03/12/2023

VI Concurso de Canto Compostela Lírica

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela


 Amigos de la Ópera de Santiago
convocó este fin de semana el VI Concurso de Canto Compostela Lírica que, como todas las ediciones contaba  con un jurado de prestigiados profesionales que para la cita, tendría a Arturo Reverter Gutiérrez de Terán, en calidad de presidente, y reconocido especialista en el ámbito de la temática vocal, a la especialista en crítica Victoria Stapells; a Patrick Canan, fundador de Les Musicales du Luberon; a Elisabeta Matos, directora del Teatro San Carlos de Lisboa; a Graziela Valceva Fierro, mezzo y profesora de canto; al pianista Maciej Pikulski, habitual acompañante en el Ciclo de Lied que promueve la propia asociación y a Celestino Varela, director de la Ópera, de Oviedo. José María Miranda, secretario de la Asociación, participa en el cuadro del jurado, sin derecho a voto. Tres máximos galardones con un Primer Premio- 4000 euros, un recital con la RFG-un recital en el Festival Les Musicales du Luberon, y un rol en la temporada de la Ópera de Oviedo; un Segundo de 2000 y un tercero de mil, con Diploma acreditativo, además de la consideración Andrés Gaos, al mejor cantante gallego. Certamen que ha recibido las ayudas de la Fundación José Otero y Carmela Arias Martínez; la Consellería de Cultura da Xunta de Galicia, el Consello da Cultura de Galicia, A Diputación de A Coruña,  y del Municipio de Santiago.

Una primera eliminatoria la tarde del viernes, en la que los cantante estuvieron acompañados en cada una de las dos partes, por los pianistas Borja Mariño y Rubén Sánchez Vieco. Para esa primera parte, pudimos escuchar a Lucas López, en el aria Sois Immobile, del Guillaume Tell, de G.Rossini, una voz con estudios en la Hochschule der Kunst, de Suiza.  Irene Mariscal, con Ah, non credea mirarti…Ah! non giunge (La Sonnanbula), de V.Bellini, y que asistió a masters de Renée Fleming, probando como primer rol con Violetta (La Traviata).   Irene Mas, con un Premio Mirna Lacambra, y que participó en proyectos de Jordi Savall, optó por el Mozart de Le Nozze di Figaro: Giunse al fin il momento…Deh vieni non tardar.  Francesca Pusceddu, alumna de Bernardette Manca de Nisse, e integrada en la Ac. Nacional de Ópera Holandesa, mostró sus dominios en el barroco con Tornami a vagheggiar (Alcina, de Händel). Otro talante distinto  para Joan G. Riera, por Winterstürme wichen dem Wonnemond (Die Walküre), de R.Wagner-, una voz con las garantías que daban los Concursos Viñes, R. Zandonai y Giulio Neri, tras estudiar con Juan Lomba y realizar masters en la Escuela Luigi Cherubini.  Javiera Saavedra, soprano chilena, con experiencias en la Ac. Rossini (Pesaro) y en el Comunale de Bolonia, se adentró en el verismo de F.Cilea- Adriana Lecouvreur (Io son l´umile ancella).  El barítono Marcelo Solis, procedente de la Escuela del Liceu (Barcelona), habiendo probado ya con roles infrecuentes, nos llevó a las profundidades del Falstaff verdiano, con È sogno o realità.  La soprano Laura Brasó, quien compartía la misma escuela, siendo finalista del Concurso Viñes, cedió Tu che di gel sei cinta, de Turandot (Puccini).  María Heres, seguidora de las atenciones de G.Kunze, Eughenia Dundekova, tras sus años en el Conservatorio E. R. Torner, tuvo a su alcance el Werther de Massenet, con Werther, Werther…ces lettres, completando esa primera parte la soprano Rosa Gomariz, con estudios en el College of Performing Arts, de Chicago y en la Roosevelt University, con Elisabeth Byrne, en su elección, Je veux vivre (Roméo et Juliette- C. Gounod), que esta temporada escuchamos en las programaciones de Amigos de la Ópera, de A Coruña.

