09/08/2024

La Capilla del Hostal de los RR. CC., acoge la clausura del LXVI Curso U. I. de Música en Compostela

 Capilla del Hostal de los RRCC, Santiago de Compostela

 

Clausura del LXVI Curso U. I. de Música en Compostela, en la Capilla del Hostal de los RR. CC.- día 10 a las 11´00 h., tras el concierto ofrecido por la OSG, dirigida por Isabel Rubio,  con obras de Carles Baguer, Conrado del Campo, Manuel de Falla y Miquel Marques, en un acto en el que se hará entrega de Diplomas y Premios, con la firme voluntad de emplazarnos para el curso siguiente. Tiempo tuvimos de asistir a la serie de actividades complementarias ofrecidas por los profesores y alumnos, entre charlas y conciertos destacando los de estos últimos en su generosa entrega de confraternización, comenzando por la acostumbrada visita al Edificio Castelao, del Museo de Pontevedra, en la histórica serie A la luz de los candelabros. Las dos propuestas de conciertos de alumnos al Hospital Clínico (CHUS) y al Conservatorio Profesional compostelano, ambos el lunes, día 5 o el excelente del Cuarteto Lucent, con el guitarrista Riccardo Guella, con obras de Enric Granados, Manuel Castillo y Ruperto Chapí. El concierto de los profesores Ashan Pillai, Stephan Picard, Andrei Banciu y Stephan Forck.  Dos charlas profusamente documentadas de José Pérez Sierra, acompañado por Josep Mª Colom, dedicada a la figura del Padre Soler y su entorno artístico de El Escorial o la ofrecida por Ernesto Monsalve, con motivo de Joaquín Rodrigo: En el centenario de su primera obra. Quedará espacio para guardan un detalle con respeto a los dos últimos conciertos del martes y el miércoles, ofrecidos por alumnos en la Capilla del Hostal de los RR. CC. , veladas de apacible confraternización entre los miembros del curso y los entusiastas melómanos entregados a la causa, atentos al nivel mostrado por el dominio y conocimiento de las obras elegidas. Pablo Esteban, pianista del aula de Josep Mª Colom, en un ejerció de dominio técnico en la extensión exigida por la Fantasía Bética, de Manuel de Falla, obra insigne dedicada a Arthur Rubinstein y de la que Ernesto Halffter obtendría argumentos para una ostentosa orquestación. Asoman en su desarrollo apuntes de cante jondo, con preciosismos que nos sugerirían a D. Scarlatti. Modélica respuesta del alumno en consideración a su maestro Colom.  Las Cátedras de viola, cámara y guitarra, en confluencia: Ashan Pillar y Gallardo del Rey, una sorprendente propuesta de Eduard Moya- viola- y Oriana Kemelmajer (Argentina), por las Variaciones geográficas sobre el Cant dels ocells- popular en sus raíces y razón de ser de Pau  Casals. La pieza en sus dilatadas variaciones, discurría en libre antojo por las fronteras más imprevisibles desde la habanera, al tango o al ragtime. Muy libre en su correcto entender.   Diego Arévalo.(1994), alumno del curso , colaborará con una obra  de propia firma, la  Rapsodia para chelo  y guitarra, de la que fueron intérpretes Yena Gook (Australia) y Viaslav Shugaev (Rusia), pieza con atisbos de neoclasicismo en las tendencias innovadoras del siglo XX, y no menos ingeniosa en procedimientos estilísticos por voluntad de criterio.

