24/07/2025

Jeroen Den Herder & Evelina Vorontsova: Peregrinos Musicais, en la Praza de Mazarelos

 Praza de Mazarelos, Santiago de Compostela


Concierto en A Praza de Mazarelos en las actividades de Peregrinos Musicais- día 28, a las 20´00 h-, con la actuación del chelista Jeroen Den Herdey- alumno de  Dmitri Ferschtman y D. Rostropovich y la pianista Evelina Vorontsova, quien sustentó su formación  en centros de ampliación en Moscú y en Amsterdam.  En programa, Zoltán Kodály con Tres corales sobre temas de Bach, para violonchelo y piano: Ach, was ist doch unser  Leben; Vater unser im Himmelreich y Christus, der uns selig macht, compositor que estudió en la Academia de Budapest en el aula del ilustre H. Koessler, en donde compartió experiencias de criterios y proyectos con Béla Bartók, mostrando interés por el género coral, tanto sacro como profano, mientras investigaba en la Biblioteca musical de la Catedral de Nagyszombat- su nombre de entonces-, en la que era miembro coralista, interesándose por el violonchelo, en calidad de autodidácta, antes de probar con violín y piano. En ese período de evolución, realizará su tesis universitaria de fundamental trascendencia, a partir del material tomado de herencias populares, especialmente en el legado de canciones, un ejercicio que compartirá con Béla Bartók, y cuyos resultados encontraremos en repertorios actualmente en plena vigencia, un beneficioso resultado que había tenido sus fundamentos con un maestro como Béla Vikar, que sería el puente que le llevó realizar lo que dará en llamarse labor de campo, un estímulo que se respiraba en el ambiente y que supondrá una verdadera correa de trasmisión. Viajó a Bayreuth, el centro sagrado wagneriano y casi inmediatamente a París, en donde podrá conocer a Widor y a Claude Debussy, una afortunada impregnación de las corrientes tomadas del impresionismo, las mismas que se intercalarán con los repertorios sobre los que venía trabajando. Un extenso período, entre 1907 y 1940, ejerció la docencia en la Academia Ferenz Liszt, de Budapest, en el ámbito de la composición, estímulo que será una referencia de su carrera, la misma que le ayudó a crear su propia escuela que mantiene su vigencia a través de sus alumnos. La escuela húngara, tiene sólidos argumentos arraigados en nuestra tierra, por alumnos de esa escuela que han seguido sus fundamentos desde hace más de una década. La obra camerística, está presente en nuestro ciclos de conciertos pero para esta ocasión, podremos asistir a una de sus típicas obras didácticas, la serie de tres preludios corales que van desde el BWV 742 al BWV 762, para completar con el BWV 747, todas ellas para chelo y piano. No dejaremos al margen otras transcripciones como el Preludio y fuga, en Mi b, de El clave bien temperado (libro I), igualmente para dúo de chelo y piano o las obras didácticas Epigramas (serie de nueve vocalices), para voz y piano y las Danzas de Kallo, editadas por David Oistrakh.  


Los países eslavos aportarán corrientes de indagación y renovación con músicos como los citados a lo que se unirán Gyorgy Kurtág, Ligeti o una extensa serie de innovadores, pero para esta cita, convendrá que recordemos a Sashom Komitas, del que se nos descubrirán las Tres canciones  de Armenia, personaje fascinante con una infancia desafortunada al perder pronto a sus padres, y que por circunstancias de la vida, las posibilidades de dedicarse a la música resultaron menos traumáticas de lo que podría presumirse, estudiando en su propia tierra en donde se interesaría al igual que los Kodaly o Bartók, por las músicas tradicionales, un oficio que resultará una constante a lo largo de toda su vida, particularmente jalonada de experiencias traumáticas. Su personalidad creativa, dejará memoria en más de 3000 obras de todo género, desde obras puramente instrumentales a composiciones corales, por las que siempre mostró un gran interés ya desde sus años como estudiante. Su nombre comienza a ser valorado en su justa medida y para ejemplo, la visión que nos aportarán los dos músicos de hoy.  Komitas había estudiado en la Universidad de Berlín, junto a Richard Schmidt, en ese agotador trasiego de vivencias que le llevaría a París, en donde moriría tras dejar obras testimoniales como Badarak (Divina liturgia), un compositor que valdrá la pena descubrir.

Fréderick Chopin- Sonata en Sol m. Op. 65, para chelo y piano, en su tiempos Allegro moderato; Scherzo; Largo y Allegro, obra sobre la que mostraría cierta desafección, detalle del que sabremos su opinión por sus escritos, obra que a la postre, serán menos conocida tras ser compuesta entre finales de 1845 y 1847, llegando a ser la última de su catálogo en la relación dejada por el autor. Hacia 1847, Chopin y Auguste Franchomme, interpretaron este dúo para chelo y piano, antes de divulgarse en público en una sesión ofrecida en febrero del año siguiente, en la famosa Salle Pleyel parisina. A pesar de su larga gestación, resultará una de sus piezas más densas y emotivas, modelo de su consolidada madurez, que nos ofrece un estilo creativo que avanza nuevos estilos que con seguridad, el franco/polaco, hubiese deseado abordar. Un estilo que concilia la riqueza armónica y la sutileza melódica, más peculiarmente chopiniano, por la profundización y atrevimiento en las características expresivas y técnicas, especialmente en el violonchelo, a través de una escritura reflexiva en la que el contrapunto y la escritura formal, revelan una sorprendente libertad de tratamiento.