La  segunda parte, y con el pianista Rubén Sánchez Vieco, el bajo de nacionalidad china Zhang Shuai, con el aval de las docencias de M.Devia, A. Scarabelli, C. Colombara, T. Hampson o Joyce di Donatto, de nuevo en honduras para el registro exigido en una página tomada de la ópera Aleko (S.Rachmaninov)- Ves´tabar spit-, en camino a las donosuras mozartianas de Die Zauberflöte- Ach, ich fühl´s, en la voz de Ainoha López de Munain, cantante con formación en la Hans Eisler berlinesa, junto a Ewa Wolak, además de docencias con M.Devia o Juliane Banse.   Alejandro López Hernández, con el descarnado lamento Ella giamai m´amò- Don Carlo, de Verdi-, una voz que promete en ese estilo de roles. La mezzo Ana Molina, en su aceptación rossiniana con la siempre seductora Una voce poco fa, de Il Barbieri di Siviglia.  La mezzo Judit Subirana, que estudia en el Conservatorio Prins Claus, de Gronningen, con Marcel Boone y en la Hochschule Musik de Basilea, también con un Mozart, el aria Ah! scotati…Smanie implacabili (Così fan tutte), dejando espacio al contratenor Miguel Ulla Berdullas, con formación en el CMUS, la ESMUC y el RCSMM, para ampliar con Gérard Lesné, el Händel de Rodelinda- Fra tempeste funeste-, llegando a Paulina  Bielarzyk, con fundamentos en la Hochschule für Musik Dresden, en el Wagner de Tannhauser- Dich teure Halle-; relevo con Susana García Pico, en la alternativa francesa de Ambroise Thomas, gracias a Pâle et blonde, de Hamlet.  Oksana  Lepsa, de Lituania, estudió en la Royal Ac. of Music, de Londres, donde recibió un Primer premio del Concurso Mozart, con el rol de Mimi (La Bohème), representada en el Hum Court Opera, que continuará con Alcina (Händel), para la Saluzzo Opera Ac. en  Italia. La  escuchamos precisamente en Donde lieta uscì (La Bohème). Celia Cuéllar, formada en la Escuela Superior de Canto de Madrid, con Victoria Manso y Omar Sánchez, completo la tarde de grandes esperanzas con la hipersensible Canción de la Luna, de Rusalka, de Antonin Dvorak.

La final de la tarde del sábado, con la relación de aspirantes elegidos y esa sensación de que sí estaban  los que lo merecían por propios méritos pero que del resto de voces más de uno hubiese optado al reconocimiento de incluirse en ese grupo. Un jurado excepcional que por lo seguido en otras convocatorias, nos dejaría la impresión de no sentirse muy a gusto consigo mismos, por los resultados consecuentes. Para la final, dos piezas por cada aspirante, en un reparto en dos partes. Celia Cuéllar tendría Si, mi chiamano Mimi-La Bohème y Senza mamma- Suor Angelica-, ambas de Puccini, con acompañamiento de Rubén Sánchez Vieco.  Alejandro López Hernández, con el mismo pianista, se decidió por La calunnia de Il barbiere di Siviglia e Il lacerato spiritu, de Simon Bocanegra, de Verdi, para mostrar su notable extensión en los recurso graves en cuanto a su registro. Laura Brasó, refulgente claridad en las cualidades de los agudos, tuvo Comme autrefois, de la bizertiana Pecheurs de perles, repitiendo con el intimismo de Si, mi chiamano Mimí, asistida por Borja Mariño.

Paulina Bielarczyk- piano Rubén Sánchez Vieco-, a la que habíamos seguido en un aria de Tannhauser, Dich teure Halle, viró en planteamiento hacia un aria de plenitud como era Ebben, ne andrò lontana, de La Wally- A. Catalani- y para no ser menos,  elevaría el estado febril con la arrebatadora Morrò, ma prima in grazia, un Verdi de enmascaramientos como es Un ballo in maschera.  Marcelo Solís, con Borja Mariño, en un reto que pasaría desde Avant de quitter ces lieux, el Faust de Gounod, para continuar con el Rossini de Il Barbiere di Siviglia- Largo al factotum-, gestual y provocadora rebuscando los entresijos de un espíritu burlón.  Lucas López, con Borja Mariño, el Mozart del Don Giovanni, con la picardía y la actitud osada de Leporello, Madamina, il catalogo è questo, y que para desdecirse en cuanto a este rol, probaría con O du mein holder Abendstern, de Tannhauser de R. Wagner. Ainoha López de Munain, con el pianista Rubén Sánchez Vieco, retomaba Je veux vivre, de Romèo el Juliette- C. Gounod, escuchada la tarde del viernes en la voz de Rosa Gomariz, para mostrar sus impecables recursos en Quel guardo  il cavaliere…So anch´io la virtù mágica, de Don Pasquale (Donizetti). Zhang Shuai, quien había dejado una impresión de bajo con una proyección apabullante en Ves´tabar spit- Aleko, de Rachmaninov, pudo sorprendernos en un cambio de rumbo hacia el barroquismo haendeliano de Orlando, con Sorge infausta una procela, en un equilibrio no menos arriesgado repitiendo La calunnia, de Il Barbiere di Siviglia.

