25/06/2025

Al Ayre Español de López Banzo, en el VIII Festival Clasclâs, de Vilagarcía de Arousa

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa


Concierto en el Auditorio de Vilagarcía de Arousa con Al Ayre Español de Eduardo López Banzo- día 27, a las 21´00 h-, en un programa que se anuncia como: Mvsica Romana, A. Corelli, A. Scarlatti, F. J. de Castro, a través de sonatas de esos autores a lo que se añaden piezas de la Biblioteca de la Catedral de Jaca, recuperadas por el director del grupo, formación integrada por Alexis Aguado y Kepa Artetxe- violines-; Aldo Mata (chelo); Xisco Agulló- contrabajo-y Eduardo López Banzo, como director y clavecinista, agrupación residente en el Auditorio de Zaragoza y ganadora del Premio Nacional de Música (2024). Sus comienzos le llevan al año 1988, como formación vocal e instrumental, centrándose en el ámbito de la música antigua y en la recuperación del barroquismo ibérico y latino americano y que son invitados a participar en certámenes como el Musikverein; la Konzerthaus de Viena; Berlin Konzerthaus; Dresdner Musikspiele; Opéra Comique (París); Semana de Cuenca; Lufhansa Fest. (Londres); Beaune; Ambronay; Saintes o Monteverdi de Cremona. Realizaron grabaciones para sellos como Harmonía Mundi; KRO; MDR o Deutchland Radio. Recibieron galardones como Choc de La Musique; Diapason d´Or o Echo Klassic- Deutcher Schallplattenpreis. Entre sus trabajos, obras como la zarzuela barroca Júpiter y Semele (Antonio Literes), transcrita por López Banzo; A batallar las estrellas, amplia muestra del iberismo ibérico, del s. XVII; La cantata barroca, en América, entre otras de José de Torres o José de Nebra, llegando a debutar en Nueva York, en 2005. Haendel también tuvo cabida en su horizonte por Amadigi di Gaula o Rodrigo, puesta en escena en el Théâtre des Champs Elysées.

Eduardo López Banzo, estudió con Gustav Leonhardt, quien facilitó su indagación en los repertorios que suscitaron sus preferencias desde sus comienzos, preparando la formación de esta agrupación por la que pasaron profesionales del barroco con la mente puesta en estos repertorios ibéricos, de los que quedan memoria los registros para Auvidis o Deutsche Harmonia Mundi, producto de la labor investigadora, en la que destacan Colpa, Pentimento e Grazia, oratorio de Alessandro Scarlatti o La Passion según San Juan, de J.S. Bach, la recuperación de I Filosofi Immaginari, de Giovanni Paisiello, para el Festival de Utretch y el Hermitage, de San Petersburgo. Como director, estuvo al frente de la O.S. de Tenerife; la OSG, con el oratorio de Händel  La Resurrezione y el oratorio The Messiah, con la O.S. de la Comunidad de Madrid. Importancia en el espacio que nos interesa, fue la ópera La púrpura de la rosa, de Torrejón y Velasco (primera de las óperas latinoamericanas). Para López Banzo, su trabajo de investigación va más allá de la simple lectura de la partitura, sino que intenta analizar la mayor cantidad de material posible, consultando mucha música de los archivos lo que le obligó a dedicar una serie de sesiones de estudio sobre los manuscritos, lo que le facilitó una calculada precisión en la idoneidad de esos repertorios. Entre esas apetencias y desde los principios, el estudio en profundidad de músicos como Coradini, Corselli, Facco y otros maestros de procedencia italiana, parejos con músicos españoles como José de Nebra, Literes, Sebastián Durón o José de Torres. Con José de Nebra, había tenido como colaborador a Christophe Coin, para Viento es la dicha del amor, compositor que se mantuvo en sus preferencias desde indagaciones como Esta dulzura amable, serie de cantatas sacras del autor. Literes, no será de menor importancia desde el momento en el que encontraron Acis y Galatea, Los Elementos o Júpiter y Semele, sólidos trabajos de recuperación que tendrá confirmación con I Filosofi imaginarii, de Paisiello, ofrecido en La Granja y que supondrá una perfecta tarjeta de visita en sus giras que culminarán en las catedrales españolas, con la Orquesta Catalina La Grande en Utrecht y San Petersburgo.  Para López Banzo, Nebra tenía una fuerte influencia napolitana y un lenguaje muy personal, por sus armonías tiernas y dulces, con cierto aire rococó,  mientras que Literes era un compositor lleno de poderío expresivo cargado de energía, con sus alardes de ángeles violentos. Las influencias italianizantes encontradas en sus trabajos indagatorios, le facilitaron descubrir que un aria de Literes, no se parecía en nada a un aria de Alessandro Scarlatti, su más directo contemporáneo. Las características son muy personales y propias. El estilo imperante en el s. XVIII en España, era una mezcla entre el estilo español con el francés y el italiano.

