07/10/2025

El pianista Andrey Gugnin, interpreta a Prokofiev con la OSG, dirigida por Roberto González Monjas

 Palacio de la Ópera,  A Coruña




El pianista ruso Andrey Gugnin sustituye al previsto  Alexander Kantorow, ausente por indisposición, interpretará el Concierto noº 3, en Do M. Op. 26, de Serguei Prokofiev con la OSG dirigida por Roberto González Monjas en el Palacio de la Ópera de A Coruña-días 10 y 11, a las 20´00 h., para un concierto que incluye Romeo y Julieta, de P.I. Tchaikovski y el capricho español, de Nikolai Rimski-Kórsakov. Andrey Gugnin, grabó las sonatas y preludios para piano de Shostakovich, para Hyperion recibiendo el German Piano Award (2023), colaboró con formaciones como la London Fhlharmonic, la Sinfónica de Dinamarca, la O. del Teatro del Mariinski, la S. de los Países Bajos, la O. S. de Utah o la West Australian S.O., editó un amplio catálogo de obras de cámara, y conciertos para piano de Shostakovich, Fue elegido Editor´s Choice por la revista Gramophon, y como curiosidad, nos encontramos con la invitación recibida por Steven Spielberg para Oscar Bridge of Spies, publicando recientemente el album Tchaikovsky & Stravinski: Russian Ballet suites, editado por Hyperion. Comenzó sus estudios con Natalia Smirnova, para ampliar con Olga Mechetina, Valery Kastelsky, Lev Naumov, Stanilav Loudenitch, William Naboré y Vera Gornostayeva. Compromisos recientes, le llevaron a la Orquesta del Teatro Goldoni y la La Crosse Symphony O, dejando para el curso entrante su participación en el Bard Music Festival y una gran gira que le llevará a Japón y a Australia.

Serguei Prokofiev- Concierto para piano, nº 3, en Do M. Op. 26-, obra de un intenso período en el que dará vida al ciclo de canciones Op. 36, sobre poemas de Balmont, poemas como Voces de las aves; La mariposa o Piensa en mí, unas canciones que por voluntad, estaría pensada para su compañera de entones Lina y que las estrenaría en Milán (1922), tras un pacífico verano, en el que abordará los primeros esbozos de este concierto, recuperando material previamente escrito, como el movimiento de danza del Segundo tiempo (Andantino), además que otras partes diseñadas hacia 1913, destinadas al Primer movimiento, en las que incluía la melodía rusa y que se expone con un solo del clarinete. Dos temas de un cuarteto abandonado, absolutamente diatónico, aparecerán en el final de la obra. Obra que  en conjunto destacará por su densidad y limpieza de estructura, divagando menos que el anterior. Si el Primero tuvo éxito por el uso del conjunto orquestal, el Segundo destacaría por  la parte del solista. Este Tercer concierto nacerá mientras realiza una gira con Lina por los Estados Unidos, dentro de un atareado programa de compromisos, sería hacia finales de otoño de 1921, cuando encontrándose en Chicago, para ofrece El amor de las tres naranjas, ofrezca la primera audición de la obra, trabajos que presentará casi en las mismas fechas, siendo solista el autor con la O.S. de Chicago, bajo la dirección de Frederick Stock. En propia confesión admitiría que se encontraba particularmente nervioso mientras practicaba más de tres horas al día. En cualquier caso, la respuesta del público había sido cálida y respetuosa, a pesar de ciertas suspicacias que provocó y que tendrá una actitud de rechazo en Nueva York, en una segunda ejecución. En definitiva, será el más popular de sus conciertos, obra en tres tiempos desde el Allegro, a través de una cándida melodía que nos lleva a un atractivo pasaje extenso para el solista, resuelto por acordes marteletto a repartir entre ambas manos y una cascada de glissandi que se resuelven en la coda. El  Andantino con variazioni, resume un total de cinco variaciones ligeras y con un aire dubitativo tratado por la flauta y el clarinete, bien definido por una primer apunte definido L´istesso tempo y que en cierto modo recordará una idea que podemos encontrar en Gershwin, músico que comenzaba a descubrir. El Andante meditativo, cuarta de las variaciones, supone una alteración en este tiempo que desembocará en el Allegro giusto, en el que el piano alcanza su intensidad expresiva hacia un final encumbrado y vertiginoso que para expertos, recuerda la cadenza del Concierto en Sol m. Op. 16, propuesto por los instrumentos de madera entre un aire staccato del teclado. El Allegro ma non troppo, en forma tripartita, se resuelve en pugna por las divisiones internas a partir de una disputa entre el fagot y las cuerdas, que se deciden por afrontar un aire popular de perfiles folklóricos, concediendo al ritmo un marcado protagonismo, del que será destinatario el piano, en un juego de acordes acentuados que concluyen entre un despliegue de pasajes virtuosísticos. Konstantin Balmont, poeta cercano al compositor, le dedicaría una escueta dedicatoria en forma de soneto y que encabezaría con las palabras: ¡Prokofiev! Música y juventud en flor/ En ti la orquesta anhela olvidados sonidos estivales/ Y el invencible escita  golpea el tamboril del sol. Prokofiev, centrado en la composición de este Tercer concierto para piano, se había retirado a un retiro en St. Brevin-les- Pins, una aldea de la costa bretona, para conformar lo que sería esta obra, mientras completaba el citado ciclo de canciones y El ángel de fuego.

P. Illich Tchaikovski- Romeo y Julieta-obra que dará a conocer en Moscú en marzo de 1870, bajo la dirección de su apreciado Nikolai Rubinstein, en su primera versión, antes de repetir en San Petersburgo, el 5 de febrero de 1872, dirigiendo entonces Napravnik, y posteriormente en Tiflis, contando entonces con Ippolytov-Ivanov, en lo que será la versión definitiva, un trabajo nacido por sugerencia de Balakirev- miembro del Grupo de los Cinco-, quien ayudaría a marcar sus directrices en cuanto a su desarrollo y planteamiento, aspecto que en lo posible, sabría mantener desde los primeros rasgos para un trabajo que resolverá en un par de meses, sometido con todo a una revisión que Balakirev optará por aceptar, con ciertas reticencias del compositor. Un estilo e obertura-fantasía que se prepara sobre un tema tomado en préstamo, una especie de coral procedente de influencias occidentales, entremezclados con herencias de la tradición ortodoxa llevando a un tema contrapuesto pausado de las cuerdas. Un acelerando ratifica un aire que rememora el enfrentamiento entre Capuletos y Montescos, ya con una orquestación más poderosa y nutrida que describe un enfrentamiento de clanes. Surgirá el amor de Romeo y Julieta que reflejará la pasión de ambos, en oposición a los temas anteriores. Un intenso crescendo nos traslada a la situación límite con la coda que manifiesta que resuelve los enfrentamientos insalvables, con un coral que cierra el amargo fin de los amantes.

