30/11/2023

Concierto de la pianista Sara Pinaque García, en la Escola Berenguela

 Escola Berenguela, Praza de Feixóo, 1. Santiago de Compostela


 Concierto en invitación de la Escola Berenguela- día 1, a las 20´00 h.- en el que tendremos como protagonista a la pianista Sara Pinaque García, un reconocimiento al centro que había sido lugar de los primeros años de formación y del que seguimos conservando excelente memoria. Sara, recuerda con devoción a sus maestros Alexander Gold y Josep Colom, con quien había ampliado en los Cursos U. I. de Música en Compostela, tras el período en el CMUS con Jorge Valdés, comenzando desde pronto a participar en ciclos y convocatorias destinados a jóvenes talentos. Pronto se descubrió la consolidación de un futuro que es una modélica realidad y entre otros maestros, merecen mención Claudio Martínez Mehner, Iván Citera, Nikolai Demidenko, Elena Kuztensova o el añorado e ilustre Dmtri Bashkirov. Tenerla de nuevo entre nosotros, será de nuevo un acontecimiento íntimo y personal. En propia opinión y con respecto a su apreciada Escola Berenguela, recordaba en un entrevista realizada cuando todavía era una adolescente con ambiciones: Desde el comienzo me encontré como en una gran familia y así sigue siendo hasta hoy con mis compañeros- pensemos en Rosalía Gómez Lasheras-, añadiendo que Alexander Gold tuvo mucho que ver en la evolución de aquellos primeros estudios. El maestro Gold, no dejará de ser un padre educador y consejero. Ya entonces, en el planteamiento de sus repertorios, aparecían nuestros grandes de la tradición hispana, Enric Granados, Isaac Albéniz, Frederic Mompou e irrenunciablemente, Manuel de Falla. Buenas directrices para enfocar ese futuro que es realidad.

Pero para esta tarde el programa nos llevará a tres compositores del romanticismo, Robert  Schumann, con la Sonata nº 2, en Sol m op. 22; Frederic Chopin, con la Balada nº 1 , Op 23, en Sol m. y la Sonata nº 30, en Mi M. Op. 109, de L.v. Beethoven. La obra schumanniana aparecería tras la muerte del autor, resultando la más clara y concisa con un Primer tiempo que parte de la sugerencia so rasch wie möglich (tan rápido como sea posible), acelerándose hasta una coda schneller y a un noch schneller (más rápido). Destaca el gran desarrollo modulante que a la postre nos trasladará a un impetuoso crescendo-accelerando y fortissimo final. El Andantino muestra la indicación Getrangen que simula el aria de la Op. 11, por su interno lirismo, sobre un trabajo de filigranas polifónicas. Como en el aria citada, el tema está basado en uno de los once lieder de juventud Im Herbst (en otoño), de Kerner. El tiempo concluye en una calma extática de personal expresión. El breve scherzo Sher rasch und martikiert (rápido y marcado), es acelerado y rítmico, marcado por detalles que el oyente percibe como acciacaturas, antes de pasar al Presto final, especie de Rondó, idea de una agógica en motu perpetuo de semicorcheas. Destaca la brillante coda Quassi cadenza prestissimo, que se acelera sin reposo, con un impulso avasallador.

La Balada nº 1, en Sol m. Op. 23, de Chopin, estrenada por el autor en Leipzig  en octubre d 1835, había merecido una excelente acogida por parte de Schumann, precisamente porque está construida por una enorme libertad formal, como si fuese una fantasía que entrañara un poema sonoro encumbrado gracias a su ardor y plenitud. Ya desde las primeras notas, derrocha esa genialidad que se le atribuye, en cuanto al tratamiento pianístico, obsesionado por descubrir los apabullantes recursos del teclado que tanto le obsesionaban. Se acepta en consecuencia, que el virtuosismo exigido es equiparable a sus obras más reconocibles. Por su lado, la amplia sección central, conforma el grueso de la obra, preludiada en gran medida por siete lentos compases que contribuyen a recrear el ámbito emocional de la obra. En el Presto con fuoco, la Balada se manejará con una descendente extensión de acordes acelerados, con octavas en ambas manos, de talante rotundo que confirma la tonalidad de la composición.

