14/07/2023

El arpista Manuel Vilas, en San Xoán de Caaveiro, dentro de Espazos Sonoros

Concierto de “Espazos Sonoros” que tendrá como protagonista al arpista Manuel Vilas, en San Xoán de Caaveiro- 15´30 h.-, quien reservará piezas de su acostumbrado repertorio, fundamentado en los instrumentos historicistas, y que en esta ocasión dará preferencia a la inspiración del Medievo, siempre con la garantía de su profundo conocimiento. El mundo de las arpas en sus dominios historicistas, se inició para él tras la asistencia a los cursos de Daroca, en un período difícil para los aspirantes a entrar en el conocimiento e investigación de esos instrumentos, asistiendo entonces al estudio de la musicología en las especialidades de Música Antigua, aquel mundo que aspiraba a dominar y cuyos resultados se refrendan en la actualidad con una intensa vida profesional y en la que cobran personal protagonismo los registros llevados a cabo sobre el “Manuscrito Guerra”. Fue Daroca el lugar perfecto para cimentar ese futuro que es realidad y que determinó su vida. Un motivo de encuentro para aspirantes y profesionales, centrándose en su caso en el arpa de dos órdenes, que le impartía Nuria Llopis, su primordial maestra, para ampliar en Milán con Mara Galassi.

Un puente que con el tiempo, le permitirá colaborar con formaciones de primer rango como “Les Musiciens du Louvre”, “Al Ayre Español”, “Música Ficta”, “Ensemble Elyma”, “La Trulla de Voces”, la “Capella de Ministriles”, Ars Longa” y tantos otros. Participó como instrumentista en el elenco de formaciones historicistas para producciones operísticas barrocas y de períodos limítrofes como “L´Incoronazione di Poppea”, de Claudio Monteverdi, la recuperada y con gran fortuna “La Púrpura de la Rosa”, de Torrejón y Velasco, en la tradición de la España colonial; otro “Orfeo” de Monteverdi, título de obligada referencia; “Fortunas de Andrómeda y Perseo”, para el Corral de Comedias de Almagro, un certamen de referencia en el ámbito europeo, y puestos en materia, destacaríamos la fundación de su propio grupo “Ars Atlántica”, con el que publicó registros como los dedicados al “Manuscrito Guerra”, con el tenor Juan Sancho, un primer volumen de la serie, con la soprano Isabel Monar o el sexto en el que destacó la mezzo Lidia Vinyes-Curtis”

En Milán había asistido a los cursos de la “Civica Scuola”, para indagar precisamente en las virtudes y peculiaridades del barroco italiano, con la citada Mara Galassi, compaginando en las exigencias que proponían otros historicismos en el espacio de sus aspiraciones y que dejaba lugar para esas arpas medievales, renacentistas y, como no podía ser menos, el salto atlántico con la vista puesta en Latinoamérica, muchas de esas experiencias, asumidas con cierto riesgo, en los condicionantes de autodidactismo. Bastante pesa en la situación de nuestro país, al menos hasta la actualidad, la precaria situación de la docencia, por lo que durante un importante período de esta vida entregada al arpa, confiaría en sus propias capacidades intuitivas. De ello, podremos disfrutar en este concierto tan especial. En su opinión y con respecto a este mundo de las arpas, aceptaremos comparativamente, que otros instrumentos han recibido mejor trato, hablemos sin ir más lejos de las vihuelas, los archilaúdes, las guitarras barrocas, etc...Es el arpa un instrumento sobre el que no hará falta insistir, porque cuenta con un amplísimo repertorio que va a más, por obvias razones del beneficio que suponen las labores cotidianas de investigación en manos de los estudiosos más versados.

Algo parecido encontramos en Manuel Vilas, sobre la investigación sobre su apreciado “Manuscrito Guerra”, campo seguro de sus indagaciones, una selección de los llamados “tonos humanos” que en su tiempo se divulgaron por el Madrid dieciochesco, y que con voluntad había recopilado alrededor de 1680, José Miguel de Guerra, copista de la Capilla Real capitalina, durante el reinado de Carlos II y que en sus devaneos históricos, acabará siendo descubierto al andar de los siglos, en la Biblioteca Xeral de Santiago de Compostela en 1998. El impagable compendio, es una selección de piezas ilustres de Juan Hidalgo, José Marín, Juan del Vado, Cristóbal Galán y otros entregados maestros al servicio de obligaciones cortesanas, entre los que abundan interesantes anónimos, labor a la que se dedicó Manuel Vilas desde que se responsabilizó de un trabajo tan ambicioso. José Miguel Guerra, pasará a la historia gracia a oficios como el presente, un mérito que se le reconocerá por esa necesidad manifiesta y recopiladora, que años de entrega dedicados a esas transcripciones, en un día a día, quizás sin ser consciente del valor que legaría para la posteridad. Otros registros de Manuel Vilas, los encontraremos en los dedicados “Tonadas” de Sebastián Durán, con la soprano Raquel Andueza; los “tonos al arpa”, junto a la mezzo Marta Infante, y también con ella la “Cantanta Contarini”, con su grupo “Ars Atlantica” o “In festo angelorum”, con la soprano Monica Piccinini.

El acto de la jornada, nos invita a una visita al monasterio de Caaveiro, para una grata tarde en un acogedor lugar de atractiva belleza, ubicado en el corazón “das fragas do Eume”, en su recorrido detallista, para el que se requiere únicamente una cómoda predisposición que facilite el desplazamiento. Un lugar con restos históricos que nos trasladará hasta el río Sesín, con su antiguo molino y su fuente. San Xoán de Caaveiro, en donde se asentaron las primeras comunidades de vida cenobítica perteneciente a la orden benedictina a comienzos del siglo X, admitiendo que no fue su fundador San Rosendo. Recibió la donación a partir del XII, de libros litúrgicos y tierras pasando a situarse a medio camino entre la vida monástica y secular. En el siglo XVIII, perdió su condición de colegiata, proyectando su traslado a Ferrol, para mantener su vida espiritual.

La desamortización, en el XIX, supuso un total abandono, con la consiguiente ruina, dejando tres casas de los canónigos y una iglesia parroquial. En 1896, el filántropo Pío García Espinosa, adquirió el monasterio, transformándolo en residencia veraniega. Será la Diputación de A Coruña quien lo adquiera recientemente. Llegó a tener un órgano y en 1620, tal instrumento fue cedido a la iglesia parroquial de Santiago de Pontedeume. El lugar que ocupaba el instrumento, debía estar en el indicado por Montero Aróstegui, en 1858, en un balcón que existía en un lateral del coro de la desaparecida iglesia de San Xoán.

Ramón García Balado

04 sep 2022 / 01:00

 

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