20/08/2025

Culmen del XIII Festival Groba de Ponteareas

 Auditorio Reveriano Soutullo, Ponteareas


Concierto en el Auditorio Reveriano Soutullo de Ponteareas-día 21, a las 21´00 h., con interpretaciones pianísticas de Zee Zee, realizadas por Ferenz Liszt, tomadas de lieder de F. Schubert, a  partir de dos de sus lieder, de fundamentales ciclos de su catálogo. El primero Der Müller und der Bach, perteneciente a Die schöne Müllerin (La bella molinera), D. 795, ciclo por excelencia de los grandes ciclos, realizados a partir de poemas de Wilhelm Müller y que tendría su origen en un juego literario de sociedad, fruto del entretenimiento de jóvenes talentosos intelectuales, durante el transcurso del invierno de 1816/7, en Berlín. Dos fuentes contrastadas procedentes de testigos de primera mano, proporcionarían información al respeto: una del crítico y novelista Ludwig Rellstab, cuyos poemas serán utilizados en el Schwanengesang (1828), y la segunda que corresponde a los poemas de Müller, editados en Berlín. Aquellos jóvenes se daban cita en los salones privados del consejero Friedrich August von Stägemann, acompañado por su seductora pareja Elisabeth y su hija, en las tardes de los jueves en la Bauhofstrasse. Serán las protoschubertiadas que supondrán un preámbulo de escuela que traería imitadores. Der Müller und der Bach, ocupa el lugar 19, de Die schöne Müllerin, un Lied dialogado al gusto del autor, estructurado en los pasajes ABA, en el que las dobles corcheas de la sección B, apuntan al encuentro de los personajes en liza.  El otro Lied, Liebesbotschaft, pertenece al ciclo Schwanengesang (El canto del cisne), del año 1828, un ciclo que como unidad y por opiniones autorizadas, se constata por la ausencia de un clima común y de un hilo conductor, como sucede en otros de sus ciclos. El Lied elegido Liebesbotschaft (Mensaje de amor), ocupa el primer lugar del ciclo, remitiendo a la poética de Rellstab, al que había conocido en 1825  y que será una de sus últimas composiciones. Sobre el murmullo del agua, se eleva la frescura de una encantadora melodía que podrá recordarnos al estilo de Die schöne Müllerin.

Félix Mendelssohn, con  el Octeto para cuerdas Op. 20, del que serán intérpretes Amaury Coeytaux y Veriko Tchumburidze (violines); Lausha Fang (viola); Henri Demarquette (chelo) y el Elaia Quartett, obra de su estancia en el Palacio Recksche, un foro de diálogo y cambio de impresiones de las que serán consecuencia este octeto, dedicado al joven violinista Eduard Rietz, aunque no llegase a conocer la fecha de la primera ejecución pública, previa a la ofrecida por Baillot, en el Conservatorio de París, el 17 de marzo de 1832, ante un Mendelssohn perplejo a la vista del ambiente cultural que le rodeaba, lo que redundó a la postre en su propia gratificación. Cuatro tiempos comenzando por el Allegro moderato ma con fuoco, de sublime elegancia en su intensidad y con una dilatada exposición que se elevará hasta la cuarta cuerda al aire, del violín. El Andante, ayuda a posicionarnos ante una atmósfera que remite a una balada medieval, con un tema principal, de una siciliana, expuesto en fragmentos dispares, en unas frases errantes que modulan sin una meta aparente. E.Wolf, un biógrafo del autor, quiso descubrir un coro de ángeles que evocaban el cielo, con un lenguaje dulce y claro, por el que pasaba un soplo de ensueño íntimo. Todas las penas terrenales serán apaciguadas por la belleza divina.  El Scherzo (Allegro leggierissimo), remite al texto de encabezamiento: Las nubes y los vapores resplandecen en la cumbre de los montes; el viento acaricia las copas de los árboles y los cañaverales ¡todo se desvance! Ejemplo de la magia del autor que encontrará su más perfecta manifestación en la Obertura de El sueño de una noche de verano, scherzo mágico que ha quedado para la posteridad con arreglo a los criterios como tempo vivo, ritmo incisivo, interrumpido, staccato inmaterial, notas breves repetidas, sonoridades en miniatura, difractadas acordes atenuados y misteriosos, brumosos, que convergen finalmente en un calderón que interrumpe este discurso. El Presto, ávido de novedades en un recuerdo a la obertura de La flauta mágica. La recapitulación del fugato con un nuevo contrasujeto en valores largos sobre un arpegio de Mi b intenso. Conciertos dados junto a este Octeto Op. 20, precisamente en la Gewandhaus, de Leipzig, incluirían la Sonata para violonchelo Op. 58, de Niels Gade, partitura editada por Breitkopf & Härtel, de Leipzig, los Dobles cuartetos de Ludwig Spohr, o la Obertura de una noche de verano, que tardará en llegar en unos meses. Durante toda su corta vida, el músico simboliza el choque estético entre dos universos. Nunca una obra camerística había brillado hasta ese nivel, por su juventud, de arrebatado pasión y fogosidad. Vitalidad y encanto en cuanto a su libertad de concepto, sus inéditas sonoridades, su maestría formal, su riqueza temática que seguirán siendo fundamentales a lo largo de toda su vida. Robert Schumann apreció la obra por su fascinación  asentando: Ni en los tiempos antiguos, ni en nuestros días, puede encontrarse una perfección mayor  en un maestro tan joven.

Para el viernes día 22, en la Igrexa do Convento de Canedo- 12´00 h-, se confirmará el protagonismo de nuevo al Elaia Quartet, con los violinistas Leonie Flaksman, Iris Günther,  Francesca Rivinis (viola) y  Karolin Spegg, violonchelo. Leos Janacek- el Cuarteto nº 2 (Cartas íntimas)- obra confesional en una carta dirigida a Kamila Stösslová, en cuanto a una partitura que exigirá unos intérpretes de gran concentración, que les obligará a impregnarse de la lógica demandada, motivada por una arquitectura unitaria en lo relativo a su discurso. El rol dramático de la obra, lo cubrirá la viola, siempre subida de tono. El Andante inicial resulta agitado y de forma rapsódica, resuelto por una exposición clara, concediendo argumentos a la viola que meridianamente, se acerca en su sensibilidad expresiva, al canto de la gitana en Diario de un desaparecido. Un color sombrío por su talante, que contrasta con el encantamiento que surge en la aparición del texto: Cuando te vi por primera vez, tiempo Con moto naturale, de seis compases, en manos del primer violín. El sentimiento pasivo del comienzo, responde una alternancia de hallazgos emocionales, ansiosos y hasta exaltados, que terminarán en un grave preparado por un fortissimo, que a la postre claudica en un pianissimo, de cuatro compases. El Adagio, es tiempo que recurre a la tonalidad de su ópera Katya Kabanová, elaborado sobre dos temas propuestos por la viola, resumido en un estado de ánimo sereno y apacible, que se traducirá en una tensión solemne, menos común de lo acostumbrado, pero remarcado por un virtuosismo de lectura, en las cuatro voces instrumentales, hacia un final que se asentará en una línea tomada del Andante inicial. El Moderato, respira un aroma eslavo de procedencia rusa, especialmente en sus episodios primero y último. Un  Dolcissimo central, resultará agitado por un Presto largamente, desde el primer violín, en una forma de danza desenfrenada como si de una sarabanda se tratase, en la que intercambian ideas cinquillos y encadenamientos de acordes en el registro sobreagudo, arrastrando dudas en los detalles que basculan en la situación emocional a repartir entre el gozo y la angustia. Un segundo Presto, se inclina hacia un estado depresivo, pendiente de vertiginosos y tensos accelerandos, que fuerzan un diálogo obligado a amainar el grado de exaltación. El final Allegro, podrá parecer un estilo de rondó, inspirado en un tema danzante, que servirá como recapitulación en lo relativo al plano temático, como al puramente personal, recurriendo a escenas vividas, además de material procedente  de arias de óperas suyas, óperas como Katya Kabanová (en el segundo violín, en pizzicatos), un tema del Volga, redención final de De la casa de los muertos, a la par entrelazados como una especie de epílogo, perfecta reflexión en beneficio de este sublime cuarteto y que sería ejecutado en casa de Leos Janacek, en Hukvaldry, entre finales del mes de mayo de 1928. La primera ejecución abierta al público, tendrá fecha posterior tras la muerte del compositor, quien había dejado este mundo a causa de una neumonía, en Brno, esa interpretación sería responsabilidad del Cuarteto Moravo y la primera edición crítica aparecería en 1938, por iniciativa de Hudební Matrice Praha.