Reunido el jurado entre las urgentes obligaciones del segundero por el tiempo implacable debido a la hora de cita de esta final, pudo sentir la presión apurada tanto del público como de los propios intérpretes, pero al igual que en convocatorias precedentes, la sentencia llegaría efectivamente con opiniones dividas, aunque el resultado dejaría como galardonados como Premio Andrés Gaos, concedido por la Fundación José Otero-Carmela Martínez,  entregado por el pianista Alejo Amoedo, como representante del Consello da Cultura Galega, a Lucas López, premio a la voz gallega y que en la fase previa había interpretado Sois immbile, del Guillaume Tell, rossiniano.  Un tercer Premio ex aequo, entregado por A. Campos García, a repartir entre    Marcelo Solís y Zhang Shuai. El Segundo premio, entregado por Manuel César Vila, Conselleiro de Facenda, sería mérito para la soprano Laura Brassó, reservando el galardón por excelencia, el Primer Premio a Paulina Bielarczyk, entregado también por Alfredo Campos García.

Ramón García Balado    

Igor Stravinski, Hugo Gómez-Chao y L. v. Beethoven, en la programación de aspirantes a la plaza de director asistente

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

 Jornadas intensas de actividades musicales iniciadas la semana pasada con el VI Concurso de Canto Compostela Lírica que desde el principio promueve Amigos de la Ópera de Santiago y que como en todas las convocatorias se repartió entre el viernes y el sábado ante un jurado de especialistas reconocidos que siempre se encuentran en la duda hasta el último momento de otorgar los tres galardones a repartir entre los ocho cantantes, dejando a la postre una cierta impresión de atender a las urgencias de atender a las demandas  de un fin de semana agobiante. Fueron los galardonados del mismo Lucas López, con el Premio Andrés Gaos, al mejor de los aspirantes gallegos; un Tercero, para Marcelo Solís y Zhang Shuai, ex aequo; el Segundo para Laura Brasó y el Primero para Paulina Bielarcyk.  Esta  semana sin reposo y desde el día 4, en sesión matinal, los ocho pretendientes a la plaza de Director Asistente probarán entre las 10 h. y las 14 h., de la que saldrán los tres elegidos, que seguirán los próximos días 5 y 6, a la espera  del día 7, con una ensayo general desde las 10 h., preparando el concierto de las 20´30 h.,  con entrada libre, de la que se beneficiarán los aficionados. Baldur Brönnimann, resalta la  importancia de esa plaza por lo que supone la colaboración directa en las programaciones de la propia orquesta.

 En programa, contaremos pues con tres obras, una de ellas que repite tras su reciente estreno como encargo de nuestra orquesta, Schattenhaft, de Hugo Gómez- Chao Porta,  el Concierto en Mi b (Dumbarton Oaks), de Igor Stravinski y la Segunda Sinfonía en Mi M. Op. 36, de L. v. Beethoven. La excelente acogida de la obra del compositor gallego, será un reconocimiento a sus méritos y una respuesta a la excelente aceptación por parte de los aficionados en cada uno de los tres conciertos seguidos, en el Teatro Afundación de Vigo, el Auditorio de Galicia y el Auditorio de Ferrol. Sobre Schattenhaft (pleno de sombras), es obra nacida al amparo de su estancia en la Real Academia Española de Roma, en donde fue compositor en residencia, y sobre el plantel nos hallamos ante un trabajo dividido en dos partes claramente diferenciadas, una primera expresada como Unruhring, delirando, marcada por una superposición de masas de sonidos, teniendo cada material su propio desarrollo independiente: en algunos casos por aspectos armónicos y en otros por su aspecto tímbrico (líneas melódicas que se transforman en ruido; sonidos que se vuelven más oscuros o más brillantes). En consecuencia, toda la orquesta queda fragmentada, avanzando y transformándose constantemente, como velada a través de un filtro, con momentos puntuales en cuanto al protagonismo de una a otra línea. En el aparente caos reinante de talante violento, surgen momentos de claridad, orden y estabilidad, tal cual un primer movimiento de una sinfonía clásica. La segunda sección, Adagissimo, lontanissimo, sempre espressivo, resume una transfiguración en cámara lenta de una imagen, en la que dominan una inspiración vocal y en la que la orquesta simula hablar entre rumores y voces que se solapan merced a la exploración del espectro armónico y el empleo de una amplia gama de técnicas extendidas- extended techniques- repartidas por todos los instrumentos que ayudan a recrear de esa manera, una ambientación sombría y nebulosa.

