15/01/2025

Joan Ibáñez Briz, solista del Concierto para piccolo, de Lower Liebermann, con la OSG

 Sede Afundación, Pontevedra

Palacio de la Ópera, A Coruña

Joan Ibáñez será solista del Concierto para piccolo de Lower Liebermann, con la OSG en la Sede Afundación Pontevedra- día 16, a las 20`30 h., Palacio de la Ópera de A Coruña- día 17, a las 20´00 h.-,  bajo la dirección de Markus Stenz, para un programa que incluye la Obertura  nº 1, de Louise Farrenc y la Sinfonía nº 2, en Do M., Op. 61, de Robert Schumann. Joan Ibáñez Briz en un músico con formación en el Royal College of Music (Londres), con Jaime Marín  y que tuvo también como maestros a Emmanuel Pahur y Vicent Prats, tras formarse en el Conservatori de Valencia, de sus actividades con esta orquesta en temporadas pasadas, recordaremos el concierto ofrecido junto al oboísta David Villa, para ofrecer un concierto de Franz Krommer, junto a obras de F.J. Haydn y F.Schubert, dirigido por G.Antonini. Markus Stenz, que curiosamente repetirá dirección la próxima semana con el Concierto para violín en Re m. WoO 23, de R. Schumann, del que será solista Liza Ferschtman,  además de la Sinfonía nº 5, en Do sost. m. de Gustav Mahler, ya estuvo con esta orquesta hace un par de temporadas en un programa que destacaba la Séptima Sinfonía, de Anton Bruckner y un Concierto para clarinete, de W.A. Mozart, con Sharon Kan, como solista.  Stenz fue Generaldirector en Colonia, un período fundamental de su carrera, pasando con una etapa importante en la que ocuparía la plaza de James Conlon, también tuvieron importancia sus experiencias con la London Sinfonietta; la O.S. de Melburne; el Festival de Montepulciano, del que fue dinamizador y orquestas como las de Bamberg, la Halle, Royal Stockholm, F. Helsinki o las invitaciones recibidas por el Ensemble Modern y el Ensemble Intercontemporain. La ópera está en sus preferencias destacando estrenos de Hans Werner Henze, con títulos como Elegie für Junge Liebenden, para La Venice (Venecia); English Cat, para la Deutsche Oper Berlin o Das Verrentene Meer. Para los BBC Proms, destinó Der Silbersee, de Kurt Weill, que tendría registro en cd. con el sello BGM Classics.

Lower Liebermann-Concierto para piccolo-, es un compositor neoyorquino  que muy joven probó en un recital ofrecido en el Carnegie Hall, mientras estudiaba en la Juilliard School of Music, donde se graduaría en 1987, tras haber tenido como maestros a David Diamond y Vincent Persicchetti, en composición y a Jacob Lateiner, en piano, estudiando dirección de orquesta con Laszlo Halasz, recibiendo una beca Charles Ives de la American Accademy and Institute of Arts and Letters, destacando pronto por la composición de obras como la Sinfonía nº 1, op. 9, del período que estudiaba en la Juilliard School of Music, obra que fue estrenada a comienzos de 1988, en el Alice Tully Hall neoyorquino e interpretada por Juilliard Orchestra, dirigida por Paul Zukofsky, una dedicación a su maestro David Diamond. Será nominado posteriormente para un Prix Oscar Wilde, por su ópera The Picture of Dorian Gray, mientras mantiene un particular interés por la flauta, con ejemplos como la Sonata para flauta y guitarra Op. 24, en la que se aprecian aspectos de Dmtri Shostakovich; el Concierto para flauta y orquesta Op. 39, en estilo claramente tonal y dedicado al virtuoso James Galway, quien también tiene grabada la obra que tendremos en este concierto, intérprete para el que escribió otras obras. También destaca su Sinfonía nº 2, Op. 67, un encargo con motivo del Centenario de la Dallas Symphony O. y estrenada en el año 2000, en el Meyerson Hall, de Dallas, dirigida por Andrew Litton, obra que demanda una gran orquesta, piccolo, dos flautas, dos oboes, corno inglés, dos clarinetes, clarinete bajo, dos fagotes, contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, cuatro percusionistas, arpa, piano, celesta y cuerdas, obra en la que emplea textos seleccionados de Walt Whitman. El Concierto para piccolo, nace como un encargo de la Asociación Nacional de Flauta (1996) y que resuelve en tres tiempos: Andante comodo; Adagio y Presto, y que fue estrenado por Jan Gippo, con la O. S. de New Jersey, dirigida por Glenn Cortese.