Sergei Rachmaninov- Sonata en So m.Op.  19, en su tiempo Andante-, que deja la impresión de una pausa intemporal, de un humor ciertamente mendelsshoniano, una respuesta de contraste frente a los movimientos precedentes: Lento: Allegro moderato y Allegro scherzando, en los que el piano resultaba más inquieto y febril. Una especie de Lied, propuesto por el teclado, enfrenta dos melodías con todo su brillo natural, antes de ceder un evidente protagonismo al violonchelo. Una primera melodía que oscila melancólica mente, entre mayor y menor, sobre un rico acompañamiento armónico, cede el paso a la segunda en un ritmo ternario, a través de tresillos iniciales, hacia una reexposición que concede al violonchelo en una amplia meditación, con respuesta aguda del piano, en esta obra comenzada en el verano de 1901 y termina en el otoño de ese mismo año

Ramón García Balado

23/07/2025

Hildegart, ópera de Juan Durán, en a X edición del Festival LittleOpera, de Zamora

 Teatro Ramón Carrión, Zamora

Juan Durán estrena Hildegart en el X Festival LittleOpera de Zamora, certamen que se presenta entre los días 19 al 27 de julio, ópera con precedentes en su ballet Hildegart, ofrecido por la RFG, en el mes de octubre de 2021, inaugurando la temporada y bajo la dirección de Paul Daniel. En su catálogo de actividades, la ópera-miniatura Tiramisú, ya estrenada en ese certamen, y que guarda afinidades con el filme sobre la misma temática, en la que fue protagonista la actriz  Najwa Nimri. El día 26, en el Teatro Ramón Carrión- 21´00 h-, la ópera de Durán se pondrá en escena teniendo como protagonistas en los roles principales a Sandra Fernández (Aurora); Sonia de Munck (Hildegart); Javier Franco (Fiscal) y César Arrieta (Psiquiatra), bajo la dirección artística de Lucía Marín, y escénica de Alberto Trijueque Pegalarat, sobre aportaciones plásticas de Igone Teso. Fechas a la que se  añade para el día siguiente, en el Teatro Principal, El Duelo de Mozart vs. Salieri, con Anna Kabrera, Mar Morán,  Juan Ramos, Mauro Pedrero, Arantxa Ezenarro, David Cervera y Alejandro Sánchez, una recreación de la imaginada rivalidad entre ambos y que tanta literatura arrastra, obra que completará jornada con Prima la musica poi le parole, de Salieri, propuesta de Rita Consentino, con dirección artística de Lara Diloy, continuando  con la reposición de Tiramisú y el ciclo Ópera en miniatura, completando Die Zauberflöte K. 620- Mozart-, con la O. Sinfónica de Castilla y León, dirigida por Guillermo García Calvo, y otro concierto en la Plaza de la Catedral, en la que destacarán como solistas la soprano Natalia Labourdette y el tenor Airam Hernández.

Hildegart, crudo dramatismo lírico con libreto de Javier Mateo Hidalgo, pretende revivir en su fatídica y amarga crudeza, la historia que conmovió la sociedad de su tiempo, dejando secuelas hasta el tiempo presente, un thriller escénico-musical enmarcado por los condicionantes del concepto de la libertad, una actitud posesiva que rayaba en la demencia con tintes esquizoides y destructivos, culminados en el conocido crimen que respondía a un planteamiento obsesivo y destructivo de la idea de la eugenesia llevada a un límite que no tendría vuelta atrás.  En la trama, Aurora Rodríguez Carballeira- la madre-; Hildegart (Jardín de Sabiduría)- su hija- o Pepito Arriola- genial pianista y compositor, al que pudimos recuperar en actividades como la conferencia-concierto, propuesta por el Consello da Cultura Galega, en febrero de 2006, presentada por Luis Mera Naveiras, con el pianista Julio Mourenza y el chelista Carlos García Amigo y en otra cita en ese espacio, coordinada por Dolores Vilaverde, con Joám Trillo y Maximino Zumalave, colaborando Lucía Iglesias García, para una selección de canciones. Arriola, también fue protagonista de un concierto dirigido por Maximino Zumalave, con la RFG, en el que destacaron piezas como los Tres textos cervantinos o las seis poesías de Antonio Machado, en la voz del barítono Javier Franco.

Juan Durán, dejó como obra en estreno con la RFG el citado ballet Hildegart, una obertura y seis escenas, obra sustentada en las figuras de madre e hija, en un concierto que tuvo como perfecto complemento el ballet Cenicienta, de Sergei Prokofiev, en arreglo de D. Griffith. Pasajes en la obra de Durán, se repartieron desde la obertura Ciempozuelos, breve y como arma arrojadiza; la escena Jardín de Sabiduría, apacible y un a modo de  flash-back, ubicado en un año especialmente amargo, 1933; Aclamación de Hildegart, manifiesto de los círculos intelectuales en los que se desarrollaba su vida, musicalmente expresado en un compás de 8/8, subdividido en tres partes, con sugerentes cambios de acento que abrían jugosas posibilidades, marcadas por percusiones y pizzicati, culminado por la cuerda aguda; Hildegart y Abel, dúo de amor, que describía a dos jóvenes en íntimo diálogo descrito por las maderas para un momento iluminado por trompetas, dentro de una pasión contenida, que recrea el arpa, mientras que la sombra de Aurora queda como un fondo recalcado por percusiones y un herido tam-tam, que nos la muestra en una actitud de rechazo.  Madrid 1933, la capital convulsa en los años de la República asediada y que en lo musical se hacía avanzar por un ritmo más agitado, entre refulgentes llamadas de trompeta, momento en el que la orquesta decaía en poderío sonoro. Madre e hija, enfrentamiento entre ambas para el que valdrá por una crispación continua entre una serie de crescendi, alcanzando sucesivas voces tímbricas de corno inglés, fagot y clarinete bajo. Asesinato de Hildegart, entradas de violines y clarinetes con maderas para el fatídico final descrito por cuerdas en rápidos arpegios que concluyen en una larga nota tensa, que describía los disparos del arma de Aurora asesinando a Hildegart. Clave posible para un proyecto que cobrará forma y sustancia en esta ópera que subirá a escena en este certamen zamorano. Amargo final para Aurora, condenada a una reclusión en el manicomio de Ciempozuelos, por un estado mental calificado de esquizofrenia-paranoide y entre delirios que nos la mostraba con una apariencia pueril, confeccionado muñecas de trapo a la esperar del cataclismo final en donde fallecería en 1956, a los 76 años  de edad. Para Almudena Gandes, el argumento para La madre de Frankenstein, novela del ciclo de posguerra y una descripción de la psiquiatría franquista, la del engranaje formado por los siniestros Antonio Vallejo- Nájera y Juan José López Ibor. Especie de damnatio memoriae- olvido por decreto-, respecto a la memoria histórica que el Régimen marcó con toda su extensión represora y vengativa, manifiesto de toda su podredumbre estructura, que Almudena Grandes plasmaría en novelas como Los pacientes del Doctor García, relatos de corte galdosiano como recuerdo de la amnesia histórica que todavía pervive. La madre de Frankestein, observa como subtítulo programático el lema: Agonía y muerte de Aurora Rodríguez Carballeira, en el apogeo de la España nacionalcatólica. Manicomio de mujeres de Ciempozuelos, Madrid 1954/6. Un andamiaje formal, la confluencia de recursos retóricos que hacen de ella lo que es: una cascada de soberbia ficción y palpitante verosimilitud y ausencia de fisuras. En la novela, el triángulo formado por el doctor Germán Vázquez Martín, la auxiliar de enfermería María Castejón Pomeda y Aurora Rodríguez Carballeira, a los que se suman un elenco de 117 personajes, de los cuales 7 eran reales. Otro de los pilares narrativos de la trilogía, sería Las tres bodas de Manolita, que remitía a los años más crueles y vengativos del franquismo. Aurora Carballeira había sido entrevistada por primera vez tras su reclusión por el periodista Eduardo de Guzman, cuyos artículos se recogieron en 1973 en el libro Aurora de sangre. Sobre tal motivo, en lo relativo a la fascinación por esa tragedia, queda la película Mi hija Hildegart, de Fernán Gómez o la obra de teatro La virgen roja, de Fernando Arrabal.

