30/06/2024

Conferencias en el Curso Airas Nunes a cargo de María Valverde y Penélope Aboli

 Auditorio EAEM, Santiago de Compostela

María Valverde
 

Dos conferencias en esta octava edición del Curso Airas Nunes que se viene desarrollado en nuestra ciudad y que promete para el lunes y el martes, en el Auditorio de la Escola de Altos Estudos Musicais (EAEM), dos charlas confiadas a María Valverde y Penélope Aboli- 18´30 h-, una estimulante novedad confiada a dos maestras con reconocida experiencia. María Valverde, estudió en Budapest en la Akademia Ferenz Liszt y en la Budapest  Brittish  International School (2022), tras pasar por el Conservatorio Superior de Castilla y León . Recibió el Premio Diego Coca Morales, interpretando a Chopin, dentro del Concurso Internacional Ciudad de Sevilla. Lo que motiva su presencia en esta actividad, fue su colaboración en la Exposición Luís Martín Santos. Tempo de Libertad (1924/64), que ocupó las fechas desde el 21 de marzo al 9 de junio. Eligió para la misma un repertorio elegido que tomaría la Sonata nº 30, en Mi M., Op. 109, de Ludwig van Beethoven; la Humoresque en Si  M., de Robert Schumann; piezas selectas de la Música callada, de Frederic Mompou- muy a tono con la disertación- y en clave jazzística de la vanguardia rompedora After Bach, lectura según el prisma de un talento como el de Brad Melhdau. Martín Santos, conciencia de años amargos a través de un relato que sirvió como argumento de referencia para  toda una generación de postguerra: Tiempo de silencio (1962), un rotundo manifiesto para quienes pudieron compartirlo como denuncia, gracias a su escritura elaborada y hasta cierto punto barroquizante, en los márgenes de clara denuncia social del presente del país. El Madrid de finales de los cuarenta, dentro de una estética amarga y realista, en la que Martín Santos, fue una figura de escritores entre los que también aparecían Juan Benet. La acción del relato, transcurría en el Madrid sórdido y que en su trazado literario, nos ubicaba en los márgenes de una obra en forma de documental, perfectamente resulta. El uso tanto de la metáfora, como la metonimia y el agudo instinto de cierto humorismo, servirá para superar los condicionantes agobiantes de la censura imperante. Quedaban influencias posibles de Franz Kafka o Thomas Mann, en las desgraciadas aventuras del joven protagonista-el investigador médico Pedro-, que nos retrotraería a personajes ya tratados por Azorín y Baroja. La aceptación de Tiempo de silencio como conciencia de un período histórico, dejará como secuela póstuma Tiempo de destrucción, editada en 1970, restos de un trabajo no concluido tras la muerte del autor en 1964, serie de partes y fragmentos que supo articular el especialista José- Carlos Mainer poco después, siguiendo los dictados del escritor nacido en Larache (Marruecos).

Penélope Aboli

 Penélope Aboli,
compañera en esta propuesta de dos conferencias, nació en Mieres, comenzando sus estudios musicales con Francisco Jaime Partín, completando los de Grado Superior en el Conservatorio Profesional Superior de Oviedo. Participó en clases directas de Josep Colom, en el Aula de Música de Alcalá de Henares- responsable también de la Cátedra de piano en el Curso U. I. de Música en Compostela y apreciado por sus iniciativas en los proyectos de la Fundación Juan March, modélica en sus ambiciones. También se formó con una serie de masters seguidos en la Manhattan School of Music (New York), con Salomon Mikowski, R. Goode, D. Dubaï, M. Voskresensky, I. Zaritskaia, S. Costa y Lucca Chiantore, Fue galardonada en certámenes como Primeros Premios del Ciudad de Jaen; el Ciudad de Albacete; el internacional Ciudad de Oviedo; el Festival de Primavera de la Real Maestranza de Sevilla, entre colaboraciones con orquestas.  Traíamos a cita la Fundación Juan March y con ella realizó proyectos como el ofrecido hace unas temporadas, en un especial  de matinales en la que se programa se centraría en una selección de obras de distintas épocas y estilos, comenzando por György Ligeti, con Música ricercata, completada en 1953, reclamo de todo el concierto. El Ligeti  irrenunciable en las actividades centradas en el ámbito contemporáneo, el alumno de Bartók y próximo a Igor Stravinski, esa vez con una de las piezas, la última en dedicatoria y homenaje a Frescobaldi.   Antonio de Cabezón, santo y seña del tiento ibérico, a través de piezas recuperadas por su hijo Hernando, Dulce memoria, que igualmente sería glosada por Diego Ortiz. Barroco ibérico que legará una inmensa cantidad de obras, actualmente verdaderas preferencias de especialistas de las llamadas músicas informadas.  También y para secundar aquella matinal, el Brahms siempre bien recibido de la serie de composiciones postreras, la que se incluyen en los Op. 117, Op. 118 y Op. 119, entre las que no está de menos la Op. 116, la primera de ellas, el Capriccio en Re M. Piezas cortas a modo de ejercicio de reflexión que a la postre,  se convertirán en apetencia de aficionados y profesionales, tan habituales en los bises como detalle de consideración.

Ramón García Balado

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