Palacio de la Ópera, A Coruña
El pianista ruso Andrey Gugnin sustituye al previsto Alexander Kantorow, ausente por indisposición, interpretará el Concierto noº 3, en Do M. Op. 26, de Serguei Prokofiev con la OSG dirigida por Roberto González Monjas en el Palacio de la Ópera de A Coruña-días 10 y 11, a las 20´00 h., para un concierto que incluye Romeo y Julieta, de P.I. Tchaikovski y el capricho español, de Nikolai Rimski-Kórsakov. Andrey Gugnin, grabó las sonatas y preludios para piano de Shostakovich, para Hyperion recibiendo el German Piano Award (2023), colaboró con formaciones como la London Fhlharmonic, la Sinfónica de Dinamarca, la O. del Teatro del Mariinski, la S. de los Países Bajos, la O. S. de Utah o la West Australian S.O., editó un amplio catálogo de obras de cámara, y conciertos para piano de Shostakovich, Fue elegido Editor´s Choice por la revista Gramophon, y como curiosidad, nos encontramos con la invitación recibida por Steven Spielberg para Oscar Bridge of Spies, publicando recientemente el album Tchaikovsky & Stravinski: Russian Ballet suites, editado por Hyperion. Comenzó sus estudios con Natalia Smirnova, para ampliar con Olga Mechetina, Valery Kastelsky, Lev Naumov, Stanilav Loudenitch, William Naboré y Vera Gornostayeva. Compromisos recientes, le llevaron a la Orquesta del Teatro Goldoni y la La Crosse Symphony O, dejando para el curso entrante su participación en el Bard Music Festival y una gran gira que le llevará a Japón y a Australia.
Serguei Prokofiev- Concierto para piano, nº 3, en Do M. Op. 26-, obra de un intenso período en el que dará vida al ciclo de canciones Op. 36, sobre poemas de Balmont, poemas como Voces de las aves; La mariposa o Piensa en mí, unas canciones que por voluntad, estaría pensada para su compañera de entones Lina y que las estrenaría en Milán (1922), tras un pacífico verano, en el que abordará los primeros esbozos de este concierto, recuperando material previamente escrito, como el movimiento de danza del Segundo tiempo (Andantino), además que otras partes diseñadas hacia 1913, destinadas al Primer movimiento, en las que incluía la melodía rusa y que se expone con un solo del clarinete. Dos temas de un cuarteto abandonado, absolutamente diatónico, aparecerán en el final de la obra. Obra que en conjunto destacará por su densidad y limpieza de estructura, divagando menos que el anterior. Si el Primero tuvo éxito por el uso del conjunto orquestal, el Segundo destacaría por la parte del solista. Este Tercer concierto nacerá mientras realiza una gira con Lina por los Estados Unidos, dentro de un atareado programa de compromisos, sería hacia finales de otoño de 1921, cuando encontrándose en Chicago, para ofrece El amor de las tres naranjas, ofrezca la primera audición de la obra, trabajos que presentará casi en las mismas fechas, siendo solista el autor con la O.S. de Chicago, bajo la dirección de Frederick Stock. En propia confesión admitiría que se encontraba particularmente nervioso mientras practicaba más de tres horas al día. En cualquier caso, la respuesta del público había sido cálida y respetuosa, a pesar de ciertas suspicacias que provocó y que tendrá una actitud de rechazo en Nueva York, en una segunda ejecución. En definitiva, será el más popular de sus conciertos, obra en tres tiempos desde el Allegro, a través de una cándida melodía que nos lleva a un atractivo pasaje extenso para el solista, resuelto por acordes marteletto a repartir entre ambas manos y una cascada de glissandi que se resuelven en la coda. El Andantino con variazioni, resume un total de cinco variaciones ligeras y con un aire dubitativo tratado por la flauta y el clarinete, bien definido por una primer apunte definido L´istesso tempo y que en cierto modo recordará una idea que podemos encontrar en Gershwin, músico que comenzaba a descubrir. El Andante meditativo, cuarta de las variaciones, supone una alteración en este tiempo que desembocará en el Allegro giusto, en el que el piano alcanza su intensidad expresiva hacia un final encumbrado y vertiginoso que para expertos, recuerda la cadenza del Concierto en Sol m. Op. 16, propuesto por los instrumentos de madera entre un aire staccato del teclado. El Allegro ma non troppo, en forma tripartita, se resuelve en pugna por las divisiones internas a partir de una disputa entre el fagot y las cuerdas, que se deciden por afrontar un aire popular de perfiles folklóricos, concediendo al ritmo un marcado protagonismo, del que será destinatario el piano, en un juego de acordes acentuados que concluyen entre un despliegue de pasajes virtuosísticos. Konstantin Balmont, poeta cercano al compositor, le dedicaría una escueta dedicatoria en forma de soneto y que encabezaría con las palabras: ¡Prokofiev! Música y juventud en flor/ En ti la orquesta anhela olvidados sonidos estivales/ Y el invencible escita golpea el tamboril del sol. Prokofiev, centrado en la composición de este Tercer concierto para piano, se había retirado a un retiro en St. Brevin-les- Pins, una aldea de la costa bretona, para conformar lo que sería esta obra, mientras completaba el citado ciclo de canciones y El ángel de fuego.
