11/08/2025

El Requiem en Re m. K. 626, de Mozart por la Real Filharmonía de Galicia, en el XII Festival Gay y Gay

 Catedral de Mondoñedo


 La Catedral de Mondoñedo acoge a la Real Filharmonía de Galicia, dirigida por Diego Martín Etxebarría, acompañada por el Coro de la Comunidad de Madrid, con Manon Chauvín (soprano); Teresa López (contralto), Fran Braojos (tenor) y Elier Muñoz (bajo)- día 13, a las 21´00 h.-, para ofrecer el Requiem en Re m. K. 626, de W.A.Mozart, y la Sinfonía nº 3, en Re M. D200, de F. Schubert, orquesta fundada en 1996, y que cuenta con la EAEM, como elemento de creación de nuevos talentos cara a un futuro esperanzador. La RFG se presentó en el Auditorio de Galicia el 25 de septiembre de 1996, con un programa en el que su director de entonces Helmuth Rilling, incluyó en programa la Sinfonía nº 25, en Sol m. K. 183; El Concierto para violín y orquesta (A la memoria de un Ángel), de Alban Berg, con Alyssa Park, como solista y la Sinfonía nº 4, en Si  b M. Op. 60, de L. v. Beethoven. Con Rilling, fueron sus directores Antoni Ros Marbà, Paul Daniel y Baldur Brönnimann, preparando para la próxima temporada, bajo el título de Historias, colaboraciones como las de la soprano Ilse Eerens; el clavecinista Diego Ares, la invitación de la directora Ruth Reinhardt o el director Ben Voce; la flautista Silvia Rozas; el Kebyart Quartet, integrado por saxofonistas; Amandine Beyer-artista en residencia-; Juan Pérez Florestán; el intérprete de kora Seckou Keita o el trompetista Esteban Batallán, con el aliciente a mayores del ciclo Cometa, con obras breves en estreno. Diego Martín- Etxebarría, es un joven director que forja su carrera al frente de proyectos propuestos por los principales coliseos operísticos que definen un futuro ya consolidado, en el que no falta el estreno de obras contemporáneas. El Coro de la Comunidad de Madrid, es una formación de referencia con particular atención a los repertorios renacentistas, además de dar a conocer composiciones contemporáneas de maestros españoles como Antón García Abril, Cristóbal Halffter o Luis de Pablo, con una larga trayectoria que le llevó a presentarse en distintos países, presentándose en el Teatro Real; los Teatros del Canal; el Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, un coro que desde 2022, viene siendo dirigido por Josep Vila i Casañas, aunque para este concierto contaremos con Javier Fajardo.

 La Misa de Requiem, en Re m. K. 626, conserva la leyenda que la historia conserva, con todo el misterio consecuente con los acontecimientos biográficos del salzburgués, el  misterioso encargo hecho al autor por Leitgeb, intendente del conde Walsegg zu Stuppach, sobre las condiciones sobre la conclusión del Requiem, ninguna obra suya, llegaría a ser tan célebre en una composición que, desafortunadamente, no es enteramente de su autoría, suscitando todo tipo de opiniones  y comentarios. La leyenda de un joven ferviente católico, resulta convincente una vez que sabemos que el músico se encontraba en el fatídico destino de sus últimos días. El examen del manuscrito, permite aceptar con precisión lo que es del propio Mozart  y lo que es de otros como Süsmayr o algunos detalles de Eybler. Son del músico las dos primeras partes (Requiem y Kyrie); los cinco fragmentos del Dies Irae- propiamente dicho-, el Tuba mirum; Rex tremendae; Recordare y Confutatis. Él mismo anotó las partes vocales, el bajo cifrado y algunas secciones instrumentales; la orquestación, en su conjunto, es de Süsmayr. El Lacrymosa (sexta y última parte del Dies Irae), está bosquejado por el músico hasta las palabras judicandus homo reus y todo el resto es de Süsmayr. Los dos fragmentos que componen el Ofertorio (Domine Jesu y Hostias), son principalmente de Mozart, en el mismo sentido anterior, y orquestados por su asistente. El Sanctus, el Benedictus y el Agnus Dei, quedaron enteramente en manos de Süssmayr.

Hay que recordar las principales etapas de la historia póstuma al Requiem. El conde Walsegg, había encargado y pagado por anticipado- en gran parte-la obra, exigiendo al compositor el anonimato. Obra que recibió a la muerte de Mozart y que se hizo ejecutar por primera vez como si la obra fuera suya, por los músicos de su capilla, el 14 de diciembre de 1793, pero en el intervalo, del Requiem se dirá que había sido dado en Viena, en 1792, gracias a Van Switen, la atribución mozartiana fue pues pronto del dominio público y el conde Walsegg, no pareció ofenderse nunca por ello. Corrió sin embargo  el rumor de que la obra no pudo terminarla Mozart; ¿era realmente suya? Constanza, su querida compañera, escribirá en una carta muy rebuscada que sobre la apreciación enviada a Breitkopf & Haertel, el 27 de noviembre de 1799 aclarando la realidad, pero el 8 de febrero de 1800, otra misiva a estos editores, enviada por Süsmayr, confesaría que no pretendía adornarse con plumas ajenas, aceptando ser el autor de la mayor parte del Requiem. Las respuestas del entorno de Constanza, en un estado de absoluta excitación, reduciría al mínimo ese protagonismo desmedido. Una controversia que no terminará por resolverse .

El Requiem resultaba ideal para compensar tantos elementos desastrosos para la memoria de tan gran artista. Bastaba con hacer de él  el eje de toda la vida mozartiana, durante los últimos meses de su vida; en lugar de ser un obra de simple encargo, para un músico financieramente sin recursos, esta composición se convertirá en el testamento de un creador que aceptará convertirla en la respuesta a un encargo a un misterioso mensajero, casi por orden sobrenatural; la obra en la que había visto su propio fin anunciado por la Divinidad. De esta manera Mozart, se habría preparado piadosamente para la muerte, componiendo una obra piadosa entre todas sus obras; su último pensamiento habría sido una oración y la oración de la liturgia católica más ortodoxa. Las autoridades fácticas, clero incluido de la capital vienesa, podían aprobar sin reservas un final tan edificante para un gran genio. Die Zauberflöte no era más que un singspiel; la cantata masónica, del 15 de noviembre, la más importante dentro de su género, solo era una pequeña cantata que le habían pedido para una pequeña fiesta de sociedad, pero el Requiem, era otra cosa, mientras llovían cantidad de testimonios como los de su  querida Constanza, los de Niemtschek o Nissen y Sofía Haibl, quien veía en los trombones del Tuba mirum, el último rictus en los labios de un moribundo.

