14/07/2023

Natalia Labourdett, Mar Morán e Irene Zas Martínez, Premios del IV Concurso Compostela Lírica

 

La cuarta convocatoria del Concurso de Canto Compostela Lírica”, no dejó de constatar el envidiable nivel de los 19 aspirantes que participaron en la primera prueba, de la que saldrían los ocho elegidos para la final, y que como muestra de la aceptación recibida, nos trajo a cantantes de nuestro país entre voces procedentes de China, Ucrania, Reino Unido o Brasil. Un reto de alto riesgo para los miembros del jurado que presidía Arturo Reverter, y que compartían Victoria Stapells, Joan Company Florit, Maciej Pikulsi, Graziela Valceva Fierro, Celestino Varela, Patrick Canac, con J.María Miranda, secretario de “Amigos de la Ópera”, de Santiago, como figura sedente, sin voz ni voto. Dura exigencia para quienes habría de decidir, con los condicionantes de la urgencia del momento y el amargo trago de apostar casi sobre la marcha. En la mente de los asistentes en ambas sesiones, quedaron los afectos y preferencias, pero con el alivio de disfrutar del momento sin mayor compromiso.

En definitiva, tres fueron las galardonadas, con un especial para voces gallegas que competían por especial consideración propia, con una actuación pagada dentro de las actividades anuales del “Consello da Cultura Galega”, “Premio Andrés Gaos” y que se llevó la contralto Irene Zas Martínez, entregado por Xosé Manuel Núñez Seixas. El segundo Premio, entregado por Mercede Rosón, “Concelleira de Acción Cultural”, fue para Mar Morán, con una dotación de 1500 euros y una actuación en Santiago. El Primero, se le concedió a Natalia Labourdette, con 4000 euros y tres recitales- “RFG”, Festival “Les Musicales du Luberon y la O.S. de Oviedo-, una atención en su financiación de la “Fundación José Otero-Carmela Martínez” y que fue entregado por Mª del Carmen Carballido Rey y Soledad Sánchez Silva.

Tarde apacible en todos los sentidos en la sesión final, presentada por la actriz Mabel Rivera, quien fue anunciado la entrada de cada participante, mientras nos ponía al tanto del par de minutos de deliberación del sufrido jurado, en momento tan cargado de tensión como la que sobrellevan esos aspirantes a los que oyentes y aficionados recibían con reconocidos aplausos. Irene Zas Martínez, nos había dejado constancia de sus dominios en la cuerda de contralto con “O Patria! Tu che accendi questo cor...Di tanti palpiti”, el rol de “Tancredi”, de la ópera de Gioacchino Rossini, tomado de la “Gerusalemme liberata” de Torquato Tasso, con libreto de Gaetano Rossi, para el estreno veneciano. Aria de portento que para mayor detalle, que repetiría en la final la inglesa Rossana Cooper, un despliegue de recitativo, cavatina y cabaletta, para mejor consideración de la intérprete en plenitud de recursos y que en el caso de Irene Zas Martínez, destacó por ls redondez de emisión y matices expresivos.

Mar Morán, una cantante con formación en el Conservatorio Victoria de los Ángeles, fue Premio Extraordinario de Música en Madrid, terminando en la “ESCM” con Matrícula de Honor, obteniendo el Fin de Carrera “Lola Rodríguez Aragón” de 2020, recibiendo también la beca “Juventudes Musicales”, de Madrid y la Beca Talento de la International Opera Academy, de Gante, para integrarse en su “Opera-Studio”. Recibió clases de Stéphanie d´Oustrac, Nicola Beller, Charlotte Margiono, Martin Wölffel, Dietrich Henschel y Placido Domingo. Colaboró con Aurelio Viribay en el registro “Luna Clara”- música de J.García Leoz, sobre las poéticas de Lorca, Machado, J.Ramón Jiménez, G.Diego, R.Alberti o Rosalía de Castro- , editado por “Odraek Records”, con relación artística en las actividades de la “Fundación Juan March”, premiado con el “Melómano de Oro 2021”, y que recientemente interpretó “La Reina de la Noche”, de “La flauta mágica”, en el Teatro Campoamor, de Oviedo. Una voz de soprano especialmente dotada para roles de gran exigencia, y de los que nos rindió afortunada muestra en las dos páginas elegidas. “Regnava nel silenzo...Quando rapito” de la donizettiana “Lucia di Lammermoor”, acompañada al piano por Borja Mariño. Aria descarnada para una “spinto” de privilegiadas posibilidades, auspiciadas por una proyección facilitada por dotadas agilidades. Abundando en materia, otro salto de temibles demandas, el Verdi de “La Traviata”, también con Borja Mariño “É Strano...A quell amor ch´e palpito”, “Violetta” en grado de arrebato desesperado, para gloria de la intérprete ansiosa en mostrar recursos canoros.

Natalia Labourdette, Primer Premio, otra soprano que había comenzado sus estudios como violinista y canto después en la Berlin Kunst Universität, galardonada en concursos internacionales como el “Riccardo Zandonai”. Debutó como “Oskar” de “Un ballo in maschera”, de G.Verdi, en los teatros ante Alighieri di Ravena, Comunale de Ferrrara y Municipale di Piacenza. Otros roles fueron “Rosina” (II Barbiere di Siviglia) “Charlote” (Der Diktator); “Nannneta” (Falstaff); “Despina” (Cossì fan tutte); “Bubikopf” (Der Kaiser von Atlantis); “2 nd Niece” (Peter Grimes); “Clorinda” (La Cenerentola); “Corinna” (Il Viaggio a Reims) y en el “UniTBerlin”, “Lucia di Lammermoor”. Es invitada con frecuencia a ciclo de Lied y recitales, a los que se añade la música sinfónica. Las dos arias que nos interpretó, también fueron acompañadas por Borja Mariño. Participó recientemente con la mezzo Helena Ressurreiçao, acompañadas por el pianista F.Soriano en uno de los conciertos de la Fundación Juan March, con obras de Pauline Viardot y F.Chopin, en la serie dedicada al bicentenario de la homenajeada en su bicentenario.

Nuevo Donizzetti, esta vez con “Don Pasquale”, con “Quel guardo il cavaliere”, “Norina” en solaz desparpajo, de la que no queda ajena la cabaletta “So anch´io la virtù mágica”, mientras la joven medita a la espera del “Doctor Malatesta”. Excelente oportunidad para soltarse sin reparos en un ejercicio de ostentas coloraturas, siempre a la espera de esa respuesta agradecida del aficionado. Más de uno, pensará que con argumentos parecidos, se juega con ventaja, pero la pizca de gracejo es la pimienta que añade la voz embebida de tan entrañable sufridora con capacidad de seducción. La “Manon”, de Jules Massenet, sería el fiel de la balanza en este equilibrio de contrastes con “Je marche sur tous les Chemins”, un arioso en los medios de una soprano tanto lirica como ligera, mientras disfruta de una situación de lujos sin renuncias. Era para los franceses, una opción para voces de medio carácter, de timbre efusivo y cálido, bien tratado por Natalia Labourdette, en sus planteamientos.

Ramón García Balado

17 dic 2021 / 01:00

 

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