Franz Schubert-Cuarteto en La m. (Rosamunda)  D804- obra en la que no dudará en colocar en el Andante, un tema del ballet Rosamunda, mientras que en el Allegretto se apunta a un Lied de 1819, sobre el poema de Schiller, Los dioses griegos. El uso de temas antiguos, respondía a una voluntad del propio músico, empeñado en superar ciertos estados depresivos de años anteriores. Una obra que tuvo su primera interpretación en la primavera de 1824, en la Musikverein vienesa, con una agrupación integrada también por Ignaz Schupanzig como miembro y dedicatario, recibiendo una excelente acogida. De sus  tiempos, un Allegro ma non troppo, con una entrada en pianissimo fluido para abocarse a un denso desarrollo y una ostentosa coda. El Andante, elaborado sobre ricas variaciones procedentes del ballet Rosamunda.  El Minuetto: Allegretto, una insistencia sobre el Lied citado Los dioses griegos, para completar con un Allegro moderato, pretendida reconciliación con el mundo tanteando en una respuesta optimista, ofreciendo en algún momento detalles de aires populares que ayudarán a encauzar la obra.

En el Auditorio Reveriano Soutullo- 21´00 h-, el Trío para piano nº 1, en Re m. Op. 49, de F. Mendelssohn, del que serán intérpretes Amaury Coeytaux (violín); Luka Coetzee (chelo) y Zee Zee (piano), obra en sus tiempos Molto Allegro agitato, un guiño a la memoria mozartiana y en concreto al Concierto K. 466, desde un tema locuaz en menos del chelo que se expresa por una línea melódica reconocible en sus estilismos, marcados por breves pasajes ligados con acompañamiento de negras sincopadas, hacia un estado de reposo que se trazará en un segundo tema dentro de un desarrollo clásico, al alcance de los solistas en su empeño. El Andante con moto tranquilo, acepta las limitaciones de una romanza sin palabras a cargo del violín que recuerda un aire gracioso y sin amaneramientos, una actitud que se aproxima si cabe a ideas chopinianas, como podrían ser las que encontramos en el Estudio Op. 25 nº 7 o un aria de la Norma de Bellini. El Scherzo leggiero e vivace, la perfección enardecida de este forma, es una fantasía que rezuma una inspiración igualmente operística, contagio de las modas del momento histórico, en donde el piano campa a sus anchas. El Finale: Allegro assai appasionato, deslumbrante y tratado en el marco de un rondó-sonata, nos ubica en un estilo bucólico anunciado por un detalle poco tranquilo al que responderán las cuerdas. El Finale, para redondear intenciones, aporta un segundo couplet cantable ampliamente desarrollado.

Dvorak- Quinteto con piano en La M. Op. 81- obra que interpretarán Amaury Coytaux y Veriko Tchumburidze (violines); Lausha Fang (viola); Henri Demarquette (chelo) y Zee Zee (piano), obra en cuatro tiempos desde el Allegro con fuoco, un diálogo auspiciado entre cuerdas y piano, se recrea en un juego mantenido entre tonalidades vecinas que posibilitan la evolución de la idea conductora. El Lento, resulta el núcleo de la obra asegurado por el protagonismo del chelo a través de un extenso primer tema grave y un apunte del piano que enuncia un clima barroquizante. La serie de temas en cascada se completa con otro que se resuelve en una serena ternura.  El Allegro moderato, a modo de scherzo en tres espacios, logra reclamar una mayor atención en los reconocibles como Grazioso y un Pochetino più mosso, de ritmo subyugante que se recrea con aire de furiant.  El Allegro ma non troppo, resulta un resumen acorde sintetizado por el tratamiento expuesto en cada uno de sus pasajes, en particular en el amplio desarrollo, en el que el piano marca la pauta entre pronunciados acordes, preparando la coda de conclusión jubilosa.

Ramón García Balado

19/08/2025

Borja Quiza y Andrea Rey dentro del XII Festival Bal y Gay

 Teatro Pastor Díaz, Viveiro


Concierto del barítono Borja Quiza y la Mezzosoprano Andrea Rey, acompañados por el pianista Javier Carmena, en el Teatro Pastor Díaz, de Viveiro- día 21 a las 20´30 h-, para un programa cuidadosamente repartido desde canciones a arias operísticas y romanzas de zarzuela. Borja Quiza, veterano por excelencia,  fue alumno de Teresa Novoa, Mª Dolores Travesedo y Renata Escoto, un  barítono del que guardamos excelente imagen por su interpretación del rol de Don Giovanni, en el filme de Carlos Saura, ejerciendo como profesor de canto en el Centro Superior de Música de Galicia, llegando a ser dirigido por maestros como J. López Cobos, Martone Jurowsky, Kiril Petrenko o Kent Nagano, en coliseos como el Teatro La Fenice; Les Arts (Valencia); Liceu (Barcelona); Teatro de La Zarzuela; Theater an der Wien o La Ópera (Colombia). Una larga carrera en la que destaca su presencia en el Festival de Amigos de la Ópera de A Coruña, en títulos como Il Barbiere di Siviglia (Figaro); el recital dedicado al añorado Alberto Zedda, en una Gala centrada en G. Rossini; los barroquismos de Vendado es amor, no es ciego, de José de Nebra, con la Orquesta Los Elementos, de Pablo Miguélez Rouco, que participó en este Festival Bal y Gay, hace pocos días; una Gran Gala LXX Aniversario de Festival Amigos de la Ópera (A Coruña); Romèo et Juliette (Gounod), como Mercutio), con la OSG, dirigida por Christoper Robertson, hace un par de temporadas. Quiza, con su compañero Fernando Briones, participó en las actividades de la Fundación Juan March, en un programa netamente español, que ofrecía canciones que iban desde Fernández Vide a X. Monsalvaltge, a Juan Durán, A. García Abril, Calés Otero, Matilde Salvador, Manuel Parada o el compostelano Xosé Castro (Chané), con Gaiteiriño y Cantiga Unha noite (poema de Manuel Curros), músico que había sido fundador del Centro Gallego de Buenos de La Habana y que para esta sesión, nos reserva Os teus ollos y Cantiga.

