Ciclo de Lied, 15 de noviembre.
Lieder y canciones entre piezas para piano para el Ciclo de Lied, de Amigos de la Ópera de Santiago, a cargo de la soprano de Bratislava Simona Sͮaturová, acompañada por el pianista Ivan Klánský, ejemplo modélico para congeniar un programa que nos llevó desde compositores eslavos de élite, a detalles de Debussy, A. von Zemlinski o R. Strauss y obras para piano de Josef Suk, R. Schumann y F. Chopin. Simona Sͮaturová sigue la estela de voces como Edita Gruberova y Lucia Popp, tras estudiar en el Conservatorio de Bratislava con Ileana Cotrubas y Mageete Honing, en Amsterdam, ofreciendo su primer concierto con la Wiener P. O., con Herbert Blomstedt, y en roles operísticos como Donna Anna, en La Monnaie, o Konstanze, en la Semperoper. Participó en una ópera en rescate: Das buch mit sieben siegeln (F. Schmidt), dirigida por Fabio Luisi, y fue artista residente del Théâtre La Monnaie. Mozartina por preferencia, cuida hasta el límite los repertorios eslavos, grabando registros para Supraphon: Moravian Duets (Dvorak) o la ópera Ariene (B.Martinu), trabajos que amplía con sellos como Hannsler y Sonny/BMG. Sus compromisos artísticos se consolidan en coliseos como la Ópera de Frankfurt, el Teatro Nacional de Praga o el Châtelet, de París. Saturová, impresionó por su actitud escénica, el equilibrado criterio para repartir las variadas estéticas merced a las virtudes que le permitían una voz de volumen magníficamente proyectado, un virtuosismo expresivo y un preciso conocimiento de cada género en sus exigencias textuales. Ivan Klánský, maestro y repertorista en la absoluta dimensión del término, estudió en la Academia de Artes de Praga con Frantisek Rauch y en el Conservatorio de la capital checa con Valentina Kameniková, y participó en concursos como el J.S. Bach de Leipzig y el de Santander, grabando discos para productoras como Naxos, Supraphon o Edictio Onta. Fue presidente de la Sociedad Checa Chopin y del Concurso Internacional de Piano Frederyk Chopin. Fundó el Trio Guarneri con Cenek Pavlik y Marek Jerie, al que pudimos escuchar en certámenes y festivales celebrados en nuestro país, como el Clásclás, de Vilagarcía de Arousa, en 2023.
A.Dvorak- selección de Canciones de amor Op. 83, piezas relacionadas con las 18 de Cyprise (cipreses), sobre poemas de Gustav Pfleger-Moravsky, de 1865, nacidas bajo la influencia sentimental de la actriz Josefa Germáková, con cuya hermana terminaría casándose. Piezas primerizas y sencillas que no llegaron a editarse y que le serviría en lo melódico para otras posibilidades, desde alguna ópera o composiciones camerísticas. Estas Pisnê milostné (Canciones de amor), de 1888, mantuvieron la sencillez extrema que para expertos son precisamente esa querencia por conservar su ánimo, aunque con diferencias ostensibles en cada una de ellas. Josef Suk- Canción de amor Op. 7 (Pisen Lavsky)-, fue compositor deudor del propio Dvorak, artista que destacará como violinista y maestro de coro, ejerciendo la docencia en Praga, precisamente bajo la influencia de Dvorak, siendo fundador del mítico Cuarteto Checo, junto a K. Hoffmann, O. Nedbal y O. Berger. Recibió la consideración honoris causa, de la Universidad de Brno y será B. Martinu uno de sus señeros alumnos, quien destacaría precisamente como uno de los fundadores de la moderna escuela checa. La pieza que recibimos, Pisen Lavsky, vino como una confirmación para el programa de la jornada. Karol Szymanowski-Trzy kolysanki Op. 48 (tres canciones de cuna), del año 1922 a partir de poemas de Iwaszkiewicz y una extensión de otras precedentes, en las que destacan el uso de tratamientos armónicos descendentes y los cuidados melismas, entre ostinatos y un meticuloso cromatismo. La Primera expresaba un modalismo de perfiles avanzados, la Segunda, destacó por el uso del tritono con acordes paralelos y la Tercera sugería el eco de la tradicional kujawiak (estilo de mazurka). Sublime estado de gracia de ambos intérpretes. Para confirmarlo, Bohuslav Martinu (1890/1959)- Canción de cuna H232-, quien destacó también en el género de canciones, muchas sobre letras de poetas folklóricos checos (sus nuevas Spalicêk), muchas relativamente secundarías. Obras muchas de juventud compuestas en Praga, como es el caso de Pisnicky na jednu strámku H. 294, siempre anteriores de su llegada a París (1923) y que dejará un ramillete de un centenar de nostálgicas melodías, recurriendo a poetas de una tradición claramente asimilada.
