19/04/2025

Glosas de Ouro por Ensemble Barbaroco & Marco Orsini- Brescia, en la Igrexa do Convento do Carme, para De Lugares e Órganos

 Igrexa do Convento do Carme, Santiago de Compostela


Concierto en un lugar nuevo para De Lugares e Órganos en la Igrexa do Convento do Carmen, con el Ensemble Barbaroco & Marco Orsini- Brescia- día 20, a las 20´00-, y con el reclamo de Glosas de Ouro. Luz e esplendor do Renacemento, con notable atención a la escuela de Antonio de Cabezón, por la abundancia de piezas elegidas. Ensemble Barbaroco, fundado en 2018, honran a la figura de Euterpe a través del grupo de instrumentos que utilizan, violas da gamba, violín, chelo, clave y tiorba. Son ellos Eliaz Hercelin- viola soprano y dirección-; Claire Gravelines- viola tenor-; Hyérine Lasalle- viola bajo- Lukas Schneider- viola bajo y la percusión de Ilan Hercelin. En la colaboración para el órgano, Marco Orsini- Brescia, al que ya conocemos por la colaboración el año anterior en el programa Memoria silente: Bartolomé de Olagüe, organista e compositor compostelán o en la cita de 2021, para el programa Dous mares, con el Grupo 1500, en una selección de la América, desde D. Zipoli o cantos devocionales, anónimos de la Metrópoli y temas del manuscrito de Elvas. Grabó con la soprano Rosana Orsini, el trabajo Angels and Mermaids: religious music in Oporto and Santiago de Compostela.

El órgano que presenta credenciales en De Lugares e Órganos, lleva sus raíces a 1758, merced a la iniciativa de Mª Antonia de Pereira y Andrade, pero el actual instrumento fue construido en 1868 por el organero palentino Jose Otorel, quien había seguido los dominios de Leandro Garcimartín. Instrumento para 8 registros en cada mano, para poder usar timbres diferentes en las partes agudas y graves. Será el único que construya en Galicia aunque su hijo Juan Otorel, que heredaría su puesto en la Catedral de Palencia, construyó el de la iglesia de la parroquia de Verín. Otro organero José de Arteaga, se había responsabilizado para edificar el órgano barroco de la Catedral de Lugo, y que tendrá una profunda reforma, un espacio que ocupará décadas a lo largo del XVII, con ejemplos como el de Antonio Rodríguez de Carvajal, natural de Tui y que dejará su impronta en Palencia. La conexión entre Galicia y Palencia su mantuvo activa en este  tipo de iniciativas profesionales.

Antonio de Cabezón, del que se tendrán piezas para órgano solo como Diferencias sobre El canto del caballero; la canción francesa (Clemens non papa). Un gay bergier; las Diferencias sobre el canto de La dama demanda; las Diferencias sobre La Gallarda Milanesa o el tiento XVII y la Pavana con su glosa, compartirá programa con Doulce mémoire, de su hijo Hernando de Cabezón. En medio, piezas de músicos de la época desde anónimos como La paduana en Re y músicos como Francisco de la Torre-Dime triste corazón-; Pedro de Escobar-Ojos morenicos-; Garci Sánchez de Badajoz- Oh! desdichado de mi-; Juan Román-O voy (Pavana); Antonio Cebrián-Lágrimas de mi consuelo- Diego de Ortiz, con una Recercada octava sobre La Folia, o las Recercadas prima e seconda (Sobre La Spagna, compositor de Toledo, al servicio del Duque de Alba, tanto en su casa como el Virreinato de Nápoles, con parte de su legado conservado en Venecia, entre el que aparece su Musices liber I y otros títulos que se conservan en el Vaticano y Viena. Su obra cumbre, el tratado de Glosas sobre Cláusulas y otros géneros de puntos en la Música de Violines nuevamente puestos en luz. Vincenzo Ruffo (1508/87), aporta La Gamba in basso e soprano.

Antonio de Cabezón (1510/66), bien estudiado por M. Santiago Kastner, es uno de los peldaños fundamentales de nuestra historia de la música y valorado por su inmensa contribución aún no suficientemente valorada. Nacido en lo que en tiempos se conocía como Castrillo de Matajudíos- Mota de Judios, en su actualización (Castrojeriz), ciego desde niño y habilísimo intérprete ya que con 16 años era músico tañedor de tecla, al servicio de la emperatriz Isabel. Fue músico predilecto de Felipe II, de cuya formación se encargó desde su juventud, propiciando los viajes que le llevaron desde Inglaterra a los Países Bajos, Italia o Alemania. Las estructuras de sus obras se basaban en una progresiva aplicación racional de los recursos técnicos del teclado, que representaban en ese punto el primer lenguaje clavecinístico de nuestra cultura. Serenidad, sosiego, equilibrio, fluidez, claridad de ideas, nobleza, solemnidad; sutil lenguaje apoyado por primera vez en los recursos polifónicos propios del instrumento de tecla. Ciego introvertido, místico, poseído por esa efervescencia creadora delo grandes espíritus de su tiempo, consiguió a lo largo de su vida y de su obra, ese estadio de concentración y de cuantía técnica capaz de dar soporte a las más espontáneas y claras intuiciones visionarias de un genio musical, cuyos resultados pudieron  alcanzar cimas más elevadas e inspiradas de espiritualidad. Los hermanos Cabezón habían podido escuchar en el viejo suelo cultural bávaro el armonioso estilo instrumental de los alemanes. Estos, por su parte, percibieron en los músicos castreños un arte maduro e interiorizado, en muchos aspectos más evolucionado y rico de contenido, con una más cuidada y avanzada técnica clavecinstica. Un complejo de fechas que abarcarán un dilatado período, harán que maestros como Cabezón, G. Gavazzoni o tantos contemporáneos ibéricos, cultivar no solo el ricercare bajo forma de preludio de tocata, a la manera de M.A. Gavazzoni y G. Segni, o la tocata de Andrea Gabrielli o Claudio Merullo, sino palpar el virtuosismo de sus colegas venecianos. Cantidad de maestros españoles y portugueses, desde los Cabezón a Carreira, Aguilera de Heredia, Rodríguez Coelho o Correa de Arauxo evidenciaron al lado de los tientos  propios el espacio que nos traslada a Cabanilles, en el que surge la verdadera tocata de la Península ibérica, estimulada por figuraciones brillantes y el esplendor de sus armonías.

Hernando de Cabezón, fue nombrado su sucesor en la Capilla de la Corte y sería difícil encontrar otra persona más apropiada para cubrir el puesto que había quedado vacío, pues la preparación artística  espiritual de Hernando se había desarrollado desde el modelo paterno, al igual que sus cualidades personales y su carácter. Felizmente Hernando había trabajado en la Capilla ayudando a un asentamiento homogéneo, aceptando desde pronto la buena inclinación de Rey. Fue incorporado en esa intimidad regia semejante a la mantenida con los místicos españoles. Antonio Cabezón ya había recomendado a su hijo muy encarecidamente a la propia Corte, como puede deducirse por las Actas Capitulares de Sigüenza y que le condujeron a la capital, para integrarse en el círculo de los músicos. Años de cambios en la Corte a partir de 1568, para Felipe II, por el fallecimiento del infante Don Carlos, como también de la Reina Doña Isabel de Valois, el Rey, tan lastrado por ambas pérdidas, pudo mantener la permanencia de la Capilla Flamenca y la Española, del propio Monarca. La muerte de la Reina, repercutirá en el pequeño grupo de músicos franceses y de otras nacionalidades que le habían servido.

Ramón García Balado

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