27/02/2024

El guitarrista Alí Arango, concierto y curso en el Conservatorio Profesional de Música

 Conservatorio Profesional de Música, Santiago de Compostela


 Actividad doble en el Conservatorio Profesional de Música a cargo de Alí Arango, entre el concierto del día 8- 20´00h.-, y el curso que impartirá en el mismo centro los dos días consecutivos. El guitarrista que nos ofrece su sesión con entrada libre, es un destacado intérprete del instrumento cuyos dominios y técnica son reconocidos por la crítica, tras haberse especializado en el Conservatorio Amadeo Roldán (La Habana), en 2001, y ampliar en el Conservatori del Liceu del Barcelona (2017), habiendo obtenido el Premio Extraordinario, asistiendo a clases magistrales de Antonio Alberto Rodríguez, Joaquín Clerch y Leo Brouwer, lo que le permitió participar en proyectos ambiciosos con prestigiados compositores. Obtuvo galardones como el Concurso Andrés Segovia, el Internacional de La Alhambra, el Francesc  Tárrega y otros similares, como el Trujamán (2019), en su calidad de intérprete latino de mayor proyección internacional. Realizó varios registros, uno  para el sello NAXOS (Laureates Serie) y un segundo para Contrastes Record, con obras de Tárrega y otro con el Dúo Pyrophorus, para JSM Guitar Records. Entre los compositores que le dedicaron obras, están Leo Brouwer- Paisaje cubano con tristeza- y Joaquín Clerch- Estudio nº 4, para el dedo anular-, figurando en su catálogo piezas para instrumento a solo, dúos y otros instrumentos, además de fundar Pyrophorus Guitar Dúo, integrado en el grupo de fusión Barcelona Guitar Trío.  El programa de la tarde, ofrecerá una selección de piezas que van desde Nico Rojas, a A. Barrios Mangoré, Tárrega, Paco de Lucía, una pieza propia y arreglos de obras de Frederic Chopin.

 Ángel Barrios Mangoré, apunta a páginas primordiales como el Vals nº 4, Op. 8; Último trémolo o La Catedral y Preludio de saudade; Andante religioso (Allegro Solemne), muestrario de composiciones relevantes del paraguayo, que en sus años de comienzo y por sugerencia de asesores artísticos, había decidido cambiar su nombre por el de Nitsuga Mangoré . Leo Brouwer, estudioso de su legado dejaría escrito: Barrios es el primer guitarrista- compositor del Nuevo Mundo, reconocido por su universal importancia. Su música sólidamente basada en principios clásicos, abarca todas las áreas del modernismo clásico en la técnica de la  guitarra, escalas, arpegios, trémolo, uso melódico dUel bajo con acompañamiento de clave de Sol; efectos de campanella y tambor, etc…etc…  Una opinión que se constatará en obras como La Catedral o Las abejas, genuinas piezas maestras, esta última de matices impresionistas en su alarde motu perpetuo que podrá recordarnos a piezas vertiginosas como El vuelo del moscardón, de Rimsky Korsakov. En tal lid, destaca la Romanza o El zapateado del Caribe. Tres estilos confirman la evolución de su trabajo, entre el clásico, el romántico y el nacionalista, que en ningún momento podría entenderse como un encasillamiento ya que el resultado final será una amalgama enriquecedora en beneficio de los géneros. Como aliciente y por lo que pueda interesarnos, destacaremos su Divagación chopiniana o Armonías de América, modelo de sincretismo musical. La serie de sus valses, ajenos a las dependencias chopinianas, descubren al compositor en plena desenvoltura de ingenio y personalidad.

Del cubano Ñico Rojas, nacido en La Habana, tendremos la Guajira a mi madre (en tiempo de montuno), músico forjado en la admiración por los grandes clásicos, entre los que también  aparecen Tárrega, Llovet, Segovia o Blas Matamoros, espacio que ampliará a músicos populares como Arsenio Rodríguez, siendo artífice de la promoción del movimiento filin. Compositor y  guitarrista apreciado, fue bien recibido por el aficionado medio y por colegas como Vicente González Rubiera y por Frank Emilio Flyn, sobresaliendo en la sutil confluencia  entre la canción y la guitarra- lo popular y lo culto-, ya desde muestras como su trabajo Suite cubana para guitarra (1964), que ayudará a divulgar la obra de Gonzalo Roig. Maestro en el dominio de la tradición popular, dejará obras como la elegida;  Homenaje a Bebo (mambo-capricho); Elegía  a Benny Moré;  Retrato de un médico violinista (fantasía rítmica); Suite homenaje al filin. Un notable innovador en la guitarra, como reconoce Leo Brouwer. Un ideario artístico que llegará a Alí Arango, que nos interpretará su pieza Opfergabe. 

Francesc Tárrega, con su Gran jota, capricho de concertistas con un modelo de típica pieza de salón y dotada inspiración, obra recurrente a la que volverá con irresistible frecuencia en distintos tratamientos, sobre una estela que le lleva al imaginario de Julián Arcas, muy cercano igualmente a su Capricho árabe, o a Recuerdos de La Alhambra. Gran Jota (Fantasía española), aquel Tárrega afortunadamente universalizado, en obras que a la postre son reflejo de una personalidad manifiesta desde los años de formación, siempre auspiciados entre la propia composición y los arreglos. Paco de Lucía, al que en estas fechas se rememora tras el décimo aniversario de su fallecimiento, con otra de sus piezas de juventud, Guajiras de Lucía, que nos ubica en el período de la Fantasía flamenca, música en los fundamentos de los modelos de ida y vuelta, con estilos como el Punto cubano.

 El propio Alí Arango, no renuncia a su propio tratamiento en arreglo de piezas para piano de Frederic Chopin, con dos de sus piezas. Del Op. 9, el Nocturno nº 2, en Mi b M (Andante), 12/8, página que nos embriaga por su fascinación y que en cierta manera, se acerca al melodismo del belcanto, ya desde la exposición de los acordes a tres tiempos de la mano izquierda que se repiten sobre una melodía sencilla y expresiva, que se retoma en tres ocasiones con variadas ornamentaciones.  El Vals nº 2, en Do sost. m, del Op. 64, obra estrenado en la Salle Pleyel parisina el 16 de febrero de 1848, por el autor, fue obra dedicada a la baronesa Nathaniel de Rothchield, logrando con la obra una irresistible atracción por ese temperamento en el uso del rubato que define la obra en el  desarrollo de poco más de tres minutos, que se condensan entre acentos de mazurka, un detalle de vals, un nocturno central più mosso que se asemeja a un rondó, para ceder a un più lento, que modula a la tonalidad enarmónica de Re b M. Uno de los valses más perfectos y mejor resueltos de la colección.

Ramón García Balado

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