25/06/2024

Dende a física, con la Banda Municipal con su titular David Fiuza Souto

 As Praterías, Santiago de Compostela

Concierto en colaboración con el Instituto Galego de Física de Altas Energías, por la Banda Municipal con su titular David Fiuza Souto, en As Praterías- día 27 a las 20´ 00 h-, siempre con la alternativa abierta del Teatro Principal a tenor de las circunstancias para esta serie de Postais, en su tercer ciclo, y que reserva obras de compositores en su mayoría ya tratados por la propia Banda Municipal: Bert Appermont, Ennio Morricone, Gustav Hoslt o Johan de Meij, con un detalle especial hacia Alejando del Río, en su obra Ciencia y Arte.  Veterano maestro, nos dejó hace tres años con 96 años de larga experiencia tras años de entrega con la Banda de Bellas Artes de Celanova, ejemplo de profesionalidad y entrega, que le ayudaría a ser invitado a participar en eventos en otras localidades de nuestro país. Otras bandas que disfrutaron de su prestigio, fueron las de Alongos, Merza y Ourense, aportando composiciones que abarcaban desde pasodobles a marchas procesionales y estilos en esa línea, dejando recuerdos como Siete rosas o Botafumeiros. La Banda de Bellas Artes de Cangas, tutelada por Eduardo González supo cumplimentarle en su sentido homenaje, en colaboración con la Coordinadora de Cofradías, eligiendo obras y marchas procesionales tomadas de maestros elegidos como Ricardo Dorado, Mariano Sanmiguel, J. Gómez Villa o del miembro de nuestra Banda J. Carlos Seráns- Paz Señor-, entre Juan Rial, J. Iglesias Ramilo y una obra suya. El maestro dejó una publicación editada por Aache, con el nombre de En un lugar de la Música.

Bret Appermont (1973) estará por The Big Bang, obra de dimensiones presumibles en lo sonoro por las dimensiones que recurren al tratamiento de las posibilidades tímbricas y tonales, el uso de las disonancias y otros efectos que ayuden a recrear imaginariamente lo que pudo ser el fenómeno cósmico de aquella Big Bang, verdadera convulsión de puro talante especulativo. Appermont, destaca como compositor y arreglista de origen belga, que tuvo como maestros a Jan Hadermann, Edmond Saveniers y Jan Van der Roost, en el Instituto Lemmens de Lovaina. Completó sus estudios en 1998 en una doble dimensión ampliando en dirección HaFABra (Harmonie, Fanfare and Brass Band Music) continuando en Inglaterra en la Bournemouth Media School, logrando el master de Diseño Musical para Cine y Televisión, una de sus especialidades. Fue profesor durante cuatro años en Hasselt, actividad que ampliará en la Musical Accademy of Beverst, y que mantiene en la actualidad en la Katholieke Hogeschule Limburg, en Lanaken y Gent. Recibió asesoramientos de Jan Cober, quien le invitará a colaborar en sus propios talleres. Forma parte del grupo de nuevos creadores belgas del círculo de Jan der Roost, siempre en beneficio del colectivo, con asentamiento en otros países europeos e internacionales. Para alguna de sus obras primordiales, se inspiró en clásicos de estas tendencias como Johan de Meij- en su Primera Sinfonía (El Señor de los Anillos), o el Philip Sparke (Movimientos para danza). Destaca en especial su gran obra sinfónica para instrumentos de viento Gilgamesh (2003), en particular por el protagonismo que otorga a cada uno de los instrumentos.

Johan de Meij-Le Quintessence- una vez más con este maestro holandés, particularmente apreciado por la Banda Municipal. Larga es la trayectoria del holandés, quien había comenzado como trompeta de banda en su ciudad natal Voorburg, siendo todavía un adolescente, para probar también con la corneta, el trombón como paso inmediato a la dirección y la composición tras indagar a fondo las posibilidades de los instrumentos de metal, como la tuba, la cuerda de saxos o el trombón bajo. Sus primeros intentos los había realizado con arreglos de una pieza de Shostakovich, en los setenta mientras ejercía como bombardino en la Amsterdam Police Band, trabajando a fondo sobre los conciertos en espacio abierto, en el que tenían excelente acogida obras de Ennio Morricone o bandas sonoras de conocidas películas, lo que le ayudo a encontrar una de las alternativas de su futuro inmediato. Largas experiencias hasta la actualidad inmediata, le llevaron desde Latinoamérica a nuestra propia tierra, como la Banda de Lalín, entre otras. Hablar de influencias en este holandés no se hará difícil, vista su permeabilidad que estimularon su interés por compositores como  Jan Van der Root; Gustav Holst, Aaron Copland o John Williams.