Beethoven con la Sonata nº 30, en Mi M. Op. 109. En sus tiempos de gran profundidad de planteamiento: Vivace ma non troppo;Adagio espressivo; Prestissimo; Andante molto cantábile ed espressivo. Obra que abre el grupo de las sonatas últimas, compuestas entre 1820/2, en medio de la búsqueda de una diferente fisionomía estructural y dialéctica conseguida gracias a la revolucionaria disposición de sus movimientos, llegando a parecer el verdadero problema que permanentemente le agobiaba, en aquellos años tan intensos. En resumen ya no son los tres o cuatro movimientos tradicionales, ni los clásicos Allegro ensamblados con un tiempo Lento, sino solamente dos movimientos movidos, breves, breves y concisos, que tienden a un final concebido como tema con variaciones. Para Rattalino, la Op. 109, habría merecido también el título de Quasi una fantasía, que el autor había empleado precedentemente para la Op. 36. En el Primer tiempo, el alternarse entre del Vivace y el Adagio, produce la impresión de una forma libre, toda vez que la propia naturaleza del discurso musical, recuerda una improvisación.

Ramón García Balado

 

Alexander Kantorow, solista del Concierto para piano, en Si b. M. Op. 83, de Brahms

Palacio de la Ópera, A Coruña

Johannes Brahms, con presencia en las actividades de las programaciones de la OSG, en los comienzos de temporada, será elegido en esta ocasión por dos de sus obras, la Sinfonía nº 4, en Mi m. Op. 98 y el Concierto para piano nº 2, en Si b M. ,Op. 83, que tendrá como solista a Alexander Kantorow, bajo la dirección de su titular Roberto González-Monjas, en dos jornadas consecutivas- el viernes día 7 a las 20´00 y el sábado a la misma hora-, destacando este pianista que ha disfrutado en un ambiente musical por su padre, el director Jean Jacques Kantorow, con quien realizó su primer concierto en el Festival la Vézére, además de llevar a registro  conciertos de Saint-Saëns, el segundo ofrecido también con la RFG, dirigida por Jonathan Webb, en febrero de 2018,  y su madre, una reconocida violinista, entre sus méritos destacables, bastará con recordar el Premio Conseguido en el Concurso Internacional Tchaikovski, interpretando precisamente el concierto de Brahms que tendremos, un registro discográfico suyo, dedicado a Brahms, obtuvo el Diapason d´Or (2022), y sus estudios de formación, los había realizado en los Conservatorios de Clermont-Ferrand y Pontoise, ampliando con Igor Laszlo, en la Schola Cantorum de París, G. Pludermacher, F. Braley, o J. Rouvier ,manteniendo en la actualidad la docencia de la maestra Rena Sheresvskaia. En invitado a asistir a certámenes como La Folle- Journée, La Roque d´Antheron, Festival des Forest, Orchestre Pasdeloup y otros de primer rango.

Brahms en su Segundo concierto para piano, en Si b M. Op. 83, había realizado unos primeros esbozos en un período italiano en la primavera de 1878, antes de completarlo tres años después. Obra compleja y ambiciosa, quedará determinada por las exigencias requeridas por los acordes masivos, los amplios intervalos y la recurrencia a pasajes en octavas, terceras y sextas, a los que se añaden complicados ritmos, aspectos del autor, que requerirán al solista un planteamiento concentrado y profundamente analítico, en parte por su encaramiento a la propia orquesta en la extensión del mismo. En cualquier caso, no deja de concederle una perceptible libertad, poco frecuente en las obras brahmsinas. La atmósfera trágica del primero se ha desvanecido logrando en esta un equilibrio que podrá calificarse como de una serenidad helénica. A los tres tiempos acostumbrados, añadirá un cuarto, que le acercará al estilo de las sinfonías. El Allegro non troppo se manifiesta a partir de un pujante preludio en el que se avanzan dos temas claramente opuestos desde un primero sereno y gracioso y un segundo que asoma tras una cadencia, más incisivo y rítmico, preparando un desarrollo melódico y apasionado. El Allegro appassionato, poco tiene en común con la idea de un scherzo, resultando una página intempestiva y tumultuosa marcada con un espíritu de fantasía, con un destacado protagonismo ya en el tema inicial, un tiempo que al parecer, podría haber sido pensado para el Concierto para violín, de 1877.

