12/09/2024

Concert Le Phénix: La défense de Le Blanc, en Espazos Sonoros

 Casa Museo de Rosalía, Padrón


Concierto en Espazos Sonoros desde la Casa da Matanza (Casa de Rosalía, en Padrón)- día 15, a las 19´00.-, con el protagonismo del Concert Le Phénix, que ofrecen su sesión a la recuperación de la figura Hubert Le Blanc, autor de un tratado titulado Défense de la basse de viole contre les entreprises du violon et les prétensions du violoncelle, reflejo de un momento histórico concreto de la música francesa en medio de la transición a los instrumentos de la familia de los instrumentos da braccio, como violín y chelo y la asunción de los llamados Concerts Spirituels. Ejemplo serán adaptaciones como la Sonata Op. 50, nº 6, de J.B. Boismortier; el Adagio de la Sonata Op. 13, nº 6, de Michel Corrette- originalmente para violín, chelo y bajo- o la Sonata Op. 20, nº 6, del mismo autor, escrita para chelo, viola da gamba y fagot, con bajo continuo, para tres voces.

Concert Le Phénix es un grupo especializado en obras de ese período, dirigido por Fernando Santiago, chelista que estudió en La Haya, con Lucia Swarts, D. Ferschtman y Aner Bylsma, y en Tokyo con Hidemi Suzuki, colaborando con artistas como Jacques Ogg, Chiara Banchini, B. Kuijken o Emma Kirby, a los que se añade las labores de investigación con el grupo Organistrum.  Le acompañan la gambista Calla Álvarez, con estudios en el Conservatorio M. Castillo (Sevilla), siguiendo la docencia de Ventura Rico, para seguir con Itziar Atutxa, Nima Ben David; Wieland Kuijken; Vittorio Ghielmi o J. Savall.  Participó en el espectáculo de Sánchez- Verdú, El gran viaja a Simorgh, mientras mantiene colaboraciones con la O. Barroca de Sevilla; J. C. de Mulder; Raquel Andueza, Hernández Pastor, siendo desde 2017 catedrática con Conservatorio de Castilla y León.  El chelista Roberto Alonso, tuvo como maestros a Anner Bylsma, Jaap ter Linden, Gaetano Nasilio, tras estudiar en el Conservatorio de La Haya, con Lucia Swart. Su consolidada experiencia  pudo confirmarse a partir de su aparición en el Festival de Gante Utrecht Oude Muziek, también en el Banccheto Musicale, de Vilnius o el Festival de Ambronay.

Joseph  Bodin Boismortier (1689/1755), ofrece la Trío Sonata, Op. 50, nº 6, en adaptación de Fernando Santiago, en  sus cuatro tiempos, un músico de considerable legado, manifiesto a través de la flexibilidad que permitía su tratamiento que veremos reflejado en esta composición, siempre atentos a las licencias que el autor concedía, desde las flautas de pico, a las mussettes, basson, oboe, violas de diversas formas. Igualando en su promiscuidad al divino Antonio Vivaldi, siendo no solo en publicar conciertos, para variadas formaciones, sino también el primero que otorgará concesiones a los solistas, como los Op. 26, para chelo. El repertorio camerístico tendrá en cuenta a los cuantiosos aficionados entusiastas de sus obras, por las libertades que permite ad libitum, obras que se complementarán con trabajos escénicos de los que queda escasa memoria, además de cantatas y obras sacras como Fugit nox, que se mantendrá en repertorio en el período navideño.

Jean Baptiste Masse (c. 1700/c. 1757). Aporta la Sonata a tre Op. 2, nº 1, igualmente en cuatro tiempos, de todos los compositores el menos conocido, con una biografía saturada de lagunas pero que para la posteridad, dejó más de 30 obras para viola da gamba, piezas que como en Boismortier, dejan gran libertad de enfoque al intérprete y que para el caso concreto, se admite que pudo ser escrita para dos chelos, fagotes, violas da gamba o violines. Para esta sesión,  se recurre a la familia de violas da braccio y violas da gamba, marcando la importancia de la imitación por terceras y sextas y fragmentos a  dúo que destacan en el estilo convencional del emparejamiento melodía/acompañamiento, típica en obras de composiciones a dos voces.

Giacobbe Basevi Cervetto (1680/1783), con el Trío Sonata Op. 1, nº 1, en tres tiempos, autor cuyas obras fueron editadas originalmente para tres chelos o dos violines y bajo. Su llegada a Inglaterra, en 1738, le convirtió en un compositor de reconocida aceptación junto a otros italianos que también lograrían hacerse respetar, cultivado estilos que se manejaban entre los estilos barrocos y clásicos, ratificado en el programa que se nos ofrece. Participó activamente en la promoción de géneros camerísticos y en  conciertos por suscripción en Hickford´s Room y en Great Room, en Dean Street, con otros italianos como Andrea Caporale o Salvatore Lanzetti, contribuyendo a popularizar el violonchelo, además de participar en iniciativas en el Teatro de Drury Lane.

Michel Corrette (1707/83), en un par de piezas: Les Délices de la solitude, Op. 20 nº 6, en adaptación de Fernando Santiago, en sus tres tiempos, la mejor representación de la música francesa de entonces y destacada por su importancia didáctica que recurrirá con habilidad a los recursos de las formas tradicionales por su sencillez y armonización, especialmente en las obras vocales y en las instrumentales. La segunda obra será la  Sonata Op. 13, nº 6. , la Sonata Op. 13, nº 6, en el Adagio con adaptación del director del grupo. Corrette fue destacado organista y arreglista tuvo abundantes opositores, repartiendo sus tentaciones entre obras d vaudeville, arietas; sonatinas y cantinelas. De su viaje a Inglaterra, quedarían las Contradances des contredances angloises, para dos flautas y otras obras escénicas dedicadas a la Opéra Comique: La Phénix (1738), Les Délices de la solitude (c.1739) o los Concertos Comiques.

Benedetto Marcello (1707/ 95), con la Sonate a tre, op. 2, nº 1 – en cuatro tiempos, obra en las lindes líricas del clasicismo sin abuso de los ornamentos y con absoluta preponderancia de la propia música. Su amistad con la aristócrata Isabella Ranier Lombría, tuvo reflejo en su nombramiento como cavalier servente, situación que le permitirá conocer a la insigne Faustina Bordoni, quien se casaría con Hasse, siendo una de las figuras sobresalientes del mundo escénico. De sus obras, merecen mención las Canzoni madrigalescchi ed Arie da camera a 2, 3 e 4 voci, a las que se añaden los Sonetti (1718). El Marcello que levantó ampollas, fue el de su tratado teórico Il teatro alla moda (1720), arrebato en clave de vendetta para poner en solfa lo usos y malos modos del mundo de las artes escénicas, con un agudo instinto crítico hacia el teatro de la época, un trabajo que todavía puede consultarse con absoluta delectación.

Ramón García Balado

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