Gustav Holst, precisamente en dos tiempos de la Suite Los Planetas: Marte y Júpiter, quizás la más popular de sus obras creada entre 1914/7, cada pieza, un mundo cerrado en sí mismo: Marte (El Dios de la Guerra), pagina violenta que se ofrece en forma tripartita, marcada por un ritmo agotador Júpiter (El que porta la alegría) dentro de un estimulante ritmo de danza, en medio de un aire ciertamente popular. Una suite con las cartas a favor para convertirse inmediatamente en un gran éxito tal cual comprobamos en la actualidad, válida para todo tipo de festejos y conmemoraciones, una obra recibida con entusiasmo tras su estreno en Londres el 29 de septiembre de 1918, bajo la dirección del ilustre Sir Adrian Boult.

Ennio Morricone- Mission to Mars-, obra del año 2000, en el que también compuso Vatel, Malena o Morte di una ragazza per bene. Ennio Morricone, una vida en integridad dedicada preferentemente a las bandas sonoras. Será difícil quedarse con algún momento en concreto por el acierto de una trayectoria envidiable, desde los años arropando al Sergio Leone, en los refritos del western, a los de colaboración con la Assoziatione Nuova Consonanza, dirigido por Franco Evangelisti; las bandas eróticas en medio del cine social y de compromiso, con Elio Petri, llegando a la década de los ochenta con trabajos de gran calado desde Erase una vez América; La Misión y otras de gran cartel que le supondrán galardones como la Medalla de las Artes y las  Letras, de Francia.

Ramón García Balado

 

24/06/2024

La pianista Judith Jáuregui y el Cuarteto Gerhard, en el VII Festival Clasclás

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa

Nuevo concierto del VII Festival Clasclás de Vilagarcía de Arousa, en el Auditorio, centro neurálgico de la convocatoria- día 27, a las 21 h-, con el protagonismo de la pianista Judith Jáuregui, a la que tuvimos la temporada pasada con la RFG interpretando Noches en los jardines de España (orq. Bética), bajo la dirección de Sebastian Zinka, ofreciéndonos como bis la Andaluza de Granados. Reclamada en certámenes de primera línea y solista también con grandes orquestas, hará programa con el Cuarteto Gerhard, cuyo nombre nos lleva a conmemorar a uno de los primordiales compositores de la Generación de la República, músico avanzado y seguidor de Arnold Schönberg, que culminará su carrera en el exilio inglés. Curiosamente, es ahora con motivo de su centenario, que su obra comienza a valorarse en nuestro país, con el precedente estimable de su ópera La Duenna, ofrecida hace unas temporadas en el Teatre del Liceu, de Barcelona.

