03/12/2024

Concierto conmemorativo de la Sociedad Filarmónica de A Coruña por la Orquesta de Cámara Galega

 Teatro Rosalía de Castro, A Coruña


Concierto conmemorativo por el 120 Aniversario de la Sociedad Filarmónica a cargo de la Orquesta de Cámara Galega dirigida por su titular Rogelio Groba Otero en el Teatro Rosalía de
Castro
- día 5 a las 20´00 h-, con obras   de Edvarg Grieg, W. A. Mozart, Béla Bártok y Rogelio Groba. Una entidad merecedora de la Medalla de Oro de la capital el 20 de octubre de 1904, y que mantiene las iniciativas de sus propuestas a lo largo de las temporadas, particularmente en los ciclos que se ofrecen en el Teatro Rosalía Castro.  La Orquesta de Cámara Galega, que ofreció en el período estival de este año el XII Festival Groba, de Ponteareas, con importantes artistas como Elisa D´Auria, Alba Reirís, Germán Arías, Diana Tishchenko, Sara McElravy, Bruno Philippe, Itamar Golan, Guy Braustein o la OSG, dirigida por J.Miguel Pérez Sierra, es formación que también colaboró con artistas como A
ra Malikian, Teresa Berganza, Clara Yumi Kang, Pacho Flores, André Cebrián, Esteban Batallán o los chelistas Kyril Zlotnikov y Anastasia Kobelinka. Fue partícipe de los ciclo Os atardeceres no Gaiás y el Ciclo Noites na Cidade Vella (A Coruña). De sus trabajos, merece mención la ópera Don Chisciote, de Manuel García, para el Centro de Documentación Musical de Andalucía, grabado en el Teatro La Maestranza (Sevilla) y la producción multidisciplinar Don Juan en el infierno, en el Teatro Colón. Grabaron de Rogelio Groba su trabajo Polas rúas de Ponteareas y As rúas do vento ceibe, en colaboración con el Coro de Cámara de Pamplona, sobre la poética de Manuel María.

W. A. Mozart, con el Divertimento para cuerda, en Fa M. K. 138, obra juvenil de sus años en Salzburgo, perteneciente a un grupo de tres divertimentos compuestos tras su vuelta de un viaje a Italia, siendo sus características marcadas por la ausencia del minué, mostrando esencialmente una atmósfera generosa y vivaz, con influencias italianizantes, aspectos en preferencia por la corte del arzobispo salzburgués. Obras que se relacionan con las precedentes aunque con mayor coherencia en su tratamiento, ofreciendo un cálido melodismo popular y la inclusión de intermedios humorísticos o dramáticos. La organización formal es más rigurosa. En la serie de estos tres divertimentos, se observa una fuerte vinculación ya existente entre el viejo divertimento y el nuevo cuarteto de cuerda. Alfred Einstein, precisaría que se trata simplemente de sinfonías para instrumentos de cuerda.

 Edvard Grieg, con dos obras, un movimiento de la Suite de Peer Gynt, con inspiración en la dramaturgia de Henrik Ibsen, de la que saldrán las dos conocidas suites instrumentales. De la primera suite, el tiempo La muerte de As, confiada a las cuerdas un Andante doloroso, melodía desgarradora y desnuda, que prepara la entrada de La danza de Anitra, tiempo en forma de mazurka. Grieg había trabajado sobre el drama con ciertas dificultades pero que a la postre, darían un excelente resultado. Del propio compositor noruego, la Suite Holdberg, en estilo antiguo Op. 40, del año 1884, con estreno en la ciudad de Bergen, con motivo del bicentenario de Ludwig Holberg, filósofo, escritor y humorista. El preludio es un poco solemne a pesar de su aire animado; la  Zarabanda, muestra una dulzura embriagadora, especialmente en el poco mosso; la Gavota, es ligera gracias a su tratamiento de las violas y segundos violines, cediendo su paso la Mussette , que se expone en dos partes, la primera acentuada por los acordes del violonchelo, mostrando una rusticidad sofisticada, para llegar al Aire, Andante religioso, con una melodía desgarradora a cargo de primeros violines y chelos; el Rigodón,  completa en un delicado Poco meno mosso, alcanzando un acompañamiento en pizzicato.