Igor Stravinski con el Concierto en Mi b Dumbarton Oaks, obra surgida a través del apoyo  de Mr. y Mrs. Robert Wood Bliss, aprovechando su visita a Dumbarton Oaks, tras el final de su tercera gira por los Estados Unidos, en la que dirigió formaciones como la O. de Nueva York, la de Cleveland y la de San Francisco y conocer a Charles Chaplin. El concierto que tendremos, es obra para orquesta de cámara (maderas a uno, dos trompas y diez cuerdas) que según propia confesión resulta un pequeño concierto al estilo de los brandenburgueses bachianos: no es posible ser más lacónico ni más exacto. De un concierto brandemburgués, tiene no solo el corte y las proporciones, sino también la escritura: a la manera de una fuga en el primer movimiento, en un contrapunto de solistas en el segundo, el más delicioso, todo un muestrario de simples melodías breves cuidadosamente cinceladas, y a la manera de un concerto grosso, en el final con motto. Los movimientos se encadenan entre ellos  con cadencias de las cuerdas, sensibles y meditativas; el tercero se expresa en un desarrollo fugado del tema y de su inversión exacta. El ritmo cuadrado, simple, resulta bachiano como no podría ser menos. Con ello, llevó a suscitar actitudes de rechazo y críticas pertinaces.

L. v. Beethoven con la Sinfonía nº 2, en Re M. Op. 36, obra en un período límite de su evolución, porque a partir de entonces, distinta será la evolución de nuestro personaje, agobiado por dudas e inseguridades, es verdad que en su percepción era consciente de que la naturalidad y el equilibrio tanto de Haydn como de Mozart, no podían ser recreados y en plano de confluencias, nos encontraremos con L. Cherubini. Cuatro movimientos dispuestos a desdecir el peso de influencias que todavía condicionaban el momento histórico. Cuatro tiempos que se desplegarán desde el Adagio-molto; al Allegro con brio; el Larghetto-Scherzo hasta el Allegro-Allegro molto. Para ubicarnos a gusto, recurriremos a la opinión recibida tras el estreno vienés, en la publicación Leipziger Zeitung: Un monstruo informe, un dragón alanceado que se debate indómito y no quiere morir y que al mismo tiempo se desangra (sobre todo en el Allegro molto final) agitando rabiosamente la cola. En respuesta y en conformidad con la posteridad más creíble, nos serviremos de Héctor Berlioz, quien sentenciará que en esta sinfonía todo es noble, enérgico y fiero: la introducción es una auténtica obra maestra. Se manifiestan con claridad bellísimos efectos sin confusión, de manera simple e inesperada; el canto es de una solemnidad emotiva, impone respeto y produce fuerte emoción, el ritmo se revela más audaz y la orquestación es más rica, más sonora y más variada que en la Primera sinfonía.