La Sinfonía nº 3, en Do M. D. 200, de F. Schubert, es obra más breve que las precedentes y que se ofrece en sus tiempos Allegro con brio, por su melodismo irónico y vivo, sobresaliendo el segundo tema con la aportación del oboe mientras el grupo mantiene su sentido rítmico, para continuar con un Allegro que muestra una parte central marcada por las sonoridades del clarinete, dependiente de los detallismos del grupo orquestal, y las sonoridades de las cuerdas con el trazado de sus dibujos; el Menuetto,y su correspondiente trío, nos devuelven a la tonalidad original, con otro tema vigoroso e insistente, en beneficio de las demandas requeridas, para aproximarnos al final Presto vivace, manifiesto desde el entusiasmo por su ímpetu irresistible, remarcado por las atenciones de un segundo tema que con suerte, podrá evocarnos estilismos cercanos a la ópera bufa.

Ramón García Balado

08/08/2025

Los Elementos de Alberto Miguélez Rouco, en la Basílica de San Martiño de Foz, en el XII Festival Bal y Gay

 Basílica de San Martiño, de Foz


La Basílica de San Martiño de Foz- día 16, a las 12´30 h-, acoge los barroquismos del grupo Los Elementos,  de Alberto Miguélez  Rouco, agrupación especializada con criterios historicistas, de un contratenor con formación en la Schola Cantorum Basiliensis, con la mezzo Rosa Domínguez y que amplió con Francesco Corti y Jesper Christensen, preparando la fundación del grupo Los Elementos, al que pudimos seguir en las actividades de Amigos de la Ópera de A Coruña (2020), en Vendado es amor, no es  ciego, de José de Nebra, en el Teatro Colón, destacando como solistas Leonor Bonilla, Alicia Amo, Carol García, Mª  Lueiro García, Aurora Peña y Borja Quiza. Un contratenor que participó en óperas como Dido y Eneas; Orfeo, de Monteverdi; Il ritorno d´Ulisse in patria; Poppea; Orontea, de Cesti; Ottone y Giulio Cesare (Händel) o una recuperación de Legrenzi, que se añade a obras de Corselli o  El robo de las Sabinas y el Requiem, de Torres. Actualmente está comprometido con el Centro Nacional de Difusion Musical (CNDM), manteniendo en perspectiva en Versalles la música para los funerales de Luis I y de Felipe V, un confeso admirador de René Jacobs, que obtuvo el X Premio Jardin des Voices, de Les Arts Florissants, de William Christie, además de formar parte de la Ac. Musical de Philip Jaroussky. En su haber, trabajos como la serie de Cantadas barrocas o la ópera barroca Donde hay violencia, no hay culpa. Los Elementos, participó en ciclos como Universo Barroco (Madrid) o el de Stockholm Early Music (2023)

En programa, para esta matinal,  la Sonata en Fa M. HWR 401, Op.5, nº 6, de George Friedrich Händel, producto de sus experiencias en Florencia y Roma, un patrón que le servirá en sus años de Londres, trabajos en general para un solo instrumento o sonatas trío para bajo continuo. Partimos del Op. 1, editadas por Roger en Amsterdam: Sonates pour un travesière, un violin ou hautebois, con basso continuo, posteriormente revisadas, hasta llegar a las Op. 2  y Op. 5, publicadas por Jeanne Roger, en Amsterdam, con el título de VI sonates à deux  flûtes traversières et basse continue. Händel se inspiró frecuentemente en arias de ópera y de sus oratorios,  aunque en algunos tiempos resulten sencillos esbozos. La Op. 5, será un modelo para orientarse, como es el caso de la primera, tomada de Ariodante; la segunda, de Athalia (Sonata en Sol M.), en un planteamiento general claramente variable como observamos en la Sexta o en la Cuarta, regularmente introducidas alternativamente por un movimiento grave y rápido. Los movimientos concertantes alla italiana, están llenos de virtuosismo, siendo los Allegros de la segunda, tercera y sexta, los que gocen de mayor relevancia. Entre los Allegros y los Andantes, suele colocar movimientos de danza: gavottes, sarabandes, passacailles o bourrés.

Nicola Porpora- Sinfonia da camera Op. 2, no 2-, maestro en el Conservatorio di San Onofrio (Nápoles), que tuvo como alumnos a Carlo Broschi (Farinelli); Cafarelli; Uberti Il Porporino o J. A. Hasse, pasaría a Venecia donde ejerció en el Ospedale degli Incurabili, para seguir en Londres, en la Ópera of the Nobility, recuperando sus oficios de nuevo en Venecia y Nápoles, para continuar como m.c., en la corte de Sajonia y recibir un nuevo reconocimiento en Viena y Dresde. Una carrera de contratiempos que le abocará a lo años de caída en desgracia, pero no dejaron de destacar la serie de piezas instrumentales como las Sonate XII di violino e basso, la mayoría del período napolitano, mientras completaba Il Trionfo di Camilla. Las obras instrumentales de estilo sinfónico, quedarán impregnadas de aquellas influencias perceptibles por un distanciamiento de efectismos coloreados o un intenso dramatismo, una muestra de un creador que preparaba la llegada del estilo galante.

Antonio Caldara- Ciaccona en Si b M. op. 2, nº 12-, prolífico compositor veneciano que sería vice-kapellmeister en la corte imperial vienesa y  m.c., della chiesa y del teatro de Ferdinando Carlo, duque de Mantua, entregado a la par a la composición de óperas de corte. Pasó un tiempo en Barcelona, en la corte del pretendiente Carlos III, antes de volver a Roma, en donde estuvo al servicio del marqués Ruspoli, en donde estuvo invitado el joven Händel. Las obligaciones con Fux, le garantizaron cierta libertad en sus labores como compositor litúrgico, permitiéndole trabajar en trabajos alimenticios y lucrativos, destacando las obras instrumentales o entretenimientos de carácter festivo, como los dedicados al Carnaval. Sabría enriquecer nuevos estilos contrapuntísticos.

