Palacio de la Ópera, A Coruña
Olazt Ruiz, presenta credenciales como concertino y directora de la OSG, en los conciertos que la formación ofrece en el Palacio de la Ópera, de A Coruña- días 14 y 15, a las 20´00 h.-, anunciando en programa obras de Gustav Holst, Edward Elgar, Andrés Gaos y P.I. Tchaikovski, una selección de piezas en consideración a los gustos del aficionado medio. Olatz Ruiz, natural de Gordejuela (Guipúzcoa), nueva concertino de la formación coruñesa, es una violinista con una carrera que la llevó a la London Symphony O.; y que tuvo experiencias profesionales de la Gewandhaus, de Leipzig. Teniendo como maestros a Zakhar Bron, Yuri Volguin, en la Escuela Reina Sofía de Madrid, período en el que estuvo integrada en el Cuarteto Iberia, también siguió estudios en el Mozarteum de Salzburgo, con Klara Flieder y Tabea Zimmermann, compartiendo labores con maestros como Leonidas Kavakos, Ferenc Rados, S. Ashkenazi o N.Chumachenko, y V. Gluzmann, entre otros. Gustav Holst, con una obra de juventud- St. Paul suite Op. 29, composición de 1912 y que tardará una década en darse a conocer, obra camerística en sus tiempos: Giga Vivace; Ostinato; Presto Intermezzo y Finale: Allegro, un arreglo a partir de la pieza Dargasson, de la Segunda suite en Fa, para banda. El autor de obra emblemática Los Planetas, tenía antecedentes familiares letones, por su bisabuelo Matthias von Holst, quien había ejercido arpista y maestro de corte, virtudes que trasmitirá a su hijo, padre de nuestro músico, que desde muy joven mostró un gran interés por la música, estudiando en el Royal College of Music, tras adquirir sus primeros conocimientos en la Cheltenham Grammar School, dejando para la posteridad un primer trabajo-la opereta Landsow Castle- teniendo como primer maestro a Sir Charles Stanford, un período en el que conocerá a Ralph Vaughan- Williams, un amigo con la que mantendrá vínculos durante toda su vida. Compondría una serie de canciones que él mismo acabaría dirigiendo, para el Hammersmith Socialist Choir (Londres), un genuino laboratorio de pruebas, mientras se le confiaba las responsabilidades directoriales en la St. Paul Girl´s School (1909), una entrega de fervoroso entusiasmo, cargo que mantendrá ocupado hasta 1924, y del que la historia dejará un importante legado entre el que aparece la St. Paul Suite y la Brook Green Suite. Entremedias, su vida se verá beneficiada por las labores docentes en el Morley College, centro dedicado a los aficionados menos pudientes del Sur de Londres, animando a sus alumnos a interesarse por abordar programas como The Fairy Queen (Henry Purcell). Holst, dentro de estos proyectos, acabaría probando en la composición de obras significativas como la serie de los Choral Hymns from the Rig Veda, especie de ópera de divulgación, que emparejará con Sâvitry, por su valor testimonial, evidentes estudios sobre el sánscrito. Otros trabajos, de estos posicionamientos estéticos, serán Two song without Words; A Somerset Rhapsody o Beni Mora, los compromisos permanentes con la Saint Paul´s Girl´s School, serán una obsesión de sus exigencias cotidianas y que se ratificarán con otras obligaciones mantenidas con el Morley College y el Royal College of Music o el University College of Reading, un puente que le llevará a recibir la invitación en 1923, en Estados Unidos, como artista de honor, en la Universidad de Michigan, Holst, destacaría entonces como autor de curiosos trabajos como la ópera cómica The Perfect Fool y la más convencional Fugal Overture y el Fugal Concerto.