Dos arias de Carmen, a repartir entre Borja y Andrea, para ella, la vistosa y descarada Près des Rampart de Séville, una oportunidad para llevarse al público sin la menor cortapisa y para el barítono, Votre toast, je peux vous le rendre, un Escamillo no menos locuaz, perteneciente al Segundo acto; quedamos a las puertas del comienzo de la temporada de Amigos de la Ópera, de A Coruña, que abrirá  la temporada los próximos días 5 y 7, en el Palacio de la Ópera, con la OSG, con dirección musical de Gianlucca Martinenghi,  con protagonismos de Sofija Petrovic, Michal Moore, Jean Fernand Settl; Mª José Moreno, Susana García, Irene Zas, Jacobo Rubianes, Pedro Martínez Tapia, Gabriel Alonso y Eduardo Pomares Sainz, con el Coro Gaos (Fernando Briones) y la Coral Xuvenil Cantabile (Pablo Carballido) y dirección escénica de Calixto Bieito.


 Más óperas por Vincenzo Bellini-I Puritani di Scozia-, con el aria de Riccardo Forth, enamorado de Elvira, la hija de Gualtiero, alarde del género belcantista para una ópera plagada de números deslumbrantes: A te  cara…(cavatina con canción), en la voz de Elvira; Suoni la tromba, un dúo ostentoso o el dúo Figlia a Enrico; non parlar di lei cha adoro. Ah, per sempre io ti perderei, resulta otro de los momentos sublimes de esta ópera claramente enrevesada, elaborada sobre un libreto del conde C.Popoli, a partir de la obra de teatro  Têtes rondes et cavaliers, de F. Ancelot y X. Boniface Saitine y en menor grado del relato Old Mortality, de Sir Walter Scott, para conocer su estreno en París en 1835. Musicalmente, no resultaría tan redonda como Norma, o la espontaneidad de La sonámbula. W.A. Mozart, siempre con Don Giovanni ossia in disoluto punito K. 527, uno de los dúos más enternecedores en el que asistimos al diálogo entre Zerlina y Don Giovanni, quien parece prometerle lo imposible Là ci darem la mano (Allí nos daremos la mano), la indefensa chiquilla asediada por los peores augurios, en una escena que se rompe gracias a la aparición Donna Elvira, quien se decide por ayudarla.

Canción española, para continuar, con la inspiración tomada de los años en La Argentina, de Andrés Gaos, un estilo de vidalita, forma tradicional cultivada por los compositores de estéticas muy diversas, algunas cercanas al tango o derivados, o también Horacio Pettorossi-Galleguita-, en arreglo de Fernando Briones, quien añadirá el bolerazo Quiereme mucho (Cuando se quiere de veras), de Gonzalo Roig, maestro histórico por excelencia en la música cubana, autor de una zarzuela de la que ya tuvimos conocimiento Cecilia Valdés, con fortuna por alguna de sus jugosas romanzas; director que había sido del Teatro Ignacio Cervantes y promotor del nacimiento de la Orquesta Sinfónica de La Habana. Para mantenernos en comba, José Serrano- La canción del olvido- con la conocida romanza Junto al puente de la peña: mujer, primorosa clavelina, perfecto retrato de un personaje donjuanesco, interpretado por el barítono Manuel Fernández Carbonell, en su estreno, en el Teatro Lírico Cine Trianón (Valencia), antes de reponerse  en el Teatro de La Zarzuela, a comienzos de marzo de 1918, soberbia romanza con complejos entresijos para el lucimiento de barítonos ansiosos de desplegar sus facultades canoras y gestuales, puede que en la actualidad, produzca más de un resquemor, pero el gracejo no deja de sorprendernos. Una salve por el maestro José Serrano, y es que la vida y los tiempos dan vueltas infinitas. Ruperto Chapí- Cuando está tan hondo ¿Quién me mata el querer?(El Barquillero). Romanza de Socorro, estrenada por la Srta Miralles; zarzuelita en un acto con libreto de José López Silva y José Santos Veyán, para recibir su estreno el 21 de julio de 1900, zarzuela que está pues de aniversario, aunque quedase ciertamente a la sombra de sus grandes obras, un espectáculo que reparte protagonismo entre Pepillo (el Barquillero); Socorro (muchacha sencilla) y Lunarito (un chulo que intenta impresionarla).  

Francisco Asenjo Barbieri-Una mujer que quiere ver un barbero (El barberillo de Lavapiés)- punto y seguido para Pan y toros; El proceso del can can o El secreto de una dama, un período en el que ya había dado a conocer 17 obras, casi todas destinadas al Teatro de La Zarzuela, obras en las que asimila el espíritu de la tonadilla, ejemplo de impregnación del rebuscado colorismo localista, en el que hará uso de boleros, seguidillas, rondeñas, soleares y otros estilismos, tan elogiados por el maestro Pedrell quien señalaría las virtudes de su esencialismo.  Reveriano Soutullo y Vert- La del Soto del Parral (Ya mis horas felices)-, primorosa romanza de Germán, otro de esos cantábiles estrenado por el histórico Emilio Sagi Barba, en su función primicia del Teatro de La Latina madrileño, templo del género que no atañe, haciendo cartel con Paquita Morante, Jacinta Vega o Vicente Gómez Bur y el actor Eugenio Casals.  Ruperto Chapí- La Revoltosa (Por qué de mis ojos retiras…), para el colofón, dúo sonado de Maripepa y Felipe, uno de los momentos más elogiados de esta zarzuela creada a través del libreto de José López Silva y Carlos Fernández Shaw.

Ramón García Balado

Conciertos del XIII Festival Groba de Ponteareas

  Auditorio Reveriano Soutullo, Ponteareas 


Fiel a su cita en este mes, el Festival Groba de Ponteareas, continúa actividades durante esta semana, reservando para el martes día 19, en el Auditorio Reveriano Soutullo a  las 21´00 h., un programa de compositores de reconocido reconocimiento como es el caso  de Luigi Boccherini, en obra tan representativa como La musica notturna delle strade di Madrid (Quintettino G. 324), que recibimos en interpretación de los chelistas del Elaia Quartet, junto al chelista Luka Coetze, obra repartida entre tiempos que partiendo de Le campane de´ll Ave María y el Tamburo dei Soldati, nos llevan hasta el tamburo y la conocida Ritirata (maestoso), obra del grupo de otras de 1780, los seis pequeños trabajos en forma de quinteto, cobrando el elegido una mayor consideración, capricho en  tiempos descriptivos y que constituyen con la Op. 11, nº 6 (L´Ucceliera), su única incursión dentro de tan peculiar género ya desde el primer tiempo: Ave Maria delle Parrochie, por el sonido recreado de las campanas que sirve de antelación al Minuetto dei ciechi, en el que se imitan los sonidos de la guitarra. La ritiratta (retreta), en forma de variaciones en Do M., el autor volvería a utilizar esas variaciones como tercer movimiento del Quintetino con piano Op. 12, op. 57, que acabará transcribiendo para un Quinteto con guitarra G. 453, motivo que repercutirá en una carta a Pleyer, del verano de 1797, en la que se oponía a la publicación de la Op. 30, nº 6, pues estimaba que fuera de España, no sería comprendida ni apreciada por los ejecutores ni por los aficionados. Sus quintetos serán un absoluto modelo de estilo, que inevitablemente contribuirán a contar con imitadores. Idea nos puede dar los Quintetos para guitarra, dos violines, viola y violonchelo G. 445/53.