Nikolai Rimski- Korsakov- Capricho español (Suite para orquesta Op. 34)- obra realizada con la ayuda de Glazunov y completada en los años de la ópera El príncipe Igor, obra casi incidental y sin mayores pretensiones, prevista como argumento para un Concierto para violín y orquesta, en la que utilizará sin reparo material tomado del cancionero de José Inzenga Ecos de España, colección de cantos y bailes populares, preferentemente aires de talante bailable, en beneficio de los recursos orquestales, a tenor de lo que encontramos en la Jota aragonesa de Glinka o en Noches de verano, aceptando que el compositor desconocía nuestra tierra y el temple posible de las obras, antes de conocer su estreno en   San Petersburgo, en 31 de octubre, de 1887, bajo su propia dirección. Una serie de curiosos tiempos desde la Alborada (Vivo e estrepitoso), danza colectiva que rememorará a un Bizet en la distancia. Las Variaciones (Andante con moto), canto lírico tratado por trompas y con respuesta orquestal. Nueva Alborada (Vivo e strepitoso), un claro retorno, para pasar a la Escena y canto gitano, pasaje más característico en sus parámetros hacia un Finale Crescendo, cerrando un Fandango asturiano, sin solución de continuidad, en el que destacan flautas con una tema danzante, destacando un aire de vals que cierran dos apuntes que remiten a un aire gitano.

Ramón García Balado

Ilse Eerens: Let me tell you, de Hans Abrahamsen

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Auditorio de Ferrol 


Comienzo de temporada con especial protagonismo de la soprano belga Ilse Eerns que tendrá en sus dos sesiones el ciclo de canciones Let me tell you how it is, de Hans Abrahamsen, con un estreno en la serie Cometa, de nuevos encargos, que en esta ocasión se confía a Inés Badalo, con Laberintos de ambar y la Sinfonía nº1, en Sol m. (Sueños de invierno) de Piotr Ilich Taikovski-día 9, 20´30 h., con sesión previa de Conservando con…19´45, con el director de la RFG Baldur Brönnimann, para repetir mañana en el Auditorio de Ferrol, a las 20´00-, la compositora invitada Inés Badalo, estuvo en otras convocatorias como las Xornadas de Música Contemporánea (2024), con su obra Rust, especializada en Évora, y en Lisboa con Luís Tinoco, fue Premio Francisco Guerrero y de la SGAE-CNDM, además del Cittàdi Udine. Obras suyas fueron estrenadas por el Plural Ensemble, la JONDE, Sigma Project, O. Gulbenkian, Hand Werk Ensemble, Neopercusión o Vertixe Sonora. Certámenes de primer rango acogieron obras suyas, como el Ensems, el Nief-Norf-Festival, la Fundación Juan March, Calouste Gulbenkian, Casa da Música (Porto), Wien Festival für Zeitgennössische, Wittener Tage für Neue Kammermusik (Alemania) o Mishima Contemporary Music Days (Japón).

Ilse Eerens, soprano, se formó en Lovaina con Jard van Nes antes de recibir el Arleen Auger Price, una carrera en evolución que le permitió atender a repertorios desde las músicas barrocas, la ópera en su amplias propuestas, los sinfonismos malherianos, Brahms (Ein Deutsche Requiem), Vaughan- Williams (Sea Symphony), Richard Strauss (Brentano Lieder), y ya en la temática contemporánea, Leos Janacek (Cunning Little Vixen); G. Ligeti (Le Grand Macabro); Peter Eövöts (Lady Sarashina); A. Honneger (Le Roi David y Jeanne D´Arc au bucher), Toshio Hosokawa (Natasha y Nacht dem Sturm) H.K. Gruber (Geschisten aus dem Wienerwald); Martinu (Oedipo); Frank Martin (Le vin Herbé). Una soprano asociada profesionalmente con el Teatro La Monnaie.

Hans Abrahamsen (1952)- Let me tell you-responde con este estimulante ciclo de canciones dedicadas a la soprano y directora Barbara Hannigan, pieza de profunda exigencia en lo relativo a los recurso que se demandan, llegando a los límites a un permanente dominio de los registros agudos. Obra estrenada en diciembre de 2013, bajo la dirección de Andris Nelson, con la Berliner Philharmonie, siendo solista Barbara Hannigan, antes de que en 2016, repita en esa aventura Franz-Welser-Möst, dirigiendo a la Cleveland Orchestra, en la presentación en Estados Unidos. El autor, recibió por ello el Grawemmeyer Award. Será la Birgmingham Symphony Orchestra, la que ponga en atriles el ciclo de canciones en Inglaterra. Hans Abrahamsen, tuvo unos comienzos dubitativos en el mundo de la música, tanteando casi de una manera que parecía anunciar un futuro imposible. Piecitas como una serie de breves melodías, apoyadas con la mano izquierda. Llegó a probar con la trompa como intérprete mientras aseguraba su formación musical en Conservatorios siguiendo los dictados de Per Norgard y Peele Gudmundsen- Holmgree, y a partir de los ochenta, la posibilidad que le garantizarán los seminarios impartidos por Georgy Ligeti. Dudas que poco a poco sabrá superar, apostando por lo que daríamos en clasificar como New Simplicity. Un salto casi en el vacío, que supondrá el distanciamiento de la vanguardias centroeuropeas y especialmente de la Escuela de Darmstadt, período en el que abordará una obra significativa, Skum (Espuma), modelo de ingenua simplicidad de expresión, que guarda afinidades con las tendencias minimalistas, acordes con una corriente pujante en aquel período, entre las que se encontraba Gruppe for Alternativ  Musik, en el que también estaría integrado, manteniendo tales patrones de ese ideario estético. En sus alternativas, encontraremos un dilatado período casi de retiro, para revisar sus proyectos dentro de un neorromanticismo, con obras como La Sinfonía en Do, ratificado con Nacht und Trompeten, que sería estrenada por la Berliner Philharmonie y con dirección de Hans Werner Henze, maestro que tomaría interés por sus obras. Llegó a realizar arreglos de obras de Johann Sebastian Bach, en parte bajo este prisma minimalista dentro de esta secuencia de trabajos que nos traerán el Primer concierto para piano, destinado a su compañera Anne-Marie Abildskov; la obra camerística Schnee(Nieve); Vers le Silence; Denmark Songs (Soprano, viola, flauta,clarinete , percusión y piano; Drei Märchenbilder aus der Schneeköningin o la ópera Snedromingen, tomando como argumento un relato de Hans Christian Andersen. El ciclo de Let me tell you toma como referencia un relato de Paul Griffiths, ofreciéndonos una serie de canciones de intensa emoción, repartido en tres breves grupos comenzando por la primera Let me tell you how it was, para seguir con la que abre el segundo grupo, Let me tell you how it his y completar con las dos del tercero, I Kow you are there y I Will go out now.