Béla Bartók con las  Danzas rumanas, piezas densamente idiomáticas dentro de su estilo, evolución y criterio de investigación, producto de un encargo oficial en su labor de campo, para la celebración de la fusión de las ciudades de Buda y Pest, y con afinidades con el Salmus hungaricus, de Zoltan Kodaly, compuesto en ese mismo período. Como telón de fondo, las raíces de folklores intensamente arraigados desde las fuentes arábigas y esas procedencias rumanas. El Bartók pues del folklore imaginario, con elementos determinantes como pueden ser la aplicación de intervalos de expansión, comenzando cada danza con algunas notas repetidas dentro de un estrecho ámbito que progresivamente se amplía a toda la escala. Las danzas que integran la suite, están separadas por un ritornello o refrán- excepto la tercera y la cuarta, que van encadenadas- y seguidas de un final  recapitulativo, obra que tentará a Ernö Dohnanyi, para su estreno el 19 de noviembre de 1923, dejando la posibilidad para una versión para piano solo.

Cuatro bagatelas de Rogelio Groba: Natural; Romántica; Elegante e Intrépida. El maestro Rogelio Groba, autor de obras  como Intres boleses y Cantigas do Mar, registradas con la Stuttgart Kammerorchester, dirigida por Maximino Zumalave; la Gran Cantata Xacobea, con London Voices y la London Symphony Orchestra; el Concierto para chelo  y orquesta nº 1, Fauno, dirigido por  Andrew Litton y con Matts Lidstrom, como solista; el segundo para chelo, con su añorada hija Clara, había estudiado composición en Suiza, ganando el Concurso Dante Luni. Amplísimo catálogo con más de quinientas obras de todo género, desde obras orquestales  a composiciones de solistas; camerísticas; Himnos; cantatas; obras para coro y con voz solista, piezas para fanfarria, banda, gaitas y percusión. Autor que ha proporcionado a su tierra un patrimonio renovado y universal. En parte sabría ahondar en la temática de raíz etnográfica o histórica de lo que él mismo diría la Galicia supersticiosa y religiosa, la evocación bucólica de su paisaje y la mitología popular. De ello hay mucho en estas bagatelas.

Ramón García Balado


Noelia Rodiles, solista con la RFG para obras de Mozart y Mariana Martínez

 Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

Círculo das Artes, Lugo


Concierto en el que la pianista Noelia Rodiles será protagonista con la RFG, dirigida por Nil Venditti en el Auditorio de Galicia- día 5, a las 20´30 h.-con sesión previa de Conversando con…a las 19´45 h., en la que estará presente la directora, antes de repetir en Lugo al día siguiente en el  Círculo das Artes -20´00h-, ofreciendo en programa el Concierto para piano en La M. K. 414, de Mozart, el concierto en la misma tonalidad de Mariana Martínez; la Obertura Las criaturas de Prometeo Op. 43, de Ludwig van Beethoven y la Sinfonía nº 2, en Si b M. D. 125, de Franz Schubert. Noelia Rodiles, estudió en el Conservatorio Julián Orbón (Avilés), para ampliar en la Hochschule für Music Hanns Eisler (Berlín), y en la Escuela Superior Reina Sofía (Madrid), teniendo como maestros a Ana Serrano, Lidia Stratulat, Ana Guijarro o Galina Iwanzowa, mientras recibía asesoramientos de Daniel Barenboim, Menahem Pressler, A. Ciccolini, Ferenz Rados, Josep Colom o Salomon Minkowski y Elisso Virsaladze. Recibió la beca Leonardo de BBVA y es frecuente se presencia en certámenes de prestigio como la Quincena Donostiarra; las propuestas del Teatro del Canal, Fundación Juan March- en la que colaboró recientemente en el ciclo Reinas de la Música, la Schubertiada de Vilabertrán y otras de similar talante, manteniendo una vida intensa como protagonista de orquestas de primer nivel. Entre sus registros en cd, The Butterfly Effect, fue su tarjeta de visita (Eudora Records), o el dedicado a Martín Sánchez Allú, con los Moments Musicaux, de Schubert.

Beethoven- Obertura de Las criaturas de Prometeo Op. 43 (Die Geschöpfe des Prometheus)- obra para un ballet, basada en la fuente de la fábula clásica del héroe griego y destinada a un ballet heroico del conocido coreógrafo Salvatore Viganò, cuyo título final sería en conocido en la actualidad, pesando en gran medida la relación entre ambos, pendientes de la presumible primacía del coreógrafo en sus exigencias para el ballet, en su audacia ciertamente anticonvencional. No renunciará el compositor a dar lo mejor de sí mismo en respuesta a las exigencias teatrales, para los 16 episodios  desde el Allegro molto con brio, al Finale Allegretto, con pasajes como el Maestoso (A solo de Giogia) o el Andante (A solo della Cassentini). Obra que tendrá una reducción para piano, dedicada a la  Princesa Lichnowski o la reforma en las Variaciones Op. 35 y las dos contradanzas WoO14. Tras su estreno en el Burgtheater vienés el 28 de marzo de 1801, el ballet supondrá un gran éxito que repetirá en citas consecutivas, Carli Ballola, comentará: Así como el coreógrafo se había limitado a plasmar un noble bajorelieve neoclásico a lo Canova, evitando penetrar en esas profundidades míticas a las que neoclásico de otra fuerza, como Cherubini se había enfrentado en Medea, y lo hará en Anacreonte,  así lo secundó Beethoven con una de sus partituras más tersas y elegantes.