Un estreno para este concierto por las sonatas de la Catedral de Jaca en primicia absoluta según la recuperación llevada a cabo por Eduardo López Banzo, centro muy activo entre las instituciones locales a través de su capilla de Música, por la que pasaron desde su creación  músicos preparados para colaborar con la capilla, a la que se añadía la plaza de organista, infantes y racioneros, vinculados a los conventos locales, en especial para los asalariados que trabajaban para un coro regido por dos sochantres. Entre los nombres de los maestros, aparecen Juan de Lievas (1605), Sebastián Alfonso (1634), Feliciano Castillo (1636), Francisco Babán (1639), Francisco Bonfill (1642), Juan Francisco Solana, Juan Torres, sin que conservemos obras suyas, hasta llegar a compositores como Francisco Piedrafita, la promoción de José Antonio Beltrán,  Juan Francisco Sayas- conocido por su tratado teórico-, para ser sustituido por el catalán Francisco Viñas  (1722/31) y José Simón Conejos. Blas Bosqued, ejerció durante la segunda mitad del siglo XVIII. La  Catedral es la única fuente de materiales anteriores al s.XIX y contiene algo más de mil quinientas obras en papeles sueltos de los que aproximadamente las piezas son anónimas aunque bastantes podrán atribuirse a músicos locales a juzgar por su caligrafía. Otras setecientas fueron compuestas en Jaca, frente a las trescientas importadas. En el archivo nos encontramos con una veintena de cantorales y libros de polifonía, la mayoría fechados entre 1670  y 1800, dejando un legado dudoso que hace difícil la disponibilidad de  un inventario científicamente organizado en cuanto su disponibilidad. Destaca en el archivo un libro de órgano de transición entre el s. XVII y el s. XVIII, compuesto en parte allí con más de doscientos folios y abundante repertorio de Cabanilles y A.Corelli, entre otros. También el libro de una Cantata profana en italiano. Un archivo que se conserva en buen estado y en el que destacan obras de José Lafuente, José Antonio Betrán y otros citados o piezas profanas de los italianos Terradelas, Jomelli o Hasse.

Ramón García Balado

24/06/2025

Paseo Lírico y melódico con Alberto González y la Banda Municipal, en arreglos de J. C. Seráns

 Praza das Praterías, Santiago de Compostela


 Concierto en As Praterías con la Banda Municipal dirigida por su titular Casiano Mouriño Maquieira contando con el protagonismo del tenor Alberto González para una selección  de conocidas canciones en arreglo del miembro de la misma X.C. Seráns- día 26, a las 20´00-, un ramillete que nos lleva de canciones italianas típicas de aquellos festivales  líricos de los sesenta, a una eterna de Edith Piaff, muy apreciada La vie en rose y la gallega por excelencia sobre texto de Castelao, Lela, para completar con el himno oficioso de Galicia que es Negra sombra, de Xoán Montes. Canciones latinoamericanas próximas al estilo del bolero como Granada, de Agustín Lara; Amapola, de J.Mª Lacalle; Malagueña salerosa, de E. Ramírez y P. Galindo. Ese bolero que abarcan en amplitud el área hispana y que nos dejará nombres como los de Ernesto Lecuona, María Grever, Lucho Gatica,  ya desde los comienzos  de las emisiones a través de la radio, divulgadas por orquestas como las que dirigían Gonzalo Roig, contando con voces como las de Zoila Gálvez y Luisa María Morales. Género de modalidad poética poco común y melodismo pegadizo que en su edad de oro, procuraba distanciarse de sentimentalismos anodinos siempre a la medida de las peculiaridades del intérprete. Pensado como una suave cadencia desarrollará su música rítmico- armónica al sustento constante del apoyo instrumental. Lara- con Granada, pieza emblemática como Copla guajira, Madrid o Te quiero- será autor de una cantidad inabarcable de boleros que alcanzará con seguridad más de 600 títulos, muchos improvisados o como homenajes a amigos suyos, y al que se acusará de no haber escrito tantos como los que se le atribuyen pero que como auténtica primicia, bastará con que recordemos María Bonita (María Félix, un detalle de cuando ambos pasaban unas vacaciones en Acapulco); Solamente una vez, compuesta en Caracas o Noche de ronda, en una visita a la ciudad de México. Malagueña salerosa- E. Ramírez y P. Galindo, resulta otra de las graciosas canciones universalizadas junto a las de maestros como Miguel Matamoros- Mamá yo quiero saber-, Gonzalo Roig- Quiereme mucho- y su equiparable, Bésame mucho, de Consuelo Velázquez o las que caigan cual flores del árbol de Osvaldo Farrés, el citado Ernesto Lecuona, Julio Brito, Arsenio Rodríguez o Eliseo Granet.

Edith Piaff- La vie en rose-, de la que Simone Berteaut parece habernos dejado la mejor biografía, con un prólogo seductor: Para ti, querida Edith, he escrito este libro, fielmente, sin engaños ni disimulos; en él se te puede oír reír o llorar. Tu última frase resuena aún en mi cabeza: No hagas estupideces Momone. Después espero que me lleves de la mano, pero, ¡Dios mío, qué larga esta tournée! La vie en rose, nació de manera casi traumática, apoyándose en una amiga cantante, Marianne Michel, venida de Marsella y su protector era un propietario de un cabaret de los Champs Élisées. De esa relación saldría en su fundamento lo que resultará La vie en rose, desde los primeros compases: Quand il me prend dans ses bras, Qu´il me parle tout bas, Je vois les choses en rose…

La canción de corte italiano, nos lleva hacia aquellos estilos de notable aceptación popular en certámenes como el Festival de San Remo, con derivaciones como la canción Nella fantasia, de Ennio Morricone: Nella fantasia Io vedo un mondo giusto, Il tutto vivono in pace e in onestà; Io sognoanima che sono libero come la nuvole che volare. Morricone, vate por excelencia de bandas para el cine, fue el colaborador destacado de Sergio Leone, colega a la par en sus años de estudio y que en sus años de formación se había forjado en el Gruppo Internazionale di Improvvisazione,  integrado en la As. Nuova Consonanza que dirigía Franco Evangelisti. Serán años gloriosos del cine italiano, en lo relativo a música y sonido, dejando un reguero en los estilos más diversos y que para Morricone, le abrirán fronteras como arreglista y compositor entre la música popular y la música clásica: Cantata Frammenti di Eros; el concierto dedicado a Goffredo Petrassi o el dedicado a las víctimas del 11 de septiembre. Francesco Sartori (1957)- Con té partiró-, es una canción que sabrá ganar la celebridad gracias a Andrea Bocelli, cantante a medio camino entre lo clásico y lo comercial, artista merecedor de un Grammy (1999), y que tendrá un éxito importante en el 44 Festival de San Remo, con su canción Il mare calmo della será; su registro en cd, Romanza, será vivo reflejo de su evolución artística. Para completar esta relación Grazie Mamma- Pietro Saglietti/ Pietro Montanaro, en preparación del Nesun dorma, de la ópera postrera de Giacommo Puccini, con seguridad su obra maestra a partir de un libreto de C. Gozzi y cuya partitura completaría F. Alfano, para el estreno milanés de 1926. Nessum dorma, cuadro primero del tercer acto, es un aria descarnada en la voz de Calaf, el príncipe tártaro, en un desafío frente a Turandot, la princesa del Imperio chino.