Programa para delicia del aficionado comenzando por una primera entrega de piezas reconocibles dentro de la tradición romántica en su pasión arrebatadora. La pareja Robert y Clara Schumann, con Widmung (Liebeslied), a partir de uno de los lieder del grupo Myrthen Op. 25, basado en la poética de Rückert: Toi mon âme, toi mon couer. Toi ma felicité, ô toi ma douleur. Toi l´univers dans  quelle je vis- , grupo de 25 lieder que se completan con  Zum Schluss, la serie de estas dedicatorias íntimas en una entrega devocional. Schubert, tratado por Ferenz Liszt, aportará Ständchen D. 889 (Sérenade), tomado de la serie de lieder que recurren a Rellstab tantas veces vilipendiado y convertida en cancioniocilla de poca monta en cualquiera de sus adaptaciones posibles y que por su delicado melodismo, se ofrece a esos displicentes menosprecios. Olvidémonos de tal degradación, como podemos escuchar la pieza con su debido respeto, pieza que hace también familia con otras como In der Ferne; Aufenhalt; Frülingssehnsucht o Liebesbothschaft. Ferenz Liszt también por Liebestraum nº 3, el eterno Sueño de amor, perteneciente a los Tres nocturnos compuestos hacia 1850, y que trasladados al piano, habían nacido como páginas para voz de tenor con acompañamiento, surgiendo los dos primeros a la sombra de poemas de Ludwig Uhland, aunque será el tercero el que consiga la celebridad definitiva, como es el caso de la pieza elegida de Schubert, gracias al embrujo de su atractiva melancolía. Las modas de época, ayudarán con todo a cambiar la recepción de estas piezas entre el común de los adicionados. Enric Granados, con una de sus composiciones camerísticas por excelencia, el Quinteto para piano y cuerdas en Sol m. Op. 49, en sus tiempos Allegro; Allegretto y Largo-Molto- presto.  El apartado de obras camerísticas suyas no es muy extenso, y que hermana este quinteto con el Trío Op. 50, obras que se dieron a conocer en 1895 en el Salón Romero de Madrid, obras claramente románticas, pensadas dentro del estilo de obras de salón, que se añaden al Allegro de concierto o a la Sonata para violín y piano, de la que sólo completaría uno de sus cuatro movimientos. Obra dedicada a Jacques Thibaut, amigo y compañero de travesía profesional y creativa. Años de Goyescas y de amistad igualmente con Pau Casals.

Antonin Dvorak acaparará la segunda parte con dos de sus obras fundamentales, comenzando por Cypresses B. 152, en una selección de piezas: Never Will Love Lead Us to That Glad Goal; Thou Only Dear One, but for Thee; There Stands and Ancient Crag y Nature Lies Peaceful in Slumber and Dreaming (En la traducción inglesa). Una mirada en retrospectiva hacia los año juveniles y que datan de 1865, también dentro de esta tradición romántica a partir de 18 melodías originales modificadas hacia 1882. Las transcripciones no alteraron en su conjunto la procedencia vocal en su traslado a la viola y el violonchelo, repartiéndose la parte del piano. Una primera edición crítica de doce de las piezas, se realizó en 1957, contando con la colaboración del estudioso y especialista Jarmil Burghauser. Entre las piezas, destacaban desde la primera Sé la fidelidad de mi amor por ti, hasta la número doce, Me preguntas por qué mis cantos son tan ardientes.   El Quinteto con piano y cuerdas, en La M. B. 155, se despliega en sus cuatro tiempos: Allegro, ma non tanto; Dumka: Andante con motto; Scherzo (Furiant): molto vivace y Finale: Allegro. Otro quinteto de 1872, será obra  de la que no quedaría satisfecho, cuando encare esta obra en el verano de 1887, tras recuperar la anterior escrita en la misma tonalidad y con la misma disposición instrumental. Mantendrá la vena lírica adaptando la importancia que supuso la Dumka, furiant  y otros estilos profundamente bohemios, una consante que como veremos en muchas de sus obras, se convertirá en referencia de criterio de composición, tema que confirmaremos en el Trío Op. 65, escrito en el período de dos semanas. El Quinteto será una encarecida dedicatoria al maestro Bohdan Neuerthter, antes de recibir su estreno en enero de 1888, por el pianista y director de orquesta Karel Kovarovic, junto a Karel Ondricek; Jan Pelikan; Petr Mares y Alois Neruda.

Ramón García Balado

Elisabeth Leonskaja, el Cuarteto Kandinsky y el contrabajista Dominik Wagner, en el VII Festival Clasclás