Piotr Illich Tchaikovski. Sinfonía nº 1, en Mi m. Op. 23 (Sueños de invierno)-, obra estrenada por Nikolai Rubinstein en febrero de 1868, composición que supondría la continuidad de trabajos como la obertura La tempestad, otra serie de oberturas y que supuso una ardua tarea de elaboración, lo que le motivaría a una segunda revisión en 1874. El Allegro tranquilo, inicia un primer tema expuesto por flautas y fagotes que preparan un staccato en grados cromáticos hacia un primer fortissimo que presumen una forma de borrasca y un desarrollo fragmentado de ritmos en instrumentación. Trompas y trompetas, nos trasladan a una reexposición  en las cuerdas sobre tresillos de maderas. El Adagio cantabile non tanto, ofrece un pasaje sombrío y brumoso con notable nostalgia y un embriagador lirismo que insinúa el paisaje invernal, expuesto por la cuerda en sordina. El oboe, propone una melodía larga que sugiere una cantinela rusa, con respuesta de la flauta y una conclusión con la trompa, en estilo tripartito, recupera una idea del scherzo de la Primera sonata para piano, con una volátil ligereza auspiciada por la delicadeza de los instrumentos de cuerda, enfrentados al fagot a solo. Los timbales acentúan su resolución. El Finale-Andante lúgubre- Allegro moderato, extenso y con ciertas desigualdades, resulta una respuesta para el resto de la obra sinfónica, marcada por la invención de su trazado, ya desde el comienzo en modo menor y que se traslada al superior. El Andante lúgubre condiciona el dinamismo permitiéndose una apoteosis grandiosa y luminosa en la tonalidad de Sol Mayor, remarcando así el colorido.

Ramón García Balado

05/10/2025

La Camerata Boccherini para el VII Ateneo Barroco

 Teatro Principal, Santiago de Compostela


La Camerata Boccherini abre el primer concierto del VII Ateneo Barroco en el Teatro Principal- día 8, a las 20´00h-, con un programa dedicado a maestros tardíos del barroco, tema del que son garantes y conocedores, centrándose en la forma sonata y trío sonata, una agrupación integrada por Massimo Spadano, concertino de la OSG desde 1984, y que como solista colaboró con artistas como Victoria Mullova, Maxim Vengerov, Enrico Dindo, las hermanas Labeque o Alexander Lonquist, diplomándose en dirección orquestal con Donato Renzetti, al tiempo que participaba en proyectos artísticos con el Ensemble Limoges (Christophe Coin); el Ensemble Zefiro; Hesperion XX; Le Concert de Nations (J. Savall) o artistas de otros medios escénicos, recibiendo importantes galardones como un Choc Musique). Paolo Grazzi- oboe barroco-, estudió en el Real Conservatorio de Bruselas, con Paul Dombrech, destacando por sus aportaciones en formaciones como la Accademia Bizantina; Il Giardino Armonico; Europa Galante; Concentus Musicus Wien; La Petite Band, con su hermano el fagotista Alberto Grazzi, fundando el grupo Ensemble Zefiro, especializado en investigación de repertorio para vientos de los períodos barrocos y clásicos, con criterios históricamente informados. Roberta Bucco- clave- fue alumna de Massimo Berghella, recibiendo el reconocimiento por sus dominios en esos géneros, en el Conservatorio Luisa D´Annuncio de Pascara, para ampliar en masters, con Rinaldo Alessandrini, Marco Mencoboni y Luca Guglielmi.

Programa en torno de la sonata y la triosonata (sonata en trío), obras para solista (o dos solistas) y bajo continuo, divulgada por toda Europa, desde sus orígenes italianos, en consideración a una demostración del virtuosismo, partiendo de la consideración del criterio de su época (principalmente a partir del violín), argumento que sirve al grupo para ofrecernos una muestra modélica de compositores conocidos y apreciados a lo largo de los siglos, desde Italia, Francia o Alemania, y una consideración a Joan Baptista Pla(1720/73) y a Josep Pla (1728/62).  Un seguimiento que apuesta por Antonio Vivaldi- Tríosonata para violín, oboe y b. c., en Sol m.  RV 72, Preludio (Largo)/ Allemanda (Allegro)/ Aria – y Minuetto (Allegro)   G. F. Haendel- Sonata para oboe, b.c. ,en Fa M. HWV 363ª, Adagio/Allegro/ Adagio/ Bourrée amgloise/ Minuetto.  G. F. Telemann (1681/ 1767), con la Triosonata para violín, oboe y b. c. TWV 42: g5, de los Essercizzi Musici. Joseph Nicolas Pancrace Royer (1705/55), Le Vertigo, rondó en Sol m. G. F. Haendel, Triosonata para oboe, violín y b.c., en Fa M. Op. 5, nº 6 HWV 401. Antonio Vivaldi, Sonata para violín y b.c. , en Re M. RV 10, para dejar paso a las piezas de los hermanos Joan Baptista y Josep Pla. Formas musicales que acabarán pasando a lo largo de su historia por procesos diferentes en un largo trayecto que tendrá reflejo a períodos históricos, ofreciendo estructuras que tendrán argumentos en cada país de acogida. Un origen vagamente veneciano, concebido en composiciones instrumentales a varias partes y bajo continuo, ya desde el siglo XVII, mientras que los lutiers ayudaban a perfeccionar sus creaciones, atendiendo a la evolución interpretativa auspiciada por los músicos, en esa carrera enfocada hacia un futuro. Obras que se distinguirán de las formas polifónicas. El norte de Italia, había tenido mucho que ver en esta evolución tanto técnica como interpretativa, jugando el bajo continuo una línea de referencia, un asunto que podría ser ejecutado por varios instrumentos que se adecuaban, permitiendo la libertad que gozaban entones el violinista, pero también otros instrumentos de cuerda o viento, facilitando que la sonata y su variante la sonata en triosonata (para dos solistas y bajo continuo), se convirtiese en una de las formas de exhibición más adecuadas para el genio del solista y de sus facultades. La triosonata, ejerció un papel determinante en la divulgación de una música renovada, en el espacio de la música instrumental, con la figura de Arcangelo Corelli, a la cabeza, y que se trasladará al resto de Europa.