Ramón García Balado

21/07/2025

Festas do Apóstol, con la RFG, en A Quintana

 Praza da Quintana, Santiago de Compostela 


Concierto dentro de los festejos locales a cargo de la RFG  en A Praza de Quintana-día 23 a las 21´00 h.- con su titular Baldur Brönnimann, y posible traslado al Auditorio de Galicia si las circunstancias si el tiempo no cumple con garantías, en un programa que se reparte entre páginas instrumentales operísticas, intermedios de zarzuela y un guiño al Jacques Offenbach, en uno de sus ballets. Giuseppe Verdi, con la obertura de La forza del destino, tan habitual en las programaciones como pieza de enganche, ópera compuesta sobre el libreto de Francesco Maria Piave, y que recurre en su argumento al drama español de Ángel de Saavedra, duque de Rivas, con el añadido de una escena de Wallensteins Lager, de Friedrich Schiller, para estrenarse en el Teatro Imperial de San Petersburgo, en el otoño de 1862. Ópera en cuatro actos, a mayor gloria de sus principales personajes, de Leonora, hija del marqués de Calatrava; Don Álvaro, noble inca afincado en España; Don Carlos, hermano de Leonora; Fra Melitone, personaje bufo; el marqués de Calatrava; Preciosilla, cantinera de la tropa; Trabuco, vendedor de baratijas o el Padre Guardiano. Vuelta a la temática española del repertorio romántico, una muestra de su instinto creativo acorde con la época y que traería sus manos y sus menos para el estreno en San Petersburgo, a consecuencia de los viajes y las molestias ocasionados por el alojamiento, antes de probar en nuestro país, para presentarla en el Teatro Real, en presencia de Isabel II y del anciano duque de Rivas, tras un viaje por Andalucía, preparando la salida hacia Francia.

 Tchaikovski con la polonesa de Evgueni Oneguin, ópera sobre un libreto del compositor y K.K. Shilovski, recurriendo a un texto de Puchkin, con estreno en el Pequeño Teatro del Colegio Imperial de San Petersburgo, en marzo de 1879. Esa polonesa, que tantos tratos recibió en variadas transcripciones, aparece en el Tercer acto, en versión para orquesta y coro, justo a comienzo y antes del aria de Gremin, tras pasar un período de doce años, coincidiendo con una fiesta en la que varias parejas bailan una ariosa polonesa. Entre los invitados, nos encontramos con Oneguin, que venía de seguir una carrera militar poco exitosa, mostrando por ello una clara disconformidad con la vida y amargado por haber dado muerte a su mejor amigo. Llega la esposa de Gremin, y en ella reconoce a Tatiana. También ella le reconoce y se turba momentáneamente.

Jacques Offenbach, con una selección de Gaité parisienne, ballet en un acto y que tendría orquestación de Manuel Rosenthal, con la colaboración de Jacques Brindejont-Offenbach,  con argumento y decorados, además de vestuario de  del Conde Étienne de Beaumont, para un coreografía del insigne Léonide Massine, estrenado por los Ballets rusos de René Blum, en Montecarlo, siendo los principales protagonistas Nina Tarakanova, Eugénie Delarova, Léonide Massin, Igor Ypuskévitch y Frederick Franklin. No resultará casual que Jacques Offenbach y el bulevar, surgieran al mismo tiempo; los dos estaban hermanados por naturaleza ¿Acaso Offenbach no era un emigrante? En el bulevar encontró a sus iguales; así mismo halló un espacio en el que podía mantener ese estado de libre fluctuación que tan bien se ajustaba a él. Allí se sentía como en casa, por que el bulevar no era un hogar en el sentido habitual de la palabra. Allí encontró el espíritu que le atraía y la vida social que le haría florecer.

Johann Strauss hijo, con el luminoso Vals del Emperador Op. 432, artista que perfeccionará el legado de su padre. Elevándolo a su grado sumo, tras comenzar como director de orquesta de baile e igualmente compositor, en pura rivalidad con Joseph Lanner. El cultivo de ese vals vienés, había contrariado hasta un punto relevante a su propio padre, pero nuestro artista supo aprovechar los estudios con Anton Kohlmann, en violín, para perfeccionar en composición con Joachim Hoffman y Joseph Drechler y en esa carrera ascendente que será una referencia incontestable, le abriría el paso para llegar a ser considerado como El rey del vals, a través de sus presentaciones con su propia orquesta, tanto en su país como en el extranjero. Destacarían los valses, las mazurcas, las polcas, las marchas o las galopas, departiendo con sus hermanos Josep y Eduard, igualmente talentosos, hasta el extremo de que Johannes Brahms le tenía en gran estima como inventor de melodías contagiosas y jugosas y  en el  conjunto de su obra, sobrepasará más de 500 títulos, entre ellos, junto al presente, valses como Aceleraciones (1860); El Hermoso Danubio Azul  (1867); Cuentos del bosque de Viena (1868); las polcas Tritsch-Tratsch; Sangre liviana, Rayos y truenos; Pizzicato (con Josef Strauss, 1869), entremezclados con las operetas de éxito:  Indigo y Los cuarenta ladrones; Las mil y una noches; El carnaval de Roma (1873); El Murciélago-opereta por excelencia-El barón Gitano o Sangre vienesa, una mezcla dramática y efectista; Cagliosto en Viena o Der lustige Krieg, entre el amplio ramillete, bastante de ellas mantienen una particular vigencia.

