Teatro Rosalía de Castro, A Coruña
Concierto de LXXII Amigos de la Ópera de A Coruña en el Teatro Rosalía de Castro- día 15, a las 20 h., con el barítono Javier Franco, acompañado por el pianista-repertorista José Ramón Martín, en un programa a su medida en que, como de costumbre, elige escogidas páginas de ópera, zarzuela y canción. En los anales del certamen recordaremos galas como la ofrecida en el mismo teatro en la temporada 2016, en una velada en la serie Os nosos intérpretes, haciendo pareja con el compositor vigués Juan Durán, dejándonos uno de sus variadas opciones en la que piezas de Durán tendrían un particular protagonismo como La canción de Guiomar (A. Machado); fragmentos de la cantata Fisterra (Ferrán- Vello); Menos tu vientre, entre otras. Un festival que destacaría dos óperas: Falstaff e Il barbiere di Siviglia, o el espectáculo De Verdi a Broadway, culminando recitales de Leo Nucci y Celso Albelo. La relación con Juan Durán, tuvo precedentes en la ópera de cámara O Arame, sobre textos de Manuel Lourenzo, que tendría su edición en forma cd. Protagonistas fueron la soprano Carmen Durán, los bailarines Caterina Varela, y Alexis Fernández con el Grupo Instrumental Siglo XX, integrado por miembros de la OSG.
Javier Franco se formó en la Escuela Superior de Canto de Madrid y en el Conservatori Superior de Música del Liceu, de Barcelona, participando como asistente a cursos de perfeccionamiento de ilustra maestros como Alfredo Kraus, Renatto Brusson, Carlos Chausson, Dolora Zajic, entre otros y que dejaron su impronta a lo largo de distintas temporadas en A Coruña, recibiendo importantes galardones como el Concurso Francesc Viñes; el Internacional Francisco Alonso, el Luís Mariano, de Irún, el Rocca delle Macie da Toscana, entre otros. Pronto inició su carrera en esa cuerda baritonal que desarrolla con una imprescindible actitud en el tratamiento de los roles dramáticos, secundados con una cuidada puesta en escena de los requeridos personajes que demandan las exigencias tanto de las óperas propiamente dichas, como esas zarzuelas en las que parece sentirse particularmente a gusto, podríamos hablar de La tabernera del puerto, de Pablo Sorozábal; Los gavilanes, de Jacinto Guerrero; recuperaciones como San Francisco de Siena, de Arrieta; El Caserío, de Jesús Guridi; Doña Francisquita, ofrecida en el Teatro de La Zarzuela, en el rol de Vidal; Don Gil de Alcalá, de Manuel Penella o en otras experiencias, el Stabat Mater, de Moreno Buendía, con la O. S. de la Región de Murcia, con María José Montiel y bajo la tutela de Manuel Hernández- Silva.