Joan Baptista Pla, fue músico de cámara que recibiría el reconocimiento junto a su hermano Josep, a través de analistas como John Mainwaring, ambos viajeros por excelencia, llegaron a ser miembros de la Capilla del gran duque Karl Alexander de Würtenberg, en Stuttgart, en los años que destacaba la figura de Nicolo Jomelli, en la Ober- Kapellmeister. En la de Karlsruhe, hay tres tríos para dos flautas traveseras y b.c., con violín y chelo. También, de Joan, las Sechs Sonaten, para dos flautas, editadas por la casa Schott, de Maguncia y la posteridad, ha permitido conocer la publicación de Concerti de su firma, en una recopilación que incluye obras de los dos. Los Pla son exponentes de un arte muy cortesano, pero con atisbos de un subjetivismo burgués que se estaba componiendo en la forma de gran goût barroco, como expresión de una clase en alza, la cual daría origen al movimiento romántico de Alemania. Su música, posee ante todo un aire de moderación, de buen gusto y carácter sensible, que en toda Europa provocaría otro modo de entender la música y la realidad. Josep por su parte, que también se daría a conocer en Italia, hizo carrera en París en la serie de Concerts spiriuels, publicando además en Amsterdam la serie de Seis dúos para dos flautas y según el editor Johann Christoff Wesphan (1782), dejó un manuscrito de seis conciertos para oboe; tres solos para violín y veinte tríos para dos violines  y b.c., que completan obras conservadas en la Biblioteca de Karlsruhe, con tríos para dos flautas traveseras, b.c., u oboe, violín y violonchelo ad libitum, dejando en vacío la autoría de pertenecía de los dos hermanos. El Club de lectura de Ateneo Barroco, ofrecerá en el Ateneo de Santiago- Praza de Salvador Parga-, el día 9, a  las 18´00 h-, la sesión moderada por Carlos Valdés, dedicada a Harriet Constable: la violinista, una propuesta englobada entre las Actividades complementarias, parejas a las que podremos seguir en las que acompañan a los conciertos, con puntualizaciones detalladas dedicadas específicamente a los programas elegidos, en una visión que van desde instrumentos como la musette, al pardessus de viole; los laudes o el clave y sus técnicas evolutivas; la voz en sus posibles registros y otros aspectos de especial interés.

Ramón García Balado

03/10/2025

Piano Quintet, de Octavio Vazquez, con el Cuarteto Op. 131, de L.v. Beethoven

 Teatro Afundación, Vigo

Museo das Belas Artes, A Coruña 


Presentación en España de Piano Quintet, de Octavio Vázquez, que incluirá  en programa el Cuarteto en Do sost. m. Op. 131, de Ludwig van Beethoven, obras que se ofrecen los días 6,  en el Teatro Afundación, de Vigo, a las 20´00 h-, para repetir al día siguiente en el Museo das Belas Artes, de A Coruña, a la misma hora. Para su interpretación,   el Cuarteto X, integrado por los violinistas  Ludwig Durichen y Carolina María Cygan, el viola Jeffrey Carl Johnson y la chelista Ruslana Prokopenko, quienes se unirán al propio Octavio Vázquez, en su Piano Quintet (2021), composición estrenada en el Aspen Music Festival and School , con la aportación del director Robert Spano gracias al mecenazgo del Ralph Crispino Jr, composición que recurre a un imaginario sonoro del siglo XVI, períodos de entrecruzamientos de culturas judías y musulmanas, que servirán elementos sonoros de aquel período, que no dejaría de aportar recursos en las obras de compositores de la posteridad, como observamos en las convocatorias de músicas contemporáneas, que no desmiente el uso de una cadena de recursos que atraviesan los siglos dentro de un enriquecedor panorama de la incorporación de reminiscencia que siempre han estimulado las labores creativas.  Octavio Vázquez, compositor compostelano, estudió en el Peabody Conservatory de la Johns Hopkins University (Baltimore), doctorándose en la Universidad de Marylan College Park, gracias a una beca de la Fundación Barrié, preparándose para entregarse a la composición y el puesto de director musical en la Moravian Church y trabajar en el Proyecto Guernika. Ganó el Premio del IV Concurso Int. Prokofiev (San Petersburgo), siguiendo las influencias de Mahler y Shostakovich, lo que le facilitó obtener encargos del New York State Counci on Arts; Meet at Composer; Guernika Project o la Chi-Mei Foundation y la participación en certámenes como Kölner Musik Triennale; el Prokofiev Festival, llegando a ser dirigido por maestros como C. Kalmar, H. Schellenberger, Teri Murai o Víctor Pablo Pérez. A lo largo de las temporadas, pudimos asistir a estrenos como Tropos, para violín y orquesta (con Amaury Coeytaux); Viuvas de vivos e mortos (con Cristina Pato, en sus tiempos: Muller; Moderato y Elas);  Hermes, sobre tiempos que cambiaban continuamente de forma dramática a lo largo de toda la obra;  la Sonata para saxofón e piano, presentada en el Consello da Cultura Galega, e interpretada por Eneas Irimia e Isabel Pérez Dobarro, entre obras de Eduardo Soutullo, Xesús González y Fernando Buide del Real; Memento, obra destinada a la OSG, ofrecida en el primer concierto de Dima Slobodeniouk, como carta de presentación y  en el apartado de piezas vocales, trabajos como las Tres cantigas inspiradas en Airas Nunes, García de Andrade y Eneas de Cotom; Semente, para coro mixto, a partir de Alfonso R.Castelao; Tempestad, Amanece- Illia Galán-, para voces y piano; Lieder to Poems by Goethe, con acompañamiento de clarinete bajo y piano. Alchemical Birds, había sido estrenada por el Akropolis Reed Quintet, será fruto de una aventura compartida con otros compositores para esa agrupación camerística.

