10/11/2023

La pianista Rosalía Gómez Lasheras, en el XXV Ciclo de Concertos de Outono

 Museo das Belas Artes, A Coruña

Rosalía Gómez Lasheras


Concierto en el Museo de Belas Artes en su XXV Ciclo de Outono que seguimos en su sede con entrada libre- domingo día 12  a las 12´30 h.-, y que en esta ocasión tendrá como protagonista a la pianista compostelana Rosalía Gómez Lasheras, cuyos orígenes la llevan a la Escola Berenguela con Mª José Cerviño y Alexander Gold, antes de trasladarse a Holanda en donde realizó el Bachelor Degree, con Alan Weiss en el Conservatorio de  Utrecht, y ampliar con Claudio Martínez Mehner en la Hochschule für Musik Basel, confirmando sus primeros galardones en la Young Pianist Foundation- con  el Segundo concierto para piano y orquesta, de Chopin- y un Laureates Award (2013), y anteriormente un Primer Premio del VII Concurso Int.Chopin de Minho, disfrutando del privilegio de haber asistido a masters de ilustres maestros: Mennahem Pressler, Elisabeth Leonskaia, Kennedy Moretti, Clive Brown, Rita Wagner, Ferenc Rados, Dmtri Bashkirov, Andràs Schiff Eldar Nebolsin o Lilya Zilbertein. Pianista con carrera entre Holanda y suiza, muestra interés por las formas antiguas y las tendencias  contemporáneas, asistiendo a la docencia de Edoardo Torbianelli quien paso a paso le ayudó a descubrir los recursos expresivos del fortepiano.

Tan apreciada y tan nuestra, recordamos citas como las propuestas en el Paraninfo da Universidade con obras de J. S. Bach, W.A.Mozart, A. Scriabin, D. Shostakovich, I. Albéniz y J. Brahms y con el chelista de la Real Filharmonia Thomas Piel, con obras de L.v. Beethoven, Leos Janacek, R. Schumann y J.Brahms o la más reciente dentro del V Festival de Música Antigua y Barroca, que organiza el Ateneo de Santiago, precisamente en esa dimensión en la que parece asentarse con interés, y que, como clavecinista, compartía experiencias con Massimo Spadano- concertino de la OSG-, el violinista Andrés Linares y el chelista Fernando Santiago, anunciados como Camerata Boccherini, y con el protagonismo de la soprano Jone Martínez, en el Salón Teatro compostelano. Barrocos son la clave de ese certamen que se consolida en su quinta convocatoria en la que no faltaron las ponencias de Andrés Alberto Gómez- Jean-Philippe Rameau, retrato íntimo-; el documental del mismo director del grupo La Reverencia; el arpista Manuel Vilas, indagando en un espacio de sus dominios A tradición oculta y el filme de Gérard Corbiau, retrato de una época, Farinelli, il castrato. Rosalía, con la Camerata Boccherini, dedicaron su velada a obras de G.F.Händel, Michele Mascitti, Arcangello Corelli y muy especialmente a dos cantatas händelianas: Armida Abbandonata, HWV 105 para soprano y cuerdas y Agrippina  condotta a moriré.

Aspectos en Rosalía Gómez Lasheras, en sus primeros años, recordados por ella misma, habían sido entonces el Premio del XVI Certamen del Concurso Infanta Cristina (2012), en el que para mayor satisfacción, había tenido el privilegio de contar en el jurado con maestros de rango, Manuel Carra y Albert Atenelle, una convocatoria que tenía carácter bienal, todo un reto para alguien que a esas alturas, había comprendido que el piano iba realmente en serio. Maestros consejeros no le faltaron, pero el futuro resultaba ya una perspectiva asegurada. Su participación en el curso de Peregrinos Musicales que promueve la pianista Ilona Timchenko, le había supuesto otro eslabón ambicioso, permitiéndole en plena adolescencia colaborar con la Real Filharmonía de Galicia, dirigida por Maximino Zumalave, un período en el que igualmente, había sido invitada para tocar con el ilustre Philippe Herreweghe, interpretando el Concierto en Mi b. K. 271 (Jeunnehomme), de W. A. Mozart. El espacio camerístico en el que siempre se sintió muy a gusto, tuvo un primer intento con la violinista Rebecca Maseda Longadera y el chelista Iván  Siso Calvo  