La contribución debida a la tierra, vendrá por Lela, con letra de Castelao, tan frecuente en las programaciones con presencia de la voz y que sería un encargo al vilalbés Rosendo Mato Hermida, sustituto en su momento del director Bernardo del Río, canción que se escuchará en Os vellos no deben namorse, antes de que dé al salto a interpretaciones a capricho de los músicos de cualquier momento, pero que en esa obra se conocerá como canción de coro- serenata dos boticarios-que inmediatamente harán suya agrupaciones como A Coral Polifónica de Pontevedra, para que se interés después artistas como Dulce Pontes, Los Sabandeños, Carlos Núñez o el barítono Borja Quiza, una de las figuras de la lírica de la actualidad en proyectos operísticos y recitales de compromiso.  Negra sombra, canción sentida del lucense Juan Montes, dio con creces el salto de su tierra chica, hasta convertirse en una canción especialmente apreciada por  la Galicia en la diáspora, canción que junto a Doce sono, forma parte del sentimiento colectivo.

Ramón García Balado

Pierre Hantaï con obras de la familia Bach, en la Igrexa das Capuchinas de A Coruña

Igrexa das Capuchinas, A Coruña


La Orquesta de Cámara Galega de Rogelio Groba inicia su Ciclo de Verano con el clavecinista Pierre Hantaï, en la Igrexa das Capuchinas- día 25, a las 21 h-, para un programa integrado por preludios de Wilhelm Friedemann Bach y dos de las suites inglesas de su padre Johan Sebastian Bach. Hantaï es apreciado y conocido en nuestra tierra por su participación en certámenes y convocatorias como el histórico Via Stellae, seguido durante un extenso período de años, con cinco primeras ediciones de notable relevancia o el más reciente Ateneo Lírico en una sentida dedicatoria a quien había sido su maestro Gustav Leonhard, titulado Bach et la France. Hantaï, pronto se dejó impresionar por el entorno de la familia Bach después de comenzar sus estudios con Arthur Haas, antes de seguir los dictados de Gustav Leonhard, que determinarán su futuro, en compañía de sus hermanos Marc y Jérôme, continuando con solvencia artística con maestros como Phillippe Herreweghe, los hermanos Kuijken, Marc Minkowski- creador de una agrupación mítica-; Philippe Pierlot, Jordi Savall, fundando por su propia cuenta Le Concert Français (1985), dedicado precisamente a repertorios barrocos en su plenitud, dentro de actitudes históricamente informadas, especialidades que se han convertido en canon, con trabajos modélicos como las Cantatas de Johann Sebastian Bach. Colabora igualmente con artistas que actualmente nos resultan familiares como  Amandine Beyer- artista en residencia de la Real Filharmonía de Galicia-; Christopher Coin; Sebastien Marq; Skip Queyras y Olivier Fortin, que participarán con él en compromisos para sellos como Op. 111; Musidisc; Virgin Veritas; Astrée- Audivis, en repertorios que abarcan desde los Bach a Frescobaldi, Scarlatti o del ámbito del clasicismo, por los que lograría galardones como el Charles Cros o el Grammophon Award. Obras señeras serán las Variaciones Goldberg (J. S. Bach), entre otras del maestro, como El clave bien temperado; trabajos de Frescobaldi- Partite & tocate-; Sonatas de D. Scarlatti; Telemann- Essercizii musici; obras de Marais, con Jordi Savall (Alia Vox); tratamientos para clave de conciertos mozartianos con Le Concert Français o curiosidades en recuperación de Bull- Bull´s Good Night. Siempre Domenico Scarlatti fue un compositor de gran reclamo en cuanto a la investigación de su obra desde sus fundamentos. El tratamiento de las formas breves, será un sumun de hallazgos desde los aspectos rítmicos a la sugerencia de recreaciones atmosféricas y sutilizas en beneficio del colorido.

Wilhelm Friedemann  Bach, a través del mundo sonoro de sus Preludios, compositor con raíces en Weimar y asentado en Berlín, recibiendo importantes impresiones artísticas con su madre María Barbara, primera mujer del ilustre Johann Sebastian, escribiendo el conocido Klavierbüchlein, antes de seguir en Dresde y probar como organista en la Liebefrauenkirche  además de director en Halle. Tomó la plaza de Graupner como titular de la Orquesta de la Corte de Darmstadt, aunque no mantendría el compromiso adquirido desde las fechas previstas. Como compositor, ocupará un rango menor frente al de sus hermanos, con seguridad por sus planteamientos artísticos llegando a extenderse una malévola leyenda urbana, en el período romántico y que incluso dejará testimonio la época del cine mudo. Su música, en esencia, resulta original con una sensibilidad que llegará a las puertas de las estéticas en boga del XVIII, en particular para la música de teclado, elaborada en Leipzig y Dresde. En Halle, se dejaría tentar por los repertorios vocales, pero en cuanto a lo que nos afecta, estamos precisamente en los repertorios de las diez fantasías (1733/84); los Preludios, los Divertimentos, las ocho fugas dedicadas a la Princesa Amelia de Prusia o las dedicadas al órgano  y las doce polonesas que el pianista austríaco Julius Epstein, considerará como las más bellas de todos los tiempos. Una obra la suya muy compleja que motivará el trabajo sobre nuevos lenguajes distanciados de los de su hermanastro Johann Christian Bach, quien mira claramente al futuro. Había tardado en componer con criterios renovados, que tendrían que esperar hasta el período de Dresde, un poco al amparo de Couperin-La Réveille (El despertar), pieza burlesca y resulta con pinceladas arcaizantes.