El Cuarteto en Do sost. m. Op. 131, de Ludwig van Beethoven, es obra que se resuelve en siete tiempos: Adagio ma non troppo e molto espresivo; Allegro molto vivace; Allegro moderato; Andante ma non troppo; Presto; Adagio quasi un poco andante y Allegro, un cuarteto fuera de serie en el ámbito del género camerístico, en un desafío capaz de dar al traste con el dramatismo aislado que se le había exigido. Una voluntad de continuidad igualmente en el plano técnico al que contribuye el autor al abolir incluso después de cada episodio, la barra doble, la cual, por convicción, indica la separación entre los distintos movimientos. A pesar de ello, existen correspondencias muy fuertes entre cada una de las partes (armónicas y sobre todo, rítmicas), este Op. 131, exalta cuidadosamente la idea de un discurso continuo, en el que tienen notable importancia los elementos de conjugación y transición. También se confirma el plano estilístico tradicional del cuarteto, que arranca con una fuga para concluir en un fragmento de forma sonata y que podrá preanunciar los cuartetos de Béla Bartók. Un cuarteto que para agudos analistas, resulta una perfecta síntesis de formas ilustres y canónicas, según una secuencia implacable de capítulos: un políptico de escenas diversas con un centro ideal  que resulta la ascensión hacia la pura luz desplegada en el espacio. Para los Massin, resulta obligada  una ejecución sin pausa en el transcurso de los siete movimientos, una obra que en su dedicatoria, tendría en mente al barón Joseph von Stuttenheim, antes de conocer el estreno por el Cuarteto Müller, el 5 de junio de 1828, personaje que había fallecido un año antes de esa ejecución. En lo fundamental, una obra de extraordinaria fantasía, detalle que confirmará Karl Holz, siempre cercano al autor y miembro del histórico Cuarteto Schuppanzigh. El Allegro final, se resumen en trescientos ochenta y ocho compases, acogiéndose decididamente a los condicionantes de la forma sonata, tan frecuentemente evitada hasta ese momento y que en este caso facilita un estilo de enfrentamiento instrumental. El tema principal, basado en una forma combativa además de rítmicamente agobiante, acaba tensándose hasta el extremo de los silencios, en una exposición tratada por los cuatro instrumentos. Se confirma un desarrollo que comienza con un fugato en el que se vislumbra una idea del primer tema, llevando a la reexposición que se manifiesta con un fortissimo, que permite desplegarse al Segundo tema, un poco a su aire, hacia un final Poco adagio que acabará abocado hacia un fortissimo en manos de los tres acordes postreros.

Ramón García Balado

La oboísta Iria Folgado, Ecos de Breogán, en la Fundación Juan March

 Fundación Juan March, Madrid


Concierto en la Fundación Juan March- dia 5, a las 12´00 h, y que repetirá al día siguiente- dentro del comienzo de actividades con Iria Folgado, oboísta e intérprete de corno, inglés, en una sesión matinal dedicada a evocar la figura mítica del rey Breogán, en el contexto de las tradiciones irlandesas y que construiría la torre de Brigantia, desde la que su hijo Ith divisó las islas británicas según relata el posible imaginario colectivo, dejando argumentos para lo que sería su trabajo discográfico Ecos de Breogán, que recuperaremos en esta sesión en quinteto. Obras de Benjamin Britten, Elisabeth Maconchy, Ralph Vaughan Williams, Arnold Bax y Fernando Buide del Real.  Iria Folgado, es solista de la Berlin Konzerthaus Orchester y estudió bajo la dirección de Joana Mallwirz,  tras su paso por la Hochschule für Musik Hanns Eisler, junto a Domiinik Wollenweber, también por la Karajan Akademie de la Berliner Philharmoniker, llegando a ser dirigida por maestros como Ivan Fischer, Kirill Petrenko, Andris Nelson o Daniel Hardin y Zubin Mehta. Un quinteto que completarán Sara Areal, violín, alumna  de Svetlana Makarova, en Lausana, de Anna Chumachenko, en le Escuela Superior Reina Sofía y de Pavel Vernikov, en Viena, está integrada en la O. S. de Galicia. Patricia Cordero, también violinista, tuvo sus fundamentos en la misma escuela, con maestros como Marco Mizzi y Sergey Teslya, además de recibir una beca de la O.S. de Baviera, en Munich. Marta Rodríguez Otero, viola, se formó en el Mozarteum de Salburgo, con Thomas Riebl y el chelista Iago Domínguez Eiras, recibió las atenciones de Ivan Monighetti, Sol Gabetta,Danjulo Ishizaka, en Basilea, es integrante del Trío Helix.

Benjamin Britten (1913/76)- Phantasy Quartet, Op. 2 (1932)- para oboe y cuerdas, violín, viola y voiolonchelo, es obra estrenada en 1932, por el oboísta Leon Goossens y el International String Quartet, partitura de juventud que avanza una sorprendente madurez gracias al arte que revela el arte de la combinación de estructuras musicalmente antinómicas, la de la fantasía y la de la forma sonata. Obra en un solo movimiento que se resuelve aproximadamente en un cuarto de hora. Comienza con un Andante alla marcia, con presentación del tema principal hacia un Allegro giusto, que expone y desarrolla una forma sonatística  de tres temas. Vuelve a recuperarse el Andante inicial, con las cuerdas a solo, preparando la coda sobre el Tempo primo de la introducción, una construcción que evita toda elaboración posiblemente caótica, gracias a las abundantes sutilezas merced al cambio del manejo de tonalidades y del ciclo de variaciones. Obra un tanto postergada y que comparte trayectoria con obras como Lachrymae Op. 48; el grupo de las Metamorfosis sobre Ovidio Op. 49 o las Gemini-Variations Op. 73.

Elisabeth Maconchy (1907/94)- Quintet for oboe and Strings (1932), en sus tiempos: Moderato; Poco sostenuto y Allegro non troppo. Compositora nacida en Broxbourne, realizó sus estudios en el Royal College of Music a mediados de los años veinte, viajó a Praga, en donde presentó sus primeras obras, como su primer concierto del que sería intérprete Karel Jirák, tras haber tenido como maestros a Charles Wood, G.H. Kitson y Vaughan- Williams, en composición y a Arthur Alexander, en piano. Su interés por la música camerística acaparará de inmediato su atención con sus primeros cinco cuartetos de cuerda, que recibieron el premio establecido en memoria de Edwin Evans, precisamente por el planteamiento de sus recursos técnicos y expresivos, una tendencia que veremos en la obra elegida para este concierto y que continuará en obras como Dialogue, para piano y cuerdas; las Variaciones para cuerdas; la Sonata para violín y piano o el Concertino para clarinete y cuerdas. Obras contrapuntísticas en su contexto que ella misma calificará como de una expresividad contenida, siempre atenta a su talante intelectual y programático, sobreponiéndose a una posible sensibilidad que determine el resultado de sus trabajos.

