Praza das Praterías. Santiago de Compostela
Concierto de la Banda Municipal en As Praterías- día 5, a las 20´00, con su titular Casiano Mouriño Maquiera, ofreciendo en programa obras de compositores habituales comp Phillip Sparke, Alfred Reed, Franco Cesarini, el menos frecuente Arie Malando (Arie Maasland), un holandés converso y especializado en tango a lo largo de su dilata vida y una selección de la zarzuela Alma de Dios, de José Serrano. Phillip Sparke (1951), con To a New Day, un compositor formado en el Royal College of Music, de Londres, en las especialidades de trompeta y piano, destacando pronto por obras como el preludio de concierto, para banda de metales, suscitando un creciente interés por el estilo de obras que cultivaba, por lo que recibiría encargos ya desde su juventud, entre los que se encontrarán los destinados para cadenas de tv, como los recibidos de la BBC, llegando a ser galardonado por tres veces, por el Contest of the European of Music Band, merced a trabajos como Slipstream, Skyrider y Orient Express, siendo alguna de sus obras piezas habituales en las programaciones de nuestra Banda Municipal. Una idea de trabajo que le llevará a proyectarse en otros ámbitos distintos a las obras de concierto, destinadas a géneros cercanos a las formas incidentales. Recibió el Sudler Prix International of Composition (1997) y el Contest Int. de 2005, por La Música de las esferas.
Franco Cesarini-Old Russian romances (2013): Come my guitar play on; Great Affliction all hope gone y Two guitars, un músico familiar entre los aficionados, compositor con estudios en el Conservatorio Giuseppe Verdi, de Milán, teniendo como maestros a Robert Suter o Jacques Wilberger (teoría y composición); Petter- Lukas Graf (flauta) y Felix Hauswirth, en dirección de banda de viento. Ejerció la docencia en la Universidad de las Artes de Zurich, entre 1989 y 2006, y llegó a ser nombrado maestro de la prestigiosa escuela del Conservatorio della Svizera Italiana (Lugano), donde amplió perspectivas en trabajos para banda, teniendo un inmediato refrendo en sus giras de concierto y siendo nombrado compositor en residencia de la Southeast Missouri State University y en la Cape Girardeau. El repertorio para banda ocupa una atención preferente, destacando obras como Rapsodia Ucraniana Op. 3; la Suite Ancienne Op. 1; Mexican Pictures Op. 8 o El butaquito.
Alfred Reed- El Camino Real (Fantasía Latina) (1983)- creador de primer rango con más de doscientas obras, es efectivamente uno de los incondicionales de las propuestas de temporada, un neoyorquino de arraigo internacional, siempre en cartel de las bandas de mayor prestigio, pasó parte de sus años de formación en bandas militares, lo que determinó la evolución de su carrera. Fue director de la Baylor Symphony Orchestra University, después de estudiar en la Juilliard School of Music, con Vittorio Giannini, llevando a presentar una tesis sobre la Rhapsody for viola y orchestra, galardonada con The Luria Prize (1959), fue también miembro del Beta Tau Chapter of Phi Mu Alpha Sinfonia, una confraternización en defensa de la divulgación de la música y de los propios compsitores/intérpretes. La Universidad de Miami, le tuvo entre sus maestros en estos oficios, que compaginará con la composición de obras de notable prestigio, como los conciertos para banda Russian Christmas Music; The Musik Maters; A Ceremonial Fanfare; A Northern Legend; Armenian Dances, inspiradas en piezas de raigambre tradicional; In Memoriam an Elegy for the Fallen o la First Suite for Band.
Arie Malando (Arie Maasland) (1908/80)- El ciclo de los ríos, en arreglo de Kees Vlak: Río Negro; Orinoco y Chubat. Curioso personaje holandés profundamente interesado en el mundo del tango desde años jóvenes, de ahí el detalle de su nombre, la latinización de su nombre que conoceremos como Arie Malando, que llegó a formar una orquesta dedicada al fomento de los estilos de tango en los años treinta. Una vida poco fácil ya que padeció los turbio amargos cuarenta, en medio de la ocupación nazy. Había estudiado piano con Jan Kriek antes de entregarse a la seducción del acordeón que enfocaría el resto du su vida, gracias al embrujo del tango y las orquestas milongueras, fue su sonido una perfecta asimilación que ya desde los años treinta, conseguirá una aceptación internacional pero en su favor, la garantía de un estilo claramente personal, garantizado desde su primer gran éxito Anny, dedicado a su compañera sentimental, que repetirá también en su hija. Acuñará definitivamente el nombre artístico de Malando, tras probar impresiones artísticas con la orquesta de Eduardo Blanco y después de pasar un importante período como músico de sesiones de acompañamiento en los filmes de cine mudo. Con los Jumping Jack, había actuado en oficios parecidos mientras daba gusto a las composiciones tangueras- Olé guapa, Cosmopoliet, en su título original y otras tantas de las que sacará buen partido. En la memoria, se conservan en registro, Niña Bonita, dedicada a su hija Lía; Cornelita o Guapita; Noche de estrellas; Con sentimiento o Soleado. Llegó a formar su propia orquesta con sus colegas Ben Rodenhuis (violín) y Rinus de Recht (violín, clarinete y canto), la radio y los conciertos, había sido una excelente vía de popularidad, facilitando su visita a Buenos Aires, en una de sus largas giras e incluso en Japón, donde le recibieron con los brazos abiertos, todo un acontecimiento de época. Tras su muerte, la orquesta se mantuvo activa, bajo la dirección de su yerno el percusionista Evert Overweg, quien incorporará nuevos repertorios sobre ritmos latinos y entre los que destaca precisamente Rivieren Cyclus (Río Negro; Orinoco y Chubat), obra que fue incorporada a los repertorios de orquestas sinfónicas.
José Serrano, estará representado por la zarzuela lírica Alma de Dios, acuarela de costumbres populares, sobre libreto de Carlos Arniches y Enrique García Álvarez, para estrenarse en el Teatro Cómico madrileño, el 17 de diciembre de 1907, destacando como solistas Loreto Prado; Enrique Chicote, en calidad de tenor cómico; la Señorita Anchorena, como actriz; el Sr. Delgado, como actor y un importante elenco de artistas de éxito del momento. Fue la Compañía de Chicote quien veló por ella, consiguiendo gran aceptación desde las primeras funciones gracias a sus virtudes trabajadas sobre los madriles castizos, las pinceladas sainetescas, los detalles propios del género chico y otras deferencias. Alma de Dios, revela sus cualidades desde el Preludio en forma de seguidillas, consolidando el talento de José Serrano quien con ingenio describe aires quijotescos reservados a los protagonistas, manejándose con soltura en la selección de números musicales, que serán recordados durante bastantes años, como la melodía Canta mendigo errante o las seguidillas del fuelle, cuyo estribillo se repetirá machaconamente.
Ramón García Balado