24/07/2024

Despedida de temporada con la Banda Municipal, en A Quintana

 Praza da Quintana, Santiago de Compostela

Concierto de despedida de temporada de la Banda Municipal en A Quintana- día 27 a las 20´00 h. completando el ciclo Postais con una sesión  en la que primarán piezas vocales de los estilos más diversos y que estarán confiados a la cantante Ana San Martín.  Para apertura y cierre, Xoan Montes con dos piezas emblemáticas: As lixeiras anduriñas, de las Baladas galegas y Negra sombra que valdrá como cierre. As lixeiras anduriñas, mereció la consideración del estudioso Luís Villalba Muñoz, que en su obra Últimos músicos españoles del siglo XIX, se refirió a él cuando explicaba los inicios del movimiento del folklore español, destacando como modelo la balada As lixeiras anduriñas, aceptando que no era un simple transcriptor folklorista ni empleaba un simple lirismo de salón, logrando una personalidad única. Negra sombra, aceptada como himno oficioso de Galicia, a partir de la poética de Rosalía Castro (Follas Novas), será una canción con la que ganará los dos primeros premios de un certamen en Pontevedra, organizado por la Sociedad Económica de Amigos del Pais, en 1893, un año antes, Montes había sentado cátedra como director del Orfeón Gallego , con el realizaría importantes giras. Una curiosidad será la pieza del compositor Giulio Caccini-Ave María- en arreglo del ruso Vasili Vavrilov, un compositor interesado por recuperar la tradición barroca, preferentemente italiana, como la de Caccini, y que legará piezas como este Ave María.

Un programa dedicado fundamentalmente al musical americano, en el que también tendrán cabida un par de detalles zarzuelísticos de dominio público, ambos de Gerónimo Giménez y que se escucharán inmediatamente después. La balada Me llaman la primorosa, perteneciente a El barbero de Sevilla, sobre libreto de Perrín y Palacios, en colaboración con Nieto y que se estrenó en el Teatro de La Zarzuela el 5 de febrero de 1901, con el protagonismo de la veterana Lucrecia Arana, diva de postín en aquellos años. Autor y teatro, parecían congeniar en lo artístico en un estado de permanente fecundidad, en parte por la complicidad con el elaborado libreto de sus colegas de aventura. De aquellos años, otras zarzuelas boyantes como La noche de la tempestad; La tempranica o La Mallorquina, alguna que no alcanzaría el éxito esperado, pero será esta zarzuela la que romperá amarras, convirtiéndose en uno de sus títulos de referencia.  La boda de Luís Alonso- obertura-, puesta en atriles el 27 de enero de 1897, tendrá como colaborador a Carlos Arniches, para aguzar su vis cómica, experiencia que para mayor beneficio venía de años atrás y que tendrá un reconocimiento entre los aficionados gracias al protagonismo de alagados artistas como Julián Romea y María Montes. Un espectáculo que entre dudas variadas, tiraría sin embargo del efecto propiciado por la reventa.

Leonard Bernstein- West Side Story-, el musical por excelencia de quien había sido a la par mítico director de orquesta dejando huella a través de sus registros discográficos, siendo el primer americano en dirigir en el Teatro alla Scala, a la diva Maria Callas, entre la serie de musicales de postín, tres por excelencia: West Side Story; On the Town y On the Town, además de películas como On the Waterfront. Prolífico como pocos siempre fue venerado por el común de los aficionados, una dimensión artística que podrá considerarse similar a la de Karajan, por su pose, talante y elegancia, siendo el director más respetado ya desde los comienzos en el Instituto de Música Curtis, de Filadelfia. Un aviso de lo que se anunciaba como talento excepcional

Frederick Loewe & Alan Jay Lerner- My Fair Lady-, musical que tanto debe al cine, en un fecundo emparejamiento. Loewe, nacido en Alemania (1901) y con una vida artística asentada en los Estados Unidos, destacó además del éxito de las comedias musicales, también por el ramillete de canciones que fue desperdigando al paso de los años. Loewe & Lerner, habían coincidido por vez primera en 1942, logrando de hecho un perfecto entendimiento por la química establecida entre ambos, forjando por ello un tándem de leyenda. Ahí queda como ejemplo My Fair Lady, al que se unirán otros como Camelot- un refrito de leyenda artúrica-; el folklore vagamente americano de Paint your wagon, musicales irresistiblemente adaptados al cine con sabida fortuna, confirmando como idea los Goya recibidos por Gigi. Alan Jay Lerner, por su cuenta, conseguiría galardones de postín por otros musicales para filmes de Vicente Minelli (Bodas reales) o Un americano en París, sobre música de George Gershwin.