Georges Bizet, con la Primera suite de Carmen, al igual que con La Arlesiana, nos encontramos con dos suites tomadas de números elegidos de su ópera, siendo la Primera una muestra procedente de cada acto y en la siguiente otras escenas de similar talante. Esa Primera integra los números perfectamente reconocibles, integrados con un Preludio, el Entreacto I, el entreacto II,  el entreacto III (o Aragonesa). Suite especialmente apreciada, ya que se limita a los episodios puramente sinfónicos de la ópera sin aportar mayores alteraciones, una delicia para los que deseen recordar los números más apetecibles, aunque tampoco la otra suite, desmerece en sus atributos.

Para completar con las citas zarzuelisticas una selección de La Leyenda del beso, de Reveriano Soutullo, con la que conseguiría un gran éxito en todos los escenarios en donde fue representada, lugares como Valencia, Granada e incluso en su salto oceánico, en Nueva York. Soutullo y Vert, en feliz camaradería, estrenarían en poco tiempo un nuevo sainete en el popular Teatro Novedades, con un texto de Calonge La casita del guarda, jaleado al día siguiente del estreno por la crítica aparecida en el diario La Libertad. Ambos recuperarían compromisos en el Teatro Apolo, con otra zarzuela sobre  libreto de los hermanos Ramos Martín, titulada Así se pierden los hombres, que obtendría una menor aceptación, entre severas críticas de censura. La del Soto del Parral, en el Teatro La Latina, reverdecerá laureles, en octubre de 1927. Para completar, el intermedio de La Boda de Luis Alonso, de Gerónimo Giménez, sainete lírico en un acto, con libreto de Javier de Burgos y que subirá a escena en el Teatro de La Zarzuela, el 27 de enero de 1897, siendo sus principales protagonistas Julián Romea; María Montes; Vicente García Valero; José Moncayo, ubicando su ambientación en el Salón de Luis Alonso, en Cádiz, a mediados del siglo XIX.

Ramón García Balado

17/07/2025

Ramón Otero Moreira, piano a cuatro manos, por Haruna Takebe y David Durán Arufe

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


Concierto a cuatro manos de los pianistas Haruna Tabeke y David Durán Arufe en el Auditorio de Galicia- día 19, a las 12´00 h., con estreno de la obra Se escuchaba próxima  la respiración del mar, de Ramón Otero Moreira, programa que completarán con obras de F. Schubert y J.Bach, en tratamiento de Görgy Kurtag, para culminar la Séptima edición de las masterclasses de interpretación de la propia Haruna, pianista con estudios en la Universidad Toho Gakuen (Tokio), en la Berlin Arts Kunstuniversität y en el Conservatorium van Amsterdam, para ampliar a la Elisabeth University of Music of Hiroshima, antes de trasladarse a nuestra tierra  en donde se incorporó a las propuestas de nuestra EAEM, la RFG o el CGAC. Editó registros centrados especialmente en obras de D.Scarlatti, F.Schubert, Ferenz Liszt o Claude Debussy. David Durán, cabeza  visible de Vertixe Sonora desde sus comienzos, en el Via Stellae (2011), en el CGAC, junto a Pablo Coello, Thomas Piel, Iago Ríos, Marta Souto y Diego Ventoso, ofrecieron entonces un programa de compositores de absoluta primicia, desde Diana Rotaru, Sergio Blardony, Pablo Arcent o Füsun Koksal y Fran Bedrossian, hasta Ramón Souto. Durán estudió en el Conservatorium van Amsterdam con Matthjs Verscoor; en la Ac. Liszt de Budapest, con Jenó Jando y también con Ramón Col, Balazs Skozeley y Phillipe Entremont. Destaca su estancia en Tokyo, en la Universidad de Bellas Artes (2017), realizando una tesis sobre el compositor Toshio Hosokawa.

F. Schubert-Fantasía en Fa m. D. 940-, obra que se une a las tres a cuatro manos del autor (Gran dúo; Variaciones en La b y Divertimento alla húngara), obras de gran aliento del período de 1824, y de una elegancia sutil dentro de ese estilo de escritura largamente trabajada y que habrá de esperar hasta 1828 para conocer su estreno, en el círculo de amigos de nuestro apreciado compositor, en una dedicatoria a la princesa Carolina Esterhazy- la inmortal amada-, amor que no dejaría de tener su respuesta pero imposible por a consecuencia de la enfermedad que sufría el músico a lo que se añadía las diferencias de clase. Esas piezas para piano a cuatro manos, seguiría la línea ligada a Zseliz y sus moradores, testimonio de numerosas obras durante el período de 1818/24, una Fantasía de inspiración más elevada y personal: cuatro partes encadenadas en el orden de la sonata tradicional, pero sin los rasgos de la forma sonata, ni  los desarrollos, repetición de material de la primera parte de la última, siendo lo esencial un poderoso desarrollo fugado. El plano tonal es singular y sencillo: solo yuxtapone dos tonalidades, Fa y Fa sost., tonalidad de la sexta napolitana.  Existen pocas entradas hechizantes como el Allegro molto moderato: un tema de ritmos con puntillo, con la apoyatura característica y obsesiva. En un gesto dramático nos conduce al Largo, un imponente recitativo, acentuado por rudos acordes. El Allegro vivace, gran Scherzo, pleno de vivacidad y pintorescas imitaciones, permite un reposo que nos traslada a un idílico trío (con delicatezza), una tela de araña de arpegios y pasajes centelleantes en medio de una luz de refinadas armonías. Llegará la coda de un patetismo indecible con punzantes disonancias, preparando una caída resignada sin mayor complejidad.

J. Sebastian Bach, bajo el prisma de Gÿorgy Kurtag, partiendo de la cantanta Gottes Zeit ist die allerbeste (Actus tragicus)  BWV 106, obra que como la BWV 198, está destinada al solemne funeral en Leipzig (1727) de la princesa Christiane Eberardine de Sajonia, las dos únicas compuestas para esas circunstancias y que no llegaron en condiciones originales. Nada hay más tremendo o tétrico ante la contemplación de la muerte tal como nos propone Bach, rezumando serenidad y paz interior hasta el extremo de traspasar lo terreno. Recurría el texto a una selección de material bíblico, para una obra que se inicia con una Sonatina- Hermann Schmalfuss, propuso la fecha del 3 de junio de 1708, para el estreno de la obra en el funeral de Dorothea Susana Tilesius, de la familia del Pastor Eilman, el superior jerárquico de Bach en Mülhausen. El joven Bach nos dejaba una obra realmente extraordinaria y un ejemplo de grandioso monumento que suponía el corpus de las cantatas bachianas. El Actus tragicus es una obra genial, de la que incluso los grandes maestros, rara vez crean y lo que permitía al autor adelantarse al poderoso impulso de todos sus contemporáneos.