El Andante valdrá como una especie de paréntesis expresivo y lírico, casi en forma de lied, que se reparte en tres partes en las que el solista quedará condicionado por la orquesta limitándose a conceder colorido al tiempo, con un importante apunte più adagio contemplativo que se concede el solista de piano. El Allegretto grazioso, un rondó-sonata, apuesta por un estado entre jovial y tierno, expuesto con libertad en sus tres episodios y una coda. En resumen, una instrumentación ligera para entregarse a un diálogo en el que se resalta la fluidez de la técnica del solista. Frente al concierto anterior, surgido en medio de una ostensible inquietud y estado de crisis, este resultará un modelo de autocontrol, todo lo que se consideraba como característico de su estilo, se concentra de manera natural en el Allegro non troppo. Marxsen, su antiguo maestro de piano, al que dedicó la obra, falleció en noviembre de 1887, en los días en los que el autor, se encontraba de gira para presentar el Doble concierto, para violín y chelo, en La m. Op. 102, que suscitó una opinión de rechazo en el siempre agudo Hanslick.

La Sinfonía nº 4, en Mi m. Op. 84, será la más densa y severa de las cuatro en la que se acepta una impresión de acercamiento al pasado, en el que hallará un permanente recurso de inspiración partiendo del imaginario preclasicismo que ayudó a potenciar sus propios recursos. Obra de madurez, destaca por el talante otoñal, como destaca Rostand, encaminándose a zonas más oscuras en cuanto a su sensibilidad, resulta viva por el tono de elegía  ya desde el primer tiempo. Por la obra, han pasado las fuerzas que convulsionaron el último siglo y las que aparecerán de inmediato. El Allegro non troppo, se despliega en forma sonata elaborada desde dos temas y cuatro ideas secundarias derivadas del tema principal, resaltando el motivo decisivamente expresivo propuesto a partir de una chacona, argumento clave para su desenvolvimiento, gracias a una idea que admite distintas posibilidades de notable riqueza, una atención de consideración para el desarrollo de soberbio trato contrapuntístico.  El Andante moderato, ofrece también dos ideas sobre temas que se alternan y que se reparten por un intermezzo. El planteamiento melancólico está presente en todo en tiempo por su nobleza resignada, tras una cantinela expuesta por su actitud solemne, entre misteriosa y legendaria, el lado en penumbra forzado por motivos entretejidos.

El Allegro giocoso, bascula en las proximidades de un scherzo en espacio y dimensión, y en el que una actitud de alegría bulliciosa, nos descubre al Brahms de recursos irónicos en su dimensión más ingeniosa, marcados por el argumento sobre el que se ofrece la obra, ese Do Mayor enérgico y robusto que facilita una trayectoria que se reafirma a partir del segundo episodio, frágil y gracioso. Un Brahms en sus plenas convicciones que repite de nuevo con una fantasía elaborada, antes de completar en el Allegro giocoso-Allegro energico e appassionato, de cargado temperamento preparado por graves acordes en los vientos, de nuevo el recurso de la idea de la chacona referencial en esa vuelta al pasado y que nos trasladará a una idea procedente del J.Sebastian Bach, en su cantata Meine Tage in den Leiden. Idea tratada por diversos instrumentos de la orquesta, en forma de variaciones que llevan al límite el potencial de recursos orquestales, un tiempo sublime en el conjunto de sus trabajos orquestales, con una coda de ímpetu arrollador. El tiempo final, no es en absoluto un ejercicio de estilo, sino una asimilación perfecta y natural de una técnica tradicional que sublima la inspiración de la sinfonía.

Ramón García Balado       

 

27/11/2023

Umbrío (Schattenhaft) de Hugo Gómez-Chao


Hugo Gómez-Chao Porta
estrenaba Schattenhaft con la RFG dirigida por su titular
Baldur Brönnimman, junto a el Idilio de Sigfrido, de R.Wagner  y la Sinfonía nº3 (Singulière), del sueco Franz Berwald.  La obra de Hugo Gómez-Chao Porta, era encargo de nuestra orquesta, y resultado de su reciente etapa como Residente de la Ac. Española, en Roma, al tiempo que prepara sus próximos compromisos con la JONDE y el Ensemble Modern (Frankfurt) y la Fundación Tapies, con motivo de su centenario y la Ac. Española de Roma, a medias con la Fundación Luis Seoane, en memoria de Luigi Nono, que se estrenará el próximo año, un músico que cuenta con una consolidada trayectoria que añade a esas labores creativas, la dinamización del Festival Resis, dedicado a los géneros preferentemente contemporáneos. Obras de reciente memoria de su firma son Sol, quizás, o nada, encargo de la SGAE y AEOS, que la OSG estrenó en un programa con obras de F.Poulenc y la Primera Sinfonía, de J.Brahms, trabajo que se añade a Vanitas, vanitatum, para voz, guitarra, violín y chelo o El Tiempo menos solo (Sobre la poética de Abraham Gragera); Límites en negro- ganadora del Premio Jóvenes Compositores Fundación SGAE-CDMCM; Chanson de la plus haut tour (Arthur Rimbaud), un trabajo para orquesta; Icaro, compromiso con la SGAE y AEOS. Fue compositor residente de Juventudes Musicales de España, tras seguir las docencias de David de Puerto, Beat Furrer, en la Künstuniversität de Granz, ampliando dominios de especialización con Clemens Gadentätter, Sergio Luque, Friedrich Haas, Toshio Hosokawa, Pierligi Billoni, Jesús Rueda o el director George Pehlinvanian.