A. von Zemlinski- selección de Walzer Gesängen nach toskanischen Volkslieder von Ferdinand Gregorovius, Op. 6-, cantos de valses sobre canciones populares toscanas del citado Gregorovius, en estilo Liebesliederwalzer de H. Wolf que remiten al espíritu romántico, resueltos de forma delicada y fresca, a excepción del cuarto. La relación de sus títulos: Liebe Schwalbe; Klagen ist der Mond gekommet; Fensterlein, machts bist du zu; Ich gehe des Nachts; Blaues Sternlein y Briefchen schrieb ich, nos trasladaba a unas latitudes claramente distanciadas. C. Debussy-Nuit d´étoiles (Banville), Belle nuit y Claire de lune (Verlaine), nos ubicaban en el período simbolista de juventud, el de Fêtes galantes, o el siguiente de Proses lyriques, preparando la llegada de las Trois chansons de Bilitis (Pierre Louÿs). Se apreciaba el uso de artíficos armónicos que manifiestan una ambiciosa pretensión renovadora. Richard Strauss, que cerró la gala con tres delicadezas puramente irresistibles: Morgen!, encanto intemporal del ciclo que completa los Vier Lieder Op. 27, un obsequio para su estimada Pauline y que le elevará a primero entre los grandes del género. De los Fünf Lieder Op. 39, el tercero Der A Arbeitsmann, piezas de inspiración a partir de poemas de Dehmel, a excepción de uno, el segundo-Bierbaum-, que tentarán una ambiciosa orquestación merced a las posibilidades de sus recursos. Prueba irrefutable del magisterio interpretativo de Saturová y Klánský
Para Ivan Klánský , Pisen Lavsky, del mentado Josep Suk; la Arabesque, en Do M, Op. 18, de R.Schumann, pieza de un gran año pianístico y que con la Humoresque Op. 20 y Blumenstücke Op. 19, forman una categoría aparte, sin que exista ninguna pretensión de unidad. La forma era la de un Rondó que manifestaba con una cascada de semicorchea una cantinela suave que contenía dos momentos que llevaban su impronta en una elocuencia que nos dejó mudos: no dice nada y lo dice casi todo. Se trata de un episodio meditativo construido como es habitual, sobre un tema descendente, imagen visual de la depresión, rúbrica de su melancolía, con quince compases de transición, que conducían al tema con una libertad armónica desconcertante. El episodio lento, está anotado como Zum Schluss (para acabar) y no es más que una larga suspensión armónica. De F. Chopin, la Balada en Fa M. Op. 52, obra capital en la historia del piano por sus ornamentaciones y originales diseños temáticos, página sublime en la lectura del pianista, un claro precursor del impresionismo como diría Alfred Cortot, una pieza que se editará en París y Leipzig (1843). Un Andante con moto que preside cálidos pentagramas, con una melodía a mezza voce, expuesta por la mano derecha, con un delicado acompañamiento por la otra. Pieza que representa el apogeo de su arte pianístico. Para los bises: An die Nachtingall D. 497, breve sutileza de inocente fragilidad y una pieza a cappella, para la soprano con inspiración en su patria chica.
Ramón García Balado
Amigos de la Ópera de Santiago: Ciclo de Lied
Simona Saturová e Iván Klánký
Obras de A. Dvorak, J.Suk, A. von Zemlinski, R. Schumann, C. Debussy, K.Szymanowski, B.Martinu, F. Chopin y R. Strauss
Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
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