Sergei Rachmaninov, al que escuchamos con la Sonata para chelo y piano en Sol m. op. 19, en interpretación de Luka Coetze (chelo) y Marianna Prejvalskaya (piano), vuelve para ofrecernos el Trío elegíaco: Lento lúgubre; Tempo rubato- risoluto y Tempo Allegro alla marcia, teniendo como intérpretes  a Veriko Tchumburidze (violín); Luka Coetze (chelo) y a la pianista Marianne Prejvalskaya, obra escrita a comienzos de 1892, en Moscú, para recibir su estreno en la Sala Vostryakov, de Moscú, por los músicos David Kreyn (violín) y Anatole Branudkov (chelo), con el autor al piano. Obra en un desarrollo sin solución de continuidad dentro de los cánones clásicos imaginables a partir de ese Lento lúgubre, en la tonalidad de Do m., tema expuesto por el piano que evoluciona en el estilo de Ferenz Liszt, hacia un ambiente musical deseado, en el marco de definición elegíaca: più vivo; con anima; appasionato; tempo rubato, risoluto…Sobresalen los episodios repetidos simétricamente para abocarnos a una forma de marcha fúnebre, que confirma las intenciones del compositor, logrando que el piano, resuene como un instrumento que evocará un tañido fúnebre. Un trío juvenil en el que el teclado es el verdadero protagonista del discurso, dejando que las cuerdas se manifiesten con un presumible talante vocal, particularmente en el chelo. Obra que tardará en editarse, y que verá la luz en 1947, en Moscú, para esperar más de una década en repetir edición.

Erich Wolfgang Korgold- Much Ado about nothing- en versión para violín y piano,  obra resumida en tiempos que desde Maiden in the Bridal Chamber y Dogberry and Verges, nos llevarán a la Scene in the Garden y la Masquerade-hornpipe. Korgold fue un maestro en la historia de las bandas sonoras: Captain Blood; Give Us the Night; The  Prince and the Pauper; The Constant Nyph; The Sea Hawk; Escape Me Never o la importante serie de adaptaciones. Un centroeuropeo de años amargos que se trasladó a Viena antes de encontrar acomodo en Viena, pero con escasa fortuna, lo que le obligó a recibir el conocido reconocimiento en los Estados Unidos. A mediados de los años treinta, había sido invitado por el director Max Reinhardt, quien le confiaría la adaptación de La comedia de una noche de verano de Félix Mendelssohn, verdadero asidero de circunstancias y una prueba experimental de lo que serán los trabajos para el cine. También había dejado su cuño en óperas como The Ring of Polycates o Violanta, entremezcladas con cantatas como Nixie y Gold. Se observan en su  evolución las influencias de Gustav Mahler y Richard Strauss, quien se interesó en su evolución y al que dedicará su obra Straussiana. Trabajos suyos serán, en otro ámbito, Much Ado about nothing, una suite teatral que hará pareja con el ballet Primavera, canciones de éxito popular como Love for Love, sobre texto de Ted Koehler; otra ópera como Die Kathrin (1938); el Concierto para violonchelo y orquesta en Do Op. 35, que le servirá de material para su película Deception o la obertura sinfónica Sursum corda, que le valdrá para la banda sonora de Robín de los bosques.

Maurice Ravel- Sonata para violín y piano, en sus tiempos: Allegretto; Blues. Moderato y Perpetuum mobile. Allegro, composición que se confía a Veriko Tchumburidze (violín) y Marianna Prejvalskaya (piano), obra de evolución dilatada y dedicada a su apreciada Hèléne Jourdan- Morhangue, destinada a su estreno en la Salle Erard parisina, con George Enescu (violín) y el autor al piano. El Allegretto es el tiempo más desarrollado, elaborado sobre cuatro temas, desde el primero con un aire pastoral, expuesto por el piano y un segundo tema muy condensado caracterizado por los stacatti y un tercero muy expresivo. El Blues se recrea en el gusto de las síncopas a modo de ostinatti rítmicos que no disimula la influencia jazzística del blues, perceptible en el tiempo inicial. Una evocación para el autor, que se entretiene con las influencias del banjo y del saxofón. El Perpetuum mobile, movimiento más corto, se inicia sin disimulo con un ostensible motivo en stacatto, tomado del primer movimiento y que se cierra con otra evocación bucólica en un decrecimiento progresivo. Las notas repetidas y los arpegios del violín, desnaturalizan ligeramente al instrumento.

La Igrexa do Convento de Canedo- día 20, a las 19´00 h-, prepara un concierto en el que tendrá protagonismo la chelista Luka Coetze,  quien ofrecerá una curiosidad rescatada por Aslamazyan en revisión junto a la Bulgarian Chamber Orchestra, una Passacaglia, movimiento característico incorporado a la forma de la suite, y      que en su procedencia nos lleva a Händel, constatable en un registro realizado sobre otros compositores barrocos como Antonio Vivaldi o N.Paganini,  una aventura en la que participaron Dina Schneidermann y D. Hristov. Para seguir este patrón, la Ciacconna de Tomaso Antonio Vitali, en versión para chelo y cuerdas, obra que para su recuperación habría de esperar a Ferdinand David, en 1867, tras una labor de investigación en Dresde, un músico de estirpe por su padre Giovanni Battista, quien crearía escuela en Bolonia, especializándose en instrumentos de cuerda, tras estudiar con Cazzati, en San Patronio. Tomaso Antonio (1663/1745), llegaría a ser primer violinista de la orquesta de la corte y hacia 1692, editará de forma tardía la serie de Sonatas en trío de su padre, preparando con ello las que acabaría realizando de su propio quehacer cotidiano, que irán apareciendo entre 1693 y 1695. Dejará obras como el Concerto di sonate per violino e violoncelo Op. 4, estéticamente cercanas al Op. 5, de Arcangelo Corelli. La célebre Ciacconna, motivo de revisiones y especulaciones, se llegó a considerar como apócrifa, pero su importancia servirá como estímulo a muchos músicos de toda época.

