18/10/2024

La Galería Diana de la Ciudad de México, en el Museo de Pontevedra

 Edificio Castelao, Museo de Pontevedra

Tuvimos recientemente un seminario dedicado a la Galería Diana de la Ciudad de México del período comprendido entre 1954/65, una reconstrucción histórica de aquella mítica galería dinamizada por españoles en el exilio y promovida por Jesús Bal y Gay y Rosa García Ascot,  que para este evento se contaría con la iniciativa de Samuel Diz y Beatriz Fontán, quienes llevarían a buen puerto este proyecto que recuperaba un capítulo de nuestra memoria histórica. Partíamos de aquella Galería Diana, punto de encuentro de artistas e intelectuales españoles, ubicada en el Paseo de la Reforma 489, que se centraría entre los años 1954/65. Entre los nombres a tener en cuenta. Remedios Varo, Elvira Gascón o Lucinda Urrusti, quienes llegaron a integrarse con personajes de la vanguardia mexicana como Ángeles Gurría, Pedro Friedeberg o Héctor Xavier. Un trayecto de inquietudes que impulsarían el movimiento de la Ruptura y que sería el elemento de investigación de este seminario que guardaba afinidades con la mítica Residencia de Estudiantes, por la que pasaron Jesús Bal y Gay y Rosa García Ascot.

Jornada intensiva la que se ofreció en el Museo de Pontevedra, en el Edificio Castelao el pasado día 17, comenzando por una aproximación al nacimiento galerístico y museístico de aquellos años, y confiada a Miriam Kaiser, comisaria y gestora cultural, quien optaría por una conversación por videoconferencia con Beatriz Fontán, para seguir con la ponencia La Galería Diana, reconstrucción historiográfica, a cargo del investigador y guitarrista Samuel Diz, quien prestaría argumentos para el exilio republicano español. De inmediato, una intervención musical con  cuatro piezas de Rosa García Ascot, ofrecida por alumnos del Conservatorio Profesional de Música de Pontevedra, quienes interpretaron Peza de infancia I, en Fa M.- Alba Mumary-; Cancioncilla- Xiana Lois-; A noiva e a mendiga- Yago Casalderrey-, completando Evelina Martínez, con Berce. La Mesa redonda de conclusión estaría dedicada a la Investigación, preservación y difusión del legado artístico del exilio republicano en México, y en ella intervinieron Carmen Gaitán Salinas (científica titular del Departamento de Historia de Arte y Patrimonio del Instituto de Historia del CSIC); Luís Rius Caso (Comisario del exilio republicano español en el Museo Kaluz (México), además de investigador del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de las Artes Plásticas – CENIDIAP- del Instituto de Bellas Artes y Literatura- INBAL-, del Gobierno de México y José  García-Velasco, Presidente de la Fundación Francisco Giner de los Ríos y miembro del Patronato de la Residencia de Estudiantes, contando con la moderación de Beatriz Fontán. Para el final, aportaciones musicales de Alumnos del Conservatorio Profesional Superior de Pontevedra, con obras de Rosita García Ascot.

En el estudio Tientos e silencios 1905/93, de Jesús Bal y Gay, editada conjuntamente por la Residencia de Estudiantes, la USC, la Xunta de Galicia y otros colaboradores, el compositor nos recuerda aquel año 1955, en el que el día 21 de febrero se abría al público la Galería Diana, situada en el número 489 de la calle Reforma, propiedad del matrimonio Bal y Gay-García Ascot:  Polos datos existentes o material gráfico conservado, a Galeria foi unha fiestra cara o mundo da arte, no que Jesús Bal y Gay se moveu desde a súa xuventude con gran solvencia. As súas relacións e un pouco de diñeiro acumulado permitíronlle albergar certas esperanzas comerciais. En realidade Diana era un lugar de encontró: venda de material de pintura, libros e discos selectos, onde non collía máis alá duna ducia de cadros de mediano tamaño, como comprobamos nos programas. A prensa especializada dedicoulle moi eloxiosas recensións as exposicións programadas, algunha delas como a de Remedios Varo, resultou premonitoria do éxito da pintora.