La Trío sonata en M b. M. BWV 525, pieza del grupo de las seis comprendidas entre las BWV 525/30, son producto de su estancia en Leipzig, como parte de un programa pedagógico, dirigido a su hijo Wilhelm Friedemann. El manuscrito original carece de título y se limita a indicar, obra por obra, que se trata de una música para dos teclados y pedal. La discusión sobre su destino resultaría larga aceptando la existencia de un nuevo clave con pedalero entre los ejemplares manejados por el compositor. Con todo, la entrada seis tríos para órgano, en el catálogo efectuado a la muerte del autor, resolvería razonablemente el asunto. El modelo será el de la Sonata en trío, con dos voces melódicas y homogéneas anotadas en la misma clave (la del violín), y una inferior (bajo), que sirve de sostén armónico. La dificultad máxima que plantean estas obras, es la transparencia total que reclama la correcta percepción de las líneas independientes. György Gurtág, fundamental en estas transcripciones, es compositor de cierta confianza por la presencia regular en nuestras programaciones de músicas contemporáneas, en los registros más variados, el húngaro que traspasaría las fronteras a partir de los años cincuenta, los límites oficiales para probar con las vanguardias, lo que supondría una actitud de distanciamiento de los trabajos previos a la Suite para piano; el Concierto para viola; el Primer cuarteto Op. 1 hasta llegar  a Omaggio a Luigi Nono; Songs of despair; Rück-blic  y Samuel Beckett: what is the Word?, en donde utilizará el recurso de la espacialidad concebida como un singular monodrama

Ramón Otero Moreira- Se escucha próxima la respiración del mar (2023/4)-, obra en sus tiempos- A levante o a poniente (1);…dijeron que se había convertido en viento vagabundo (4) y …porque es el camino que hace el sol, en estreno absoluto. Para el autor y por voz propia: Os extractos da obra de Cunqueiro están incorporados nos títulos e en algunhas pasaxes non coa intención de interpretar ou representar co son os seus significados, senón coa intención de reflexionar sobre a capacidade para transformar o seu significado (mediante a fragmentación e a re- localización) e crear novas relacións sintácticas, como ocurre cos obxetos musicais, que se re-significan en cada iteración dependendo do contexto en que aparezcan, das súas repeticións, da súa transformación interna  ou das transformación que teñen lugar o redor do recordó de anteriores aparicións ou a anticipación das que virán. Por exemplo, o título do primeiro e o último número, é unha transformación do comenzó e o final dunha pasaxe que orixinalmente sería así: ¿A levante o a ponente? A ponente- Me gusta camiñar hacia ponente, porque es el camino que hace el sol. Maestros suyos fueron Arlene Sierra, Anthony Powers o David de Puerto- recordemos A solas con Marilyn, por Teatro Xtremo, en el ciclo Contemporáneas, del pasado curso-, o Eduardo Soutullo, compositor graduado en Salamanca y con un doctorado con una tesis dedicada a Children´s corner, un modelo de dualidad estética, de Debussy.

Ramón García Balado

15/07/2025

Un paseo de encontros con la Banda Municipal, en As Praterías

 Praza das Praterías, Santiago de Compostela


Concierto de la Banda Municipal con su titular Casiano Mouriño Maquieira en A Praza das Praterías- día 17, a las 20´00 h-, para un programa que se encuadra dentro de  XXI Encontro Galego do saxofón, Ramón Guzman, que otorga espacio a los ganadores del certamen dedicado al instrumento y que son Alicia Fermoselle Martín y Diego Mateo Iriarte, quienes disfrutarán del protagonismo en las obras a tono con sus preferencias. Para abrir sesión, un habitual como es Philip Sparke (1951), con To a New Dawn, pieza puesta en atriles en más de una ocasión, un compositor formado en el Royal College of Music (Londres), en donde fue valorado con el Diploma ARCAM, especializándose en instrumentos de viento y en particular en trabajo para banda, con resultados como el Preludio de concierto, para banda de metales, compromiso para la Orquesta Gaudium Armonia. Desde entonces recibiría encargos de otras agrupaciones, algunas que él mismo acabaría dirigiendo, tanto para la BBC como para la Unión Europea de Radiodifusión,  Slipstream y Orient Express. En su cometido profesional, la dirección de concursos para banda. Obtuvo el Premio Internacional de Composición de Sudler (1997), producto de sus labores en aquellos concursos que le llevaron desde Nueva Zelanda a Australia, Holanda o Suiza. También Japón estaría en su horizonte, por sus labores con la Armonia Orquesta de Tokio Kosei, que estimularía su vena creativa. De Japón nos llega Yosuka Fukuda (1975), por dos composiciones que definen su trayectoria como creador preferentemente autodidacta: Tango y Berry dance, compositor sin dependencias estilísticas y con tendencia a buscar alternativas menos frecuentes. Japón, aparentemente lejano en las posibilidades de recepción en el aficionado medio, deja de resultar tan distante en cuanto asistimos al conocimiento de obras de músicos como Toshio Hosokawa, Toru Takemitsu, Isang Yun y puestos en las lindes orientales, el chino Tan Dun, del que la Orquesta Nacional de España, estrenó su Water concert. Obra que indagaba en las exploraciones de instrumentos de percusión.

Claude Thomas Smith (1932/87), estará por la Fantasía para saxo alto, composición para el lucimiento de Alicia Fermoselle Martín, un músico que en sus años mozos había probado con la corneta, mientras se formaba en las escuelas de composición entre Nebraska y Missouri, en la Soutwest State University, un músico que paso a paso, refinará su línea evolutiva tras recibir claras influencias de Igor Straniski, Aaron Copland y otros maestros de la vanguardia norteamericana entre los años cincuenta y sesenta, una amalgama de tendencias que se reflejarán en el conjunto de sus obras, en las que sobresaldría los tratamientos de complejos compases asimétricos, un ejercicio de experiencias que mucho deberían a esas aproximaciones a los creadores contemporáneos y a las divagaciones jazzísticas.

