concierto galante, de J. Rodrigo; el Segundo concierto, de Bacewicz (1963) o Prozesion, de Reuter (1957).

Erika García, alumna de Vicente López y también acompañada por Eriko Ishimoto, elige la Fantasiestücke, para clarinete y piano Op. 73, de Robert Schumann, tres fragmentos de profunda impresión personal y que se estrenarán en Leipzig a comienzos de 1850. Cada una de sus páginas está construida en forma de Lied, con su coda correspondiente, llevando a su máxima expresión las sonoridades nostálgicas que ansía ofrecer, remarcando la importancia del clarinete  que para los románticos la preferencia se inclina por el instrumento en Si b, dejando también la posibilidad de un tratamiento para violonchelo. Zart und mit Ausdruck (tierno y con expresión), en La m., es una primera página de establece un ciclo elegíaco y con una seductora melodía a cargo de la clarinetista por su diálogo en tresillos del piano, destacando en la sección central el intercambio de los dos instrumentos. Lebhhaft, Leicht (Vivo y ligero, en La M.) resulta un ligero scherzo en modo mayor con un episodio central que se basa en un juego de escalas en tresillos.  Rasch, mit Feuer (Rápido y con fuego, en La M.), es una especie de variación conclusiva que recupera elementos precedentes: el primer fragmento en el  trío (en modo menor) y el segundo en la coda. Una escritura brillantemente arpegiad

Francis Poulenc- Sonata para clarinete y piano-, obra escrita entre 1956/7, dedicada en 1962 a la memoria de Arthur Honneger y escrita para el clarinetista de jazz Benny Goodman, quien la estrenará con Leonard Bernstein al piano tres meses después de la muerte del compositor, el 10 de abril de 1963, en el Carnegie Hall neoyorquino, antes de ser editada por Chester. El Allegro tristamente, Allegretto, destaca por sus diseños del clarinete, sostenidos por los acordes del piano. En el centro, el movimiento contiene un episodio casi monótono que remarca la intención de la obra, en el que el clarinete toca la misma figura rítmica con un sentido poético de apariencia sombría.  La Romanza, resulta una página realmente apacible y plena de dulzura en un estilo melancólico para pasar a un Allegro con fuoco más animado y fogoso que se presenta como final en un estado de ánimo distinto, siendo el piano por su talante percusivo por momentos, quien resuma detalles melodiosos y animados, una divertida conclusión de Poulenc, que se entrega a una despedida en fortissimo.

Bruno Mantovani- Bug-, obra estrenada el 6 de febrero de 1999, por Philippe Soured, su dedicatario en el Festival de Mérie en Francia, y que cuenta con un registro discográfico, D´un rêve parti, con el Ensemble Alternance, en el que también aparecen Les Dances interrompues, D´un rève parti, Appel d´air y Früh. Bug  es una metáfora de la desazón causada por los fallos en las computadoras provocado por aquel apocalíptico efecto 2000 que tanto dio que hablar. Obra de elevado virtuosismo y densidad debido a los continuos trinos y glisandi, así como a la variedad de articulaciones, estas dinámicas contribuyen a las contradicciones que se producen en la obra, en sus dinámicas y el perfil melódico. A lo largo de la obra, se suceden rápidos pasajes, momentos de calma hasta que se desata el virtuosismo extremo del fortissimo. En este momento, parece que todo se desintegra con cuartos de tono fundiéndose unos en otros, concluyendo la obra con notas sostenidas, únicas supervivientes de esa melodía microtonal.

