15/04/2025

Ramón Pérez-Sindín Blanco en De Lugares e Órganos, en la Igrexa da Compañía

 Igrexa da Universidade, Santiago de Compostela


Concierto del clavecinista y organista Ramón- Sindín Blanco en De Lugares e Órganos- Igrexa da Universidade, día 18, a las 20´00-, para el programa De Harmonía as esferas. Música ibérica entre os séculos XVI e XVIII,  repartiendo la interpretación entre el órgano de la Igrexa y un clave copia de un original construido por Ioannes Ruckerts en Amberes (1616). Pérez- Sindín Blanco fue alumno de Fernando López Pan, antes de trasladarse a la Hochschule für Musik und Tanz Köln, con Michael Borgstede y seguir en el Conservatorio Superior  de Madrid con Tony Millán y Silvia Márquez, ampliando en el Conservatorium van Amsterdam, con Menno van Delf, en donde se especializará en instrumentos antiguos, participando en certámenes como el Oude Muziek Utretch, la Semana de Cuenca, el Fest. de Orgâo de Évora , el Bachfestival Dordrecht y otras citas en distintos repertorios y géneros. Forma dúo con la soprano Belén Vaquero: L´Affetto Umano y es correpetidor de interpretación barroca en el CNDM. Asistió a masters de Barthold Kuijken, Pierre Hantai, Olivier Baumont, Eduardo López-Banzo y Aaron Zapico. Un programa centrado en la música de tecla ibérica a través de músicos que alcanzan desde Cabezón a Aguilera de Heredia, Carlos Seixas, Pedro Arauxo, D. Scarlatti, Antonio Soler o Manuel Rodríguez Coelho. También cultiva repertorios camerísticos integrado con músicos de tales especialidades.

Antonio de Cabezón-Ancor che col partire-, es compositor que acaparará un primer plano en la sesión que en un par de días, ofrecerán el Ensemble Barbaroco, con el organista Marco Orisini- Brescia, en la Igrexa Convento do Carme. Músicas a lo Humano y a lo Divino, que veremos repartidas entre los compositores que nos acompañen, si Cabezón destacó como maestro en las capillas de Felipe II y la emperatriz Isabel de Portugal, su hijo Hernando heredará en plenitud su legado.  Manuel Rodríguez Coelho- Primeiro tento do 1º tom. Flores de Música (Lisboa, 1620) al igual que Aguilera de Heredia, recogería la tradición de Cabezón, y que alcanzará a Correa de Arauxo, incorporando renovadas influencias del Barroco, que añadirán a las tipologías de los instrumentos que encontraremos en la Península Ibérica.  Fue Cabezón traslúcido y puro motivado por el magistral uso de las disonancias y las tensiones entre armonía y melodía, bajo una intensa expresividad, en especial en estilos como las diferencias y otras tendencias afines. Aguilera de Heredia, destacará por las piezas de medio registro y que suscitarán el interés de Eslava, Pedrell, Apel o Anglés. Correa de Arauxo, de supuesto origen portugués, pudo formarse con Francisco Peraza en Sevilla, dejándonos abundante cantidad de tientos, que revelarán las tendencias del órgano barroco español, gozando con importantes reediciones al paso de los tiempos. Maestro en el uso del teclado partido, novedad de los órganos españoles de finales del XVI, que permite usar registros diferentes lo que afectará a los timbres repartidos entre ambas manos al mismo tiempo.  Coelho, natural de Elvas, sería organista en la Catedral de Lisboa, recibiendo además de esas influencias de Cabezón, otras de virginalistas ingleses o del holandés Swelinck. Dentro de un puente que pone en relación estos períodos históricos que alcanzan al Barroco tardío o un clasicismo en ciernes, tendremos a Pedro de Araúxo- Batalha de 6º tom.-, que nos recordará al primer concierto de Catro Quince, en el que Alejandra Escolante Mujico, cerró sesión con otra obra suya de parecidas características, la Batalha de sexto tom, que lucía la trompetería de San Paio de Antealtares, Arauxo con su vida profesional desarrollada en Braga, siguiendo la mezcla de influencias de las escuelas aragonesas e italiana. La Batalha que se elige, supone una vuelta al siglo XVI, partiendo de la inspiración en la chanson La Guerre, del músico renacentista Clement Janequin.

Domenico Scarlatti, tendrá aspectos en común con el resto de compositores previstos:  Carlos Seixas, Sebastian Albero y Antonio Soler. Albero con una Recercata en Re m.; Carlos Seixas, con una Sonata en La m. nº 75 (el  Largo) y Antonio Soler, con la Sonata en Re M. R. 92, en su Allegro pastoril. Seixas tuvo a  su cargo la educación musical de la insigne Bárbara de Braganza, entonces joven cultivada y una dotada clavecinista y que se casó con Fernando de Borbón, futuro Fernando VI, quien la llevará a la Corte española; Albero, fue el primer organista de la Capilla Real desde 1748 y Antonio Soler, recibirá los parabienes como fraile jerónimo para ocupar la plaza de m. c. del Monasterio de El Escorial, en su doble relación con maestros de la Capilla muy relacionados con Domenico Scarlatti, organista en un principio en Portugal como m.c. de la Unione di Santa Cecilia, para continuar en Lisboa con la hija del rey Juan V, María Bárbara, componiendo abundantes sonatas en un solo movimiento y en forma binaria. Se trasladará a Madrid en 1733, siguiendo con su séquito para pasar los últimos años, en medio de las oscuridades de la Corte española y atendiendo con responsabilidad las demandas de María Bárbara, en dura competencia con Carlo Broschi (Farinelli). Sus apreciadas sonatas, de forma binaria, compuestas en la etapa de los 35 últimos años, elevarán lo que ingeniosamente llamaba simplemente sonata. No se trataba de meras extensiones de las danzas estilizadas de la suite barroca, sino de intuiciones completamente nuevas de las potencialidades de la forma binaria; cada una era un ensayo de  coordinación y control de un problema o de problemas habituales, como las que surgían del empleo de un gesto excéntrico, la peculiaridad de una armonía o de una progresión de acordes, una frase o un grupo de frases irregulares, un tipo extraño de desarrollo motívico, un color tonal sólo posible en un clave español o un fortepiano florentino. Unas sonatas que exploran nuevos mundos de técnica virtuosistica, poniendo al servicio de nuevos fines musicales, recursos tales como el cruce de manos, la repetición rápida de notas, las figuras arpegiadas que atraviesan velozmente toda la extensión del teclado, y otros incontables y difíciles medios de obtener un efecto de avasalladora brillantez.

Lo más característico de su manierismo armónico, será la acciaccatura, que utiliza con mayor frecuencia y variedad que ningún otro compositor. Los intentos de explicar esta práctica en términos de poliacordes, y otras ingeniosas construcciones teóricas resultan tan inútiles como innecesarios.  Esa utilización de la acciaccatura, puede relacionarse con las técnicas de la música para guitarra que Scarlatti escuchó en España, quedando a la postre como una sencilla conjetura; con ello, los autores que se ocuparon de su estilo han comentado diversas imitaciones del instrumentales en su música, sobre todo las notas o los acordes rápidos repetidos, que recuerdan el tamborileo de la guitarra y los pasajes de fanfarria que se sugieren en el sonido de las trompetas o de las trompas. Las notas auxiliares en sus sonatas, aun cuando se resuelven adecuadamente, llevan al descubrimiento de modos absolutamente únicos de efectuar tal proceso.

Ramón García Balado

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