Francesco Geminiani- Sonata en La M., Op 5, nº 1-, admirado violinista que sentaría plaza en Inglaterra, autor de importantes trabajos didácticos como The Art of Playin on the violin (1751), compositor de Lucca y alumno directo de Corelli, destacará por la publicación de sus sonatas para violín, en cuatro movimientos, provocadoras y exigentes, por su profundo dramatismo, destacando las op. 1 y las Op. 4, obras que los propios intérpretes, temerán de su interpretación en público. El autor era propenso a realizar arreglos sobre esas obras, en especial en las transcripciones, que supondrán distintas ediciones, en la forma de concerto grosso, lo mismo que podría decirse de las Op. 5, obras para violonchelo, de 1746, transcritas en La Haya, al mismo tiempo que en París y que tendrán una lectura modernizadora junto a los Conciertos del Op. 2 y 3, en arreglos finales de 1757. Acrecentaría su éxito gracias a la publicación de una serie de tratados prácticos, regularmente reeditados y parafraseados, en otro que sería The Art Playing on the violon, con el que fundaría las técnicas de modernización al que seguirían Rules of Playing in a True taste (1748) y A treatise of Good  Taste  in the Art of Musick

Antonio Vivaldi- Sonata en Re m. Op. 1, nº 12  (La Follia)-del grupo Sonate a violino e basso continuo per il cembalo (Venecia, 1709), una dedicatoria al rey Federico IV, de Dinamarca y Noruega, que en esas fechas asistía de incógnito- con el habitual ritual de máscaras- al Carnaval veneciano. La colección de doce piezas del grupo, se cierra con La Follia Rv. 32, que se inicia con un Preludio que resulta una magistral demostración de refinamiento melódico, típico del autor, una melodía apasionada y ensoñadora, con ritmo punteado, que es cantada por el violín, con respuesta en el bajo, en una visión cadencial, para llegar a un Presto que obliga a un calculado preciosismo y un magnético Capriccio, especie de movimiento abstracto anterior al Presto. Es Vivaldi quien especula con una forma de destreza chispeante en homenaje a la demanda de esos recursos y a la técnica de rapidísimas figuraciones y excitantes progresiones armónicas que sin mayor desmayo, anticipa los brillantes artificios de L´estro armonico. Prosigue un pausado Grave, que reconduce la sonata a un clima de introspección dentro de un sobrio diálogo en contrapunto imitativo de las líneas, pleno de arduas disonancias y un afilado cromatismo, con una Allemanda en la que surgen refinadas estilizaciones melódicas.

Ramón García Balado

Nuria Rial, soprano con Los Elementos, en el Mosteiro San Salvador, de Lourenzá

 San Salvador de Lourenzá


El XII Festival Bal y Gay continúa su actividad con el grupo Los Elementos, que dirige Alberto Miguélez Rouco, esta vez en la Igrexa Mosteiro de San Salvador de Lourenzá-día 16, a las 21´00 h.-y con un programa dedicado preferentemente a repertorio para piezas vocales, con alguna incursión en obras instrumentales, una formación que gusta de la experiencia de asumir riesgos, como el proyecto que realizarán a través del director de La Guirlande, quien toca con ellos regularmente. Miguélez Rouco, como contratenor, pretende mantener sus trabajos como cantante, dentro de un amplio espectro de repertorios, compaginables con las labores de dirección con su grupo Los Elementos, una actitud que nos lleva a recordar aquellos primeros años de crecimiento como músico, cuando acudía en A Coruña al período boyante del Festival Mozart, lo que le permitía asistir casi con disimulo a los ensayos de los programas en cartel, años bajo la tutela  de Alberto Zedda, en los que pudimos escuchar óperas de Rossini, Paisiello, Gluck, Literes- concretamente por Los Elementos y Júpiter y Semele-Haydn- Idomeneo-, Salieri- Prima la music, poi le parole- o el Fidelio, de Beethoven. Años de voces como Véronique Gens, Matthias Goerne, Montserrat Figueras, Juan Diego Florez, Marta Almajano, Mª J. Moreno, Ewa Podles… Artista en residencia del CNDM, tuvo la fortuna de descubrirnos a compositores como Corselli y especialmente a los Nebra

Nuria Rial, conserva su fidelidad a los repertorios barrocos,  respondiendo a los dictados de maestros como René Jacobs, Sir John Elliot Gardiner o Gustav Leonhardt, participando  en producciones del Concerto Köln; Les Musiciens du Louvre; Il Giardino Armonico; Il Pomo d´Oro, Café Zimerman o el Nash Ensemble, asumiendo roles en óperas como Eliogabalo, de Cavalli; L´Orfeo, de C. Monteverdi; Die Zauberflöte, de Mozart, en registros que divulgarán los sellos Harmonia Mundi, Sony Classical, algunos galardonados por premios de élite, y entre los que destacan Le Nozze di Figaro (Mozart); Via Crucis- con Christina Pluhar y L´Arpeggiata- ; el Haydn tratado en Arie per un´amante o Telemann, con la Basel Chamber Orchestra; Cantatas de Mariana Martínez, la vienesa de ascendencia española.

 Tarquinio Merula- Quando gli ucelini portaranno i zocoli, de Curtio precipitato et altri capricci, Op. -músico dotado de un temperamento sensible e incapaz de encontrar acomodo un en mismo lugar, repartió sus actividades entre las obligaciones como m.c., en lugares como Santa Mª La Mayor, de Bérgamo, y que sería relevado del puesto por sus sospechosas conductas. Fue miembro de la Accademia dei Filomusici (Bolonia), recibiendo la consideración de Caballero del Toisón de Oro; como creador, destacaría por las colecciones de motetes con acompañamiento instrumental: Il primo libro de motetti e sonate concertati; el Libro secondo de concerti spirituali, con alcuna sonate; los madrigales y canzonette, resueltos y vistosos y una ópera como La finta savia (1643), o las Canzoni per violino.

Dario  Castello- Sonata nº 10 (de Sonate concertate in stil moderno-, un compositor veneciano de comienzos del XVII, muy activo en su tiempo, especialmente por las recopilaciones de Sonate concertante in stil moderno per sonar nel organo overo spineta con diversi instrumento, a las que pertenece esta pieza;  obras publicadas en 1626, trabajos con los que conseguirá un consolidado desarrollo del lenguaje instrumental. Muchas de ellas dedicadas a ensembles de viento, que el autor dirigía en Venecia, en general para dos o cuatro instrumentos, se siete o nueve secciones, con acentuados cambios de tempo, que podrán equipararse a las  de Salomone Rossi y Biaggio  Marini, complejas y difíciles en su ejecución.

