28/09/2023

Vanitas, naturaleza morta, de Salvatore Sciarrino, por Vertixe Sonora, en el Museo de Belas Artes, de A Coruña

 Museo de Belas Artes, A Coruña

Concierto en el Museo de Belas Artes de A Coruña- domingo día 1, las  12´30 h.- presentando el XXV Ciclo de Concertos de Outono, y que interpretará Vertixe Sonora, integrado para esta ocasión por la soprano Yuko Kakuta, el pianista David Durán y el chelista Thomas Piel, poniendo en atriles Vanitas naturaleza morta, de Salvatore Sciarrino. Dos de los músicos son miembros estables de Vertixe Sonora y la soprano Yuko Kakuta, es conocida por otras aportaciones como las ofrecidas con el Plural Ensemble o su visita al Paraninfo de la Universidad de Santiago, con la pianista Yukiko Sugarwere. Se especializó en la Universität der Kunste, de Berlín  tras formarse en Osaka y Kioto. Se estreno artístico lo realizó en Aix- en-Provence, avalando una carrera de repertorio, en la que tienen cabida obras contemporáneas: obras como la presentadas con el Plural Ensemble, de Fabián Panisello; Das Madchen mit den schwefeldhölzen, de Helmuth Lachenmann, en la Berlin Deutch Oper, o del mismo autor, Got Lost, que se dio a conocer en el SWR Freiburg y en el NDR Hamburg.

Vanitas naturaleza muerta de Salvatore Sciarrino, es una con pretensiones escénicas en el estilo de formas tratadas por el autor, con notable aceptación. Vanitas…se estrenó a finales de 1981, en la Sala Piccola de la Scala de Milán, y puede encuadrarse en otras de planteamientos similares: Un´Imagine di Arpocrate, para piano, orquesta y coro; Kindertotenlied (sobre la poética de F.Ruckert), para soprano y tenor (en eco), con orquesta reducida; Flos flowen, overo la transformazione della materia sonora, para coro y orquesta, que recurría a textos sacros de distintas culturas; la ópera Amore e Psique (texto de Aurelio Pes; L´invenzione della transparenza, orquesta y solistas y en especial, por Lohengrin (1982/4), action invisible (la voz no está presente), destacando una soprano/actriz, como en el programa de esta jornada. Perseo e Andromeda (1990), fue obra de recibió una acogida entusiasta.

Sciarrino siempre tuvo mucho de autodidacta en su evolución artística, tras el magisterio seguido con Antony Titone y Ton Belfior, período en el que se integró en la Semana de Nueva Música de Palermo en los sesenta. Seguiría en el Conservatorio G. Verdi de Milán y en el Conservatorio Cherubini, de Florencia, dejando sus primeros trabajos instrumentales y teóricos  que dejarán resultados posteriores como Le figure della música de Beethoven oggi (editado por Ricordi, 1998) o Carte da suono scritti 1981- 2001 (CIDIM- Novecentos 2001). Compañero de travesía de una generación memorable, podrá remitirnos a  creadores vigentes como Gian Francesco Malipiero; Goffredo Petrassi, evidentemente Luigi Nono; Sylvano Bussotti o Niccoló Castiglioni, todos ellos con trabajos para el canto de singular trayectoria. Sciarrino, queda dicho precisamente por Lohengrin, que cuenta con un registro discográfico dirigido por él, en el que destacó la voz de la soprano Daisy Lumini y el Grupo Instrumentale Musica d´Oggi. La asimilación con la ópera wagneriana ni pasa de ser puramente nominal, evocando en lo esencial un paisaje de espacio interior dentro de un largo monólogo, verdadero desafío para la soprano en toda su extensión, precisamente en lo relativo a las urgencias dramáticas y por el tratamiento permanente del estado febril, saturado por obsesivos ruidos que insinúan una recreación nocturna.

Vanitas, naturaleza morta, en forma de trío para soprano, piano y chelo, no queda tan distante en el ideario estético. En su frontispicio, la pieza en acto único, quiere incidir en que resulta una ópera que no es y un vacío que no está vacío. La fragilidad de la vida, sus resonancias, las huellas de lo que no estuvo, la brevedad, esa flor de un día, y ese día que pueden no concluir. En escena, una habitación casi vacía que ayuda a ubicarnos en un lugar inhóspito y desolador, responsabilidad en lo interpretativo que debe cubrir la soprano llevándonos a una situación desquiciante, entre el puro canto y los condicionantes propuestos por la serie de breves textos desde la Introduzzione a Rosa; Marea di rose; L´eco; Lo specchio  in frento (pulvis stellaris) y Ultime rose.  Sonoridades remarcadas por pasajes aislados y frecuentes silencios- tan en los dominios de Sciarrino-, entre amalgamas de sonidos que conceden identidad a la pieza. Una composición de la que en gran medida, será la soprano Yuko Kakuta, consiga trasladar al oyente al límite de su capacidad de recepción sensible. Una composición abocada en sus parámetros obligados a encontrarnos en su momento culmen con un glissando tratado por el chelo, de Thomas Piel, suspiro imprescindible para esa forma de canción impregnada de aspectos escénicos, resultando en definitiva Vanitas, naturaleza muerta, el Vanitas vanitatum que remite al Eclesiastés. Un vacío que intuye la fragilidad de lo cotidiano, su fragilidad insoportable dentro de la desolación con la que recobramos conciencia de la caducidad de las cosas. Sciarrino, había sido reconocido también por obras en el límite de lo vivencial, como su Macbeth, de la Fondazione P. Pierre (Mónaco) o el Premio Feltrinelli (2003) y el Fronteras del Conocimiento del BBVA (2011), en el apartado de Música Contemporánea

Ramón García Balado   

 

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