Dejó escrito Rosa García Ascot en Nuestros trabajos y nuestros días, en su memoria con Bal y Gay, editada por la Fundación Banco Exterior, en la colección Memorias de la Música Española: Si me gusta escribir sobre mí- qué vanidad me invade, qué locura-, es por estar en contacto de nuevo, y una vez más, con la idea la imagen y el recuerdo de mis seres tan queridos, que rodearon y dieron sentido a mi vida, porque nunca me gustó escribir fuera del pentagrama. Tengo que considerar ahora cuánto tiempo estuve ayudada y apoyada por el cariño de mis padres, de mis maestros, por mis amigos y Jesús, Sin todos ellos no sé que hubiera sido de mí, pero tuve la inmensa suerte de que se preocupasen de mí personas tan queridas como Pedrell, Granados, Falla, Turina, Nadja Boulanger y mi marido. Y Ravel, que no le perdonaba a sus padres el no haber nacido en la calle Hortaleza de Madrid, donde vivieron hasta unos días antes de su nacimiento. Ravel era español de espíritu y de voluntad. Bal y Gay les lleva a su llegada a México con el afán de trabajar, en principio con la motivación de la Fundación de la Casa de España, donde los españoles podrán desarrollar una labor que era imposible en su país. Fundará revistas y una editorial de música, escribiendo sus mejores obras e impartiendo clases y obras sobre el folklore- dentro del límite de sus posibilidades- y dando conferencias  y desarrollando cursos colaborando con la Universidad y el Conservatorio  Nacionales, por invitación de estos. Entre los avatares que le sobrepasaban, Rosita había sido la responsable directa de la Galería Diana, que tuvo mucho éxito, quizás porque empujaron a una pintora española del grupo surrealista de París casada con un poeta francés. La Galería nació de forma casual, sorprendente e inesperada. Un gran amigo, que había sido Subsecretario de Hacienda con el general Cárdenas, tras una larga entrevista, le ofreció una cantidad de 20.000 pesos. Arturo Souto, pintor y presente en el acto sugerirá la posibilidad de abrir esa Galería. El nombre de Diana vendrá por los encargos a Inglaterra de una buena marca de colores así llamada y que por razones obvias estaba además junto a la Fuente de Diana.

Música y Cultura en la Edad de Plata 1915/39, trabajo elaborado por varios especialistas y publicado por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales, que promueve Emilio Casares Rodicio, nos permite acceder a un capítulo en el que destacamos la figura de Adolfo Salazar, quien diría que por la Residencia de Estudiantes de Madrid,  pasaban muchos  de los más importantes artistas, pensadores y científicos del momento, tanto a dar conferencias como simplemente a participar en las tertulias espontaneas o más organizadas que tenían lugar, y también varios de los músicos del momento: Oscar Esplá, Manuel de Falla, Joaquín Turina, Ricard Viñes o Andrés Segovia, a esto hay que añadir la presencia de Martínez Torner, y Jesús Bal y Gay. A partir de los años veinte, la presencia de los músicos jóvenes como Ernesto y Rodolfo Halffter, Gustavo Pittaluga o Gustavo Durán, atraídos por el propio Salazar, darán un nuevo impulso a la vida musical de la Residencia. Prácticamente, como confirma Bal y Gay, no se concebía un concierto si no era para mostrar nuevas obras y dar a conocer nuevos compositores, lo que da como resultado una serie de cuidados conciertos y conferencias-concierto en donde se pueden escuchar obras de los músicos más representativos de aquellos años, que serán algunos de los compositores más importantes del siglo XX. Samuel Diz, en su interesante y reciente conferencia en la Residencia resalta el papel de la Galería Diana, como prolongación de la Residencia de Estudiantes en el exilio.

Ramón García Balado

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