Louise Farrenc (1804/75)- Obertura nº 1, en Mi m. Op. 23, es una compositora francesa, dotada pianista y profesora que no renunció a sus debilidades por el género lírico y la ópera, una ambición que ya había mostrado desde sus años de juventud gracias a las posibilidades que le habían permitido crearse en un medio familiar entregado a la música, el que destacaron otras mujeres que también se interesaron por las artes plásticas y el arte en general, sus estudios de formación, la llevaron a estudiar con August Dumont, para ampliar después en composición con el ilustre Anton Reicha, en el Real Conservatorio de París. Publicó sus primeras obra para piano, con la editorial de su compañero Aristide Farrenc, entre 1825/39, y que incluían estudios para piano, que recorrían todas las tonalidades mayores y menores y que para el estudioso Maurice Bourges, en su apreciación en La revue et gazette musicale (1840), era una muestra de ejercicio clásico para el teclado, por el desarrollo de la técnica y la capacidad de tratar el buen gusto. Sus Études pour piano, se convirtieron en piezas requeridas y obligadas para clases de piano.  La orquesta también acaparó su interés, con oberturas o tres sinfonías, que no fueron publicadas pero sí interpretadas desde París a Copenhague, Bruselas o Ginebra, espacio que permitirá también el repertorio de composiciones camerísticas, entre quintetos, un sexteto, tríos con piano, sonatas para  violín, un noneto y un sexteto. El noneto para viento, gozó de gran divulgación. El Institute de France, la premió en dos ocasiones, con el Chartier Prix, de música de cámara.

Robert Schumann- Sinfonía nº 2, en Do M. Op. 61- obra compuesta entre 1845/6, y que para el autor fue escrita en un período de decaimiento, frecuente en sus vivencias por las habituales depresiones y ofuscación mental. El Primer movimiento, especialmente, podrá quedar como un reflejo de su personalidad, un retrato del artista, que también veremos  en muchas de sus obras, y que en este tiempo releva un talante visionario, transmutado en material estético que se acentúa por el planteamiento orquestal, merced al uso de trompetas, trompas y trombones, para trasladarnos a honduras que resaltan un estado emocional. El Segundo tiempo, Scherzo, es producto de un trabajo meditado en su elaboración a través de un perpetuum mobile, tiempo que a mayores, ofrece dos tríos enfrentados, con un primero ligero y el segundo que se inspira en estilos cameristicos, por su fluida polifonía. El Adagio, permanece con suerte como uno de los tiempos más apacibles y que sugiere el mundo sonoro del clasicismo. El Finale, Allegro conclusivo, se eleva por su tonalidad en Do M., y una tensa  acentuación rítmica, con oposiciones binarias y terciarias, mientras surge un tema del Adagio, con distintas combinaciones y transformaciones.

Ramón García Balado

13/01/2025

Fazil Say: carta blanca para Richard Strauss

A Coruña - 10 y 11/01/2025

Fazil Say fue solista del Concierto para piano en Sol M., de Maurice Ravel, un pianista al que ya tuvimos en citas anteriores como la ofrecida con la Orquesta Sinfónica de Galicia, incluyendo el estreno de Yürü Kösk (La mansión andante), de su propia firma, dirigida por Can Okan, una aproximación a experiencias orientalistas procedentes del folklore turco con recreaciones atmosféricas cercanas al jazz. Obra homenaje a Kamal Atatürk, fundador de la Turquía moderna. Yürüyen Kösk Op. 72, sería una rapsodia para piano que formaba parte de una serie de trabajos compuestos inicialmente para quinteto de cuerdas. Idea que pudimos apreciar en la pieza para el bis elegida.

Fazil Say viene avalado por una larga trayectoria de colaboración con  primeras orquestas, a las que se  añaden sus colaboraciones con agrupaciones camerísticas, como la que mantuvo  la violinista Patricia Kopatchinskaia, Maxim Venguerov o el Cuarteto Minetti y María Crebassa. En el espacio de la composición, recibió encargos del Salzburger Festspiele, el WDR, el Festspiele Mecklenburg-Vorpommern, la Fundación Louis Vuitton, o la  Orpheus Chamber O. Fue artista en residencia de la Konzerhaus Dortmund; el Konzerthaus Berlin; Alte Oper Frankfurt, la Wiener Konzerhaus; Schleswig- Holstein Music o el Bodenseefestival y más recientemente, de la Tonhalle-Orchestra Zurich. Amplia es su discografía repartida entre los sellos Teldec Classics; Naïve;  Grammophon Classics, recibiendo premios como el BOTO KLASSIC o el Grammophon Classical Music Award.