Edward Elgar (1857/1934)- Serenata en Mi m. para cuerdas Op. 20-, valdrá como argumento de continuidad con respecto a Holst por la consideración de planteamientos artísticos y biográficos ya que ambos llegaron a coincidir en la composición de obras posiblemente cargadas de argumentos centrados en aspectos de sus cotidianas vivencia, como es el caso de las Variaciones enigma o las atenciones dedicadas a la tradición coral inglesa como el oratorio Los apóstoles y cantatas profanas como The Music Makers Op. 69, casi coincidentes en fecha, el talante emocional que marcará la evolución de su amplia carrera, se verá involucrado en las transiciones de los períodos enmarcados entre la Reina Victoria y Eduardo VI, todavía entre los fastos de poderío del imperio, aunque parte de su música, no reniegue de las influencias germanizantes, distanciándose de las previsibles deudas con las debidas herencias inglesas como posiblemente podríamos suponer. La Serenata en Mi m. Op. 20, es igualmente obra de juventud y que con plena seguridad en sí mismo, estrenaría el 7 de abril de 1893, en Hereford, aunque todavía de forma parcial por lo que tendría que esperar al 16 de julio de 1899, para que en New Brigthon se conceda el placer de ponerla en atriles, ya en su versión definitiva. Obra de curiosa evolución por sus dubitativos tanteos, ya que el autor había recurrido para su acabado al uso de tres piezas descubiertas en el Festival de Worcester, un año antes, que entonces llevarían el título de Spring song, Elegy y Finale. El origen de la Serenata para cuerdas se anuncia como un Allegro piacevole, efectivamente una especie de tonada pastoral, que ya se encontraría en las Suites de The Wand of Youth, que resultarán otro de sus trabajos tomados de aquel período de indagación que encontraría en Schumann y Tchaikovski; Elegy, resulta un apacible Larghetto, en equilibrio con el primer tiempo para completar el tercero en forma de Allegretto, si cabe más meditativo y que enlaza con el Allegro piacevole, obra de corta duración y que seduce al oyente por su sencillez casi imperceptible.
Andrés Gaos- Impresión nocturna, en Re M.-, obra igualmente para instrumentos de cuerda que conoció dos ediciones, una de Xoan Manuel Carreira y la otra de Joám Trilho, ambas con ciertas diferencias siendo la primera la que tuvo una versión de la OSG y la de Trilho, que el musicólogo abordaría con la que había sido su formación, la Xoven Orchestra de Galicia, que retomará la RFG. Queda como alternativa, la reducción para piano, hecha por el autor. Gaos apreciaba la obra hasta el extremo de pedir que se interpretase en su velatorio, apreciación de la que se guarda el testimonio de su hijo Gaos Guillochón. Para el estreno parisino, se contaría con artistas procedentes de Argentina, Gregorio Marañón y José Ortega y Gasset. Una especie de poema sinfónico tripartito al que se añade una breve coda y cargada de indicaciones desde poco più mosso a Più calmo, Sempre calmo…La versión de la OSG, es idéntica a la de los Virtuosi de Praga y la de Maximino Zumalave, con la O. de Cámara de Stuttgart, es prácticamente igual en duración, quedándose la de Trilho con una extensión de ocho minutos y medio. Para Gaos Guillochón, aceptando la propuesta en familia, aporta la idea de una obra de permanente cromatismo y armonía extremadamente densa y compleja, que envuelve al oyente en un fluctuante ondular melancólico y lo extasía en una dulce tristeza que enternece casi hasta el llanto. Trilho hablando de su cromatismo, resume: No noso autor é intenso pero limitado casi a dous aspectos: melódico, non na melodía principal senón nos pequenos motivos das partes intermedias; harmónico, non nos enlaces entre os acordes senón no uso continuo de acordes alterados, 5ª e 7ª disminuidas, 6ª aumentada, 3ª mayor, para crear falsas dominantes, etc…
P. I. Tchaikovski- Serenata en Do M. Op. 48-, obra destinada a una sesión privada en el Conservatorio de Moscú, el 21 de noviembre de 1880, y que resultaría como fruto de ciertas incertidumbre basculantes entre una composición sinfónica y un quinteto de cuerdas, recurriendo a este planteamiento a tenor de los materiales disponible y las inevitables dudas, forzadas entre las propuestas de serenatas o divertimentos del XVIII, de las escuelas tanto venecianas como milanesas. El Pezzo in forma di sonatina, es un Andante ma non troppo, con un aire de obertura francesa que aporta un Allegro moderato, de tres temas de transparencia mozartiana; el Vals, es una idea de una actitud receptiva marcada por el aligeramiento de los compases en una modulación constante. La Elegía, una meditación intimista de puro lirismo que podrá insinuar una coreografía dentro de un Adagio para un ballet y una coda que se acentúa preparando el Final (tema ruso), repartido entre un Andante y un Allegro con spirito, inspirados en aires folklorizantes procedentes de una colección de Balakirev.
Ramón García Balado



