01/12/2023

La pianista Isabel Dobarro con presentación de Fernando Palacios, en la Fundación Juan March


Fundación Juan March. Madrid


 Matinal en la Fundación Juan March en un nuevo ciclo que se ofrece en su sede y que tendrá trasmisión en directo y YouTube, quedando disponible a lo largo de todo el mes. Protagonistas, la pianista Isabel Pérez Dobarro que tendrá como compañero de travesía al sorprendente Fernando Palacios- día 2, a las 12´00 h-, en un programa que responde a las pretensiones de su planteamiento. Isabel, fue convidada en calidad de Visiting Professor, en la London Performing Ac. of Music, tras recibir importantes galardones como un Segundo del American Protegé Int. Piano Competition; un tercero del Grand Prize Int. Virtuoso Competition, y un Primero Cidade de Fundao, entre otros. Actuó en salas como el Carnegie Hall (New York); el Teatro Colón (Buenos Aires), el Conservatorio Tchaikovski (Moscú) o el Palau de la Música Catalana (Barcelona). Dilatada en su trayectoria que podríamos ampliar con una consulta en su web.

Fernando Palacios, se reparte entre aventurados trabajos de creación, enfocados al entretenimiento y la docencia, que le llevó a dinamizar proyectos que van desde los medios de comunicación, las aulas y los ciclos de tendencias contemporáneas, sirviendo como modelo algunos de los representativos: Todos a la Gayarre (Teatro Real); Todos creamos (CNDM); Conciertos didácticos (Fundación Juan March); Curso de Emprendimiento (Escuela Reina Sofía) o el recuerdo que dejó en la USC, en las convocatorias iniciales de las Xornadas de Música Contemporánea, ampliando con la serie habitual de masters, desde la Universidad Carlos III, a la Escuela de Arcos (El arte de escuchar), el Festival de Santander y RNE (Entre dos luces). Palacios, en dos palabras y para no complicarse: tirador de sable, esforzado jugador de mus y aparejador en el olvido.

Isabel repite en la Fundación Juan March después de un monográfico de talante reivindicativo dedicado al mundo de la mujer, en otra matinal que había sido presentada por Eva Sandoval, y en la que nos dejó obras de Julia Mª Dopico Vale (Meniña Balteira); Teresa Catalán (Danza del Gozo Vermell); Consuelo Díaz (Sein und Zeit); Mercedes Zavala (Sansueña, exilio para piano); Sonia Mejías (Adagio, de SolNatina); Beatriz Arzamendi (Sillage-excerpts-); Margarita Soto Viso (En-Re-Do) y Ana Isabel Vázquez Silva (Historia de un amor sin respuesta). Esta reivindicación feminista de la intérprete es otra de las razones de entrega a la mujer en su condición de compositora y otro aspecto de interés fue el concierto ofrecido con motivo del 200 aniversario de Clara Schumann, para el que escogió el Concierto para piano op. 7, con la Orquesta Sinfónica Solidaria de Barcelona, en el Palau de la Música Catalana.

En programa que tendremos, de sorpresa en sorpresa, recurre en lo musical a compositores de toda época, repartidos en tres espacios: El amanecer y la mañana; La tarde y La Noche. Olivier Messiaen, como cabeza de serie por Le rouge-gorge (El petirrojo), perteneciente a Petites esquisses d´oiseaux (fragmentos), el propulsor de la Jeune France y amante de la naturaleza, en especial en el mundo ornitológico, no podrá ser menos que con esta serie de piezas compuestas a mediados de los ochenta y en especial dedicatoria a su querida Yvonne Loriod, quien las puso en atriles el 26 de enero de 1987. Destinadas a un instrumento especial, el gran modelo de piano Imperial, de la firma Bössendorfer. Se admite que no existe una partitura accesible, por lo que resulta imposible un análisis definitivo, aunque las delicadas seis miniaturas, son auténticas joyas y una quintaesencia de su estilo. El de Catálogo de pájaros; la serie de preludios; las Visiones del amén o los Cuatro Estudios de ritmo.

Jean Philippe Rameau (1683/1764), que no contempla desde el XVIII, ofrece Le rappel des oisseaux- cantos y gorjeos, de pájaros de la Provence, un estudio inspirado como se ve en ese mundo de aves a través del mundo del clave, con su considerable serie de colecciones. Epígono de Couperin, resultan ambos las figuras señeras por excelencia: Rameau, en el espíritu clásico y equilibrado Couperin el poeta de la sutileza. Las obras para el instrumento, pertenece a su años de juventud. Para solazarnos a gusto, completando esta primera parte: Selección de cucos, procedentes de Louis-Claude Daquin, Ludwig van Beethoven, Xavier Montsalvatge y Mercedes Zavala, además del acopio de Adivinaciones de diversos animales, partiendo de obras de Amy Beach, Camille Saint-Saëns, Sergei Prokofiev y Nikolai Rimski- Korsakov.

La tarde- segundo espacio-, tendrá Il pleut Op. 102, de Mel Bonis (1858/1937), efectivamente bajo un condicionante tormentoso, sugerido por pinceladas románticas e impresionistas, con sobresaltos añadidos para no bajar la guardia. Johann Strauss (1825/1899), puede dejarnos sin descanso con Bajo truenos y relámpagos, Op. 324. Pieza en principio destinada a la orquesta que nos llega en transcripción para el teclado. Otro es el Strauss festivo al que estamos acostumbrados y que para la ocasión, se repinta con cromatismo y el uso de recursos extremo.  György Ligeti, en su centenario, apunta a Arc-en-ciel, de Études (fragmentos). Músico bien apreciado por el tratamiento de las micropolifonías y este año bien servido dentro de las propuestas de formas vanguardistas.

La noche, también con tres compositores. Beethoven con el Adagio sostenuto, de la Sonata en Do sost. m, Op. 27 nº 2 (Claro de luna), ese primer tiempo que llegó a ser descrito como un río sonoro que no para de fluir, donde la melodía escoge la dimensión de una confesión interiorizada, consiguiendo una opción rapsódica dentro de la misma monotonía obsesiva del acompañamiento, consiguiendo con ello comunicar sin caer en lo trivial, el mensaje de angustia. Un período de su vida, en el que se dice que sentía cierta debilidad por la joven de aristocracia vienesa Giulietta Guiciardi.  Gustav Holst, el popular y no el de las obras de grandes pretensiones. En concreto con una pieza de Los Planetas, Júpiter, el Portador de la Alegría. Conjunto de poemas sinfónicos de un compositor que observaba el mundo estelar mientras se entretenía con su pasión por la astrología.  Para culminar, William Bolcom (1938), creador con buena prensa en los medios de vanguardia y que nos cede The Serpent´s Kiss (El beso de la serpiente), de The Garden of Eden. Four rags base on the Genesis, perfecta para acompañarse con efectos percusivos, con pies y manos, chasquidos y otras ocurrencias a salto de mata.

Ramón García Balado

   

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