06/02/2024

Orquesta Galega de Liberación. Ensemble Liberdade en el CGAC

 Centro Galego de Arte Contemporáneo, Santiago de Compostela


 Concierto en campo abierto de interpretación, actividad que tomó protagonismo en el CGAC, y que se entrega a una experiencia sonora sin limitaciones dentro de una apuesta tendente a medir la resistencia receptiva de los oyentes, en otra de esas iniciativas que se dejan arrastrar por los sonidos resultantes con preferencia a la conseguidos preferentemente en sesiones de confluencia con el aficionado comprometido. El equipo de la Orquestra Galega de Liberación se presenta con una formación que no necesariamente es estable y que en citas como la ofrecida reunía a Elena Vázquez-viola-; Macarena Montesinos-chelo-; Saul Parga-contrabajo-; Diego Alonso-saxo soprano- Xosé Miguélez- saxo tenor-; Javier Pereiro- trompeta-; LAR Legido- batería y  percusiones-, bajo la dirección de Xacobe Martínez Antelo. Concerto en Construcción por este Ensemble Liberdade- Concerto Inmediato para Refugallo Ensemble, en otro de sus patrones de músicas en tempo real y sin condicionantes previsibles, atendiendo a modelos como los realizados con músicos como Charles Haden, en sus proyectos Liberation Music Orchestra.

Teóricos al estilo de Frank Kofsky, había trazado posibles límites hasta encumbrarse en la evolución desde las tendencias del free-jazz y que se pronunciará como un voto de no confianza en los valores de las sociedades occidentales sobre el sentido de una sociopolítica que se haría valer por apreciaciones en la línea de Ekkehard Jost, un historiador del movimiento que lamentaba que los aspectos musicales autónomos de la evolución del propio free-jazz-asimilables a las actitudes como las de estos músicos reunidos en el CGAC-, llegaron a ser puestos en duda, ya que trasvasarías barreras de lo aceptable. Una libertad que años antes había cobrado razones en músicos como Ornette Coleman y Cecile Taylor, siguiendo en distancia a Lennie Tristano, que había experimentado con técnicas libres en piezas como Intuition, Digression o Descent into the Maelstron- muchas de finales de los cuarenta-, Otras de Bob Graettinger se incorporaron a la banda de Stan Kenton- City of Glass-, inconformista y provocadora, que se oponía a las convenciones de las técnicas armónicas y melódicas existentes, al igual que el registro de  Jimmy Giuffre-Fugue- (1953). Los clásicos por antonomasia, intentaban utilizar instrumentos jazzísticos por explorar, dentro de las técnicas de vanguardia: Ebony concert-I. Stravinski-; o All Set (1957)- Milton Babbit-, vivencias que harán mella en otro insigne, Gunther Schuller, músico y teórico que acuñará el término Thrid stream y en ella casi estamos, avezado maestro y autor de la publicación teórica Atonal Studies for Jazz (1948). Se decía de esa corriente creativa, que había llegado a  presentar una atonalidad de rostro sonriente, vestida de frac y sombrero de  copa, mientras que el propio Free-jazz, muy al contrario, tendía a representar una generación de bohemios y jóvenes airados de los cincuenta. Curiosos paralelismos con el surgimiento del  bebop.  A finales de los treinta, como en los cincuenta, los músicos de mayor talento promovían experimentos enfocados a la ampliación del vocabulario del jazz y derivados.

Charles E. Haden, contrabajista tan apreciado entre los miembros de la Orquestra Galega de Liberación, fue un marco de referencia por su actitud vital y profesional. Su encuentro con Ornette Coleman en el Festival de Monterrey (1966), promoviendo entre ambos conciertos en espacios abiertos, además de tomar iniciativas como la promoción de la Jazz Composer´s Orchestra (1969). Una década antes, Haden había descubierto sus primeras enriquecedoras experiencias en la Jazz At the Philharmnonic- en mente de los conocedores, la importancia de Norman Granz, uno de los míticos referentes de firmas como Verve, Pablo-,  la asistencia a Westlake, para estudiar en el College of Modern Music Jazz de Los Ángeles. La Liberation Music Orchestra (1969), dará como frutos fructíferas colaboraciones con talentos como Don Cherry, Mike Mantler, Perry Robinson, Dewey Redman, Paul Motian, Howard Johnson, Carla Bley o Gato Barbieri, el argentino con el que compartirá pareces fílmicos en El último tango en París, preparando la entrada en escena de Alice Coltrane. Como tantos contrabajistas de su generación, por su agudo instinto sabría reducir la función sencillamente rítmica para beneficiar la importancia del sentido melódico, aspecto que mucho debería a su condición de músico autodidácta.   La Liberation Music Orchestra, su apreciada formación en evolución permanente, no dejó muchos registros fonográficos, destacando el que lleva por título el nombre del grupo y ya en 1973, The Ballad Of the Fallen, con una formación ligeramente diferente. En 1988, será Carla Bley quien atraiga sus atenciones, apoyándose en exploraciones sobre las posibilidades amplias del sonido en confluencia con las aportaciones de culturas distantes. Charles Haden, nacido en un ambiente musical, mantendrá un posicionamiento profesional y estético claramente comprometido con las vanguardias y los posicionamientos reivindicativos. Las influencias hispanas y latinas resultarán una evidencia de esas impregnaciones, entremezcladas en contraste con las músicas de Hans Eisler y el legado de la Guerra Civil española, siempre con una clara intención política, en la que se incluirá las realidad cotidiana de Latinoamérica, tomando en préstamo canciones populares, bastantes en arreglos de Carla Bley. Su contrabajo, valorado como mesurado y sobrio, se aprecia por su tono justo para recoger dentro de las posibilidades del jazz, otras acentuaciones expresivas.

Ramón García Balado.

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