 Ramón García Balado

Yiran Niu, Irene Sancho Álvarez y Jorge Denís Sanromán, la EAEM en el Paraninfo da Universidade

 Paraninfo da Universidade, Santiago de Compostela


Cuarto concierto de alumnos de la EAEM, en el Paraninfo da Universidade-día 10, a las  19´30 h-,Intérpretes para la sesión de la EAEM, dentro del CAO, que comenzará  Yiran Niu, quien siguió la tutoría de Anca Smeu y que tendrá como acompañante a la pianista Simona Velikova, para las dos obras que nos ofrecerá. El Adagio de la Sonata para violín solo, en Sol m. BWV 1001, de Johann Sebastian Bach, piezas que mantienen la duda de si estuvieron pensadas para su propio disfrute o para Pisendel,  dejando constancia del gran nivel de dominio y conocimiento del instrumento resaltando su melodía cantabile y la importancia de la expresión armónica a partir de una técnica que brotaría del más depurado virtuosismo. El autor se familiarizó con la técnica de las dobles cuerdas que tan importantes serán en el conjunto de sus obras, tras haberlo hecho con las sonatas italianas y los conciertos de igual procedencia. El Adagio de la BWV 1001, resulta un majestuoso movimiento en forma de obertura, resultando una página emocionante sobre grandes trazos rápidos de toccata jalonados por acordes de tres y cuatro sonidos. Bach adoptará aquí un estilo cercano a la fantasía improvisada. En las tres Sonatas, se observa una elaboración dentro del modelo sonata da chiesa en sus cuatro tiempos, conteniendo cada una grandiosa fuga precedida de un Preludio lento con rasgos de improvisación y con una riqueza polifónica extraordinaria.

Max Bruch, con el Concierto para violín en Sol m. Op. 26, en sus tiempos Vorspiel (Allegro moderato); Adagio y Finale (Allegro energico), uno de sus tres conciertos para el instrumento y perteneciente este al año 1886, antes de ser ejecutado dos años después atendiendo a los modelos de Mendelssohn y Johannes Brahms. Obra dedicada encarecidamente al virtuoso J. Joachim, significándose por su abundante calidad melódica y el detallismo de su escritura para la parte solista. El Allegro moderato, pasará como una introducción a los movimientos que siguen, lo que para el autor supondría más de una duda en lo relativo en dar un nombre al concierto, afectando al Allegro de sonata, aunque desprovisto de desarrollo y de reexposición, pudiendo hablarse de una forma rapsódica con un diálogo entre solista y la orquesta. El tema principal, de acentuado dramatismo, verá surgir en la madera a la que secunda el violín una cadencia que se despliega en una larga extensión que alcanza un tema secundario lírico con el violín en registro agudo para recuperarse con el tema inicial. El Adagio, amplio y generoso, se elabora sobre un tema en Mi b M., anunciado por el violín, adornado y variado hasta una celosa cima de clara intensidad antes de la vuelta del silencio preparando entradas de flauta y trompa, que invitan de nuevo al instrumento solista. El Allegro energico, fogoso y temperamental, evoca ritmos y acentos zíngaros que nos acercan a Brahms, llevándonos a otro tema contrastante e impulsivo, que desafía al violín. La presente transcripción nos marca evidentemente nuevos derroteros.

Irene Sancho Álvarez, alumna de Carlos Méndez y acompañada por Simona Velikova, apuesta por la Sonata nº 2, en Mi m. Op. 6, de Adolf Misͮek, compositor de Modleton, 1875- entonces Imperio Austrohúngaro- y que nos dejó en Praga, en 1955, dotado contrabajista checo perteneciente al Romanticismo tardío y autor de repertorios camerísticos además de excelente pedagogo, músico forjado en la Ópera Estatal de Viena, tras estudiar en la Universidad de Música y Arte Dramático, con Franz Simandl, donde se graduó en 1894. Pasó también por la Wien P.O.,  y tras el fin de la Primera Guerra Mundial, abandonó su plaza para volver a Praga, donde fue nombrado solista de la O. del Teatro Nacional de Praga. Su música muestra un talante bohemio con referencias a Brahms, Wagner o R. Strauss, manteniendo una importante actualidad. La Sonata nº2, en Mi m. Op. 6, fue editada en 1911, lo que hace presumir una escritura anterior. Cuatro tiempos: Con fuoco; Andante cantabile, Furiant, allegro energico y Finale. Allegro appasionato, de los que tendremos los tres primeros, y que pueden interpretarse de forma separada, llegando a durar casi media hora. La influencia de Brahms y los compositores del Romanticismo tardío resulta ya evidente desde el primer movimiento.

