12/11/2025

Olazt Ruiz, concertino y directora con la OSG

 Palacio de la Ópera, A Coruña


 Olazt Ruiz, presenta credenciales como concertino y directora de la OSG, en los conciertos que la formación ofrece en el Palacio de la Ópera, de A Coruña- días 14 y 15, a las 20´00 h.-, anunciando en programa obras de Gustav Holst, Edward Elgar, Andrés Gaos y P.I. Tchaikovski, una selección de piezas en consideración a los gustos del aficionado medio. Olatz Ruiz, natural de Gordejuela (Guipúzcoa), nueva concertino de la formación coruñesa, es una violinista con una carrera que la llevó a la London Symphony O.; y que tuvo experiencias profesionales  de la Gewandhaus, de Leipzig. Teniendo como maestros a Zakhar Bron, Yuri Volguin, en la Escuela Reina Sofía  de Madrid, período en el que estuvo integrada en el Cuarteto Iberia, también siguió estudios en el Mozarteum de Salzburgo, con Klara Flieder y Tabea Zimmermann, compartiendo labores con maestros como Leonidas Kavakos, Ferenc Rados, S. Ashkenazi o N.Chumachenko, y V. Gluzmann, entre otros. Gustav Holst, con una obra de juventud- St. Paul suite Op. 29, composición de 1912 y que tardará una década en darse a conocer, obra camerística en sus tiempos: Giga Vivace; Ostinato; Presto Intermezzo y Finale: Allegro, un arreglo a partir de la pieza Dargasson, de la Segunda suite en Fa, para banda. El autor de obra emblemática Los Planetas, tenía antecedentes familiares letones, por su bisabuelo Matthias von Holst, quien había ejercido arpista y maestro de corte, virtudes que trasmitirá a su hijo, padre de nuestro músico, que desde muy joven mostró un gran interés por la música, estudiando en el Royal College of Music, tras adquirir sus primeros conocimientos en la Cheltenham Grammar School, dejando para la posteridad un primer trabajo-la opereta Landsow Castle- teniendo como primer maestro a Sir Charles Stanford, un período en el que conocerá a Ralph Vaughan- Williams, un amigo con la que mantendrá vínculos durante toda su vida. Compondría una serie de canciones que él mismo acabaría dirigiendo, para el Hammersmith Socialist Choir (Londres), un genuino laboratorio de pruebas, mientras se le confiaba las responsabilidades directoriales en la St. Paul Girl´s School (1909), una entrega de fervoroso entusiasmo, cargo que mantendrá ocupado hasta 1924, y del que la historia dejará un importante legado entre el que aparece la St. Paul Suite y la Brook Green Suite. Entremedias, su vida se verá beneficiada por las labores docentes en el Morley College, centro dedicado a los aficionados menos pudientes del Sur de Londres, animando a sus alumnos a interesarse por abordar programas como The Fairy Queen (Henry Purcell). Holst, dentro de estos proyectos, acabaría probando en la composición de obras significativas como la serie de los Choral Hymns from the Rig Veda, especie de ópera de divulgación, que emparejará con Sâvitry, por su valor testimonial, evidentes estudios sobre el sánscrito. Otros trabajos, de estos posicionamientos estéticos, serán Two song without Words; A Somerset Rhapsody o Beni Mora, los compromisos permanentes con la Saint Paul´s Girl´s School, serán una obsesión de sus exigencias cotidianas y que se ratificarán con otras obligaciones mantenidas con el Morley College y el Royal College of Music o el University College of Reading, un puente que le llevará a recibir la invitación en 1923, en Estados Unidos, como artista de honor, en la Universidad de Michigan, Holst, destacaría entonces como autor de curiosos trabajos como la ópera cómica The Perfect Fool y la más convencional Fugal Overture y el Fugal Concerto.

Edward Elgar (1857/1934)- Serenata en Mi m. para cuerdas Op. 20-, valdrá como argumento de continuidad con respecto a Holst por la consideración de planteamientos artísticos y biográficos ya que ambos llegaron a coincidir en la composición de obras posiblemente cargadas de argumentos centrados en aspectos de sus  cotidianas vivencia, como es el caso de las Variaciones enigma o las atenciones dedicadas a la tradición coral inglesa como el oratorio Los apóstoles y cantatas profanas como The Music Makers Op. 69, casi coincidentes en fecha, el talante emocional que marcará la evolución de su amplia carrera, se verá involucrado en las transiciones de los períodos enmarcados entre la Reina Victoria y Eduardo VI, todavía entre los fastos de poderío del imperio, aunque parte de su música, no reniegue de las influencias germanizantes, distanciándose de las previsibles deudas con las debidas herencias inglesas como posiblemente podríamos suponer. La Serenata en Mi m. Op. 20, es igualmente obra de juventud y que con plena seguridad en sí mismo, estrenaría el 7 de abril de 1893, en Hereford, aunque todavía de forma parcial por lo que tendría que esperar al 16 de julio de 1899, para que en New Brigthon se conceda el placer de ponerla en atriles, ya en su versión definitiva. Obra de curiosa evolución por sus dubitativos tanteos, ya que el autor había recurrido para su acabado al uso de tres piezas descubiertas en el Festival de Worcester, un año antes, que entonces llevarían el título de Spring song, Elegy y Finale. El origen de la Serenata para cuerdas se anuncia como un Allegro piacevole, efectivamente una especie de tonada pastoral, que ya se encontraría en las Suites  de The Wand of Youth, que resultarán otro de sus trabajos tomados de aquel período de indagación que encontraría en Schumann y Tchaikovski; Elegy, resulta un apacible Larghetto, en equilibrio con el primer tiempo para completar el tercero en forma de Allegretto, si cabe más meditativo y que enlaza con el Allegro piacevole, obra de corta duración y que seduce al oyente por su sencillez casi imperceptible.