Ralph Vaughan-Williams (1872/1958)- Six Studies in English Folksongs (1926)-, repartidos entre el Adagio Lovely on the Water; el Andante Spurn point, para continuar con un Larghetto Van Diemen´s Land, un Lento She Borrowed Some of Her Mother´s Gold; Andante The Lady and the Dragoon y Allegro As I Walked over London Bridge. Obra para chelo (o violín, o viola, o clarinete) y piano cuya destinatanaria había sido May Mukle, que en esencia, no se trata de simples transcripciones de canciones populares como podía pensarse. Casi media hora de un entretenido juego de adivinanzas destinadas a un público medianamente enterado, pero con su giro de guiños ocultos.

Arnold Bax (1883/1953)- Quintet for oboe and Strings (1922)- compositor impregnado de un ostensible nacionalismo constatable en esa admiración por la mitología irlandesa, desde los paisajes a los ensueños forjados por relatos fantásticos que trasladará a sus obras. Aprendió gaélico y lo expresó bajo su pseudónimo Dermot O´Byrne, del que quedará memoria a través de sus escritos, refrendados por sus estancias en Glencolumcille (Irlanda). Vaughan- Williams, Elgar y Delius, influyeron en su evolución artística, particularmente en sus poemas sinfónicos, pero el espacio camerístico cobra importancia gracias al impresionismo en la tímbrica, el idioma armónica y el cuidado tratamiento del respeto a las armonías tradicionales. Obras como la elegida; la Sonata para viola y arpa; el Quinteto para arpa y cuerda o el Trío elegíaco para flauta, viola y arpa, formaciones ciertamente inusuales dentro de su legado, manteniendo el compromiso de aproximación a una herencia en la que su imaginación, nos ubica en esas tradiciones célticas, tal cual él insinúa: giros, ritmos temas y otros elementos. El año de composición de este quinteto, había sido el mismo en el que se presentó en el Queen´s Hall, The Garden of Fand y Mediterranean, para orquesta o la Phantasy for viola y orquesta, junto a tres carols y la Segunda sonata para piano. Año de bienes repartido entre Praga y Salzburgo.

Fernando Buide del Real-Adagio para corno inglés (2003/4- obra arreglada para Iria Folgado por el compositor, obra procede de un cuarteto (2003/4) y cuyo Adagio resultará un tiempo para oboe y trío de cuerdas escrito en 2012, que se resuelve en una larga melodía de aliento vocal  sobre paisajes sonoros atlánticos inspirados en aires asturianos y gallegos, en opinión del autor,  tras su interpretación en el Festival de Música no Claustro, que promueve Samuel Diz, en la Catedral de  Tui, un músico con larga trayectoria por los certámenes más señeros del país, y que estudió en el Carnegie Mellon de Pittsburgh, contando con proyectos artísticos como la ópera A sombra de Cristal; Do mar e a noite; A Amnesia de Clío, con dirección escénica de Marta Pazos y dirección de Paul Daniel, destacando como solistas Raquel Lojendio, Sebastià Peris y Marina Pardo, con un curioso trasfondo político; el Concierto para órgano estrenado por Juan de la Rubia, y dirigido por Diego Martín- Etxebarria, con la ONE, compartiendo cita con el Hymne pour grande orchestre, de Olivier Messiaen y la Sinfonía en Do de Paul Dukas; Pasaxes, con la soprano Isabella Gaudí, encargo de la Fundación SGAE/AEOS  o la versión para orquesta reducida de la Sinfonía nº 1, en Re M. , de Gustav Mahler o su reciente Cántico, que recurre a la poética de Ernesto Cardenal.

Ramón García Balado

02/10/2025

Rosana Orsini & Ensemble Freymut: Ecos do Barroco en Espazos Sonoros

 Teatro de Beneficencia, Ortigueira


Clausura de Espazos Sonoros con Rosana Orsini & Ensemble Freymut-en el Teatro de Beneficencia (Ortigueira), día 4, de octubre a las 20´00 h.-, en un programa que nos lleva desde J.S. Bach, a Telemann, Häendel, A. Corelli, B.Strozzi, Frescobaldi y Monteverdi. Rosana Orsini está especializada en repertorios barrocos brasileños, colaborando con grupos como Scarlatti Lab, Americantica, Gallaecia Ensemble, Cuarteto Alicerce o Favola d´Argo- con quienes estuvo en este ciclo en un programa titulado Lagrime Care, junto a Manuel Vilas y Marco Brescia-, siendo protagonista en óperas como In ballo delle ingrate- Monteverdi-; Vendado es amor, no es ciego, de J. de Nebra, rescatada por el grupo Los Elementos, de Pablo Miguélez Rouco, en las actividades de Amigos de la Ópera, de A Coruña (2020); Le Nozze di Figaro; Don Giovanni; Un ballo in maschera o Manon (Massenet), en escenarios que van desde el Teatro Municipal de Río; Casa da Ópera de Vila Rica o Stavovské Divadlo, tras licenciarse en la Universidade Federal de Minas Gerais, en la Manhattan School of Music (New York); la Royal Ac. of Music (Londres), la Université Sorbonne- Paris  IV o el Conservatorio de San Pietro a Majella (Nápoles).

El Ensemble Freymut, integrado por Helga Korbar (violín barroco); Mª Danneberg (viola da gamba); Ching-Yao Wang (flauta travesera) y Sobin Jo, al clave, recibió asesoramientos  de Stefan Gottfried, Johannes Weiss, Bartold Kuijken, Christophe Coin, Claire Genewein, siendo becados por la Werner Tripp Memorial. Freymut, remite a escritores del XVIII, que trasmitían su legado bajo pseudónimos, para compartir sus intenciones programáticas. Se reclamaba así un coraje libre (freyer Muth), para publicar una obra con mensaje crítico. El grupo fue galardonado con el Premio WDR, dentro del Concurso H.I.F. Biber, junto a la cantante Johanna Falkinger, siendo invitado al Jeunesse Österreich, tras debutar en el certamen infantil Freyen Muthes durch die Welt. Llegaron a colaborar en proyectos contemporáneos con el compositor Daniel Serrano, en Dülons Welt, dedicado al flautista ciego Friedrich Ludwig Dülong (1769/1826). En iniciativas reciente, presentaron la serie de conciertos HORIZONS-Alte Musik Innovativ.