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa

 Concierto de estimulantes perfiles el que nos ofrece el Festival Clasclás, de Vilargarcía de Arousa, en su Auditorio  -día 26, a las 21´00-, con dos obras irrenunciables del camerísmo romántico como son el Quinteto para piano y cuerdas Op. 44, de Robert Schumann y el Quinteto para piano y cuerdas, en La M. D.667 (La trucha), de Franz Schubert.  La pianista Elisabeth Leonskaja, tuvo a bien ofrecernos la grandeza de su magisterio en la sesión de apertura, una clara referencia de la escuela a la que siempre representó y que para esta ocasión estará asistida por el Cuarteto Kandinsky, galardonado en certámenes como el Heidelberg Frühling o la Bienal de Venecia. Agrupación con fundamentos en el Concursos  Gasteig München; el Mozarteum, de Salzburgo; Inventio Music; Chaise Dieu o el Circolo Di Ave. Son el cuarteto Hanna Kandinsky-violín-; Israel Gutiérrez-violín-; Ignazio Alaiza-viola y el chelista Antonio Gervilla, grupo fundado en 2020.   Con ellos, el contrabajista Domink Wagner, y que recibió una beca de la Fundación Anne Sophie Mutter,  con estudios en la Universidad de las Artes, de Viena, teniendo como maestros a Josef Niederhammer y a Werner Fleishmann. Amplió en la Universidad de Nernborg con Dorin  Mara y entre sus premios destacan el ARD Musik Competition y el Bradetich Int. (USA). En el espacio camerístico siguió la escuela de Vera Karmer. Cuenta con un importante registro discográfico Gaessenbauer. Gaessenbauer, para Berlin Classics.

Robert Schumann- Quinteto para piano y cuerdas, en Mi b M. Op. 44-, obra que conocerá su estreno en una matinée a comienzos de1843, con su estimada Clara, con miembros de la Gewandhause, de Leipzig, fecha en la que daba a conocer el primer cuarteto Op. 41.  El Allegro brillante, por los esbozos conservados, fue el último tiempo en completarse. Ofrece un primer tema apreciable por su entrada con dos temas con acordes arrebatadores hasta alcanzar en el segundo una deliciosa cantinela sobre acordes sincopados del piano. Un amplio desarrollo de talante concertante se maneja entre grandes frases simétricas para alcanzar una coda de gran aliento.  In modo d´una marcia. Un poco largamente- segundo tiempo-, acepta el estilo de una marcha fúnebre  en homenaje a la Heroica de Beethoven y al segundo tiempo del Trío en Mi b., de Schubert. El peso de los silencios resulta determinante.  El Scherzo: Molto vivace, recupera la claridad diurna gracias a una cascada de corcheas, mostrando un episodio central en forma de canon modulante. El autor recuperará un detalle de la Romanza  Op. 3, dedicada a Clara y en el segundo trío añade el recurso expresivo de una danza húngara que gustaba especialmente a Mendelssohn. El Finale: Allegro ma non troppo, acentúa las pujanzas pretendidas con un final brillante, que se manifiesta en forma de Rondó-sonata. Un tiempo que armónicamente se desenvuelve dentro de una perceptible ambigüedad.

Franz Schubert- Quinteto para piano y cuerdas, en La M. (La trucha) D.667-, obra de su retiro en Steyr, como encargo de Paumgartner y que para mayor enjundia, recupera el lied Die Forelle D 550. Obra para piano, violín, viola, chelo y contrabajo. El Allegro vivace, destaca la entrada del piano a pesar de que su importancia no es tan considerable y que en definitiva ejerce una labor de equilibrio frente a los instrumentos de cuerda. El primer tema apacible, lo propone el violín, dejando argumentos para el chelo, en valores largos y en pianissimi. Un tema segundo se nos ofrece como un lied, curiosamente danzante, expuesto por el teclado, dejando lugar para tres episodios que se completan con una reexposición colorida y cromática.  El Andante, vale por su lirismo sobre una construcción poco común y en dos partes. Destaca en la segunda el protagonismo del chelo, al que responde la viola en valores largos que dejan una peculiar impresión.  El Scherzo, breve e impetuoso, respuesta buscada para conservar las tensiones, garantiza al piano una serie de acordes sólidos y un ritmo marcado, frente a un trío distendido y contrastante.  El Andantino, el movimiento esencial del Quinteto, gracias a  la serie de variaciones, cinco en total, tomadas del título de la obra. Schubert, enfrascado en sus obsesiones, se aferra al conocido Lied. En conjunto, unas variaciones en las que el lied es tratado en Re b., una preferencia de sus íntimos y entusiastas de aquellas veladas de las que la posteridad conocerá como schubertiadas, término que acuñarán desde entonces, esas reuniones que pretendan homenajearle como uno de los grandes en los ciclos de Lieder. La cuarta variación, por ejemplo, usa por vez primera una tonalidad menor, entre enérgicos acordes trazados por el piano; la quinta variación, en Si b., revela una apreciable dulzura en la que las cuerdas nos sugieren la melodía de inspiración.   El Allegro giusto, tiempo final, no renuncia a la tentación de acercarse a los populares zingarismos típicos del momento y de gran arraigo entre todo tipo de compositores. Se habla del buen talante y de la alegría dominante, quizás por ese retiro que parecía disfrutar en Steyr, en 1819, rodeado de amigos que la ayudaban precisamente cuando encaraba sus mejores trabajos camerísticos.