El Concierto para piano en La M. K. 414, de W. A. Mozart, sería definido por Hönig como perfecta música de elegancia y poesía, un modelo de invención temática especialmente en la expresión favorevida por su tonalidad desde la variedad mostrada en el Allegro y la melodía sentimental del segundo tiempo, ofreciendo un Rondó que reafirma sus virtudes que en cierto modo, se descubrirán en Le nozze di Figaro. Inauguraba el salzburgués los estilismos vieneses que tratará en los seis conciertos para piano de mediados de la década de 1800. Obra multifórmica  por la agógica y la serie de recursos en cuanto a los problemas técnicos, que extasiarán a los aficionados vieneses, que recibirán con entusiasmo la serie de conciertos compuestos en estos años.  Conciertos recibidos dentro del estilo de suscripción con vistas a esos públicos. Como precedente, se recordaría que el Rondó K. 386, como pieza autónoma, estaba destinado a este concierto. Para Minardi: Si bien el tono general refleja de la misma medida entre tensión sentimental y gracia declamatoria del K. 413, la fisonomía expresiva encuentra aquí una identidad inconfundible en la calidad melódica y la riqueza en la invención, que alimentan el discurso, sin que tal riqueza se desborde nunca, estropeando los desequilibrios de la página sonora. En carta a Leopold, el carácter popular de esta serie de obras, constituye sin duda la crítica más lúcida, más autorizada y humilde, como vía intermedia entre lo fácil  y lo más exigente.

Marianne von Martínez- Concierto para piano en La M.-, de quien el inglés Charles  Burney, de paso por Viena, no podrá encontrar palabras para expresar el placer que le produjo Mme Martines. Desde el momento en que la vio, descubrió en ella su ideal de mujer dedicada a la música, recibida por todos con enorme respeto: bien vestida, elegante, complaciente. Burney le pedirá que toque algo y ella le obedece: de la más graciosa de las maneras, sin el menor rastro de falta de aplomo o el agobio de la inoportunidad. Su actuación superó en verdad todas sus espetativas. Cantó dos arias compuestas por ella misma, sobre poemas de Metastasio, acompañándose al clave de manera juiciosa y magistral. En el ritornelli, pudo observar su técnica magistral. Su vida aparentemente  tranquila, tenía como centro de experiencias su casa en la Michaelhaus, situada en el alegre barrio de Kohlmarkt, frente a la Michaelplatz, contigua a la iglesia imperial, núcleo frecuentado por la élite de la ciudad. Un lugar que, en la actualidad, impone por su presencia del Hofburg y la Spanische-Hofreitschule, la Escuela Española de Equitación. Su reputación artística, acabará extendiéndose más allá de Viena, llegando a convertirse en la más prolífica de aquel entorno, entre compositores como Adolf Hasse o el poeta Saverio Mattei, quien era dotado clavecinista, quien la introdujo en los dominios del salterio. En 1773, los miembros de la Ac. Filarmonica de Bolonia, le concederán por unanimidad el título de la Filarmónica Onorata, que hasta entonces no había logrado ninguna mujer.

Franz SchubertSinfonía nº 2, en Si b M. D. 125-, obra que le ocupará cuatro meses, mientras aborda piezas para el teclado y algunos lieder, una tonalidad que no había utilizado hasta entonces y cuyo efectivo orquestal será el mismo que el de la Sinfonía en Re, a excepción de la flauta doblada. El Allegro vivace, comienza por un tema brioso y jadeante en carrera de corcheas staccato confiadas a los violines, una exposición inusual de ciento vente compases, que preparan la entrada del segundo tema, lírico, como contraste, permitiéndose ciertas libertades que alteran su arquitectura tonal, procedimiento muy apreciado por el compositor. El Andante, en Mi b M., ofrece el juego de variaciones a partir de un tema próximo a la herencia de Haydn e incluso de Mozart y que volverá  a tratar en otras obras, concediendo solidez al tiempo, ya desde la primera variación elaborada que pasa a la sección de vientos, hasta llegar a la quinta variación con los vientos en conclusión de los que sale el Menuetto vigoroso y esencialmente rítmicos, con un breve trío sencillo. El Presto vivace, supone un retorno a esa intención que anima el primer movimiento. Schubert pretendía un impulso épico propuesto por cuerdas, flautas y oboes asociados, completando el desarrollo, que permite componendas con un posible humorismo, la época en la que Schubert, se empapaba de la lectura de los poemas guerreros  de Körner, que usaría en algunos de sus lieder.

