Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela
Convocatoria del VII Concurso de Canto Compostela Lírica que promueve Amigos de la Ópera de Santiago en el Auditorio de Galicia y que se celebrará los próximos días 6 y 7, actividad en colaboración con la Xunta de Galicia, la Diputación de A Coruña, el Consello da Cultura Galega y la Fundación José Otero-Carmela Martínez, en una propuesta de libre acceso y que para esta cita, cuenta con la inscripción de 85 cantantes provenientes de 24 países, superando la cifra de años precedentes, aspirantes cuya edad se reparte entre los 18 y los 35 años. Países que se reparten entre Irlanda, Francia, Portugal, Grecia, Alemania, Países Bajos, Ucrania, Serbia, Suiza, Reino Unido, Corea, Georgia, Estados Unidos y España. De Hispanoamérica, se inscribieron voces de Colombia, Venezuela, Chile, Puerto Rico, Brasil, Paraguay y Méjico. Nuestro país recibe a 45 aspirantes, 8 de ellos gallegos. De los inscritos, se han elegido 28 semifinalistas que se repartirán entre los días 6 y 7.El jurado estará integrado por figuras de reconocido prestigio en el ámbito musical, el crítico y especialista Arturo Reverter, como Presidente; Patrick Canac, presidente de Les Musicales du Luberon; Aquiles Machado, presidente de Amigos de la Ópera de A Coruña; Elisabete Matos, directora artística del Teatro Sâo Carlos, de Lisboa; Graziela Valceva Fierro, mezzo soprano; Celestino Varela, director artístico de la Ópera de Oviedo y el pianista Maciej Pikulski, que tantas veces colaboró en el Ciclo de Lied. La dotación del certamen, se reparte entre un Primer Premio dotado con 4000 euros, y con tres actuaciones con la Real Filharmonía de Galicia, en el Festival Les Musicales du Luberon, y durante la temporada de Ópera de Oviedo; Un Segundo Premio, con 2000 euros, y un recital remunerado en Santiago y el Tercer Premio que recibirá 1000 euros. Las voces gallegas competirán por el Diploma Premio Gaos, que viene acompañado por un recital remunerado dentro de las actividades del Consello da Cultura Galega.
La primera actuación se convoca el día 6, a las 17 horas, en el Auditorio de Galicia, de la que saldrán los finalistas elegidos para la sesión del sábado. Dos pianistas en calidad de acompañantes, José Alberto Sancho y Duncan Gifford. Para comenzar, José Alberto Sancho, con cinco aspirantes, Júlia Arquillo, que elige Ah, non credea mirarti…Ah non giunge uman pensiero, de La sonnambula, de Vincenzo Bellini, aria y cabaletta final, en el segundo acto, en el arrebato de Amina, la joven huérfana aquejada de sonambulismo. Rol para soprano ligera de coloratura. Iria Goti, también con Bellini, esta vez con I Capuletti e I Montecchi, del que toma Eccomi in lieta vesta…Oh! quante volte; Giulietta en el final de Acto Primero, hija de Capellio, y obligada por su padre a renunciar a sus amoríos con Romeo, voz igualmente para soprano coloratura, de notables exigencias de tesitura. Paula Sánchez Valverde, se inclina por Gioacchino Rossini, en Il Signor Bruschino, ossia Il figlio per azzardo: Ah! Voi condur volete…Ah! Donate il caro sposo. Recitativo y aria de Sofía, en el Primer acto, la hija de Gaudenzio, quien pretende casarla con el hijo del Signor Bruscchino, voz para soprano ligera dotada de agilidades y trinos. Pasamos al barroco en su plenitud gracias Ferrán Albrich, con el Händel de Rinaldo, con Sibilar gli angui d´Aletto, papel para las máximas exigencias en esta ópera que suscita en los aficionados el disfrute de las gratificantes elocuencias del mejor Händel. Mireia Tarragó, el Mozart de Cossì fan tutte- Temerari sortite fuori…Come scoglio- Fiordiligi, la dama ferraresa, en esencia una lírico-spinto, para esta aria que tendrá uso en otra obra litúrgica.