 Rogelio Groba en un par de composiciones de las que se verán resultados gracias a la Orquesta de Cámara Galega, la primera Un Adeus (2012), obra del maestro de la que esta formación sabría poner en atriles, en una sesión conmemorativa en homenaje al compositor, ofrecida recientemente en el Teatro Colón, de A  Coruña, lo mismo que recordaremos por Intres boleses: Suite barroca (1978), en sus tiempos: Limiar; Ao xeito de courante; Ao xeito de gavota; Ao xeito de friulana; Ao xeito de minuete y Ao xeito de xiga, composición de la que tenemos registro discográfico con este formación orquestal, dirigida por Rogelio Groba Otero, con Clara Groba Otero, como solista de chelo y Javier Cedrón-violín-, trabajo del que la crítica dejará escrito que Rogelio Groba, era un compositor perteneciente a la Generación del 51, pero por estilo, o quizás no, y por tener una amplia paleta donde caben el neoclasicismo, el neobarroquismo, el romanticismo y el toque modal extraído del folklore, dejará una enorme producción de más de 300 obras, entre las que se encuentran cinco óperas; seis sinfonías u once conciertos para instrumentos solistas. Para el disco citado, se elegirían Intres Boleses (suite barroca); el Concierto nº 2, para chelo y cuerdas (2000), con Clara, como solista; el Concierto arcaico en Re para dos violines y cuerda, que seguía el modelo del Concerto grosso, en cinco movimientos, también en estilo antico, que hacía alusiones, aquí y allá, como en gran parte de su obra, a una evocación de Galicia. Toda esa música se escucha con agrado y en ella se ha de reconocer el oficio del autor, incluso en algunos momentos, de buena inspiración. La interpretación es correcta y los solistas, hijos del compositor, demuestran un talento y un buen hacer, entregándose a los pentagramas paternos. La Orquestra de Cámara Galega, fundada en 1995, desarrolla una intensa actividad que la lleva a interpretar un amplio repertorio, incluyendo la divulgación de compositores gallegos, repartiendo sus actividades en espacios como el Auditorio Reina Sofía; el Palau de la Música (Barcelona); La Maestranza, de Sevilla; el Spanien Modern Musikfestival, de Viena; el Merkin Hall, de la Kaufman Foudation; De Doelen Auditorium, de Roterdam; el Palaccio Ducale, de Génova; la Sala Mozart, de Zaragoza; el Teatro Jovellanos, de Gijón; el Auditorio de Galicia, de Santiago de Compostela o el Metropolitan neoyorquino. Colaboraron con primeros artistas como Teresa Berganza, Juan de Udaeta, José Luis Estellés, Juan Lomba, Anthony Pay, Ara Malikian, Elena Urioste, Milton Masciadri, Rika Masato, Cecilia Lavilla, Guillermo Figueroa, Yedam  Kim, Emmanuelle Balidini, Jesús Reina, André Cebrián, Ji Yoon Cho, David Fernández y desde 2013, por obvias razones, es la formación en residencia de este Festival Groba, de Pontearas, en lo que había sido la VI edición, además de recibir la invitación para el concierto de clausura del Festival Internacional de Música de Nova Gaia, en el 25 Aniversario conmemorativo, acompañando a Elisabette Matos, bajo la dirección de Mario Mateus.

Ramón García Balado

El Cuarteto Casals en el XII Festival Bal y Gay

 Auditorio Casa da Cultura, Burela


El Cuarteto Casals, uno de los veteranos por excelencia, se presenta en XII Festival Bal y Gay, con  su actuación en el Auditorio Casa da Cultura (Burela)- día 20, a las 20´30 h.-, formación con raíces en la Escuela Superior de Música Reina Sofía y fundado en 1997, por los violinistas Vera Martínez Mehner y Arnau Tomás Realp, el viola Johathan Brown y el chelista Abel Tomàs Realp. Actualmente, la plaza del viola está ocupada por Cristina  Cordero. Actuaron en salas de prestigio como el Musikverein (Viena); la Philharmonie (Berlin); el Carnegie Hall (Nueva York), el Lincoln Center neoyorquino, la Beethoven Saal (Berlín), la Schubertiada de Vilabertrán o el Schelswing- Holstein  o el Concertgebouw (Amsterdam), contando con importantes registros para Harmonía Mundi, en los que caben obras de  compositores actuales como G. Kurtág o Francisco Coll o la inclusión de El arte de la fuga (J.S. Bach). Recibieron el Premio Borletti-Buitoni, lo que les permitió abordar repertorios barrocos, con recursos historicistas. Recibieron el Premio Nacional de Música (2006) y el Johannes Brahms (Hamburgo), de 2002 y el Yehudi Menuh (Londres). Un cuarteto que amplió estudios con Walter Levin y Rainer Schmidt, con un posgrado en Colonia, con Harald Schonenweb y estudios con el Alban Berg Quartet.

En programa, F.J. Haydn- Cuarteto de cuerda en Re M. Hob.III:79-centrado en n movimiento lento casi tan extenso como los otros. Un primer movimiento que consigue aparecer como una introducción al segundo, sin renunciar a un solo atributo de la forma sonata-dramática sin que quepa hablar de esta forma y con elementos de variaciones. El Allegretto, goza de una forma tripartita en estilo de Lied, con episodios que dejan oír una melodía cantarina. El tempo se acelera al final del movimiento y curiosamente, este cuarteto es llamado Cuarteto largo, destacando el Largo cantabile e mesto, indicación de una página escrita en tonalidad rara y difícil, contando con dos ideas que se superponen una vez establecida la dominante Do sost. M. El comienzo del tema del Menuetto (Allegro), muestra un tiempo de ambiente popular con un suspiro de violín se responde a provocaciones del chelo. El Final Presto, parte de una fórmula conclusiva a la cual se hace referencia al final de la exposición. El tema inicial alla húngara, es ocultado dejando una mezcolanza de semicorcheas, en manos del segundo violín.

Elisa Fábregas- Terra acesa- es obra de encargo (Fiery earth), composición reciente estrenada en el Palau de la Música Catalana, un encargo en el que también aparece la Fundación Orfeó  Catalá y que para este período anuncia otro compromiso como la obertura Cantic d´exaltació, que se dará a conocer en la Sala Casals del e Barcelona, con el maestro José R. Pascual Vilaplana, encargo de la Banda Municipal de Barcelona. La compositora se doctoró en el Instituto Peabody, de la Johns Hopkins University y en la Juilliard School neoyorquina, para ampliar en el Teachers College, en piano. Fue becada por la Fulbright en los Estados Unidos durante tres años, después de sus estudios en Barcelona, con Miquel Farre. En su  catálogo, aparecen obras para orquesta, para instrumentos de viento, canciones con piano, cuartetos de cuerda o piezas a capella, recibiendo el premio Shepherd Award de Compositores, de Washington. Grabó para los sellos Naxos, Albany Records, Haenssler, Bridge Records, Odradek o Hidden Oak Music Co.

L. v. Beethoven- Cuarteto de cuerda nº 13, en Si b M. Op. 130-, una dedicatoria al conde Galitzin  estrenado por el Cuarteto Schuppanzigh, en marzo de 1826. El Adagio ma non troppo-Allegro, apuesta por una alternancia de dos tiempos y su simultaneidad desde la calma de introducción con incesantes retornos a la resolución en el Allegro, sobre una polifonía libre y audaz. El Allegro queda invadido por una alegría contagiosa, con saltos interrumpidos y febriles, hacia una coda que vuelve al comienzo. El Presto, resulta rápido y contagioso, con un trío en forma de danza rústica e intensa, en escalas cromáticas descendentes, que dan paso a un scherzo. El Andante con moto ma non tanto,  lleva la indicación de poco scherzoso, con una serie de tema escalonado que nos trasladan a un estilo de coda como desarrollo final.  Alla danza tedesca: Allegro assai emula una danza alemana en una vuelta a lo rústico, con un primer tema vivaracho. La Cavatina: Adagio molto espressivo, queda definida como el recurso de tres ideas melódicas, amplias y concentradas, con un tercer tema sotto voce, confiado al violín. La recapitulación de la Cavatina, se expone por una idea del ritornello inicial.   El Finale: Allegro, es el tiempo que sustituyó a la Gran Fuga, recibiendo comentarios displicentes por esa propuesta. Es una forma rondó-sonata, con un tema estribillo de aire popular ubicado en la entrada del primer violín.