Ramón García Balado

01/12/2024

Simona Sͮaturová e Ivan Klánský: Nostálgicas ensoñaciones

 Ciclo de Lied, 15 de noviembre.

Lieder y canciones entre piezas para piano para el Ciclo de Lied, de Amigos de la Ópera de Santiago, a cargo de la soprano de Bratislava Simona Sͮaturová, acompañada por el pianista Ivan Klánský, ejemplo modélico para congeniar un programa que nos llevó desde compositores eslavos de élite, a detalles de Debussy, A. von Zemlinski  o R. Strauss y obras para piano de Josef Suk, R. Schumann y F. Chopin. Simona Sͮaturová sigue la estela de voces como Edita Gruberova y Lucia Popp, tras estudiar en el Conservatorio de Bratislava con Ileana Cotrubas y Mageete Honing, en Amsterdam, ofreciendo su primer concierto con la Wiener P. O., con Herbert Blomstedt, y en roles operísticos como Donna Anna, en La Monnaie, o Konstanze, en la Semperoper. Participó en una ópera en rescate: Das buch mit sieben siegeln (F. Schmidt), dirigida por Fabio Luisi, y fue artista residente del Théâtre La Monnaie. Mozartina por preferencia, cuida hasta el límite los repertorios eslavos, grabando registros para Supraphon: Moravian Duets (Dvorak) o la ópera Ariene (B.Martinu), trabajos que amplía con sellos como Hannsler y Sonny/BMG. Sus compromisos artísticos se consolidan en coliseos como la Ópera de Frankfurt, el Teatro Nacional de Praga o el Châtelet, de París. Saturová, impresionó por su actitud escénica, el equilibrado criterio para repartir las variadas estéticas merced a las virtudes que le permitían una voz de volumen magníficamente proyectado, un virtuosismo expresivo y un preciso conocimiento de cada género en sus exigencias textuales.    Ivan Klánský, maestro y repertorista en la absoluta dimensión del término, estudió en la Academia de Artes de Praga con Frantisek Rauch y en el Conservatorio de la capital checa  con Valentina Kameniková, y participó en concursos como el J.S. Bach de Leipzig y el de Santander, grabando discos para productoras como Naxos, Supraphon o Edictio Onta. Fue presidente de la Sociedad Checa Chopin y del Concurso Internacional de Piano Frederyk Chopin. Fundó el Trio Guarneri con Cenek Pavlik y Marek Jerie, al que pudimos escuchar en certámenes y festivales celebrados en nuestro país, como el Clásclás, de Vilagarcía de Arousa, en 2023.

A.Dvorak- selección de Canciones de amor Op. 83, piezas relacionadas con las 18 de Cyprise (cipreses), sobre poemas de Gustav Pfleger-Moravsky, de 1865, nacidas bajo la influencia sentimental de la actriz Josefa Germáková, con cuya hermana terminaría casándose. Piezas primerizas y sencillas que no llegaron a editarse y que le serviría en lo melódico para otras posibilidades, desde alguna ópera o composiciones camerísticas. Estas Pisnê milostné (Canciones de amor), de 1888, mantuvieron la sencillez extrema que para expertos son precisamente esa querencia por conservar su ánimo, aunque con diferencias ostensibles en cada una de ellas. Josef Suk- Canción de amor Op. 7 (Pisen Lavsky)-, fue compositor deudor del propio Dvorak, artista que destacará como violinista y maestro de coro, ejerciendo la docencia en Praga, precisamente bajo la influencia de Dvorak, siendo fundador del mítico Cuarteto Checo, junto a K. Hoffmann, O. Nedbal y O. Berger. Recibió la consideración honoris causa, de la Universidad de Brno y será B. Martinu uno de sus señeros alumnos, quien destacaría  precisamente como uno de los fundadores de la moderna escuela checa. La pieza que recibimos, Pisen Lavsky, vino como una confirmación para el programa de la jornada.  Karol Szymanowski-Trzy kolysanki Op. 48 (tres canciones de cuna), del año 1922 a partir de poemas de Iwaszkiewicz y una extensión de otras precedentes, en las que destacan el  uso de tratamientos armónicos descendentes y los cuidados melismas, entre ostinatos y un meticuloso cromatismo. La Primera expresaba un modalismo de perfiles avanzados, la Segunda, destacó por el uso del tritono con acordes paralelos y la Tercera sugería el eco de la tradicional kujawiak (estilo de mazurka). Sublime estado de gracia de ambos intérpretes. Para confirmarlo,  Bohuslav Martinu (1890/1959)- Canción de cuna H232-, quien destacó también en el género de canciones, muchas sobre letras de poetas folklóricos checos  (sus nuevas Spalicêk), muchas relativamente secundarías. Obras muchas de juventud compuestas en Praga, como es el caso de Pisnicky na jednu strámku H. 294, siempre anteriores de su llegada a París (1923) y que dejará un ramillete de un centenar de nostálgicas melodías, recurriendo a poetas de una tradición claramente asimilada.