El pianista Duncan Gifford, será acompañante de Enrique Torres Domínguez, de nuevo con el irrenunciable Bellini, que recurre a I Puritani di Scozia, con Ah! per sempre, Io ti perderei, en el Primer acto, para lucimiento de Arturo Talbo, el seguidor de los realistas y prendado de Elvira, la hija de Gualtiero, un tenor lírico-spinto. Milan Perisic, apuesta por Jules Massenet, en su romantismo más entregado por Hèrodiade (1881): Vision fugitive, una de sus óperas que puja por abrirse hueco entre las grandes por aceptación general, títulos de cartelón como Manon, Werther, Thais o Sapho, que para detalles precisos, en esta ópera, destaca por su admirable concisión y un estilo de notable bravura interpretativa. Lucia Peregrino, un Bizet que nunca falta, por la Carmen: Je dis que rien ne m´epouvante; Micaela en un rol aparentemente secundario confiado a una soprano lírica a imprescindible para esta ópera de Bizet universal. Víctor Jiménez Moral, entregado al Mozart de Don Giovanni: Il mio tesoro intanto, el joven caballero, embaucador y arquetipo por definición para un barítono de exigencias canoras e interpretativas en lo dramático. De nuevo el pianista José Alberto Sancho, para completar una primera parte, con Colum Donovan-Peterson, el Donizetti de Don Pasquale: Bella siccome un angelo, graciosa cavatina en la que el protagonista se deshace en los encantos de Norina, la joven viuda, enamorada de Ernesto. Tereza Kotlánnová, con el Stravinski de The Rake´s Progess: No Word from Tom…Qietly night, ópera en la que el ruso despliega sus mejores recursos entre personajes como Trulove, Anne, Tom Rakewell, Baba la Turca- para mezzo dramática-o Nick Shadow, sobre libreto de W.H. Auden y Chester Kallman, basado en grabados de Hogarth (1735), con estreno en el Festival de Venecia y la mítica Elisabeth Schwarzkopf, en el rol de Anne, soprano ligera. Patrick Keefe, en un Rossini espectacular para el lucimiento del cantante: Largo al factotum, de Il Barbiere di Siviglia, ópera buffa para mayor gloria del añorado Alberto Zedda por los recuerdos que nos dejó. Marina Nervión, opereta de Jacques Offenbach en su título de relumbrón Les contes d´Hoffmann en su aria de impagable colorido: Les oiseau dans la charmille (los pájaros en la enramada) que la muñeca Olimpia reluce por las agilidades exquisitas de coloratura. Descanso de un cuarto de hora, para pasar a la segunda parte.
El pianista Duncan Gifford, acompañará a Inés López Fernández en el Rossini de Il Barbiere di Siviglia. O Almaviva , ossia l´Inutile precauzione: Una voce poco fa, cavatina en el segundo acto para lucimiento de Rosina, auténtica protagonista de esta ópera buffa, rol para mezzo de posibilidades generosas en sus posibles intérpretes en beneficio de sus cualidades expresivas. Miriam Silva Álvarez, de nuevo con otra aria irresistible del Anton Dvorak, en Rusalka, Mesicku na nebi hlobokém, la eterna Canción de la Luna, tan demandada en conciertos de lieder y arias, aria en la que Rusalka confía a la Luna sus amoríos recónditos, en exigencias una soprano lírico-spinto. Gabriel Alonso, se apunta al Verdi del Don Carlo: Per me giunto…O Carlo, escolta. Aria del cuadro segundo del IV Acto, reivindicación por la lucha de la libertad, en el mundo siniestro de los Austrias. Ópera del período afrancesado de Verdi, en una doble propuesta de esta ópera emblemática. Begoña Gómez, el Mozart de La Clemenza di Tito K.651: Parto, ma tu ben mio, aria de Sesto, que en su estreno interpretó Domenico Bedini y que suscitó opiniones encontradas como la de Dent, que la calificará como ópera algo informe, en la que pesa la coherencia interna. Javier Saavedra, con Francesco Cilea, metidos en pleno verismo con la sobresaliente Andrea Lecouvreur- Io son l´umile ancella, papel de la actriz protagonista preparando su papel en el Salón de la Commedie Français, una curiosa opción que nos plantea el programa.