Maurice Ravel compuso dos conciertos para piano, uno de especial querencia, el dedicado para la mano izquierda (1929/30), en atención al pianista Paul Wittgenstein, hermano del ilustre pensador Ludwig, autor del Tratatus logicus.philosoficus (1921), familia que mantendría cotidianamente, relación con personalidades de la vida intelectual de la Viena de aquellos años. Paul había perdido el brazo derecho en la Primera Guerra Mundial y la obsesión por mantener una vida activa con el instrumento, hizo posible que este compositor se decidiese por abordar la composición de esa obra, que con evidencia, sobrepasa los imaginables condicionantes de sus limitaciones, consiguiendo una curiosa aceptación en las salas de concierto. Todo un encargo que redundará en otros de aquel momento, como fueron Parergon zur Symphonya domestica Op. 73, de Richard Strauss; Panathenäunzug Op. 74, del mismo autor mientras que Sergei Prokofiev, respondería con el Cuarto concierto para piano en Si b.

Este Concierto para piano y orquesta en  Sol M. (1929/31), queda como su penúltima obra y tiene afinidades con su apreciado Gabriel Fauré, obra repartida en tres tiempos, en una dedicatoria a Marguerite Long (1874/1966), quien comenzaría su carrera en la Salle Pleyel-Wolff, tras recibir un Primer premio, como alumna de Marmontel. También en Les Concerts Lamoureux, logrará un gran éxito, consiguiendo  una plaza de profesora en el Conservatorio (1906). Se apreció en ella su cuidado en los aspectos de la digitación y las condiciones esenciales de una ejecución afiligranada á la française, midiendo sin reparo el respeto al autor de cada obra y que la  propia intérprete sabría ayudar a descubrir sus aspectos esenciales. Amiga de Debussy, con el que trabajó  durante años, pronto descubrió la obra de Ravel, estrenando una obra tan personal como Le tombeau de Couperin, y en sus actividades docentes, defendería el legado de ambos compositores, a los que añadirá Gabriel Fauré, en la École Nationale de Musique. Abrirá su propia escuela en 1941: Marguerite Long- Jacques Thibaud, fundando un año después el prestigioso concurso que llevaría su nombre, teniendo alumnos como Samson François; Yvonne Lefebre; Lucette Descaves; Jean Doyen; Jacques Février o Nicole Henriot.

Tres tiempos comenzando por el Allegrement, protagonizado por la flauta piccolo con su tema de entrada en su ritmo alegre de danza rústica que se desarrollaría con animación, entre sonidos en pizzicato de violines y violas, entre trémolos de chelos y un redoble de tambor persistente. Asomaba el piano entre arpegios vacilantes entre tonalidades mayores de Sol M. a Fa sost. M., efecto de bitonalidad de pulso agresivo para pasar a un crescendo entre glissandi del teclado. Será este mismo quien recrearía  un aire de perfiles jazzísticos que en lo posible, recordarán al Concierto para la mano izquierda, un extenso pasaje que permitirá las entradas de instrumentos de viento con el resto de la orquesta. El Adagio assai, quizás más clásico, se atuvo al modelo mozartiano del Quinteto para clarinete, una ambientación medianamente ambigua por  sus ritmos, curiosas armonías y disonancias entre diversas coloraciones.  El piano disputaba con la flauta, el oboe y el clarinete, litigando con las trompas y el corno inglés. El Presto permitió al piano imponer su primacía sostenida por tres temas separados por su desenvoltura, enfrentados a la flauta piccolo, el trombón, sobre una idea de inspiración folklórica, hacia una marcia propuesta por trompas y trompetas, que recuperaba el piano en el desarrollo que trajo una conclusión contundente sobre cuatro ásperos acordes. Merecía mención la portentosa orquestación, que ayudaba a la tensión dramática. Para el solista, lo más apreciado fueron los tiempos primero y tercero. Pianista especialmente apreciado y que resultó un protagonista genuino, para el programa preparar la continuación con los aspectos autobiográficos de maestro por excelencia de los poemas sinfónicos.

Richard Strauss- Eine Alpensinfonie Op. 64 (Sinfonía Alpina)-, fue obra para confirmación del planteamiento de González-Monjas, a la vista del orgánico elegido, que añadiría  la colaboración de miembros de la Joven de la OSG, aliciente que motivaría el reconocimiento agradecido de abonados y aficionados. Composición estrenada en la Filarmónica de Berlín por la Hofkappele Dresden, dirigida por el autor, en una dedicatoria al  conde Nikolaus von Seebach y la propia orquesta. Obra de considerable recursos orquestales, como gustaba plantear en el género de sus poemas sinfónicos, en especial en estas composiciones tardías, en la que las obras escénicas recibían una atención preferente. El compositor en un apacible retiro en los Alpes bávaros, no pudo resistirse a la influencia de sus paisajismos. El resultado fueron los  distintos tiempos, decididamente expresivos.

