28/05/2024

Dende a lembranza: La Banda Municipal In memoriam Dani Portas

 Catedral de Santiago de Compostela

Concierto en la Catedral de Santiago- día 30, a las 21´00 h., bajo la dirección de su titular David Fiuza Souto, contando con el protagonismo de nuevo de la Escolanía da Catedral, de José Luís Vázquez y las voces de Gabriel Alonso y de Juana Suárez Llanos de Mera, con un programa propicio que nos dejará una breve pieza de un habitual en otras obras habituales de repertorio, Alfred Reed; el pasaje del tercer acto de Gotterdämmerung (La caída de los dioses), de la tetralogía wagneriana; Regersam, de E. Bell y como obra de mayor calado, el Requiem Op. 48, de Gabriel Fauré. Dani Portas (1976), trombonista y director de distintas bandas, realizó una etapa fundamental en la de Caldas de Rei, tras sus estudios de formación en la Escola Unión Musical; seguiría en la Banda Municipal de Pontevedra realizando una etapa de prestigiosa trayectoria en nuestra Banda Municipal de Santiago. Le perdimos hace poco tiempo a consecuencia  de un infarto fulminante, mal que le venía aquejando con un primer aviso desde hacía dos años.   

Alfred Reed (1921/ 2005), ese compositor al que nos hemos acostumbrado por sus obras orquestales y en especial para banda, vendrá por Alleluia! Laudamus te, maestro versado en distintas escuelas forjándose en sus comienzos como dotado arreglista para la 529th. Army Force Band, especialidad que le permitirá granjearse un futuro asegurado en este ámbito de las llamadas músicas alimenticias, en el período crudo de la Segunda Guerra Mundial. Los años de bonanza traerán mejores perspectivas en general, convirtiéndole en uno de los grandes autores de referencia. Otro Alfred Reed será el que descubramos en compromisos de este estilo, colaborando también con otros países europeos y para ejemplo la responsabilidad obligada entre Estados Unidos y Rusia, con motivo de un evento que suponía participar junto a Sergei Prokofiev, en una mutua participación aportando el ruso la Marcha Op. 99, y Alfred Reed su detalle como arreglista en la Sinfonía Sexta de Abraham Lincoln Symphony, de Roy Harris. El joven Reed, había encontrado en la biblioteca de consulta, la partitura de una canción navideña del siglo XVI, que combinaría con investigaciones previas sobre música litúrgica ortodoxa, configurando una curiosa pieza para banda: Russian Christmas Music, que se estrenaría a finales de 1944, en una transmisión en directo por la NBC. Eran prometedores comienzo que abrirán camino a un compositor que no temerá probar con estilos a los que todavía no estaba acostumbrado.

Richard Wagner nos traslada al tercer acto de Gotterdämmerung (La caída de Los Dioses de su Tetralogía) con el  pasaje Siegfried Traeumermarch (La marcha fúnebre), el final del primer cuadro en una página intensamente patética y doliente. Ópera que en cierto modo, vuelve a recuperar procedimientos musicales que se observan en Tannhauser y en Lohengrin. Un acto tercero que sobrevuela los anteriores culminando a lo grande en recursos sonoros, gracias a la escenas profundamente sentidas en La muerte de amor, de Tristan und Isolde. La obra, en su conjunto, impresiona gracias al poderío de los 66 motivos conductores, de los que 14 resultan nuevos. La obra tuvo su estreno el 17 de agosto de 1876, desarrollada en un preludio y tres actos, partiendo con un prólogo que retoma el mismo espacio del cuadro final de Siegfried, en medio de la noche y las Nornas tejiendo los hechos que cuenta Wotan.

El Requiem Op. 48, de Gabriel Fauré, obra en un principio sometida al ojo crítico de ciertas opiniones, a las que respondería: Dicen que no expresa el temor ante la muerte. Alguien lo llamó una pieza en forma de berceuse (nana), de la muerte. Pero así lo veo y la concibo: una dichosa liberación, una aspiración a la felicidad del otro mundo, más que una experiencia dolorosa. De acuerdo que con el Requiem Op. 48, escrito para solistas, coro y órgano, suprime la secuencia del Dies Irae, e incluye pasajes como el Pie Jesu, o la antífona In Paradisum, que acentúa la visión de la muerte como descanso. Originalmente compuso el Requiem en cinco movimientos para el apreciado Coro de la Madelaine parisina, del que además, era su director, para recibir un acompañamiento de pequeña orquesta, integrada por violas, chelos, contrabajos, arpa, timbal y órgano, con vista al estreno el 16 de enero de 1888. Más tarde, y para conseguir un mayor énfasis, añadirá el Ofertorium y el Liberame, y al año siguiente, ampliaría con una orquestación más numerosa, recibiendo entonces una aceptación definitiva, ofrecida el 12 de julio de 1900, en el famoso Trocadero de París. En la evolución de los acontecimientos de toda esta generación de compositores, mucho tuvo que ver a partir de 1917, la consolidación del llamado Grupo de Les Six, que lograrían una escuela que todavía mantiene su vigencia. El Requiem Op, 48, de Gabriel Fauré, será recibido en homenaje a Dani Portas, en conveniente arreglo para banda.

Ramón García Balado

  

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