Ramón García Balado

 

02/12/2023

ll ritorno d´Ulisse in Patria, con I Gemelli

Principio del formul

A Coruña - 01/12/2023

Barroco para el LXXI certamen de Amigos de la Ópera de A Coruña, con Il ritorno d´Ulisse in Patria de Claudio Monteverdi,  en versión de concierto que junto al cuadro de voces elegidas, tendría la colaboración instrumental del grupo I Gemelli, dirigido artísticamente por Emiliano González Toro, cantante a la vez por la incorporación en el rol de Ulisse, un grupo que se maneja con criterios historicistas y que formaban Violaine Cochard- clave y órgano-; Marie-Domitille Murez-arpa triple-; Vincent Flückiger y Nacho Laguna-laúdes-; Louise Bouedo y Louise Pierrad-violas-; Gautier  Broutin- violín bajo-; Stéphanie Paulet y Marguerita Pupulin-violines-; Josue Meléndez y Matthijs Luenburg- flautas y cornetas-; Miguel Tantos y Bart Vroomen- trombones-; Mélanie Flahaut- dulzaina y flauta-, para completar con el contrabajista Jérémy Bruyère. Precedente en la cita anterior, había sido Ariodante de Händel, con Il Pomo d´Oro, dirigida por George Petrou, barrocos pues de especial gancho y aceptación

Il ritorno d´Ulisse in patria, fue obra pareja con la creación de Arianna, para el Teatro San Moisè, en la temporada de Carnaval, que tuvo cita en el Teatro San Casiano, sobre un texto de Giacomo Badoaro e inspirado en La Odisea, un letrista que había dejado argumentos en L´Ulisse errante (Francesco Sacrati) y una Elena rapita da Tesseo, de autor desconocido. La Odisea en su ideario, recurre a los libros XIII/XXII, con añadido de un prólogo moralizante en el que los personajes míticos manifiestan una situación determinante, en la que la Humana Fragilidad, se siente sometida por la tiranía y los avatares del Tiempo y la Fortuna.

Los emplazamientos homéricos obligan a situarnos en un mundo en el que la cultura de la oralidad (aedos y rapsodos), nos sitúa dentro de una vaga época mítica en la que se vislumbra la conciencia de la recurrencia a la historia en su trasmisión ante un público que participa de esas tradiciones orales con un imaginable acompañamiento instrumental, basculando entre la recitación y el canto; el aedo, cantor y artesano de  la palabra, se convertirá por ello en rapsodo y cultivador de historias y que tendrá como lugar de encuentro en el palacio principal- Oikos-, presidido por la autoridad del basileus.

Un mundo homérico que obliga a que procuramos entender los patrones que guiarán en lo estético a los compositores como Monteverdi, con resultados como esta obra por la que la posteridad  ayudará a que otros son su planteamientos artísticos, precisamente desde la asunción de los fundamentos historicistas. El manuscrito anónimo conservado (Viena, Nationalalbibibliotek ms. 18763), fue puesto en duda en el pasado aunque lo que recibimos por evidente, gozó de la fiabilidad de los especialistas. Un legado que incluye datos elementales: las partes cantadas y el b. c.; las sinfonías y ritornelos se conservan casi en su totalidad, en su escritura a cinco voces, faltando todo tipo de indicación instrumental. Prueba del éxito de Il ritorno d´Ulisse in Patria, fue el hecho de aceptación compartida con La Delia (texto de Giulio Strozzi, y música de Francesco Manelli), representada en el Teatro Gustavillani (Bolonia), en una gira de una compañía veneziana. Badoardo, el libretista, en misiva confidencial, no dejará de insistir sobre ello: diez veces y siempre con igual asistencia de números público, ha hecho conocer al mundo cuál es el auténtico espíritu de la música teatral, no bien entendida por los modernos compositores y que ha mostrado a la ciudad de Venecia, que el calor de los afectos existe diferenciado un sol real y un sol pintado.

Il ritorno d´Ulisse in Patria, es ópera en atención preferente a las voces solistas, con una efímera participación coral y un empleo orientador de la importancia del recitativo secco, para delinear su evolución a tenor de la versificación imperante, entre un entrecruzamiento de necesarias cantinelas, que contribuyen a romper las pesantes monotonías que el propio texto condiciona. La aportación instrumental se presenta como ayuda imprescindible en estos enfrentamientos de tensiones dramáticas. Dúos, tríos o cuartetos, impregnados de los estilos madrigalísticos, enhebran tan compleja obra lírica y que tuvo como intérpretes a Emiliano González Toro -Ulisse-; Fleur Barron- Penelope-; Emöke Barath- Minerva y Fortuna-; David Hamsen- L´ Humana Fragilità-; Zachary Wilder-Telemaco-; Nicolas Brooymans- Tempo / Antinoo-; Nicholas Scott- Eumete-; Fulvio Bettini- Iro-; Álvaro Zambrano-Eurimaco-; Mathilde Etienne- Melanto-; Juan Sancho-Giove/ Anfinomo-;  Lysa Menu- Amore-; Alix LeSaux- Ericlea-y Pisandro  interpretado por Anders Dahlin.  