Nacht (Noche), una  contemplación ante la naturaleza expresada por las cuerdas divididas sobre matices pianissimo para enfrentarse a tubas y trombones con un tema solemne, una especie de leit motiv luminoso con la llegada de la aurora.  Sonnenaufgang (Salida del Sol), un fortíssimo de la orquesta que encumbraría un  tumultuoso paisaje.  Der Anstieg (El ascenso), despliegue  sobre distintas variantes sonoras, para pasar a  Eintriit in den Wald (Entrada en el bosque), arrullo de cantos de pájaros con ligeros  toque de trompetas. Wanderung neben dem Bache (Paseo cerca del arrollo), al que siguieron  Am Wasserfall (En la cascada); Erscheinung (Aparición); Auf blumingen wiesen (En las praderas en flor) y Auf der Alm (En los pastos), momento evocador por el tratamiento de glissandi de arpa y toques de campanas con la trompa. Durch Dickchit und Gestürpp auf Irrweggen (Errando a través del bosque); Auf em Gletscher (Sobre el glaciar); Gefahrvolle Augenlicke (Momentos llenos de peligro); Auf  dem Gipfel (En la cumbre) y Vision, ascensión de ensalzamiento en el que los instrumentos de viento en registro sobreagudo, recargaron  los más acerados resultados.  Para seguir comba a la serie de pasajes coloristas: Nehel  steigen auf (Ascensión entre la niebla); Die Sonne verfinstert sich allmählich (El sol se ensombrece poco a poco). Elegia; Stille von dem Sturm (Calma  antes de la tormenta), con la cuerda expresando una extensa melodía; Gewitter und Sturm (Tormenta y tempestad), entre llovizna trepidante por el rugido instrumental, como detalle punzante; Abstieg (Descenso); Sonnenuntergang (Puesta de Sol) y Ausklang, Nacht (Paz, noche), un espacio conclusivo que se mostraba  en pianissimo hasta apagarse cándidamente. Paisajismos autobiográficos en clara despedida al devocionario wagneriano y un ideario de su grandeza suntuosa en lo relativo a su paleta orquestal, que nos arrastra hasta en sus detalles de sensualismo tímbrico plagado de planteamientos armónicos.

Ramón García Balado

 

Fazil Say, piano

Orquesta Sinfónica de Galicia / R. González-Monjas

Obras de Maurice Ravel y Richard Strauss

Palacio de la Ópera, A Coruña

29/12/2024

Per la ricuperata salute di Ofelia, de Antonio Salieri, recuperada del ostracismo

 Ernesto Monsalve: Salieri. El hombre que no mató a Mozart


Una cantata conmemorativa  de Antonio Salieri y de la que nos dio precisa noticia el profesor Ernesto Monsalve, que fue invitado del Curso U. I. de Música en Compostela, pues en la cita del año anterior ofreció una ponencia dedicada a Joaquín Rodrigo: En el Centenario de su primera obra, en la Capilla del Hostal de los RR. CC., se trataba  en concreto de su composición Juglares. Recordamos también su conferencia en el Curso 2023, dedicada a Pau Casals, en el 50 Aniversario de su muerte, Monsalve, además de sus oficios docentes y su relación con importantes orquestas, fue dinamizador de programas como El toque maestro y Música maestro. Monsalve puso en nuestras manos recientemente la publicación de su trabajo Salieri. El hombre que no mató a Mozart, editado por Rialp, quizás uno de los estudios más detallistas sobre el compositor, que a lo largo de su carrera, fue entregando títulos operísticos que se han labrado un seguro espacio, como fueron Don Chisciotte alle nozze di Gamace, libreto de G. G. Boccherini (1771); La fiera di Venezia, del mismo libretista; La locandiera (D. Poggi); muy especialmente, por Prima la musica e poi le parole (Giambattista Casti) 1786; Les Danaïdes (F. Du Roullet), en francés o un curioso pasticcio tomado de varios autores Le inconvenienze teatrali (1789) y Falstaff, ossia Le tres burle, tomado de Carlo Prospero De Franceschi.