Programa el de esta matinal entre obras de L. v. Beethoven, Ferenz Liszt, F. Mendelssohn y una pianista- compositora a descubrir por los aficionados, Hèléne de Montgeroult, una figura que representará el período de la Revolución Francesa y de la que tendremos una Fantasía en Sol M. Nacida como condesa  de Charnay, padeció en propias carnes los años más amargos, llegando a ser condenada a la guillotina  por un Tribunal Revolucionario. Había recibido una excelente educación gracias a Nicolás Hüllmandel- quien posteriormente sería asesinado y llegó a tener una relación intensa en lo profesional con el insigne Battista Viotti. A mayor abundamiento, su primera pareja, el Marqués André Marie Gautier, también sería asesinado en 1784 por los austríacos, pero vayamos a otros aspectos puramente musicales ya que su figura comienza a recuperarse, dejando para el  recuerdo la exaltada actitud de resistencia, interpretando La Marsellesa con el clavecín con un estilo que arrastraría a los oyentes. Bernard Sarette, fundador del Conservatorio de París, la ayudaría en sus años de formación. Renegaría del estatus de nobleza al tiempo que editaba parte de sus fundamentales composiciones, mientras su vida transcurría entre Francia y Alemania, y entre su legado destacarán las obras para teclado y el trabajo didáctico Curso completo para la enseñanza del Forté-piano. Siempre con la idea de abordar un gran proyecto, consiguió abrir cinco clases para clavecín, de las que tres se convertirían en materia destinada al pianoforte- modelo del clasicismo- y con la presencia instructora de Muzio Clementi, también Sébastien Érard, le ayudaría en implementar con pedales sus instrumentos en la búsqueda de una mayor expresividad.

L. v. Beethoven con la Sonata nº 1 Op. 27 (Sonata quasi una fantasía), en sus cuatro tiempos: Andante, Allegro molto vivace; Adagio con espressione  y Allegro Vivace, composición que para Tranchefort encierra en tal cantidad de ideas melódicas, hallazgos rítmicos, matices y colores, y una semejante variedad de fraseo, que justifica plenamente su título y sitúa al ondulante ejecutante delante de considerables dificultades interpretativas. Carli Ballola  ampliará: Tamaña libertad formal no está justificada por una invención musical ni por un compromiso expresivo igualmente convincentes; pero pese a algunos momentos de notable elocuencia patética, el rostro de esta sonata resulta desenfocado y engañoso su fatigado y veleidoso experimentalismo, demostrando una vez más que las innovaciones formales y de lenguaje, si no vienen sufragadas por una necesidad interior, no valen  por sí solas para convalidar estéticamente una obra de arte. En resumen y ante opiniones encontradas, esta Sonata quasi una fantasía, en su sesgo revolucionario, manifiesta la arquitectura general de la heterodoxia. Las dos obras integradas en el Op. 27, expresan dos aspectos distintos de un mismo estado de ánimo.

Felix Mendelssohn con la Fantasía en Fa sost. M. Op. 28, completada en 1833 pero presentada tres años antes ante Goethe en Weimar, precisamente con ese título de Sonata escocesa, en recuerdo de un plácido retiro en Escocia en 1829, quedando a la sombra en lo posible la Op. 27, de Beethoven, que ayuda a resolver posibles dudas y divagaciones, tratándose con libertad como si fuese una improvisación. Un primer tiempo en el que alternan dos ideas: preludio vaporoso que nos acercan a una melodía popular con aire nórdico que se entrega a un movimiento continuo, típico en el autor  para ceder a otros dos más elocuentes y animados marcados por una aguda aspereza. La obra, está dedicada al ilustre Ignaz Moscheles, amigo y compañero.

Ferenz Liszt con una obra de sus Cuadernos de Años de peregrinación, en concreto del Segundo Italia, a través de la séptima pieza Après une lectura du Dante (Fantasía quasi sonata), última del grupo llamada también Sonata Dante, la más intensa de la serie  y cuyo título está tomado de un poema de Víctor Hugo, una idea que ayuda a comprender la sed lectora del compositor quien tocó una primera versión en Viena en 1839. Tres temas o grupos de temas partiendo de un Andante maestoso, construido sobre inérvalo de tritono para seguir con un Presto agitato, con dos temas, uno ascendente sobre semicorcheas febriles y que en resumen el tiempo estará saturado por abundancia de indicaciones. El Tempo rubato e molto ritenuto alcanza una coda de un apogeo teatral.

Ramón García Balado     

 

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