 Schattenhaft, perfecto reflejo de semejantes influencias, es obra sin concesiones al reposo gracias a la amalgama del tratamiento plural de extended techniques, libre vuelo en recursos de alto riesgo que podrá producir más de una sorpresa ingrata y asunto del que se rehuía en esta pieza que avanzaba desde el unruhing delirando, entremezcla de densas masas sonoras sobre encabalgamiento de ideas independientes, planteadas desde recursos  armónicos o tímbricos tendentes a otra serie de elementos melódicos transfigurados en ruidos elevados a dimensiones de colorido desmesurado. El beneficio de la propia orquesta fragmentada coadyuvaba a la acentuación de pasajes electrizantes y de difícil conformación. Una sección en forma de adagissimo, lontanissimo, sempre espressivo, permitía un cierto apaciguamiento melódico a modo de aparente rumor simulado por los instrumentos de la orquesta, propiciado en gran medida por la asunción en grado sumo por el uso de esas extended techniques, elemento que tan generosos frutos está deparando a los compositores de nuestra realidad cotidiana.

Para recrearse en ambiente, una pieza excepcional como el Idilio de Sigfrido, de Richard Wagner, composición de 1870 y de pretensiones profundamente líricas por las circunstancias que la vieron nacer, durante un período de reposo frente al lago de Lucerna, entre afectos cruzados del compositor, Cosima y Hans Richter, tomando en préstamo partes dispersas de pasajes elegidos de Sigfrido. Una dedicatoria para su hijo Sigfried, en la fecha de su nacimiento y un afecto al borde del éxtasis hacia Cosima. En esencia y para entendernos con la obra, un destilado poema sinfónico  que recurre imaginariamente al Viaje de Sigfrido por el Rhin (El crepúsculo de los Dioses); la Liebestod (Tristan e Isolda); los poemas de amor, de Mathilde Wessendock, motivos que proceden de su óperas tempranas, una genuina tarjeta de visita sonora  que hacen reconocible la pieza  desde sus  primeros compases y que actualmente se recibe con la mayor naturalidad entre los aficionados más comunes.  Martin Gregor-Dellin, nos traslada a aquellas fechas, a finales de 1870, cuando se estaba preparando una fiesta íntima y en la mañana del 25 de diciembre, Cosima recibiría la luz del día con una música de una dulzura doliente y emotiva. Cuando enmudeció la música, entró Richard con los niños en la habitación de Cosima y le tendió la partitura  del Cumpleaños  sinfónico, que había concluido el 4 de diciembre en el mayor de los secretos y después recibiría el título de Idilio de Sigfrido. A excepción de una melodía compuesta por San Silvestre en 1868, Duerme, niñito duerme, el Idilio de Sigfrido era un poema sinfónico en un solo movimiento, reelaborando motivos de Sigfrido, incluido el tema de amor anotado en Munich, el 14 de noviembre de 1864. Se trataba de una música de amor intima y de una ternura privada, que en un principio pareció poco apropiada a las salas de concierto, aunque estaba prevista para orquesta y no para el pequeño conjunto de cuerda y viento que la ejecutó por primera vez.