Para cada capítulo del doctor Monsalve, una motivación de sugerencia, siendo el séptimo el dedicado a Prima la música e poi le parole: Mozart y Salieri ¿amigos o enemigos? Y en cada uno, una sugerencia de audición, que en este caso, nos invita a remitirnos a una propuesta: Per la ricuperta salute di Ofelia, en un registro discográfico firmado por la Heidelberger Sinfoniker, dirigida por Timo Jouko Herrmann, en colaboración con la soprano Diana Tomsche y la mezzo Esther Valentin, recopilación de Cantates et airs d´opera, Strictly Private, de A. Salieri.  Monsalve, en este capítulo, ofrece un estudio de personajes y situaciones que contribuyen a precisar aspectos irrenunciables. La figura de la soprano Nancy Storace, por la que Salieri sintió una especial devoción, desde el momento en el que había triunfado como Dorina, en el estreno de Fra i due litignati il terzo gode, de Giuseppe Sarti, el 14 de septiembre de 1782. Storace cantará roles como la Condesa Bandiera (La scuola de´glelosi), de Salieri; Angelica (Il burbero di buon core y Lilla (Una cosa rara), ambas del asimilado Martín i Soler; Il ritorno di Tobia (F.J. Haydn), quien disfrutaría de su compañía en Austria, al servicio de los Esterházy, de hecho, una de las más significativas cantatas para soprano, Miserere noi, misera patria H. XXIVa, llevó la dedicatoria for the voice of my dear Storace. Mozart y Salieri, sucumbieron a sus encantos, componiendo la cantata Per la ricuperata salute di Ofelia, escrita en septiembre de 1785, un caso tan único en una partitura que permaneció oculta a los ojos del mundo, incorporándose a la maraña de claroscuros en torno a la leyenda y la realidad entre Salieri y Mozart.

Pero cuando el musicólogo alemán  Timo Jouko Herrmann, experto en la figura de Antonio Salieri, en su vertiente alemana, halló en el siglo XXI una copia, de la forma más casual posible, los hechos se reinterpretaron definitivamente…El Dr. Herrmann y el mundo de la musicología, conocía este lied/cantata, porque el catálogo Köchel, de Mozart, de 1882, lo había incorporado bajo el número 477 y la adenda a, como suplemento de la K. 477, que es la marcha fúnebre masónica Maureische Trauermusik. Históricamente había indicios de la referida partitura por anuncios que publicó Wienerblatt (18 de septiembre de 1785), y era conocida la supuesta publicación realizada por Artaria y el impresor de la Corte vienesa Joseph von Zurzböck, que es precisamente la de quien se encontró, en 2015. Sin embargo, hasta este año, no había constancia fehaciente de la misma, porque ningún ejemplar-ni por supuesto el original-, había perdurado hasta nuestro tiempo. Como se sabía que el texto lo escribió el abate y poeta Daponte, el Dr. Herrmann escribió al Museo de la Música  Checa de Praga, donde, según sus archivos, constaba que existía una edición impresa del poema: Me gustaría que me remitieran una copia del texto de la cantata, para incorporarla a mis estudios- diría el alemán-. La respuesta fue fenomenal: A fin de elaborar el escaneo oportuno, necesitamos que nos confirme si quiere el texto o también la partitura- respondería inocentemente la responsable del Archivo de Praga-. Atónito, como no podía ser de otra manera, Herrmann se presentó inmediatamente en la capital checa para constatar, con estupor, que, en unas cuartillas de un papel fino como la seda, se había hecho tantos pliegos y se había abusado tanto del pegamento, que la partitura había quedado oculta a los ojos de cualquier investigador durante siglos. Fue el desenvolver aquella suerte de sábana de papel cuando, por puro azar, fue descubierta…