La Cátedra de violonchelo de María de Macedo y Stephan  Forck, otra cumbre por Requiebros, de Gaspar Cassadó-no podría ser menos- en manos de Esteban Barlow (España), asistido por el profesor- asistente Ángel Huibobro. Cassadó, miembro  de Música en Compostela a partir de 1959, con Andrés Segovia. André Gertler y Josefina Salvador, en instrumentos de cuerda. De Cassadó, también, Preludio –fantasía, primer movimiento de la Suite para violonchelo solo, en manos de Emilo Ubach. Pieza también emblemática de quien había formado un trío con Menuhin y Ketner, mientras se dedicaba ampliamente a la docencia desde Florencia a Siena o nuestros cursos de Música en Compostela. De la Cátedra de violín, de Stephan Picard, un apoyo en Joaquín Turina, para un especial tratamiento virtuosístico repartido entre dos de sus obras. El poema de una sanluqueña, en la que la violinista rendiría dotes ante un público entusiasta, en el que no faltarían sus compañeros, Sonja Bogner (Alemania), acompañada por el profesor Andrei Banciu, al  piano. Pieza precisamente dedicada a las muchachas de Sanlucar, un poema de amor según el autor, un punto amargo y una expresión doliente expresada por las cuerdas del violín. También de Turina la Sonata española para violín y piano Op. 82- Vivo-Adagio/Allegro moderato-, de la que dejaron buenas impresiones Abraham Parra Amante (violín) y también el profesor Andrei Banciu, obra presentada para su estreno en el Teatro María Guerrero de Madrid, por Enrique Iniesta, acompañada por el autor y que se maneja con una importante versatilidad expresiva, detalle a favor de los intérprete. La Cátedra de Canto de Mª José Montiel- tan efusiva como de costumbre-, Yuki Urata (Japón), buscándole los entresijos pasionales a Mujer de los ojos negros, de El huésped del  sevillano de Jacinto Guerrero. Yonxi Liu (China), un aire de resuelta canción popular, No quiero tus avellanas- Jesús Guridi-, respirando aires de sus Canciones castellanas. Jimena Ramós, el apacible encanto de A través de mis cristales (Sueños de Oro), de F. Asenjo Barbieri y la mejicana Armida Olaechea, el destilado sentimentalismo de Lágrimas mías, de la zarzuela El Anillo de hierro, de Pedro M. Marques, de quien la OSG nos había ofrecido su Quinta sinfonía. En grupo, con el acompañamiento pianístico de Itziar Barredo, dos irresistibles por su contagiosa popularidad, nada menos que La Habanera, de Don Gil de Alcalá (Manuel Penella): todas las mañanicas vuelve la aurora y se lleva la noche triste  y traidora… y el coro de románticos, de Doña Francisquita de Amadeu Vives. Una despedida calurosa para la tarde del martes.

La tarde del miércoles tuvo como aliciente el estreno de la obra de encargo del curso con las miniaturas características: Promenade, Sicliano, Chotis y Nana, de Juan Durán, en dedicatoria a Gallardo del Rey y digitación de J. M. Dapena, obra obligada para el concurso de guitarra Savarez, y que tuvo su presentación a cargo de Daniel Sánchez y Viacheslav Shugaev (Rusia), quien obtendría el Premio del Curso ante un jurado presidido por Gallardo del Rey, J.M. Dapena y el compositor David del Puerto.  Una velada que nos deparó algunas obras elegidas, destacando la obra de Juan Durán, interpretada por Daniel Sánchez- quien también aportaría Sevilla, de la Suite española Op. 47, de I.Albéniz, pieza sugerente y receptiva junto a las  de las miniaturas de Durán, que también estarían en manos de Viacheslav Shugaev, que añadiría el Elogio a la guitarra, de Joaquín Rodrigo, ejemplo de sus piezas para el instrumento como lo fueron la Zarabanda lejana; Junto al Generalife; Entre olivares o la Sonata Giocosa.

Juan Durán, nos dejó recientes trabajos como el Cuarteto de Cuerda, grabado por el Cuarteto Novecento: Ildikó Oltai, Irina Gruia, Joana Ciobotaru y Millán Abeledo, entre obras de M. del Adalid y José Arriola, un período creativo en el que estrenó la Cantata Terra, con la OSG, para solista- Javier Franco-, coro y orquesta, bajo la dirección de Víctor Pablo Pérez, siendo responsables de coro Carlos Mena y Javier Fajardo. Obra que partía de la poética de Ramón Cabanillas: No desterró; Vento mareiro y Da terra asoballada.  El profesor Gallardo del Rey, mediador con la firma Savarez, especializada en el mundo de la guitarra, para la consolidación de este premio, se graduó en el Conservatorio de Sevilla, en guitarra y música de cámara, siguiendo los cursos de Sáinz de la Maza, A. Segovia y José Tomás y en 1979 obtuvo el Premio de interpretación Luís Coleman, en el Curso I. U. de Música en Compostela, logrando con el paso de los años los de la Fundación Francisco e Inocencio  Guerrero, estrenando obras en la Bienal de Arte Flamenco, con la O. C. Reina Sofía, por el Concierto para guitarra y orquesta, de Manuel Castillo, mientras se aventuraba como compositor con Noches de San Lorenzo, estrenada en El Escorial.