Ramón García Balado

 

23/06/2024

Cecilia Lavilla y Miguel Ituarte: Cántame no peito en el Auditorio de Abanca

 Auditorio de Abanca, Santiago de Compostela

 

Concierto de la  soprano Cecilia Lavilla Berganza acompañada por el pianista Miguel Ituarte en el Auditorio de ABANCA-día 25 a las 20´00-, en colaboración con FESBAL (Federación Española de Banco de Alimentos), actividad pareja a la exposición que se ofrece dedicada su vestuario elegido, una muestra que pudo seguirse en la Sala de Exposiciones Palexco, de A Coruña: O sorriso da Berganza en la primavera del año 2023, vestuario firmado por prestigiosos maestros de la alta costura: Chritian Lacroix, Loris Azzard- en preferencia-, Carruncho, Knack, Chacok, Gérard Ferret, Inés Higuera, Victorio Lucchino, Emanuel Úngaro, Pierre Cardín, Guy Laroche, Roland Klein, Georgie Keybun o algún típico español, floreando exquisiteces con el aria de Cherubino (Le Nozze di Figaro): Non so più cosa son, cosa faccio…Or di foco, ora sono di ghiaccioOgni donna cangiar di colore, Ogni donna mi far palpitar.  No se la pierdan: La Berganza por ella misma. Cecilia tan apreciada y querida como su madre, nos dejó un cara a cara entre ambas en la temporada 1988/9, en las programaciones organizadas por la Asociación Galega da Lírica Teresa Berganza, en la que ofrecieron el concierto de clausura en el Auditorio de Galicia y la propia Berganza, que tantas veladas impagables nos dejó, merece recordarse por una muy especial con motivo del Día Internacional da muller traballadora, acompañada entonces por Juan Antonio Álvarez Parejo, para ofrecernos obras de J. Haydn, J. Brahms, R.Hahn, E. Halffter, J. Turina y el irrenunciable Antón García Abril. Ella misma, estrenó las piezas que integraban la serie Homenaxe á poesía galega del turolense, en las programaciones de Compostela 93, con la Orquesta de Cámara Reina Sofía, dirigida por el compositor, piezas algunas que Cecilia nos obsequiará en esta velada, junto a obras de Reynaldo Hahn y Claude Debussy,   siempre recordará la mezzo su estreno en el Teatro Real (1998), interpretando el Stabat Mater, de Pergolesi, junto a su madre, ni las docencias seguidas con Isabel Penagos o Félix Lavilla, los estudios de danza con Rosella Hightower, en Francia o los de Arte dramático en París, que complementaría con los de Verano de la Complutense de San Lorenzo del Escorial, realizando su primer registro discográfico con un ciclo de canciones de Víctor Garbajo. Miguel Ituarte, su compañero de lides, tuvo como maestros a   J. C. Zubeldía, la añorada Almudena Cano o Jan Winj, especializándose en barroco sobre obras de A. de Cabezón, en obras de  órgano ibérico, con Francis Chapelet y J.S. Bach, probando en repertorios distintos con Dmtri Bashkirov o Marcia Curcio, al tiempo que estrena obras de compositores actuales como Sánchez- Verdú, Jesús Rueda o J. Zárate y el Concierto para piano de Joan Guinjoan con la O.Sinfónica i Nacional de Catalunya, dirigida por E. Martínez  Izquierdo. Es miembro del Trío Triálogos, con el que grabó los  tríos de Beethoven.

