04/11/2025

Ruth Reinhardt, con obras infrecuentes de Hubert Parry y Detlev Glanet, dirigiendo a la RFG

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Centro Cultural Afundación, Pontevedra 


Programas de la RFG, bajo la dirección de Ruth Reinhardt con obras de Núria Giménez-Comas, estreno en la serie Cometa, junto a obras próximas al entorno brahmsiano, Elegía para Brahms, de Hubert Parry; el estreno en nuestro país de Idillium, de Detlev Glanert, y la Serenata nº 2, en La M. Op. 16, de Johannes Brahms, y que se ofrece en el Auditorio de Galicia- día 6, a las 20´30 h., con sesión previa de Conversando con…en la sala Mozart, en una charla abierta con la propia directora, a las 19´45 h-, para repetir mañana en el Centro Afundación de Pontevedra, a las 20´30 h.-, una directora con estudios en el Altenkessel Saarbrüken, y que se presentó profesionalmente con la ópera Das Keine Gespenst, basada en su relato de Olfried Pressler, en el Alte Feuerwache,  (Theater Saarbrüken), mientras ampliaba su formación en la Academia de Artes, de ese coliseo. En la Zürcher Universität, dentro de su Hochschule der Kunst, tuvo como maestro a Rudolf Koelmann, para ampliar en dirección con Constantin Trink y Johannes Schaefl,  y la Juilliard School neoyorquina con Alan Gilbert y James Ross, probando en la puesta escénica de obras para los públicos más jóvenes como The Little Mermaid, de Michael Muggli o Wessilissem de Dennis Bässeke; dirigió a formaciones como la Sidney S. O.; la Rhode Island O.; la Rundfunk de Frankfurt; la Orchestre  d´Ile de France; Los Ángeles Philharmic O. o la Tonküstler, de la Baja Austria. Núria Giménez-Comas, estudió en el ESMUC con Christophe Havel y Mauricio Sotelo antes de especializarse en Ginebra con Michael Jarrell, Luís Naón y Eric Daobresse, indagando en el ámbito de las formas acusmáticas multicanal, además de recibir una beca de la Fundación Caja Madrid, realizando trabajos con el Cuarteto Diotima y asistir a la Ac. Schelss Solitude, de Espacialización Sonora, para seguir en Voix Nouvelles de Royaumont, con Clara Czernowitz y Brian Ferneyhough; y en el IRCAM/ZKM, en el proyecto Esculturas Sonoras, y en el IRCAM Centre Pompidou, en el que llevaría a cabo su trabajo Nostalgie 2175, para el Teatre del Liceu, preparó la ópera en pequeño formato Shadow. Euridice Say.

Detlev Glanert- Idyllium- obra con estreno es España y un homenaje a Johannes Brahms, es un compositor del que escuchamos el curso pasado con la OSG su Concierto para chelo, interpretado por Johannes Moser, bajo la dirección de Anna Rakitina, a comienzos del mes de febrero, la trayectoria de este músico nos lleva a sus experiencias con Dieter de Lamotte, Günter Friedrich, Franck M. Beyer y en mayor medida, con Hans Werner- Henze, con quien realizó masters de especialización en Colonia, actividades que mantendrá a lo largo de los años. Un compositor que preferentemente se interesa por el género escénico, con trabajos como Leyla und Medjum, ópera destinada para Munich; Calígula, sobre la dramaturgia de Albert Camus, que subirá a escena en Frankfurt; Die Judin von Toledo, tomando como argumento un texto de Hans- Ullrich Treichel y que se inspira en las pinturas negras de Goya, para el Semper Opern Dresden o el ballet Nijiski Tagebuch.

Hubert Parry (1848/ 1918)- Elegía para Brahms-, obra de 1897, destaca por la importancia de sus sinfonías, obras de notable acentuación en su época, desde la Primera estrenada en 1882, un músico que también conoció una experiencia enriquecedora en Inglaterra desde Malvern a Eton y al Exeter College (Cambridge), recibiendo las atenciones de maestros como Edward Dannreuther. Su Fantasía-Sonata, para piano y violín, fue una de las obras que recibió una inmediata acogida a la que se añadirán unas Variaciones escritas a partir de J.S. Bach. Dannreuther, interpretó en 1880 su Concierto para piano en Fa sost. m, en el Crystal Palace, obra que vendría después de la obertura Guillem de Cabestanch; el Intermezzo religioso, para cuarteto de cuerdas estrenado en el Gloucester Festival. Una carrera en la que también tuvieron cabida géneros aparentemente menores, de compromiso, como las Canciones para niños, inspiradas en Milto, que ayudaron a su prestigio de reconocimiento en plena madurez, piezas que quedarían a la altura de sus arreglos realizados sobre sus obras Judith; War and Peace o A Vision of Life, mientras realizaba labores de investigación que tendrán su reflejo en los Studies of Great Composers (1886), obra de consulta para estudiosos y especialistas, y que se consolidarán con The Art of Music (1893), The Evolution of the Art of the Music, con atención al período del siglo XVII, contribuyendo a una revisión que ayudará a investigadores que vendrán casi de inmediato.

Johannes Brahms- Serenata nº 2, en La M. Op. 16-, composición de su estancia en Detmold, y que se resumen en sus tiempos: Allegro moderato; Scherzo; Adagio ma non tropp; Quasi minuetto y Finale, guarda puntos en común con la obra precedente por su serenidad y equilibrio, además de su frescura, un trabajo de juventud que anuncia sus mejores virtudes, y que cara al futuro, contará con una revisión, después de su publicación en 1860. El Allegro moderato se presenta como lírico y delicado, desde el primer tema expuesto a través de acordes sobre una melodía ornamental, remarcada en la continuación; el Scherzo, cargado de propuestas rítmicas que sugerirían un aire popular, deja paso a un Adagio que resulta una grata impresión de respiración; el Quasi menuetto, está resuelto por los instrumentos de viento que preparan el Finale, que se resume con un aire de de fanfarria, expuesto por clarinetes y fagotes. Tras la presentación en Hamburgo en febrero de 1860, la serenata se dará a conocer en Leipzig, y tras el éxito inesperado, el autor decidirá trabajar sobre otras obras que tenía en mente, mientras que acababa de participar en un concierto en la Gewandhaus, de Leipzig, con su muy estimada Clara Schumann y con Johannes Joachim, un concierto que tendría como director a Karl Reinecke. Clara, que no conocía todavía esta Serenata Op. 16, para pequeña orquesta, no resultaría muy sorprendida dejándonos la impresión de que resultaba una pieza extraordinaria, por su gran belleza. Insistiría una vez más por la impresión de serenidad, de la que quedará constancia en una carta dirigida a Joachim, compartida con otros compañeros aunque críticos como Gleich, del Leipzinger Tageblatt, tuviese una valoración menos entusiasta.

Ramón García Balado

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