Johann Sebastian Bach, con dos de las Suites Inglesas, la nº 4, en Fa M. BWV 809, en sus tiempos Preludio con rapidez, de expresión francesa, vitement, que nos acerca al estilo del Quinto concierto de Brandeburgo; la Allemanda, expresiva y coreográfica, de variedad rítmica; la Courante, que opta por la acentuación de esas complejidades rítmicas; la Zarabanda, una zarabanda armónica, solemne y sencilla, basada en un motivo melódico único de cuatro compases sobre grandes acordes modulantes; los minuetos I y II, piezas que se suceden con un da capo en el primero, en la tonalidad de Fa M, alegre y graciosa para completar en Re m., más apacible. La Giga, animada y tensa resulta una pieza de bravura a partir del tema ascendente que descompone el acorde perfecto Mayor hasta un salto de compás y su inversión.

La Suite Inglesa  nº 6, en Re m. BWV 811. El Preludio resulta una fusión entre el Preludio libre a la francesa y el más organizado, página de 36 compases de improvisaciones, llena de fantasía lírica y muy armónica con la aparición de un motivo secundario más extenso, un soberbio movimiento de 195 compases para cerrar con un da capo íntegro de los 49 primeros compases. La Allemanda, movida por su clara exigencia rítmica, se presenta como una pieza de gran riqueza melódica. La Courante, escrita a dos voces, es una courante francesa más ágil y de menor complejidad, resultando la mano izquierda sutilmente movida. La Zarabanda, poderosa e intensamente armonizada, está escrita para valores largos (blancas y redondas esencialmente, en un ritmo inhabitual de 3/2. Las Gavotes I y II, graciosas en su reparto preparando un da capo, que recupera la primera gavota. La Giga, es perfecto colofón de la obra, intensa propuesta de gran virtuosismo que somete al intérprete a una entrega de cuerpo y alma, por su destreza y conocimiento de las exigencias de las Suites Inglesas.

Ramón García Balado

El pianista Luis Fernando Pérez, en el VIII Festival Clasclâs, de Vilagarcía de Arousa

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa


Concierto en el Auditorio de Vilagarcía de Arousa- día 26, a las 21´00 h-, con el pianista Luís Fernando Pérez quien nos ofrecerá la suite Iberia de Isaac Albéniz, un pianista que tuvo como primer maestro a Andrés Sánchez-Tirado antes de ingresar en la Escuela Superior Reina Sofía (1993), en donde seguirá los dictados de Dmitri Bashkirov y Galina Egyazarova y en el espacio camerístico con Marta Gulyas, ampliando en la Hochschule für Musik (Koln), con Pierre Laurent Aimard, antes de ampliar con Alicia de Larrocha, Carlota Garriga obteniendo un master con Carmen Bravo de Mompou, en la Academia Marshall, de Barcelona. Recibió clases magistrales de Leon Fleisher, Andras Schiff, Bruno Leonardo- Gelber, Menhem Pressler y Fou Tsong, galardonado con los premios Ibla (Franz Liszt, de Italia); Enric Granados (Barcelona) o el Alicia de Larrocha. Imparte la docencia en centros de prestigio, que compagina con los compromisos concertísticos y es profesor titular del Centro Superior Katarina Gurska, la Ac. Frank Marshall (Barcelona), realizando actividades en preferencia en certámenes como las de Schleswig-Holstein; Le Roque d´Anteron; Santander o la Quincena Donostiarra. Fue solista con primeras orquestas desde las nacionales a la Ferenz Liszt (Budapest); O. Sinfónica de Varsovia, O.C. Mannheim o las europeas de primer rango, mientras destaca por sus aportaciones discográficas como la Suite Iberia (Isaac Albéniz), Sonatas de Antonio Soler; Nocturnos, de Frederic Chopin; Goyescas y los Valses poéticos, de Enric Granados; Manuel de Falla y compositores actuales, que le hicieron merecedor del Choc du Disc (2012) y un Diapasson D´Or.

La suite Iberia (12 nouvelles impressions en quatre cahiers) de Isaac Albéniz en su integral, comenzando por el Primer cuaderno a partir de la Evocación, dedicada a Mme Jeanne Chausson, un tenue y acaparador preludio, dentro de un deslumbrante universo que prepara una serena melodía de talante nocturno, gracias a un refinado desarrollo armónico y una serie sincopados compases que evocan una lejana copla, próxima a la jota o un fandango, quizás un estilo de fandanguillo, elaborado con un aire bitemático. Etéreas armonías observan un ideario impresionista, estableciendo un ambiguo paisaje modal y fluctuante con notas disonantes y un uso expansivo gracias al juego de las dinámicas. La coda culmina la página en un deslumbrante final.  El Puerto, concretamente, el Puerto de Sta María gaditano, indicio que apunta a esa ciudad de la que partiría, camino de La Habana. La exultante brillantez del baile andaluz, el polo, la seguidilla o la bulería, todo un cuadro de jolgorio típico con ritmo de tanguillo gaditano que algo tiene de la guajira cubana o las Cuatro piezas españolas, de Falla. Granados siempre se mostró fascinado por esta pieza, en la que se funden todas esas influencias que se completan con una ensoñadora coda, semejando a un pregón callejero.  El Corpus en Sevilla, descripción de esa fiesta popular para la que usa detalles complejos de resolver, en los que cabe el tantum ergo, del himno Pange lingua o la canción castellana La tarara, en  una especie de leit motiv y el canto de la saeta. Una plasmación de diversos ambientes desde lo íntimo a lo festivo sobre una rica escritura detallista. El autor demanda una lectura de calibrada expresividad, una muestra de la posible asimilación de las corrientes impresionistas, desde el timbre al colorido y la sonoridad, propios de la escuela francesa.