Barbara Strozzi- Udite amanti-, la protección de su padre Giulio, hizo posible una carrera portentosa de esta dama desde sus años de juventud, una gentilissima e virtuosissima doncella, la Signora Barbara, que no haría más que crecer. Los observadores satíricos se obcecaron en trazar una imagen entre esos naturales dones y una vida ligeramente disoluta. Amarillismo de aquellos tiempo, si la figura de Barbara Strozzi resulta incuestionablemente notable, será por lo que ocurrió en el período entre 1651/1664, cuando publique las siete colecciones de composiciones, cuyos resultados superaban con creces a la serie editada en el Op. 1, por las exigencias de un mayor virtuosismo y dosis de dramatismo. La voz se desplegará gracias a su consagrada dedicación a los espectáculos en los que participaba, ayudando a culminar una carrera que la convertirá en leyenda eterna. Barbara cantaba con arrebato en medio de espectáculos confusos y recurriendo a material muchas veces compuesto por hombres, textos profundamente embaucadores. Casos como Moralità amorosa del Op. 3, refleja una partitura de carácter misógino. En obras suyas, se contempla el uso de poemas de Giambattista Marino, que daban muestra de un mordaz ingenio y un virtuosismo desafiante

Francesco Cavalli- Canzona a 3 (de Musiche sacre)-uno de los primeros compositores de ópera venecianos, admirado en vida, ya desde los comienzos como miembro de la capilla de San Marcos, en donde llegaría a ser organista. En calidad de compositor operístico, nos dejó títulos que la posteridad supo respetar, auspiciado por las corrientes historicistas de nuestros tiempos. Óperas como Le nozze di Teti e di Peleo; Ormindo, Doriclea, Calisto, Eritrea, Giasone, Xerxe o los lamenti  inspirados en L´Ariadna, de Monteverdi. Un estilo marcado por los recitativos y las arias estróficas, sobre bajo continuo. La invitación del Cardenal Mazarino, en 1660, le llevaría a París para encumbrarse con una ópera como Ercole amante, un conjunto de considerables escenas de ballet y escenas de gran aparato.

Giulio Caccini- Torna, deh torna-perteneciente a una saga de grandes compositores, padre de Francesca Caccini, fue un mítico profesor de canto e instrumentista de la corte de los Medici y miembro de la Camerata Bardi, de Florencia, destacando como creador de monodias, en especial las dedicadas para voz con acompañamiento de laúd, chitarrone o viola y arpa. Influyeron en él Bardi, Galilei y Mei, un artista a la búsqueda de conseguir una música emotiva que se reflejase en el estado de los oyentes. Hacia mediados de su carrera, publicó monodias que serán un puro testimonio, como fue Il rapimento di Cefalo, una dedicatoria para los esponsales de María de Medici y Enrique IV, en octubre de 1600, mientras se entregaba a completar una parte de la Euridice, de Peri.

Claudio Monteverdi- Zefiro torna-un poema que tomará para algunas de sus obras, y que también se encontrará en los Scherzi Musicali (1632), el sexto de la serie: Zefiro torna e di soavi accenti, a partir de un soneto de Ottavio Rinuccini. La mayoría de las piezas se distribuyen entre arias y madrigales y a pesar de las modestas  dimensiones, el volumen presenta cierta homogeneidad estilística en las formas vocales empleadas. Más que la riqueza de los cromatismos introducidos, será la interrupción del ritmo regular y cautivador- que cede el paso a una declamación libre- lo que proporcione una sensación de distanciamiento.

George Friedrich Händel- Trío Sonata en La magiore Op. 5, nº 1 HWV 396 , grupo de piezas camerísticas en las que se reflejan las influencias italianizantes benefactoras, como sucede en las Sonatas para un instrumento y bajo continuo, del Op.1, una evolución que llegará a estas composiciones que el músico de Halle, supo aprovechar, utilizando con soltura una inspiración procedente de páginas vocales, desde óperas como Ariodante, o Athalia e incluso el oratorio El Mesías.  Dietro l´orme fugaci (Armida abbandonata HWV 105) de 1707, composiciones de sus años en Roma, en los que destacaron cantatas italianas, en esta ocasión una cantata dramática y que por obvias razones, tendría un texto en italiano, inmerso como tantas piezas en una ambientación bucólica con un talante arcádico y pastoral, cantatas equiparables a conversazione, como hallamos en Il delirio amoroso y Armida abbandonata, siempre con un protagonismo femenino.

Ramón García Balado

07/08/2025

Denis Kozhukhin, en el Castelo de Ouro de Alfoz, para el XII Festival Bal y Gay

 Castelo de Castro de Ouro (Alfoz)


El pianista Denis Kozhukhin estará en el Castelo de Castro de Ouro de Alfoz dentro de las programaciones del XII Festival Bal y Gay- día 12, a las 20´00 h-, un artista que visitó espacios ilustres como el Carnegie Hall neoyorquino, el Concertgebouw de Amsterdam, la Elbphilharmonie de Hamburgo o el Wigmore Hall, de Londres, colaborando también con directores como Rafael Payare, Alain Altinoglu, Cristian Mäcelu, Hannu Lintu o Santtu- Matias Rouvali, asistiendo a citas como el Festival Verbier, Gstaad, Grafenegg, Dresde o Tsinandi. Para este certamen, le tendremos con el programa que se iniciará con la versión pianística de las Variaciones Enigma Op. 36, de Sir Edward Elgar, obra planteada sobre un tema original y que orquestalmente había dirigido Hans Richter. Un tema de seis compases prepara lo que vendrá de inmediato, en una cascada de sugestivas variaciones con leit motiv incorporado. La primera (C.A.E), resulta un retrato de Alice Elgar, compañera del compositor; la segunda (H. D. S. P.), remite a Hew David Stewart  Powell, un pianista aficionado; la tercera (R.B.T.), resulta una especie de mazurka, retrato de Richard Baxter Townshend; (W. H. B.), viene a ser William Heat Baker, de temple vehemente; (R.P. A.), evoca a Richard Arnold, ameno conversador; la sexta (Troyte) Arthur Troyte Griffith, describe a un arquitecto, que curiosamente remite al propio piano; la octava (W.N.), inspira una antigua casa del siglo XVIII y a Winifred Norbury, amiga de la familia; (Nimrod), resulta un Adagio homenaje a August Johannes Jeager; (Dorabella), evidentemente goza de una motivación mozartiana de Così fan tutte; (G.R.S.), un retrato de G. R. Sinclair, organista de la Catedral de Hereford; (B. G. N.), otra pincela que describe a Basil G. Nevinson, dando cauce a la Variación (XXX), titulada Romanza y que nos traslada a la obra juvenil de Mendelssohn Mar en calma y viaje feliz, para concluir con (E. D. U.),un curioso autorretrato, bajo el apelativo de Edoo, por su compañera. En esencia, una perfecta secuencia de acertijos.

W. A. Mozart- Fantasía en Do m. K. 475- obra de su etapa vienesa y dedicada a Therese von Trattner, una desconcertante elevación, para Stiegler, en un momento de menor creación en el que predominaban trabajos de menor relieve, y para curiosos, un puente hacia los estilismo beethovenianos, optando por colores sombríos y apasionados que recuperaremos en la Sonata K. 475, con la que llegó a emparentarse estilísticamente, quizás por una actitud necesariamente admitida merced a la imaginación persistente, en búsqueda de un virtuosismo que observamos en ambas obras. Una audaz imaginación de libertad que realza los límites de esta fantasía. El nexo entre las obras, se sitúa en un plano íntimo y profundo, dentro de una pasión vehemente.