De la cátedra de viola y música de cámara, de Ashan Pillai, el viola Pol Altimira- del Cuarteto Lucent-y el repertorista y profesor J. Carlos Cornelles, se ofreció la Romanza para viola y piano de Lluís Benejam (1914/68), violinista y director con carrera en Latinoamérica, compartiendo experiencias con el chelista Ernesto Xancó, los violinistas Roberto Plaja y J. Rodríguez de la Fuente, con quienes formó en Quito, el Cuarteto Nacional Ecuatoriano, con quienes ayudó a la iniciación de una labor divulgadora. Fue concertino y director de la O. S. Nacional y profesor del Conservatorio Nacional. En su obra está presente un reconocible nacionalismo reflejado en el conjunto de sus composiciones camerísticas, como Lorqueña; el preludio jondo o la Obertura flamenca.

De la cátedra de piano de Josep Mª Colom, dos alumnos, comenzando con Irene Pérez Sanmiguel, en una lectura precisa de la Sonata para piano, de Ernesto Halffter, obra de 1926 y primera de las tres que había tenido en mente como dedicatario a Eugene Cools y en la que trabajaría hasta 1932, pieza dividida en cuatro secciones con un solo tema que le da unidad orgánica, concebida como una serie de variaciones sobre. Obra que fue estrenada por Leopoldo Querol, en 1934. Oriana Kemelmajer (Argentina),  no se resistiría a los encantos de los Valses poéticos, de Enric Granados, dedicados a Joaquim Malats, en la serie de ocho números a partir de la colorista entrada que se repite  en el final, dentro de un gusto típicamente romántico. El talante musical de estas piezas, justifica el título de esta obra de juventud, como expresiones poéticas de un género lírico

Ramón García Balado

08/08/2024

Nereydas de Javier Ulises Illán, en el XI Festival Bal y Gay

 Igrexa de San Francisco, Viveiro/ Auditorio Hernán Naval, Ribadeo


Dos serán los conciertos que ofrezcan el grupo Nereydas, que dirige Javier Ulises Illán en  el XII Festival Bay y Gay- día 10, a las 20´ 00 h., en la Igrexa de San Francisco (Viveiro) y el del día siguiente en el Auditorio Hernán Naval (Ribadeo), a la misma hora. Nereydas se presenta como una agrupación vocal e instrumental especializada que se mantiene dentro de criterios históricamente informados ya desde su fundación en 2010, por su titular Javier Ulises illán, con amplia experiencia en estos repertorios y que para estos conciertos reservan obras de Händel y Vivaldi, culminando con el Gloria RV 589, del veneciano. Un grupo abierto y flexible para esa combinación de voces e  instrumentos de cualificada garantía interpretativa. Cuidan desde los fundamentos las fuentes a las que recurren, trasmitiendo el legado recibido de estilos de época, participando en lugares como el Teatro Real (Madrid), el Teatro de La Abadía, Patrimonio Nacional, el CNDM, la Semana de Música Religiosa de Cuenca y otros espacios, dejando registros en cd, de sus trabajos, ratificados por su afinación y compromiso con estos estilos.

G.F. Händel con el Concerto grosso, en Re m., nº 8 HWV 326, conjunto de obras de una colección cuidada y elegante según Christopher Hogwood, y pensada para competir con la homónima de Arcangello Corelli que seguía siendo a tenor del criterio de Roger North, el pan de la música para los intérpretes. El gusto inglés había sido modelado en los principios de Corelli y por su discípulo Geminiani, que había publicado varias colecciones de sus propios Concerti grossi, en los diez últimos años, junto a arreglos de sus conciertos y de las doce  sonatas para violín del propio Corelli. Imitadores ingleses tales como Festing y Woodcock, colaboraron en la confirmación de estos principios y Händel no tuvo el menor reparo en adoptar similares criterios de planteamiento. Concierto que también tienen menor dependencia de los conciertos de la escuela veneciana de Vivaldi y Albinoni, cuyas obra eran reconocidas en Inglaterra.