Per la ricuperata salute di Ofelia, es una pieza que, en sí misma, no dice nada. Su principal valor se lo otorga el ser el máximo exponente de la buena relación que realmente existió entre Mozart y Salieri. Debe su título al personaje de Ofelia, protagonista femenina de la ópera  La grotta di Trofonio, que Salieri preparaba para Mme Storace-Ofelia-, que sufriría un enfriamiento que estropeó su voz durante los ensayos, impidiendo su estreno a tiempo. Su rol hubo de ser interpretado por otra soprano, mientras ella se encontraba en su apogeo. Treintaiséis días después de caer enferma, gracias al buen cuidado de los galenos, y casi con total seguridad, por los arrumacos de los compositores rivales, la cantante recuperó su voz. Para celebrarlo, Da Ponte, escribió su oda por La recuperada salud de Ofelia, y unidos bajo el mismo paraguas, le pusieron la música del encanto femenino, Mozart, Salieri y un tal Cornetti, que sonó en un apartamento privado, en el siglo XVIII, por primera vez, para dormir en un cajón el sueño de los justos durante 230 años. Una cantata que hasta donde se conoce hoy, será la única colaboración entre Mozart y Salieri, dejando la figura del tal Cornetti, posiblemente como pseudónimo para su Ex. José II, amante declarado de la Storace. Per la ricuperara salute di Ofelia, tan apreciada para este comentario, tuvo una interpretación gracias a la soprano Sara Mª Rodríguez, acompañada al clave por el autor de la biografía, Ernesto Monsalve, en la Real Capilla del Museo San Joaquín y Sta Ana, de Valladolid, a comienzos de septiembre de 2016. En cuanto a la foto elegida, aparecen en la misma Monsalve; la soprano Claire Elisabeth Craig, quien interpretó el estreno mundial que nos ocupa; Timo Jouko Herrmann, descubridor de la cantata y Stefanie Clement, directora- gerente de la editorial Hofmeister, en la Tanzmeistersaal, de la Residencia Mozart, de Salzburgo, en febrero de 2016.  Salieri. El hombre que no mató a Mozart, perfecto testimonio- obsequio, para curiosos de esa compleja trama histórica, plagada de prejuicios y adulteración, que ayuda a poner en su punto aquella baqueteada relación entre Salieri y Mozart, con funestas recreaciones fílmicas como Amadeus, de Milos Forman. Epílogo del estudio en el capítulo De Pushkin a Amadeus, o cómo sobrevivir a dos siglos como villano de un cuento inventado, con propuesta de audición que nos invita a In questa tomba oscura, de Salieri, en interpretación de Krisztina Laki y Gabor Kósa, posible sugerencia para un nuevo trabajo ampliado, por la materia que abarca y que confiamos a Ernesto Monsalve. Los pecados de Alexander Pushkin, en el que nos encontraremos con autores como Rachmaninoff, Tchaikovski, Mussorgski, César Cui, N. Rimski- Korsakov, Mijail Glinka y tantos otros. Pushkin, en su relato Mozart y Salieri, elegido como ópera para estrenarse en el Teatro Solodovnik, a finales  de 1898 y las derivaciones al cine, desde el período mudo al sonoro: Road to Succes, en donde habría materia para explayarse a capricho, pero es tema que, con suerte, podrá tener futuro. Una invitación sobre segundas partes.

Ramón García Balado.

 

19/12/2024

Fisión Atlántica Ensemble: El secreto de Joseph Haydn

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Concierto en el Auditorio de Galicia  con divagaciones viajeras en torno al libro- disco O Segredo de Joseph Haydn de Suso de Toro ilustrado por José Cobas y publicado por Edicións Xerais,  que dará argumento a un tratamiento musical del que serán responsables miembros de nuestra RFG, servidos por la peculiar aportación de las gaitas de Pablo Carpintero en para recrear un espacio sonoro que contribuya a descubrir un tratamiento personal según el ideario del propio Fisión Atlantica Ensemble-día 22, a las 18´00 h-, que para las pretensiones requeridas, integran el flautista Luís Soto, el violinista Nikolay Velikov, la viola Iona Ciobotaru y el chelista Álvaro Quintanilla y que en la medida de lo posible, relatarán un episodio desconocido hasta el presente, de la biografía del compositor de Rohrau y considerado como el padre por excelencia del cuarteto de cuerda y de la sinfonía. Un Haydn camino de Londres. Será la imaginación sin datos constatables las que nos ubique camino del desvío en su trayectoria y que por casualidades de un posible destino, le pondrá camino de nuestra tierra, que le permitirá descubrir la gastronomía, nuestra lengua y los sonidos que en aquellos tiempos, se escuchaban en Compostela. Sensaciones que impregnarán su memoria y sentimientos por vivencias. Todo lo que pueda imaginarse en el relato del escritor, cuenta precisamente con documentación de la época, aspecto que  podremos asimilar, a las corrientes que en el dominio musical, nos acercarán a las llamadas corrientes que trabajan sobre los llamados criterios históricamente informados. Luís Soto- flauta-,  incansable en sus iniciativas, toma carta de peso en este proyecto, una continuidad de sus proyectos con el pianista Diego García, en el Taller Atlántico Contemporáneo, en los años de mayores proyectos auspiciados por el CGAC o ya en familia con el Trío Acivro, con sus hijos Lucas y Cecilia.  Un juego de comparaciones que darán curso a este concierto en el que a mayores, contaremos con la presencia del escritor Suso de Toro