 Del segundo cuaderno, Rondeña, afinidades con el fandango con el que se cantan las coplas de cuatro versos octosílabos y que sirve para abrir este segundo cuaderno que pretende describir la villa andaluza de Ronda, entremezclando ritmos binarios y ternarios, llegando a 164 cambios de métrica que integran un poderío rítmico de atrevidas disonancias gracias al choque de segundas menores y séptimas mayores. La tradición popular entronca visiblemente el folklore andaluz con la guajira cubana, en un carácter distendido que se convierte en un estado melancólico.  Almería, renueva el parentesco con los tiempos precedentes, alcanzando los acentos suaves y cadenciosos de la barcarola. Una rica escritura armónica de auténtica obra maestra exuberante en la que encontramos estilos de taranta almeriense, fandanguillo y carceleras en una rica polifonía, con un quieto balanceo rítmico y adornado. Destaca la copla-expresive et bien chanté-, en la que el autor modera el tempo. Triana, una jubilosa apoteosis de refinada elegancia con un perfumado embrujo de de seguidilla gitana en un pianismo equilibrado que aúna una riqueza tímbrica repartida entre lo popular y lo aristocrático que se confirmaría en su estreno madrileño, en un recital ofrecido por Malats, en el Teatro de la Comedia. Las novedades armónicas y rítmicas reflejan las cualidades de la pieza.

En el tercer cuaderno, estrenado en París, en el Palacio de la Princesa de Polignac, el 2 de enero de 1908, comienza con El Albaicín, barrio morisco apreciado por el autor y página en la que recurre a un ritmo de bulerías con el que describe el añorado barrio, descrito por los modismos arabizantes propios del cante flamenco dentro de un ritmo frenético y punzante, con choques constantes de apretados acordes que con suerte anuncian la Fantasía Bética, de Manuel de Falla. Un ritmo de seguidilla en ciernes, queda interrumpido por otras melodías cercanas al estilo popular de la guitarra flamenca. El Polo, con un humorismo resuelto, parece quedar descrito por un tratamiento ostinato apoyándose en la conocida danza flamenca de origen gitano, del siglo XVII, con pinceladas de ligera tristeza  y un penetrante deje de fatalismo.  Lavapiés, sería inasumible para muchos pianistas por su enrevesamiento en el que se cruzan el juego de manos nada caprichoso por las exigencias de su vuelo de altura a través de sus 264 compases, consumados por agudas disonancias puntuales. Aparece aquí una base rítmica y melódica que devanea entre el tango andaluz o el tango-habanera. Un ambiente verbenero y  chispeante que rezuma casticismos sin remilgos.

El Cuarto cuaderno, estrenado en la Société Nationale de Musique parisina (Salón d´Autogne), el 9 de febrero de 1909, nos aporta Málaga, de la que Malats tendría algo que decir en cuanto lo que debe a la inspiración en el mundo de la copla, presentando una síntesis de recopilación de sus saberes y que se suscribe a los detalles que tratan con un ritmo fluido, esta apreciación de los orígenes de un estilo musical que llega hasta sus entrañas, algo se conserva de una jota malagueña de belleza conseguida que se describe en el final, con sus avanzadas y sutiles armonías.  Jerez, una considerable dificultad técnica especialmente en la mano izquierda y que en su familiaridad, coquetea con las soleares, enalteciendo ese lenguaje popular. La profundizar jonda, se expresa por la abundancia de mordentes y acciaccature.  Eritraña, para conocedores, unas sevillanas aflijías, perfecta conclusión de la suite, una impresión de alegría mañanera en un jubiloso ritmo que remite a las sevillanas, en un extenso tratamiento en cuanto al número de compases.

Ramón García Balado

23/06/2025

Isabel Villanueva & François Dumont, Pazo da Golpelleira, dentro de VIII Festival Clasclâs

 Pazo da Golpelleira, Vilagarcia de Arousa


Un dúo con larga tradición estable para el VIII Festival Clasclâs, en el Pazo da Golpelleira- día 25, a las 21´00 h-, la viola Isabel Villanueva y el pianista François Dumont, en un programa que anuncia obras de P. Hindemith, Enric Granados, George Enesu y Rebecca Clarke. Isabel Villanueva colabora con artistas como Leonard Eichenbroich, Nikita Boriso-Glebesky, Astrig Sirannosian, Victor Julien-Laferrière, Alexander Sitkovesky, el Trío Arbós, el Cuarteto Prazak, tras estudiar en el Royal College (Londres), la Accademia Musicale Chigiana (Siena), la Haute École de Musique (Géneve), con profesores como I. Sulyga, L. Power o Y. Bashmet, siendo galardonada en certámenes como la  Mravinsky Competition o la Yury Bashmet Competition (Moscú). Se maneja con un instrumento Enrico Catenar (Turin, 1670), con cuerdas Peter Infeld de Thomastik-Infeld.  François Dumont trabajó con Pascal Imbert, Chrystel Saussac y Hervé Billaut tras estudiar en París con Bruno Rigutto, Dmtri Bashkirov, Leon Fleicher, William Grant Naboré,Murray Perahia, Menahem Pressler o Andreas Staier, iniciando su carrera en citas como el Festival de Radio- France; Le Roque d´Anthéron; L´Esprit du Piano (Burdeos) o el Chopin, de Varsovia. Realizó la integral mozartiana para Anima Records, un especial de obras de Chopin; álbumes de J. S. Bach (Artalinna), otra integral dedicada a la obra de Ravel, y trabajos con primeras orquestas.

Paul Hindemith- Sonata en Fa M, para viola y piano Op. 11, nº 4-, obra de 1919, una indagación imaginativa a través del estilo de las variaciones que tras una Fantasía de aspecto rapsódico sirve como obertura para un tema tranquilo y simple, asimilable a una canción popular en una tendencia popular. El Finale, para consumación de los tiempos que integran la sonata, se permite divagar a través de siete veces sobre un mismo tema, en un encadenamiento sin solución de continuidad, con una sexta variación que resume un fugato a interpretar con una pesantez extravagante, cerrando la última con una coda precisa. Veinte años después volverá a tratar el género de las sonatas para viola y piano, en un planteamiento claramente distinto, aunque conservando la misma tonalidad.

