10/03/2024

Coro de la Capela Antiga de Miro Moreira en San Agostiño

Igrexa de San Agostiño, Santiago de Compostela



 Concierto del Coro de la Capela Antiga de Miro Moreira con la Capela Compostelana en San Agostiño-día 16, a las 20´15 h-, con un programa dedicado a Maestros de Capilla de la Catedral y que se centrará en José de Vaquedano, Diego de Muelas, Melchor López y Buono Chiodi. En el cuadro de voces, destacarán las sopranos  Aida Cruz y Aida López; la mezzo Mariola Gongar; los tenores Diego Neira y Chema Ares; los contratenores Martín Viaño y Óscar Mato y el barítono Pablo Nieves. En su asistencia, el grupo instrumental formado por los violinistas barrocos Andoni Conde y Mariña García; el contrabajo Alfonso Morán y Francisco Luengo, bajo la dirección de Miro Moreira.  José de Vaquedano, el navarro procedente del Convento de la Encarnación de Madrid, conseguirá que obras suyas permanezcan en el cuidado y las atenciones de la posteridad por la concepción global de su legado gracias a una escritura próxima al estilo vocal de los motetes propia del finales del XVII en donde la escritura vocal acentúa la naturaleza instrumental de las piezas: tesitura, reiteración de esquemas rítmicos, planteamientos armónicos, etc… Diego de Muelas, a pesar de su corta estancia y la escasa producción que nos dejó, en el inventario de Santiago Tafall se reafirmaba que su obra era singularmente preciosa por los modelos trabajados, bastando con recordar sus motetes que se cantaban en los días de Cuaresma y Adviento. Se halla en sus obras el enlace entre la antigua polifonía y el moderno sentido armónico, haciendo uso del contrapunto e imitación de raíz hispana.

Buono Chiodi, en 1769, llevado por la corriente italianizante preponderante en Europa, fue contratado por el Cabildo procedente de la Catedral de Bérgamo, recomendado por José Ferrari, maestro que conseguirá superar el arcaísmo todavía pujante del barroco precedente en el ámbito de la música litúrgica. Melchor López culminará la herencia recibida gracias a los fiables profesionales de que disponía, reforzando e incrementando el cuadro de voces, siendo entonces muy apreciados y valorados, quizás la mejor Capilla en aquel entonces, Destacaban los músicos meritorios de menores exigencias económicas que iban ocupando la plaza de los que renunciaban por las razones más diversas. Funcionaba la Capilla como una respetable escuela de música y de su catálogo se apreciarán casi mil obras. A principios del XIX, por avatares históricos, entre guerras napoleónicas y otras presiones, la Catedral se empobrecerá.

Para el programa del día, nos atendremos a las opiniones contrastadas de Pilar Alén. Las dos primeras piezas de Vaquedano (1642/1711), alusión directa a la Cruz Vexila Regis prodeunt (Himno de Pasión), es un Himno compuesto en el Siglo VI por Venancio Fortunato. Se canta para ensalzar la Santa Cruz el día del Viernes Santo. La pieza O Crux, Ave, es la novena estrofa del citado himno, con clara alusión a la esperanza puesta en Cristo como vía de salvación.  Las lamentaciones de Semana Santa  por el contrario, tienen un carácter penitencial. Se cantaban durante el Triduo Sacro. El Manum suam, misit   hostis, de Vaquedano, compuesto para tres voces solistas, tres instrumentales y acompañamiento continuo. Al igual que otras piezas de este autor, presenta un rico contrapunto, típico a su vez de la mejor época de la polifonía barroca. Al tratarse de un texto sacro y en latín se le prestaba mayor atención, por lo que el  resultado es de mayor complejidad que el obtenido con  cual      quier  otro con letra en castellano.

Los dos motetes de a Cuaresma del maestro Diego de Muelas (1648/1743), son como pequeñas joyas en miniatura a capella. Fue uno de los primeros músicos que compusieron piezas para el primer día de Cuaresma y los domingos que preceden a la Semana Santa. Inter vestibulum et altare, está pensado para cantarse durante la imposición de la Ceniza y el texto procede de la profecía de Joel.  Dixerunt autem ei, recoge la respuesta de Jesús ante la curación del ciego de nacimiento tras haber anunciado su pasión, muerte y resurrección, según narra el evangelista Lucas.  Ambos reflejan un alto grado de religiosidad a la vez que son fieles exponentes de lo que señala Santiago Tafall, al abordar el estilo del maestro: …el contrapunto e imitación de pura cepa española, que con tanta habilidad cultivaron los buenos y numerosos organistas de su época….

Dando un salto en el tiempo, las obras de Melchor López (1759/1822), están imbuidas por el clasicismo, pese a tratarse de piezas que por sus dimensiones y particularidades no permiten observar el despliegue que hizo en otras producciones de este estilo, sin duda peculiar comparado con el vienés. Ave Regina Caelorum, es una oración (antífona) que precede a otra igualmente en latín (salmo. Himno, etc…),su origen remonta a la Edad Media y como rezo mariano que es , está presente en la hora canónica llamada de completas, reservada para el final del día. El villancico Ay, Dios piadoso (1788), para contralto, con su recitado y aria, presenta en el original una orquestación típica a base de violines, viola, flautas, trompas y  acompañamiento, adaptada en este concierto para una formación instrumental reducida.  La lamentación Misericordiae Domini (1799), a ocho voces, fue interpretada en la Catedral compostelana incluso en  fechas posteriores a su composición. Pertenece a un periodo notorio y progresivo declive de la capilla de música, en el que el propio Melchor López, fue componiendo cada vez menos.

Entre el barroco y el clasicismo, la figura de Buono Chiodi, destaca su motete Contra vos, o monstra horrenda (motete a solo de tiple), un tanto oscuro y de difícil traducción, es básicamente una especie de cantata italiana en forma tripartita. Es posible que haya sido compuesto en Italia. Destaca en él la amplitud de intervalos melódicos, lo que le confiere gran expresividad, así como la abundancia de notas descendentes, acordes con el clima de descendimiento o destrucción del texto; se ve especialmente en palabras como avernitenebrosi, caeciaverni o quaero mortem.   La secuencia del Stabat Mater, en Fa m., remite a una atmósfera semejante, teniéndo como protagonista a la Virgen postrada a los pies de la Cruz, El texto, atribuido a Jacope da  Todi (s. XIII), ha sido puesto en música por numerosos compositores. En este caso se trata de una obra que Chiodi debió componer también en Italia, siendo realizada para un coro principal y otro de ripieno (a 4, a  concerto), fórmula muy frecuente, Stabat Mater dolorosa: (Adagio para coro); Quae moerbat (Andantino, para Alto); Quis non posset (Adagio, Allegretto, Allegro, para tenor); Fac, ut ardeat (Comodo, para coro); Fac me tecum (Adagio. Tiple/Alto); Flammis ne urat succensus (Allegretto, para bajo) y Quando corpus morietur (Adagio. Allegro, Adagio. Allegro, para tiple y coro.  Pese a que las obras se hallan en el archivo de la Catedral de Santiago, no se puede decir con propiedad que hayan sido realizadas por músicos compostelanos, ni tan siquiera  en Compostela. Por el contrario, todos ellos nacieron fuera de Galicia.

Ramón García Balado

Ningún comentario:

Publicar un comentario

El Cuarteto Novecento, en el Pazo de Rubiáns

 Pazo de Rubians, Vilagarcía de Arousa Las matinées del VII Festival Clasclás de Vilagarcía de Arousa , ofrece en el Pazo de Rubiáns - día ...