Para el anunciado programa de Joseph Haydn (1732/1809),  tendremos los Cuartetos para flauta y trío de cuerdas, con las Danzas de Reis de Gulans, cuyos arreglos son responsabilidad de Nikolai Velikov; el Cuarteto para flauta Op. 5, nº 1 Hob II: D9, en Re M, entre las contribuciones que añadan dos detalles: Danza do Pau y Danza de Arquillos-Versión III, que incluye la pipa galega; el Cuarteto para flauta Op. 5 nº 3, en Re M. Hob II: D1O, que incluye la Danza das castañolas, con pipa galega, la danza de arquillos diante do Santo, con pipa galega y la Danza de paus; el Cuarteto para flauta Op. 5, nº 4, en Sol M., Hob. II nº 1, con la Danza de arquillos- Versión I y el Cuarteto para flauta Op. 5, nº 6, en Do M.,Hob II: 11 con Canto de Reis. As danzas de Reis, iban acompañadas por vestimentas tanto femeninas como masculinas, de color blanco, con sombreros y gorros muy adornados, con relucientes flores de cristales a modo de espejos. En lo relativo a las danzas más frecuentes, era comunes las danzas do pau, las danzas de arquillos, las danzas dos paus y las danzas de castañolas. Para los conciertos que seguirán, desde Guillade, a Ponteareras, Xinzo culminando en la Igrexa de Guláns, el sábado 14, de enero a las 19´00 h, se disfrutará de la grabación de audio y video en directo. Conciertos que serán posibles gracias a la financiación del Concello de Ponteareas, en agradecimiento a su alcaldesa Cristina Fernández. Haydn con sus Cuartetos de cuerda, símbolo de sus obligaciones para la corte de los Esterházy, nobles húngaros con los que estaría entre 1761 y 1790, en la villa de Esterháza, con el príncipe Nikolai Esterházy, disponiendo de una orquesta de veinte músicos que alcanzaría un gran prestigio. Queda en duda la autoría de algunos de sus cuartetos, y la serie de los seis cuartetos para flauta del Op. 5, tendrán su publicación en Amsterdam, en 1767. La atención de los estudiosos se fijará sobre estas cuestiones en aspectos como las copias publicadas por Hummel, llegando a demostrarse la duda de algunos de ellos, inscritos bajo su nombre, siendo descartados los números 3 a 6, como falsificaciones, sencillamente para incrementar las ventas. Detalles para este programa, que se toman del libro Historias de la flauta, de Antonio Arias.

  Cibrán Sierra, violinista ourensán y fundador del prestigioso Cuarteto Quiroga, comentará en su trabajo Laboratorio para una sociedad ilustrada, que a mediados del siglo XVIII, Europa estaba cambiando y las estructuras socioeconómicas y los dogmas ideológicos y religiosos, empezaban a tambalearse, sometidos al examen filosófico, político y cultural, de una emergente burguesía que ansiaba, con intensidad progresiva, alcanzar unas cuotas de participación social, que hasta entonces, estaban reservadas a las privilegiadas castas de la nobleza.  La música no fue ajena a estos cambios y pasó a ocupar un espacio central en el pensamiento ilustrado.

Para Miguel Ángel Marín- Joseph Haydn y el cuarteto de cuerda-, el cuarteto de cuerda como género, enfatiza la textura y las funciones de los instrumentos sobre la forma y diseño de los movimientos. Desde esa óptica, es fácil detectar la convivencia durante el último tercio del XVIII, de tres tipos de cuarteto diferentes, con sus etapas de apogeo y decadencia propias y con influencias cruzadas: el quatour concertant, el quatour brillant y el (así llamado), cuarteto vienés. Esta clasificación no es resultado de una mirada teórica y retrospectiva sobre el pasado, sino una concepción de los críticos y compositores de la época. La tipología, además, refleja tanto el predominio indiscutible de París y Viena, en el cultivo del género durante el último tercio del siglo XVIII, como la polaridad de sus consumidores divididos en amateurs y connoiseurs, aficionados y entendidos. El quatour concertant, como el brillant, tuvo su origen y máximo desarrollo en París, donde irradió a otros lugares, incluido la propia Viena. Sus destinatarios principales, eran los aficionados de limitadas capacidades técnicas; de ahí que se caracterice por un  estilo ligero, con dos  o tres movimientos de perfil formal claro y melodías pegadizas.           

Josep Haydn en sus vivencias inglesas, habría de encontrarse con otros artistas que llegaban a Londres, huyendo de la Revolución francesa y que se refugiaban en Inglaterra, lugar en el que tendría excelente acogida los conciertos públicos, a pesar de ciertas voces discordantes, siendo acogido a partir de 1790, confirmando la generosa aceptación de muchos de sus conciertos con obras instrumentales, muchas de aficionados, le  que consideraban como alguien tocado por la protección divina. Ahí se darán cita violinsistas como el virtuoso Salomon, la cantante Mme Mara, junto a los florecientes Professional Concerts, que dirigía Cremer,  reforzados por Mrs Billington, y asistidos ocasionalmente por Mrs Harrison. L´Ancient Concert, protegidos por su Majestad, comenzarían intensas actividades dedicadas al aniversario de la Reina, y en aquella ocasión, Cremer, como primer violín, compartirá excelencias con la divina Storace. Las tardes dominicales, ofrecerían sesiones acostumbradas. Durante la Cuaresma, pondrán su grado de magia con los oratorios ofrecidos en el Drury Lane y en el Covent Garden, con trato de confiada otorgado a la Academie of Ancient Music, principales entretenimientos invernales. Lord Abigton se hará cargo de los Professional Concert, siendo testigo de la llegada de Haydn, a través del Mornig Chornicle. El 12 de enero de 1791, Haydn había asistido a un concierto en L´Academy of Ancient Music, con una sesión de L´Anacreontic Society.

