13/10/2024

Javier Perianes, director y solista en una doble dimensión

 Palacio de la Ópera, A Coruña. 11 de octubre

Auditorio de Vilagarcía de Arousa, 10 de octubre

Concierto de la OSG con una nueva visita de Javier Perianes, como director y solista en  con un programa que se avenía a sus dominios dentro de un monográfico beethoveniano que nos dejaba el Primer concierto para piano y orquesta, en Do M.Op. 15 y el Tercero, en Do m. Op. 37. Personal experiencia de la que nos dejó en programaciones recientes, en las que emparejaba como solista y director a Beethoven con Mozart o Liszt. De años atrás, nos queda otra de sus participaciones con esta orquesta, interpretando el Cuarto concierto, en Sol M., Op. 58, con Dima Slobodeniouk Perianes probó con la West- Eastern Divan, de Barenboim en la serie Barenboim con Beethoven, para una grabación en DVD de las sonatas pianísticas, acompañándole en sus clases magistrales con diferentes intérpretes. De largo venía esa relación con el maestro argentino, ya desde el momento en que Alfonso Aijón, medió para que fuese posible ese encuentro, dejando como resultado una mutua consideración. Más recientemente, Perianes ofreció una integral de los conciertos para piano,  con Juanjo Mena y la London Philharmonic O., en los años de formación, sus maestros quisieron que estuviese siempre atento al gusto por el sonido, cómo tratarlo y cómo percutir la cuerda con criterio y sensibilidad, recibiendo el elogio de Barenboim, para los detalles más precisos pensando en su caso en el cuidado de la técnica y a los personales descubrimientos. Ese trabajo sobre el sonido, radica en una visualización de lo que se pretende obtener, un proceso largo que será causa de replanteamientos continuos que afectarán también al repertorio de los grandes españoles, que van de Falla, Mompou o Blasco de Nebra.

El Concierto para piano y orquesta nº 1, en Do M. Op. 15, no alcanza la cumbre de sus obras maestras sirviendo como introducción a los primeros conciertos del autor, en lo relativo a salto cualitativo. Fue compuesto después del Op. 19, pero al ser el primero de los dos, recibió un número más bajo. Extraordinario pianista, había sobresalido en las escuelas privadas y en las veladas íntimas, soliendo escribir las partes del solista antes que el resto de la obra. Este concierto sería presentado en  Praga en su primera redacción, esperando a la vienesa en segunda versión (1800). Para Jan Swaford, el carácter solista es más singular que el escrito en Si b, arrancando en el Allegro con brio,  expuesto el piano con una melodía de amplio aliento lírico, tras el militar tutti orquestal de apertura. Beethoven dio al solista el carácter, de digamos, un jovial teniente de un regimiento, sentimental pero enérgico y dueño de sí mismo. El segundo movimiento Largo, en La b M-inusual en una obra en Do M.- es atmosférico, introspectivo y gradualmente apasionado. El Rondó: Allegro scherzando, muestra al solista como si fuese un muchacho bullicioso, con su agitada danza que nos desafía a que adivinemos el compás. El tema del Rondó aparece por última vez en la tonalidad más errónea posible, Si M., para ser finalmente devuelto de nuevo a un correcto Do M., el estilo de este finale, viene a ser una versión de la danza juguetona, generalmente más plácida, conocida como Englische, que poco después recuperará su interés. Según el autor, una buena política de un músico, exige guardar para sí los conciertos propios durante unos cuantos años. Originalmente, la obra había sido dedicada a la princesa Barbara Keglevich Odescalchi. Partimos de los dos primeros conciertos, todavía deudores de la estética del Clasicismo. Fueron aspectos que Perianes  resaltó con seguro criterio de orientación desde su protagonismo en el piano a la  proyección orquestal propiamente dicha.

El Concierto nº 3, para piano y orquesta, en Do m. Op. 37, respondió a un momento en el que acuciaban los problemas de sordera, que no le impedirán ofrecer galas benéficas en abril de 1808, en la que tocaría como solista este concierto, la obertura Coriolano y la Cuarta sinfonía, preparando la asistencia del estreno del Triple concierto, compuesto cuatro años antes y publicado en particellas, el año anterior. Este Tercer concierto para piano, se sitúa en la línea divisoria entre el viejo estilo y el nuevo camino, confiriendo a la obra un carácter central y un broche en los planos materiales y estilísticos. Única obra para solista escrita en una tonalidad menor, cuya primera ejecución se ofreció en el Theater an der Wien, propiedad del polémico Schikaneder, el empresario que lo construyó. Aquel concierto añadía su Segunda Sinfonía Op. 36, con el propio autor al piano, todavía con la partitura incompleta, según uno de sus alumnos presentes. Tanto el Allegro con brio, como el Rondó: Allegro final, suponen una vista al pasado en la que afloran manierismos vieneses. Un Allegro con brio, que se apoya en la tradicional forma –sonata, que se mete en la piel de una fisionomía castrense y un dramatismo retórico típico de los viejos conciertos del género hasta el detalle de haber sido definido con la expresión jocosa: Concierto militar dramatizado. Entre los dos temas, uno enfático y otro cantábile, no aparece la dialéctica constructiva de otras páginas. La obra levantaría  el vuelo en el Larghetto estático, un fragmento dotado de una seductora fascinación, una rareza en Beethoven a modo de escena vocal de gran aliento que subyuga al oyente, por su aire de reflexión íntima y solemne, sobre un tema propuesto varias veces, una forma de particular refinamiento y preciosismo. El Rondó: Allegro supuso estilísticamente esa página agradable y fresca, con muestras de impulsos zíngaros y posiblemente pintorescos. Este concierto, responde a los sufrimientos que comenzaban a agobiarle de manera ostensible y a plena conciencia. La búsqueda de un contacto equilibrado y positivo con aquella sociedad con la que parecía encontrarse a gusto, era voz de alarma de lo resultaría en definitiva una  situación de exclusión. Obra dedicada a rey Luis Fernando de Prusia, también compositor de talento y admirador suyo.

Ramón García Balado  

Javier Perianes/ Orquesta Sinfónica de Galicia

Obras de Beethoven

Auditorio de Vilagarcía de Arousa

Palacio de la Ópera, A Coruña

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