El pianista José Alberto Sancho, respaldará a Francisco Bermudo en el menos frecuente Edgar, ópera pucciniana de juventud, con el aria Questo amor vergogna mia, un drama lírico sobre texto de Ferdinando Fontana, para estrenarse en el Teatro alla Scala, el 21 de abril, de 1899, en la que destacan números como esa aria cuyo rol había sido estrenado por Gregorio Gabrielesco, en una representación dirigida por Faccio y una recepción crítica especialmente contenida. Edgar, con todo, repetiría en esa prèmiere siete Da Capos y cuarenta aclamaciones. También Pantaleoni sería efusivamente aplaudida, en el papel de Tigrana. Tinka Pynker, tendrá un nuevo Mozart por Die Zauberflöte K. 620, en Ach ich fül´hs, del cuarto cuadro del primer acto. Pamina, hija de la Reina de la Noche, perfecto papel para una soprano lírica. Laura Pulido Patiño, apuesta por Gaetano Donizetti, desde Lucrezia Borgia y Com´è bello quale incanto…Si voli il primo a coglieri, Aria del prólogo para Lucrezia, Duquesa de Ferrara, y un papel para soprano de considerables exigencias. De nuevo Donizetti, pero en Lucia di Lamermoor, en otro de sus alardes de recursos, Regnava nel silenzio, que se permitirá Rocío Muñoz, cavatina del segundo cuadro del primer acto, especie de fantasmagórica aparición. Jan Zadlo, con el Bizet de Les pêcheurs de perles, en su aria L´orage s´est calmé, aria de Zurga en el tercer acto, el pescador de perla amigo de Nadir, y que demanda una voz profunda de bajo con recursos notables.
Duncan Gifford, tendrá como cantantes en el final de esta prueba de selección de los elegidos, a la mezzo Yeraldi Leon, precisamente con Jules Massenet y Werther con la carta de Charlotte, en un momento de profunda intensidad, que se aviene a dramatismo cargados de nervio en Qui m´aurait dit la place? Willingerd Jiménez también con Bellini, un compositor claramente preferido con Beatrice di Tenda: Rimorso in lei? Qui mi accolse oppresso errante/Non son´io che la condanno, penúltima ópera de este compositor, sobre un libreto de Felice Romani, con estreno en el Teatro La Fenice (Venecia), el 16 de marzo de 1833, destacando roles como Filippo Maria Visconti, Orobellol Rizzardo del Maino, frente a los femeninos de Beatrice di Tenda, o Agnese del Maino. Siempre resaltando el melodismo de este maestro del belcantismo. Andrés Sánchez-Joglar, se juega sus posibilidades con el Verdi de Rigoletto, Ella mi fu rapita… Parmi veder le lagrime. El duque de Mantua- un tenor lírico, en un arrebato de ternura imagina a su amada en este recitativo que se resuelve en la cavatina Parmí veder le lagrime, antes de la entrada de los cortesanos. Irene Mariscal, se deja llevar por el Idomeneo, re di Creta K. 366, con Zeffiretti Lussinghieri, aria de Illia en el cuadro primero del Acto tercero. Illia canta al amor que siente por la naturaleza que la rodea en este número más conocido de esta ópera sobre libreto de G.Varesco, que se estrenaría en Munich a comienzo de 1781. Luna Celemin, completando la serie de aspirantes, apuesta por el Donizetti de Linda di Chamounix: Ah tardai troppo…O luce di quest´anima, recitativo y cavatina, en el primer acto, rol para una soprano ligera con dotados sobreagudos en una ópera que subiría a escena en el Kärtnertorttheater Wien, en mayo de 1842. A la espera pues quedamos, de las decisiones del jurado.
Ramón García Balado
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