El primer inglés de prestigio que conoció fue el historiador Charles Burney, por mediación de Salomon, quien quedaría entusiasmado por su personalidad, incluyéndole en su General Hisory of Music; el reverendo Thomas Twining, en carta a Burney, en febrero de 1791, se desharía en elogios rayanos en la genialidad de un creador fuera de lo común. El mismo Twining que había sido invitado tres meses después por Burney a una soirée en honor del propio  Haydn, pudo disfrutar en privado Las siete palabras de Cristo en la cruz, en la conocida versión para cuarteto de cuerdas, recibida con un absoluto entusiasmo. Conocerá nuestro compositor, superando ciertas vanidades y temores, los primeros triunfos londinenses, refrendos por el mentado Burney, que dejará argumentos de la vanguardia de aquellos primeros cuartetos, reconocidos por publicaciones que establecían criterio como el Morning Chronicle, en su enfrentamiento cotidiano contra sus opositores. Burney también será testigo de una sesión en los Ladies Concert en donde se escuchó  su cantata Arianna a Naxos, con el castrato Gaetano Paccieroti, acompañada por pianoforte, dirigida por Wilhelm Cramer, que repetirá en la New Musical Found, añadiendo una de sus seis sinfonías y el Cuarteto Op. 64, con Salomon, como primer violín.

Pablo Carpintero Arias, involucrado en este proyecto, es un artesano, músico e investigador, responsable de una empresa que se dedica a construcción de gaitas tradicionales  gallegas y portuguesas, así como a la vestimenta tradicional y otros accesorios relacionados con la música folklórica, entre pandeiros, tambores, adufes y otros instrumentos, mientras realiza cursos de fabricación y eventos relacionados con la música tradicional. Modelo y guía atendiendo a su ideario, podremos seguir su precisa opinión: Esta nova gaita de fol galega é outro froito da  nosa teima por ir convertendo instrumentos musicais que se empregaban antigamente eb novas opción adaptadas á música actual. Trátase neste caso dunha gaita de fol con punteiro cilíndrico de lingüeta dobre, baseado nas pipas galegas de castiñeiro, ou sabugueiro que fabricaban os nenos, pero tamén semellante ás musetes barrocas. Pode levar entre un e catro bordóns, todos tamén de lingüeta dobre. Está afinada en Re M. ou menor, con subtónica ou sensible. Non ten posibilidade de cromatismos con dixitacion de forquita.

Carpintero por sí mismo, conserva un santuario de gaitas, cuyo altar mayor está ocupado por gaitas de fuelle, cual seres mitológicos con una presencia nos deja estremecidos. Una de ellas, pertenecía a un gaiteiro pontevedrés, Xan Tilve (1872-1950), construida por él mismo. Una labor incansable de investigador cargado de anécdotas de los pelajes más sorprendentes. Gaitas encontradas y rescatas por azares, entre muchas que no han sobrevivido, muchas porque dejaron de tocarse cuando se cambió  la afinación tradicional para adaptarla a nuevos instrumentos  y partituras. Aquellas cornamusas antiguas repudiadas en el uso cotidiano. Siempre asistido por su compañero Iván Area y su compañera Rosa Sánchez, igualmente involucrada en estos berenjenales. La serie de legatarios-maestros sobre los que trataron, fue Manuel  Lago de Carelle (Sobrado), un gaiteiro absolutamente excepcional, que tocaba una gaita con un fol fabricado con un neumático de un camión. Larga travesía que le llevó a indagar saberes y melodías de 165 gaiteiros, hoy casi todos fallecidos, además de rescatar 170 instrumentos tradicionales distintos, incluidos los que fabricaban los niños desde tiempos inmemoriales, flautas de cuerno de cabra, violines de tallo de maíz o cornetas de corteza de castaño. Carpintero, resume parte de sus saberes, en el trabajo Os instrumentos musicais na tradición galega (2009), al tiempo que recibía la consideración de consultor de la UNESCO, sobre patrimonio cultural inmaterial.

Ramón García Balado

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