Andrés Gaos- Impresión nocturna, en Re M.-, obra igualmente para instrumentos de cuerda que conoció dos ediciones, una de Xoan Manuel Carreira y la otra de Joám Trilho, ambas con ciertas diferencias  siendo la primera la que tuvo una versión de la OSG y la de Trilho, que el musicólogo abordaría con la que había sido su formación, la Xoven Orchestra de Galicia, que retomará la RFG. Queda como alternativa, la reducción para piano, hecha por el autor. Gaos apreciaba la obra hasta el extremo de pedir que se interpretase en su velatorio, apreciación de la que se guarda el testimonio de su hijo Gaos Guillochón. Para el estreno parisino, se contaría con artistas procedentes de Argentina, Gregorio Marañón y José Ortega y Gasset. Una especie de poema sinfónico tripartito al que se añade una breve coda y cargada de indicaciones desde poco più mosso a Più calmo, Sempre calmo…La versión de la OSG, es idéntica a la de los Virtuosi de Praga y la de Maximino Zumalave, con la O. de Cámara de Stuttgart, es prácticamente igual en duración, quedándose la de Trilho con una extensión de ocho minutos y medio. Para Gaos Guillochón, aceptando la propuesta en familia, aporta la idea de una obra de permanente cromatismo y armonía extremadamente densa y compleja, que envuelve al oyente en un fluctuante ondular melancólico y lo extasía en una dulce tristeza que enternece casi hasta el llanto. Trilho hablando de su cromatismo, resume: No noso autor é intenso pero limitado casi a dous aspectos: melódico, non na melodía principal senón nos pequenos motivos das partes intermedias; harmónico, non nos enlaces entre os acordes senón no uso continuo de acordes alterados, 5ª e 7ª disminuidas, 6ª aumentada, 3ª mayor, para crear falsas dominantes, etc 

P. I. Tchaikovski- Serenata en Do M. Op. 48-, obra destinada a una sesión privada en el Conservatorio de Moscú, el 21 de noviembre de 1880, y que resultaría como fruto de ciertas incertidumbre basculantes entre una composición  sinfónica y un quinteto de cuerdas, recurriendo a este planteamiento a tenor de los materiales disponible y las inevitables dudas, forzadas entre las propuestas de serenatas o divertimentos del XVIII, de las escuelas tanto venecianas como milanesas. El Pezzo in forma di sonatina, es un Andante ma non troppo, con un aire de obertura francesa que aporta  un Allegro moderato, de tres temas de transparencia mozartiana; el Vals, es una idea de una actitud receptiva marcada por el aligeramiento de los  compases en una modulación constante. La Elegía, una meditación intimista de puro lirismo que podrá insinuar una coreografía dentro de un Adagio para un ballet y una coda que se acentúa preparando el Final (tema ruso), repartido entre un Andante y un Allegro con spirito, inspirados en aires folklorizantes procedentes de una colección de Balakirev.

Ramón García Balado

Sumrrá: 7 visións, registro presentado en el CGAC

 CGAC, Santiago de Compostela 


Nueva presentación del registro 7 visións, de Sumrrá,  en el CGAC- día 12, a las 20´00 h., bajo la coordinación de Gema Baños,  en un proyecto auspiciado por QUORUM; A Rede Galega de Tecnoloxías Cuánticas; el Consello de Economía, Industria e Innovacións da Sanidade; la Axencia Modernización de Tecnoloxía de Galicia (AMTECA)  y otros entes como Clusters TIC; 3 Universos o CESGA, y que aportarán sus resultados en este curiosa experiencia de indagaciones avanzadas que se concentran en la serie de espacios sonoros enlazados: 7 visións; Asuán Alexandria; 7  graos; Periferia Universal, As formas gravitatorias; Sapiens Sapiens; 1370 millons de anos despois; O son interior; Ra, completando con A oitava vision. O zoom cuántico. Agrupación con dilatada trayectoria que les llevó a citas y convocatorias por los países más distantes, desde el Eurojazz (México); al SOTX (Beijin), el Strawberry Festival (Shangai); el Joy of Jazz (África del Sur); Vancouvert Fest; el  TD Victoria International Fest. (Canadá) y otros de arraiga en el panorama global que abarca todo tipo de estilos de vanguardia con referencia preferente asentada en las derivaciones jazzísitica, muchas de ella de complejo encuadre.  Grupo formado por Manuel Gutiérrez en 1999, lo que le convierte en uno de los veteranos del panorama gallego, y que está integrado por Xacobe Martínez Antelo y el percusionista L.A.R. Legido. Su trabajo en comentario tuvo su presentación en el Teatro Principal, convirtiéndose entonces en el séptimo escalón que continúa  la línea establecida por precedentes como V Journeys; 4.0; Sumrrá, en vivo, incluyendo piezas de cómo Believe in Train, es decir, el mitificado John Coltrane,  para Joachim E. Berendt, el creador del estilo llamado sheets of sound, que tenían de inmediato una secuencia rítmica que era, cuando menos, tan importante como la armónica. Cuando las notas ya no eran perceptibles como corcheas, semicorcheas, fusas u otro valor definible, también terminaba la precisión de la relación con el acontecer métrico subyacente. Así que las sheets of sound constituían un paso en la dirección de colocar, en lugar de la claridad del beat, el flujo y  la vibración del pulso, conclusión que sacaron Elvin Jones, a partir de 1960, el cuarteto de John Coltrane  y el joven Tony Williams o el Quinteto de Miles Davis. Cuando Trane firmó para Atlantic las Sheets of Sound, pasaron pronto a segundo término, no obstante Trane demostró ocasionalmente hasta su muerte, que no había perdido la facultad técnica de tocarlas. En lugar de retazos de sonidos, y las superficies sonoras, hubo fuerte concentración en el devenir melódico.