A. von Zemlinski- selección de Walzer Gesängen nach toskanischen Volkslieder von Ferdinand Gregorovius, Op. 6-, cantos de valses sobre canciones populares toscanas del citado Gregorovius, en estilo Liebesliederwalzer de H. Wolf que remiten al espíritu romántico, resueltos de forma delicada y fresca, a excepción del cuarto. La relación de sus títulos: Liebe Schwalbe; Klagen ist der Mond gekommet; Fensterlein, machts bist du zu; Ich gehe des Nachts; Blaues Sternlein y Briefchen schrieb ich, nos trasladaba a unas latitudes claramente distanciadas.  C. Debussy-Nuit d´étoiles (Banville), Belle nuit y Claire de lune (Verlaine), nos ubicaban en el período simbolista de juventud, el de Fêtes galantes, o el siguiente de Proses lyriques, preparando la llegada de las Trois chansons de Bilitis (Pierre Louÿs). Se apreciaba el uso de artíficos armónicos que manifiestan una ambiciosa pretensión renovadora. Richard Strauss, que cerró la gala con tres delicadezas puramente irresistibles: Morgen!, encanto intemporal del ciclo que completa los Vier Lieder Op. 27, un obsequio para su estimada Pauline y que le elevará a primero entre los grandes del género. De los Fünf Lieder Op. 39, el tercero Der A Arbeitsmann, piezas de inspiración a partir de poemas de Dehmel, a excepción de uno, el segundo-Bierbaum-, que tentarán una ambiciosa orquestación merced a las posibilidades de sus recursos. Prueba irrefutable del magisterio interpretativo de Saturová y Klánský

Para Ivan Klánský , Pisen Lavsky, del mentado Josep Suk; la Arabesque, en Do M, Op. 18, de R.Schumann, pieza de un gran año pianístico y que con la Humoresque Op. 20 y Blumenstücke Op. 19, forman una categoría aparte, sin que exista ninguna pretensión de unidad. La forma era la de un Rondó que manifestaba con una cascada de semicorchea una cantinela suave que contenía dos momentos que llevaban su impronta en una elocuencia que nos dejó mudos: no dice nada y lo dice casi todo. Se trata de un episodio meditativo construido como es habitual, sobre un tema descendente, imagen visual de la depresión, rúbrica de su melancolía, con quince compases de transición, que conducían al tema con una libertad armónica desconcertante. El episodio lento, está anotado como Zum Schluss (para acabar) y no es más que una larga suspensión armónica. De F. Chopin, la Balada en Fa M. Op. 52, obra capital en la historia del piano por sus ornamentaciones y originales diseños temáticos, página sublime en la lectura del pianista, un claro precursor del impresionismo como diría Alfred Cortot, una pieza que se editará en París y Leipzig (1843). Un Andante con moto  que preside cálidos pentagramas, con una melodía a mezza voce, expuesta por la mano derecha, con un delicado acompañamiento por la otra. Pieza que representa el apogeo de su arte pianístico. Para los bises: An die Nachtingall D. 497, breve sutileza de inocente fragilidad y una pieza a cappella, para la soprano con inspiración en su patria chica.

Ramón García Balado

Amigos de la Ópera de Santiago: Ciclo de Lied

Simona Saturová e Iván Klánký

Obras de A. Dvorak, J.Suk, A. von Zemlinski, R. Schumann, C. Debussy, K.Szymanowski, B.Martinu, F. Chopin y R. Strauss

Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela

 

Concierto conmemorativo de la Sociedad Filarmónica de A Coruña por la Orquesta de Cámara Galega

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