12/11/2024


 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

 

Canciones de amor y cuna: Simona Sͮaturová (soprano) e Ivan Kláns (piano), en el Ciclo de Lied, de Amigos de la Ópera de Santiago

Lieder y canciones entre piezas para piano para el Ciclo de Lied, de Amigos de la Ópera de Santiago, a cargo de la soprano de Bratislava Simona Sͮaturová, acompañada por el pianista Ivan Klánský, en el Auditorio de Galicia- día 15, a las 20´30 h., un programa que nos lleva de compositores eslavos de élite, a detalles de Debussy, A. von Zemlinski  o R. Strauss y obras para piano de R. Schumann y F. Chopin. Simona Sͮaturová sigue la estela de voces como Edita Gruberova y Lucia Popp, tras estudiar en el Conservatorio de Bratislava con Ileana Cotrubas y Mageete Honing, en Amsterdam, ofreciendo su primer concierto con la Wiener P. O., con Herbert Blomstedt, y en roles operísticos como Donna Anna, en La Monnaie, o Konstanze, en la Semperoper. Participó en una ópera en rescate: Das buch mit sieben siegeln (F. Schmidt), dirigida por Fabio Luisi, y fue artista residente del Théâtre La Monnaie. Mozartina por preferencia, cuida hasta el límite los repertorios eslavos, grabando registros para Supraphon: Moravian Duets (Dvorak) o la ópera Ariene (B.Martinu), trabajos que amplía con sellos como Hannsler y Sonny/BMG. Sus compromisos artísticos se consolidan en coliseos como la Ópera de Frankfurt, el Teatro Nacional de Praga o el Châtelet, de París. Ivan Klánský estudió en la Academia de Artes de Praga con Frantisek Rauch y en el Conservatorio de la capital checa  con Valentina Kameniková, y participó en concursos como el J.S. Bach de Leipzig y el de Santander, grabando discos para productoras como Naxos, Supraphon o Edictio Onta. Fue presidente de la Sociedad Checa Chopin y del Concurso Internacional de Piano Frederyk Chopin. Fundó el Trio Guarneri con Cenek Pavlik y Marek Jerie, al que pudimos escuchar en certámenes y festivales celebrados en nuestro país, como el Clásclás, de Vilagarcía de Arousa, en 2023.

A.Dvorak- selección de Canciones de amor Op. 83, piezas relacionadas con las 18 de Cyprise (cipreses), sobre poemas de Gustav Pfleger-Moravsky, de 1865, nacidas bajo la influencia sentimental de la actriz Josefa Germáková, con cuya hermana terminaría casándose. Piezas primerizas y sencillas que no llegaron a editarse y que le serviría en lo melódico para otras posibilidades, desde alguna ópera o composiciones camerísticas. Estas Pisnê milostné (Canciones de amor), de 1888, mantienen la sencillez extrema que para expertos son precisamente esa querencia por conservar su ánimo, aunque con diferencias ostensibles en cada una de ellas. Josef Suk- Canción de amor Op. 7-, fue compositor deudor del propio Dvorak, artista que destacará como violinista y maestro de coro, ejerciendo la docencia en Praga, precisamente bajo la influencia de Dvorak, siendo fundador del mítico Cuarteto Bohemio, junto a K. Hoffmann, O. Nedbal y O. Berger. Recibió la consideración honoris causa, de la Universidad de Brno y será B. Martinu uno de sus señeros alumnos, destacando precisamente como uno de los fundadores de la moderna escuela checa. La pieza que recibimos vendrá como una adaptación para el programa de la jornada.  Karol Szymanowski-Trzy kolysanki Op. 48 (tres canciones de cuna), del año 1922 a partir de poemas de Iwaszkiewicz y una extensión de otras precedentes, en las que destacan el  uso de tratamientos armónicos descendentes y los cuidados melismas, entre ostinatos y un meticuloso cromatismo. La Primera expresa un modalismo de perfiles avanzados, la Segunda, destaca por el uso del tritono con acordes paralelos y la Tercera sugiere el eco de la tradicional kujawiak (estilo de mazurka).  Bohuslav Martinu (1890/1959)- Canción de cuna H232-, destacó también en el género de canciones, muchas sobre letras de poetas folklóricos checos  (sus nuevas Spalicêk), muchas relativamente secundarías. Obras muchas de juventud compuestas en Praga, como es el caso de Pisnicky na jednu strámku H. 294, siempre anteriores de su llegada a París (1923) y que dejará un ramillete de un centenar de nostálgicas melodías, recurriendo a poetas de una tradición claramente asimilada.

A. von Zemlinski- selección de Walzer Gesängen nach toskanischen Volkslieder von Ferdinand Gregorovius, Op. 6-, cantos de valses sobre canciones populares toscanas del citado Gregorovius, en estilo Liebesliederwalzer de H. Wolf que remiten al espíritu romántico, resueltos de forma delicada y fresca, a excepción del cuarto. La relación de sus títulos son: Liebe Schwalbe; Klagen ist der Mond gekommet; Fensterlein, machts bist du zu; Ich gehe des Nachts; Blaues Sternlein y Briefchen schrieb ich.  C. Debussy-Nuit d´étoiles (Banville), Belle nuit y Claire de lune (Verlaine), ubicándonos en el período simbolista de juventud, el de Fêtes galantes, o el siguiente de Proses lyriques, preparando la llegada de las Trois chansons de Bilitis (Pierre Louÿs). Se aprecia el uso de artíficos armónicos que manifiestan una ambiciosa pretensión renovadora. Richard Strauss, que cerrará la gala con tres delicadezas puramente irresistibles: Morgen!, encanto intemporal del ciclo que completa loa Vier Lieder Op. 27, un obsequio para su estimada Pauline y que le elevará a primero entre los grandes del género. De los Fünf Lieder Op. 39, el tercero Der A Arbeitsmann, piezas de inspiración a partir de poemas de Dehmel, a excepción de uno, el segundo-Bierbaum-, que tentarán una ambiciosa orquestación merced a las posibilidades de sus recursos.

Para Ivan Klánský la Arabesque, en Do M, Op. 18, pieza de un gran año pianístico y que con la Humoresque Op. 20 y Blumenstücke Op. 19, forman una categoría aparte, sin que exita ninguna pretensión de unidad. La forma es la de un Rondó manifestaba con una cascada de semicorcheas en una cantinela suave. Contiene dos momentos que llevan su impronta y la elocuencia que nos deja mudos: no dice nada y lo dice casi todo. Se trata de un episodio meditativo construido como es habitual, sobre un tema descendente, imagen visual de la depresión, rúbrica de su melancolía, con quince compases de transición, que conducen al tema con una libertad armónica desconcertante. El episodio lento, está anotado como Zum Schluss (para acabar) y no es más que una larga suspensión armónica. De F. Chopin, la Balada en Fa M. Op. 52, obra capital en la historia del piano por sus ornamentaciones y originales diseños temáticos, un claro precursor del impresionismo como diría Alfred Cortot, una pieza que se editará en París y Leipzig (1843). Un Andante con moto  que preside cálidos pentagramas, con una melodía a mezza voce, expuesta por la mano derecha, con un delicado acompañamiento por la otra. Pieza que representa el apogeo de su arte pianístico.

Ramón García Balado

 

 

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