El grupo  probó alternativas como la colaboración con nuestra Real Filharmonía de Galicia, y su entonces titular Paul Daniel, en una sesión estival que enmarcaba su ideario estilístico, tomando como argumento típicas piezas de su repertorio entre las que se encontraban Sofía, Pretoria, Mala memoria, Exit, Vida sen Pipa, Kika, o Minoría absoluta, procedentes de registros monográficos. Para ellos, en íntima confesión, se trataba de buscar temas que fuesen esenciales de su trayectoria de sus cd´s, precisos y propicios para arreglos dentro de un idóneo balance sonoro, asunto complejo procedente de los imprescindibles ensayos, para aquel encuentro con una formación orquestal. Complejo como sería bien sabido, por las temidas exigencias de la búsqueda de un equilibrio fluido, el mismo del que la historia de la música ha sabido jalonar. Desde el primer momento fueron conscientes del riesgo asumido y que en conjunto, como referencias, tendrán como modelos a seguir, las ideas tratadas por las llamadas corrientes del Cool jazz, es decir y por citar nombres irrenunciables, maestros de corrientes de confluencia como el Modern Jazz Quartet, por la importancia  marcada por maestros como John Lewis, que supo hermanar las procedencias clásica y el jazz, no sería difícil establecer parecidos con el conocido Grupo de los Seis francés. Casi un puente inevitable del que todos sus adalides. París se convertiría en la capital de esos encuentros cuyo resultado llega hasta nuestros días, pero otros precedentes habremos de encontrarlos en músicos  cono Nick La Rocca, quien suscitarían más de un encontronazo; King Oliver y para no ser menos, Louis Armstrong, Fletcher Henderson, Woody Hermann, Gil Evans, George Russell junto a otras big-bands que harán historia. Un primer documento que marcará el devenir histórico, lo firmará el maestro y director Ernest Ansermet, publicado en la Revue Romande, en 1919, un testimonio que buscaría las definiciones más fiables en este contexto evolutivo de renovadoras propuestas musicales, tras haber escuchado a la  Will Marion´s Cook  Southern Syncopattet Orchestra.

Ramón García Balado

11/11/2025

Gabriela Ortíz: Clara, pinceladas schumannianas

 Centro Cultural Afundación, Vigo

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela  


Conciertos en atención al entorno de los Schumann, por reclamo de programa, y que tendrá dos citas- Centro Cultural Afundación, de Vigo, día 12, a las 20´00 h, y el Auditorio de Galicia- día 13, a las 20´30 h-, con sesión previa de Conversando conSala Mozart, con el director Baldur Brönnimann, a las 19´45 h-, un programa que ofrece dentro de la serie Cometa, un encargo de Leticia Goás, y la Sinfonía nº 3, en Mi b M. (Renana), de Robert Schumann. La invitada Leticia Goás, es compositora especializada en trabajos para el cine o los media, que comenzó sus estudios en A Coruña con Nicolás Cadarso y Tatiana Prejvalskaia, antes de ampliar en la Universität der Kunste, con Günter Steinke e Iñaki Estrada, realizando masters de especialización en la Zurcher Universität der Künster, junto a Niki Reiser y Olav Lervik, destacando igualmente otros cursos de ampliación con Tristan Murail, Stefan Prins, Grégoire Lorieux, I. Diaguileva, J. Planells, A. D´Anto o Ajztony Csaba, entre otros.

Gabriela Ortíz- Clara-, obra en estreno, es una compositora mejicana de la que guardamos buenas impresiones por recientes aportaciones en nuestra tierra, como es el caso de su colaboración en las Xornadas de Música Contemporánea de 2025 (Caleidoscopio), en los conciertos con la JONDE, en el que ofreció su pieza El águila bicéfala, en una jornada que ofrecía piezas de César Camarero, Mario Davidovsky, Inés Badalo- quien en la programación reciente de Cometa, nos dejó Laberintos de ámbar- y Thomas Adès, teniendo como partícipes al Trío Arbós, la JONDE y el clarinetista Joan Enric Lluna. Gabriela fue candidata a un Grammy Latino, avalando segura trayectoria, interesada por las formas contemporáneas, en las que no faltan referencias populares y jazzísticas y un modelo había sido El águila bicéfala, dedicada al Ensemble Ónix, que se planteaba como un motivo gráfico que surgiría a partir de ritmos típicos de las tradiciones musicales.  Otra colaboración suya, nos trasladaba a la primavera de 2023, con la OSG dirigida por Manuel Hernández-Silva, para poner en atriles Altar de bronce, en un concierto en el que destacaría Pacho Flores, con toda su variedad de trompetas, músico nacido en el entorno del Sistema  de Orquestas venezolano de Abreu, una prueba de la excelente camaradería entre el trompetista y esta compositora. Para aquella sesión, uno de los alicientes había sido contar con su presencia en la sala, una compositora que a estas alturas se ha convertido en una auténtica embajada cultural mejicana, a nivel internacional, con el beneficio añadido de haber disfrutado de las docencias de Antonietta Lozano, paso previo a su traslado a la London Royal School,  y continuar en el Conservatorio Roissy-en-Brie (Francia), con J.Castered. Accedió en su evolución a los talleres de investigación de Federico Ibarra, Daniel Catán y Julio Estrada, probando en experiencias innovadoras en las artes escénicas, con la obra En busca del mambo perdido, en calidad de intérprete y compositora, aspecto de tendría continuidad en otra aventura con la escultora Elena Ostervalder, en un proyecto multimedia ofrecido en el Heritage Village Columbus (Ohio), y que coincidiría con el Primer Premio del Concurso de Composición Alicia Hurreta, por el Cuarteto nº 1, para cuerdas, interpretado por el Cuarteto Latinoamericano. Fue habitual asistente de Federico Ibarra, en la Universidad Autónoma de México, mientras recibía una prestigiada beca de posgrado, en la Guildhall School of Music and Drama (Londres). Clara, la obra que estrena, es un trabajo en cinco tiempo en lo que supone un homenaje a Clara Wieck/Schumann, en la que podremos apreciar su perfecta contextualización con el programa en cartel, que se completará con la Sinfonía Renana, de Robert Schumann.

La Sinfonía nº 3, en Mi b M. (Renana) Op. 97, es obra de finales de 1850, compuesta en Düsseldorf, ciudad en la que fue estrenada bajo su dirección, aceptando que su título primigenio sería Episodio de una vida en la orilla del Rin, con evocaciones que darán lugar a una recreación imaginaria y que ayuda a describir posibles pasajes legendarios germánicos a través de una inspiración popular, un pretendido homenaje a su patria chica, destacando el andamiaje tratado en los movimientos extremos que, en el conjunto global, tiende a utilizar denominaciones en alemán, aspecto que encontraremos en otros compositores románticos de la época. Algo conserva de lo que podremos considerar como una obra programática, con acentuación remarcada por el esas vivencias de su estancia en Düsseldorf y el fluir distante de las aguas del Rin que para más de un curioso, podría acercarse a El Moldava, de Smetana, en cualquier caso, nada tiene que ver con otros sinfonismos que tomaría los ríos como elemento influyente. El Vivace- Lebhaft-, ofrece un tema sincopado propuesto por un tutti,  que el propio Johannes Brahms se acordará en el comienzo de su Tercera sinfonía, en este tiempo que se define por un permanente impulso, auspiciado por la tonalidad . Un staccato surge en una idea más lírica dentro de un escueto desarrollo que ayuda al discurso de su cohesión interna.  El Scherzo Molto moderato-Sehr mässig-en inicio llamado Mañana en el Rin, en su forma tripartita aporta una serie de variaciones dentro de los términos de un scherzo acostumbrado aprovechándose de los beneficios que se encuentra en el estilo tradicional de länder , remarcado por las violas y chelos, en un contraste de abundantes sugerencias.