Enric Granados- Sonata para violín y piano, en el tratamiento de Isabel Villanueva- el autor de Goyescas y el vivo espíritu del romanticismo modernista, dejará una serie de obras camerísticas compuestas para ser tocadas por él mismo, aceptando que era en realidad un excelente intérprete dentro de un género musical, del que saldrán obras como el Quinteto Op. 49; el apreciado Trío Op. 50, esta sonata para violín y piano que recibimos con la viola como protagonista, obras que llegarán tras las juveniles Escenas religiosas; los Intermedios (de la Misa de boda de Dionisio Conde); la Pequeña romanza para cuarteto de cuerdas; los tres preludios para violín y piano, algunas de esas obras que tendrán estreno en el Salón Romero de Madrid, en concreto las primeras citadas. La Sonata que nos acompaña, sólo nos quedará uno de los cuatro movimientos proyectados y está dedicada a otro ilustre, Jacques Thibaut.

George Enesco- Pièce de Concert, para viola y piano- compositor rumano dotado de una memoria fabulosa que ensalzará su carrera como intérprete de violín en el máximo rango de virtuosismo, quien no dejó un catálogo de obras de referencia destinadas al violín, además de un Octeto de cuerdas, un Deceto de vientos; un Allegro de concierto para arpa; tríos para violín y chelo o los Konzertstuck, para viola y piano (1906),  a los que pertenece la obra anunciada, un trabajo de compromiso para el Conservatorio de París y dedicada a Théophile Laforgue, obra obligatoria para exámenes de aquel año, convirtiéndose en morceax de concurs a partir de la edición de 1908. Su catálogo definitivo fue sustancialmente amplio al que se añadirán obras no numeradas, idea de un compositor que no dudó en recurrir a las fuentes greco-bizantinas tomadas del folklore, elaborando heterofonías complejas como recurso de alternativa, asimilables a las polifonías tradicionales occidentales, un modelo que ayudará a crear escuela.

Rebecca Clarke (1886/1979)- Sonata para viola y piano-compositora e intérprete que se había formado como violinista tras estudiar en la  Royal Ac. of Music (Londres) y en el Royal College, de la capital inglesa, conoció una larga etapa en los Estados Unidos, en donde tendría como pareja a James Friskin. En la etapa final de su vida, dinamizó la Rebecca Clark Society, para promover la interpretación de la música en el Royal College of Music (Londres). En sus años de juventud, había sido apreciada por su obra Tears, en colaboración con compañeros suyos, bajo la dirección del maestro Sir Ralph Vaughan Williams. Su Sonata para viola y piano, será una composición referencial  presentada para un concurso en 1919, patrocinado por la mecenas Elisabeth Sprague Coolidge, una respetada figura en el mundo de las artes. Precedentemente, otra de sus obras había calado entre los aficionados, se trataba de Morpheus, y que se dio a conocer bajo el pseudónimo de Anthony Trent, estrenada en un recital con la chelista May Muklé. Vendrán nuevos galardones confirmados en trabajos como su Trío con piano, para el Concurso de Coolidge, al que seguirá una Rapsodia para chelo y piano, patrocinado por la prestigiosa Fundación  Elisabeth Sprague Coolidge. Mantuvo una regular carrera como solista formando parte del English Ensemble; un Cuarteto con piano, en gira o colaborando con Marjorie Hayward, Kathleen Long y en emisiones de la BBC. Quedan igualmente la importante serie de songs, que mantuvieron su celebridad a lo largo de los años, canciones para el recuerdo como June Twilight; The Seal man o Tiger, Tiger.

Ramón García Balado

22/06/2025

El Cuarteto Bennewitz, para el VIII Festival Clasclâs, de Vilagarcia de Arousa

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa

Concierto del Cuarteto Bennewitz en el Auditorio de Vilagarcía de Arousa- día 24, a las 21´00h-, dentro del VIII Festival Clasclâs, con obras de F.J. Haydn, Leos Janacek y Antonin Dvorak, grupo apreciado por la homogeneidad de su sonido y el cuidado del carácter emocional y equilibrado, proyectando sus resultados gracias a las acostumbradas participaciones en concursos y actividades de temporada, citas como el Concurso Osaka (2005), el Concurso Paolo Borciani (2008), logrando galardones como el Premio Praga, el otorgado por la Sociedad Checa de Música de Cámara (2004), y el Premio de Mejor Interpretación de Música de Cámara del Año (2019). Su presencia en los principales auditorios en la República Checa, es una constancia de su vida  cotidiana, que se extiende hasta los Estados Unidos, el Wigmore Hall, el Musikverein vienés, el Konzerhaus (Berlin), el Frick  Collection neoyorquino o los prestigiosos festivales de Salzburgo y Lucerna, colaborando con artistas como Jean- Yves Thibaudet, Alexander Melnikov o Veronika Hagen, con los que realizaron importantes registros fonográficos, sellos como Grammophon o The Strad.