Andrew Lloyd Webber- Cats- musical de 1981, será un musical que sabrá inspirarse libremente en la poética de T.S. Eliot, todo un reto de gran calado pero con resultados comerciales excelentes entre todo tipo de aficionados sin límite de edad, logrando ser uno de los compositores de mejor prensa entre los medios profesionales en las últimas décadas, un beneficio adquirido por pertenecer a una familia en la que la música se respiraba cotidianamente ya desde sus inicios como violinista avezado con tan solo tres años. Su padre Williams, era director de un College Music, en Londres y su madre Jean, ejercía como profesora de piano. Un musical tan popular como había sido South Pacific, fue el gancho irrenunciable de lo que sería su dedicación al género, aspecto que se añadirá a su contacto con Tim Rice, letrista que compartirá labores en The Life of Us (1966); Joseph and the Amacing  Technicolor Dreamcoat o Jesuschrist Superstar, típico producto de ópera-rock.

George Gershwin- Crazy for you (Girl Crazy)-, obra de 1931, años de grandes éxitos colectivos en Tin Pan Alley entre los que destacará Gershwin con este musical, un excelente espectáculo excepcionalmente tramado y que dejará huella en otros venideros. Un Gershwin que había estrenado en Broadway Luna de junio, precisamente una ingeniosa sátira del mundo de Tin Pan Alley; el guión de Girl Crazy, se debía al dúo Bolton & MacGowan, quienes poco aportaban a otras experiencias anteriores, el libreto se desarrollaba entre Custoville, Arizona hasta la vuelta a Nueva York, sobresaliendo como protagonista el playboy Danny Churchill, rico y mujeriego. Un musical que mantendrá una larga vigencia en cartelera desde el 14 de octubre de 1930, en el Alvin Theatre, dirigiendo el propio George Gershwin, a la orquesta desde la tarde de apertura. Un reparto elegido, había sido un factor determinante del éxito logrado por Girl Crazy.

Stephen Schwarz- Colors of the wind (Pocahontas)-, obra en colaboración con Alan Menken, de este compositor forjado en la mítica Juilliard School neoyorquina, ampliando a mayores en la Mellon Carnegie University, por la que también pasó en años recientes algún compositor gallego. Pronto hallaría un hueco para darse a conocer en Broadway, merced a la buena acogida conseguida por su obra Butterflies Are Free, en la que aparecería una melodía que lograría segura divulgación ante el gran público, aspecto que repetirá en otros musicales suyos. Pippin; The Magic  Show; The Baker´s Wife  o Rags. Godspell, se  convertiría en uno de sus símbolos artísticos, tras ganar dos premios Grammy.

Alan Menken & Howard Ashman- The Beaty and de Best( La Bella y la Bestia)-, ejemplo de precocidad musical en Menken, estudiando violín y piano mientras que Howard Ashman no irá a la zaga gracias a sus estudios en el Instituto Goddard y en las Universidades de Boston e Indiana, destacando precisamente como escritor. En 1979, ambos recibirán la invitación para convertir en musical la obra de Kurt Vonegut Mr. Rosenwater, quizás con una aceptación de menor grado pero que será el punto de arranque para un musical pop: Little Shop of Horrors, que arrastrará a entusiastas tribus urbanas. No será difícil que se les encasille en este género de espectáculos, tan en boga a partir de los ochenta. Serán  elegidos para abordar otro espectáculo de cartelón como La sirenita, el mismo al que hoy se recurre La Bella y la Bestia o Aladdin, espectáculos con impronta de éxito asegurado. Claude Michel Schonberg (1944)- A Dreadem a Dream, de Les Misérables (1980), y que había tenido tomando como ideario artístico del relato de Víctor Hugo, tema que vendrá de perlas a través de la comedia musical y que también será excelentemente recibida en producciones como las ofrecidas en Londres y en Broadway, logrando ocho de los  Premio Tony, de los 12 a los que aspiraba trabajo en el que bastante tuvo que ver su colaborador en el libreto Alain Boublil, quien será compañero fiel en otras de su producciones para la escena. De su firma, destacan Miss Saigon; Martin Guerre o The Queen Pirate o la que sirvió como prueba de laboratorio La revolución francesa

Ramón García Balado

 

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