El Andante: Non troppo vivo- Nicht Schnell- tiempo curiosamente breve y que se confiesa precisamente como sin prisa, vale sencillamente como un intermezzo expresado como el apacible Lied de necesaria sobriedad, perfecta transición entre el Sehr mässig y el Feierlich, ese cuarto tiempo Maestoso de intenciones solemnes, nacido por la inspiración al contemplar la Catedral de Colonia, quizás a mayores, un homenaje a J. Sebastian Bach, por el trabajo obtenido en las labores de contrapunto, a partir de un único tema cuya extensa melodía de cuartas ascendentes, doble fanfarria de instrumentos de metal y de madera, resultarán predecesoras de otros sinfonismos que aportarán románticos de plenitud. El Finale:Vivace-Lebhaft-, se acepta como un profundo contraste iniciado con ideas del Vivace inicial, un tema si se quiere excepcional por su determinante fuerza expresiva y rítmica, en medio de unos aires de danza y arrobamiento popular.

Ramón García Balado

09/11/2025

Elegías para Brahms según Ruth Reinhardt


 Programas de la Real Filharmonía de Galicia bajo la dirección de Ruth Reinhardt, una directora con estudios en el Altenkessel Saarbrüken, y que se presentó profesionalmente con la ópera Das Keine Gespenst, basada en su relato de Olfried Pressler, en el Alte Feuerwache,  (Theater Saarbrüken), mientras ampliaba su formación en la Academia de Artes, de ese coliseo. En la Zürcher Universität, dentro de su Hochschule der Kunst, tuvo como maestro a Rudolf Koelmann, para ampliar en dirección con Constantin Trink y Johannes Schaefl,  y la Juilliard School neoyorquina con Alan Gilbert y James Ross, probando en la puesta escénica de obras para los públicos más jóvenes como The Little Mermaid, de Michael Muggli o Wessilissem de Dennis Bässeke; dirigió a formaciones como la Sidney S. O.; la Rhode Island O.; la Rundfunk de Frankfurt; la Orchestre  d´Ile de France; Los Ángeles Philharmic O. o la Tonküstler, de la Baja Austria. En programa, Núria Giménez-Comas, en el preludio Cometa, compositora con  estudios en la ESMUC con Christophe Havel y Mauricio Sotelo antes de especializarse en Ginebra con Michael Jarrell, Luís Naón y Eric Daobresse, indagando en el ámbito de las formas acusmáticas multicanal, además de recibir una beca de la Fundación Caja Madrid, realizando trabajos con el Cuarteto Diotima y asistir a la Ac. Schelss Solitude, de Espacialización Sonora, para seguir en Voix Nouvelles de Royaumont, con Clara Czernowitz y Brian Ferneyhough; y en el IRCAM/ZKM, en el proyecto Esculturas Sonoras, y en el IRCAM Centre Pompidou, en el que llevaría a cabo su trabajo Nostalgie 2175, para el Teatre del Liceu, preparó la ópera en pequeño formato Shadow. Euridice Say.Su breve pieza Envol, casi un imperceptible suspiro en forma fugaz, resulta por trazo un haiku volátil con sesgos tomados de los marginales Guns N´Roses, que con suerte sus seguidores podrían adivinar.

Detlev Glanert- Idyllium, Metamorphosen nach Brahms- obra estreno es España y un homenaje a Johannes Brahms, es un compositor del que escuchamos el curso pasado con la OSG su Concierto para chelo, interpretado por Johannes Moser, bajo la dirección de Anna Rakitina, a comienzos del mes de febrero, la trayectoria de este músico nos lleva a sus experiencias con Dieter de Lamotte, Günter Friedrich, Franck M. Beyer y en mayor medida, con Hans Werner- Henze, con quien realizó masters de especialización en Colonia, actividades que mantendrá a lo largo de los años. Un compositor que preferentemente se interesa por el género escénico, con trabajos como Leyla und Medjum, ópera destinada para Munich; Calígula, sobre la dramaturgia de Albert Camus, que subirá a escena en Frankfurt; Die Judin von Toledo, tomando como argumento un texto de Hans- Ullrich Treichel y que se inspira en las pinturas negras de Goya, para el Semper Opern Dresden o el ballet Nijiski Tagebuch. Fueron microformas lo que dieron entidad a la obra más estimulante y servida antes del cierre de la primera parte, por lo que guardaba de homenaje a la Segunda Sinfonía de Brahms, entremezclada con detalles de complejas opciones sonoras que suscitaban en el oyente el estímulo de hallarse ante una obra que incluso demandaría una extensión de mayor amplitud.

Hubert Parry (1848/ 1918)- Elegía para Brahms-, obra de 1897, destacaba por la importancia concedida al espacio sinfónico tardo-romántico, con notable acentuación en su época, desde la Primera estrenada en 1882, un músico que también conoció una experiencia enriquecedora en Inglaterra desde Malvern a Eton y al Exeter College (Cambridge), recibiendo las atenciones de maestros como Edward Dannreuther. Su Fantasía-Sonata, para piano y violín, fue una de las obras que recibió una inmediata acogida a la que se añadirán unas Variaciones escritas a partir de J.S. Bach. Dannreuther, interpretó en 1880 su Concierto para piano en Fa sost. m, en el Crystal Palace, obra que vendría después de la obertura Guillem de Cabestanch; el Intermezzo religioso, para cuarteto de cuerdas estrenado en el Gloucester Festival. Una carrera en la que también tuvieron cabida géneros aparentemente menores, de compromiso, como las Canciones para niños, inspiradas en Milto, que ayudaron a su prestigio de reconocimiento en plena madurez, piezas que quedarían a la altura de sus arreglos realizados sobre sus obras Judith; War and Peace o A Vision of Life, mientras realizaba labores de investigación que tendrán su reflejo en los Studies of Great Composers (1886), obra de consulta para estudiosos y especialistas, y que se consolidarán con The Art of Music (1893), The Evolution of the Art of the Music, con atención al período del siglo XVII, contribuyendo a una revisión que ayudará a investigadores que vendrán casi de inmediato. Sir Edwar Elgar, también figuraría en su horizonte y la pieza en cartel resultaría un fiel testimonio, un pretendido homenaje al autor del Hamburgo, tras su muerte en abril de 1897.