Menores sorpresas deparaba Fanz Werbald (1796/1868), el compositor sueco por excelencia de su tiempo, y autor de cuatro sinfonías de las que esta Tercera Singulière, es la más lograda por el tratamiento de sus tiempos que descubren las herencias de sus tradiciones con influencias perceptibles de influencias alemanas y que nos hacía intuir un Sibelius en ciernes. Un romanticismo de perfiles nacionalistas propios de la época, sin perceptibles innovaciones cono nos descubrían sus tres tiempos desde el Allegro fuocuso, al Adagio-Scherzo-Allegro assai o y Adagio, para concluir con el Finale Presto. Tardará en llegar el reconocimiento para sus trabajos sinfónicos, habiendo de esperar hasta su aceptación en otros países gracias a sus giras, desde Austria a Alemania o Francia. Una biografía cargada de sobresaltos que le obligaron a abandonar la música en un par de ocasiones, a sabiendas de que en buena medida, la pertenecía a una saga de importantes compositores, facilitaría su dedicación a l música. Se había formado como violinista en Uppsala, con Du Puy, llegando a ser director de la Royal Orchestra, y en calidad de compositor, dejará sus primeras aportaciones con una Fantasía Orquestal, un septeto y un Concierto para violín, y en especial por el poema sinfónico La batalla de Leipzig, que preparará la llegada de trabajos camerísticos y en mayor medida, la serie de óperas: Leonida; Der Verräter; Donna Isabela- inacabada- y en su desplazamiento entre Berlín y Viena, una nueva obra de titulo tan atractivo como sugerente para estudiosos y aficionados, Estrella de Soria, que con el paso de los años, tendrá una revisión en 1946, de M. Pergament, una ópera sobre la que trabajaría mientras componía esta Sinfonía nº 3 (Singulière), a la que no se le niegan influencias impresionistas, entre otras piezas orquestales que mostraban su capacidad creativa. Músicos de su entorno cultural como Tor Aulin, Henri Marteau o Wihelm Stenhammar, contribuyeron a la recuperación y consolidación de su figura, después de la vuelta definitiva a su tierra para ser nombrado director de la Royal Orchestra y director musices de la Uppsala Universitty.

Ramón García Balado

Real Filharmonía de Galicia/Baldur Brönnimann

Obras de R.Wagner, Hugo Gómez-Chao Porta y Franz Berwald

Teatro Afundación, Vigo

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Auditorio de Ferrol

 

24/11/2023

Trío EnClave en el XXV Ciclo de Outono del Museo Belas Artes de A Coruña

Museo de Belas Artes, A Coruña



Sesión de la serie del XXV Ciclo de Concertos de Outono en el Museo de Belas Artes de A Coruña y con entrada libre-domingo día 26 a las 12´30 h.-, que protagonizará el Trio EnClave que forman el guitarrista Mateo Arnáiz, el vibrafonista J.M. Castro y el contrabajista Ximo Pallás Fuertes. Todos ellos ejercen la docencia en distintos centros, al tiempo que cuidan estas iniciativas en los géneros musicales más sugerentes, como en este caso será el dedicado al mundo del tango. Mateo tras estudiar en A Coruña, amplió fundamentos en la École Normale de París Alfred Cortot, con Alberto Ponce. Realizó algunos registros que definen sus inquietudes en su carrera: Preludios; Capricho, bolero y fandangos; la Suite española de Albéniz, con instrumento de época y con el Dúo Axioma II, otro bajo el reclamo Souvenir de París.  El vibrafonista J.M. Castro, mostró desde sus comienzos interés por el jazz en sus diversas corrientes, con un acercamiento al swing, como aspecto fundamental. Colaboró con formaciones como la RFG, la OSG y bandas de repertorio tradicional siendo además miembro del grupo de percusión Attacca.  El tercero en liza, el contrabajista Ximo Pallás, estudió en la S.M. La Artística de Buñol, comenzando pronto una carrera que le llevó a integrarse en formaciones como Jorvgal; JONC; la JONDE, tras disfrutar del magisterio de Javier Sapiña, Francisco Catalá, Francesco Petracchi, Andrew Akermann o A. Woodrow. Es profesor en el Conservatorio Superior Xan Viaño de Ferrol. 

Tango a la vista, forma se hunde sus raíces en los boliches de carreros y cuarteadores, en los conventillos y casas de mala nota del barrio Sur, desde donde traspasó las cancelas hasta acceder a las clases medias. Las masas que pululaban, solitarias y desarraigadas, en los cafetines entremezcladas con rufianes y tipos marginales, darían acogida a etnias de aluvión desde hispanos a italianos, eslavos o gauchos desplazados. Ejemplo para expresar aquellos mundos, el tango Melodía de arrabal (Mario Battistel/ A Lepera: Cuna de taitas y cantores, de broncas y entreveros; de todos mis amores. En tus muros con mi acero yo grabé nombres que quiero: Rosa, la milonguita; era rubia Margot y en la primera cita la paica Rita, me dio su amor…En general, el protagonista era un perdedor atormentado por el fracaso y ya en la década de los treinta, caerán como aldabonazos los versos más amargos y desilusionados de Enrique Santos Discépolo.