La Gran Fuga, de este cuarteto Op. 133,en Si b. M., podría servir como culminación de esta obra inmensa, una dedicatoria al archiduque Rodolfo de Austria, un trabajo obsesivo que se abre con una obertura (Allegro) como tema generador expuesto en fortissimo hacia una segunda fuga (meno mosso e moderato, con cambios de tempo y de tonalidad. Una serie de variaciones conducen a una lucha sobrecogedora, con un tema que no cesa de afirmarse.  El desarrollo de ambas fugas, presenta tres divertimentos que intensifican los valores rítmicos independientes sobre una marcha polifónica implacable. El desarrollo sobre la segunda fuga, apunta a una reexposición en el tono principal, mientras se desarrollan aspectos inéditos. La conclusión divaga con la intención de superar antagonismos, alcanzando la coda en plenitud de afirmación a través del segundo violín y el violonchelo.

Ramón García Balado

12/08/2025

Brunetti, Joaquín Turina y Julián Bautista

 Auditorio Fontán, Cidade da Cultura


Concierto bajo el título Turina al lado de dos perlas escondidas, para un cuarteto integrado por el violín Stephan Picard, el viola Ashan Pillai, y otros dos nuevos que participan en el elenco, Thomas Carroll, violonchelo que tuvo su primera experiencia con la Berlin Philharmonic en 2006, fundando en  Inglaterra la London Beethoven C.O. (2012) además de ser nombrado director artístico de la Orpheus Sinfonia; el pianista Andrei Banciu, natural de Timisoara (Rumanía ), comenzó sus estudios con Maria Bodo, para seguir en Berlín en la UdK (Universidad de Las Artes), con el profesor Klaus Hellwig y en la Hochschule für Musik Hanns Eisler, con Fabio Bidini.

Gaetano Brunetti (1744/98), tuvo el Divertimento para violín, viola y chelo L. 145, en sus tiempos Andante expressivo; Minuetto. Allegretto y Finale Allegro. Heredero del prestigio de la sonata en trío barroca, quedando como uno de sus continuadores, mientras disfrutaba  de una asentada popularidad hasta la entrada de la década de 1770, en una apacible convivencia con el género del nuevo cuarteto. En nuestro país, siguió siendo favorecido por los compositores y  por el creciente público aficionado, tema del que nos queda un recuerdo respetable que dejará constancia en los mentideros cortesanos. Brunetti y Boccherini, compusieron abundantes tríos, siendo muchos de ellos anteriores a 1780, género por el que no dejarán de interesarse, efectivamente, nuestro maestro del día, mantuvo su admiración por Boccherini, aunque no fuese el único y que se extenderá hasta F.J. Haydn. Su figura, sólo puede entenderse, como tantos otros contemporáneos, por el contexto del sistema de mecenazgo, propio del Antiguo Régimen, una de las pocas opciones que tenían los compositores de enfrentarse a un futuro incierto, en el complejo entramado de las instituciones del poder. La práctica de la música de cámara, permitía de modo especial distanciarse de las rígidas barreras que separaban los distintos estamentos sociales para crear la apariencia de una sociedad igualitaria, en la que el rey o el aristócrata y su sirviente el compositor o músico, compartían momentáneamente en pie de igualdad, exactamente la misma actividad. De esta curiosa posición, se benefició en un momento y durante años, nuestro apreciado Brunetti, convertido de esta forma en el prototipo de música de corte, ejemplo consumado de artista de un músico procedente de Fano (Italia), sabrá escalar socialmente hasta ser nombrado maestro de violín del Príncipe de Asturias, del que será su fiel compañero, en especial en el ámbito creativo en entrega de obras para la Real Cámara. Un entrante para templar ánimos.

Joaquín  Turina- Trío nº  2, en Si m.Op. 76, en sus tiempos Lento; Molto Vivace y Lento-, obra para piano, violín y chelo, del año 1933, compromiso para su estreno en La Haya, con el Trío Neerlandés, un grupo con el que venía colaborando desde el Op. 35, obra dedicada a Jacques Lerolle, y que se condensaba en tres espacios. El Lento, resulta un perfecto tratamiento del concepto de un clasicismo español, heredero de generaciones precedente y con un singular estilo que conocemos de obras anteriores como la Escena Andaluza Op. 7, puesta en atriles en la Salle Erard parisina. El Molto Vivace, venía impregnado por un meditada concisión resulta en una forma A-B-A, con la sección central escrita en 5/8, carente de acentuación propio del zortiko, tan apreciada por el sevillano y que rehusaría en muchas de sus obras. El Lento, mostraba menos regularidad formal, compensando con una acentuación excelentemente resuelta que se plantea en sus pretensiones como un broche de adorno, impregnado de estilemas tan característicos del músico, autor de delicias como los Tres poemas Op. 81, para voz y piano y que en Madrid estrenaría la maestra de tan excelentes cantantes, Lola Rodríguez Aragón, con el compositor al piano.

Julián Bautista (1901/61)- Sonata Concertata a Quattro: Allegro assai; Andante sostenuto y Allegro deciso- una dedicatoria a S.M. La Reine Elisabeth de Belgique y Primer Premio del Concurso Int. Quatour Belge à Klavier, à Bruxelles (1938). Otro maestro en  el exilio, músico de la Generación del 27 y del Grupo de los Ocho, alumno de Conrado del Campo, junto a Bacarisse y Remacha, músico que realizará una carrera primordial en La Argentina, con Juan José Castro mientras sobreviviría gracias a trabajos alimenticios para el cine, además de estrenar su ballet Juerga, estrenado en el Teatro Colón. De sus años españoles, quedarán esta Sonata Concertada a Quatto (1933/4)- soberbio descubrimiento en su interpretación-, obra de una trayectoria compleja y que llegó a considerarse como perdida e inédita, perteneciente al período del Preludio para danza, una dedicatoria a Regino Sainz de la Maza, o la Suite all´antica, que dará a conocer la O.F. de Madrid, en el Teatro Español, una sesión dedicada a José Lasalle. El período ostensiblemente neoclásico de sus primeros años, nos dejarán algunos de los primeros cuartetos, con críticas positivas de Adolfo Salazar, pero mejor consideración recibirá por parte de Falla e Igor Stravinski, quien había visitado nuestro país para dirigir Petruschka y Pulcinella. De Julián Bautista y en lo relativo a nuestra tierra gallega, recordaremos ya en el exilio, los Cuatro poemas galegos, para voz, flauta, oboe, clarinete, viola, violonchelo y arpa, sobre textos de Lorenzo Varela: María Pita e tres retratos medievales. Son esas canciones María Pita; O Touro; A Ruy Xordo y María Balteira, una obra presentada en el Festival de la SIMC, en Amsterdam (1948), obra original en la que el compositor apuesta por recrear un imaginario mundo medieval, a través de un lenguaje sobrio, sencillo y con  tintes arcaicos, ausentes de toda polifonía, dentro de una monofonía con detalles de un primitivismo en las armonizaciones, además de una clara presencia de la modalidad.