F. Joseph Haydn- Cuarteto para cuerdas en Fa M. Op. 77, nº 2 (Hob.III.82)-, con seguridad el más polifónico en cuanto a su escritura muy lineal, apreciado como una de sus obras de mayor hondura, equiparable a las Sinfonías nº 102 y nº 104, con la abundancia de ideas en lo relativo a su valor expresivo, comenzando con un Allegro moderato  que tras un brillante pasaje, entremezcla un motivo de semicorcheas destinadas a un papel fundamental en el desarrollo, que valdrá como segundo tema, enunciando una idea variada que quedará confiada al violín. Incisivas semicorcheas, surgen del intercambio de cada uno de los instrumentistas. Un tiempo plagado de recovecos que terminarán reforzados por un Fa b napolitano, aspecto que el autor describirá como un enfoque común en l´istesso tempo, hacia tres acordes en fortissimo.  El Menuetto, ocupa la segunda posición, detalle que no sucedía desde el Op. 64 (nº 1), indicado Presto ma non troppo-en la edición de Artaria-, y que muestra un nuevo aspecto en la forma de Scherzo. Una pulsación binaria que deberá destacarse, se ubica en un primer plano para probar con una idea camino de una segunda parte, que recupera la idea del comienzo. La coda basada en el minuetto, se cierra en un pianissimo, culminado con un da capo.  El Andante, sería para Reginal Barret-Ayres, en los aspectos finales de su discurso sonoro, la muestra de un tema a la vez circular y repetitivo, suponiendo un talante dinámico de nuevos derroteros.  El Vivace final, nos traslada a la  situación que nos venía proponiendo el cuarteto dentro del estilo de forma sonata, en la que nos encontraremos con una polonesa a la húngara, en su acelerada carrera de consumada energía.

Leos Janacek- Cuarteto de cuerdas nº 2, (Cartas íntimas)-, obra confesional a la que pretendía titular Cartas de amor, en dedicatoria a Kamila Stösslová, en una obra que reclama una profunda actitud de concentración por parte de los intérpretes, merced a su particular ideario y la unidad de su lirismo encantador, confiado al primer violín mientras la viola se decanta por el dramatismo propuesto por el relato. El autor quiso subtitular el cuarteto como Recuerdos de Pisek, antes de optar por el ya conocido, en lo fundamental, un enigma que cobra razones por la serie de abundantes sentimientos encontrados.  El Andante resulta agitado por su escritura en forma rapsódica reafirmada curiosamente por la claridad expositiva de los solistas, desde el comienzo con la viola, que toma un detalle de la frase de la gitana en el Diario de un desaparecido; un aire sombrío resultará un contraste frente al espíritu del tiempo, que se anima a la postre en un con moto naturale y un grave iniciado en un fortissimo.  El Adagio se ofrece en la tonalidad de su ópera Katya Kabanová, una especie de tonada apacible y profunda, tratada por cada uno de los integrantes del cuarteto.  El Moderato, conserva ese aire apacible de cierto estilismo ruso: Dolcissimo; Presto largamente; un nuevo Presto agobiante con agudos acelerandos que se cierran con un Adagio.   El Allegro- rondó, vale como un tema danzante que sirve como recapitulación y en el que se recurre a distintas arias de sus óperas: Katya Kabanobá o De la casa de los muertos, en forma de epílogo, un resumen de cuadros autobiográficos. Cuarteto estrenado en su domicilio en Hukvaldy, poco antes de su presentación pública que se realizará tras la muerte de Janacek.

Antonin Dvorak- Cuarteto para cuerdas en Sol M. nº 13, Op. 106, compuesto en Praga tras su etapa americana, obra que le ocupó relativamente poco tiempo, antes de ser editado por Simrock, en Berlín. El Cuarteto Bohemio lo dio a conocer en la Sala de la Isla Zofin- Karel  Hoffmann, su yerno Josef Suk, Oskar Nekbal (también compositor) y Hanus Wihan- que llevaban trabajando desde 1892. El Allegro moderato, abre con un tenso enunciado a cargo de los violines, en saltos de sexta, hacia un segundo tema de actitud diferente, en una frase lírica. Destacan los colores modales que acompañan a la viola y al chelo en lo que resulta una arquitectura renovadora.  El Adagio ma non troppo, quizás una de sus páginas más bellas que recurre a una melodía de apariencia sencilla a la par de un valor rítmico similar. La cima quedará en manos del chelo con un fffgrandioso y un appasionato abocado a un pasaje en ppp, un calderón sobre acorde de Mi.  El Scherzo, Molto vivave ofrece un ritmo incisivo con un trio en forma motu perpetuo, en manos de la viola, que nos traslada a un Poco meno mosso, y el retorno al tempo primo que revive los colores de la obra en su conjunto y en el que los pianissimi surgen de manera conclusiva.  El Finale quedará como un Andante sostenuto con seis compases de introducción en un Allegro con fuoco, y persistentes cambios de tempi en yuxtaposición de secuencias ternarias que remedan aires contagiosos de danza, inspirados con claridad en las furiant, y que preparan una corta secuencia que retoma la idea melódica del Allegro inicial. El moto cantabile de cierre, es amplio en su desarrollo, usando ideas escuchada a lo largo del cuarteto.

Ramón García Balado

20/06/2025

Helix Trío en el VIII Festival Clasclâs de Vilagarcía de Arousa

 Salón García, Vilagarcía de Arousa


Concierto del VIII Festival Clasclâs, de Vilagarcía de Arousa, - día 22, a las 21´00 h., con el Helix Trío que fue elegido por el Ensemble 2024 para permitirles la participación en el Festclásica que les facilitará el poder incorporarse a los principales eventos del país durante la temporada siguiente, siendo galardonados con el Premio BBVA, de Música de Cámara Monserrat Alavedra de Catalunya y el Premio Fillipo Nicosia (2024), recibiría otras consideraciones como el ORPHEUS Swiss Chamber Competition (2022) o el Concurso La Flama (2023), de Barcelona, sobresaliendo como uno de los fiables en cuanto a ese futuro que es ya una realidad. Formado en 2022, en la Hochschule für Musik FHNW, y que fueron invitados a participar en el Piano Trio Fest (Berna) y en el Swiss Chamber Music Festival (Adelboden), debutando en el Palau de la Música Catalana en 2023, participando además en las IMS Prussia Cove Masterclasses y en la Ac. Internacional de Cámara de Vich. Son sus miembros el violinista Jaume Angelés, el chelista Iago Domínguez Eiras y la pianista Paula Belzunegui. Sesión para un programa en la que disfrutaremos de obras de Joaquin Turina, Dmtri Shostakovich y Franz Schubert.