Johannes Brahms- Serenata nº 2, en La M. Op. 16-, un divertimento y mirada sesgada a un pasado ensoñador,  composición de su estancia en Detmold, para repartirse en sus tiempos: Allegro moderato; Scherzo: Vivace; Adagio ma non tropp; Quasi minuetto y Rondó- Finale, guarda puntos en común con su obra precedente por su serenidad y equilibrio, además de su frescura, un trabajo de juventud que anuncia sus mejores virtudes, y que cara al futuro, contará con una revisión, después de su publicación en 1860. El Allegro moderato se enfocó con un aire lírico y delicado, desde el primer tema expuesto a través de acordes sobre una melodía ornamental, remarcada en la continuación; el Scherzo:Vivace, cargado de propuestas rítmicas que sugeriría  un aire popular, dejando por ello  paso a un Adagio non troppo que resultaba una grata impresión de inspiración; el Quasi menuetto, todo un revuelo resuelto por los instrumentos de viento preparaba el Rondó: Allegro,  ofrecido con un aire de de fanfarria, expuesto por clarinetes y fagotes. Tras la presentación en Hamburgo en febrero de 1860, la Serenata se dará a conocer en Leipzig, y tras el éxito inesperado, el autor decidirá trabajar sobre otras obras que tenía en mente, mientras que acababa de participar en un concierto en la Gewandhaus, de Leipzig, con su muy estimada Clara Schumann y con Johannes Joachim, un concierto que tendría como director a Karl Reinecke. Clara, que no conocía todavía esta Serenata Op. 16, para pequeña orquesta, no resultaría muy sorprendida dejándonos la impresión de que resultaba una pieza extraordinaria, por su gran belleza. Insistiría una vez más por la sensación de serenidad, de la que quedará constancia en una carta dirigida a Joachim, compartida con otros compañeros aunque críticos como Gleich, del Leipzinger Tageblatt, tuviese una valoración menos entusiasta. Directora y orquesta, dejaron una sensación óptima ante quienes le admiramos, especialmente por sus obras camerísticas, para un programa pleno de guiños y reconocimientos hacia este compositor, bastión entre generaciones al borde del enfrentamiento.

Ramón García Balado

Real Filharmonía de Galicia/ Ruth Reinhardt. Obras de Núria Giménez-Comas, Hubert Parry, Detlev Glanert y Johannes Brahms

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Centro Cultural Afundación, Pontevedra

06/11/2025

Sentimentos de película: Escoita, sinte e disfruta!, con la Banda Municipal, en el Auditorio de Galicia

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Concierto de la Banda Municipal en su colaboración con Cineuropa- Sentimentos de película: Escoita , sente e disfruta!,en el Auditorio de Galicia- día 9, a las 12´00 h-, bajo la dirección de su titular Casiano Mouriño Maquieira, para el programa que nos lleva al mundo del cine, acorde con el certamen que ocupa este mes en nuestra ciudad, y que propone arreglos tomados de bandas sonoras, dentro de las posibilidades de nuestra banda, tema al que nos fuimos acostumbrando desde convocatorias pasada, tomando un especial protagonismo John Williams. Para la presentación, tendremos a Ramón Castro que secunda las imágenes propuestas por Manuel Muñoz Hermida. Para dar entrada, Jerry Goldsmith/ Brian Taylor- Universal Centennary Logo, un compositor y maestro que supo congeniar las posibilidades de fusión entre la propia música y las realidades de la imagen, ya desde la década de los ochenta, y que destacó por sus labores en el mundo de los registros en cd, con trabajos como The Blue Max; Fate is the Hunter, Bandolero!; China town; Breakout; Alien; Caboblanco o Start Trek Voyager. Un compositor del que pudimos descubrir sus influencias en Alex North, en el uso de medios como la importancia concedida a las percusiones, probando en arreglos como Un tranvía llamado deseo; ¿Quién teme a Virginia Woolf o ¡Viva Zapata! Músico asentado en California, pronto destacó como alumno de piano de Jacob Gimpel y de un maestro como Castelnuovo-Tedesco, una forma de probar entonces con sus apetencias de riesgo con el cine, para lo que se valdría del asesoramiento de un veterano maestro, Miklós Rózsa, cuya estela dejará huella a través de sus continuadores, momento en el que tendrá la posibilidad de arriesgarse en las posibilidades que le ofrecía Hollywood, con dos ejemplos como Recuerda (1945) y Doble vida (1947), preparando su confirmación a comienzos de los cincuenta con un programa radiofónico Romance, en el que llevaría a cobrar una cantidad de prueba, aproximadamente 50 dólares.  Su primer encargo de cierto fuste,  será Black Patch, logrado gracias a su participación con el actor William Conrad, comenzando una carrera que dejará filmes como Freud pasión secreta o Los lirios del verde valle. En su dilatada carrera (1929/2004), acabaría en la tentación de repetir esquemas repetitivos que dañarán los trabajos de los últimos años, pero su prestigio sería una seña de identidad ya marcada en su obra de 1971, Music for Orchestra, una forma de cantata entregada para un concierto, sobre texto  de Ray Bradbury, narrado por Charlton Heston, que volvería a grabar en 2002, con Anthony Hopkins, como narrador.