Vuelta atrás en el medio del cabaret escénico y el tango a sus anchas, El 12 de enero de 1918, período temprano y por medio de un aviso en la revista Caras y caretas, la histórica firma de Max Glücksmann, ponía a la venta el disco Mi noche triste (Castriola/ Contursi)-la voz que no podía ser otra que la de Carlos Gardel. Incluyendo otros cinco del dúo criollo Gardel/ Razzano. Tiempos en los que la popularidad adquirida por Roberto Firpo, con su orquesta típica, suscitaron el interés de la compañía Muiño-Alippi, por los  éxitos en el Empire Theatre, de Buenos Aires, sala ubicada en la esquina nordeste Corrientes y Maipú, arrasada 20 años después por el ensanche de la gran arteria porteña. Alippi apostaría por Firpo en calidad de incisivo regisseur, apostando por todos los recursos histriónicos más tentadores. Un aluvión de piezas de repertorio, propias de cabaret, que enlazaba las parejas de actrices, actores y figurantes, en un descollante baile de meta y ponga y como número de relumbrón la primera diva se soltaba con el tango Mi noche triste.

Mi noche triste, había dado cartas de naturaleza a la oficialización del tango, pasando de ser un género sustancialmente bailable a ser un género en el que el canto predomine, consiguiendo las letras un grado de primacía y que tendrá como artistas de nombradía, entre otros a Agustín Magaldi, Ignacio Corsini, Ada Falcón. Azucena Maizani, Libertad Lamarque y una larga lista inagotable, los mitificados Alberto Castillo, Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche, Hugo del Carril. A su servicio, letristas como Contursi, Alfredo Lepera, Celedonio Flores, Santos Discépolo, Cátulo Castillo- sublimes poetas- a los que pondrán pentagramas Enrique Delfino, Julio de Caro, Oswaldo Fresedo, O. Pugliese y otros maestros de agudo ingenio. Tango porque sí, atraerá la atención de H.G. Wells, quien tildó a 1913, como el año del tango; Franz Lehar, incluyó un tango en su opereta La esposa ideal y en Berlín se publicó un álbum con dibujos relativos al mismo. Igualmente, los poetas Vladimir Maiakovski le prestaría sus atenciones a la par de músicos como Stravinski, Kurt Weill o Isaac Albéniz. Osado había sido el Premio Nobel de 1927 Henry Bergson, quien diría que en un giro de tango, se habla más del alma de una  mujer, que en diez tomos de W.Shakespeare.

La emigración gallega en el tango rioplatense, fue tratada en su estudio por Manuel Suárez Suárez, especialista que recuperará a personajes dignos de mención: Eduardo Calvo, Víctor Soliño, José Vázquez, Manuel Parada y Joaquín Barreiro. Para Suárez Suárez: Sendo o tango froito da emigración, correspóndelle ós galegos un anaco do froito que se personifica en autores como, compositores e intérpretes. Xa cando nace o tango, corresponde citar a  un importante poeta nacido en Ribadeo, o emigrante José Alonso y Trelles, o moi coñellido El Viejo Pancho.  Así é como  José Gobello, un fino observador expresa falando de Alonso, que sería imperdonable omitir  este antecedente literario de letras do tango. En 1915, publica un libro de poemas titulado Paja Brava.  Deste libro  Carlos Gardel escolle catro poemas que grava e populariza: Insomnio; Como todas; Misterio e Hopa, Hopa.  El Viejo Pancho, fue un prodigio de adaptación al medio y hacia 1872/3, se fue a Río de la Plata, intentando radicarse en Chivilcoy (la ciudad de Contursi), y después se fue a El Tala, en el departamento uruguayo de Canelones. Sus versos en gallego, no se parecían en nada a las décimas gauchescas que circulaban entonces aunque aquellos versos pueden encontrase como anticipación de muchos tangos camperos.

Ramón García Balado  

 

Adolfo Gutiérrez Arenas (Chelo) y Malcolm Martineau (piano), en el VII Clasclás, de Vilargarcía de Arousa

  Pazo da Golpelleira, Vilagarcía de Arousa Un dúo de chelo y piano, Adolfo Gutiérrez Arenas y Malcolm Martineau , para el Pazo da Golpell...