F. Chopin- Fantasía-Impromptu, en Do sost. m. Op. 66-, término que el autor incorporará en tres ocasiones con titulo aproximado, siendo en este caso un apreciado encanto por su estilo de Fantasía- Impromptu, más que una fantasía, una improvisación semejante a ciertas formas que nos trasmite F. Schubert,  o igualmente a su propia obra en La b M. Op. 29. El autor rechazó la obra en cuanto a su edición, dejando las dudas de tal negativa, quizás por la mala acogida. El carácter fantasioso y libre, sugiera aspectos añadidos que condicionan la pieza, como el episodio central en forma de trío, de carácter de pretensiones expresivas, marcadas por un moderato cantabile, definido por una intención elocuente en una obra destinada a cerrar en un ambiente inusitadamente tranquilo, coronado por arpegiado de largos acordes de redonda. También de Chopin, la Polonesa- Fantasía, en La b M. Op. 61- obra que desde sus primeros compases, con lenta y cadenciosa frase ascendente, recorre el teclado desde el registro grave hasta los extremos más agudos, reivindicando esa necesaria intrepidez armónica que sorprendió a muchos de sus contemporáneos. Sus 288 compases se expanden en el marco de una arquitectura ciertamente libre, aceptando su disposición a los estilemas ternarios de la polonesa, tras pronunciarse con una amplia introducción que describe tintes de un preludio basado en una serie de cinco intervalos descendentes de cuarta justa, cuatro de los cuales dan paso a la cadenciosa frase precedente.  La sección final, está elaborada por los primeros temas de la polonesa y del trío, modificados para exaltar su actitud original, con una larga coda expuesta por un largo acorde sobre la tónica.

Mily Balakirev-Islamey, Fantasía Oriental Op. 18- estrenada por Nikolai Rubinstein, en San Petersburgo  a finales de 1869. Su obra más conocida y apreciada por su dificultad, que invitaría a Ravel a tomar el desafío en Scarbo- Gaspard de la nuit-, una temática orientalizante, producto de su estancia en el Cáucaso, en donde descubriría melodías y danzas sobre las que basó la primera parte. La segunda parte (Andantino), toma un canto que el compositor descubrió al escuchar a un cantante armenio, durante una velada en casa de Tchaikovski. El primer tema, en Si b m, queda expuesto sin acompañamiento, dando entrada a un tono danzante de frenesí oriental, y que conduce a una serie de variaciones, en una serie de terceras y un martilleo de acordes, en medio de saltos espectaculares. Las armonías resultan cromáticas y un ascenso de terceras, en ambas manos, se detiene en medio de un silencio. No tardará en volver el primer tema, con nuevas variaciones, aún más virtuosísticas. Tras un fortissimo conclusivo, aparecen unos acordes modulantes que nos ubican en la Segunda parte, con  un Andantino no espresivo, en Re M, de un sensual lirismo tramado por armonías puras, que se animan por un pasajes de arpegios en la mano derecha, con un arrebato que nos traslada de forma natural al retorno del primer tema, acentuado por terceras precedidas de mordentes. Una prolongada reverberación, señalada por arpegios desgranados de la mano izquierda, prepara el final en el que alternan una serie de variaciones de los principales temas, que se convierten  en una fogosa energía, con un martilleo de grandes intervalos, aspecto que obliga al intérprete a medir las posibilidades de sus recursos, por las exigencias físicas demandadas.

Ramón García Balado

06/08/2025

La magia del violín y la guitarra: Stephan Picard y J.Mª Gallardo del Rey, en el LXVII Curso U.I. de Música en Compostela

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Concierto en la Sala Mozart del Auditorio de Galicia con las actuaciones de los profesores Stephan Picard y J.Mª  Gallardo del Rey con obras de G. Rossini, en arreglos de F. Carulli (1770- 1841)-, Federico García Lorca, conocidas armonizaciones procedentes de sus trabajos de investigación y que se ofrecen en arreglos de Gallardo del Rey, quien también aportara obras de su imaginario de su legado Pequeño vals vienés (tema con variaciones), un total de siete piezas y Diamantes para Aranjuez: Allegreto siempre rítmico; Adagio espresivo y Allegro festivo-día 8, a las 20´00 h-, bajo el reclamo La magia del violín y la guitarra. Stephan Picard, fue alumno de Sashko Gawriloff, Wolfgang Marschner, Rami Shevelov y Roman  Nodel, ganando certámenes como el Concurso Deutscher Musikwettbewer, el María Canals (Barcelona), el Rodolfo Lipizer  (Gorizia, Italia), para entregarse a los repertorios más exigentes del instrumento colaborando con orquestas como la Beethovenhalle (Bonn), la NDR, Bremen Philharmonie, Radiophilharmonie de Hannover, la O.C. de Munich, llegando a ser responsable del Departamento de cuerdas de la Hochschule für Musik Hanns Eisler, y miembro de jurados como el Concurso Max Rostal, el de violín Leopold Mozart y el de violín de Seul. Dispone de un instrumento Petrus Guanierius de Mantua (1715).  J. Mª Gallardo del Rey, se especializó en cursos con Sainz de la Maza, A. Segovia y J. Tomás, logrando el  de este curso (1987) y un Primero Infanta Cristina, de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, logrando en sus primeros éxitos el estreno en la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla (1990), con la O.C. Reina Sofía con el Concierto para guitarra y orquesta, de Manuel Castillo, dejándonos obras como Kasidas del Alcázar, Sonata  y Tres preludios, estrenada por Narciso Yepes, además de componer obras dedicadas al cine y documentales- la Exposición de Sevilla (1992); Noches de San Lorenzo, elegida para un concurso en Moscú. Estrenó el Concierto romántico, del guitarrista Craig H. Russell, discípulo de Emilio Pujol. Colaboró con artistas como Teresa Berganza, con la que participó en giras; el estreno en el Teatro Imperial de Compiège de la ópera Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, del griego Stavros Xharacos y recibió el Premio Diapason d´Or, por su disco Al ayre español (Harmonia Mundi), grabado en la Iglesia Villete (París), con obras de G.Sanz, Santiago de Murcia,  Albéniz y Falla, con tres piezas propias. Con motivo del  septuagenario de M. Rostropovich, tocó Torres bermejas, de Albéniz, en el Teâtre des Champs Elysées, compartiendo experiencias con Pendercki y Y. Menuhin, además de publicar la versión camerística del Concierto de Sevilla  y la Obertura Silverio, en dedicatoria al cantaor Silverio Franconetti. Su visita a China, supuso presentar su visión del Concierto de Aranjuez (J.Rodrigo), en los Auditorios de Shangai y Shenzhen, una continuación de su actuación en el Museo del Prado- con el fondo de Las meninas-en los actos de la Carta Cultural Iberiamericana.