Selecto cuadro de solistas en búsqueda del pretendido equilibrio de conjunto y que concedía un grado preferencial a Emiliano González  Toro, Fleur Barron, Zachary Wilder, Fulvio Bettini, Mathilde Etienne- a quien  un pequeño percance obligó a renunciar a la Segunda parte, según el planteamiento ofrecido, con la cancelación del  cuadro correspondiente-, en esencia,  una ópera de resultados magistrales en su conjunto, auspiciada por el tratamiento conjunto y equilibrado de los solistas.

En lo musical, desde una puesta escénica y sobria de Mathilde Etienne, el recurso actualizador sobre  antecedentes desde el ámbito mitológico. Ópera  en la que la L´Umana Fragilità, desgarraba ante  Amor y  Tempo, su lamentable situación en Mortal cosa son Io, fattura humana, hacia los acontecimientos que mayormente, se desarrollaban en el imaginario Palacio de la corte, con la primera aparición de Penélope, obsesionada por el asedio de impertinentes pretendientes, expresada en la escena di misera Regina, ayudada por su fiel Ericlea.  Surgirían de súbito Melanto y Eurimaco, con su dúo jocoso y amoroso Duri e penosi. Melanto, mediará para que Penélope acepte sin remilgo a uno de aquellos aspirantes que alivien la perdida de Ulisse.   

Salto de cuadro en una playa imaginaria, en la que Giove y Nettuno discutirían  sobre la condición humana en medio de una situación confusa, para encontramos con Ulisse, en un estado de ánimo confuso.  Será Minerva disfrazada de pastor, quien se le aparezca cantando la alegre tonada Cara e lieta Gioventù.  La deidad para consuelo, le dirá que se halla en su solar patrio y decide disfrazarle de pastor, para que nadie le reconozca, a excepción de Ericlea. En un nuevo traslado  asistimos a la escena en la que Melanto- asistente  de Penélope-, intenta convencerla de que acepte a uno de aquellos aspirantes en el dúo Donate un giorno, dei, sin lograr resultado alguno.

La supuesta fuente de Aretusa, cerrando el cuadro, nos mostraba a Eumeo- pastor de Ulisse-, que lamentaba su desgarro,  mientras el bufón Iro, se burlaba entre chanzas, primer detalle cómico en el uso de Monteverdi, ajeno de costumbre a los modismos del género pastoril y que eran típicos en los escenarios romanos, sobre estilemas llevados a la saturación. Ulisse, con su disfraz de anciano se acercaría a Eumeo asegurándole que su señor regresará en el dúo Ulisse generoso!

La continuación nos ubicaba en un camino en el que Minerva tienta a Telémaco- hijo de Ulisse- para llevarle ante su padre en el duetto Lieto camino…, detalle que confirmaba Eumeo con la esperanzadora nueva, a sabiendas de su ignorancia, resuelta en el trío O gran figlio d´Ulisse!. Un trayecto que nos llevaría a la situación  en la que Ulisse se identifica en el dúo entusiasta O padre sospirato!  El cuadro inmediato, Melanto recrimina a Eurimaco el fracaso de sus componendas mientras Penelope rechaza a los aspirantes en el cuarteto Sono l´altre regine. Será Eumeo quien se le acerque para confesarle que Ulisse está vivo. En juego comparecía Antinoo quien aseguraba la presencia de Telémaco y el regreso de Ulisse, resuelto en el cuarteto Han fatto l´opre nostre.  Minerva  aconsejará a Ulisse en su actitud a seguir.  Asistimos de inmediato  a  una ilustrativa secuencia en la que Ulisse desafía a Iro, venciéndolo  en un cuerpo a cuerpo. Confusas escenas provocadas precisamente por Penélope, quien obligará a los pretendientes a la prueba de fuego forzada el temple en el uso del arco. Todos fracasan y así, nos abocamos al desenlace crucial.