Adolf Ventas (1919/ 2004), estará por el Concert D´Amposta (1991), para destinada esta vez para Diego Mateo Iriarte, un músico que había sido saxofonista del Gran Teatre del Liceu (Barcelona) y miembro de la Orquesta Simfónica de Barcelona i Nacional de Catalunya, tras trabajar en su juventud  con la Lira Ampostina. Vivió un período de su vida en París, en donde llegó a ser alumno de armonía con Joaquín Rodrigo, y producto de esa etapa enriquecedora, vendrán sus mejores experiencias profesionales, que supondrían un legado de cinco importantes trabajos de estudio. A otro nivel, llegarían los compromisos de arreglista para la firma discográfica Belter, especializada en registros para cantantes comerciales de éxito en los años sesenta. Un hueco que la posteridad condenará a un irrecuperable olvido. De sus obras, destacarán Miniaturas, para ensemble de saxofones; Danse del Diable simpátic; el Concert d´estiu; Hungarese, para saxo alto y piano, además de transcripciones de obras de Glazunov; la Suite de cámara de José Gago; Montmagastre; el Concierto de jazz, de Artie Shaw; las bachianas brasileiras, de Heitor Villa- Lobos y trabajos para pequeñas formaciones con oboe, clarinete y fagot.

Pascual Piqueras Cabanillas, con De Cai, músico con estudios en el Conservatorio de Zaragoza, especializándose en trompeta y en materias de jazz, tuvo el beneficio de tener como profesores a Konrad von Abel, Guillem Valderde, G. Phelivanian, Achim Halub, Octavi Caleya, Arturo Tamayo, J. R. Pascual Vilaplana, llegando a ampliar formación en la Ac. Katerina Gurska. Compuso obras como el Quinteto de metales, el music-drama del Señorito Lasol; Paco Rodríguez (para trompeta) o De Cai, encargo de TVE, que se utilizará como trabajo de obligada referencia en concursos. Fue director de La Locomotora Jazz Big Band y colaboró con músicos como Perico Sambeat, Ramón Cardó, Carlos González o Joshua Edelman.

Ramón García Balado

14/07/2025

María Luisa de Borbón, sinfonismos del clasicismo bajo la dirección de J. Luis Temes, con la RFG en San Agostiño

 Igrexa de Santo Agostiño, Santiago de Compostela


Una indagación discográfica avalada por José Luis Temes con la RFG, sirve de argumento para los dos conciertos que ofrece la RFG, en la Igrexa de San Agostiño- días 16 y 17,  a las 20´00-, entre otras obras de ese período histórico. J. Luis Temes, director y compositor fundó el Grupo  de Percusión de Madrid forjado en la cátedra de J. Mª Porrás, para centrarse en el ámbito de la percusión con Enrique Llácer, siempre tentado por actitudes auto didácticas que le permitirán proyectarse profesionalmente por distintos países europeos. Dinamizó el Grupo Círculo que le ayudará a prestar atención a compositores como A. Aracil, C. Bernaola, Bertomeu, Del Cerro, Fernández Guerra, M. Sotelo, J.L. Turina, Rodríguez Picó, E. Pérez Maseda, Ibarrondo, Larrauri, Mestres-Quadreny o F. Guerrero. Dirigió orquestas como la de Tenerife, Euzkadi, S. del Vallés, Poznan, Gulbenkian o London  Philoarmonic, con estrenos como Sin demonio no hay fortuna (Fernández- Guerra); Nascita e apoteosis di Horo (Roger); Timón de Atenas (Durán Loriga), mientras ejerce la docencia con trabajos como el (Tratado de solfeo contemporáneo), sus aportaciones frecuentes con la Fundación  Juan March, el CDMC, el Círculo de Bellas Artes de Madrid (un estudio sobre A. Webern) y del propio Círculo de Bellas Artes en dos volúmenes: El Círculo de Bellas Artes de Madrid (Alianza Editorial).

El Grupo Círculo, comenzó sus actividades e 1983, dentro de las pretensiones de un grupo estable dedicado a las músicas de nuestro tiempo, con una plantilla formada por flauta, oboe,  clarinete, fagot, violín, viola, chelo, contrabajo y percusión, precisamente con su sede en el Círculo de Bellas Artes madrileño, colaborando con otras agrupaciones representativas, dentro de un talante independiente, con presencia frecuente en los certámenes más representativos y que les llevarán a tener presencia a nivel internacional. Por lo mismo, nos encontraremos con compositores de nuestra vanguardia desde Fernández Blanco a J. Homs, R. Barce, J. Guinjoan, T. Marco, G. Olavide, S. Lanchares, López López, R. Encinar, Llanas, D. del Puerto y una extensa relación hasta el presente.

María Luisa de Borbón ( Segovia 1782/Roma 1824)- entre obras de Mozart y Carles Baguer- nos traslada al entorno familiar de Carlos IV, educándose en un ambiente propicio para las artes y la música.  Entre sus títulos: Infanta de España, Reina de Etruria y Duquesa de Lucca y que llegó a gobernar en Florencia. Será la música su bastión de preferencia junto a la reivindicación feminista en el rango de las élites. El conocido cuadro  de Goya, nos la muestra a la derecha de la Infanta  Doña Mª Luisa, con su hijo Carlos Luis en brazos junto su esposo el Príncipe Luis de Parma. Melómana fue su corte gracias al influjo sabido de Carlos IV y Mª Luisa Parma, aficionados a violín y canto, y que le facilitó estudiar con Francesco Federici, mientras cultivaba veladas musicales entre otros amigos  entusiastas. Luis de Parma, se convertiría en su pareja después de su llegada a la corte. Disfrutó socialmente de un período como reina de Florencia, cuando Luis fue coronado como rey de Etruria, viviendo en el Palacio Pitti, para el que conseguirán un proyecto de modernización con el escultor Antonio Canova a los que añadirán una colección de modernos fortepianos.  Fue promotora de iniciativas de mecenazgo a favor de la mujer en dos de sus etapas- Reina de Etruria y Marquesa de Lucca-, llegando a compartir experiencias con G. Rossini a quien encargará una ópera que no se estrenará nunca. Apoyó las carreras de artistas como la pintora Matilde Malenchini, la poetisa y bailarina Teresa Bandettini y la compositora Anna Marchi. Prestó, como queda dicho, atención a la composición, con más  de 2000 partituras mientras abordaba el teclado casi a diario, organizando sesiones casi a diario, con su hija Luisa Carlota. En medio de tantas galanterías, se hizo retratar por el pintor Vincenzo Camuccini. Parte de la colección de sus obras, se encuentran en la Biblioteca Palatina de Parma. El apartado de su legado sinfónico fue objeto de estudio gracias a la labor del Instituto Complutense de Ciencias Musicales. Su primera sinfonía fue estrenada con motivo del bicentenario del Museo Nacional de El Prado, en revisión historicista de la Orquesta La Tempestad, dirigida por Silvia Márquez, la misma formación que repetirá con las dos siguientes sinfonías. Conciertos que cabrían bajo el encabezado de Sinfonía en femenino patrocinado por Patrimonio Nacional, espacio simbólico en relación con la familia real.