Antonio Vivaldi con el Concierto nº 4, en Sol m. RV. 157, el capítulo de obras entre  conciertos y sinfonías entre las que se engloban la serie que abarca el grupo comprendido desde la RV, 131 a la RV. 168. Con independencia de su cronología, que se datan desde 1715 a 1741, la mayoría de aquellas obras se repartirán entre conciertos y sinfonías a cuatro, en los que se descubre un considerable catálogo. La esmerada concepción polifónica de aquellos concerti grossi, suponen una magnífica demostración del magisterio del veneciano en el ejerció del contrapunto. Las soluciones constructivas que  Antonio Vivaldi adopta en la serie de estas obras de sobresaliente poderío sonoro y expresivo, obras sin un solista reconocible, llegan al grado máximo en estos años de obsesiva fecundidad creativa. Para Marc Pincherle el acostumbrado término de Conciertos sinfónicos, resultará idóneo para la definición estructural de unas obras en las que Vivaldi, liberado de los condicionantes de obras con solista, llega a lograr resultados de música pura y diáfana

El Gloria RV 589, verdadero paradigma de composición coral, fue compuesta hacia 1713, para dos sopranos, contralto, coro mixto a cuatro voces, con orquesta y continuo, que incluye oboes y trompetas. Un Gloria que eclipsará el resto de obras con el mismo motivo argumental , concentrando los mismos procesos de escritura en una visión preclara lograda en cada uno de sus tiempos, desde el Allegro, al Andante, un nuevo Allegro, un Adagio, otro Allegro, el Largo para llevarnos a un arrebatado y exultante Allegro, que encadena otros tres tiempos. El Gloria para mayor entidad, respondía a la precedente Introduzzione, de Gasparini, ofrecido el 2 de julio de 1713, con motivo de la Fiesta de la Visitación della Pietà, en sus intenciones creativas, y  en su condición  de música religiosa, confirmará el desafecto expresivo con respecto al llamado stille antico, propio de Venecia en el apartado de obras sacras. Las influencias reconocidas del mundo operístico, como pasará en muchas de sus obras, será consecuencia de una evolución enriquecedora, en particular para los cantantes por los detalles belcantistas. Una estructura compleja, remarcada afortunadamente por la recurrencia al uso de las arias acompañadas de ariosi, más libres en comparación con otras obras de parecidos contextos. Los ritmos punteados en su calidad de contraste encuentran aquí un medio de canalización expresiva. La generosidad lírica del melodismo ornamentado es fuente de un permanente entusiasmo al que responde en justa medida el coro en los pasajes de mayor protagonismo. Otro Gloria RV  588, será obra que con seguridad fue posteriormente sin que llegase a alcanzar los avances conseguidos en esta obra, quizás la más sublime junto algunos de sus grandes motetes como Domine ad adiuvandum me RV, 593, el Dixit Dominus Rv. 594, que tendría continuidad en el RV. 595; Beatus Vir RV. 597, un motete de gran aliento que inspirará un segundo de parecida resolución.

Ramón García Balado

06/08/2024

Sergey Khachatryan: Homenaxe a Luisa Villalta en el XI Festival Bal y Gay

 Auditorio Hernán Naval, Ribadeo


Concierto en el Auditorio Hernán Naval, de Ribadeo- día 9, a las 20´30 h-, en las actividades del XI  Festival Bal y Gay, en un Homenaxe a Luisa Villalta (Día das Letras Galegas) con el pianista de Erevan Sergey Khachatryan, acompañado por la violinista Lusine  Khachatryan y que no ofrecerán obras de César Franck, Eduard Bagdasarian, Ernest Chausson y Maurice Ravel. Un pianista ganador del VIII Concurso Int. Jean Sibelius, obteniendo otro primer premio del Queen Elisabeth (Bruselas), presentándose esta temporada con formaciones como la Dresdner Philharmonie con E. Tjeknavorian; con  la O.N. de Corea y Oksana Lyniv; la O. del Ulster, con Daniele Rustioni o la Nacional de Bélgica con Michael Schonwandt, colaborando con formaciones españolas como la OSG, (Andrew Lytton), la S. de Euzkadiko (Stanislav Kochannovsy), la O. de Valencia, en gira (Alexander Liebereich), añadiendo la inclusión del Doble concierto, de J.S. Bach en el ámbito camerístico. Participó en el proyecto Transfigured Night- la Noche transfigurada, de A. Schónberg), que incluía obras de este autor con otras de Beethoven y Shostakovich, y el realizado con Dudamel con la Wien Philharmonie, con el Concierto para violín, de Beethoven, siendo ganador del Premio Credit Suisse, para Nuevos Artistas. En sus manos tiene un Guarnieri del Gesu Ysaÿe 1740, cesión de la Nippon Music Foundation.