Ramón García Balado

foto ©Xaime Cortizo 

LXVII Curso  de Música en Compostela

Auditorio Fontán, Cidade da Cultura, Santiago de Compostela.  7-VIII-2025

Stephan Picard, Ashan Pillai,Thomas Carroll y Andrei Banciu. Obras de Gaetano Brunetti, Joaquín Turina y Julián Baustista

Música alrededor de España: Patrín García-Barredo

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Concierto de la pianista Patrín García- Barredo, pianista que fue alumna de Manuel Carra, en el Real Conservatorio de Madrid, antes de ser becada por el Chase Manhattan Bank, la Philhamonia de Londres, el Leverhume Trust y el Ministerio de Cultura Español. Tuvo también como profesores a Josep Colom, en la Universidad de Alcalá de Henares, y a F.Soler D. Varsi- Musikhochschule Karlsruhe, recibiendo masters de P. Badura-Skoda, J. Achúcarro, V. Perlemuter, B. Canino, V.Margulis, D.Bashkirov, F. Rados y M.J. Pires. Obtuvo el Doctorado en la Universidad Alfonso X (El Sabio)- 2017- por su tesis La labor del intérprete previa a la realización de una obra musical. Fue invitada a los Cursos Música Activa  (Aragón); Forum Musicae (Madrid); Universidad de los Andes (Bogotá) y Sommerakademie (Mozarteum de Salzburgo)

Manuel Carra, profesor desde  sus comienzos, estuvo en calidad de homenajeado  por las Siete canciones  de estilo popular, un pianista que se formó con J.Cubiles antes de trasladarse a París, en donde siguió los dictados de Lazare Levy, Olivier Messiaen- en análisis musical-, y posteriormente en Darmstadt y en la Ac. Chigiana, de Siena, en donde tuvo como preceptor a  Ruggiero Gerlin. Desde esos primeros años de formación, vendrán sus compromisos concertísticos por Europa y Latinoamérica. La etapa como asistente de Cubiles, creará los fundamentos de una importante carrera, en la que no faltarán labores docentes, aspecto del que guardamos memoria por músicos de nuestra tierra que asistieron a sus clases, cursos dedicados tanto a la técnica pianística como a los precisos aspectos de la interpretación. Fue profesor en cursos de verano de Saint Hubert, Manuel de Falla o Música en Compostela, proyectos de la Fundación Juan March y entre sus obras, destacan la Suite sobre antiguos temas españoles, para orquesta; Transformaciones sobre una estructura de Cristóbal Halffter (para dos pianos); Cuatro piezas breves (piano); Tres canciones sobre poesía popular japonesa; Dos canciones extremeñas; Seis canciones populares manchegas o El alba del Alheli (poemas de R.Alberti). Un cuidado refinamiento armónico enmarcado en una estética tradicional. Patrín quiso reconocer el magisterio compartido durante sus años de formación.

Cristóbal Halffter- El ser humano muere solamente cuando lo olvidan (L´être humain ne meure que quand l´oublie)-obra de la que hay un registro testimonial en manos de Alberto Rosado, al que no hace mucho tuvimos en un concierto en el CGAC, una sesión estremecedora con un detallado análisis de las piezas a repartir en varios bloques entre Gÿorgy Kurtág,  Gÿorgy Ligeti y Béla Bartók. La breve composición de Halffter, resulta una dedicatoria a la memoria de Arthur Rubinstein, pieza de 1987, para aquel mítico pianista que había estudiado con A. Rozycki, y que llego a trabajar con Paderecki, perfeccionándose con Heinrich Barth, Robert Kahn y Max Bruch. Fue Chopin una de sus especialidades de análisis e interpretación, y en su madurez recibió las consideraciones de I.Stravinski, quien le dedicó tres de las danzas de Petrushka, o el Piano Rag Music, detalle al que se añadirán la Sinfonía concertante de Symanowski; piezas de Heitor Villa-Lobos o G. Tailleferre y la Fantasía Bética de Manuel de Falla.

Enric Granados (1867/1916)- Valses poéticos-, auténtico testimonio poético al teclado, según propia confesión  del autor, con el resultado de encadenamiento de la serie de valses, cada uno de ellos con su personal acento- vals lento, vals apasionado, vals humorístico vals brillante, vals mariposa o vals ideal. Tempo de vals. La indicación bascula ligeramente a capricho de la intención del intérprete, la obra teatral Gaziel, se centraría musicalmente alrededor de los temas de vals que se repiten a lo largo de la obra. Walter Aaron Clark, realizó un preciso enfoque de la obra, que publicaría la editorial Boileau. A comienzos de 1890, había dedicado una recopilación de valses para piano a su futuro esposa Amparo Gal, titulada Cartas de amor (Valses íntimos); otra recopilación será la de los Valses sentimentales, siempre con la duda de la fecha de su composición. En todo caso, estos valses han seguido siendo populares hasta la actualidad. Los Valses poéticos (Páginas íntimas)-aspecto a considerar en esta lectura-, fueron dedicados a Joaquim Malats y se resumen en los ocho números, con una introducción-curiosamente en compás binario-y una repetición del Primer vals, al final de la última pieza. Aunque su carácter poético es subjetivo, su título evidencia el gusto típicamente romántico de Granados por las metáforas literarias. Sin embargo, el carácter musical de las piezas, justifica sobradamente el título, pues estas obras son expresiones poéticas de género lírico que exploran todo el espectro de las emociones humanas.

Frederic Mompou- Suburbis-dentro del ámbito de las Impresiones íntimas y que manifiestan una cierta facilidad y por momentos una mayor audacia por su escritura impresionista que sugirió a Émile Vuilermoz a calificarle como el Debussy español, el Mompou, de Pesebres; Escenas de niños; Cantos mágicos, Dansa de la noia que salta a la corda a la vora del riu; Canço de les campanes o esta serie de Suburbis, además de Serres chaudes o la Canço de l´avia. Resumen Suburbis las piezas: El carrer, el guitarrista i el vell cavall; Gitanes I y II; La Cegueta y L´home de l´aristó. El maestro se observa a sí mismo mientras trabaja en silencio, en esta serie de sencillas pinceladas que fue trazando en fechas dispersas entre 1916/7.

Isaac Albéniz- dos piezas de la Suite Iberia: Evocación y El Puerto, ambas del Primer cuaderno, estrenadas en la Salle Pleyel, de París, el 9 de mayo de 1906, en manos de Blanche Selva. Evocación, sería una dedicatoria a Mme Jeanne Chausson, un a modo de preludio y una clara pretensión de lo que vendrá después. Una larga y apacible melodía de recreación nocturna que se expresa a través de refinado proceso armónico entre un sincopado e invariable tiempo de ¾, a lo largo de 153 compases  que con fortuna, trasmiten los aires de una lejana jota, vecina del fandango. La ambivalencia tonal  y modal, subraya las sutilezas de esa introducción, con un uso expansivo de las dinámicas. El Puerto, nos traslada al Puerto de Santa María de Cádiz, la ciudad de ambiente cosmopolita que la familia Albéniz usaría como punto de partida hacia La Habana, a finales de abril de 1875, una inspiración en un gracioso baile andaluz con asomos de bulería, polo o seguidilla. Un programa que dejó una grata impresión con su apreciable selección.