Howard Shore- The Lord of The Rings: The return of the King, (Symphonic Suite, en arreglo de Víctor López-, compositor formado como saxofonista, destacado por la brillante habilidad en cuanto a la improvisación, terminó por especializarse en la prestigiosa Berklee School, de Boston, bajo la tutela de John Bavicci, y en su vuelta a Canadá, se incorporó a agrupaciones dedicadas a estilos de pretensiones muy opuestas, como el grupo Lighthouse, dedicado a las derivaciones del llamado jazz- rock, período  en el que logrará su primer éxito reconocido, el Ballet High, de dimensiones sinfónicas, descubriendo con ello las opciones que le ofrecía ese medio, tentación que, definitivamente, marcará su futuro, dedicado preferentemente al mundo del espectáculo, preparando  la realidad que le facilitaría colaborar con cómicos de gancho como Gilda Radner o Dan Aykroyd, que confirmarán su éxito en los Estados Unidos, con espectáculos de  corte televisivo como Saturday Night Live, que permanecerá un lustro en cartel, al mismo tiempo que participa en filmes de David Cronenberg, ya en la década de los ochenta. El aldabonazo de gran aceptación, llegará por la trilogía dirigida por Peter Jackson, en principio la banda que nos afecta para El Señor de los Anillos, con la que conseguirá importantes premios de la Academia y proyectando esa música hasta dimensiones inesperadas, como es bien sabido en cuanto a su utilización en múltiples tratamientos. Pasará un período de incertidumbre, en el momento en el que Peter Jackson, rechace la partitura de Gangs of New York, que se convertirá en otro de los santones de Martin Scorcese, con el que había coincidido anteriormente en la curiosa Jo!, Qué noche y en un corto Made in Milan, del diseñador Giorgio Armani. Cabrá recordar posibles influencias reconocibles en su trayectoria, que nos aproximan al mundo del jazz, con  Art Blakey, Bobby Timmons, Cannoball Adderley y ya dentro del sinfonismo, el histórico Bernard Hermann, el más clásico Samuel Barber y en las proximidades, al maestro Ennio Morricone.

John Williams, con cuatro trabajos de apoteósico poderío sonoro. Jurasic Park (en arreglo de J. A. Pina); Harry Potter Symphonic Suite, en la visión de R.W. Smith; Indiana Jones , en tratamiento de H.V.D. Heide, y Star Wars Saga, según la óptica de un maestro cercano a programas  de nuestra Banda Municipal, Johann de Meij. El neoyorquino John Williams, compondrá sus primeros episodios televisivos logrando un par de Premios  Grammy, por lo que recibirá la confianza para aventurarse en aventuras de más calado, en arreglos para la 20 Century Fox, firmando entonces como Johnny Williams, además de participar en comedias de tintes ligero dentro de un estilo cercano al jazz de Henry Mancini, recibiendo un Oscar, por su oficio de orquestador en El violinista en el tejado, pero mayor aliciente encontrará en la serie de películas de catástrofes, ya en la década de los setenta. Bombazos como La guerra de las Galaxias, que impondrá en ella un melodismo sinfónico procedente del Hollywood clásico, heredado de grandes maestros, Filmes como La lista de Schindler; Tiburón; E.T. el extraterrestre. Entre sus colaboradores, nos encontramos con Herbert W. Spencer, su orquestador en importantes obras, clave en lo que será la creación del sonido Williams, el mismo de la trilogía La guerra de las Galaxias y En busca del arca perdida; Mark O´Connor, violinista en El patriota; Tim Morrison, trompetista para Nacido el cuatro de julio; Stomu Yamashta, percusionista y electrónica en Images; David Foster, teclados en amplio espectro en Inteligencia artificial; John Ellis, solista de oboe, en Quédate a mi lado; James Thacher, solo de trompeta en Sleepers; Tony Hinnigan y Michael Taylor (flautas de pan), para Un horizonte muy lejano, y tantos otros, siempre acordes para enriquecer la plantilla de recursos tímbricos y expresivos. También habremos de tener en cuenta sus trabajos para el teatro como Thomas and the King y obras ajenas al cine desde piezas camerísticas a concertantes para solista.

Ramón García Balado

05/11/2025

Ana María Patiño Osorio, dirige a la OSG, en obras de R.Schumann, A. Dvorak y J. Brahms

 Palacio de la Ópera, A Coruña


Concierto en el Palacio de la Ópera de A Coruña, con la OSG dirigida por la colombiana Ana Mª Patiño Osorio, día 7 a las 20´00-, para un programa que incluye la obertura de la ópera Genoveva, de Robert Schumann; la Serenata para cuerdas en Mi M., de Antonin Dvorak y la Sinfonía nº 1, en Do M. Op. 68, de Johannes Brahms. Ana María Patiño Osorio, estudió en la Universidad EAFIT de Medellín, teniendo como principal maestro a Alejandro Posada, antes de trasladarse a la Universidad de Zurich, en donde se graduó en 2021, con Johannes Schaefli, recibiendo también el galardón del Premio Nacional de Mujeres de la O. F. de Bogotá, y el International Conductors Competition G. Solti (2020). Fue invitada por certámenes como los de Tanglewood y Lucerna, mientras asistía a masters con maestros como Herbert Bloomsted, Thomas Adès o Paavo Jarvi. Fue directora asistente de la O. de la Suisse Romande e invitada por maestros como Daniele Gatti y Daniel Harding. Una beca del Dirigentforum des Deutshen Musikretes, fue clave en la promoción de su carrera profesional.

Robert Schumann- Obertura de la ópera Genoveva Op. 81- obra pareja a otros intentos dentro del género lírico como La novia de Mesina o Hermann y Dorothea, inspiradas en las dramaturgias de Schiller y Goëthe. Genoveva, es obra abordada en un breve espacio de tiempo y cuyo resultado final será un drama en cuatro actos, con resultados inevitablemente inseguros ya desde su estreno el 25 de junio de 1850, en Leipzig, recibiendo un trato poco generoso de Hanslick, quien resumirá que la ópera carece de coherencia dramática, aspecto de redunda en lo propiamente musical; para Franz Brendel, en una opinión publicada en el Allgemeine Musikalische Zeitung, se lamentará de la falta de luces y sombras, dejando embotada la percepción del oyente. La obertura puede considerarse como una de sus páginas orquestales más logradas, presidida por una lenta introducción que observa un aire de recitativo sencillo, dentro del espacio de un Allegro de sonata, en tiempo moderado y que incluye disimuladamente pasajes de la propia ópera, recreados por un desarrollo que ofrece una confirmación de las tensiones requeridas hacia un final sugerido por una llamada de trompas, hacia una coda marcada por amplios acordes de los metales