César Franck con la Sonata para violín y piano en La M., obra emblemática del francés en dedicatoria a Eugène Ysaye, quien la estrenó en el Círculo de las Artes de Bruselas en diciembre de 1886, con Mme Bordes-Pène, al piano, repitiendo poco después en la Sociète Moderne, con Rémy como violinista, obra cálida que estimulará el interés de Ysaye por mantenerla en su repertorio. Queda como trasfondo el mito literario relativo a Marcel Proust, y que arrastrará el sobrenombre de Sonata de Vinteuil. Obra fundamental en el género que acabará teniendo imitadores. En el contexto de la sonata, el mundo imaginario de Por los caminos de Swan tan cercano a su sensibilidad y que derivará en acólitos cercanos como C.Saint –Saëns o Gabriel Fauré y Eduard Lalo, obteniendo con ella motivos que se confirmarán en el Quinteto y en el Cuarteto, obras únicas en su estilo. Dentro de esta sonata tenemos un movimiento merecedor de especial atención, el Recitativo fantasía, Ben moderato, una de sus pretensiones más osadas que sabe distanciarse de toda imposición formal, beneficiando con ello el intenso lirismo que consigue. Un recitativo muy libre cuyos elementos derivan de la célula cíclica y que se manifiesta preferentemente en el piano desde los primeros compases, para conceder al violín un protagonismo preponderante. El tiempo final Allegro poco mosso, es un expresivo rondeau a la francesa, con un sensual motivo dolce cantábile.

La rapsodia para violín y piano de Eduard Bagdasarian (1921/83), es una composición de 1958, dedicada la virtuosa Anahit Zizikian, pieza de notables exigencias interpretativas y que consiguió una inmediata aceptación en los países de tradición eslava. Su divulgación en nuestro país fue posible gracias a los proyectos de temporada de la Fundación Juan March, de Madrid, en un monográfico dedicado a compositores de su generación, entre los que se encontraba Ara Khachaturian, Alexander Aruturian (1920) y Arno Babadzharian, en un ciclo dedicado a la Música Armenia, en el año 2007.

Ernest Chausson con el Poème Op. 25, obra en principio para violín y orquesta, ciertamente independiente de la gran tradición para el instrumento, obra con primeros esbozos a finales de 1892, aunque tardaría más de un lustro en concluirse. Hubo un trabajo previo inspirado en el mundo literario de Turgeniev a través de su relato Canto del amor triunfante, que ayudará a recrear ese mundo imaginario y que motivará el título de Poème, derivando en lo que definitivamente es un poema sinfónico en la plenitud de sus parámetros, con todo, la composición musical invita a olvidar las supuestas dependencias literarias dejando como evidencia lo que se presenta como un concierto para violín y orquesta, afirmando el espíritu del autor. Una obra que tuvo su presentación en Nancy, el 27 de diciembre de 1896, con el maestro Eugène Ysaye, una vez más como solista, tras la obra de César Franck, para repetir en París en la primavera del año siguiente en los prestigiados Concerts Colonne, recibiendo entonces una acogida discreta.´

Ravel con Tzigane, obra rapsódica y de sobrada aceptación, compuesta en 1924, mientras se dedicaba con entusiasmo al capricho pueril que fue El niño y los sortilegios, pieza de éxito consumado gracias a las virtudes de llegar a todo tipo de aficionados y composición como esta Tzigane, que alcanza similares cumbres artísticas. Obra dedicada a la violinista húngara Jelly d´Aranyi, efectivamente una rapsodia para el instrumento y que se pondrá en atriles a finales de noviembre de 1924, en la versión orquestal con la mentada Jelly d´Aranyi, bajo la dirección de Gabriel Pierné, poco después del gran éxito logrado en la primigenia versión camerística.

Ramón García Balado   

 

Elias String Quartet, inauguran el XI Festival Bay y Gay

 Pazo do Conde de Fontao, Foz

Elías String Quartet inauguran en XI Festival Bal y Gay da Mariña lucense en el Pazo do Conde de Fontao- día 8, a las 19´00 h-, una agrupación formada por los violinistas Donald Grant y Sara Bitlloch, Simone van der Giessen, viola y la chelista Marie Bitlloch, para un programa que elige obras de F.J. Haydn, Igor Stravinski y F. Schubert. El nombre del grupo guarda afinidades con Mendelssohn por su conocido oratorio y se formó en 1998, en el Royal Northern College of Music (Manchester), siguiendo la docencia del Dr. Christopher Roland, antes de seguir en la Hochschule Köln, y el Alban Berg Quartet, recibiendo asesoramientos de Gÿorgy Kurtag, Gábor Takács- Nagy y Henri Dutilleux, cuidando los repertorios contemporáneos con obras de Emily Howard Sally Beamish, Colin Mattews o Timo Andres, mientras colaboran con artistas como Leon Fleisher, Robert Plane, Michael Collins, Ralph Kirsbaum, Anne Murray o Mark Padmore y el Cuarteto Jerusalem, grabando obras de Schumann y Dvorak, en sus quintetos; y obras de repertorio francés para arpa con Sandrine Chatron; integrales de Beethoven, para el Wigmore Hall y cuartetos de Britten o Mendelssohn