El Infante Don Luís de Borbón, hermano de Carlos III, artista de temperamento apasionado, tuvo sus más y sus menos con el monarca por su vida muy a su capricho, repartida en sus colegas nobles y grandes de España, lo que forzó a Carlos III a  casarle con la Infanta Mª Josefa, aunque ella le rechazó por lo que Don Luís tomará como pareja a Doña Mª Teresa Ballabriga y Rozas, hija de los condes de Torresca, con la que tendría como hijos a  Luís Mª de Borbón y Ballabriga, que llegó a ser arzobispo de Toledo y cardenal regente del reino en ausencia de Fernando VII y Doña Mª Teresa, condesa de Chinchón, que se casó con Godoy, y murió en París, dejando otra hija que era María Luisa de Borbón- personaje de este concierto-, siendo Carlos IV igualmente un monarca no menos respetado que sabría cultivar su viva intensidad la música de cámara, al igual que su hermano, el Infante Don Gabriel. Sabido es que tocaba con soltura el violín, instrumento que había estudiado con Sabatini. La afición a la música de su padre, Carlos III, tendrá refrendo en la forma en la que se preocupó por proporcionar a sus hijos una buena educación. Ya en 1761, había elegido los maestros de sus descendientes: En atención a las conocidas circunstancias y habilidad de Don Felipe Sabatini, músico de violín, y Don José de Nebra, primer organista de la Real Capilla, decido nombrarles al primero como maestro de violín del Príncipe y al segundo como maestro de clavicordio del Serenísimo S. Infante Don Gabriel, con el sueldo de 12.000 reales de vellón al año, cada uno de ellos. Felipe Sabatini aparece en las relaciones de Hergueta como violinista adscrito a la Real Capilla desde 1747, hasta su muerte ocurrida en 1770. En la Biblioteca Nacional y especialmente en la del Palacio Real, se conservan la mayor parte del repertorio que se interpretaba en las sesiones musicales.

De Mozart, dos movimientos de la Sinfonía noº 49, en Sol m. K.550, el Molto allegro, primer movimiento y el Allegro assai, cuarto, enérgico y febril al que sigue un ritornello tras un desarrollo ostentoso, obra de un período fecundo que convierte a esta sinfonía en la más célebre y de la que se conocen dos versiones, una sin clarinetes aunque será la segunda la que se acabará utilizando en preferencia por los dos oboes elegidos originalmente, logrando fundir sus sonoridades. En conjunto, la orquestación resulta ligera por la ausencia de trompeta ni timbales. Carles Baguer, con la Sinfonía nº 12, en Mi b M. (1790), en sus tiempos Allegro con brio, Andante, Minuetto y Final presto, compositor centrado en los patrones canónicos y que en los segundos movimientos, basculan entre el Adagio y el Andante, siempre con sordina en la cuerda y escritos en un tonalidad vecina que generalmente es la dominante. El cuarto movimiento, oscila entre el esquema de sonata y el rondó. Todas sus sinfonías quedan encuadradas en el espacio de cuatro tiempos, siendo el primero el que adopta el esquema formal de la sonata bitemática. Los desarrollos son cortos y las técnicas de la variación, son  las habituales de la época, manteniendo los patrones de los grandes maestros.

Ramón García Balado.

11/07/2025

Conciertos de las II Xornadas de frauta de Galicia

 Palacio del Carmen/ Hostal dod Reis Católicos/Capela das Ánimas


La serie de actividades iniciadas en el Auditorio de Galicia con el programa ofrecido por Ruth Pereira y Erika Macalli, acompañadas por el pianista Esteban Domínguez, el pasado día 7, con el reclamo De Berlín a Santiago: sonidos que viajan, tendrían continuidad al día siguiente con Silvia Rozas y los ganadores del Concurso que promovían las II Xornadas de frauta de Galicia: De promesas a referentes: trayectorias que inspiran, en el Palacio del Carmen, para continuar con el entretenimiento de tentaciones en confluencias latinas: De Bach al Caribe, mientras se desarrollaba las  labores docentes repartidas entre Ruth Pereira, Erika Macalli, Christina Castellanos, Néstor  Sutil, Claudia Walker, Silvia Rozas, Joan Ibañez, Laurent Blaiteau y Luís Soto.

Diego Aceña, Néstor Sutil, André Cebrián, con la participación de Susy Riminucci (viola), Bleuenn Le Friec (arpa) y el pianista Esteban Domínguez, ayudarían a ubicar el peldaño de transición hacia las últimas actividades, en el Palacio del Carmen, decidiéndose por la Sonata para flauta, viola y arpa en Fa M., de Claude Debussy, obra de repertorio en programas habituales de ciclos camerísticos, una obra de finales de 1915 y que en sus labores previas había sido destinada para flauta, oboe y arpa, antes de que un trabajo de profunda meditación, la elección de la viola acabase sustituyendo al oboe, resultado de una asumida voluntad de dudar de esos previsibles resultados que dejarían la impresión de una composición de carácter melancólico. Para Claude de France, bastará con que aceptemos su valoración: No sé si hay que reír o llorar ¿quizás las dos cosas? Ciertamente los tres instrumentos casan sus timbres admirablemente, en una sutil alianza de libertad de intención y de estructura, lirismo y sensualidad. Muchos consideran esta partitura como la obra maestra suprema del compositor; en todo caso, como la más bella del grupo de tres sonatas. Obra con una primera audición pública a finales de 1916, aunque posiblemente tuvo otra anterior, para esta obra que sería editada por Durand  y para regocijarse, el paseo a lo largo de sus tres tiempos: la Pastoral, que recrea una atmósfera repartida en complicidad por los instrumentistas; el Interludio (tempo di minuetto), apacible y en beneficio de la atención a las exigencias melismáticas, urgidas por las audacias de las armonías, en permanente atención al sonido de la flauta; el Final, tendente a un Allegro moderato, ma risoluto, vigoroso merced a los apuntes rítmicos y festivos. Una superposición de armonías politonales, procedentes del primer episodio, tendrían hacia un reprise de entusiasmo dionisíaco.

