18/11/2025

Lucas Macías dirige a la OSG, con obras de Mozart y A. Dvorák

 Auditorio de Vilagarcía de Arousa

Palacio de la Ópera, A Coruña 


Conciertos de la OSG dirigida por Lucas Macías, en el Auditorio Municipal de Vilagarcía de Arousa, día 20, a las 20´30 h., y en el Palacio de la Ópera de A Coruña-día 21 a las 20´00 h.- , ofreciendo el programa dos obras de W.A. Mozart, la obertura del singspiel El rapto en el serallo (Die Entführung aus dem Serail); la Sinfonía concertante para flauta, oboe, trompa y fagot K297 b, de la que serán solistas la flautista Claudia Walker, la oboísta Carolina Canosa y el fagotista Steve Harriswangler completando sesión con la Sinfonía en M b M, Op 88, de Antonin Dvorák. Lucas Macías oboísta y director, fue miembro de la Jugend Orchester Gustav Mahler, siendo dirigido por Claudio Abbado, Seiji Ozawa y Pierre Boulez, para continuar con la Camerata Bern, la Rundfuck Hessischer Frankfurt, la O. C. de Lausana, la Ac. Sta Cecilia, el Budapest Festival, con Ivan Fischer; pasando a la dirección con la Filarmónica de Oviedo, la O. Ciudad de Granada, la O. S.de Sevilla. Una carrera de experiencias con orquestas y certámenes como Le Roque d´Anteron, los BBC Proms, Berliner Festwachen, ARD Kammermusikfest (Munich); Davos o Friburgo, en donde estuvo un largo período con Heinz Holliger y en Zurich, con Thomas Indermühle.

Mozart, con la obertura de Die Entührung aus dem Serail K. 384  (El rapto en el serallo), obertura en Do M. claramente revolucionaria por su disposición inhabitual, con el intermedio en Do m., que no es una sección larga ni un mero episodio, ni tampoco por la relación poética de este andante intercalado con el aria de Belmonte, con que  se inicia la ópera, sino más bien porque, debido a su estructura musical y a las diversas formaciones precipitadas al torbellino propio de la comedia, el acto creador de una obra  de suprema movilidad, superioridad y plasticidad se realiza de un modo irresistible y como si nunca jamás hubiese habido teatro, es decir, de un modo inauditamente originario.  Antes incluso de alzarse- en una puesta escénica o en versión de concierto del singspiel-, el oyente se encuentra trasladado al plano que le induce y le condiciona a concebir las acciones  posteriores desde la perspectiva pertinente. La obertura es establecimiento y objetivación desde ese punto de partida y por tanto, independiente desde sus relaciones con la acción posterior, es más que un comienzo típico. La búsqueda de relaciones motívicas, o del contenido entre la obertura y la ópera, desvía la mirada respecto de lo genuino. La obertura- programa, o no, era en aquellas fechas- por ejemplo en Gluck. Una alternativa relevante, pero no para Mozart. El rapto no tiene antecedentes en la primera música de Mozart y nuestro músico no mostró interés por las tentativas de su época, especialmente por las inspiradas por Gluck, de unir programáticamente la obertura con el drama.

La Sinfonía concertante para instrumentos de viento K. 297b en Mi b M., obra parisina sería uno de los homenajes a los Concert Spirituels de Le Gros, junto a la Parisien K. 297, conservando los vínculos con el estilo de Mannheim, mediando la relación de incondicionales como Wending (flauta) Ramm (oboe), Ritter (fagot) y Punto (trompa), una indicación del salzburgués a través de un escrito, quienes decidieron estrenarla en fecha especial, una composición apresurada por su demanda a consecuencia de un desplante por parte del propio Le Gros. La partitura no fue ejecutada en París y la autenticidad en ausencia del manuscrito original, en la que oboe y la flauta quedarán sustituidos, arrastrando todas sus dudas. Obra esplendente, brillante  y grandiosa, un manifiesto para los cuatro intérpretes (Einstein) y que para Dal Fabbro, el timbre de los mismos, con la tonalidad de la obra, determinan analogías con las que graves composiciones masónicas e incluso con ciertas atmósferas de Die Zauberflöte.  Un joven de 22 años que motivará una carta de la madre remitida a Leopold que confirmará que la obra merecía ser considerada como una pieza curiosa - ¡un hurto a la agencia del joven-¡: Si me quedara espacio, escribiría mil homenajes a parte de nosotros dos a todos los queridos amigos y amigas, especialmente a los  A:  Adlagesser, Andretter y Arco; a los Srs B: Bullinger Barsani,  Beratnizi, C: Cerni, Cussetti y a los tres Calcante, D: Srs Daser, Deibl y Dommser, E: a Mme Eberling Waberl, Sr. Estingler y a todos los Eser (asnos), de Salzburgo. F: Firmian (conde y condesa pimpollo)…un largo etc, que culmina el Sr., Zaubesnig, y el Sr Zezzi (detrás de la rejas). Adios. Si tuviera espacio, escribiría aún algo más, al menos mis respetos a mis queridos amigos; pero es casi imposible; no sabría dónde.

Antonin Dvorák-Sinfonía nº 8, en Sol M. Op. 88-, estrenada en Praga bajo su dirección y compuesta meses antes, en 1889, tras la densa e intensa precedente, en un momento que cobraban forma el oratorio Santa Ludmilla y la cantata La novia del espectro. El Allegro con brio parte de una cantinela a cargo de las cuerdas que alterna entre tonalidades de Sol m. y Si b M., Mi b M. y La b M., sin llegar a ser la parte principal de la exposición, esa melodía tendrá un rol decisivo en el desarrollo, dividiéndose en dos partes, cargado en especial en la segunda. Rápido crescendo, aporta toques de metales en medio de motivos graves en las cuerdas, auspiciando un pronunciado desarrollo. El Adagio, resulta una página profusamente romántica con un fervor casi místico, remarcado por diálogos de cuerdas y maderas, con importantes cambios de armadura hasta alcanzar un clima de plácida dulzura y un episodio de pinceladas sonoridades caballerescas, en el centro del movimiento con repeticiones de diálogo entre instrumentos de la orquesta.

El Allegretto grazzioso, un scherzo sin más, se reparte en tres partes ABA,  todas ellas con un lenguaje cercano a Johannes Brahms, dejando importancia a pasajes secundarios, que no disimilan su querencia hacia el estilo del ländler y las danzas húngaras brahmsianas, aires populares a carta cabal, sencillas y ligeras con ciertas improntas schubertianas, destacando la coda por su ritmo diferente e intenso.  El Allegro ma non troppo, se anuncia con una llamada de trompeta, especie de reclamo patriótico que recuperaremos en pasajes de las óperas de Smetana, hasta llevarnos a una forma de bacanal orgiástica a través de su forma de variaciones, encadenadas gracias a una serie de episodios centrales, para alcanzar una recuperación sonora de pretensiones elegíacas , optimistas y plenamente rapsódicas.

Ramón García Balado

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