MUNCYT, A Coruña
Concierto en MUNCYT de A Coruña con el acordeonista Nikola Tanaskovic- día 14, a las 12´30 h.- con un programa a la medida de una exposición rompedora por los elementos sobre los que investigó Rubén Panete y que encontrará los sonidos precisos a partir de los recursos poliédricos que aporta el acordeón de un instrumentista que ha colaborado con Jesús Torres, Sofía Gubaidulina, Ramón Lazcano, Fabià Santcovsky, Aitor Furundarena, Enrique Bustos, Félix Ibarrondo, realizando registros como Omnia Ubique, un proyecto con obras de Félix Ibarrondo y una colaboración con el Trío Arbós, junto a la O.S. de RTVE. Estudió en Musikene con Iñaki Alberdi, tras seguir masters con Janne Rättyä, Tibor Matz, Mika Väyrynen, Alexey Artemmyer y Yuri Shishakin. Fue galardonado con primeros premios como el LVIII Trophee Mondiale d´ Acordeón (Sarajevo); el XXXII de la Accademie Pula (Croacia) y el LXXVIII, de Juventudes Musicales (Girona). Pasó por la Escuela Katarina Gurska, en donde tuvo como maestro a A.L. Castaño y la temporada pasada fue elegido en los ciclos de jóvenes de la Fundación Juan March, el 30 de marzo de 2024, ofreciendo en programa obras de Jurgen Danzer, Johann Sebastian Bach, Ramón Lazcano, Sofía Gubaidulina- precisamente con la pieza incluida en el programa anunciado, De profundis clamavi ad te Domino, composición que se presta a un tratamiento en larga extensión de las posibilidades de los clusters y otras posibilidades expresivas, compositora con la que siempre mantuvo una relación de trato personal- para completar aquella matinal, otras obras de Enric Granados, por la Oriental de las Danzas españolas y una serie de variaciones tomadas de W. A. Mozart.
Toshio Hosokawa- Melodia (1979)-, compositor que viene a ser un puente entre culturas orientales y occidentales, aspecto que la convirtió en uno de los creadores con mayor presencia en certámenes de músicas de nuestro tiempo, labor que reparte entre la creación propiamente dicha y las iniciativas interpretativas, aceptando la importancia de sus estudios ya en Europa, concretamente en Berlín, con Isang Yung, en piano y con Rolf Kuhnert, en teoría musical, preparando de esta forma su incorporación a los Cursos de Darmstadt, en donde presentará obras primerizas, antes de que en 1982, con motivo del centenario de la Berliner Philharmonisches Orchester, reciba un galardón de reconocimiento. Andando el tiempo, ya en los noventa, sería invitado a participar en la Bienal de Venecia, estrenando su primera ópera Vision of Lear, en la Bienal de Munich, tras dar a conocer el Concierto para chelo, en memoria de Toru Takemitsu. El Festival de Aix-en-Provence, le acogió en el Teatro Jeu de Pomme, en un único espectáculo abierto y con gran acogida Hanjo, tomando como argumento una obra de teatro nô, perteneciente a Yukio Mishima (1925/70), obra en un solo acto y de considerable fuerza expresiva. Obra preferentemente testimonial, será Voiceless Voice in Hiroshima, que conseguirá importante divulgación gracias al protagonismo de Nathalie Stutztmann, Theresa Kohläufl, Tim Schwarzmeier, August Zimer, el Chor des Bayerischen Rundfunks, bajo la dirección de Sylvain Cambreling, una obra compuesta entre los años 1989/2001. Fueron también importantes en otro ámbito, las obras dedicadas al órgano, Deep Silence, destinada para acordeón; Koto-Uta, para voz y un instrumento tradicional, el koto y que se maneja con cuerdas percutidas; Gaguku, composición con raíces en las influencias isleñas. No podremos dejar al margen el encargo recibido del Festival de Salzburgo, por so obra orquestal Circulatin Ocean, para su estreno con la Wien Philharmic O., un trabajo el suyo, de permanente y profunda indagación a través de las corrientes de confluencia, destacando los factores y elementos tímbricos en una amalgama de aproximación estilística.
José María Sánchez- Verdú-Arquitecturas del silencio- obra para mantener el pulso con las pretensiones sonoras y acústicas del acordeón, es un músico de primera final en el que descubrimos ciertas afinidades con Salvatore Sciarrino e incluso el último Luigi Nono, al que se concedió un protagonismo sobresaliente en la edición del Festival Resis, de 2024, tirando de ancestro, vislumbrados en su obra una atracción irresistible por el distante legado de ancestrales culturas islámicas perdidas en el imaginario colectivo incorporando en sus lenguajes musicales modismo que darán personalidad al conjunto de su obra, partiendo de largos acordes (masas de sonidos casi homofónicos) enriquecidos con singulares aportaciones tímbricas, en beneficio de la consecución de esa búsqueda de una profundidad expresiva que resuman la trayectoria de sus ambiciones. El Sánchez- Verdú que alcanza los mejores medios expresivos en trabajos como Paisajes del placer y de la culpa, y no en menor grado, en la resolución que se descubre en Quabiyyat, partiendo de un estimulo provocado por la inserción estimulante de un lejano canto tomado imaginariamente de enriquecedoras ornamentaciones de ancestrales litúrgicas ibéricas, similares a las que tantas veces han servido de labor de campo a los investigadores de las formas del Medievo, ahora tan en boga, con ejemplos como Maqbara, aplicables a ritmos y timbres de ansiada procedencia árabe (Qasid 7). Arquitecturas de la ausencia-para ocho chelos-, resulta un excelente punto de comparación, auténtica obra primigenia, reafirmada por su especie de obra escénica Aura, que nos lleva a la poética de Carlos Fuentes.
Arne Nordheim- Flashing-, compositor noruego, ocupa la entrada de la sesión, artista que aúna con perspicacia los recursos de fusión más intricados, y que en algunos aspectos limita en su evolución con Peter Maxwell Davies, y hasta con la herencia del nacionalista- romántico Jan Sibelius, salvando las distancias de estilismos evidentes, acentuando en su voluntad la ansiedad de recrear paisajes nórdicos, en un libre vuelo al que imprime su propio concepto, ayudándose de especiales sonoridades en las que las vanguardias manifiestan una actitud renovadora, tanto desde las obras camerísticas de pequeño formato como en las que talante sinfónico. Paisajismos que descubrimos en Aurora borealis o Solitaire y ya dentro de las de mayores recursos, obras como Epitaffio o Canzona. La escuela polaca de vanguardia, influirá sobre sus trabajos, incorporando con seguridad los recursos de medios electrónicos, con reconocidas deudas con el maestro Krysztof Penderecki, compositor ciertamente infrecuente y que sin el menor obstáculo, se ha decidido por adentrarse en el abanico casi inagotable de los recursos electroacústicos. Su estilo quedaría definido desde el ciclo de canciones Aftonland (1957), para soprano y quinteto de cuerdas con percusión, tomando textos de Par Lagequist.
Ramón García Balado
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