Coliseos que supieron de su valía, convendría citar junto a los teatros de nuestro país, el Sâo Carlos, de Lisboa; el Verdi, de Sassari; el Bijloke Concert Hall Gant (Bélgica); Communale di Bolonia; el Teatro Verdi (Salerno) o Bunkamura Orchard Hall (Tokio), atendiendo a directores como Enrique García Asensio, Renato Palumbo, Steven Mercurio, Roberto Tolomei, Reynald Giovaninetti, o los añorados Gómez Martínez y Jesús López Cobos. Javier Franco, en esta dilatada trayectoria, brindó a los aficionados títulos de amplio espectro. Un ballo in maschera, de Verdi (Renato), en el Teatro Campoamor; Lucia di Lammermoor, de Donizetti (Enrico), en el Palau del Arts, de Valencia; Il Barbieri di Siviglia (Figaro), en el Teatro Sâo Carlos, de Lisboa; el papel de Rigoletto, en la ópera verdiana, o Don Giovanni, en la de Mozart. L´elisir d´amore (Belcore), que tendremos en este certamen los días 27 y 29, dirigido por Guillermo García Calvo; La fille du Regiment, de la que quedó constancia en el certamen de A Coruña; Maria di Rohan (Enrico), una producción para la Staats Oper Wien; otros títulos verdianos que cumplieron con las exigencias debidas como La Traviata (Germont), en la Ópera de Rouen y a mayores, Il trovoatore y Luisa Miller. En fechas más recientes, Aida (Amonasro), de Verdi, ofrecida en Córdoba, en la que también destacó una voz como la soprano Lucia Tavira, premiada en un Concurso de Canto en nuestra tierra, y para guardar como detalle, Il secreto di Susanna, de Ermanno Wolf-Ferrari, un capricho escénico coqueto y atrevido en el que interpretó el papel de Don Gil, compartiendo escena con Raquel Lojendio (2018), en un programa con la ORTVE, completando con obras de repertorio como las Danzas sinfónicas Op. 45, de Sergei Rachmaninov. Obra que también programarán Amigos de la Ópera de Santiago, con Javier Franco, Clara Jelihovschi Panas (Condesa Susanna) y Cándido Pazó como actor y director escénico, con el Taller Atlántico Contemporáneo de Diego García Rodríguez.
La vena zarzuelistica de Javier Franco, puede depararnos todavía sorpresas con espectáculos en el límite entre el musical y la vanguardia por arriesgados tratamientos y para ejemplo un trabajo reciente de Jesús Torres, Tránsito, a partir de un relato de Max Aub, sobre la conciencia del exilio, presentado en la Sala Arrabal, de Las Navas del Español, y en el que Javier incorporó el papel amargo y derrotado de un exiliado Alfredo, obra en la que igualmente destacaron Isaac Galán o la soprano Carolina González, Anna Brull, Eduardo Vasco,Lorenzo Caprile, contando con la dirección de Jordi Francés. Dentro de las referencias más convencionales de género, podemos encontrarnos con Jugar con fuego (Marqués de Caravaca), para el Teatro de La Zarzuela; La del manojo de rosas (Joaquín), Pablo Sorozábal; El Caserio (Tío Santi), para el Teatro Campoamor; Pan y toros (Capitán Peñaranda), para el Teatro Municipal de Santiago (Chile); Katiuska (Pedro), de nuevo Sorozábal, para el teatro Calderón (Valladolid); Luisa Fernanda, del que tomará distintos roles para programaciones de temporada o Marina (Roque), y como guinda, O Mariscal, de Eduardo Rodríguez Losada , compromiso con A Coruña.
En programa, napolitanas de Paolo Tosti: Malía y d´alba separa della luce ´ombria, para seguir con repertorio operístico con la canción-cavatina de Figaro, en Il Barbieri di Siviglia; el intermezzo de La Forza del destino o el estremecimiento de La vida è inferno all infelice, de Verdi y el no menos temible O Carlo escolta, del Don Carlo, uno de esos Verdi de suma angustia; un nuevo intermezzo, esta vez procedente de Manon Lescaut, pucciniano y para mantener tensiones, Cortigiano vil razza, del Rigoletto del siempre apreciado Giuseppe Verdi, para encenderse con Nemico dalla patria, de Umberto Giordano. Lieder de Richard Strauss con Allerseen (Toussants) del grupo Acht Gedischte aus Letze Blätter von Hermann von Gilm Op. 10 y el muy conocido Morgen, perteneciente a los Vier Letze Lieder Op. 27. El tango renovado de Astor Piazzolla, con el Verano porteño y la pieza emblemática para el cantante, como es Guiomar, de Juan Durán; el embelesamiento latino de María Grever, con el bolerazo Júrame; la canción de estilo, El viejo castillo, de Eduardo López- Chávarri, de las Canciones-Fantasía; Pablo Sorozábal, con Calor de nido, de Katiuska; y de Soutullo y Vert, Ya mis horas felices, de La del Soto del Parral.
Ramón García Balado
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