Antonin Dvorak- Serenata para cuerdas, en Mi M.-, composición encuadrable en el catálogo de suites y serenatas, lo que viene a confirmar estilismos profundamente tratados, que tendrán refrendo también en la Serenata para diez instrumentos de viento, violonchelo y contrabajo Op. 44 o la Suite checa para pequeña orquesta, en Re M. Op. 39. Las afinidades de tratamiento en lo musical con Johannes Brahms, serán siempre reconocidas, y que confirmaremos con oberturas como Husitska Op. 67 o el poema sinfónico Vodianik Op. 107, y las celebérrimas Rapsodias eslavas. La Serenata para cuerdas, será obra que se reciba con los triunfos de garantía bajo el brazo, para que la estrene en Praga Adolf Cech, el 10 de diciembre de 1876, poco después de haber sido escrita. Sus tiempos resultan encomiásticos por su planteamiento musical. Un Moderato en forma de entrante, observa una idea tripartita plena de argumentos alusivos a las inspiraciones tomadas de la tradición. El Tempo di valse, en Do sost. m., recrea un estado entre melancólico y ensoñador, muy cercano al que ofrece en algunas obras camerísticas. El Scherzo, apacible a la par que flexible, aporta una seductora cantinela que otorga su gracia al conjunto de la obra, destacando en los violines en el trío. El Larghetto, reafirma el ansiado clima nocturno que beneficia la idea de la obra, que nos llevará  al Finale, que recupera ideas del tiempo precedente y del primer movimiento. La unidad ansiada en la Serenata, convirtió a la obra en una de las más logradas, cercana en recursos estilísticos a los de sus sinfonías

Johannes Brahms- Sinfonía nº 1, en Do m. Op. 68-, obra sustentada por la temida prudencia y las inevitables cautelas que embargaban al compositor, tendría una primera interpretación el 4 de noviembre de 1876, con la orquesta del gran ducado de Karlsruhe, urbe distante de los grandes centros acostumbrados, dirigida entonces por Felix Otto Dessoff, ante el consentimiento del autor, una experiencia gratificante, antes de que poco después, tenga una nueva interpretación en Mannheim y Munich, preparando la ofrecida en Viena, que tuvo lugar en la Gesellchaft der Musikfreunde, bajo la dirección de Hermann Herbeck, con presencia de Brahms. Quedan datos que no dejarán de suscitar perplejidades, como el temor al resultado previsto, por lo que se había organizado entonces una primicia en casa del fabricante de pianos Friedrich Ehrbar, ofreciendo la obra en transcripción para piano a cuatro manos, con Ignaz Brull, lo que motivaría el reparto de dos espacios de opinión, uno favorable representado por Hanslick y el oponente que tendrá como cabeza visible a Hirsch, crítico ciertamente perspicaz que encabezaba al Wienerzeitung. Hanslick,  crítico a la par de la Neue Freie Presse, aportará una apreciación que sentará precedentes: La nueva sinfonía es prueba de una voluntad poderosa, de un pensamiento musical lógico, de una grandeza de facultades arquitectónicas que ningún compositor contemporáneo posee…No hay compositor que se haya acercado tanto a las grandes sinfonías de Beethoven. Dentro del ambiente íntimo del autor, Billroth, su médico vienés, sabrá atinar en su apreciación: Se basa en un recorrido de diferentes estados de ánimo y emociones, del mismo modo que la Novena de Beethoven. Pero al mismo tiempo su originalidad creativa emerge  esta obra con particular creatividad.

El Allegro se anuncia con una grandiosa introducción que concentra una extraordinaria tensión con la mayor parte de motivos en un clima sombrío y desolado, elaborado a partir de tres temas, desde uno vigoroso a otro tierno y melancólico para redondear con tercero rítmico. Tras el desarrollo, sobre diversas combinaciones, nos hallamos ante una especie de puente, camino de una coda, tomada de ideas secundarias. Un milagroso juego de equilibrios que nos lleva al Andante sostenuto, que seduce por una idea de reflexión interiorizada, desde un primer tema solemne y lírico, que impone su trazado en el episodio central, en manos de cuerdas con respuesta de oboes, forma típica de los intermezzi brahmsianos. Un poco allegretto e grazioso, claramente en forma de scherzo, bascula entre una serena y elegante placidez, quizás insinuando lo que darán en llamar una velada  sonrisa gris-azulada, suspendida melancolía recreando una apacible serenidad, dejando claro protagonismo a los clarinetes por su timbre familiar, sobre pizzicatos de los chelos que recupera un afable clima ya escuchado previamente. El Finale (Adagio-Piú Andante-Allegro no troppo ma con brio), culmina la sinfonía, dividida en tres secciones, desde el Adagio, solemne y oscuro, además de hierático, en el que se adivinan concomitancias con el mundo beethoveniano, hasta la serie de temas profundamente contrastantes, en una evocación de la naturaleza, reconocible por el protagonismo de un corno alpino, tomado de una cantinela escuchada en Suiza, permitiendo el desenlace de la coda, amplia, compleja y portentosa.

Ramón García Balado

04/11/2025

Orfeón Terra a Nosa: Concierto en San Martiño Pinario, con obras de Mozart y Giovanni Battista Martini