F.J. Haydn con el primer Cuarteto para cuerdas en Sol M. Op. 54, uno de los más conocidos, enérgicos y concentrados que se inician con el Allegro  con brio, con sus doce compases dentro de una serie de motivos de los cuales, el primero queda marcado por los staccati que preceden a un salto de octava. Destacan los episodios cantábile camino del desarrollo y la reexposición irregular. El Allegretto, avanza de forma afable en la que el primer violín consigue alcanzar el vértigo desembocando en una cadencia y que en la resolución del tiempo, puede ayudarnos a imaginar aspectos que inspirarán el Cuarteto de las disonancias K. 465, de W.A. Mozart, último de los seis de los que había sido dedicatario. El Menuetto (Allegretto), de perfectas proporciones, equilibra el planteamiento de esta obra, con una primera sección que se desarrolla a lo largo de diez compases y una segunda que se  impulsa vigorosamente en la tonalidad de Mi m; en la primera sección del trío, el primer violín permanece en silencio mientras el chelo se sostiene con corcheas regulares la importancia de la melodía de talante popular expresa por el segundo violín, acompañado por la viola. El Presto Final, brilla de forma ostensible en el espacio de un rondó-sonata, que guarda afinidades con el movimiento correspondiente de la Sinfonía nº 88, con un apacible final que termina desvaneciéndose.

Igor Stravinski con las Tres piezas para cuarteto de cuerda, obra de cámara en sentido estricto, obra que el ruso aprovecha algunos de los hallazgos logrados en La consagración de la Primavera, aureolada de escándalos en su estreno, una pieza con la que iniciará otras para instrumentos de corta duración y en las que parece dejar la impresión de un intento de especulación. Una primera pieza breve, agitada y danzante, de inspiración popular en la que los instrumentos de cuerda imitan otros de procedencia rústica. La segunda pieza, llamada excentric posteriormente en un ciclo orquestal, observa una actitud jocosa, el humor agudo que tanto le caracterizaba y que nos lleva a un personaje londinense de Little Tich. En la tercera abundan los silencios entre apuntes que se interrumpen bruscamente, Obra dedicada a Ernest Ansermet, artífice de que el cuarteto fuese posible gracias al Cuarteto Flonzaley.

F. Schubert en uno de sus cuartetos por excelencia: La muerte y la doncella D. 810, en Re m., obra de 1826, compuesta a través de la inspiración del lied Der Tod und das Mädchen  D. 531, un trabajo nacido en el ambiente familiar del entorno de Schuppanzigh, en una de aquellas veladas privadas y que se completará en cuatro tiempos: Allegro; Andante con moto; Scherzo: Allegro y Presto. La excelente acogida ayudaría a repetir sesión en el domicilio de F.Lachner, con mayor presencia de incondicionales, aunque tardaría en editarse debiendo esperar hasta 1832 y no bajo la firma de Schott, sino con la garantía de Czerny. El poema de inspiración del lied que llegaría a convertirse en fundamento del cuarteto, era obra de Matthias Claudius, dejándonos un trabajo en tonalidad sombría. El Andante con moto se convertirá en el centro de gravedad musical y emocional de la obra, por el tema del lied enunciado lentamente. Un tema que da lugar a cinco variaciones que conservarán la estructura esencial. La primera variación se ofrece sobre pizzicatos del violonchelo, siendo especialmente dramática con  sus gritos desgarrados en el registro agudo del primer violín. La tercera variación toma la célula inicial del lied, con una obstinación abrumadora y deformada incluso hasta lo grotesco, entre pesantes e implacables sforzatos, en todas las partes del compás. En contraste, la cuarta variación resulta un momento de respiro que se relaja por su simplicidad meditativa: las cuerdas graves tocan el tema de la Muerte y el primer violín impone una contramelodía en tresillos casi ornamentales.

Ramón García Balado  

Dolce Rima: Saffo Novella, Barbara Strozzi, en Ateneo Barroco

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