G.Rossini
-dos oberturas de Il Barbiere di Siviglia y L´Italiana in Algeri- esencia del estilo opera buffa muestra de una verdadera regeneración de esa forma musical, con la incorporación de elementos procedentes de los siglos XVII y XVIII, en los que se percibe una inmediata diferencia considerable, entre todas aquellas óperas que iban estrenando. Si ciertas óperas acusan un formalismo pesante, aquí el revulsivo llegará por las páginas que reflejan modelos imprevistos en sus procedimientos, el Rossini dolce far niente se ofrece en plenitud de ingenio y un humor contagioso, magníficamente expuesto en las partes orquestales- esas oberturas-, o el contagioso humorismo burlón  que no dejará de contagiarnos. L´italiana in Algeri o Il turco in Italia, la muy popular Il Barbiere di Siviglia, proporcionan momentos en los que inspiración, el brío cómico y demás enredos, consiguen encumbrar los gracejos hasta su punto culminante.

Federico García Lorca- Canciones españolas antiguas: Anda jaleo; Los reyes de la baraja; Las morillas de Jaén; La tarara; El vito y Los cuatro muleros. Marco Antonio de la Ossa, en Ángel, musa y duende: Federico García Lorca y la música hablará sobre su tratamiento de las Canciones populares españolas, admitiendo la consecuencia de esos trabajos de campo y del amplio conocimiento que tuvo de ellas, importantísimas en la repercusión en la vida musical de la España de la Segunda República y su llegada al cancionero republicano de la Guerra Civil. Junto con piezas suyas como Granada, las canciones populares españolas, son los únicos testimonios en partitura y registrados en la SGAE, que Lorca legó. Se trata en la primera, de una pieza propia para ampliar con armonizaciones sobre melodías que recopiló en trabajos de campo, en parte gracias a la formación en armonía recibida de su primera etapa. El Lorca músico que va desde Zorongo gitano, a En el café de Chinitas, Las morillas de Jaén;  Las tres hojas; Sevillanas del S. XVIII; Los cuatro muleros o Romance de los moros de Monleón. El poeta y pianista, grabó esas canciones con la bailaora y cantante Encarnación López Júlvez (La Argentinita), para el sello La Voz de su Amo (1931), una compilación repartida en cinco entregas, con el protagonismo de ella entre revoloteo de castañuelas, gracia y donosura, una idea aportada por Ignacio Sánchez Mejías. Sobre los poemas, Federico remarcaría la belleza lírica tradicional, trasmitida por oralmente, de generación en generación, registros sonoros que desde que se pusieron en venta, lograron un éxito considerable, añadiendo además las giras que La Argentinita, llevó a cabo por España y las Américas, una artista que no solo se dedicó al baile, sino que también recibió parabienes como cantante, en ocasiones como imitadora, coreógrafa, humorista trabajos de variedades. Se definió como una Carmen morena y de grandes ojos negros, amiga de artistas de la Generación del 27, con los que siempre se sintió hermanada; con Rafael Alberti, Gustavo Pittaluga; Manuel de Falla o Isaac Albéniz y Tomás Bretón. Los hermanos Quintero le dedicaron un poema: Como rumor que ya crece, ya se esfume, de clásicos palillos o vihuela, sale al tablao, que su planta anhela, preciosa encarnación de luz y espuma. Del arte popular esencia suma, terroncito de sal, flor de canela, muévese alegre, y gira, y salta y vuela, como en el aire delicada pluma. Gracia es su cuerpo, de sus pies ufano, que lo mecen con ritmo de peregrino….


J
. María Gallardo del Rey, volviendo al guitarrista como compositor, un ramillete para completar programa, tal cual queda dicho. El Pequeño Vals Vienés (tema con variaciones), en un despliegue que se reparte entre un tema de presentación; Hemiolias; Sevillanas del Porvenir; Por Tangos de Graná; Contemplativa y New York Rag, un tránsito hacia el segundo grupo procedente de Diamantes de Aranjuez, con tres pieza de toque divino, Allegretto sempre rítmico; Adagio espressivo y Allegro Festivo. Selección de un muestrario de un artista que oficio como embajador de España, con una sólida formación clásica, un conocedor de las raíces flamencas, una sapiencia en el diálogo en confluencia que colaboró con orquestas para aprovechar los repertorios españoles, entre los que no faltan estos trabajos de compositor, un guitarrista que colabora con artistas como María Pagés, Víctor Ullate, Lola Greco…mientras lleva a registro sus compromisos con Deutsche Grammophon,Universal, BMG, Mandala, un maestro que continúa ofreciendo clases magistrales por los más prestigioso centro de formación

Ramón  García Balado

 

01/08/2025

Raquel Areal y Karla Martínez Rabanal, en la XIX Edición de Música no Claustro de Tui

Catedral de Tui


Concierto en el Claustro Medieval da Catedral de Tui para el XIX Certamen de Música no Claustro, con la violinista Raquel Areal y la pianista Karla Martínez Rabanal- día 5, a las 21´00 h-, en una selección de obras que abarcan desde Lili Boulanger, Amy Beach o Gisela Hernández, a C.Debussy, S. Prokofiev, M.Ravel y A. Piazzolla. Raquel Areal, un talento encumbrado a las alturas, repite en el ciclo, violinista en la actualidad de la Berliner Philharmonik O. y cuya carrera tuvo sus orígenes en la Escola de Música de Tui.  Karla Martínez Rabanal (1988), es una pianista cubana nacida en La Habana, profesora en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, y que cuenta con un registro reciente titulado Cuba: piano contemporáneo  (Calle 440).

Lili Boulanger (1893/1918- Nocturne-, refleja el post -romanticismo y que gozó del ambiente parisino de Fauré, C. Debussy, Diaghilev e I. Stravinski aunque su vida fue corta, pudo disfrutar de un ambiente musical, compartido con su hermana Nadia, con una abuela que había destacando como cantante de ópera o su propia madre que llegada de Rusia, se incorporó a las clases de Ernst Boulanger. Ambas hermanas conservaron a lo largo de su vida una intensa relación afectiva, a sabiendas de que sus expectativas tendrían un futuro incierto. Ganó el Prix de Rome (1912)- con su obra Fausto et Hélène, una cantata que estrenará al año siguiente, primera ocasión en la que el prestigiado galardón se ofrecía a una mujer. De inmediato, vendrían obras como Clarières dans le ciel, obra que tendrá un especial significado ya que moriría en marzo de 1918, en medio de la Europa convulsa. Nos dejó 31 obras, además de otras que se perderían, añadidas a otra incompleta La Princesse Malein, tomando con texto una obra teatral de Maeteelinck. El conjunto de su legado es preferentemente vocal, con otros trabajos para orquesta, destacando igualmente la colección Tristesse, del simbolista Francis Jammes, sobre poemas florales de esperanza, ternura y alegría.