Haydn en Guláns- día 12, a las 20´30 h-, Capela das Ánimas, es precisamente el título de un programa ya ofrecido en el mes de diciembre, y que para el evento, contará con las flautas de Luís Soto y de Nikolay Velikov, con la viola Iona Ciobotaru y el chelista Álvaro Quintanilla, campanas al vuelo de un viaje imaginario, de lo que en su fecha, había sido un trabajo en arreglo de Velikov, para aquel concierto en el que para conservar el dietario propuesto, se añadiría la colaboración de Pablo Carpintero, con la pipa galega, apreciado luthier en primera línea de osadía dentro de nuestros aventurados indagadores sobre instrumentos y sonidos ancestrales. Fusion Atlántica Ensemble, tal cual su tarjeta de visita, había aportado un concierto entorno al libro- disco que llevaba por título O segredo de Joseph Haydn, con autoría del texto debida a Suso de Toro, con ilustración de Xosé Cobas. Un programa con Cuartetos para flauta y trío de cuerdas, con las Danzas de Guláns. Cuartetos para flauta de Haydn que fueron los Op. 5, primero en Re M., cuarto en Sol M, y  sexto, en Do M., entremezcladas, la Danza de Pau; la Danza de arquillos (versión III); la Danza de arquillos (versión primera) y el Canto de reis. En esencia, se trataba de abordar el episodio  biográfico de una visita del padre de la sinfonía y del cuarteto de cuerda, al Reino de Galicia, un desvío sorprendente en su viaje a Inglaterra, camino de Londres, en el que descubriría las peculiaridades de nuestra tierra y los sonidos que se escuchaban  en el entorno compostelano. Un trabajo literario de indagación, en el que no faltaría la propia música. El Haydn al servicio de los Esterházy, y cuyo material servirá a Antonio Arias, para su libro Historias de la flauta. De aquella aventura de Fusión Atlántica Ensemble, saldrían conciertos que tendrán acogida en Guillade, el Conservatorio y el Auditorio de Ponteareas, Xinzo, Igrexa de Gulans- en donde se haría la grabación de audio y el vídeo, en directo, con la pipa de Pablo Carpintero- y  el Auditorio de Galicia, de Santiago.

As danzas de Reis de Gulans, en licencia del grupo, se precisaría en un resumen clarificador: Un rancho de reis é un grupo de músicos que interpretan danzas gramiais ou danzas brancas, formado por cantores, danzantes e músicos, para percorrer a veciñanza pedindo o aguinaldo. No bispado de Tui, atópase un documento no que se fai referencia a unha visita do Rancho de Reis de Guláns, a finais do século XVIII. No tempo da epifanía, Guláns celebra a súa festa do patrón, acompañando o santo co Rancho de Reis, O Canto de Reis, interprétase no momento da saída do Santo para levalo en procesión até o nacemento vivente que cada ano se festexa na parroquia. A vestimenta tanto femenina como masculina é básicamente de cor branca con sombreiros e gorros moi adornados, tanto de frores como de cristais a xeito de espellos. As danzas más frecuentes son: danza de pau, danza de arquillos, danza dos paus o danza das castañolas.  

Para completar estas II Xornadas de frauta de Galicia, una cita en el Hostal dos Reis Católicos- día 13, a las 20´30 h-, en un concierto protagonizado por André Cebrián, Diego Aceña, Paula Padín, con acompañamiento al piano de Esteban Domínguez, para un programa a repartir entre obras de P. I. Tchaikovski, George Enesco, Robert Schumann y Ferenz Liszt, en preferencia. André Cebrián, es flauta solista de la Scottish Chamber O., tras pasar por la  Britten- Pears, la JONDE, la Gustav Mahler Jugendorchester, al tiempo que recibe invitaciones a colaborar con la Philharmonia de Zurich, Spira Mirabilis, Sinfónica de Castilla y León, Filarmónica de  Gran Canaria o la O. del Teatre del Liceu. Trabaja también con formaciones como Azahar Ensemble, Natalia Ensemble y colaboraciones a dúo con Bleuenn Le Fliec, el guitarrista Pedro Muñoz González y la pianista Irene Alfageme. Sigue en sus labores de oficio profesional con la Fundación Barenboim-Said. Diego Aceña, tuvo como maestros a Antonio Nuez, Fernándo Gómez y en el College of Music (Londres), a Jaime Martín, Chris Green, Gareth Leverhulme y Stewart Mcilwahm, recibiendo las becas de la Comunidad de Madrid y la Leverhulme Orchestra Mentroship. Su dimensión como solista fue ampliada por sus trabajos con la London Philarmonic O; en la Staatskapelle Dresden, asesorado por Sabine Kittel; ejerciendo como flautista cosolista en el Staatstheater Kassel, mientras que colabora con la Mahler C.O. Grabó discos con el Cataleya Quintet; Moonwind o el Ensemble Mini. Recibió el Premio Opus Klassik. Paula Padín es apreciada por sus dominios en los métodos Suzuki, Gordon, Willems y Waldorf, y publicó su trabajo Aprendiendo a enseñar, auspiciado por la Fundación Sanganka, profesionalmente, ejerce la docencia en el Conservatorio de Culleredo. El pianista Esteban Domínguez, tuvo como maestro en el Conservatorio de Zaragoza a Miguel A. Ortega Chavaldas  antes de trasladarse a la Hochschule für Musik Würzenberg, con András Hamary. Colabora con el Teatro de la Ópera Biel (Suiza), y en la Ópera Estatal de Nuremberg, en óperas como Mme Butterfly, Carmen o Cosi fan tutte. En su trayectoria pasó por la JONDE, la Nederlands Jeund Orkest o la Gustav Mahler Jugendorchester.

Ramón García Balado

Resonet: VII Concierto de Nadal Pedras de Compostela en San Francisco

Igrexa de San Francisco, Santiago de Compostela Séptima cita de concierto de Nadal Pedras de Compostela en la Igrexa de San Francisco -día...