P. Illich Tchaikovski- Romeo y Julieta-obra que dará a conocer en Moscú en marzo de 1870, bajo la dirección de su apreciado Nikolai Rubinstein, en su primera versión, antes de repetir en San Petersburgo, el 5 de febrero de 1872, dirigiendo entonces Napravnik, y posteriormente en Tiflis, contando entonces con Ippolytov-Ivanov, en lo que será la versión definitiva, un trabajo nacido por sugerencia de Balakirev- miembro del Grupo de los Cinco-, quien ayudaría a marcar sus directrices en cuanto a su desarrollo y planteamiento, aspecto que en lo posible, sabría mantener desde los primeros rasgos para un trabajo que resolverá en un par de meses, sometido con todo a una revisión que Balakirev optará por aceptar, con ciertas reticencias del compositor. Un estilo e obertura-fantasía que se prepara sobre un tema tomado en préstamo, una especie de coral procedente de influencias occidentales, entremezclados con herencias de la tradición ortodoxa llevando a un tema contrapuesto pausado de las cuerdas. Un acelerando ratifica un aire que rememora el enfrentamiento entre Capuletos y Montescos, ya con una orquestación más poderosa y nutrida que describe un enfrentamiento de clanes. Surgirá el amor de Romeo y Julieta que reflejará la pasión de ambos, en oposición a los temas anteriores. Un intenso crescendo nos traslada a la situación límite con la coda que manifiesta que resuelve los enfrentamientos insalvables, con un coral que cierra el amargo fin de los amantes.
Nikolai Rimski- Korsakov- Capricho español (Suite para orquesta Op. 34)- obra realizada con la ayuda de Glazunov y completada en los años de la ópera El príncipe Igor, obra casi incidental y sin mayores pretensiones, prevista como argumento para un Concierto para violín y orquesta, en la que utilizará sin reparo material tomado del cancionero de José Inzenga Ecos de España, colección de cantos y bailes populares, preferentemente aires de talante bailable, en beneficio de los recursos orquestales, a tenor de lo que encontramos en la Jota aragonesa de Glinka o en Noches de verano, aceptando que el compositor desconocía nuestra tierra y el temple posible de las obras, antes de conocer su estreno en San Petersburgo, en 31 de octubre, de 1887, bajo su propia dirección. Una serie de curiosos tiempos desde la Alborada (Vivo e estrepitoso), danza colectiva que rememorará a un Bizet en la distancia. Las Variaciones (Andante con moto), canto lírico tratado por trompas y con respuesta orquestal. Nueva Alborada (Vivo e strepitoso), un claro retorno, para pasar a la Escena y canto gitano, pasaje más característico en sus parámetros hacia un Finale Crescendo, cerrando un Fandango asturiano, sin solución de continuidad, en el que destacan flautas con una tema danzante, destacando un aire de vals que cierran dos apuntes que remiten a un aire gitano.
Ramón García Balado

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