11/09/2024

Ana Crismán: flamenco en arpa para el Mosteiro de Sta. Cristina de Ribas do Sil

 Santa Cristina de Ribas do Sil


Palos del flamenco en manos de la arpista Ana Crismán en el Mosteiro de Sta. Cristina de Ribas do Sil- día 14, a las 19´00h-, dentro del  Festival Sta Cristina in Musica: Diálogo Musical na Ribeira Sacra, y que tendrá continuidad con otra actividad en el mismo lugar, con el intérprete de sitar Johnatan Mayer. Experiencia renovadora a cargo de esta arpista jerezana a la que las vivencias en el barrio de San Miguel- en donde nació Lola Flores- , la calle Cerrofuente- que asistió a los gemidos natales de La Paquera de Jerez- y en la Música de La Plazuela, impregnaron las influencias de esas tradiciones de raíces jondas ya del sus años de infancia, de las que con el paso de los años, tentarán un futuro contagioso repartido entre la Peña Flamenca Los Cernícalos, la Peña La Bulería- en la calle Maríñiguez, lugares en los que los aficionados iban a impregnarse de las esencias del cante jondo,   de las que quedará reflejo en su trabajo Arpa Jonda- presentado en los Reales Alcázeres de Sevilla, dentro de la Bienal de Flamenco, de 2020 -, en una carrera que hasta la actualidad no tendrá reposo, permitiéndola presentarse con este proyecto de cierto riesgo por lo novedoso en giras que la llevaron por distintos países, entre los que no faltan visitas a los países hermanos de Latinoamérica.

 Colaboró con renombrados profesionales del flamenco como Miguel Póveda o Tomasa Guerrero (La Macanita) y su asistencia a cumbres del género, la llevaron a darse a conocer en la Suma Flamenca, de Madrid, en el certamen Flamenco on Fire (Pamplona) y en el Festival Flamenco de Alburquerque  de Nuevo México (Estados Unidos). Mantiene su interés por la innovación en estas opciones estilísticas gracias a sus estudios de ampliación de perspectivas, también como licenciada en Historia y Flamencología. Actualmente está centrada en su trabajo Arpaora, una definida fusión de estilos, contando con profesionales como Jorge Pardo, jazzista de proyección internacional o Jesús Méndez. Los palos diversos del flamenco, estará con nosotros en esta cita sorprendente: seguiriyas, soléas, bulerías, alegrías, guajiras, malagueñas, rondeñas, tientos o tangos. En próximas fechas, pondrán escucharla en las actividades del Festival de Jerez, culminación de una gira española que incluye la Real Escuela de Arte Ecuestre en su espectáculo Cómo bailan los caballos andaluces. Recordaremos también su gira de 2019,  con Alonso Núnez Rancapino Chico y en promoción del registro Por mi amor al arte, siendo invitada a presentarse en el Canal Sur, en el certamen Tierra de talentos, en donde llegó a ser finalista, cita en la que conoció a otro maestro como José Mercé, quien aceptaría la sorpresa que le supuso escuchar aquellos palos del flamenco tratados por el arpa. El arpa en su segundo espectáculo Soníos del arpa negra, se dio a   conocer en la Bienal de Flamenco del aquella convocatoria de 2020, convocada en los Reales Alcázeres. El especialista Martín Marín, confirmará tras un estudio crítico, que encabezaría con el título descriptivo Y llegó para quedarse, tras asistir al concierto de presentación.

Palos flamencos como la siguiriya, fundamental para un buen cantaor de flamenco, en un cante de condensación donde se dan cita todos los melos y los tonos y cuya copla es una estrofa de cuatro versos, todos hexasílabos, salvo el tercero, única diferencia de la copla clásica. Las soleares, también para conocedores y expertos, piezas que muestran afinidades con la lírica galaico-portuguesa y cuya divulgación hubo de esperar hasta el siglo XIX, aunque sus raíces aparecieron un siglo antes.  Tangos, tientos y tanguillos, cuya cuna se halla en Cádiz y sus puertos Jerez y Triana, con extensión hasta Málaga. Esos tangos flamencos sus pilares básicos dada su antigüedad que remite o los cantares y coplas del siglo XVIII, engrandecidos después al convertirlos en tientos, haciéndolos más lentos y solemnes, propios para escuchar. Las bulerías, ironía y sátira del gitano hecha gracia, siendo soleá ligera y aún más, sobre todo desde el punto de vista del baile. Todos los cantaores jerezanos habían cantado bien por bulerías. Un cante bullicioso, generalmente para bailar, con ritmo ligero y redoblado compás, que admite mejor, que ningún otro estilo, gritos de alegría y expresivas voces de jaleo, además de un redoble de palmas, más intenso que ningún otro cante.  Los fandangos, con nombre incierto según Corominas, y que podrá reproducir una deriva del fado portugués, que sirve para designar un canto y un baile típico. Un aire de danza española de tres por cuatro, de vivo movimiento, dentro del cual pueden ubicarse malagueñas, rondeñas, granaínas o murcianas. Formas distintas de cantos regionales enriquecieron el género por la variación de letras y tonos, en una evolución creada a lo largo de un dilatado período auspiciado por los deleites melismáticos y una tendencia a pasar del puro compás.

Ramón García Balado   

 

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