J.S. Bach- el aria Liesgen (¡Ay! ¡Qué dulce me sabe el café!, ¡más suave que el vino de moscatel! Café yo quiero café y si alguien quiere obsequiarme, que me sirva una taza de café. Pieza de Schweigt stille, plaudert night (Kaffenkantate) BWV 211, cantata profana sobre texto de Picander, para las actuaciones del Collegium Musicum, en el Café Zimmermann (c. 1734/5), producto de la relación entre el poeta y el músico, dejando abierta la posibilidad de que tal texto fuese anterior. Alfred Dürr, en la primera edición de 1971, de su primordial obra Die Kantaten von J.S. Bach, daba como fechas presumibles entre 1734/5. El asunto que nos ocupa, nos remite al café como auténtica moda entre las clases acomodadas, especialmente tras el levantamiento de 1683, tras el sitio de Viena, donde los turcos dejaron grandes pérdidas de grano. Una literatura que llegará a París, en donde se estrene Le café, de J.P. Rousseau, adaptada por James Miller, con el título The Coffee House (1694) o en 1734, en Venecia con La Bottega da caffé, de Goldoni. Puede mencionarse la Cantata del café, de J. Gottfried Krause (1916), o la Oda al café, incluida en la obra de Sperontes La musa canora del Pleisse (1743), donde se burla de las damas cafeteras. Ese café que también tuvo gran aceptación en Leipzig, precisamente dentro del público femenino, que frecuentaba los lugares públicos, como el mentado Zimmermanisches  Coffe-Haus, donde actuaba J.S. Bach, con el Collegium Musicum, fundado por G.F.Telemann, en 1720 y que él dirigiría desde 1729. El aria que se ofrece, es un dechado pintoresco sobre un melodismo suave, ondulado y lisonjero, repartido, entre un padre y su hija, con acompañamiento de flauta travesera y continuo, en disposición ternaria, mediante libre reexposición de la primera.

G. F. Telemann (1681/1767)- Concierto en Re M. (Piacevole/ Adagio/Largo y Vivace), perteneciente a los Six Concerts et Suites TWV 42: D6 (1734), piezas destinadas al lucimiento de la flauta travesera en medio de la ingente cantidad de obras instrumentales, en el estilo galante propiamente dicho, para reconocimiento preciso de que había sido fundador del Collegium Musicum, ofreciendo frecuentes conciertos con obras instrumentales, repartidas entre sus obligados oratorios en obras representativas como la Brockes-Passion. No menor aprecio tendrán sus obras cameristicas, resultado creciente de los años de formación en los liceos de Magdeburgo, Zellerfeld o Hildesheim, siempre con un grado reconocible de autodidactismo.   Arcangelo Corelli (1653/1713)- Sonata para violín nº 10, en Fa M. (Preludio, Adagio, Allemanda, Sarabanda, Gavotta, Giga, para violino, e violone o cembalo op. 5, maestro indiscutible de esa forma por parte de quien era apreciado como notable virtuoso, sin llegar a dejarnos una producción excesiva por su cantidad. La serie de obras de este grupo, se reúne dentro de un grupo de seis en estilo sonata da chiesa, normalmente en cinco tiempos, partiendo de un primero lento, breve y escueto y que tendría un trato de favor en la corte de Cristina de Suecia , antes de continuar junto al Cardenal Ottoboni, llegando a tener buenas relaciones con Händel.  Dos piezas de G. Frescobaldi- La toccate e partite d´intavolatura (Libro primo. 1616), de la Toccata ottava y Se l´aura spira tutta vezzosa (Primo libro d´arie musicali (1630), metidos de lleno en la Seconda Prattica sin llegar a inaugura nuevas formas instrumentales en lo relativo a las que florecían entonces, acudió a los elementos de esas estéticas que siempre se mantendría afines a la melodía, cultivada por compositores del momento, entre los que valdría citar a Gabrielli y Trabaci, impregnado con ello su personalidad creativa.

G.F. Händel- Sweet Bird, de la oda L´Allegro, il Penseroso ed il Moderato HWV55 (1740), moderación por ese don que el prudente dios de la Naturaleza concedió a los mortales insensatos para redimirlos de sí mismos. Una pastoral que recurre a la poética de Milton, y que es consecuente, ingeniosa en los recursos instrumentales, llena de sutiles respuestas a esa inspiración pastoril, procedente de los poemas. Hawkins dirá que el autor solía decir que para el público inglés, la música unida a la poesía, no era distracción para una tarde y que algo que tuviera la apariencia del argumento de una fábula, era necesario mantener despierta su atención.   Barbara Strozzi (1619/77)- Che si puó fare (Arie Op. 8, 1664), la hija de Giulio Strozzi, conocedor de los entresijos venecianos, tendrá en gran estima a tan portentosa dama: la fama de la gentilissima e virtuosissima doncella, la Signora Barbara Strazzi, no hacía sino crecer. Sin embargo, se la empezaba a conocer no sólo por su virtuosismo musical. Los escritores satíricos se apresuraron a establecer el conocido virtuosismo entre interpretación musical y libertinaje sexual: Es un detalle  repartir las flores tras haber entregado su fruto. Aquí el fruto, es la virginidad de Barbara; las flores, sus interpretaciones musicales. Giulio, su padre, había creado la Accedemia degli Unisoni.

Claudio Monteverdi (1583/1643)- Ritornello- Pur ti miro, de la ópera L´Incoronazione di Poppea, 1642, ópera de la que nos han llegado dos partituras, ambas anónimas según Paolo Fabbri, una conservaba en Venecia y la otra en Nápoles, partituras que no indican más que las líneas vocales y el bajo continuo, las sinfonías y ritornellos, se presentan en tres partes del manuscrito veneciano, y generalmente en cuatro, en  el napolitano. El nombre de Monteverdi asociado con L´Incoronazione di Poppea, sólo empezará a aparecer en la segunda mitad del XVII, en la partitura veneciana, que había pertenecido a Cavalli, y que pasó más tarde a manos del noble musicólogo Marco Contarini. Últimamente ha comenzado a producir una cierta perplejidad el dúo final de Nerón y Poppea, Pur ti miro, pur ti godo, presente en las partituras y libretos manuscritos, pero no en los impresos. El texto del dúo, ya había aparecido en la reposición de Bolonia, del Pastor regio, de Benedetto Ferrari, publicado en Milán en 1644, en edición del autor, por lo que parece apropiado reconocerle su paternidad literaria.