Amy Beach (1867/1944)- Romance Op. 23-, perteneciente a una ilustre familia, con una madre cantante y pianista, que supo ayudarla en su proyección artística, por la ventaja de que siendo niña, podía tocar piezas de memoria antes de profundizar con maestros de la Escuela de Ferenz Liszt, debutando en Boxton en una gala con orquesta. En esencia se aceptaba que si los hombres podían escribir obras con el intelecto, las  mujeres lo hacían con el sentimiento, del que quedaba testimonio en la pura creación compositiva, aprovechando las aportaciones de los grandes maestros, mientras comenzaba a componer para Schmidt, destacando obras instrumentales, corales o el Concierto para piano. Obras como Festival Jubilate Op. 17, encargo del Women´s Builing (World´s Columbian Exposition of Chicago (1893) o Song of Welcome Op. 42, para la Trans-Mississippi Ex (Omaha).Un estilo que muestra un acentuado primer romanticismo, con escalas modales y modos mixtos, usando la modulación de manera expresiva, llegando a ser muy popular en su tiempo por su Sinfonía Gaelic y su Concierto para piano Op. 45

Gisela Hernandez (1912/71)-Toque de clave (solo de piano)-, una vida que transcurre entre Cárdenas y La Habana, artista integrada en el Grupo Renovación Musical (1942/8), al que pertenecieron Haroldo Gramatges, Virginia Fliertes, Dolores Torres, Edgardo Martín o Esther Rodríguez, había estudiado en el Conservatorio Bach y en el de La Habana (1924), con Mª Muñoz Quevedo, ampliando con José Ardevol y Gustav Chandler, en el Peabody Inst. of Music, de Baltimor. Una vida intensa que la llevó a repartir su carrera entre la composición, la docencia y la colaboración con teatros en La Habana, El Pinar de Río o Matanzas, mientras dirigía al Coro Femenino Lyceum Lawn Tennis Club (1949). Fue autora de trabajos como los arreglos de las Danzas para piano, de Ignacio Cervantes; la Suite Coral; Tema y variaciones o Dos preludios,  obras en general con tendencias nacionalistas, incorporando sones y guajiras, en una carrera evolutiva, que se desarrollará en tres etapas diferencias.

Astor Piazzolla- Historia del tango: Café 1930-. Una suite en cuatro tiempos de los que la elegida-Café 1930, ocupa el segundo tiempo, obra en principio para flauta y guitarra, que estrenarán Marc Grauwels y Guy Lukowski, siendo esta pieza la que demanda una actitud más meditativa, en cuanto a la escucha, producto de esta obra, que reclama una atención precisa al tiempo que se asiste a su evolución, marcada por pronunciados accelarando y ralentando, con una concesión ad libitum, en la sección central, otorgada a los intérpretes, obra que admite perfectamente su adaptación a una conformación instrumental de otro rango. En principio, su instigadora había sido la guitarrista Laura Escalada, en 1980. Los tiempos de la obra se reparten entre Bordel/Café 1930/ Night Club y Concert d´aujour d´hui.

Claude Debussy- Sonata para violín y piano, en Sol m. L. 140-, tercera del grupo y en medio de una salud precaria, que le supondría considerables esfuerzos, conservando con voluntad una rica e imaginativa fantasía, obra que se estrenará con el joven violinista Gaston  Poulet y el autor al piano, en la Salle Gaveau, en mayo de 1917. Tres tiempos desde el Allegro vivo, de talante dolce espressivo propuesto por el violín, en Sol m. modal, para ceder a un detalle bitemático y un segundo tema con una idea apasionada, camino de una reprise casi obsesiva. El Intermedio (Caprichoso y ligero), maneja una ironía perfilada que podrá remitirnos a un ostinato rítmico, que evocará el imaginario ibérico tantas veces usado.  El Finale (Muy animado), que el autor compararía con un juego de ideas girando en un espacio de perpetuum mobile, de una ligereza volátil, preparando la entrada del violín poco a poco más animado.

Serguei Prokofiev (1891/1953)- Sonata nº 2, para violín y piano O. 94-, obra que ofrece opciones en versión para flauta y piano, período en el que se unió a Einsenstein para el rodaje de la escalofriante Iván el terrible. Una sonata que estrenarían en el Conservatorio de Moscú, en junio de 1944 David Oistrakh y Lev Oborin, tras la primera versión para flauta y piano, a cargo de Sviatoslav Richter y Charkovski. Sus tiempos, un Andantino convertido en moderato, hacia un fraseo cercano a la toccata que recibe un tratamiento distinto según los solistas elegidos. El Allegro, quedará como un scherzo juguetón e ingenioso  antes de la entrada del Andante, un estilo de romanza expresiva que solo se anima en el episodio central; el Allegro con brío, destaca por la puja de apuntes virtuosísticos cuidadosamente opuestos, con un Poco meno, cimbreante, expuesto por el piano y un  Allegro con brio, de conclusión.

Maurice Ravel (1875/1937)- Tzigane- obra de abril de 1924, y un entretenimiento parejo a la obra sobre la que trabajaba entonces, El niño y los sortilegios, curioso cuento escénico que magníficos resultados, que se convertirá en uno de las obras operísticas más apreciadas, cuya vigencia permanece intacta. Tzigane, con sus riesgos provocativos, es una dedicatoria a la violista húngara Jelly D´Aranyi, especie de rapsodia para violín y piano (o luthéal) y que fue estrenada por el violinista Samuel Dushkin  y por Beveridge Webster, en una primera audición precisamente con un instrumento efímero, el luthéal, que evocaba las sonoridades del cymbalum o del clavecín, salvando las consabidas distancias en cuanto a recursos sonoros.