Ramón García Balado

foto ©Xaime Cortizo 

LXVII Curso U.I. de Música en Compostela

Patrin García-Barredo. Obras de E.Granados, F.Mompou, Manuel Carra, C. Halffter e I. Albéniz

11/08/2025

Leticia Moreno en el Museo y Fábrica de Sargadelos en XII Festival Bay y Gay

 Museo Sargadelos, Cervo


Concierto de la violinista Leticia Moreno acompañada por la contrabajista Uxía Botana, el pianista Juan Quentín y el bandoneonista Claudio Constantini, en el Museo y Fábrica de Sargadelos (Cervo)- día 19, a las 20´30-, para un programa entre J.S. Bach, A. Piazzola, Heitor Villa-Lobos y un anónimo del archivo de las Misiones de Chiquitos. Letica Moreno, trabajó con directores como Zubin Mehta, Esa Pekka- Salonen, Paavo Jarvi, Christoph Eschenbach o K. Penderecki, con formaciones la Wiener Symphoniker, la Mahler C.O. la O. del Mariinski, la London P.O., o la  O. P. de Montecarlo. Apuesta por la música actual, con estrenos como el Concierto para violín  (Aurora), de Jimmy López, con la Houston S. O., tras debutar con la NHK, de Tokyo. Compartió experiencias con Sol Gabeta, Kirill Gerstein, Mario Brunello o Maxim Ryssanov, grabando un especial Piazzolla, grabado con la London P.O.; el Concierto nº 1, de D. Shostakovich,  con la O. F. de San Petersburgo y fue alumna de Zakhar Bron, Maxim Vengerov y Mistislav Rostropovich, recibiendo premios de los Concursos Szeryng, Sarasate o Kreisler. Dispone de un Nicola Gagliano (1762).

J. S. Bach por la Sonata  nº 4 BWV 1017, en arreglo para violín y bandoneón, en sus tiempos Siciliana, un arioso poco ornamentado y que se inspira en arias de La Pasión según San Mateo, el Allegro, una fuga muy desarrollada en estilo de concierto que impone una entrada de aire popular; el Adagio, en el que el violín ofrece un protagonismo que evoca la voz humana, expuesto con breves frases tranquilas que dialogan en esta ocasión con el bandoneón y un Allegro, de nuevo una fuga que observa detalles procedentes del concierto italiano. Obras en principio para violín y clave, escritas en su etapa en Köthen y que fueron escritas entre 1718/22, realizadas dentro del estilo de sonatas da chiesa a imitación de A. Corelli, en un planteamiento en cuatro tiempos. Una mezcla de contrapunto severo, recibido de los compositores de la Alemania del Norte, con ágiles melodías, descubiertas precisamente en Corelli. También de Bach, una Chacona, estilo con arraigo en todos los países europeos, con una procedencia Latinoamericana, que también calaría en España, guardando claras semejanzas con la pasacaglia, basándose en una progresión acórdica de una danza ancestral que impregnará a bastantes estilos musicales. En la tradición ibérica, de comienzos del XVII, observaría una sencilla progresión que se repetirá con frecuencia para servir una serie de variaciones en ostinato. Una forma que encontraremos en compositores desde Francia a Italia e Inglaterra, sin olvidarnos de Alemania, entonces una serie de pequeñas cortes en permanente influencia.

Heitor Villa-Lobos- Bachianas Brasileiras nº 5- conjunto de 9 suites  muchas en dos tiempos, como la elegida para este concierto, piezas que si se las compara con los choros, reflejan un vocabulario armónico mucho más tradicional y tonalmente orientado. El uso de instrumentos aborígenes no está presente en ellas y en buenas luces, quedaba claro que era un fervoroso homenaje a J. Sebastian Bach, llevando la mayoría como títulos sugestivos una precisa concepción barroca, como Preludio, Aria o Fantasía o un subtítulo de tipo de música popular  brasileña, choro, embolada o modinha. El dualismo de los elementos clásico o barroco y nacionalista, es perceptible a lo largo de todas ellas, reflejando la profunda fe en el compositor en la idea nacionalista. Siguió las aportaciones de la práctica barroca acomodada a los medios musicales de los que disponía. Vendrán consecuentemente, los años de reconocimiento internacional, tras un primer viaje a los Estados Unidos, después de dirigir a la O. S. de Boston, en 1945, incluyendo su Choro nº 12, la versión del Rudepoèma y la Bachiana brasilera nº 7.

Una sonata Chiquitana nº 4 (archivos de la Misión de Chiquitos), un anónimo. Las reducciones de Moxos y Chiquitos, cultivaron sus músicas profusamente  como atestiguan la gran cantidad de manuscritos que provienen de la época jesuítica (concluida abruptamente en 1767, por la orden de expulsión promulgada por Carlos III). Sorprende el hecho de que en varias reducciones se siga interpretando ese repertorio. Tres jesuitas músicos profesionales trabajaron en Chiquitos llevando a la práctica la enseñanza de los nuevos maestros en el arte del canto y la ejecución de instrumentos: Martín Schmidt (1694/1772); Florian Paucke (1719) o Juan Messner (1703/68), material no totalmente catalogado y que puede encontrarse en gran cantidad de manuscritos anónimos de las colecciones halladas en las exreducciones. Colección de interés, será la realizada por el toscano Domenico Zipoli (1688-1726), quien residió en Cordoba. Un gran especialista de nuestra tierra, es el arpista Manuel Vilas, quien con el Grupo Ars Atlántica, y las voces de Magali Revollar y Diego Blázquez, utilizando un arpa virreinal peruana, editó recientemente Yaya Kuntur (Padre Cóndor), himnos en latín y quechúa (siglos XVI/XIX). El arpa utilizada era copia de una realizada por Javier Reyes de León, a partir de un arpa magnífica de una orden representada en la Iglesia de Santiago Apóstol de Huachacalla (Oruro, Bolivia). Javier Reyes de León, comentaba que hallándose en 2002, inmerso en el estudio de las Misiones de Chiquitos, en un entorno especial dentro del Festival de Música Antigua, en una remota región boliviana, los pasos de su andadura se cruzaron con los de Manuel Vilas, un encuentro que fue germen de varios proyectos inéditos, cuyo objetivo común fue la recuperación de arpas icónicas, pertenecientes al recorrido histórico de ese siglo XVIII, a partir del estudio de las arpas barrocas de uno dos órdenes, que se conservan en España.

Astor Piazzolla-Las cuatro estaciones porteñas-, conjunto de piezas con un criterio confesional en su débito vivaldiano y creadas de forma independiente sin pretender el encuadramiento de un posible ciclo. El tiempo arrastrará tratamientos de lo más diversos, Las Cuatro estaciones porteñas- Primavera (1965), destinada al filme Melenita de Oro; El Otoño (1969); la Primavera (1970) y el Invierno (1971), parecían surgir como de la nada, coincidirán con las formas de los Quintetos que fueron variando con el transcurso de los años, pero la historia posterior  jugará sus cartas, en este prolífico compositor de aparente frágil memoria y que dejó frutos como la ópera María de Buenos Aires, hasta probar con el período electrónico y el jazzístico. El Piazzolla de su obra emblemática Adiós Nonino. En sus experiencias, las colaboraciones con Osvaldo Manzi, Lalo Schifrin, Juan Carlos Cirigliano o Pablo Ziegler.

Ramón García Balado

Mozart: Requiem en Re m. K.626 y la Sinfonía Fúnebre, en Mi m. de F. J. Haydn, por la OSG

 Palacio de la Ópera, A Coruña Conciertos de la OSG, dirigidos por Roberto González- Monjas , en el Palacio de la Ópera, de A Coruña - días...