Ramón García Balado

Kevin Zhu: Caprichos para violín solo, en el IV Ciclo Cidade Vella, de A Coruña

 Igrexa de San Nicolás, A Coruña 


Concierto en la Igrexa de San Nicolás de A Coruña- día 4, a las 20´30  h-, con el violinista Kevin Zhu, que ofrecerá la integral de los Caprichos para violín, de Niccoló Paganini, en invitación abierta, un intérprete premiado en los Concursos Yehudi Menuhin y del LV Paganini, de Génova, con tal solo 17 años, presentándose profesionalmente en el Carnegie Hall, en 2019, había tenido como maestros a Li-Ling, en el Conservatorio de San Francisco y también al mítico Itzhak Perlman, ampliando su currículo la beca Kovner, para ampliar en la Juiliard School, neoyorquina. Artísticamente, colaboró con Los Virtuosos de Moscú, de Vladimir Spivakov; la Orquesta de Cámara de Viena, la O.S. de San Petersburgo, la O. S. de China y recientemente en el Queen Elisabeth.

Niccoló Paganini (1782/1840), fue un talento con precedentes poco reconocibles, maestros que habían destacado por sus actitudes serenas e incluso algo retraídas, nombres como los de Arcangelo Corelli, Gaetano Pugnani, Giuseppe Tartini, Pietro Locatelli o Antonio Vivaldi, los grandes de la escuela barroca. En su caso, dentro de un salto de estéticas de época, no solo cambió completamente la concepción de la ejecución y su evolución, sino que dio cauce a un planteamiento del propio virtuosismo, un patrón que dejará constancia a partir del XIX, ayudando a crear la idea del artista como héroe, aupado precisamente por esa idea del virtuosismo provocador. Espectacular y extravagante, elementos ajenos al mundo de la propia música, encumbraran la figura del peculiar personaje; algo de luciferino acabarían encontrando en su presencia escénica, imponiendo un nivel de interpretación casi imposible de superar, atendiéndonos a los cánones al uso. Un éxito, como queda dicho, ratificado por una incomparable técnica que generaciones posteriores, sabrá valorar en su justa dimensión. Efectivamente no existían precedentes de determinados aspectos que dejarán esa huella en la historia: el pizzicato de ambas manos, los armónicos en una octava más baja, los múltiples cambios de tonalidad, el particular empleo del arco, las prolongaciones nunca vistas y la rapidez de cambios de tonalidad, la pulsación de las octavas, los solos en una cuerda. En su juventud, había practicado obsesivamente las posibilidades que le ofrecía el instrumento, adentrándose ante el público con una actitud poco cauta, al buen entender de los aficionados, los mismos que se sorprendían por su figura desgarbada, ciertamente desaliñada, casi un gnomo saltarín, con el codo pegado al cuerpo y moviendo la muñeca incansablemente para accionar el arco del violín. Durante las ejecuciones, solía agitar el arco y hacer muecas, mientras adelantaba uno de sus pies, marcando el compás. Misterioso como pocos, arrastraría la inevitable comparación con un mundo oculto,  en el que fomentaría leyendas como las que sostenían su posible pacto con el Maligno. Liszt, que llegó a escucharle, sintió de golpe lo que calificaría como una súbita revelación.

Paganini cultivaría igualmente la guitarra, repartiendo su vida entre Génova, Lucca o Parma, y entre los trabajos de sus primeros años, aparecen unas variaciones para violín y guitarra, La Carmagnole (1795) y los Caprichos para violín Op. 1, compuestos a partir de 1802, que serán publicados por la prestigiosa casa Riccordi, de Milán, en 1820, serie de piezas dedicadas a varios artistas, teniendo como modelos de referencia, las herencias del siglo XVIII, una divagación claramente asumida, a la que concederá su propio sello. Una serie de 24 caprichos que, aparentemente, se presentan como brillantes alardes muestras de recursos interpretativos, en los que se resumen las urgencias inherentes a las demandas de las técnicas requeridas, un tanteo de funambulismo atrevido que se apoya en un criterio poético de largo alcance, condensado dentro de una soberbia imaginación sin pudor ni concesiones. Un atractivo que iremos descubriendo paso a paso desde el Primero, dominado por agotadores arpegios, al Tercero, a caballo entre un canto en octavas, con un Presto desbocado. El Séptimo, arriesga en el límite de las octavas; el Capricho nº 15, se reparte entre una melodía en octavas y staccato y una continuación con acordes insistentes de brillantes rasgos de virtuosismo. El Capricho nº 18, se inicia con una Corrente, aparentemente tradicional que poca relación mantiene con el estilo tradicional y que se expresa sobre la cuarta cuerda, detalle que compositores anteriores miraban concierta desconfianza. El Capricho de conclusión, el nº 24, en La m., se sostiene sobre un tema con variaciones, un tema sencillo y regular que se convertiría en pieza de gran aceptación, también entre los pianistas, merced a sus variaciones de bravura sobre el staccato (la primera); el cromatismo (la cuarta); las quintas y las décimas (la sexta) o la alternancia de los pizzicatos del arco o los golpes de arco (la novena). También una consideración para el Capricho nº 13, titulado La risalta (La carcajada), por su evidente peculiaridad. Cada uno de los caprichos en su despliegue condensado, queda enmarcado necesariamente por episodios contrastados que ayudan al encadenamiento del conjunto de las piezas, siempre en el espacio de un notable virtuosismo al que dará argumentos el intérprete. El músico nacido en Génova, había sido animado por su propio padre a entregarse a la interpretación y la composición, una vez descubiertas sus cualidades innatas, será la leyenda quien añada nuevas dimensiones a su peculiar legado, tras sus estudios primerizos con Servetto, y que él mismo sabrá llegar a la dimensión de sus ambiciones, gracias a lo que serán los años entregados al autodidactismo, quedan en medio otras experiencias en otra de sus etapas, como la de Parma, en donde mantendría relaciones artísticas con Rolla, poco antes de triunfar en Lucca. Una anécdota en su vida, será el encuentro con unos magnates franceses, magnetizados por su forma de tratar el instrumento, le facilitarán la adquisición de un violín Guarnerius, de 1742, un compañero del que será fiel amigo durante toda su vida.

Ramón García Balado

Mozart: Requiem en Re m. K.626 y la Sinfonía Fúnebre, en Mi m. de F. J. Haydn, por la OSG

 Palacio de la Ópera, A Coruña Conciertos de la OSG, dirigidos por Roberto González- Monjas , en el Palacio de la Ópera, de A Coruña - días...