Ramón García Balado

Música alrededor de España: Patrin García-Barredo en el LXVII Curso U.I. de Música en Compostela

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Concierto de la pianista Patrin García- Barredo en el LXVII Curso U.I. de Música en Compostela, en la Sala Mozart del Auditorio de Galicia- día 4, a las 20´00 h-, con obras que van desde Granados a Isaac Albéniz. La pianista fue alumna de Manuel Carra, en el Real Conservatorio de Madrid, antes de ser becada por el Chase Manhattan Bank, la Philhamonia de Londres, el Leverhume Trust y el Ministerio de Cultura Español. Tuvo también como profesores a Josep Colom, en la Universidad de Alcalá de Henares, y a F.Soler D. Varsi- Musikhochschule Karlsruhe, recibiendo masters de P. Badura-Skoda, J. Achúcarro, V. Perlemuter, B. Canino, V.Margulis, D.Bashkirov, F. Rados y M.J. Pires. Obtuvo el Doctorado en la Universidad Alfonso X (El Sabio)- 2017- por su tesis La labor del intérprete previa a la realización de una obra musical. Fue invitada a los Cursos Música Activa  (Aragón); Forum Musicae (Madrid); Universidad de los Andes (Bogotá) y Sommerakademie (Mozarteum de Salzburgo)

Manuel Carra, profesor desde  sus comienzos, estará por las Siete canciones  de estilo popular, un pianista que se formó con J.Cubiles antes de trasladarse a París, en donde siguió los dictados de Lazare Levy, Olivier Messiaen- en análisis musical-, y posteriormente en Darmstadt y en la Ac. Chigiana, de Siena, en donde tuvo como preceptor a  Ruggiero Gerlin. Desde esos primeros años de formación, vendrán sus compromisos concertísticos por Europa y Latinoamérica. La etapa como asistente de Cubiles, creará los fundamentos de una importante carrera, en la que no faltarán labores docentes, aspecto del que guardamos memoria por músicos de nuestra tierra que asistieron a sus clases, cursos dedicados tanto a la técnica pianística como a los precisos aspectos de la interpretación. Fue profesor en cursos de verano de Saint Hubert, Manuel de Falla o Música en Compostela, proyectos de la Fundación Juan March y entre sus obras, destacan la Suite sobre antiguos temas españoles, para orquesta; Transformaciones sobre una estructura de Cristóbal Halffter (para dos pianos); Cuatro piezas breves (piano); Tres canciones sobre poesía popular japonesa; Dos canciones extremeñas; Seis canciones populares manchegas o El alba del Alheli (poemas de R.Alberti). Un cuidado refinamiento armónico enmarcado en una estética tradicional.

Cristóbal Halffter- El ser humano muere solamente cuando lo olvidan (L´être humain ne meure que quand l´oublie)-obra de la que hay un registro testimonial en manos de Alberto Rosado, al que no hace mucho tuvimos en un concierto en el CGAC, una sesión estremecedora con un detallado análisis de las piezas a repartir en varios bloques entre Gÿorgy Kurtág,  Gÿorgy Ligeti y Béla Bartók. La breve composición de Halffter, resulta una dedicatoria a la memoria de Arthur Rubinstein, pieza de 1987, para aquel mítico pianista que había estudiado con A. Rozycki, y que llego a trabajar con Paderecki, perfeccionándose con Heinrich Barth, Robert Kahn y Max Bruch. Fue Chopin una de sus especialidades de análisis e interpretación, y en su madurez recibió las consideraciones de I.Stravinski, quien le dedicó tres de las danzas de Petrushka, o el Piano Rag Music, detalle al que se añadirán la Sinfonía concertante de Symanowski; piezas de Heitor Villa-Lobos o G. Tailleferre y la Fantasía Bética de Manuel de Falla.

Enric Granados (1867/1916)- Valses poéticos-, auténtico testimonio poético al teclado, según propia confesión  del autor, con el resultado de encadenamiento de la serie de valses, cada uno de ellos con su personal acento- vals lento, vals apasionado, vals humorístico vals brillante, vals mariposa o vals ideal. Tempo de vals. La indicación bascula ligeramente a capricho de la intención del intérprete, la obra teatral Gaziel, se centraría musicalmente alrededor de los temas de vals que se repiten a lo largo de la obra. Walter Aaron Clark, realizó un preciso enfoque de la obra, que publicaría la editorial Boileau. A comienzos de 1890, había dedicado una recopilación de valses para piano a su futuro esposa Amparo Gal, titulada Cartas de amor (Valses íntimos); otra recopilación será la de los Valses sentimentales, siempre con la duda de la fecha de su composición. En todo caso, estos valses han seguido siendo populares hasta la actualidad. Los Valses poéticos (Páginas íntimas) fueron dedicados a Joaquim Malats y se resumen en los ocho números, con una introducción-curiosamente en compás binario-y una repetición del Primer vals, al final de la última pieza. Aunque su carácter poético es subjetivo, su título evidencia el gusto típicamente romántico de Granados por las metáforas literarias. Sin embargo, el carácter musical de las piezas, justifica sobradamente el título, pues estas obras son expresiones poéticas de género lírico que exploran todo el espectro de las emociones humanas.

Frederic Mompou- Suburbis-dentro del ámbito de las Impresiones íntimas y que manifiestan una cierta facilidad y por momentos una mayor audacia por su escritura impresionista que sugirió a Émile Vuilermoz a calificarle como el Debussy español, el Mompou, de Pesebres; Escenas de niños; Cantos mágicos, Dansa de la noia que salta a la corda a la vora del riu; Canço de les campanes o esta serie de Suburbis, además de Serres chaudes o la Canço de l´avia. Resumen Suburbis las piezas: El carrer, el guitarrista i el vell cavall; Gitanes I y II; La Cegueta y L´home de l´aristó. El maestro se observa a sí mismo mientras trabaja en silencio, en esta serie de sencillas pinceladas que fue trazando en fechas dispersas entre 1916/7.

Isaac Albéniz- dos piezas de la Suite Iberia: Evocación y El Puerto, ambas del Primer cuaderno, estrenadas en la Salle Pleyel, de París, el 9 de mayo de 1906, en manos de Blanche Selva. Evocación, sería una dedicatoria a Mme Jeanne Chausson, un a modo de preludio y una clara pretensión de lo que vendrá después. Una larga y apacible melodía de recreación nocturna que se expresa a través de refinado proceso armónico entre un sincopado e invariable tiempo de ¾, a lo largo de 153 compases  que con fortuna, trasmiten los aires de una lejana jota, vecina del fandango. La ambivalencia tonal  y modal, subraya las sutilezas de esa introducción, con un uso expansivo de las dinámicas. El Puerto, nos traslada al Puerto de Santa María de Cádiz, la ciudad de ambiente cosmopolita que la familia Albéniz usaría como punto de partida hacia La Habana, a finales de abril de 1875, una inspiración en un gracioso baile andaluz con asomos de bulería, polo o seguidilla

Ramón García Balado

Brunetti, Joaquín Turina y Julián Bautista

 Auditorio Fontán, Cidade da Cultura Concierto bajo el título Turina al lado de dos perlas escondidas , para un cuarteto integrado por el vi...