De Serge Koussevitzky, el Allegro del Concierto para contrabajo y orquesta en Fa sost. m., Op. 3, director que estudió contrabajo en el Conservatorio de Moscú con Rambousek y composición con Blaramberg y Krugliakov, llegando a formar parte de la Orquesta del Bolshoi, donde fue solista entre 1901/5, preparando una importante carrera como solista realizado a través de transcripciones de obras para chelo y páginas de propia firma. Fijó su residencia en Berlin (1907), donde debutará como director, faceta en la que se prestigiará tras su presentación con  la Berlin P.O., antes de confirmarse en Moscú a nivel universal. Dirigió óperas rusas y fundó los célebres Conciertos Koussevitzky, fundando años después el Festival deTanglewood (1935) y promoviendo la Fundación que lleva su nombre, en honor de su compañera Natalia Ushkov.  El profesor Rainer Zepperitz, aconsejará a alumnos suyos sobre este concierto, dejando precisas indicaciones sobre ese primer movimiento Allegro, en Fa sost. m, cuyo principio tiene que ser una nota larga con un gran arco. Hay que escuchar continuamente el sonido que produce, los tresillos son más rápidos. Este concierto requiere un montón de energía, muchas veces tocando además en la misma cuerda. Las pausas entre frases tienen que ser cortas para no interrumpir la inercia, es sólo impulso para  seguir con la misma fuerza. La relajación es importante para abordar los pasajes  comprometidos. En el climax hay que anticipar un crescendo molto justo antes y luego coger el tempo.

Jorge Denís Sanromán, alumno de José Vicente Faus, nos traslada a mundos sonoros centrados en los medios de la percusión. Jan Freicher, tendrá Koda, para vibráfono, obra divertida que no duda en acercarse a los modismos de las músicas latinas cuidando los aspectos armónicos y sorprendentes. En sus cercanías, los maestros jazzísticos del vibráfono como Lionel Hampton o Milt Jackson, por citar a los más emblemáticos o quizás Red Norvo, en la vertiente latina, y la concomitancia con el swing. Otros músicos en cartel, Eddie Costa,  Vic Feldman, Terry Gibs, Gary Burton, Tom van der Geld, Bobby Hutcherson o Carl Tjader. El vibráfono se hizo grande en el espacio del jazz creando una corriente reconocible y para muestra, otro personaje como Cassey Cangelosi, con una pieza cargada de energía como Tap Oratory para caja y electrónica (2015), pieza cercana a los siete minutos electrizantes de este músico integrado en la Classical Marimba League y dinamizador del Festival Marimba Zeltzman (2011), en Appelton, tras formarse en Boston, Massachussets y en el Instituto de Artes de California. E. Sejourné, con el Concierto para marimba y cuerdas-Tempo suple-, se caracteriza por su expresión neo-romántica, sazonada a salto de mata por algunos gestos y armonías que parecen provenir del mundo del jazz, entre figuraciones que destacan precisamente en este tempo suple, que resulta especialmente atractivo por su ambiente evocador y sus sugestivas armonías. Su catálogo de obras concertantes ofrece trabajos como el Concierto Magallanes, para percusión y cuerdas, ejemplo del alto nivel conseguido como notable percusionista y en el que caben también obras escénicas. El ConCerto Fuoco, para marimba (percusión y banda) o el Concierto para tres percusiones y banda, además del Concierto para vibráfono y cuerdas, son las obras más difundidas, junto al encargo del Festival Grame, para el Grupo Teclados de Percusión de Lyon.

Ramón García Balado

Una Carmen cuartelera y bulliciosa

    Palacio de la Ópera, A Coruña, días 5 y 7 de septiembre Una producción artísticamente dirigida por Gianluca Martinenghi , a la OSG ,   p...