Antón García Abril, apreciado por sus labores docentes en los Cursos I. U. de Música en Compostela, también fue valorado en la Cátedra de Composición en la EAEM y de su autoría, para esta gala tan especial, la selección de las Canciones Xacobeas, de las que se ofrecerán en bloques separados de tres o cuatro piezas: Camiño longo (Ramón Cabanillas) ; No niño novo do vento (Álvaro Cunqueiro); Levouse a louçana (Pedro Meogo) ; María Soliña (Celso E. Ferreiro); Sobre o sol e a lúa (Valle- Inclán); Canzón para que un neno non durma (Lois Pimentel); Cantiga de amigo (Sancho I, s. XII/III); Foliada (R. Cabanillas); Sediam´eu na ermida de San Simón (Mendinho, s. XIII);o Chove…del mismo poeta. El pianista Álvarez Parejo, se dirigirá al compositor en estos términos: He tenido la ocasión de tocar varias canciones de tu repertorio para voz y piano con bastantes españoles. Recuerdo con especial cariño la tarde que trabajamos Teresa Berganza y yo, en su casa de San Lorenzo del Escorial, en tu presencia, las Canciones Xacobeas, todavía escritas a lápiz. ¡Cuánto envidiamos los intérpretes a aquellos que pudieron trabajar las obras con sus compositores! Muy recientemente, en la Quincena Donostiarra, Iñaki  Fresán y yo, hemos estrenado sus piezas Canciones del jardín secreto. El maestro Maximino Zumalave ha comentado: Por mi condición de gallego fue un momento especialmente emotivo la interpretación de las Canciones Xacobeas- prefiero el subtítulo de Homenaje a la poesía gallega-, junto a Teresa Berganza, en el Auditorio Nacional. Doce canciones de enorme belleza, alguna de las cuales considero entre las mejores que se escribieron en el siglo XX, en España. Un inolvidable regalo oír declamar a Teresa ¡quen poidera namorala, meu amigo! Me quedo con las ganas de grabarlas y varias veces parecía que así iba a ser, pero finalmente no fue.

Claude Debussy, en tres de sus mélodies: Beau Soir; Mandoline y Chevaux de bois. Beau Soir (hacia 1880, tomando la poética de Bourget y expresada en un tiempo Andante ma non troppo, una meditación sobre la fragilidad del momento vital y su huida casi imperceptible, a partir de una melodía dúctil y ligera, característica del impresionismo francés confirmado por las dotes innovadoras del autor, en perfecta sintonía con los movimientos literarios pujantes en la época. No será hasta la serie de los Cinc poèmes de Beaudelaire (1887), o las Ariettes oubliées, cuando en confluencia con los poetas simbolistas,  nos encontremos con la mejor dimensión del compositor, refrendado en la mélodie Mandoline. Chevaux de bois-Allegro ma no tanto-, delicada y preciosista, además del tratamiento de un humorismo refinado que recuerda el aire de un rondeau. Estamos ante el ambiente de las citadas Ariettes oubliées, grupo de seis melodías a partir de la  poética de Verlaine, distanciadas de las piezas de sus comienzos. Mélodies como C´est ´extase langoueuerse; L´ombre des arbres; Green o Spleen

Otras cuatro joyitas de Reynaldo Hahn: Mai; Les étoilés; L´automne y Le printemps. Autor de ciclos enternecedores como Chansons grises; Vingt mélodies- repartidas en dos grupos- o Etudes latines. Compositor de procedencia venezolana y profundamente arraigado en el París del  entorno de Marcel Proust, siendo un cantante dotado de excelentes condiciones como intérprete por su voz adecuada para este estilo de canciones. Una voz asimilable a la de Maurice Bagès o Charles Panzèra. Su canto era refinado e intenso a  la par que puro que valdría como antecesor de talentos como Camille Maurane; Gérard Souzay o Bernard Kruysen, grandes modelos entre los intérpretes relativamente recientes, en su favor, el cuidado de una dicción clara y precisa en lo concerniente a las poesías elegida. Marcel Proust, amigo y confidente, no dejaría de alabar sus cualidades como cantante, destacando  al  mismo tiempo su puesta en escena y su saber estar.

Ramón García Balado

Nasce la pena mia: Concerto para tempo da Paixón, en Sta Clara

  Igrexa de Santa Clara, Santiago de Compostela En la X edición en De Lugares e Órganos , cita en Sta Clara - día 15, a las 20´00 h-, con la...