18/12/2024

Guillaume Connesson: A Kind of Trane, con el saxofonista Tim McAllister y la OSG

 Palacio de la Ópera, A Coruña

 

Programa de notable interés con la OSG en el  Palacio de la Ópera de A Coruña-días 20 y 21 , a las 20´00 h-, con una obra en estreno en nuestro país, A Kind of Trane, concierto para saxofón y orquesta de Guillaume Conneson, un homenaje al maestro de Jazz John Coltrane, que tendrá como solista a Tim MacAllister, bajo la dirección de Stéphane Dèneve, con la OSG, ampliando completando programa con la obertura de Candide (Leonard Bernstein), la suite de Les Biches, de Francis Poulenc y Un Americano en París, de G. Gershwin.  Tim McAllister,  estudió en el Centro interlochen, con John Samper, para continuar con Donald Sinten y Robert Reynolds, en composición. Fue codirector del  New Musik Course (Suiza), entre 2012/4, y estrenó obras de Gunther Schuller, Gregory Wanamaker, Rosanne Etezade, Martin Browick y William Bolkom, de quien grabó su Concierto para saxo alto y orquesta, merecedor de un Grammy.  Stèphane Déneve, estudió en el Conservatorio Paras, del que se convertirá en docente, llegando a dirigir s propia orquesta, tras recibir asesoramiento de Arthur Oldham. Su especialidad se centrará en repertorios operísticos, abordando títulos como El castillo de Barbazul (Béla Bartók), Diálogo de Carmelistas (Poulenc), Turandot ( Puccini), tras recibir la confianza de Seiji Ozawa. Fue colaborador de orquestas como las Sinfónicas de Radio Stuttgart, Chicago, Saint Louis,  y la Royal National Scottish.

Leonard Bernstein con la obertura de Candide, maestro que llegó a ser el primer americano que dirigió en el Teatro alla Scala (Milán), tras convertirse en uno de los más populares, comenzando su debut con la O.F. de Nueva York (1943), sustituyendo a Bruno Walter. El Bernstein que se convertirá en uno de los grandes con trabajos como Candide (1956), On the Town, Wonderful Town o West Side Story, destacando las adaptaciones al cine de un par de ellos. Para  N. Lebrechet, era un producto de la era Manhattan, en la que sobresalieron escritores como Norman Mailer o Gore Vidal o la pintura de Mark Rotko y el teatro de Tennesse Williams. En su ámbito musical, personajes como Aaron Copland y Samuel Barber. Para Yehudi Menuhin, el músico se identificaba plenamente con Nueva York: Lenny era la encarnación, la cristalización, de gran parte de la vida neoyorquina, no sólo por la expresión  judía, sino por las diversas cualidades de la propia ciudad. Después  de todo, había escrito su canción New York, New York, is a wonderful Town. Fueron sus músicos quienes le conocieron como Lenny, el humilde ayudante que había hecho fortuna y que habría de dirigirlos por consenso y convicción, más que por la fuerza. Su cándida informalidad escandalizaba a los tradicionales asistentes, que preferían revestir de misterio a sus maestros. Odiaban sus enormes saltos en el podio y sus comentarios preliminares a los conciertos.    

Guillaume Conneson- A Kind of Trane, concierto para saxofón-, músico con estudios en el Conservatoire National de Boulogne- Billancourt, en el aula de Marcel Landowski, y en el National de París, con Dominique Rouits (orquesta), ampliando con Alain Louvier, aceptando desde entonces las influencias que abarcarían desde los Couperin, a Richard Wagner, R. Strauss, Claude Debussy, M.Ravel, I. Stravinski, Olivier Messiaen, H. Dutilleux- perceptible en Métaboles-, o John Williams. Entre 2001/3, asumió la titularidad de la O.National des Pays de la Loire, para la que entregó la  sinfonía vocal Liturgies de l´ombre y el poema sinfónico L´appel au feu. Es director asociado de la Royal Scottish N.O., al tiempo que sus obras reciben trato de preferencia de grandes orquestas americanas Fue compositor en residencia de la Orchestre de Pau (Pays de Béarn).  Mención merece su labor como maestro de orquestación en el Conservatoire National de Aubervilliers. En el espacio de obras concertantes, destacan: Yu Yan (para erhu y orquesta); Constelaciones; El resplandor; Les Horizons Perdues; Les belles heures; Trilogie cosmique; Feux d´artifice; Enluminuras; Scés Nocturnes; el ballet Lucifer; Maslenitsa o Flammenschrift .

A Kind of Trane (Concierto para saxofón y orquesta), es obra en tres tiempos en dedicatoria a John Coltrane (Trane), obra reciente y que tuvo registro discográfico con el dúo Akmi: Valentine Richard y Akvilé Sileikaite. Tres tiempos a la memoria de Trane: There is no other; Ballade y Coltrane in the Dancefloor.  Wiiliam John Coltrane (Trane) (1926/66), llegaría a sus años dorados que comenzaría a partir de 1949, en la banda de Dizzy Gillespie, preparando su mejor momento junto a Miles Davis, en un histórico quinteto, en el que también aparecían Red Garland, Paul Chambers y Philly Joe Jons, el be-bop en plenitud, un paso de eclosión hacia el free-jazz, en el que compartirá experiencias con Eric Dolphy y Alice McLeod, Pharoa Sanders o Rashied Ali. Convulsa fue su vida en aquella década de los sesenta, que dio argumentos a todo tipo de biopics a aproximaciones quizás dudosas a su vida, pero el mito quedará definitivamente consolidado y obras como la presente, no son más que una confirmación de la realidad.

Francis Poulenc- Les Biches-, en la Suite orquestal, obra del tiempo del Concierto campestre y Aubade, un encargo de Sergei Diaghilev que se presentaría como una Sylfide moderna y que compuso en los años de juventud, inspirándose en la pintura de Watteau, con elementos tomados de Pulcinella (Stravinski), cuyo estrenó debió esperar hasta 1924, en Montecarlo, recibiendo una puesta dos años después, en París. En competencia, Poulenc tuvo que resistir Les Facheux, de George Auric. Una partitura cargada de detalles originales, en la que observamos guiños hacia Mozart, Pergolesi o el citado Stravinski, mezclando los elementos más diversos. De la obra, tiempos como el Rondeau; el  Adagietto, la Rag-Mazurka- con influencia de Chopin-, el Andantino gracioso y el Finale, de vivacidad rítmica. Tiempos en los que se permite todo tipo de licencias transgresoras para sorprender al oyente.

 Un americano en París- George Gershwin-, poema sinfónico para orquesta  estrenado por la New York Philharmonic Orchester dirigida por Walter Damrosch, en el Carnegie Hall (13 de diciembre de 1928), una vez más la crítica levantaría opiniones encontradas. Para Samuel Chotzinoff, la mejor pieza de música contemporánea surgida desde el Concierto en Fa, del propio compositor. W. J. Henderson lo caracterizó como una nítida humoresca que apela libremente al humor y el desenfado. Su espíritu juguetón se halla complementado con el sugestivo candor latente en algunos  de sus pasajes, en especial, el de la primera caminata, la cual está representada con toda propiedad. La partitura refleja gran astucia, aunque el estilo general es algo tosco-opiniones que no faltan-, contrastando con Lawrence Gilman, que hasta entonces no se  había mostrado demasiado favorable a Gershwin, aceptando que Un americano en París, tenía el sabor de un universo nuevo y apremiante, atractivo, apasionado, impredecible.

Ramón García Balado    

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