Tras la victoria de Ulisse sobre sus contrincantes y ante una nueva escena del voluble Iro, que lamentaba la pérdida de sus protectores, manifestada con el canto de O dolor, o mártir che l´alma attrista!   Eumeo y Telémaco, intentarían convencer a Penelope  de que el anciano es Ulisse. En medio, otra escena en la que las diosas Minerva y Juno, ruegan a  Júpiter y Neptuno la piedad por Ulisse en el cuarteto Gran Giove, alma de´dei, y como florón de gracia, Ericlea dudará si decir la verdad tras reconocer a Ulisse, por una cicatriz que tiene en el hombro, en la escena Ericlea, che voui far y la aparición súbita de Ulisse, despojado de la máscara, no deja de sembrar dudas en Penélope. La sentencia final, será obra y gracia de Ericlea, quien cierre el círculo de confusas perplejidades, que recibimos en la interpretación de Ulisse y Penélope con el embriagador dúo Hor si ti riconosco.

Ramón García Balado  

 

Il ritorno d´Ulisse in Patria, de Claudio Monteverdi

Emiliano Gómez Toro, Fleur Barron, Emöke Barath, David Hansen, Zachary Wilder, Nicolas Brooymand, Christian Immler,  Nicholas Scott, Fulvio Bettini, Álvaro Zambrano, Mathilde Etienne, Juan Sancho, Lysa Menu, Alix LeSaux y Anders Dahlin

I Gemelli / Emiliano González Toro

LXXI Temporada de Amigos de la Ópera, A Coruña

Teatro Colón, A Coruña

publicado en: ritmo-auditorio


01/12/2023

La pianista Isabel Dobarro con presentación de Fernando Palacios, en la Fundación Juan March


Fundación Juan March. Madrid


 Matinal en la Fundación Juan March en un nuevo ciclo que se ofrece en su sede y que tendrá trasmisión en directo y YouTube, quedando disponible a lo largo de todo el mes. Protagonistas, la pianista Isabel Pérez Dobarro que tendrá como compañero de travesía al sorprendente Fernando Palacios- día 2, a las 12´00 h-, en un programa que responde a las pretensiones de su planteamiento. Isabel, fue convidada en calidad de Visiting Professor, en la London Performing Ac. of Music, tras recibir importantes galardones como un Segundo del American Protegé Int. Piano Competition; un tercero del Grand Prize Int. Virtuoso Competition, y un Primero Cidade de Fundao, entre otros. Actuó en salas como el Carnegie Hall (New York); el Teatro Colón (Buenos Aires), el Conservatorio Tchaikovski (Moscú) o el Palau de la Música Catalana (Barcelona). Dilatada en su trayectoria que podríamos ampliar con una consulta en su web.

Fernando Palacios, se reparte entre aventurados trabajos de creación, enfocados al entretenimiento y la docencia, que le llevó a dinamizar proyectos que van desde los medios de comunicación, las aulas y los ciclos de tendencias contemporáneas, sirviendo como modelo algunos de los representativos: Todos a la Gayarre (Teatro Real); Todos creamos (CNDM); Conciertos didácticos (Fundación Juan March); Curso de Emprendimiento (Escuela Reina Sofía) o el recuerdo que dejó en la USC, en las convocatorias iniciales de las Xornadas de Música Contemporánea, ampliando con la serie habitual de masters, desde la Universidad Carlos III, a la Escuela de Arcos (El arte de escuchar), el Festival de Santander y RNE (Entre dos luces). Palacios, en dos palabras y para no complicarse: tirador de sable, esforzado jugador de mus y aparejador en el olvido.

Isabel repite en la Fundación Juan March después de un monográfico de talante reivindicativo dedicado al mundo de la mujer, en otra matinal que había sido presentada por Eva Sandoval, y en la que nos dejó obras de Julia Mª Dopico Vale (Meniña Balteira); Teresa Catalán (Danza del Gozo Vermell); Consuelo Díaz (Sein und Zeit); Mercedes Zavala (Sansueña, exilio para piano); Sonia Mejías (Adagio, de SolNatina); Beatriz Arzamendi (Sillage-excerpts-); Margarita Soto Viso (En-Re-Do) y Ana Isabel Vázquez Silva (Historia de un amor sin respuesta). Esta reivindicación feminista de la intérprete es otra de las razones de entrega a la mujer en su condición de compositora y otro aspecto de interés fue el concierto ofrecido con motivo del 200 aniversario de Clara Schumann, para el que escogió el Concierto para piano op. 7, con la Orquesta Sinfónica Solidaria de Barcelona, en el Palau de la Música Catalana.

