Igrexa de Santiago de Mens, Malpica de Bergantiños
Ensemble Phaedrus con un programa que nos ubica en la
corte de Enrique VIII- The King´s Flute-, dentro de las programaciones de Espazos Sonoros, esta vez en la Igrexa de Santiago de Mens
(Malpica de Bergantiños)- día 8, a las 18´00 h-, una formación integrada por Emma Lisa Roux- voz y laúd- y el
consort de flautas renacentistas traveseras que tañerán Luis Martínez Pueyo, Charlotte Schneider y Mara Winter. Músicos con experiencia en la Schola Cantorum Basiliensis, recibiendo asesoramientos de Ane Smith, Johanna Bartz, Dominique Vellard, Crawford Young o Marc Lewon y Baptiste Romain. Se añaden a otras agrupaciones en las que aparecen
Miriam Travisan (voz) o Bor Zulian (laúd). Emplean flautas
fabricadas por el artesano Giovani
Tardino, inspiradas en el consort original que se conserva en la Ac. Filarmónica de Verona. Su nombre procede de un
clásico de Platón, en el que Sócrates afirmaba que el arte de la
retórica fluye desde la locura a la inspiración divina. Mara
Winter, investiga sobre las flautas históricas de la Edad Media y es
directora del grupo conjuntamente con Rumorum,
con sede en Basilea, grabando registros con otros grupos como La Miroir de Musique; J.B. BachStifung; La
Scintilla; Les Passions de l´Ame
o Capriccio Baroqueorchester.
Programa que se dedica a ese período ingles de la corte de Enrique VIII, entremezclado con otras obras
provenientes del Continente: Diego de
Ortíz, Claudin de Sermisy, Antoine de Fervin, Jean Mouton, Loyset Compéra, A. Agricola o Hayne
van Ghizeghem y anónimos diversos. Primeros tiempos de los Tudor documentados por ese legado, que
nos dejará el rico patrimonio del monarca melómano, como su inventario
conservado en Westminster (1542).
Cuando Inglaterra se retire del Continente al acabar la guerra de los Cien
Años, con el gobierno de los Lancaster,
la casa de York desafiará al poder de Enrique
VI, iniciando la Guerra de las Dos
Rosas. La suerte irá oscilando para encontrarnos con las dinastías de Enrique VII y Enrique
VIII. Intenso en actividades en otros importantes campos de la cultura y
las artes, junto a sus cancilleres Thomas
Wolsey y Thomas Cromwell. Unas
preferencias a la canción profana para conjunto instrumental apodada por el
monarca Henry´s Songbook, compilada en Londres hacia
1520. Un contenido preponderantemente inglés, siendo el monarca el mejor
representado, en beneficio de sus capacidades como intérprete y cantante-
violas, flautas de pico o laúdes, con canciones de complemento-, el monarca no
pasaba de ser un discreto intérprete pero esa labor enciclopédica será un
testimonio histórico. Muchas piezas del Songbook,
atribuidas a su persona no serán más que reelaboraciones de otras ya
existentes. Glentyl prince de renom,
sencillamente añade una cuarta voz- algo torpemente-, a una pieza anónima que había visto la luz en
el Odehecaton, de Petrucci, en 1501.
La música inglesa había florecido bajo su reinado, debido en no pequeña medida al intento de que este monarca mostraba por ella y también bajo los gobiernos de Eduardo VI y María, para alcanzar al final de la monarquía de Isabel I, una altura a la que casi nunca ha vuelto a aproximarse después. A medida que los ingleses se fueron haciendo más ricos y poderosos, y adquirieron un conocimiento cada vez más grande de las obras de arte que se hacían en la Europa continental, gracias a la llegada a sus costas de talento extranjeros y a los viajes que ellos mismos realizaron por otros países, terminaron por abandonar temporalmente su insularidad en asuntos culturales y ansiosamente asimilaron, aunque en fechas posteriores, las ideas e ideales del Renacimiento italiano. La música religiosa de la época Tudor es notable; sin embargo, son las formas profanas inglesas- el madrigal, los ayres para laúd, la música para virginal y los fancies para violas-, las que encarnan con una mayor riqueza, el espíritu y la fuerza del Renacimiento inglés. La misma acumulación de energías intelectuales y artísticas que engendró a Sidney, Shakespeare Bacon Donne e Iñigo Jones, también creó a T. Morley, Weelkes, John Dowlan y Orlando Gibbons. La variedad más brillante de la música será el madrigal isabelino, a través de nombres como Thomas Whythorne; William Byrd- por las canciones a solo con acompañamiento-; John Mundry-Madrigals (1601); Richard Carlton-An Howre´s Recreation in Musicke (1606); Orlando Gibbons, cuya única antología profana fue titulada impropiamente Madrigals and motets, con un idioma personal rico y único dentro de ese ámbito general de la canción.
The King´s Flutes (Música en la corte de Enrique VIII), según el Ensemble Phaedrus, resulta un modelo paradigmático del cuidado y atenciones a ese repertorio procedente de aquella corte de tan cuestionado personaje, respetuoso en grado sumo con las artes del canto, en el medio representativo de los Tudor- de los que también acabaremos teniendo noticia en el mundo de la lírica dos siglos después-, un monarca en principio destinado a los posibles servicios eclesiásticos-, pero su pasión por los laudes, los instrumentos de tecla, el canto y otras irresistibles debilidades, deparará un futuro a tenor de su talante e instinto, que aureolará su figura de sombríos aspectos dignos de la más cruel literatura. Música y perversiones para alimentar ingenios retorcidos. Para esta cita y entre el Tratado de glosas, del español Diego Ortíz, publicado en Roma, en 1553, nos hallaremos con el inventario de Westminster (1542). Piezas de la Biblioteca londinense del GB-Lbl Ad. MS 31922, conocido como Libro de Enrique VIII o el GB-Lcm MS 1079, aceptado como Cancionero de Ana Bolena (Conservado en el Collegium Musicae of London) o el GB Lbl Royal Appendix 58, una colección de intabulaciones para laúd o teclado, escrita la parte de cantus hacia 1540 (Conservado igualmente en la Biblioteca Británica). La idea del Ensemble Phaedrus, tuvo en cuenta su contexto social del que proceden las diversas fuentes musicales y el contexto en el que se movían aquellos instrumentistas de viento de aquel período histórico y lo relativo a las técnicas interpretativas de esos repertorios renacentistas y del barroco temprano bajo la impronta de criterios históricamente informados.
Ramón García Balado
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