Convento de San Antonio de Herbón, Padrón
El Convento de San Antonio de Herbón (Padrón), acoge una nueva cita de Espazos Sonoros con Il Concerto Intempestivo, para un tratamiento en edición barroca de La consagración de la primavera de Igor Stravinski- día 31 a las 20´30 h.-, una agrupación nacida en Basilea en la serie de conciertos Vier- Jahres- Zeiten (Schloss Waldegg, Suiza) y que precisamente estrenaron con esta experiencia innovadora, en el Festival Freud und Alte Musik Basel. Son ellos Rahel Boell (violín), alumno de Daniel Sepec (Musikhochschule Lübek) y de Gerhard Schulz, Carolin Widmann o Amandine Beyer. Jaume Guri Batlle (violín), que siguió la escuela de Vera Martínez y los citados anteriormente; colaboró con grupos como Los Elementos. Rebecca Krieg (chelo), procedente de la Schola Cantorum Basiliensis (C. Coin) y de Karsruhe (Lazslo Fenyö), antes de ampliar con prestigiados profesionales, tras ser becada por la Ac. de la Balthasar-Newman O., de T. Hengelbrock. Elliot Xaquin Dios (clave), estuvo en la Schola Cantorum Basiliensis tras estudiar en La Haya, probando las docencias de A. Marcon, R.Eggar, Beatrice Martin, además de presentarse en certámenes con su Trío Vestigium Ensemble.
En los fundamentos, La consagración de la primavera (Igor Stravinski), según A. Boucourechliev, una visión premonitoria mientras daba cuerpo a El pájaro de fuego y que servirá para proponer esta forma inesperada de cosas diferentes, entreviendo el espectáculo de un gran rito pagano: los viejos sabios sentados en círculo y observando la danza de la muerte de una doncella a la que sacrifican para hacer propicio al dios de la primavera. La consulta con el pintor Nicolás Roerich- especialista de la evocación del paganismo y de Diagilev, quien la acogería con entusiasmo, será determinante, por sus trabajos con los Ballets Rusos. Varias son las versiones que nos quedan, siempre muy cortas y de las que destacarán tres. Para el autor, no hay un argumento de intriga, quedando como una serie de ceremonias de la antigua Rusia. La parodia o el transformismo de las músicas del pasado, se halla en obras como el ballet Pulcinella (Pergolesi) o su Dumbarton Oaks, con alusiones bachianas
Las secuencias de La consagración de la primavera, según el prisma de Il Concerto intempestivo, sigue un discurso sobre planteamientos meridianamente ancestrales a la par que sugerentes, Dos partes desde La Adoración de la Tierra que nos sitúa en el Primer cuadro de la tercera versión, que conocería los espectadores del espectáculo del 29 de mayo de 1913, siguiendo el ideario simbolista pujante entonces. La obertura: Les augures printanieres, celebración del equinoccio de primavera, mientras se escuchan los tambores en la lejanía de unos ritmos tribales. Tambourin-Le rappel des oixeaux, Jean Philip Rameau (1683/1764), piezas para clave, en arreglo del propio grupo. Jeu du rapt, visión de las adolescentes que salen de río al reclamo de la llamada del chelo, que entona una tonada subyugante. Jean- Jacques Nochez (1722/1801), Rondes printanières, danza en ritmo de las adolecentes, dentro de una pujante passacaglia. Pandolfi Mealli (1630/70), una Sonate cioè Balletti…a uno a dui violini (Roma, 1669) y Jeux des citès rivales, descripción del lugar de lucha. Del mismo compositor, extractos tomados de La Spata Fora. Trombetta a 2 violini y Cortège du Sage, superada la lucha caótica, el encuentro con una música de marcha procesional que ayuda a calmar los ánimos. Henry Purcell (1659/95), completando esta primera parte, The Queen´s Funeral march, en arreglo del grupo, con la Dance de la terre y la Sonata 2, Gigue
Parte II: El sacrificio, segundo cuadro, de la versión tercera del 29 de mayo parisina, musicalmente y para el espectáculo, el comienzo con la Toccata da sonarsi alla Levationes, una improvisación de Il Concerto Intempestivo, círculos misteriosos de las adolescentes como idea de los juegos místicos, con el sonido de una chacona como telón de fondo, en un despliegue de armonías en bucle que abandonan al alma en sintonía con la divinidades. H.I. Biber (1644/1704), precisamente de su obra referencial, Las sonatas del Rosario (c. 1674), una pretendida glorificación- Glorification de l´elue- un arrebato febril repartido entre armonías festivas y elegantes. Arcangelo Corelli, la Trio Sonata IX. Allegro, perteneciente a las 12 trio sonatas Op. 1, evocación de los ancestros- Evocation des ancêtres-, un canto gregoriano usado como intriotus del Día de Todos los Santos, cuando se honra a todos los mártires, un vestigio del paganismo en la liturgia cristiana. Un anónimo tomado por el grupo: Gaudemus omnes in domino, acción ritual ancestral- Action rituelle des ancetrês-, a modo de conductus en estilo del Ars Antiqua sobreel canto anterior que nos traslada a estilos de técnicas medievales de composición. Elliot Xaquin Dios-el clavecinista-, aporta un Conductus, danza del sacrificio- Danse sacrale- opción de rechazo que se siente ante el miedo de una fría soledad. Henry Purcell, What power art thou, de su obra escénica King Arthur , igualmente en arreglo de este cuarteto de instrumentistas. El Elegido danza entre la vida y la muerte en una desquiciada carrera sin norte a través del paso de los siglos, una serie de cambios imprecedibles, recuerdan convulsiones de un moribundo cuya vida pasa en un desliz postrero por la memoria. Rahel Boell, violinista de este grupo que se especializó en estilos barrocos con Mayumi Hirasaki, Daniel Sapek y Amandine Beyer, en complemento con su formación en la Freiburger Barockorchester, el Ensemble Recherche, compagina labores con músicos dedicados a la improvisación en los géneros contemporáneos. De su firma, Dance at the borders of time (2024), el gran baile del Elegido con la Sonata en trío basada en una cantinela popular, Fuggi, fuggi, fuggi, da questo cielo. Sonata da chiesa e da camera a 2, 3, e 4 (Venecia, 1655), Biaggio Marini (1594/1663). Sobre la famosa velada del 29 de mayo de 1913, convulsa y provocativa, todo y demasiado, sin duda, ha sido dicho. Tema predilecto del periodismo musical, el escándalo de La consagración de la primavera, aparece aún hoy como un enfrentamiento de la vanguardia y del conservadurismo, de los modernos y de los antiguos, de la revolución y de la reacción ¿Pero se trata realmente de una revolución? ¿No se equivoca uno de escándalo? Ha habido, sin duda, una parte de provocación: Diaghilev había distribuido entradas en la parte trasera del piso principal, muy próximo a los grandes palcos, a los jóvenes encargados de defender la obra a toda costa con sus aplausos.
Ramón García Balado