En programa que tendremos, de sorpresa en sorpresa, recurre en lo musical a compositores de toda época, repartidos en tres espacios: El amanecer y la mañana; La tarde y La Noche. Olivier Messiaen, como cabeza de serie por Le rouge-gorge (El petirrojo), perteneciente a Petites esquisses d´oiseaux (fragmentos), el propulsor de la Jeune France y amante de la naturaleza, en especial en el mundo ornitológico, no podrá ser menos que con esta serie de piezas compuestas a mediados de los ochenta y en especial dedicatoria a su querida Yvonne Loriod, quien las puso en atriles el 26 de enero de 1987. Destinadas a un instrumento especial, el gran modelo de piano Imperial, de la firma Bössendorfer. Se admite que no existe una partitura accesible, por lo que resulta imposible un análisis definitivo, aunque las delicadas seis miniaturas, son auténticas joyas y una quintaesencia de su estilo. El de Catálogo de pájaros; la serie de preludios; las Visiones del amén o los Cuatro Estudios de ritmo.

Jean Philippe Rameau (1683/1764), que no contempla desde el XVIII, ofrece Le rappel des oisseaux- cantos y gorjeos, de pájaros de la Provence, un estudio inspirado como se ve en ese mundo de aves a través del mundo del clave, con su considerable serie de colecciones. Epígono de Couperin, resultan ambos las figuras señeras por excelencia: Rameau, en el espíritu clásico y equilibrado Couperin el poeta de la sutileza. Las obras para el instrumento, pertenece a su años de juventud. Para solazarnos a gusto, completando esta primera parte: Selección de cucos, procedentes de Louis-Claude Daquin, Ludwig van Beethoven, Xavier Montsalvatge y Mercedes Zavala, además del acopio de Adivinaciones de diversos animales, partiendo de obras de Amy Beach, Camille Saint-Saëns, Sergei Prokofiev y Nikolai Rimski- Korsakov.

La tarde- segundo espacio-, tendrá Il pleut Op. 102, de Mel Bonis (1858/1937), efectivamente bajo un condicionante tormentoso, sugerido por pinceladas románticas e impresionistas, con sobresaltos añadidos para no bajar la guardia. Johann Strauss (1825/1899), puede dejarnos sin descanso con Bajo truenos y relámpagos, Op. 324. Pieza en principio destinada a la orquesta que nos llega en transcripción para el teclado. Otro es el Strauss festivo al que estamos acostumbrados y que para la ocasión, se repinta con cromatismo y el uso de recursos extremo.  György Ligeti, en su centenario, apunta a Arc-en-ciel, de Études (fragmentos). Músico bien apreciado por el tratamiento de las micropolifonías y este año bien servido dentro de las propuestas de formas vanguardistas.

La noche, también con tres compositores. Beethoven con el Adagio sostenuto, de la Sonata en Do sost. m, Op. 27 nº 2 (Claro de luna), ese primer tiempo que llegó a ser descrito como un río sonoro que no para de fluir, donde la melodía escoge la dimensión de una confesión interiorizada, consiguiendo una opción rapsódica dentro de la misma monotonía obsesiva del acompañamiento, consiguiendo con ello comunicar sin caer en lo trivial, el mensaje de angustia. Un período de su vida, en el que se dice que sentía cierta debilidad por la joven de aristocracia vienesa Giulietta Guiciardi.  Gustav Holst, el popular y no el de las obras de grandes pretensiones. En concreto con una pieza de Los Planetas, Júpiter, el Portador de la Alegría. Conjunto de poemas sinfónicos de un compositor que observaba el mundo estelar mientras se entretenía con su pasión por la astrología.  Para culminar, William Bolcom (1938), creador con buena prensa en los medios de vanguardia y que nos cede The Serpent´s Kiss (El beso de la serpiente), de The Garden of Eden. Four rags base on the Genesis, perfecta para acompañarse con efectos percusivos, con pies y manos, chasquidos y otras ocurrencias a salto de mata.

Ramón García Balado

   

El Cuarteto Novecento, en el Pazo de Rubiáns

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