 San Martiño Pinario, Santiago de Compostela


Concierto del Orfeón Terra a Nosa con entradas restringidas dentro del Congreso Ética e Intelixencia Artificial, y que se anuncia en San Martiño Pinario- día 6, a las 21´00 h-, bajo la dirección de Luís Martínez, teniendo como solistas a Aida López (soprano), Julia Portela (mezzo), David Ferreiro  (tenor)  y Pablo Nieves (bajo), en programa, el Requiem en Re m. K. 626, de W. A. Mozart y el Magnificat en Do M. H.H. de Giovanni Battista Martini. El Orfeón Terra a Nosa, veterano por excelencia, tuvo como directores a su fundador el Padre Feijóo (1926/ 92); Miro Moreira, Mateo Iglesias y Luís Martínez. Colaboró con la Xoven Orchestra de Galicia, con Joam Trilho, la RFG; la O. S. de Castilla y León; el Collegium Musicum Prague; la O.S. de Brno; Le Baroque Nomade, bajo batutas  como el añorado Alberto Zedda, Víctor Pablo Pérez, Antoni Ros Marbà, Edmon Colomé, Paul Daniel, López Cobos, Oliver von Kantorow, Maximino Zumalave, Massimo Spadano (concertino de la OSG), Enrique Ricci, Jean Christophe Frisch o Michel Piquemal. Ayudó a recuperar el patrimonio de maestros de capilla de la Catedral, como José de Baquedano, Buono Chiodi, Santiago Tafall, Ramón Palacios, o músicos como Juan Montes, Joam Trilho, Millán Picouto y Paulino Pereiro, entre proyectos recientes, la participación en trabajos como A Amnsia de Clío, ópera de Fernando Buide del Real; el estreno de Tempos velados (Abe Rábade), la Misa ao Apóstolo Santiago  (Marco Frisina, 2022, dirigida por el propio autor, la integral de motetes de Marcial del Adalid, en el Teatro Abanca (Vigo) y recientemente, el Requiem de Mozart (versión de Spengel, 1832, con su propia orquesta, el Requiem del salzburgués que tuvimos  con la OSG, dirigida por Roberto González- Monjas, junto a la Sinfonía nº 44, en Mi m (Trauer-Symphonie), destacando como solistas Maëlys Robinne (soprano), Carlos Mena (contratenor); Rodrigo Carreto (tenor); Ferrán Albrich (barítono/bajo) y el Coro de la OSG, de Javier Fajardo. Del Orfeón Terra a Nosa, un recuerdo de reconocimiento precisamente por la selección de los motetes de Marcial del Adalid, ofrecidos en grupos de tres tanto a varias voces como a solo, y que se nos ofrecieron en San Domingos de Bonaval, dirigidos por Luís Martínez y los solistas Aida López  Cruz, David Ferreiro, Pablo Nieves, con acompañamiento pianístico de Juan Manuel Varela.

El padre Giovanni Battista Martini (1706/84)- Magnificat en Do M. H.H. 26a-, fue un prolífico compositor y musicólogo nacido en Bolonia, destacando precisamente como teórico junto a otros maestros como Johann Christian Bach- el Bach inglés-, Gréty, Jommelli y el propio Mozart. Fue monje franciscano debutando como compositor entre 1720/25, tomando el puesto de maestro de capilla en Bolonia, en donde se mantuvo hasta su retirada tras padecer una dolencia crónica, entregándose con fe a sus labores de compromiso litúrgico, al tiempo que reuniría una amplia biblioteca además de la serie de importantes retratos de sus alumnos y el mantenimiento de relaciones artísticas con talentos como Farinelli, C. Williwald Gluck o el viajero Charles Burney. Poco sabrían de su figura fuera de su Italia natal, llegando a rechazar un puesto en el Vaticano, mientras cultivaba una abundante correspondencia con músicos de su tiempo. En 1758, la Academia Filarmónica suprimiría las normas excluyentes de la orden monacales, que llegaron a afectarle profundamente. En 1776, sería nombrado miembro de los Arcadi de Roma, que le supondría un beneficio sustancial, y que dejaría un total de más de 1500 obras, en su mayoría oratorios, misas, arias profanas, sinfonías o sonatas para clave, además de otros tratados instrumentales dedicados a la música en general, alguno como la Storia della musica, quedaría inconcluso.

Mozart-Requiem, en Re m. K. 626-, obra del momento de una pausa en la composición de Die Zauberflöte K. 620, obra inacabada como bien sabemos y que ayudó a ensalzar el mito. Para Prud´homme, ese Requiem no es sino la elegía de un artista moribundo, una lamentación puramente humana, el canto de resignación y de la confianza en la inmortalidad ideal. Entendido como un adiós a la vida, esta obra es un ejemplo de belleza conmovedora. Abert, dirá que es una obra sacra en el más puro sentido de la palabra y a pesar de todo, fue una obra modernísima ya cuando se publicó. De las variadas versiones, a las que nos fuimos acostumbrando, no hace sino engrandecerle. Tras la desaparición de su compañera Konstanza, el Requiem, pudo sobrevivir gracias a su insistente voluntad con aspectos como el encargo a Süssmayr, su dilecto alumno, un primer trabajo que no dejará de tentar a músicos como J. Ebler, muy estimado también por el compositor, quedando por medio la historia del enigmático emisario, un tal A. Leitgeb, quien se le presentó como intermediario del conde vienés Franz von Walsegg, tema que como bien sabemos, arrastró inabarcable literatura a través de todas las formas de expresión. Un Requiem estremecedor desde el Introito Requiem aeterna; a las Secuencias Dies Irae, Tuba mirum, Rex tremenda, Recordare, Confutatis y Lacrimosa; los Ofertorios Domine Jesu y Hostias; el Santus; el Benedictus y el Agnus Dei-Comunion. Obra de una vuelta de uno de sus viajes con resultados afortunados como la ópera La clemenza di Tito y curiosidades de obligado compromiso masónico, metido hasta lo más íntimo pero conservando las debidas distancias, hablaríamos de la Pequeña cantata masónica K. 623. Mozart no dejaría de padecer insoportable achaques mientras se entregaba a estos obligados compromisos, aunque todo lo que se barrunte sobre su biografía, no pasará de divagaciones ciertamente azarosas. Valga este Requiem por sí mismo, como eterno homenaje a una figura que llenó capítulos en la historia de la música hasta nuestros días, un homenaje que los intérpretes agradecidos, no harán sino engrandecer al compositor de las grandes óperas- en especial a la trilogía central-, el inmenso legado de sus sinfonías, cuartetos de cuerda y otras obras camerísticas o la inabarcable herencia de las biografías nacidas en su entorno, soportando incluso el ingrato biopic de Amadeus, según Milos Forman. Mozart, Wolfgang Amadeus Mozart, por encima de todo posible atropello.

Ramón García Balado

Concierto de Navidad de la OSG, entre John Williams y Georges Bizet

Palacio de la Ópera, A Coruña Concierto de Navidad de la OSG, con piezas para estas fechas, tomadas de pasajes sonoros de bandas sonoras d...