Joaquín Turina, con el Trío para piano nº 2, en Si m. Op. 76, obra concluida en febrero de 1933, será entregado por su autor en La Haya, para el Trío Neerlandés, el mismo que venía ofreciendo con frecuencia el Op. 35, con el que lograría el Premio Nacional de Música y que se puso en atriles en la Sociedad Anglo-Hispana de Londres, en una dedicatoria a la Real Infanta Doña Isabel de Borbón- obra de talante especialmente clásica, dejando una buena impresión . El Trío Pichot, lo dio a conocer en Francia y el Trío Sandor, en Alemania y España. Este Op. 76, está dedicado a Jacques Lerolle y en su esencia, se resuelve en tres tiempos. El primero muestra una actitud clásico- española dentro de la forma sonata y tras tres compases lentos de introducción, anuncia un Allegro moderato con aspectos que recuerdan a Brahms; el Allegretto, prepara un segundo tema particularmente grato, en el reparto de los tres solistas con un lento central de colorido hispano protagonizado por el chelo, cerrando con una vuelta a la primera sección. El segundo movimiento resulta un Molto vivace conciso y expresivo dentro de la forma A-B-A, con una sección principal escrita en 5/8, evitando lo que podría ser una especie de zorcico, usado a veces por el autor. El último tiempo, no deja concesiones a la regularidad acentuado como broche adornos que completan el ciclo, sobre dos temas característicos procedentes del primer tiempo. Año en el que Turina compondrá los Tres poemas Op. 81, para voz y piano que completará  en Madrid y que tendrán su estreno dos años después, a cargo de la insigne Lola Rodríguez Aragón, en A Coruña, sobre tres poemas de Bécquer: Olas gigantes; Tu pupila es azul y Besa el aura.

Dmtri Shostakovich- Trío para piano nº 1, en Do m. Op. 8- cuya edición se deberá a uno de sus escasos alumnos Boris Titchenko, escrito cuando el compositor era aún alumno del Conservatorio de San Petersburgo en 1923. Un trío para piano y cuerdas qurTardaría en darse a conocer hasta el 20 de marzo de 1925, en la Sala Pequeña del Conservatorio de Moscú, interpretado por Lev Oborin, el violinista Fedorov y el chelista Egorov. Del manuscrito original, faltaban los últimos veintidós compases del piano, que serían reconstruidos por Titchenko, en la edición de 1983. Obra en la clásica forma sonata en un movimiento único que se inicia con el chelo en un Andante, sobre tres notas que se convertirán en leit-motiv, una forma de metamorfosis expresiva de la obra en su conjunto y de una clara pretensión rapsódica en lo relativo a la sucesión de los tempi, a modo de cambio de luminosidad, con una posible mirada retrospectiva y sentida hacia la sensibilidad del siempre añorado Johanne Brahms- especialmente el de la Op. 101, composición en cuatro tiempos y compuesta en un apacible retiro en el Lago de Thun, en 1887, obra emparentada con otras grandes sonatas. Una concentración del pensamiento, fuerza y carácter austero, como elementos f de esta partitura. Aspectos que confluyen en este trío, gracias a su asombrosa densidad marcada por el diálogo entre violín y chelo que encandilan al oyente, merced a sus cambios de tono. El primer tema es enunciado con resolución y emotiva expresividad, para llevarnos a un segundo tema que, para entusiastas, podrá acercarnos al mundo turbulento de Robert Schumann, pendiente de sus estados frecuentes de desequilibrios mentales, un estilo de romance abocado a un desarrollo inesperado de sorprendente evolución que no duda en divagar con esos patrones enfrentados, dejando espacio para la entrada del piano a modo de recapitulación conclusiva en una coda de despedida y con un añadido casi triunfal de atractivo trazo. Composición que por su ansiedad, se resuelve en el espacio de un cuarto de hora. En principio, Shostakovich parecía destinado a una gran carrera como pianista, instrumento al que prestará atención durante toda su vida.

Franz Schubert- Trío para piano en Mi b. M. D. 929-tuvo su primera ejecución en la Musikverein, por los mismos intérpretes del anterior: Bocklet, Schuppanzigh y Linke, recibiendo una gran aceptación, siendo la partitura editada por Probst, en Leipzig, quien no sería especialmente obsequioso con el autor. El Allegro, en forma sonata, muestra tres temas principales en un claro ben marcato, al unísono y con cierto aire beethoveniano, destacando un tema por su pujanza lírica en todas sus posibilidades hacia un desarrollo que observa variaciones entrecortadas por silencios, cediendo protagonismo al chelo, dentro de un nuevo tema en Si m. dubitativo. Un tercer tema ocupará el final de la exposición llegando a un clima de modulaciones entre fortíssimo y pianissimo, previos a una reexposición ben marcato. El Andante con motto, resulta una melodía punzante con ritmo pesante que algo guarda del primer lied, del Winterreise, una melodía que hallaremos en otra de Isaac Berg , especie de canción popular. Un determinismo fatalista, alcanza al tema inicial, que divaga entre piano y forte, entre menor y mayor, cerrando de forma Un poco più lento. El Scherzo: Allegro moderato, resulta de una escritura canónica a dos voces, elevándose a un tema brillante que se desvanecerá paso a paso. El trío, en La b M., aporta un aire de notable poderío. El Allegro moderato, en forma sonata libre, se acerca a un rondó en dos episodios: L´istesso tempo, con ecos del Scherzo y que presume nuevas derivaciones, para resolverse en el segundo tema; el Finale conduce a un Andante conclusivo de evocación nostálgica.

Ramón García Balado

Conciertos del Curso Airas Nunes, en la EAEM

 Escola de Altos Estudos Musicais, Santiago de Compostela Dos conciertos para esta jornada en el Curso Airas Nunes , en la Escola de Altos E...